28 HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN DOS PILAS, PETÉN Stephen D. Houston – Simposio 05, Año 1991

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Houston, Stephen D.

1992     Historia y arqueología en Dos Pilas, Petén. En V Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1991 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Brady), pp.273-282. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

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HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA EN DOS PILAS, PETÉN

Stephen D. Houston 

 

Hasta hace poco tiempo, la relación entre la epigrafía Maya y la arqueología ha sido un tanto incongruente. La interpretación histórica con frecuencia ha ocurrido post hoc y ha tomado lugar mucho después de terminados los programas de excavación. Empero, esta situación ha cambiado en los proyectos recientes, tales como el trabajo de William Fash y sus colegas en Copan. Los estudios glíficos ahora guían a la arqueología y al menos en los centros mayores, un conocimiento previo de los patrones históricos y de las principales figuras dinásticas ha venido a ser parte indispensable de los programas de investigación en las Tierras Bajas Mayas centrales.

 

En los últimos tres años, ha sido un privilegio para mi participar como arqueólogo y como epigrafista en el Proyecto Petexbatun, que emplea como premisa la noción de que en la región de Petexbatun, la arqueología del Clásico Tardío se ha convertido en una suerte de arqueología histórica, que se nutre de un conjunto extraordinariamente rico de registros jeroglíficos relacionados con interacciones dinásticas. El entrelazamiento de las disciplinas es tal que muchas de las operaciones arqueológicas han sido conducidas por personal entrenado en la epigrafía. La colaboración de especialistas ha sido altamente productiva; en el Proyecto Petexbatun en particular, hemos tenido varios estudiantes con conocimientos de epigrafía, incluyendo, en la temporada de 1990, a David Stuart, Oswaldo Chinchilla y Héctor Escobedo, que me han dado mucha asistencia. Otra fuente de gratificación es que la investigación epigráfica previa nos ha permitido lograr niveles de interpretación cada vez mas sutiles, que van mucho mas allá de las secuencias dinásticas y genealogías esquematizadas en los primeros 25 ó 30 años de la epigrafía histórica.

 

Este documento delineará respuestas tentativas para tres problemas de la región de Petexbatun que son relevantes en la integración de la epigrafía y la arqueología.

 

  1. ¿Cuál fue el origen de la dinámica familia real centrada en el sitio clave de Dos Pilas? La extensión de la influencia de esta dinastía fue tal que su historia es hasta cierto punto la historia de la región.

 

  1. ¿De qué forma se ha modificado y profundizado nuestro entendimiento de esta intensa interacción dinástica gracias a los resultados del proyecto?

 

  1. ¿De qué manera las recientes excavaciones de una probable tumba real en Dos Pilas han sido guiadas por la epigrafía?

 

Pero antes de enfocar estas interrogantes, es necesario y útil hacer una estimación crítica de la naturaleza de nuestras fuentes.

 

Los textos Clásicos como fuentes históricas

 

A la fecha, relativamente pocos epigrafistas han evaluado los textos Mayas como fuentes para la historia Clásica (Houston 1989:3-7). En parte, ello se debe a que muchos desciframientos son recientes y los especialistas han tenido poco tiempo para ponderar las implicaciones de las nuevas lecturas. Otra razón es que pocos epigrafistas tienen una preparación en los métodos históricos, pues la mayoría han sido entrenados como lingüistas o arqueólogos. Esto puede presentar un problema.

 

Sin duda alguna, las inscripciones Clásicas tienen prejuicios históricos y puntos de vista localistas, al igual que otras fuentes históricas de Mesoamérica (Smith 1983:260). Más aun, el registro que presentan es estereotipado y repetitivo en el sentido de ser a la vez restringido en su temática y editado en términos de un contenido religioso y político adecuado (Nicholson 1971:64). En otra parte he catalogado estos relatos en una serie de géneros, de acuerdo a los cuales los Mayas antiguos parecen haber categorizado sus historias. Los egiptólogos detectan un patrón similar en los jeroglíficos egipcios, donde el protocolo ayuda a definir y ordenar «la adecuación de los materiales pictóricos y escritos en los monumentos, sus contenidos y sus etiquetas» (Baines 1983:576).

 

Otra preocupación de los historiadores epigrafistas es la veracidad. Como registros dinásticos, las inscripciones jeroglíficas rara vez muestran evidencia de imparcialidad, la noción de que la historia representa una evaluación balanceada del pasado es, después de todo, una invención reciente. Más bien, las inscripciones contienen propaganda. Si se invirtió meticuloso cuidado en su tallado y presentación, fue por razones esencialmente pragmáticas: la escritura confería legitimidad a un individuo, un gobierno, un curso de acción y en Mesoamérica al igual que en otras partes (Wright 1979:240), fusionaba el pensamiento religioso con la legitimidad política, con el propósito de prestar autoridad a las estructuras de control existentes (Altheide y Johnson 1980:4). La historia era relevante para el presente; conceptualmente no existía separada de la intriga dinástica contemporánea. Y como apunta Gillespie para los Aztecas, aun las escuetas genealogías ayudaban a validar ciertos arreglos políticos y sociales.

 

Desentrañar estas distorsiones no es tarea fácil, pero podemos hallar estímulo en esfuerzos similares para los textos de México central, sobre los que se han postulado los siguientes puntos (Nicholson 1971:67-70).

 

  1. Pueden identificarse registros claramente mitológicos, legendarios, novelísticos, románticos y/o folklóricos, particularmente en las leyendas de las migraciones y fundaciones míticas de las dinastías (Nicholson 1971:64). Como resultado, estas pueden distinguirse de los registros contemporáneos (de fecha Clásica, Postclásica o Colonial), que requieren atención más seria como documentos históricos.

 

  1. La mayoría de historias están claramente prejuiciadas en su presentación de la información, que típicamente enfatiza las glorias y éxitos de una comunidad, pueblo o dinastía en particular. Empero, una historia compuesta más o menos precisa puede ensamblarse a partir de los textos de rivales o aliados, que con frecuencia registran diferentes impresiones de un evento o período (Nicholson 1971:68).

 

  1. Los documentos del centro de México con frecuencia muestran sorprendente grado de fidelidad a la secuencia y naturaleza de los eventos históricos; algunos documentos, por ejemplo, no ocultan derrotas y otras vueltas de la fortuna (Nicholson 1971:69). En Dos Pilas y Caracol, como en la antigua Asiria, menciones de las derrotas son utilizadas retóricamente para acentuar victorias posteriores.

 

¿Cuáles son las lecciones para la historiografía Maya? La más importante es que debemos evaluar períodos y eventos individualmente, como lo haría cualquier buen historiador. Si las inscripciones corroborativas son escasas, o si un evento parece anómalo y poco probable (un relato mitológico, por ejemplo), entonces el registro textual debe verse con escepticismo y cautela. Pero si existen otros relatos, particularmente de centros competitivos, una historia compuesta nos es alcanzable, por consiguientemente, el nivel de confianza en las inscripciones se eleva.

 

Tópicos en la historia de Dos Pilas

 

Con lo anterior en mente regresemos al primer problema: ¿De dónde vinieron los gobernantes de Dos Pilas? El motivo por el que esta pregunta es particularmente desconcertante se debe a que los gobernantes de Dos Pilas utilizaron el mismo título –el llamado glifo emblema– que los gobernantes de Tikal. Aun así, las dos dinastías tuvieron secuencias de gobernantes definitivamente separadas.

 

Puede presumirse que las dos series de reyes tenían alguna relación familiar distante, puesto que ambas reclamaban el encumbrado título de «Sagrados Señores» de Tikal.

 

Lógicamente, la clave puede hallarse yendo a los inicios de la dinastía de Dos Pilas, a manera de confirmar o refutar una posible conexión genealógica con la familia real de Tikal. Desafortunadamente, estos inicios son mas bien confusos y se sitúan en fases tempranas, aun en tiempos mitológicos (esto es, épocas de antigüedad tan grande que no es posible que se hayan mantenido registros glíficos).

 

La primera fecha conocida en Dos Pilas está en el Panel 18 (Figura 1), que contiene una referencia a un personaje sobrenatural en el principio de la «era actual» (13.0.0.0.0 en la Cuenta Larga Maya). David Stuart y Nikolai Grube señalan que este mismo individuo es mencionado en la Estela 5 de Tikal y está representado en el Dintel 3 del Templo IV del mismo sitio. Puede pensarse que ambos sitios se refieren a esta figura debido a que formaba parte de la cosmogonía dinástica, quizá parecida a la que desarrolló la familia real de Palenque; este patrón en sí podría indicar una relación cercana entre Dos Pilas y Tikal. Desafortunadamente, hay indicios que el nombre era empleado por otra dinastía en la región de Petexbatun: Tamarindito hace referencia a una persona de nombre muy parecido, en este caso como fundador de la familia gobernante local. Como consecuencia, el papel de esta figura –si en efecto es el mismo en Tikal, Tamarindito y Dos Pilas– es aun muy ambiguo y puede no revelar mucho acerca de las relaciones entre Tikal y Dos Pilas.

 

Un relato más revelador aparece en las Escalinatas Jeroglíficas 2 y 4 de Dos Pilas. Hay evidencia clara, parcialmente compilada por David Stuart, que ambas registran la captura de Escudo Calavera, el padre del Señor A de Tikal (Figura 2). La redacción de estos eventos es interesante porque se presentan en el contexto de una batalla anterior en contra de Dos Pilas, como presentando una derrota temprana para acentuar la gloria de una posterior victoria. De hecho, hacia el fin del período Clásico la mención de batallas en contra de Tikal parece haber sido una manera generalizada de afirmar la importancia de un gobernante local; esta interpretación sugiere que algunas de estas referencias pueden ser inexactas o desorientadoras, por haberse incluido en buena parte para propósitos de propaganda.

 

El antagonismo entre Tikal y Dos Pilas continuó en el reinado del hijo del Gobernante 2, el hermano de la llamada Mujer de Tikal de Naranjo, a quien sabemos, gracias a sus aserciones de parentesco, originaria de Dos Pilas. Se pensó por mucho tiempo que esta dama de la realeza procedía de Tikal, debido a una confusión tocante a su glifo emblema titular. En años posteriores, el pleito sobre los títulos parece venir a ser menos importante, quizá debido a que Dos Pilas estaba absorbido en apremiantes juegos de poder sobre áreas más cercanas.

 

Al presente, podemos proponer dos escenarios no excluyentes entre sí para la relación entre las dos familias:

 

  1. Dos Pilas era una rama menor de la dinastía de Tikal, que quizá emergió del período del hiatus de Tikal.

 

  1. Puede no ser necesario explicar la creación de Dos Pilas en términos de una migración en gran escala. La población local puede simplemente haber invitado a miembros de un linaje exaltado para encabezar un creciente centro político. Si este evento ocurrió, puede explicar en parte porqué hay tan poco en Dos Pilas que recuerde a Tikal, en arquitectura y artefactos.

 

El reciente descubrimiento por J. Brady de un texto dinástico en un tiesto Clásico Tardío inicial procedente de una cueva en Dos Pilas puede eventualmente elucidar este rompecabezas, ya que el tiesto es anterior a toda la escultura monumental del sitio (Figura 3). Una última pieza de evidencia sobre el origen de la ocupación dinástica en Dos Pilas es una talla temprana, obliterada por un posterior episodio escultórico en el Panel 10 de Dos Pilas (Figura 4); la escultura puede ser también de esta fase. Desafortunadamente, ninguna de estas piezas de evidencia es particularmente útil en este momento.

 

 

Figura 1 Dos Pilas, Panel 18 (dibujo David Stuart)

Figura 2 Parte de la Escalinata Jeroglífica 4, que muestra la guerra contra «Escudo Calavera» de Tikal

(dibujo Stephen Houston)

 

El segundo tema que vale la pena enfocar es nuestro creciente entendimiento de la interacción dinástica en el Pasión y mas allá. Mucho de esto se ha discutido en publicaciones previas (Houston 1987; Houston y Mathews 1985). Lo que interesa aquí es ver, no una banda de merodeadores oportunistas, sino una dinastía centrada en Dos Pilas, a un tiempo hábil para la guerra y para las sutilezas de la diplomacia, conquistadora ciertamente, pero que continuamente operaba a través de señores y las dinastías locales. El control administrativo existía, en su forma más refinada, en un patrón que he descrito como capitales gemelas, en el que el territorio era administrado no a través de una burocracia eficiente, sino por el frecuente movimiento del rey y su corte de un centro a otro. Como resultado de estudios recientes conocemos la información siguiente:

 

  1. Dos Pilas estableció lazos matrimoniales con Cancuen y que esta relación ayudó a establecer un control parcial sobre ese remoto centro cerca de Alta Verapaz.

 

  1. Hay evidencia creciente que el principal cautivo del Gobernante 4 no provenía de Cancuen, sino del sitio de Akul, probablemente el moderno San Juan Acul; esta interpretación sugiere que debemos reevaluar la importancia histórica de esta localidad, que parece haber figurado también en los registros dinásticos de Bonampak y Machaquila (Figura 5).

 

  1. La investigación epigráfica en Dos Pilas fortalece nuestro entendimiento de estructuras políticas amplias en los niveles mas nebulosos de las alianzas dinásticas en las tierras bajas Mayas; en Dos Pilas, esta relación –relativamente prolongada– existió entre Dos Pilas y el remoto pero inmenso sitio de Calakmul. La Escalinata Jeroglífica 4 de Dos Pilas confirma esta relación; el Panel 19 sugiere que podría haber involucrado una usanza vagamente similar al compadrazgo, en la que individuos de otros sitios eran designados como guardianes de los hijos de aliados próximos (Figura 6).

Figura 3 Texto de la Cueva de El Duende (dibujo Stephen Houston)

 

El último tema a discutir concierne a la tumba excavada en esta temporada por Arthur Demarest, Juan Antonio Valdés y Héctor Escobedo. El motivo subyacente a esta excavación, así como la expectativa de que pudiera proporcionar un entierro real, se derivaba de una referencia toponímica en la Estela 8 de Dos Pilas, que de acuerdo a la interpretación de David Stuart y del autor de este artículo, especificaba que la estructura L5-1 contenía la tumba del Gobernante 2. La localización de esta estructura al este de la plaza principal sugería que este era un lugar muy probable para la colocación de un entierro tan importante.

 

En otra parte se encuentra una descripción detallada de esa tumba. Aquí deseo solo añadir que aunque la tumba no se acerca ni aun lejanamente a la riqueza de otras tumbas reales Mayas, es sin embargo singularmente rica para Dos Pilas; por ejemplo, buena parte del total de jade recuperado en las excavaciones de la región de Petexbatun procede de aquí. Desde luego, los registros de katunes biográficos que indican la fecha de muerte del Gobernante 2 son consistentes con las estimaciones de Lori Wright sobre la edad del individuo hallado en el Entierro 30.

 

Curiosamente, el único texto que se encontró en la tumba –un texto sobre cerámica–, no se refiere a Dos Pilas sino posiblemente al sitio de Motul de San José, que tuvo una relación hostil con Dos Pilas, a juzgar por un fragmento de panel hallado en 1991 por Robert Chatham (Figura 7). ¿Era este objeto un botín de guerra? ¿O sería un regalo dado a la dinastía durante alguna visita o intercambio de presentes durante el Clásico Tardío? Dudamos poder algún día responder estas preguntas.

Figura 4 Dos Pilas, Panel 10 (Dibujo Stephen Houston)

Figura 5 Ejemplares jeroglíficos de la lectura azul

Figura 6 Dos Pilas, Panel 19 (Dibujo David Stuart y Stephen Houston)

 

Figura 7 Dos Pilas, Entierro 30, plato con glifo emblema de Motul de San José (Dibujo Stephen Houston)

 

Lo que estos tres tópicos dejan sin tocar es la cuestión: ¿Por qué razón era la familia de Dos Pilas tan exitosa en la guerra, y hablando de sus hábiles matrimonios, en el amor? Claramente, el prestigio local del linaje debió derivarse en parte de su presuntuosa ostentación de un título exaltado (el de Tikal), que hacia el final del período dinástico ya no fue tan necesario. Pienso que la dinastía jugó peligrosos juegos políticos sobre una base agrícola débil, a juzgar por los tristes pantanos que rodean a Dos Pilas y por las investigaciones agronómicas de Nicholas Dunning. Después del Gobernante 4 el sitio se redujo a la inconsecuencia y entró en una fase prehistórica, sobre la cual los jeroglíficos tienen poco que decir.

 

 

 

 

REFERENCIAS

 

 

Altheide, David y John Johnson

1980   Bureaucratic Propaganda. Allyn and Bacon, Boston.

 

Baines, John

1983   Literacy and Ancient Egyptian Society. Man 18:572-599.

 

Houston, Stephen D.

1987   The Inscriptions and Monumental Art of Dos Pilas, Guatemala: A Study of Classic Maya History and Politics. Tesis Doctoral, Yale University, New Haven.

 

1989   Archaeology and Maya Writing. Journal of World Prehistory 3 (1):1-32.

 

Houston, Stephen D. y Peter Mathews

1985   The Dynastic Sequence of Dos Pilas, Guatemala. Pre-Columbian Art Research Institute, Monograph 1. San Francisco.

 

Nicholson, Henry B.

1971   Pre-Hispanic Central Mexican Historiography. En Investigaciones Contemporáneas sobre Historia de México: Memorias de la Tercera Reunión de Historiadores Mexicanos y Norteamericanos, pp. 38-81. Universidad Nacional Autónoma de México, México.

 

Smith, Mary Elizabeth

1983   Regional Points of View in the Mixtec Codices. En The Cloud People: Divergent Evolution of the Zapotec and Mixtec Civilizations (editado por Kent V. Flannery y Joyce Marcus):260-266. Academic Press, New York.

 

Wright, Arthur F.

1979   Chinese Civilization. En Propaganda and Communication in World History, Vol. 1 (editado por H. Lasswell, D. Lerner y H. Speir):220-256. University Press of Hawaii and the East-West Center, Honolulu.