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020 Tierra, viento y fuego: las figurillas y objetos sonoros de Río Seco (La Gomera, Escuintla).
Matilde Ivic de Monterroso y Matthias Stöckli
XXVIII Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
14 al 18 de julio de 2014
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Lorena Paiz
Referencia:
Ivic de Monterroso, Matilde y Matthias Stöckli
2015 Tierra, viento y fuego: las figurillas y objetos sonoros de Río Seco (La Gomera, Escuintla). En XXVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2014 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y L. Paiz), pp. 255-270. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
Tierra, viento y fuego: las figurillas y objetos sonoros de Río Seco (La Gomera, Escuintla)
Matilde Ivic de Monterroso
Matthias Stöckli
Palabras clave
Escuintla, Río Seco, figurillas, flautas, Clásico.
Abstract
Río Seco is a very important site for understanding the cultural development of the Pacific Coast of Guatemala, especially in view of the evidence of Teotihuacan influence found there. Between 1969 and 1971, Edwin Shook carried out a series of surface collections and salvage excavations, followed in 2013 by the first formal archaeological project under the direction of Mariana Sánchez. Both projects yielded a fair number of clay figurines and flutes, which reveal both local characteristics and influences from Teotihuacan. In this investigation the authors present technical and iconographic details of these finds which allow identifying local and regional traditions in contrast with foreign influences. At the same time, they analyse their acoustic devices, some of which are among the most sophisticated ones found in Mesoamerica.
Introducción
El título que se seleccionó para este trabajo se basa en tres preguntas que se aspira responder. La metáfora de la tierra se refiere a los datos que puedan conseguirse acerca del posible origen de estos objetos arqueológicos. Una pista la provee la diversidad de pastas y otra los detalles de manufactura, que permiten relacionarlos con artefactos similares encontrados en otras partes de Mesoamérica y en zonas cercanas de la Costa Sur de Guatemala. Por ejemplo, en algunas figurillas se identificó rasgos propios de las de Teotihuacan, especialmente de la fase Xolalpan (400 a 500 DC), mientras que otras corresponden a un estilo regional de Escuintla, propio del Clásico Tardío. La idea del viento se refiere a las cualidades sonoras descubiertas en flautas. Se darán respuestas a cuestiones acerca de los dispositivos sonoros, algunos de los cuales se encuentran entre los más complejos del área mesoamericana. Al mismo tiempo se presentará evidencia de casos similares de otros lugares. Finalmente, la imagen del fuego se usa como un nexo para las hipótesis sobre actividades rituales en las que pudieron utilizarse estos artefactos.
La colección estudiada proviene de dos investigaciones. La primera son las recolecciones superficiales y excavaciones de rescate realizadas por Edwin M. Shook entre 1969 y 1971 en los Montículos 4 y 5, y en una plataforma baja descrita únicamente como “al noroeste de la tienda de la finca”. De dichas actividades provienen 51 figurillas (varias con dispositivos sonoros). La mayor parte son fragmentos y sólo unas pocas están completas. El Dr. Shook los donó al Departamento de Arqueología de la Universidad del Valle de Guatemala. La segunda parte de la muestra proviene del Proyecto Arqueológico de Río Seco, a cargo de la Licenciada Mariana Sánchez de Bonifasi. En 2013 se llevaron a cabo recolecciones superficiales y excavaciones de sondeo de las que resultaron 73 artefactos de interés para este estudio. Otra vez, casi todos consisten en fragmentos y muchas provienen de contextos mezclados, pues el sitio ha recibido un fuerte impacto por actividades agrícolas mecanizadas. En 2014 se completará el análisis cerámico para fechar estos contextos.
Debe mencionarse que en sus notas de campo Shook describe que durante la recolección de superficie estuvo acompañado por trabajadores que le llevaban figurillas, lo que abre la posibilidad de que varias de su muestra no procedan directamente de Río Seco, sino de las zonas inmediatas. Por esta razón, se tomó la decisión de utilizar los ejemplares procedentes de la recolección de Edwin M. Shook únicamente como referentes para las que proceden de un contexto seguro de Río Seco, es decir, de las excavaciones de 2013. En varios casos existen ejemplares muy similares, que permiten extender la presente muestra, mientras que otros son únicos a la recolección superficial, cuyo contexto no es seguro.
Tierra: la pregunta del origen a través de las pastas y técnicas de manufactura
Por medio de un análisis visual de las pastas de los ejemplares procedentes de las excavaciones de 2013, se observó que existen cinco. Sin embargo, las más frecuentes son una pasta café rojiza de textura mediana-gruesa con inclusiones de ferruginosas (45%) y otra café de textura fina (38%). No se cuenta con análisis de activación de neutrones que identifiquen las fuentes de arcilla, pero dado que ambas pastas se presentan en los distintos tipos de manufactura, se piensa que son de origen local. La siguiente es una tipología provisional que se basa en las técnicas de manufactura. Se considera que es útil para una clasificación coherente y no una dividida en numerosas unidades basada en detalles de las figuras representadas.
Tipo 0: modelado Preclásico
Su designación como Tipo 0 obedece a que no se encontraron ejemplos de figurillas preclásicas modeladas en las excavaciones de Río Seco. Sin embargo, se decidió incluirlo como tipo porque en uno de los pozos de la excavación de Shook en el Montículo 4, se encontraron tiestos preclásicos en el relleno (Popenoe de Hatch, notas de campo 1971).
Este tipo corresponde a cuatro figurillas preclásicas que provienen de la recolección superficial de Edwin Shook. Una presenta los rasgos típicos del Preclásico Medio, con la frente ancha y amplia, la nariz triangular, los ojos formados por una hendidura profunda y una punzada al centro y grandes orejeras modeladas. Está elaborada de pasta rojiza de textura mediana-gruesa, con inclusiones ferruginosas y se encuentra bastante erosionada. Ejemplos similares se han encontrado en varios sitios de Chiapas, en Kaminaljuyu, La Blanca y Tak’alik’ Ab’aj. Los rasgos faciales se parecen a los de las figurillas del Tipo Bolinas (para comparaciones véase Arroyo 2002:108, Fig.108e; Ivic de Monterroso 2004: 321, Fig.113). Las otras tres presentan características asociadas con el Preclásico Tardío, como los ojos aplicados y protuberantes con una incisión horizontal y profunda al centro; la nariz y boca igualmente protuberantes y en dos de ellas la forma de la cabeza es alargada. Están elaboradas con una pasta de textura mediana-gruesa y color rojizo, con inclusiones ferruginosas (Fig.1a, 1b y 1c).
Tipo 1: Modelado Clásico
En este tipo hay dos variantes, que consisten en el modelado burdo y el modelado fino. Ambas técnicas se usaron para figurillas que representan a humanos y animales. Las que pertenecen al modelado burdo presentan exclusivamente pasta rojiza de textura mediana-gruesa con inclusiones ferruginosas, mientras que en el modelado fino se utilizó tanto dicha pasta como la café fina. En los ejemplares de modelado fino hechos con la pasta mediana-gruesa se observa que el artesano se las ingenió para alisar la superficie y modeló formas más cuidadosas.
El modelado burdo podría representar la elaboración manual propia de las unidades domésticas comunes, mientras que el fino da lugar a considerar la existencia de especialistas. Otra posibilidad es que las de mejor manufactura estuvieran destinadas a ocasiones especiales. En el modelado burdo y fino, la fortuna de encontrar ejemplos bastante completos, provee la certeza de la existencia real de ambas variantes y que no se derivan de presunciones del analista. Entre los ejemplos del modelado burdo de humanos destacan las figuras masculinas con piezas agregadas para formar detalles del tocado y la vestimenta, pero cuyas caras están destrozadas, por lo que es difícil relacionarlas a otros ejemplares (Fig.2a). Una bastante completa procede de las recolecciones de 2013 y un fragmento de la unidad J-144d (pendiente de fecha), mientras que otras dos vienen de las actividades de Shook. De éstas una lleva la cabeza cubierta por una máscara en forma de ave (Fig.2b). También, durante las excavaciones, se encontraron cuatro casos de las llamadas “patas de pollo” que tienen un arco muy marcado y amplio para sostener a las figurillas (Fig.2c). Aparecieron en los pozos abiertos en la Plataforma 1, al parecer de función doméstica, en donde se encontraron numerosos artefactos relacionados con Teotihuacan. Uno proviene de la operación J-147e ubicado en la parte baja de la Plataforma 1, sobre un piso con materiales del Clásico Temprano y del Clásico Tardío. Es posible que algunos fragmentos de extremidades y una cabeza burda provista con espiga para insertarla al cuerpo pertenezcan a este estilo de figurilla. Estos pies coinciden con los encontrados en el sitio Montana (Escuintla), incluyendo los de una figurilla completa muy burda, inspirada en las llamadas “de retrato” de Teotihuacan (Bove y Medrano 2003:66-67). Sin embargo, también se usaron en figurillas/flautas de personajes ricamente ataviados, con máscaras de animales y coloridos elementos de vestimenta, como lo muestran fotografías de piezas de colecciones privadas, como la Colección Notteböhn (O. Chinchilla, comunicación personal 2014). Como se verá más adelante, vienen de la Costa Sur. En Río Seco, otro ejemplo de estos pies encontrado en 2013 y otro más procedente de la recolección de Shook, tienen la misma forma, pero cuentan con pastillaje para formar sandalias finas y su acabado también es de mejor calidad, por lo que siguiendo la metodología fueron clasificados como parte del modelado fino (Fig.2d). El de las excavaciones de 2013 proviene de la Unidad J-147f, con materiales mezclados del Clásico Temprano y Tardío. Es importante mencionar que este tipo de pies también se hallaron en Cancuen (Alta Verapaz) y funcionaban para mantener de pie a las figurillas (T. Barrientos, comunicación personal 2014).
A la vez, se descubrieron burdas figurillas femeninas, que llevan un chal sobre los hombros y los senos desnudos (Fig.2e). Esta misma idea se presenta en las técnicas de modelado fino y de molde a lo largo del Clásico, por lo que el chal pudo ser un elemento de identidad o de estatus. En la Costa Sur se han encontrado grandes efigies femeninas con los senos descubiertos y con chales, que en ocasiones estaban tejidos con conchas o cuentas.
En cuanto a las figurillas de animales burdamente modeladas, destaca una tortuga (Fig.3a). Pertenece a la unidad J-161b (aproximadamente a 1.60 m de profundidad) en la Plataforma 1, que consistió en una extensión para excavar un gran depósito doméstico fechado para la segunda parte del Clásico Temprano. Además, hay dos en forma de aves, una semi-completa procedente de la misma J-161b. Han sido identificadas como palomas (familia Columbidae), gracias a un ejemplo casi completo procedente de la recolección de Shook, y funcionaban como pitos, al igual que la tortuga (Fig.3b). Otra más encontrada en los recorridos tiene una cresta que la asocia a un pavo comestible, que podría ser un pavo de cacho (Oreophasis derbianus) o un pajuil (Crax rubra), ambos de la familia Cracidae (Dallais y Bolaños, comunicación personal 2014) (Fig.3c). También apareció la cabeza de un mono, posiblemente representando a un mono araña, con los ojos expresados mediante la impresión de una caña (Fig.3d).
Por otro lado, referente a la técnica del modelado fino orientado a la figura humana, hay torsos y brazos delicadamente realizados con detalles de brazaletes, cuentas o conchas y con efectos que denotan movimiento (Fig.4a). Dos provienen de J-161b, el mismo donde se encontraron ejemplares de modelado burdo. Ahí mismo se descubrió el fragmento de un enano finamente elaborado (Fig.4b). En la muestra de Shook hay un casco de guerrero en forma de ave con detalles de plumas, hecho de una pasta burda, pero existe la posibilidad de que formara parte de una vasija con efigies (Fig.4c). No obstante, todos estos elementos colocan a las figurillas de Río Seco al nivel de la plasticidad estética encontrada en las Tierras Bajas Mayas. Asimismo se encontró una cabeza de venado bellamente elaborada, pero que procede de un nivel superficial, y cabezas de aves, una de las cuales representa un pavo comestible, posiblemente el que en la Costa Sur se conoce como pajuil (Dallais y Bolaños, comunicación personal 2014). Este se obtuvo durante las recolecciones de Shook (Fig.4d).
En los porcentajes de las tecnologías encontradas en las figurillas de las excavaciones de 2013, el más alto corresponde a la técnica de modelado, con el 59%. Sin embargo, este resultado puede ser engañoso, porque muchos ejemplares consisten en pequeños fragmentos de brazos o piernas efectivamente modeladas, pero que pudieron pertenecer a una figurilla en la que la cabeza y el torso pudieron haber sido elaborados con moldes. De las figurillas modeladas, el 53% pertenecen al modelado burdo y el 47% al modelado fino.
Tipo 2: modelado y molde
Éste se refiere a los ejemplares en donde se usaron simultáneamente ambas técnicas de manufactura. Se presentó en el 30% de las figurillas de las excavaciones de 2013. En las representaciones humanas, por lo general el molde se usó para formar la cara que en realidad es la parte más difícil de crear en una figurilla. A este tipo pertenecen dos variantes locales y otra que corresponde a las figurillas que presentan rasgos teotihuacanos.
En las variantes locales se encuentran dos figurillas muy elaboradas que a la vez funcionaron como complejas flautas. Una fue encontrada durante las excavaciones (J-147e, parte baja de la Plataforma 1, contexto mezclado del Clásico Temprano y Tardío) y la otra fue proporcionada por un jornalero de los alrededores. Sin embargo, por las características muy similares es seguro que viene de Río Seco. La que proviene de las excavaciones tiene la cara bastante destruida, pero lo que queda de los rasgos señala el uso de molde. El resto del cuerpo y de los accesorios están burdamente modelados a mano. Arriba de la cabeza penden tres elementos, el central asemeja a una pocha de cacao. El personaje lleva un grueso collar en cuyos extremos hay unas grandes cuentas, o bien estas pueden corresponder a orejeras, aunque no se encuentran directamente en la posición de las orejas. Los brazos están en posición de alabanza (doblados y con las manos hacia arriba) (Fig.5a). La figurilla que proporcionó el trabajador tiene la cara hecha en molde y pertenece a un personaje con las mejillas infladas, pero la boca no está propiamente en la posición de soplar. La frente está abultada. Encima y a ambos lados de la cabeza hay tres elementos que parecen pétalos de flor pero el de en medio está conectado hacia atrás por un aditamento de barro adherido con dos bandas pequeñas de arcilla. Porta dos orejeras grandes y redondas y un collar grueso del que penden dos elementos. Los brazos se encuentran en la misma posición de la ya descrita. Alrededor del abdomen tiene una banda abultada y el ombligo está perforado. Tanto el abdomen como las piernas están modelados (Fig.5b). Los dos ejemplares fueron hechos de pasta rojiza de textura mediana-gruesa pero el segundo lleva un engobe café. Al parecer este es un estilo muy particular de Río Seco, pues existe evidencia de cuatro ejemplares similares en la Colección Nottebohm. Carlos Nottebohm acompañó a Shook en la primera visita a Río Seco en 1952 y dibujó el primer croquis del sitio (Fotografía del Archivo Shook, Universidad del Valle de Guatemala). Uno de ellos tiene casi las mismas características, mientras que el otro tiene la cara cubierta por una máscara en forma de un mamífero con la lengua de fuera y un tercero lleva la franja alrededor del abdomen. De acuerdo con Oswaldo Chinchilla (comunicación personal 2014), existen varias de estas figurillas/flautas en colecciones privadas, cuyos elementos decorativos varían. La de mejillas infladas corresponde a los personajes mofletudos, comunes en la Costa Sur desde el Preclásico. La encontrada durante las excavaciones del Proyecto Río Seco confirma por primera vez que proceden de la Costa Sur de Guatemala.
La segunda variante local tiene la cara hecha con molde, pero presenta bastante volumen. Lleva los ojos cerrados y tanto los adornos del tocado como las orejeras están modelados. Aunque está parcialmente destruida a la altura de la nariz y la boca, se observa que no presenta características teotihuacanas sino más bien locales, y tiene la misma pasta de los modelados burdos (Fig.6a). Procede de las recolecciones superficiales de 2013. De las unidades J-144g y J-141c (pendientes de fechar) también se encontraron otros torsos con collares modelados y volumen en el cuerpo, hechos con la misma pasta y una técnica muy parecida (Fig.6b).
La tercera variante consiste en las figurillas de estilo teotihuacano, de las cuales durante las excavaciones de 2013 se encontraron cinco cabezas completas y dos fragmentos bastante deteriorados (Fig.7a y 7b). Provienen de los pozos excavados en la Plataforma 1, tanto de niveles profundos como de superficiales. El único fechado hasta el momento es el J-143c, pero presenta materiales mezclados del Clásico Temprano y Tardío. A ellas hay que agregar seis ejemplares de la recolección de Shook, aunque dos de estas presentan los ojos y el flequillo expresados mediante líneas profundas, y podrían ser ejemplos más antiguos (Fig.7c). Sin embargo, por la seguridad del contexto este estudio se concentrará en las encontradas en 2013. Dos están hechas con la misma pasta rojiza de textura mediana-gruesa (una bastante quemada) y tres con la pasta café fina. Por ello, se piensa que probablemente trajeron los moldes y moldearon las piezas en el sitio o en zonas adyacentes. La cara y el tocado están hechos en molde, pero están provistas de grandes orejeras modeladas con un agujero o una bolita también modelada y adherida al centro. Los tocados son altos y en algunos se notan hilos trenzados o tejidos laboriosos. Llevan una o dos filas de flequillo en la frente, algunos partidos a la mitad, lo cual podría haberse usado para representar a mujeres. Arriba de los ojos rasgados se marcan las cejas por medio de una línea ondulada continua. Pocas muestran la nariz y la boca, pues están destruidas en ese preciso lugar, pero algunas tienen una nariz pequeña triangular y la boca abierta. En una procedente de las excavaciones de 2013 y en otra de la recolección de Shook se observan claramente los dientes (Fig.7d). Es posible que el cuerpo también estuviera hecho en molde formando una sola pieza, pues son bastante planas y carecen de espigas para ser insertadas a cuerpos modelados. Dos ejemplos de la colección de Shook corresponden a estas características (Fig.7e). Si los cuerpos eran vacíos, existe la posibilidad que se destruyeron en fragmentos difíciles de reconocer. Al comparar estos rasgos con publicaciones de Teotihuacan, se observa que corresponden a las figurillas de Xolalpan. Los análisis de figurillas de Teotihuacan recientemente publicados confirman posturas anteriores en que hay una tendencia hacia el incremento del uso del molde, el cual se inició a fines de la fase Tlamimilolpa para elaborar las cabezas y luego todo el cuerpo a partir de Xolalpan. Ya en Xolalpan van disminuyendo los rasgos modelados. Es posible entonces que la insistencia en agregarles grandes orejeras y collares modelados haya sido una moda local, siguiendo a los otros estilos donde resaltan símbolos de estatus modelados. Es importante mencionar que en Río Seco no se encontraron figurillas al estilo teotihuacano con la iconografía de “serpiente de fuego”, muy relacionada con el enfoque militarista, como sucede en sitios de Petén como Piedras Negras. Entonces, puede plantearse que las poblaciones de Río Seco o no se estaban identificando con esa ideología o si se trató de la llegada de grupos militares teotihuacanos, eran una facción distinta a la que llegó a Petén.
Para terminar con las humanas del Tipo 2 es importante incluir una cabeza de pasta blanquecina y porosa, hecha con molde y con los ojos protuberantes pero no aplicados, en cuyo centro hay una profunda ranura. Viste una especie de casco o máscara modelada con pico de ave (Fig.7f). Procede de la Unidad J-143f. Se encontraron tres figurillas teotihuacanas parecidas en el catálogo de una exposición que visitó varios países europeos, publicado en alemán en 2009. Sin embargo, dos de ellas tienen elementos iconográficos relacionados con el culto a Xipetotec, mientras que la tercera tiene atributos de un luchador o de un jugador de pelota (Fig.7g). También llama la atención que la encontrada en Río Seco muestra características muy similares a personajes representados en el Códice Nuttall de la zona mixteca al sur del Centro de México (véase Nuttall 1975:98). Los avances lingüísticos en el análisis de los murales y otras formas de arte de Teotihuacan abren la posibilidad de que sus habitantes o buena parte de ellos hayan sido de origen nahua, lo que significaría que la Costa Sur y otras regiones de Guatemala pudieron tener contactos con poblaciones nahuas desde el periodo Clásico Temprano. Sin embargo, debe notarse que la presente muestra de figurillas señala que las clásicas con rasgos del Centro de México se agregan a muchas otras elaboradas en estilo local, pues se descubrieron en los mismos depósitos. Esto, junto con la cerámica, apoyaría la adopción de estilos foráneos quizás como parte de elementos de prestigio usados por grupos políticos ya fuera de origen extranjero o locales identificados con ideologías teotihuacanas.
Por otro lado, los ejemplos de animales del Tipo 2 solamente provienen del recorrido de Shook. Destacan un mono con orejeras aplicadas, la cabeza de un felino con orejas modeladas y una figurilla/flauta de un mamífero con formas humanas modeladas que está completa (Fig.8a, 8b y 8c).
Tipo 3: molde
Lo integran las figurillas hechas completamente en molde, sin ningún agregado modelado. El porcentaje de este tipo en la muestra es del 11%, el más bajo de todos. Casi siempre se trata de cabezas, pues generalmente los cuerpos hechos en molde son vacíos y se quiebran en pedazos difíciles de reconocer. Otra explicación es que esta es una tecnología que dominó del Clásico Tardío en adelante y esté poco representada en Río Seco. En las excavaciones de 2013, en la parte baja de la Plataforma 1, Leticia Miguel descubrió el Rasgo 6 consistente en dos figurillas hechas en molde encima de un piso, junto con materiales del Clásico Tardío. Una de ellas está hecha en pasta café fina, cubierta con un engobe café claro, y funcionaba como flauta. Representa a una mujer con los ojos cerrados, ataviada con orejeras y un collar de tres cuentas. La cara no se asemeja a las del estilo teotihuacano y aunque los detalles fueron ejecutados en bajo relieve, la figurilla en sí tiene más volumen que las del estilo teotihuacano. Lleva sus manos sobre el abdomen y al parecer vestía una falda y los senos desnudos (Fig.9a). En Teotihuacan y otras partes de Mesoamérica, las figurillas hechas completamente en molde predominaron del Clásico Tardío hasta fines del Posclásico.
Los otros fragmentos también representan a mujeres. Una, manufacturada en la misma pasta café y recubierta por un engobe café un tanto oscuro, está sentada con las piernas cruzadas, lleva un collar de varias cuentas y el mismo chal que se describió para las modeladas burdas. Se observa que llevaba una falda y los senos al descubierto (Fig.9b). El otro fragmento está bastante deteriorado, pero se nota una túnica larga adornada con conchas o cuentas (Fig.9c). Esta está hecha con una pasta blanquizca que durante la cocción dio un acabado amarillento y puede corresponder a la vajilla Tiquisate. En la recolección de Shook también se encontró una figurilla femenina que funcionaba como pito. Los rasgos de la cara pueden ser transicionales entre el estilo teotihuacano y lo que se convertirá en un estilo local y regional de la Costa Sur. Tiene los ojos cerrados enmarcados con cejas similares a las teotihuacanas. Sobre la frente lleva un flequillo. El tocado denota detalles de textiles en bajo relieve y luego se eleva en una banda lisa que lo rodea. El collar está escasamente expresado, al igual que las orejeras, y las manos que lleva hacia el frente. Este tipo de figurillas pertenecen a un estilo regional de Escuintla, pues Oswaldo Chinchilla ha encontrado varias de ellas en la zona de Cotzumalguapa e igualmente corresponden a representaciones femeninas con los mismos rasgos.
Finalmente, es posible que también hayan elaborado figurillas de animales hechas completamente en molde, como lo señalan algunos ejemplos de la recolección de Shook. No obstante, existe la posibilidad de que se trate de apliques de vasijas, como los grandes cuencos de paredes rectas y soportes rectangulares, propios del Clásico Tardío.
Aire: la pregunta de la sonoridad
Entre las figurillas de barro halladas en el sitio por Edwin Shook y las de la temporada de excavación 2013 hay unas 20 cuya función sonora original es evidente o, por lo menos, probable. Todas ellas son aerófonos del tipo flauta globular. Un artefacto único que no es figurilla, pero sí parte de un aerófono, es la boquilla de una flauta cuádruple encontrada sin los cuatro tubos originales.
En su mayoría los ejemplares de flautas globulares son de hechura y manejo relativamente sencillos. Tienen un dispositivo sonoro que consiste en un canal de insuflación conduciendo a una apertura ubicada o en la base o la espalda de la figurilla (véase Fig.3a, 3b y 8c). No están provistos de agujeros de digitación, exceptuando un ejemplar con dos orificios ubicados en el dorso de la figurilla. Unos pocos especímenes que tienen o tenían rasgos acústicos más complejos pertenecen a un tipo organológico que se conoce como flauta poliglobular, por componerse de varias cámaras interconectadas. Entre ellos hay un solo ejemplar casi completo, todos los demás están fragmentados.
En lo siguiente se describe y discute una selección de los artefactos sonoros hallados en Río Seco, con el fin de aportar nuevos datos a los estudios sobre las flautas poliglobulares, las flautas múltiples y la distribución de ciertos tipos de flautas en la región central de Escuintla.
Las flautas poliglobulares
Hay tres artefactos que se consideran vestigios seguros de flautas poliglobulares y dos que podrían haber pertenecido al mismo tipo, pero cuyo estado fragmentario no permite una identificación definitiva.
Entre los ejemplares seguros destaca el único ejemplar cuyo dispositivo sonoro se ha conservado enteramente. Esta figurilla humana lleva la embocadura en forma de “silla” en la coronilla de la cabeza y tiene tres cámaras interconectadas a la altura de la cabeza, el pecho y el vientre (véase Fig.5b). La toma radiográfica confirma la correspondencia entre su forma globular (ovalada) externa e interna. El instrumento está provisto de tres agujeros de digitación de un diámetro de entre 0.4 y 0.6 cm: uno protuberante colocado en el dorso de la cámara del pecho (la mediana); los otros dos planos – el de frente con una ornamentación circular ligeramente alzada – y situados en el anverso y dorso de la cámara del vientre (la inferior). Con sus cámaras globulares colocadas en línea recta a lo largo de unos 8.5 cm y la embocadura de soplo directo dispuesta de tal manera que al soplarla la figurilla se mantenía verticalmente y con la vista hacia adelante, el instrumento pertenece a una categoría de flautas poliglobulares que en la tipología propuesta por Rodens, Both y Sánchez Santiago (2013:124-125) se identifica como “Tipo I, flautas globulares rectas; Subtipo I-0, variante 2”.
A la misma categoría tipológica debió pertenecer un ejemplar del que se han preservado solo la primera cámara (la superior) y la mayor parte de la segunda (véase Fig.5a). Hasta donde se puede ver, tiene las mismas dimensiones que la flauta poliglobular entera y al igual que ella tiene una embocadura de “silla” algo dañada en la primera cámara y un agujero de digitación protuberante en el dorso de la segunda. Ambas cámaras son globulares. El punto de rotura de la segunda permite reconstruir un detalle de su elaboración: la segunda cámara fue hecha separadamente y luego cubierta por otra capa de arcilla. Hay indicios que lo mismo vale para la parte inferior de la cámara superior en donde solo la parte de la embocadura parece estar formada por medio de la capa exterior. La flauta está provista de dos pequeños agujeros adicionales, que muy probablemente sirvieron para suspender el instrumento por medio de una pita delgada y así poder transportarlo.
Hay otro ejemplar que se puede identificar con cierta confianza como flauta poliglobular, aunque solo quedó la cámara de en medio (Fig.6a). Sin embargo, sus dos extremos se abren de una manera que deja pocas dudas que cada uno conectaba originalmente a una cámara globular con un diámetro similar (c. 3 cm). La cámara media es tubular y corta (c. 2 cm de largo) lo que hace pensar que quizás funcionó sobre todo como parte interconectora entre las dos cámaras globulares. En su parte frontal tiene aplicada una efigie humana. Una huella en el borde dorsal fracturado de la supuesta cámara inferior señala la posible presencia de un agujero de digitación en este lugar.
Infiriendo del registro publicado por Rodens, Both y Sánchez Santiago (Ibíd. 132-136) el tipo al que pertenece la flauta poliglobular entera y su pareja fragmentada son bastante frecuentes en la Costa Sur de Guatemala. Dicho registro incluye por lo menos once ejemplares de este tipo (de un total de 28) cuya proveniencia costeña está considerada como segura o posible. No obstante, en vista de que al parecer no fue posible identificar el contexto arqueológico exacto de ninguna de las once flautas, los dos ejemplares hallados en Río Seco significan un paso adelante en el análisis de la distribución de estos artefactos en la Costa Sur. Dado su estado fragmentario, la clasificación tipológica del tercer ejemplar de flautas poliglobulares seguras plantea algunos problemas. Lo que es obvio es que en cuanto a sus medidas y su apariencia externa no se trata del mismo tipo que las otras dos. No obstante, las dificultades empiezan desde la determinación del número exacto de cámaras: ¿Eran solo dos cámaras globulares o tres o aún más? ¿Se entiende la parte tubular de apenas 2 cm de largo como una verdadera cámara o solo como la parte conectora entre dos cámaras globulares? (La respuesta a esta última pregunta depende en buena medida del comportamiento acústico de las distintas formas y tamaños de cámaras en estos artefactos cuyo estudio sistemático queda pendiente todavía.) Todas las variantes de flautas poliglobulares que acaban de considerarse, están documentadas para el área Maya, pero en vista del estado de dicho artefacto, se propone una interpretación tentativa de un instrumento de dos cámaras globulares con un tubo corto conector, de soplo directo y sujetado verticalmente. En la tipología referida estaría clasificada probablemente como “Tipo I, flautas globulares rectas; Subtipo I-0I, variante 2” (Ibíd. 125-126).
La boquilla de flauta cuádruple
Un objeto que indica ya de por sí prácticas musicales polífonas en Río Seco, es la boquilla de una flauta cuádruple cuyos tubos desafortunadamente se han perdido (Fig.10). Sin embargo, la boquilla delgada de unos 5.2 cm de largo, 2.6 cm de ancho en la parte proximal y 5.3 cm en la parte distal deja ver los canales de insuflación correspondientes: tiene dos canales de entrada en la parte proximal, cada uno de los cuales se bifurca luego por una partición colocada en el interior de la boquilla, desembocando así por medio de cuatro salidas ovaladas a los cuatro tubos ahora ausentes. La boquilla de barro de color anaranjado no lleva rastros ni de una efigie aplicada ni de otras formas ornamentales, como por ejemplo incisiones. Se descubrió en la unidad J-161b, con fecha de la segunda parte del Clásico Temprano.
Han sido muy pocos los ejemplares de flautas cuádruples que hasta la fecha se han reportado del área Maya. En su estudio exhaustivo sobre este tipo de flauta en Mesoamérica Arndt (en prensa) reporta dos ejemplares provenientes posiblemente de Tabasco, una con proveniencia segura de Jaina, Campeche y otros dos de Baking Pot, Belize. Stöckli (2001:544) identificó un artefacto fragmentado, excavado durante la temporada 1998 del Proyecto Arqueológico Regional Piedras Negras, también como posible boquilla de una flauta cuádruple. En vista de tal escasez, sería tentador relacionar a la boquilla de Río Seco con la Costa del Golfo, especialmente Veracruz, como a menudo se ha hecho sin gran reparo en los primeros estudios arqueomusicológicos (y, de hecho, en otros recientes). O, más aún, adscribirla a la esfera de influencia de Teotihuacan, donde en realidad se hallaron una gran cantidad de fragmentos y miniaturas de flautas cuádruples (véase Séjourné 1966; Arndt en prensa). No obstante, hay varias razones que hacen que esta adscripción sea por el momento bastante hipotética. En el plano material hacen falta los tubos y por tanto, una serie de datos claves, además de la ausencia de ornamentos en la boquilla, especialmente de un determinado tipo de efigie aplicada que, según la hipótesis de Arndt (en prensa), podría ser un rasgo distintivo de las flautas cuádruples teotihuacanas. No obstante, a este respecto tampoco la conclusión inversa es válida, puesto que también se encontraron boquillas planas y lisas en Teotihuacan (Ibíd.). Más peso aún tienen las incógnitas sobre la direccionalidad de las influencias que determinaron la distribución de estas flautas en Mesoamérica y que todavía no han sido aclaradas, ni siquiera en los ejemplares descubiertos en el propio Teotihuacan (Ibíd.). Entonces, la contribución más segura e importante del hallazgo de la boquilla de una flauta cuádruple en Río Seco a esta discusión, es la confirmación que en la Costa Sur también habían flautas de este tipo, un dato desconocido hasta la fecha.
Apuntes sobre la distribución regional de algunos otros tipos de flautas de Río Seco
Entre las figurillas que permiten una comparación a nivel regional destaca la representación moldeada de una mujer con un tocado elaborado, la cual tiene una boquilla protuberante en la parte lateral derecha, a la altura del vientre, de donde conduce un canal de insuflación corto y horizontal hacia una apertura ubicada en el dorso (véase Fig.9a). No está provista de ningún agujero de digitación. El mismo dispositivo sonoro, muy llamativo por no haber sido integrado a las líneas anatómicas generales de la figurilla y solo parcialmente “invisibilizado” en su lado dorsal, se encuentra también en algunas figurillas descubiertas en los sitios Montana y Manantial durante el Proyecto Costa Sur dirigido por Frederick Bove en las décadas de 1980 y 1990. Aunque distintas entre sí en cuanto al tamaño y ciertas características estilísticas, comparten el rasgo de representar mujeres y mostrar dicho “bulto” lateral más o menos pronunciado.
Una variante de este tipo podría ser otra figurilla femenina moldeada de Río Seco que también tiene un pronunciado dispositivo sonoro lateral-dorsal (véase Fig.9b). No obstante, en este caso el canal de insuflación está integrado a lo que representa el hombro derecho de la figurilla. Este dispositivo, bastante difundido en el área Maya en general, se encuentra también en otros ejemplares tanto de Río Seco como de Manantial. Pero, a diferencia del tipo de figurillas femeninas moldeadas, éstos representan seres antropomorfos de ambos sexos o seres antropo-zoomorfos, son modelados y el canal de insuflación se localiza en el hombro de un brazo sólido hecho separadamente del torso (véase Fig.2a).
Finalmente, entre las figurillas con función sonora que el Proyecto Costa Sur descubrió en Manantial, se encontró también una flauta poliglobular cuyo estado fragmentario dificulta una identificación tipológica certera. Sin embargo, se asume que se trataba de un ejemplar de soplo directo, con tres cámaras globulares y varios agujeros de digitación de los que un orificio protuberante se conservó en la parte dorsal de la cámara media. Estos rasgos morfológicos-acústicos se asemejan a los de las flautas poliglobulares halladas en Río Seco.
Fuego: la pregunta de lo ritual
Este es sin duda el cuestionamiento más difícil de resolver a través del presente estudio, especialmente porque la muestra proviene de pozos de sondeo y no de ofrendas o de excavaciones extensivas en áreas de actividad. Aunque Edwin Shook registró en sus notas algunos datos, nunca elaboró una publicación de sus recolecciones ni de sus excavaciones de rescate que permitan comparaciones seguras. La muestra estudiada proviene, entonces, del primer proyecto de excavación formalmente organizado que, como muchos otros, debió responder a las restricciones gubernamentales de un primer acercamiento al sitio.
A lo anterior hay que agregar que estas figurillas proceden de un sitio fuertemente destruido por la mecanización agrícola para construir grandes canales hidráulicos y por el saqueo. Varias de las excavadas en 2013 estaban en el gran depósito asociado con la Plataforma 1, que se piensa tuvo una función doméstica. Es lo que los arqueólogos comúnmente llaman “basurero”, pero aquí se plantea que era un depósito cuya apertura y cierre pudo estar ligado a etapas de vida de los ocupantes de dicha plataforma y que habría involucrado conductas rituales que incluyeron figurillas y flautas. Allí se descubrieron numerosos artefactos quebrados, no sólo los aquí estudiados. Son objetos del diario vivir de las personas, reflejado por objetos finos y utilitarios. Casi todas las figurillas están quebradas, especialmente a la altura de la boca y la nariz. Esto podría indicar ritos de consulta, quizás con ancestros y al finalizarlos eran quebradas y depositadas. Otra posibilidad es que se usaran como actores para recrear escenas relevantes al grupo familiar (Lopiparo y Hendon 2009). Sin embargo, todo queda en meras conjeturas, porque este caso es el mismo que reporta Joyce Marcus en muchas excavaciones arqueológicas: las figurillas son recuperadas en la última fase de una larga fila de comportamientos sociales, que es cuando son descartadas (Marcus 2009:25). Una posible excepción son las figurillas descubiertas en el Rasgo 6 sobre un piso, junto a materiales del Clásico Tardío. Estas pudieron estar relacionadas con un ritual dedicatorio de la construcción de una vivienda que se localizaba atrás de la Plataforma 1 y que correspondería a una ocupación más tardía que la perteneciente al gran depósito doméstico. Por otro lado, numerosas crónicas etnohistóricas del Siglo XVI señalan que en las viviendas indígenas se tenían altares con “idolillos”, que servían para consultas. Marcus (Ibíd.) registró casos etnográficos en Oaxaca en donde funcionaban como guardianes o protectores de las viviendas. Por otro lado, durante las excavaciones de 2013, se descubrieron dos enterramientos y ninguno de ellos estaba acompañado por figurillas. Esto coincide con otros sitios mesoamericanos, pues aunque las investigaciones señalan que las figurillas tenían distintas funciones y significados, raramente formaban parte de los ajuares funerarios.
Notas finales
Este es un acercamiento del tipo ético, en donde se impone una clasificación para intentar comprender uno de los niveles del fenómeno relacionado con las figurillas y flautas. Dado que se enfoca en detalles tecnológicos de manufactura, ofrece datos que podrán ser usados para análisis económicos. No obstante, falta mucho para lograr un enfoque émico, que se acerque al significado que las personas le daban a estas figurillas y flautas. Para ello serán necesarias las excavaciones extensivas, que permitan sacar a luz las áreas de actividad y las ofrendas.
En 2009 y 2014 se publicaron dos libros dedicados exclusivamente al estudio de las figurillas mesoamericanas. Faust y Halperin (2009:1) resaltaron la importancia de las figurillas como indicadores de los procesos sociales de la gente que las produjo, contribuyendo a entender la economía, política, prácticas sociales y el cambio. Sin embargo son muy pocos proyectos arqueológicos los que incluyen análisis detallados de estos artefactos en sus informes y publicaciones, especialmente dibujos que permitan comparaciones. En Río Seco, estas figurillas y flautas son evidencias importantes de las interacciones sociales entre las regiones de la Costa Sur y con Teotihuacan. Es muy difícil encontrar descripciones, adscripciones de ejemplares a las distintas fases, fotografías y dibujos de figurillas teotihuacanas. Por ello, en este trabajo hay un esfuerzo por poner a la disposición de los investigadores dibujos y fotografías que ilustran los tipos propuestos y los ejemplos más relevantes.
Se observa que en el estudio de figurillas hay avances importantes en Oaxaca, en el valle de Ulúa, Honduras y en contados sitios de Petén, como Aguateca, en donde se han realizado excavaciones extensivas que han logrado exponer las áreas de actividad. Por ello, se insta a las autoridades de gobierno a que al momento de autorizar un proyecto arqueológico, evalúen la situación social que rodea al sitio en cuestión. En la Costa Sur es difícil conseguir los permisos para investigar los sitios, que se encuentran bajo gran riesgo. Puede que sean oportunidades únicas, por lo que autorizaciones rápidas para excavaciones extensivas deberían ser prioritarias.
Agradecimientos
Agradecemos a la Licda. Mariana Sánchez de Bonifasi por confiarnos el análisis de estas figurillas y objetos sonoros. Estamos muy agradecidos con el Dr. Oswaldo Chinchilla por ayudarnos con fotografías de artefactos similares a los estudiados en este trabajo y por sus valiosos comentarios. Gracias al Lic. Gilberto Cruz por las fechas de los contextos arqueológicos. Muchas gracias al Dr. Tomás Barrientos Q. por su apoyo con el montaje de las figuras. También agradecemos a los biólogos MA. Claire Dallais de Masaya y MA. Pablo Bolaños por la identificación de las figurillas de aves. Finalmente, enviamos un agradecimiento especial a Alfredo Román por sus inigualables dibujos.
Referencias
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e.p. The Quadruple Flutes of Teotihuacan Resurfaced. Flower World: Music Archaeology of the Americas. Mundo Florido: Arqueomusicología de las Américas 3. Berlín.
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2003 Teotihuacan, Militarism, and Pacific Guatemala. En The Maya and Teotihuacan: Reinterpreting Early Classic Interaction (editado por Geoffrey E. Braswell), pp.45-79. University of Texas Press. Austin.
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Ivic de Monterroso, Matilde
2004 Análisis de las figurillas del Parque Kaminaljuyu. En Kaminaljuyu: Informe de las excavaciones realizadas en el Parque Kaminaljuyu, Guatemala, de julio 2003 a febrero 2004 (editado por M. Ivic de Monterroso y C.Alvarado Galindo), pp. 312-327. Informe final presentado al Instituto de Antropología e Historia. Universidad del Valle de Guatemala, Guatemala.
Loppiparo, Jeanne y Julia A. Hendon
2009 Honduran Figurines and Whistles in Social Context. En Mesoamerican Figurines: Small Scale Indices of Large-Scale Social Phenomena (editado por C.T. Halperin et al.) University Press of Florida, Florida.
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2009 Rethinking Figurines. En Mesoamerican Figurines: Small Scale Indices of Large-Scale Social Phenomena (editado por C.T. Halperin et al.). University Press of Florida, Florida.
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1975 The Codex Nuttall: A Picture Manuscript from Ancient Mexico. The Center for Pre-Columbian Studies, Dumbarton Oaks. Dover Publications, New York.
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2013 Las flautas poli-globulares de Mesoamérica. Flower World: Music Archaeology of the Americas. Mundo Florido: Arqueomusicología de las Américas 2:121-158. Berlín.
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Stöckli, Matthias
2001 Los objetos sonoros de barro: Un análisis preliminar. En Proyecto Arqueológico Piedras Negras, Informe Preliminar 4 (editado por H. Escobedo y S. Houston), pp. 543-546. Universidad de Brigham Young y Universidad del Valle de Guatemala, Provo y Guatemala.
Fig.1: Tipo 0 (Modelado Preclásico). Figura 1a: cabeza del Preclásico Medio. Figuras 1b y 1c: cabezas
del Preclásico Tardío, recolección superficial de Edwin Shook. Fotografías de M. Ivic de Monterroso.
Fig.2: Tipo 1 (Modelado Clásico, burdo y fino), formas humanas. Figura 2a: figurilla/flauta masculina.
Corte lateral, vista frontal, corte frontal y corte medio, recolección superficial en Río Seco, 2013.
Figura 2b: figurilla masculina con máscara de ave, recolección superficial de Edwin Shook. Figuras 2c y 2d:
fragmentos de pies de varias unidades excavadas en Río Seco. Figura 2e: femenina, con chal, recolección
de 2013 en Río Seco. Dibujos de A. Román y fotografías de M. Ivic de Monterroso.
Fig.3: Tipo 1 (Modelado Clásico, burdo), formas de animales. Figura 3a: tortuga Planta, vista lateral y corte lateral, J-161b. Figura 3b: ave. Vista frontal y vista lateral, recolección superficial de Edwin Shook. Figura 3c: ave, posiblemente pajuil, recolección superficial de Edwin Shook. Figura 3d: mono Corte lateral y vista frontal, J-143h. Dibujos de A. Román y fotografía de M. Ivic de Monterroso.
Fig.4: Tipo 1 (Modelado Clásico, fino), formas humanas y de animales. Figura 4a: fragmentos de brazo
(Recolección superficial de Edwin Shook) y de pierna (J-161b). Figura 4b: fragmento de enano, J-161b.
Figura 4c: casco con plumas, recolección superficial de Edwin Shook. Figura 4d: cabeza de pavo,
posiblemente pajuil, Vista frontal y vista lateral, recolección superficial de Edwin Shook.
Dibujos de A. Román y fotografías de M. Ivic de Monterroso.
Fig.5: Tipo 2 (Molde y Modelado, local), formas humanas. Figura 5a: fragmento de una figurilla/flauta
poliglobular. Corte lateral, vista frontal, corte frontal y corte medio, J-147e. Figura 5b: figurilla/flauta
poliglobular. Corte lateral, vista frontal, corte frontal y corte medio, recolección superficial en Río Seco,
2013. Dibujos de A. Román.
Fig.6: Tipo 2 (Molde y Modelado, local), formas humanas. Figura 6a: cabeza con aplicaciones modeladas
y cara en molde. Probablemente fragmento de una flauta poliglobular. Corte lateral, vista frontal,
recolección superficial en Río Seco, 2013. Figura 6b: torsos con extremidades y adornos modelados,
J-144g y J-141c. Dibujo de A. Román y fotografías de M. Ivic de Monterroso.
Fig.7: Tipo 2 (Molde y modelado, rasgos teotihuacanos), formas humanas. Figura 7a: cabezas moldeadas
con adornos modelados, recuperadas durante las excavaciones de Río Seco, 2013. Figura 7b: corte lateral
y vista frontal, J-161a. Figura 7c: cabezas de la recolección superficial de Edwin Shook. Figura 7d: cara con los dientes expuestos, recolección superficial de Edwin Shook. Figura 7e: torsos moldeados con adornos
modelados, recolección superficial de Edwin Shook y J-141c. Figura 7f: cabeza con casco protector. Corte
lateral y vista frontal, (J-143f. Dibujos de A. Román y fotografías de M. Ivic de Monterroso. Figura 7g: figurillas de Teotihuacan, tomadas de Teotihuacan: Geheimnisvolle Pyramidenstadt 2009: Figuras 161, 162, y 177.
Fig.8: Tipo 2 (Molde y modelado), zoomorfas y antropomorfas. Figura 8a: cabeza de mono con orejeras modeladas. Vista frontal y vista lateral, recolección superficial de Edwin Shook. Figura 8b: cabeza de felino con orejas modeladas. Corte lateral y vista frontal,
recolección superficial de Edwin Shook. Figura 8c: figurilla/flauta de mamífero con extremidades modeladas. Corte lateral, vista frontal y vista lateral, recolección superficial de Edwin Shook. Dibujos de A. Román.
Fig.9: Tipo 3 (Molde), figurillas/flautas con formas
humanas femeninas. Figura 9a: corte lateral, vista frontal y corte medio, recolección superficial de Edwin Shook. Figura 9b: corte lateral, vista frontal y corte medio, J-147f. Figura 9c: corte lateral y vista frontal, J-147f. Dibujos de A. Román.
Fig.10: boquilla de flauta cuádruple. Vista frontal, vista posterior, corte superior e inferior, J-161b.
Dibujos de A. Román.