028 Investigaciones arqueológicas en la región de Chaculá, Huehuetenango. Ulrich Wölfel y Victor Castillo – Simposio 28, 2014

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028 Investigaciones arqueológicas en la región de Chaculá,  Huehuetenango.

Ulrich Wölfel y Victor Castillo

 

XXVIII Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala

Museo Nacional de Arqueología y Etnología
14 al 18 de julio de 2014

Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Lorena Paiz

 

Referencia:

Wölfel, Ulrich y Victor Castillo
2015 Investigaciones arqueológicas en la región de Chaculá, Huehuetenango. En XXVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2014 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y L. Paiz), pp. 351-364. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

Investigaciones arqueológicas en la región de Chaculá, Huehuetenango
Ulrich Wölfel
Victor Castillo
Palabras clave
Huehuetenango, Chaculá, Quen Santo, Clásico Tardío, Postclásico.

Abstract
The main objectives for the first field season of the Proyecto Arqueológico de la Región de Chaculá (PARCHA) were the realisation of the Chaculá archaeological site as well as the localization of the archaeological sites that have been reported by Eduard Seler in 1901. Among the discoveries of the 2013 field season were the rediscovery of Seler’s excavation trenches at Quen Santo, various stone sculptures, as well as various architectural groups that do not appear in his map. A total of ten additional sites were documented that have not previously been reported on, these include a site with rock paintings. In various sites a pattern could be identified in which one of the ballcourt structures is integrated with the principal platform of the architectural group.

 

Introducción
La región de Chaculá cobró notoriedad en los estudios mesoamericanos desde que el investigador alemán Eduard Seler realizara reconocimientos y excavaciones en el lugar en 1896. Producto de sus investigaciones Seler publicó en 1901 el libro Die alten Ansiedlungen von Chaculá im Distrikte Nenton des Departements Huehuetenango der Republik Guatemala (Los Antiguos Asentamientos de Chaculá).

En base al reporte de Seler, el Proyecto Arqueológico de la Región de Chaculá realizó una primera temporada de investigaciones de campo con los siguientes fines: a) producir un mapa del sitio arqueológico Chaculá; b) localizar otros sitios arqueológicos reportados por Seler; c) generar información puntual para elaborar una base de datos para un sistema de información geográfica (GIS) de la región que ofrezca un soporte documental para futuras investigaciones más extensas; d) promover el registro y la protección de los sitios arqueológicos de la región de Chaculá. El proyecto se planteó como un programa piloto inicial con el fin de realizar una documentación adecuada del sitio Chaculá y sus alrededores con vistas a obtener información para elaborar posteriormente un diseño de una futura investigación integral y extensa que incluya excavaciones.

Investigaciones previas
En 1896 el investigador alemán Eduard Seler, uno de los fundadores de los estudios mesoamericanos, visitó el área de Chaculá, en el norte del departamento Huehuetenango, Guatemala (Fig.1). En esa área había varias fincas propiedad del alemán Gustav Kanter, quien dio permiso a Seler para conducir investigaciones arqueológicas. Durante algunos meses, Seler hizo una documentación de varios sitios arqueológicos en los terrenos de Kanter, entre los que destacan Chaculá, Uaxac Canal y Quen Santo. Debido a las publicaciones de Seler, los sitios arqueológicos de la región de Chaculá son conocidos en la literatura arqueológica, e incluso hoy en día los investigadores mayistas aún hacen referencia a los resultados del trabajo de Seler (por ejemplo, Brady 2009; de Montmollin 1995; Kowalski 1989).

Gustav Kanter era así mismo un arqueólogo aficionado que realizó sus propias excavaciones y reunió una impresionante colección arqueológica que se exhibía en el casco de la antigua finca Chaculá y que desafortunadamente fue destruida en las décadas posteriores a la visita de Seler (Villacorta y Villacorta 1927).

Las investigaciones arqueológicas cesaron en la región luego de que Seler visitara el área. Aun así, Chaculá y Quen Santo aparecieron frecuentemente en los mapas de las publicaciones académicas de la primera mitad del Siglo XX y eran referencia obligada en las discusiones sobre el uso ritual de cuevas y la faceta tardía de la civilización Maya del Período Clásico (Garza 2009). En 1979 Carlos Navarrete publicó, bajo auspicios de la UNAM, un catálogo del corpus escultórico de los monumentos de piedra que aún quedaban en las ruinas del antiguo casco de la finca de Kanter. En este estudio, Navarrete discute las probables relaciones estilísticas de la escultura de Chaculá y ofrecía un marco comparativo con otras partes del altiplano guatemalteco y chiapaneco. Además presenta una discusión sobre el problemático fechamiento del complejo escultórico y de la ocupación de la región de Chaculá. Recientemente, James Brady (2009) publicó un nuevo estudio sobre las cuevas de Quen Santo, en dónde ofrece aproximaciones etnográficas y nuevos hallazgos arqueológicos.

Mapeo del sitio Chaculá
Los trabajos de mapeo de la temporada 2013 se concentraron en el mapeo de los Grupos A y B de Chaculá, trabajo que se logró con éxito (Figs.2 y 3). Sin embargo, los recorridos en el área de estudio determinaron la existencia de un número indeterminado de conjuntos menores, grupos de terrazas y estructuras aisladas localizadas de manera dispersa alrededor de estos grupos. Estos conjuntos menores no fueron mapeados debido a que estaban cubiertos por un abundante vegetación y denso bosque, las limitaciones impuestas por el tiempo y lo escabroso del terreno, pero se espera que en futuras temporadas se pueda realizar un mapa completo.
La característica más notable del sitio Chaculá es que los conjuntos y grupos arquitectónicos no se asientan sobre terreno plano, sino que fueron construidos en las pendientes de los cerros del lugar sobre un complejo sistema de terrazas que sirvió́ de fundamento para una gran variedad de construcciones. La principal implicación de este diseño del asentamiento es que no existen grandes plazas ni espacios abiertos centrales como en el caso de otros sitios arqueológicos de la región. El Grupo B es el único conjunto que presenta una explanada lo suficientemente amplia como para recibir a una multitud de tamaño considerable, aunque aún así́ su capacidad parece haber sido reducida. El Grupo A presenta una pequeña plazuela en lo más profundo de su terreno pero, como se detallará en la descripción de este grupo más adelante, tampoco parece haber funcionado como una plaza para grandes multitudes.

Sin entrar a profundidades teóricas sobre los usos de espacios públicos y privados, es nuestra impresión que el aprovechamiento del terreno y la utilización de los espacios arquitectónicos es radicalmente diferente al resto de asentamientos de la región. Esto quizá́ corresponda a una variabilidad producto de diferencias temporales, pero sólo excavaciones intensivas podrán arrojar luz sobre este aspecto. Por el momento basta mencionar que no parece que en el sitio Chaculá haya existido algún tipo de “plaza central”, y que los grupos mapeados presentan alta variabilidad en el manejo del espacio. Esto nos sugiere que los grupos de Chaculá estaban diferenciados en términos de función y forma.

Grupo A
El Grupo A presenta más de sesenta estructuras individuales, localizadas en las pendientes de un cono de denudación (Fig.2). Este grupo fue descubierto gracias a las indicaciones de guías locales, pero su existencia permanecía desconocida para la mayoría de los habitantes de Chaculá. En base a nuestro conocimiento y a informes de los habitantes de Chaculá, se concluye que este grupo es el que tiene la mayor densidad de estructuras en el sitio.

En el fondo del mencionado cono existe una pequeña planada que da la impresión de haber sido una especie de plazuela. La mayoría de las estructuras ven en dirección a esta planada, la cual presenta una «estela» no tallada de 0.90 m de altura y aproximadamente 0.30 m de ancho y 0.34 m de grosor. Actualmente la superficie de esta hondonada es sumamente irregular. Un rasgo notable es que se encontraron en la superficie grandes cantidades de piedra suelta, algunas de ellas talladas. Es nuestra impresión que estas piedras iban a ser utilizadas para construcción o son producto de construcciones desmanteladas, aunque no se puede asegurar que su agrupamiento en este sector del grupo haya sucedido en tiempos prehispánicos. Durante las primeras décadas de la finca Chaculá muchos corrales de piedra fueron construidos como límites entre terrenos y sin duda para ello se utilizaron piedras de las estructuras que abundan por el lugar; una posibilidad es que esta concentración de piedras sea producto de ello. Debido a que las actividades de mapeo se realizaron durante la temporada de lluvia, se puede constatar que esta plazuela hundida no tenía drenaje, ya que acumuló una considerable cantidad de agua, dando la impresión de ser una laguna. La estela lisa incluso quedó sumergida parcialmente por el nivel de las aguas.
Una terraza basal rodea prácticamente la plazuela de la que se ha hablado anteriormente. Las dimensiones de la terraza son variables porque ésta se acomoda a la topografía irregular del terreno. En una de las esquinas de la Estructura A-14 arranca un muro exento, también de dimensiones variables, el cual corre al filo de la terraza y luego da vuelta hacia el oeste, escalando la pendiente. En algunas secciones el muro llega a alcanzar una altura de 1.50 m, aunque en varias partes se encuentra destruido. A la altura de A-50 el muro torna al sur, para desaparecer unos metros después. El Grupo A presenta otro muro exento al noroeste de A-55 cuya máxima altura es de 1.50 m, uno enfrente de las estructuras A-57 y A-58, y otro más de altura variable sur de A-56. No es clara la función de estos muros ya que arrancan y terminan sin patrón específico.

La mayoría de estructuras presenta escalinatas de acceso en su parte hacia la planada, una especie de porche o descanso en la parte superior, y finalmente un cuarto principal. Muchos de los cuartos presentan restos de cimientos de bancos. Los hay alargados hacia el fondo de la estructura, de menores dimensiones en los extremos, pero también hay bancos con formas de “L”. Generalmente son las estructuras más grandes las que presentan este rasgo arquitectónico. Algunas estructuras muestran alfardas con tableros rectangulares en la superficie. Varios de las estructuras forman conjuntos de 2-3 edificios sobre una plataforma construida en el pendiente del cerro. En cada de estos conjuntos, por lo menos uno de los edificios cuenta con una escalinata enfrente, hacia la planada, y con por lo menos un banco en el interior (por ejemplo A-49 a A-51, A-32 a A34, A-40 y A-41). Comparando con los resultados de Rivero Torres (1987: Figs.7 y 9) en Los Cimientos (Chiapas, a una distancia de 25 km en línea directa al oeste de Chaculá), existe la posibilidad que estos son conjuntos habitacionales. Una observación importante es que las estructuras con escalinatas y alfardas parecen haber sido basamentos para estructuras de algún material perecedero, puesto que no se encontró material de derrumbe que pudiera haber sugerido la existencia de paredes exentas.

Otro rasgo arquitectónico característico no sólo del sitio Chaculá, sino de toda la región, es la abundante presencia de agujeros que Seler llama subterráneos (Seler 1901:61). Los subterráneos consisten en cavidades o cámaras rectangulares dentro de las estructuras que fueron construidas como parte del diseño de las mismas. Estas cámaras estaban cubiertas por lajas grandes y planas al nivel del suelo de la estructura. En algún momento en la antigüedad, estas lajas fueron removidas para ingresar a los subterráneos, suposición confirmada por la misma presencia de las lajas removidas junto a las cavidades abiertas. Es difícil asegurar si la apertura de los subterráneos sucedió́ durante tiempos prehispánicos o en épocas históricas. La función de los subterráneos es difícil de determinar en base a la información existente hasta el momento. Su apariencia recuerda la forma de una cista, aunque no se encontraron huesos ni artefactos en los subterráneos que estaban abiertos.

Grupo B
El Grupo B se encuentra en la cima de un cerro y presenta una cantidad menor de edificios (Fig.3). Nuestro interés en este grupo radica en que fue uno de los conjuntos arquitectónicos reportados por Eduard Seler, quien acuñó el nombre de «Templo del Oeste» a la estructura principal y presenta un plano y algunas fotografías de este grupo. Hoy en día es visitado por guías espirituales quienes practican ceremonias en ese lugar sagrado.

El «Templo del Oeste» destaca por su tamaño, ya que es la más grande identificada hasta ahora en todo el sitio. El conjunto principal de estructuras consiste en una plataforma alineada en sentido noroeste – suroeste que presenta tres estructuras en su parte superior (B-1, B-2, B-3). Las Estructuras B-1 y B-3 son de mayor tamaño que B-2 y pueden considerarse como verdaderas pirámides cuya altura sobrepasa los 5 m sobre el nivel del suelo. B-1 y B-3 presentan dos saqueos extensos los cuales tienen la apariencia de agujeros redondos profundos, y miden aproximadamente 3 m de diámetro. Relatos orales de los pobladores locales resultaron ser confusos respecto a cuándo sucedieron estos saqueos. Sin embargo, gracias a estos agujeros se pude determinar que el relleno de las estructuras consiste mayormente en piedras sueltas de regular tamaño así́ como que no hay evidencias de subestructuras o pisos anteriores. Esto parece indicar que estos edificios únicamente tuvieron una fase de construcción. La Estructura B-1 se levantó́ sobre una masiva roca saliente del terreno, un patrón observado en otras partes del sitio. Desafortunadamente los saqueadores arrojaron el relleno que removieron sobre la fachada oeste de las estructuras, aunque en algunas secciones todavía eran evidente las tres terrazas que conformaban la base de esta plataforma.

Un rasgo importante de este conjunto es que B-1 y B-3 presentan su acceso por el oeste, mientras que la Estructura 2 lo hace por el este; es decir, las fachadas de B-1 y B-3 ven hacia el oeste y la de B-2 hacia el este. La Estructura B-2 consiste en una plataforma de aproximadamente 1 m de altura. Al este de estas estructuras se extiende una amplia planada artificial que se eleva sobre el terreno que desciende vertiginosamente hacia el oeste (B-12). Ésta consiste en una plataforma cuyo relleno parece ser exclusivamente de piedras; en algunas secciones que presentan derrumbe es evidente que también se utilizaron las rocas salientes del terreno como volumen de base para la construcción.

Esta plataforma crea un espacio plano y abierto en cuyo centro se levanta una pequeña plataforma rectangular sobre la cual Eduard Seler reporta haber visto una estela lisa aún en su posición natural y la cual interpretó como un probable reloj solar (Seler 1901:68-69). Actualmente, la estela lisa reportada por Seler no se encuentra en su posición original, sino que yace sobre el suelo a unos cuantos metros de su localización original. Dicho monumento consiste en una columna de esquisto con una altura de 1.09 m y un grosor de 0.34 m. Una característica importante de este monumento es que en la parte superior presenta una acanaladura de 0.10 cm de ancho.

La forma y función del Grupo B parece distinta a la del Grupo A. La presencia de estructuras piramidales con una explanada al frente nos hace pensar que se trata de un complejo ritual, aunque la existencia de residencias no puede descartarse del todo. Desde la cima de B-1 y B-3 se observa con gran amplitud el paisaje de la región, ofreciendo una visibilidad única en todo el asentamiento. Su ubicación estratégica en la elevación más alta del sitio también podría tener connotaciones especiales para el manejo y la integración del paisaje en un contexto regional.

Reconocimientos en la región de Chaculá
Los reconocimientos se enfocaron en reubicar sitios arqueológicos reportados por Seler (1901) en el área al oeste de la aldea La Trinidad. Durante las caminatas y con la ayuda de informantes locales se encontraron varios sitios adicionales que hasta la fecha no fueron reportados.

Tres Lagunas
Seler (1901:75) menciona el sitio de Tres Lagunas en su libro. Según Seler, Gustavo Kanter, el finquero de Chaculá, descubrió́ unas figuras de piedra en este sitio (Seler 1901: Figs.78, 80, 82–84). Dos de estas figuras todavía se encontraban en la finca Chaculá durante la visita de Navarrete en 1976 (Navarrete 1979: Fig.4 y 9b; Seler 1901: Fig.82 y 80). La ubicación del sitio permaneció́ desconocida por mucho tiempo. En los mapas topográficos de Guatemala (Hoja 1864 II, Laguna Yolnajab) aparece un sitio arqueológico Tres Lagunas, pero está ubicado al noreste de la laguna Yolnajab, donde quedan tres lagunas naturales, también conocidas localmente como los tres cenotes. El sitio Tres Lagunas de Seler, no obstante, se encuentra en terreno de La Trinidad como el mismo autor lo asevera: Las figuras no provienen de la vecindad inmediata de la hacienda Chaculá, sino de un lugar que ya forma parte de la finca Trinidad, que lleva el nombre Tres Lagunas (Seler 1901:75, traducción de U. Wölfel).

Seler también hace referencia a una dolina enorme que debe que ser el hoyo Cimarrón. Con un guía de la aldea La Trinidad que conocía un lugar llamado Tres Lagunas se emprendió la búsqueda del lugar. El sitio tiene este nombre debido a tres pozos que se encuentran en una planada rodeada por colinas bajas hacia el norte, este y sur y un cerro más alto al lado oeste. En las partes este y norte se encuentran ruinas. No se visitó la sección oeste, pero según el guía hay más ruinas en el lugar. De los tres pozos (Fig.4, arriba) solo quedan dos hoy en día. Se utilizan para dar agua al ganado y a caballos. Alrededor del pozo más grande (el cual estaba seco en el tiempo de nuestra visita) existen restos de muros que originalmente rodeaban la depresión. Al lado sur se encuentra piedras que forman una rampa o acceso (Fig.4, abajo). El guía todavía podía recordar que anteriormente los muros estaban en mejor estado de conservación. También se observó restos de cerámica utilitaria en este pozo.

Las ruinas ubicadas al este, las cuales fueron visitadas brevemente, están conformadas por plataformas bajas que han sido destruidas por actividades agrícolas. El estado de conservación de las ruinas al norte es mejor, porque las estructuras son más grandes y están parcialmente cubiertas con vegetación. Además, se observa piedras talladas que fueron utilizadas para fachadas y por lo menos una estructura con mampostería megalítica. Hay varias estructuras que tienen trincheras de saqueo. Existe la posibilidad de que unas de estas trincheras fueran producto de las excavaciones de Gustav Kanter, el original propietario de la finca, en su búsqueda de artefactos prehispánicos.

Rancho Viejo
Ubicado a la orilla del camino que va hacia el Hoyo Cimarrón, el sitio cuenta con más de veinte estructuras. Destaca el conjunto central con una estructura principal orientada en eje norte-sur que consiste probablemente de tres edificios encima de una plataforma. Hacia el suroeste, un conjunto para el juego de pelota se encuentra adosado a esta plataforma. Este patrón de plataforma–juego de pelota también se observa en un sitio arqueológico cerca de la aldea La Trinidad y en Pueblo Viejo Quen Santo (véase abajo). Los muros laterales del edificio principal y del juego de pelota están en excelente estado de conservación (Fig.5). Al norte del grupo principal hay una serie de estructuras menores, dos de las cuales presentan agujeros o subterráneos abiertos.

Hokanal
Este sitio se encuentra en la cima de un prominente cerro cerca de la aldea La Trinidad. Su nombre parece ser antiguo y forma parte de un patrón que descubrió Seler (1901:24). Varios topónimos de la región presentan la forma número + kanal o kanan, como Jun Kanal (hoy Juncaná, Municipio de La Trinitaria, Chiapas, México), Uaxac Kanal (hoy Guaxacaná, municipio de Nentón), Balun Kanan (hoy la ciudad de Comitán, Chiapas, México). Según Seler la palabra kanal significa “estrella” en chuj y tojolabal (kanan es la misma palabra en tzeltal) y por la asociación con un número el propone que estos nombres se refieren a nombres de días del calendario Maya en su variante local. Específicamente, Seler hace referencia al día kan (Maya Yucateco) = k’ana’ (Chuj). Tomando en cuenta que hay otro ejemplo de un topónimo que lleva un nombre calendárico, Jun Chab’in (cerro cerca de Comitán con un sitio arqueológico), se concluye que las interpretaciones de Seler son plausibles. Se espera en el futuro descubrir más ejemplos de topónimos que encajen en este patrón que tal vez fue característico de esta región en el pasado.

El cerro sobre el que se encuentra el sitio presenta tres escarpadas cumbres, aunque las ruinas están confinadas a la cumbre ubicada más al oeste. No se observó ruinas en las demás cumbres ni en la pendiente. La cumbre donde se encuentran las ruinas está rodeada por un muro de hasta 2.5 metros de altura aproximadamente (Fig.6). Se encontró́ un acceso en el lado sur, junto a otro muro ubicado en un nivel inferior a la cumbre. No se observaron construcciones adentro del muro. En el interior había fragmentos de cerámica con aplicaciones que recuerdan las formas típicas de los incensarios.

Yal Ib’ach
Se encuentra en un barranco cerca del camino hacia Quen Santo cuya pendiente se utiliza actualmente para el cultivo de maíz. No se vieron estructuras, pero se nota que un sitio arqueológico descubierto durante el reconocimiento queda a solamente unos 200 m de Yal Ib’ach. Se registró́ la localización de este lugar debido a que en las paredes sur y norte hay pinturas rupestres (Fig.7). A las pinturas localizadas sobre la pared sur se puede acceder con facilidad por medio de una saliente de la roca natural. Entre las colores de los diseños predominan tonos de rojo, aunque también hay azul y negro. Los motivos incluyen seres antropomorfos, animales tales como perros, aves, serpientes, lagartijas, así como otras formas tales como estrellas, espirales, signos abstractos e impresiones de dedos. Es probable que algunos diseños que presentan un tono rojo más claro e intenso hayan sido repintados recientemente encima de dibujos de más antigüedad (Fig.7, arriba).

Quen Santo
El sitio arqueológico Quen Santo fue visitado por Seler (1901) y fue el sitio al cual el investigador prestó mayor atención. Además de mapear los sitios que él llamó Pueblo Viejo Quen Santo y Casa del Sol, y de documentar una pequeña estructura al sur de Quen Santo la cual tenía un monumento llamado la Piedra Redonda, Seler documentó tres cuevas que mostraron rastros de uso ceremonial en tiempos antiguos. Seler también realizó excavaciones en Pueblo Viejo Quen Santo. Los artefactos que recuperó en sus excavaciones fueron llevados a Berlín, Alemania, donde se encuentran hasta hoy en día como parte de la colección del Museo Etnológico y a Nueva York, donde forman parte de la colección del Museo Americano de Historia Natural. Las cuevas de Quen Santo fueron estudiadas nuevamente por James Brady (2009) durante dos temporadas de reconocimiento y mapeo. Brady menciona que únicamente tomó coordenadas con GPS en Pueblo Viejo Quen Santo para referenciar el mapa de Seler (Brady 2009:9), pero sus estudios estaban específicamente concentrados en las cuevas.

El mapa que Seler realizó de Pueblo Viejo Quen Santo (Seler 1901: Fig.119) muestra la ubicación de las cuevas en relación con el sitio arqueológico. Eso nos ayudó́ a ubicar el sitio tomando como base la localización de las cuevas, las cuales son bien conocidas y visitadas actualmente. El estado de conservación de las estructuras es bueno. Puesto que algunas áreas de Pueblo Viejo son utilizadas como campos de cultivo, el terreno está sometido constantemente a procesos de roza. Durante nuestra visita la vegetación habíá sido recientemente quemada, por lo que la visibilidad de las estructuras era casi perfecta. Es evidente que el uso de los terrenos donde hay sitios arqueológicos como tierras de cultivo pone en riesgo el patrimonio arqueológico de la región.

Debido a la falta de un mapa general que muestre los diferentes grupos de Quen Santo relacionados entre sí́, resultó un poco más complicado ubicar la Casa del Sol. Nuestro acceso a la pequeña colina sobre la cual se levanta la Casa del Sol fue por el lado sur, donde hay un camino que asciende hacia la cima. Las estructuras están bien preservadas, aunque la estructura principal tiene una trinchera grande de saqueo en el centro y hay varios subterráneos abiertos en la plataforma. Al oeste de la cumbre de la colina hay un muro alto que forma parte de la construcción de la plataforma. Se ubicó la escalinata que Seler menciona en el lado norte con algunas gradas todavía visibles. De los monumentos reportados por Seler aún quedan los 20 discos de piedra hallados por dicho investigador los cuales se encuentran dispersos en varias partes de la estructura principal. La Piedra del Sol, el monumento tallado documentado por Seler, ya no existe, pero en su pequeña plataforma todavía hay un disco de piedra lisa. Actualmente el sitio Casa del Sol está cubierto de monte y afortunadamente no es utilizado como campo de cultivo.

En su libro, Seler indica que la Piedra Redonda queda al oeste de Quen Santo (Seler 1901:89–93, Figs.104, 105). Sin embargo, con la ayuda de guías locales se pudo ubicarla al suroeste de Pueblo viejo. La llamada Piedra Redonda consiste en una escultura circular que representa un rostro antropomorfo con una anteojera que corre debajo de los ojos, probables orejas de jaguar y la lengua de fuera. Seler identificó a este personaje como el Dios Jaguar. La piedra está dañada en el lado izquierdo, donde presenta faltantes.

Seler reporta haber realizado excavaciones en Pueblo viejo en las Estructuras 23, 37, 41 y 44. Es exactamente en estas estructuras donde se encontró grandes trincheras durante nuestro recorrido por el sitio. En su libro Seler muestra solamente dos fotografías de sus excavaciones en las Estructuras 37 y 41 de Pueblo viejo. En el caso de Estructura 41 se pudo notar que la trinchera que se observa actualmente es idéntica a la que muestra Seler en su publicación, hasta el grado de poder identificar piedras individuales, especialmente la piedra que tapa la tumba (Fig.8). En el caso de Estructura 37, la trinchera ha colapsado parcialmente, por lo que la identificación no es tan clara como en el caso de la Estructura 41, aunque la excavación en diferentes niveles permanece visible. Las trincheras de Estructuras 23 y 44 son mucho más grandes que las de las Estructuras 37 y 41, tal vez debido a que estos edificios son más voluminosos. La trinchera de Estructura 23 literalmente parte el edificio en dos.
Durante nuestro reconocimiento de Pueblo Viejo fueron encontrados varios monumentos o fragmentos de monumentos en superficie (Fig.9). Entre estos destacan (a) la base de una figura con piernas cruzadas encontrado en la trinchera de Estructura 41, (b) la parte inferior de una figura con piernas cruzadas encontrado entre las Estructuras 23 y 24, (c) la parte medio de una figura con brazos cruzados encontrado en el camino entre las Cuevas 1 y 2 y (d) un disco de piedra liso encontrado al lado de Estructura 44. Los discos de piedra son un rasgo típico de esta región y se encuentra en varios partes de Quen Santo y otros sitios.

El sitio arqueológico de Pueblo Viejo Quen Santo que Seler reporta está delimitado a su lado este por una profunda barranca. Seler muestra una fotografía del otro lado de la barranca tomada desde Pueblo viejo (Seler 1901: Fig.XXXI), pero parece que nunca reconoció́ el otro lado y no hace mención de estructuras en ese lugar. Se hizo un recorrido en el terreno al otro lado de la barranca ingresando por el lado sur de Pueblo viejo, donde se encuentra el límite de la barranca, cerca de la Estructura 28. Este lado tiene varios grupos de estructuras las cuales en número y tamaño son similares a las de Pueblo Viejo. Se decidió llamar preliminarmente a este grupo como Pueblo viejo II. Grandes áreas de este conjunto son utilizadas como terreno para cultivo de maíz.

En la parte sur se encontró varias de estructuras alineadas con una configuración similar a la de las de Estructuras 28-31 en el mapa de Seler. Al norte existe un complejo similar al grupo principal de Pueblo Viejo (Estructuras 15-26) con un conjunto para el juego de pelota orientado norte-sur e integrado al lado este de la estructura principal. Este patrón también fue encontrado en Pueblo Viejo, Rancho Viejo y otro sitio arqueológico cerca de la aldea La Trinidad. Otro conjunto, Pueblo Viejo III, presenta aproximadamente 10 estructuras, aunque no todas aparecen en nuestro croquis y posiblemente hay aún más que no fueron localizadas.

Afortunadamente el suelo de este sitio no es utilizado como campo de cultivo. Existe una alineación de 5 estructuras y una plaza hundida con dos estructuras. Un disco de piedra fue encontrado enfrente de una estructura al lado de la plaza.

Un aspecto de interés en la configuración del asentamiento es la presencia de una profunda barranca al lado oeste del sito. En los límites orientales de la barranca se pudo observar un relleno de piedras que forma una nivelación para el terreno sobre el cual se levantan las estructuras de este conjunto. Se entró en la barranca por su lado sur, que es el más accesible, ya que presenta terrazas de descenso, al parecer artificiales. La barranca se extiende por varios metros hasta alcanzar su fin hacia el norte, donde en un abrigo rocoso se localizó una concentración de huesos humanos y restos de cerámica. Estos restos no fueron removidos, pero si fotografiados.

Comentarios sobre fechamiento y cronología
La presencia de alfardas con moldura y arquitectura de amarre es compartida de manera amplia por varios sitios que rodean la región de los lagos de Montebello y sugieren un fechamiento común para todos, al menos en su última fase de construcción. Nuestras observaciones sobre tipos cerámicos y su ubicación cronológica se han hecho en base a una colección de 813 tiestos que se resguarda en la Posada Rural Finca Chaculá. Esta colección se ha formado en base a hallazgos fortuitos de los pobladores del lugar, quienes depositan en el local de la posada los hallazgos para su protección y en donde se ha montado una pequeña exhibición con algunos de los artefactos que sobrevivieron a la destrucción de la antigua finca de Kanter y a los artefactos que los pobladores han aportado. La mayoría de artefactos viene de un denso depósito de cerámica que se encuentra en un pequeño abrigo rocoso en el camino que va de Chaculá a Las Siete Cuerdas. Se tuvo la oportunidad de visitar este depósito y se pude constatar que aún hay una gran cantidad de tiestos que no ha sido removida por los vecinos.

Es importante notar que hasta el momento no existe una tipología cerámica para la región. Sin embargo, fue evidente que las formas y engobes de los tiestos de la colección de la Posada eran los mismos que se observaba en superficie durante nuestros recorridos, pero que no fueron recogidos por no formar esta actividad parte de nuestros objetivos y metodología. Estos tipos carecen de nombre debido a una tipología para la región, pero se ofrece una descripción somera a continuación, así como comentarios sobre su procedencia y fechamiento.

• Corinto sobre Ante: las formas más frecuentes son cuencos y cántaros con asas; se caracteriza por decoración de gruesas líneas y puntos en el borde exterior y decoración linear en el labio de color rojo intenso. Presenta engobe mate (Fig.10, izquierda abajo).
• Engobe Rojo: parece ser el tipo de cerámica más abundante tanto en la colección como en superficie. Las formas son variadas, pero abundan cuencos con un filete medial con impresiones digitales. Tanto la pasta como el color del engobe recuerdan las del tipo Tinaja Rojo del Clásico Tardío de las Tierras Bajas Mayas (Fig.10, izquierda, arriba).
• Bases convexas: otra forma abundante, en algunos casos con engobe rojo; en otros es difícil distinguir si el engobe se erosiono o si la vasija no tuvo engobe. Recuerdan las bases de los cántaros del tipo Tinaja Rojo.
• Cántaros Estriados: aparecen generalmente sin engobe, con estrías finas y poco profundas (Fig.10, derecha, arriba). Este tipo de estrías ligeras se reportan para los sitios de Alta Verapaz durante el Postclásico (Raúl Ortiz, comunicación personal 2013).
• Policromos: varios tiestos de cerámica Chamá se reportan como provenientes de una cueva alrededor del conjunto de Las Siete Cuerdas (Fig.10, derecha abajo).
• De la misma cueva se reportan mangos de incensarios y tiestos de incensarios con la efigie del Dios Jaguar muy parecidas al tipo Pedregal Apliqué del Clásico Tardío en las Tierras Bajas Mayas.

En la colección de la Posada únicamente se identificó dos tiestos de cerámica plomiza. En nuestros recorridos no se observó cerámica plomiza en la superficie, aunque Navarrete (1979) confirma su abundancia en sus recorridos por Quen Santo. No se detectaron engobes ni formas del Preclásico, Clásico Temprano, ni Postclásico Tardío. Nuestras observaciones preliminares parecen confirmar la propuesta de Navarrete respecto a que la región de Chaculá presenta una ocupación máxima durante la transición entre el Clásico Tardío y el Postclásico aproximadamente entre el 700 y el 1000 DC. En este aspecto resulta interesante la observación que en la mayoría de estructuras con derrumbe y/o saqueos los perfiles dejaban ver una sola etapa constructiva, es decir, no se observaron subestructuras o pisos anteriores, por lo que se puede suponer que al menos una gran cantidad de estructuras datan exclusivamente para esta fase. Otras evidencias materiales apoyan esta interpretación sobre el fechamiento para la región: el estilo escultórico de brazos cruzados, fechado por Navarrete para el mismo periodo, y las dos estelas de Sacchaná (las cuales Seler supone originales de Quen Santo) con sus fechas tardías de 874 y 879.

Conclusiones
Las investigaciones arqueológicas en la región de Chaculá durante 2013 han ofrecido un marco base con información muy importante sobre un área desconocida y olvidada desde el punto de vista arqueológico. Varias cuestiones merecen un énfasis especial a manera de conclusiones.

Uno de los primeros frutos de la aproximación regional al área fue la detección y definición del Patrón de Integración Cancha-Plataforma Principal, presente en cuatro de los sitios documentados. Las cuevas de Chaculá no fueron visitadas, pero debido a los descubrimientos de algunos vecinos de la localidad, es importante documentar estas cuevas por la información que pueden ofrecer sobre el uso de cuevas en tiempos prehispánicos, por el material arqueológico que puede ayudar a fechar la ocupación de Chaculá desde contextos precisos y como parte de un rescate arqueológico debido a que muchas de ellas están en peligro de ser destruidas. Se logró con éxito el objetivo de reubicar los sitios arqueológicos que menciona Seler, Pueblo Viejo Quen Santo, Casa del Sol, Piedra Redonda, Tres Lagunas, Chaculá, así como las excavaciones de Seler en Quen Santo. Sin embargo otros sitios todavía no fueron visitados tales como Uaxac Canal y El Cimarrón. Se documentaron varios monumentos y/o fragmentos de monumento que todavía están in situ en Pueblo viejo Quen Santo. De todos estos no existen descripciones ni referencias de otros investigadores. Debido a que el sitio Pueblo Viejo Quen Santo es sujeto constantemente a rozas debido a los ciclos de siembra de maíz, los monumentos que están in situ están en peligro de ser dañados. El mapeo de Chaculá reveló que éste es un sitio mucho más grande y complejo de lo que se pensaba. Seler solamente muestra tres grupos, aunque el número total de grupos de Chaculá todavía no es conocido.

Agradecimientos
Los miembros del Proyecto Arqueológico de la Región de Chaculá desean agradecer al Director del Patrimonio Cultural y Natural Lic. Oscar Mora, y a la Jefa del Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales Licda. Ana Lucía Arroyave por el apoyo institucional brindado al proyecto para que éste pudiera realizar sus actividades de investigación. De igual forma, se agradece a la Junta Directiva de la Cooperativa Los Pinos R.L. de la Comunidad Nueva Esperanza Chaculá y al Señor Alcalde Auxiliar de Chaculá, Isaías Andrés, por su colaboración e interés para el desarrollo del proyecto. Agradecemos profundamente a la Fundación Alemana de América Antigua (Deutsche Altamerikastiftung) por proveer los fondos para nuestras investigaciones. Además, sin el generoso préstamo de una estación total por Dr. Markus Eberl de la Universidad de Vanderbilt, Nashville, este proyecto de mapeo no hubiera sido realizado. Por su apoyo en preparar nuestro proyecto y muchos consejos valiosos agradecemos al Prof. Dr. Nikolai Grube de la Universidad de Bonn y a la Dra. Iken Paap del Instituto Iberoamericano, Berlín. Finalmente queremos agradecer nuestros trabajadores quienes sudaron con nosotros en esta primera temporada de campo en Chaculá.

Referencias
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1927 Arqueología de Guatemala. Tipografía Nacional de Guatemala, Guatemala.

Fig.1: Mapa de la región de Chaculá, indicando sitios arqueológicos encontrados en el reconocimiento.

Fig.2: Mapa de Grupo A del sitio arqueológico Chaculá.

Fig.3: Mapa de Grupo B del sitio arqueológico Chaculá.

Fig.4: Tres Lagunas, las lagunas (arriba) y la rampa en una de las lagunas (abajo).

Fig.5: Rancho Viejo, vista del juego de pelota, integrado con la plataforma principal.

Fig.6: Hokanal, muro circundando la cumbre del cerro.

Fig.7: Yal Ib’ach, pinturas rupestres.

Fig.8: Pueblo Viejo Quen Santo, trinchera de excavación de Seler, su estado en 1896
(arriba, tomado de Seler 1901: Figura XXX) y en 2013 (abajo).

Fig.9: Pueblo Viejo Quen Santo, ejemplos de los monumentos de piedra en el sitio.

Fig.10: Chaculá, ejemplos de cerámica.