Mata Amado, Guillermo
1999 La cerámica prehispánica en los depósitos subacuáticos del lago de Amatitlán: Los depósitos de Zarzal I, Zarzal II, San Juan y Mata. En XII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1998 (editado por J.P. Laporte y H.L. Escobedo), pp.455-465. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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LA CERÁMICA PREHISPÁNICA EN LOS DEPÓSITOS SUBACUÁTICOS DEL LAGO DE AMATITLÁN:
LOS DEPÓSITOS DE ZARZAL I, ZARZAL II, SAN JUAN
Y MATA
Guillermo Mata Amado
La evidencia arqueológica recobrada de los depósitos subacuáticos del Lago de Amatitlán ha sido motivo de diferentes ponencias en simposios y congresos nacionales e internacionales, con el fin de llamar la atención de la comunidad científica y dar a este material cerámico la importancia que se merece. Este material es único pues hay pocos elementos de comparación, aun en los asentamientos prehispánicos vecinos o a orillas del lago. En esta oportunidad se hará referencia a ejemplos de cerámica recobrados entre 1958 y 1960 en los depósitos subacuáticos de Zarzal I, Zarzal II, San Juan y Mata (Figura 1). Los sitios más cercanos al lago son Zarzal, Amatitlán, San Antonio El Frutal, San Antonio Sánchez, Taltic, Villa Nueva (Mata 1961, 1974, 1975; Shook 1952). También existe un área habitacional en la parte sur-oriental del lago, casi destruida, cuya parte subacuática fue identificada con el nombre de Mata en el año de 1961.
ZARZAL I Y ZARZAL II
Los depósitos subacuáticos conocido como Zarzal I y Zarzal II (Figura 2a, b) se localiza en la parte norte del lago de Amatitlán, cerca de la antigua desembocadura del río Villalobos. Actualmente es casi imposible realizar un rescate como el efectuado hace cuatro décadas, ya que la zona ha sufrido un fuerte asolvamiento que dejó la evidencia soterrada bajo miles de toneladas de sedimentos. Si a esta situación sumamos el alto grado de contaminación que se presenta en las aguas del lago, el material con que se cuenta viene a constituirse en una muestra única, ya que cada día es más difícil tratar de incrementarla. El área se caracterizaba por formaciones rocosas entre las cuales había dos pequeñas grutas de las cuales brotaba agua caliente. Estas fuentes de agua caliente eran únicas en ese lado del lago. La evidencia cerámica fue encontrada a una profundidad que variaba entre los 3 y los 25 m. Bajo la superficie del agua existen grandes bloques de piedra, cuyo volumen se estima que sobrepasan un metro cúbico. Es difícil tratar de explicar el origen de estos bloques de piedra dentro de las aguas del lago, pero es interesante señalar que parte de la evidencia cerámica se encontraba abajo o entre estos bloques. Esta situación dio un toque de riesgo a los trabajos de rescate, ya que al tratar de extraer las piezas se movieron algunas piedras pequeñas que acuñaban a los grandes bloques, los cuales rodaron hacia el fondo del lago.
Zarzal II se encuentra aproximadamente 40 m oriente de Zarzal I y presenta mayores problemas de asolvamiento. En la orilla del área sobresale un promontorio de piedra de aproximadamente 4 ó 5 m sobre el espejo del agua dependiendo de la estación. Los artefactos parecen haber sido arrojados como ofrendas desde este promontorio, ya que se encontraron aproximadamente a 25 m de profundidad, en un área de corte vertical sin playa ni declive hasta el fondo.
Figura 1 Lago de Amatitlán
Figura 2a) Zarzal I; b) Zarzal II
Los incensarios característicos del área de Zarzal generalmente representan un personaje con rasgos humanos o antropomorfos que está sentado con las piernas cruzadas, apoyando sobre ellas un cuenco profundo que forma el brasero, sostenido a los lados por las manos del personaje. Algunos ejemplares presentan rostros humanos. El ejemplo de la figura 4 representa un personaje antropomorfo con rasgos felinos. Resaltan en su boca los colmillos y la lengua, así como una especie de yelmo o barba decorada en el extremo con una aplicación de cuentas circulares. La forma de las cejas se presenta con alguna frecuencia en piezas de Kaminaljuyu. El rostro también presenta en la parte superior de la frente un corto copete peinado hacia arriba. Como tocado tiene un trenzado de tocoyal en forma de lazo. En los laterales del rostro se encuentran las orejas de forma trapezoidal y en la parte inferior lleva grandes orejeras circulares. A la altura del pecho tiene una especie de corbata anudada al centro, de la que sale un elemento largo hacia cada lado. En la parte superior del antebrazo el personaje lleva ajorcas formadas por un hilo de cuentas esféricas. El cuenco profundo presenta el cuerpo con pared ligeramente curvada, así como el borde evertido y una pestaña basal. Kidder, Jennings y Shook (1946) mencionaron dos ejemplares similares, totalmente destrozados, que se encontraron en la parte superior de la Estructura B-4 de Kaminaljuyu. Kidder (1949) y Kelemen (1956) hacen referencia a braseros o incensarios similares. Estas fueron las primeras piezas del fondo del lago de Amatitlán que aparecieron publicadas.
Otro tipo de incensarios provenientes de Zarzal presenta forma básica de cuenco profundo con pared vertical, base pedestal corta y borde evertido. Tienen decoración antropomorfa en alto relieve, la cual encuentra paralelos en Kaminaljuyu (Figura 5a). La vista principal del brasero es la representación de un rostro humano en alto relieve, enmarcado dentro de tres elementos rectangulares. El conjunto da la impresión de un personaje que emerge de un templo. El rectángulo superior o friso presenta un medallón en la parte central, así como una banda horizontal formada por una secuencia de pequeñas aplicaciones rectangulares y circulares, las cuales forman la parte baja de la especie de cornisa, la cual remata en los lados exteriores por una aplicación circular. En la parte inferior de los rectángulos verticales, que representan los muros del templo, se encuentran las manos del personaje. A los costados de la figura principal se observan elementos semi-circulares decorados con elementos que sugieren un ojo decorado con plumas (Langley 1986:249-250). Estos elementos son característicos de este tipo de incensario. Se han encontrado solamente en los sitios sub-acuáticos de Zarzal y San Juan. Un detalle del tipo de rostro que forma el centro de la decoración se presenta en la figura 5b, donde los rasgos finos del rostro del personaje se complementan con dos grandes orejeras circulares y un yelmo o falsa barba decorada en el extremo con aplicaciones circulares.
Otras piezas que también fueron abundantemente recuperadas consisten en cuencos decorados en el exterior con protuberancias cónicas dispuestas en bandas horizontales. A estas piezas usualmente se les ha dado el nombre de «incensarios de tipo Amatitlán». Tradicionalmente se ha interpretado esta decoración como representación de rodajas del tronco del árbol de Ceiba (Ceiba pentandra, L. Gaertn). Sin embargo, también existe la posibilidad de explicar el uso de estas protuberancias desde un punto de vista funcional además de decorativo. Si se enciende fuego dentro de la vasija o se coloca algo extremadamente caliente, el calor no llega hasta las puntas de las protuberancias, lo que facilita su manipulación.
En la figura 6 se pueden observar dos ejemplos de este tipo de recipiente. El ejemplo 6a representa un cuenco de cuerpo con pared curvo convergente. La tapadera presenta un asa cilíndrica de forma semi-circular, que sobresale hacia arriba. Estas tapaderas también pueden estar decoradas con figuras de animales tales como lagartijas o aves. En el cuerpo del cuenco hay una secuencia de tres bandas horizontales formadas por una secuencia de protuberancias cónicas y en la tapadera hay dos bandas horizontales similares. El ejemplo 6b es un cuenco de cuerpo con pared divergente, moldura basal y base plana con tres soportes cónicos huecos. Como decoración exterior tiene dos bandas horizontales compuestas por secuencias de protuberancias cónicas.
La figura 6d muestra una vasija del mismo estilo, un cuenco con pared vertical, base plana y cuatro asas en forma de vertedera abierta distribuidas equitativamente alrededor del borde. Una pieza idéntica fue ilustrada en el catálogo Tesoros Mayas De Guatemala (1974: Figura 19). La decoración exterior está compuesta por dos bandas horizontales formadas por protuberancias cónicas distribuidas en cuatro bloques, que llenan los espacios entre cada una de las asas. La pieza ilustrada en la figura 6c, procedente del sitio de San Juan, combina los rasgos presentes en las vasijas provenientes de Zarzal y de San Juan, ya que las de este depósito sub-acuático generalmente presentan el borde evertido y pared más gruesa.
Para concluir con el área de Zarzal es conveniente resaltar que estos depósitos se encuentran relacionados con actividades rituales que presumiblemente realizaron los habitantes prehispánicos de la zona norte del lago de Amatitlán, específicamente de los centros habitacionales de San Antonio El Frutal, San Antonio Sánchez, Taltic, Villanueva y el mismo Zarzal. Desafortunadamente, estos sitios han sido destruidos por nuevos asentamientos humanos, así como la construcción de fábricas y otras industrias, razón por la cual se ha perdido cualquier posibilidad de exploración científica. Aunque más lejano, la evidencia descrita sugiere que también debe haber existido contacto constante con Kaminaljuyu.
SAN JUAN
Otro depósito sub-acuático de importancia es el conocido con el nombre de San Juan (Figura 3a; Mata 1964), el cual se encuentra en el extremo sur-poniente del lago, cerca del nacimiento del río Michatoya. Este sitio se relaciona estrechamente con el centro habitacional prehispánico conocido como Amatitlán, que se localiza unos 200 m al sur (Shook 1952; Borhegyi 1959).
La configuración topográfica es diferente a las tratadas con anterioridad, ya que acá se cuenta con una playa en declive, razón por la cual en una franja paralela a la orilla del lago, de aproximadamente 50 m de largo y a una profundidad entre 3 y 20 m, se rescataron cientos de cuencos o comales (Figura 7b). La mayoría presentan pared ligeramente divergente y dos asas semi-circulares, cerradas, decoradas en la parte central por una depresión circular o perforadas. El borde presenta un baño blanco en el lado interior, que extiende ligeramente al exterior.
Estas piezas son muy parecidas a las reportadas por Kidder, Jennings y Shook (1946:figuras.200 d, g). Estos cuencos fueron encontrados dentro de la arena del fondo del lago y en muchos casos se encontraban ordenados formando pilas de hasta diez recipientes, uno encima de otro (Figura 7c). Es posible que hayan sido colocados dentro de redes de cuerda antes de ser lanzados al agua desde alguna embarcación. Con el paso del tiempo se desintegró la cuerda, pero los cuencos permanecieran tal como fueron depositados.
En este depósito fue posible rescatar muchos recipientes decorados en el exterior con bandas horizontales formadas por protuberancias cónicas (Figuras 6c, e). En el mismo depósito se rescataron braseros con decoración antropomorfa. Generalmente estos recipientes presentan un cuerpo con pared curvo divergente, base plana y borde evertido. En algunos casos la base presenta un pedestal corto o tres grandes soportes cilíndricos. La decoración de estos braseros se trabajó por medio de figuras antropomorfas en alto relieve, las cuales representaban un ser humano cuyo torso parece emerger del brasero. En la figura 9c es posible observar la representación de un personaje con los brazos flexionados y las manos apoyadas a la altura del pecho. En los antebrazos presenta ajorcas y en los brazos muñequeras compuestas por dos hilos de cuentas circulares. De los codos hacia arriba tiene como decoración unas aplicaciones de forma ovalada, cuya forma sugiere que se trata de ojos estilizados.
Figura 3a) San Juan; b) Mata
MATA
El único depósito sub-acuático que se encontró en el extremo oriental del lago, municipio de Villa Canales, se encuentra en las faldas de una montaña. No posible reconocer en la ladera de la montaña un asentamiento formal prehispánico, pero sí fue posible hace casi 40 años recolectar algunos fragmentos de cerámica Postclásica de la fase Chinautla. Actualmente el área se encuentra cubierta con cafetales.
El depósito sub-acuático fue designado como Mata (Figura 3b). La evidencia recolectada coincide con las muestras recobradas de la superficie. Se recuperaron pocas piezas, posiblemente debido a las pocas inmersiones que se efectuaron en esa área y a la dispersión de los objetos encontrados. Las piezas coinciden con las muestras recobradas en la ladera de la montaña. Todas correspondiendo al Postclásico.
La figura 8a muestra un sahumador con forma de sartén con paredes divergentes y agujeros en el fondo. Tiene una empuñadura cilíndrica que presenta en el extremo una cabeza de lagarto. Otro ejemplo de sahumador (Figura 8d) consiste en un sartén con paredes divergentes, con cuatro perforaciones en el fondo. Está decorado en el lado exterior con diseños concéntricos. Lamentablemente falta el extremo de la empuñadura.
El ejemplo ilustrado en la figura 8b es uno de los más representativos y completos del Postclásico extraídos de este depósito. Se trata de un cántaro de cuerpo con pared globular y base plana, con cuello largo, divergente y con borde evertido. El cántaro tiene dos asas que presentan en relieve cabezas de felino, presumiblemente jaguar. Las cabezas felinas son huecas y tienen sonaja. El lado exterior del cántaro está decorado con diseños dispuestos en bandas horizontales paralelas. El cuello está pintado de rojo y los diseños se presentan en colores negro y rojo sobre blanco. Se distinguen diseños de cabezas de reptil estilizadas, tales como las descritas por Navarrete (1962) en Mixco Viejo. Esta vasija es muy parecida a las reportadas por Lehmann (1968a, 1968b), también provenientes de Mixco Viejo (ver ilustración en el catálogo Die Welt der Maya, Verlag Philipp von Zabern 1992:582).
En la figura 8c se puede apreciar un cuenco con pared curvo divergente que en la base presenta tres soportes esféricos huecos con sonaja. Al igual que todas las piezas extraídas del lago de Amatitlán, reportadas en este y otros trabajos, estas piezas han adquirido una coloración negro o café obscura, que sin embargo deja apreciar la decoración y pintura original.
CONCLUSIÓN
Este breve artículo da a conocer algunos ejemplos de los materiales provenientes de los depósitos sub-acuáticos del lago de Amatitlán. Estos materiales no han recibido la atención que merecen, a pesar de su importancia en términos iconográficos y arqueológicos. Tienen el valor de contar con documentación de procedencia y muestran vínculos con materiales de Kaminaljuyu y otros sitios. Desafortunadamente, toda la cuenca del lago de Amatitlán está sufriendo deterioro acelerado, que redundará en la pérdida de los sitios arqueológicos circundantes, como ya ha sucedido con los sitios sub-acuáticos.
Figura 4 Incensario
Figura 5 Incensarios
Figura 6 Incensarios
Figura 7a-c) cuencos o comales; d) incensario
Figura 8 Formas cerámicas del Postclásico
REFERENCIAS
Anónimo
1974 Tesoros Mayas de Guatemala Exposición en Japón. Guatemala.
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1959 Underwater Archaeology in the Maya Highlands. Scientific American 200 (3):100113.
Kelemen, Paul
1956 Medieval American Art. The Macmillan Company, New York.
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1959 The Art of the Ancient Maya. Thomas Y. Crowell Company, New York.
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1986 Symbolic Notation of Teotihuacan: Elements of Writing in a Mesoamerican Culture of the Classic Period. BAR International Series 313, Oxford.
Lehmann, Henri
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Mata Amado, Guillermo
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1974 Arqueología sub-acuática en Amatitlán, Guatemala. Anales de la Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala 47 (1-4):239-249. Guatemala.
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Navarrete, Carlos
1962 La cerámica de Mixco Viejo. Cuadernos de Antropología 1:152. Instituto de Investigaciones Históricas, Facultad de Humanidades, USAC, Guatemala.
Shook, Edwin M.
1952 Lugares arqueológicos del Altiplano Central de Guatemala. Antropología e Historia de Guatemala 4 (2):3-40.
Verlag Philipp von Zabern
1992 Die Welt der Maya. Verlag Philipp von Zabern, Mainz am Rhein.