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Vislumbrando la historia de Copán con proyectos comunitarios y arqueológicos
Introducción
Dentro de la práctica tanto para arqueólogos como para los administradores de la herencia cultural, uno de los aspectos más importantes quizás sea las experiencias de campo, que son de gran aporte para transformar y definir el papel de la Arqueología en el mundo de hoy, pero también es importante saber cómo integrar de manera efectiva y creativa a las comunidades en la escena total. Lo que los arqueólogos y otros especialistas han aprendido es que debido a que las comunidades son muy individuales en sus composiciones, no hay una fórmula global que funciona en todas partes, algo que es interesante por un lado, y, a veces complicado. Teniendo en cuenta que los grupos culturales que podemos descubrir desde un pasado profundo, posiblemente ya no tienen enlaces directos en las comunidades de hoy, a fin de querer reclamar ese pasado.
Honduras tiene una gran variedad de sitios arqueológicos, grupos étnicos y poblaciones fuertes que a través de los tiempos coloniales, republicanos y épocas modernas reflejan la diversidad de un pasado. En el ámbito arqueológico, la antigua ciudad de Copán es el sitio mayor y más investigado en el país.
Hace más de 150 años, el sitio se convirtió en el foco de interés tanto para hondureños así como para extranjeros; destacándose, el Arqueólogo hondureño Ricardo Agurcia quien ha señalado: “toda una serie de medidas legislativas promulgadas en el país desde 1845, se han diseñado para proteger las ruinas y la autonomía de las autoridades locales para desempeñar un papel en su conservación” (Agurcia 1984). El cuidado y la administración de este centro arqueológico ha sido la principal preocupación de los hondureños que han trabajado en la Arqueología de Copán, tanto en el pasado como en el presente, pero los recursos son generalmente pobres, y el gobierno con poca frecuencia se involucra.
Dos organizaciones sin fines de lucro con base local creadas para apoyar la Arqueología y la educación de Copán, han logrado mucho y permanecen activas: la Asociación Copán y la Fundación Wélchez. No obstante, para mantener iniciativas de gestión del patrimonio, la participación comunitaria, el turismo responsable y sostenible, el conocimiento arqueológico, las continuas operaciones de investigación y el rescate de un paisaje en transformación, requiere esfuerzos de colaboración flexible y eficaz en la región. Creemos que el esfuerzo de atraer voces múltiples de la comunidad a la Arqueología y Copán, fortalece el intercambio cultural y amplía el círculo de entendimiento entre los países. También tiene un gran potencial para el avance de las aplicaciones tecnológicas y diferentes interpretaciones arqueológicas.
Interacciones globales y el aumento masivo de la destrucción de sitios arqueológicos y monumentos de todo el mundo han creado una diversidad de opiniones divergentes acerca de cómo se debe manejar el pasado. La protección de sitios es una función de los gobiernos nacionales, pero ya que gran parte de ella está fundamentada en conservar el colonialismo de los Siglos XVIII y XIX, hoy en día las voces locales y diversas pueden elevarse contra los gobiernos a la deconstrucción del pasado colonial. Por lo tanto, los arqueólogos a menudo integran las historias orales y los conocimientos indígenas en la gestión del patrimonio-para forjar la colaboración y dar la misma importancia a múltiples perspectivas y formas de ver más allá del contexto individual que están trabajando y considerar otros tipos de datos que las comunidades locales podrían proporcionar.
Como ha dicho el arqueólogo Ian Hodder, «Arqueología podría ahora ser definida no como el estudio de los restos materiales del pasado, sino como un modo particular de investigación sobre la relación entre la gente y su pasado”. (Hodder 2003:62)
La evolución de Arqueología y comunidad de Copán
Durante muchos años se han venido desarrollando una serie de proyectos de investigación arqueológica en la ciudad de Copán Ruinas. Esos esfuerzos han contribuido en gran medida a la amplia difusión de conocimiento sobre la antigua ciudad, y la conservación de los monumentos y sitios residenciales de Copán, una de las ciudades Mayas más antigua y significativa del país. Justamente por eso, en el año de 1980 la UNESCO la agregó a su mapa cultural mundial, suceso histórico que dio como resultado el incremento del turismo en la región. Las estadísticas muestran que, aproximadamente 100,000 personas de todo el mundo visitan anualmente este lugar.
Como colaboradores directos en diversos proyectos dentro de la comunidad, y conscientes de los cambios que la ciudad de Copán Ruinas ha tenido a lo largo de los años y junto a esto su historia ha ido también aumentando, historia que al igual que sus vestigios Mayas, vale la pena compartir con los visitantes y público en general, es esencial definir el papel significativo e influyente que la Arqueología ha tenido en el desarrollo de la misma.
Para mostrar lo mucho que ha evolucionado, se relatará parte de su historia que incluye las primeras exploraciones e investigaciones arqueológicas, y de cómo estas han contribuido con su desarrollo, puesto que el Copán de hoy en día es considerablemente diferente al Copán que conocieron los primeros visitantes (Fig.1).
Copán Ruinas es una ciudad pequeña y tranquila ubicada en un valle fértil; está rodeada de verdes montañas que ofrecen un panorama pintoresco y un clima agradable. Además de esto, está a menos de 1.5 km al oeste del grupo principal de ruinas, restos de la famosa antigua ciudad Maya. En la actualidad, el pueblo está compuesto por antiguas calles de piedras de río y casas coloridas que le dan su toque colonial con mucho atractivo. Actualmente alberga alrededor de 10,000 habitantes, población que se ha visto incrementada a partir de mediados del Siglo XX.
Según la poca y limitada información que tenemos, se cree que existía desde antes de 1576. Esto lo confirma una carta que fue enviada al Rey de España Felipe II por Diego García de Palacios con fecha del 8 de marzo de 1576. Desde esa fecha, Copán fue conocida en el viejo mundo.
En 1887 figuraba como una aldea perteneciente a un municipio llamado Santa Rita, pero en enero de 1893 fue declarada como municipio con el nombre de San José de Copán, de acuerdo con el Libro Municipal de Actas (ver Fig.7). Luego, Copán fue elevada a la categoría de ciudad en febrero de 1942 en la administración presidencial del General Tiburcio Carias Andino. También, John L. Stephens, en su libro clásico Incidentes de viaje en Centroamérica (1841), nos da una descripción de la aldea, sus casas y sus pocos habitantes. Stephens, quien menciona al señor José María Acebedo, uno de los escasos habitantes, muy respetado en aquel lugar, y que además vivía en una de las mejores casas. Se refiere a él como “el gran hombre de Copán”, era el más pudiente y quien poseía los títulos de “La jungla”, propiedad donde están ubicadas las ruinas. Acebedo, ignorando el valor de aquellas grandes murallas, fragmentos y monumentos medio enterrados, las vendió a Stephens por una cantidad mínima de $50 (que hoy serían 1,200 dólares, aproximadamente).
Pero fue hasta el año 1886 que se comenzó a promover un instinto de apreciación desconocido hasta ese entonces, para entender el valor de aquellos monumentos que estaban en total abandono. Fue el inglés Alfred Maudslay quien gestionó el primer proyecto científico de las ruinas, que incluía el darles nombre a los monumentos, nombres que todavía usamos hoy en día. Entre1891 y 1900, la expedición centroamericana del Museo Peabody de la Universidad de Harvard a Honduras descubrió la famosa Escalinata Jeroglífica e inició un acuerdo a largo plazo para investigar las ruinas antiguas. Copán era un lugar poco saludable en ese momento: la viruela y la fiebre amarilla eran alarmantes, poniendo en peligro tanto a habitantes como al equipo de la expedición, evidenciado por la muerte del director de la expedición, John Owens, en Copán en 1893.
Otro relato incluido es el de don José Adán Cueva, uno de los habitantes de Copán en ese tiempo y a quien el Dr. Sylvanus Griswold Morley observó entusiasmado y con un alto espíritu de colaboración hacia las actividades adelantadas en los monumentos, publicadas en el gran libro, The Inscriptions at Copán, en 1920 (Fash y Agurcia 1996:11).
En 1915, la Institución Carnegie de Washington, D.C. contrató al señor Cueva como director del trabajo de campo. En este cargo desarrolló un extenso estudio arqueológico de Copán en vinculación con el gobierno de Honduras.
En 1935 el personal del proyecto Carnegie, antes de comenzar la exploración, reunió a los ciudadanos, con el objetivo de crear conciencia sobre el valor del sitio y el potencial de ellos como comunidad para colaborar al desarrollo turístico, que hasta entonces había sido ignorado en gran medida.
Aún hay habitantes de Copán que recuerdan los primeros trabajos de restauración de la expedición Carnegie dirigidos por el Ingeniero Gustav Stromsvik, quien trabajó intensamente en la restauración de las estelas y edificios de la ciudad antigua y, se dedicó a la construcción del Museo Arqueológico Regional de Copán, situado al suroeste de la plaza; parte de los fondos contribuidos por el gobierno hondureño.
Las excavaciones y restauraciones dirigidas por la Institución Carnegie terminaron poco después de finalizar la Segunda Guerra Mundial. Antes de abandonar la zona arqueológica, esta institución instó al gobierno de Honduras para que continuara con el mantenimiento y conservación de las ruinas, así como con su divulgación, ya que en otros lugares se presenciaba el incremento del turismo hacia la región Maya, mientras Copán seguía recibiendo pocos visitantes que pasaban sin detenerse.
Por esta razón, las autoridades de Honduras invitaron a varios profesionales para desarrollar un proyecto turístico de la región, basándose en criterios científicos y técnicos, para la protección, restauración y valorización tanto del pueblo como de las ruinas mismas (UNESCO 1975; Willey, Coe y Sharer 1976). Con lo anteriormente expuesto, se puede concluir que lo que era una posibilidad, con el pasar de los años, es ahora una gran realidad: la población creció, la afluencia turística sigue siendo notoria, se han incorporado servicios que han mejorado la condición física del pueblo y, sobre todo, se ha confirmado que existe más que una simple relación entre la Arqueología y el florecimiento de una población.
Proyectos comunitarios
El proyecto PARACOPAN inicio el año 2007, con una nueva orientación de investigación social, enfocada en proyectos comunitarios, donde los participantes principales han disfrutado diversas experiencias que han surgido durante el proceso (Fig.6). El objetivo principal de este proyecto fue visualizar la historia de la ciudad y sus ruinas mediante la instalación de exposiciones fotográficas. Fue en este primer proyecto que la primera autora, Karina García, Técnico en Arqueología, fue nombrada Coordinadora de Relaciones Comunitarias. La exposición “Memorias frágiles…”, creada con fotografías del Siglo XIX, que inicialmente fue exhibida en el Museo Peabody en 2008, luego fue enviada y donada por el museo a la ciudad de Copán Ruinas.
La investigación comunitaria ayudó a inculcar el interés del pueblo por la historia y a reforzar su enlace con la Arqueología. Junto con la ayuda de otros, se investigó en los archivos del Registro Municipal acerca de residencias, fechas y nombres importantes que podrían relacionarse con las fotografías de otros siglos. Se percibió el creciente interés de los ciudadanos, al hacer posible que vieran por primera vez cómo era el pueblo en el Siglo XIX.
Además de la investigación para esta exhibición, se dio colaboración directa para rescatar el Archivo Municipal, que se encontraba en condiciones precarias. Con esta intervención fue posible; reparar el orden, dejarlo en un lugar adecuado y con mejores condiciones de protección, salvaguardando documentos de mayor relevancia con un material antiácido (Fig.7).
Con la autorización del entonces Alcalde de Copán, Mauricio Arias, la exposición se presentó en el Palacio Municipal, en donde aún permanece.
La inauguración y apertura de esta exhibición como primer proyecto, titulado “Memorias frágiles…” fue en agosto del año 2009 asistida por gran parte de la comunidad local, nacional y extranjera, e incluso medios de comunicación locales y nacionales. Esta colección de 45 fotografías en blanco y negro que revelan las condiciones del lugar y sus vestigios, así como la vida de sus habitantes en esa época del Siglo XIX, fue un evento valioso para habitantes locales y visitantes, que provocó un despertar de la historia a través de las imágenes; mismas que revelan la importante interacción que se suscitó entre arqueólogos, trabajadores y supervisores locales del pequeño pueblo que comenzaba a tomar forma. También reflejan cómo la atención que se dio a las ruinas, ayudó a lograr el reconocimiento del pueblo y su impulso de elevarlo a categoría de municipio.
Dos años después, en 2011, se comenzó a organizar una segunda exposición que se decidió titular “Copán Ruinas, 1912-2012: Cien años de comunidad”. La investigación, documentación e instalación se llevó a cabo por parte del equipo local del proyecto PARACOPAN con el apoyo de las mismas instituciones de la exposición anterior, más la Fundación Welchez. El proceso comenzó con la recopilación de información en archivos del sitio arqueológico, archivos municipales y del Museo Peabody de Harvard y entrevistas orales a personas claves de la comunidad, quienes relataban sus historias y vivencias reales de esa época. Gracias al acercamiento con estos miembros se recuperan fotografías con las que se elaboró un video de 13 minutos.
Para la ubicación de esta nueva exposición, el señor Alcalde de Copán Helmy Giacomán, autorizó al personal de PARACOPAN para que procedieran a reparar una sección de un edificio antiguo (anteriormente centro de educación secundaria) ubicado al lado norte del Parque Central. Una vez concluida la reparación, se procedió a la instalar dicha exhibición que luego fue inaugurada el 27 de mayo de 2012. Esta exposición de vídeo y fotografías abarca el último siglo de historia a través de seis temas y se centra en el modo de vida y prácticas sociales de los habitantes de Copán Ruinas, así como su transformación y modernización a través del desarrollo de la infraestructura y de las actividades asociadas.
Además, aparecen antecedentes de trabajos arqueológicos y de conservación realizados por la Institución Carnegie de Washington (1935-45), del Proyecto Arqueológico Copán (fase I y II) del gobierno de Honduras en las décadas de1970 y 1980 y referencias del Proyecto Arqueológico Acrópolis Copán, dirigido por William Fash (1988-1996).
Nuevamente el pueblo mostró su reacción entusiasta ante esta exposición, tanto que un comité integrado por copanecos decidió utilizar el espacio de la exhibición como referencia y trasfondo histórico y organizaron conversatorios semanales, que consistían en foros con personajes destacados y de larga historia sobre las transformaciones socioculturales del pueblo.
El proyecto también programó sesiones para digitalizar las fotografías personales y antiguas, para ampliar la documentación histórica de la ciudad, que ahora son parte del archivo fotográfico del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) en el Centro Regional Copán de Investigaciones Arqueológicas (Garcia y Fash, n.d.).
Reflexiones y conclusiones
Como un compromiso de PARACOPAN con la comunidad, el personal técnico estuvo encargado de abrir las puertas a los visitantes, convirtiéndose en testigos visuales de como una imagen puede despertar tanto sentimiento en una persona como suspirar, imaginar, reír y hasta llorar.
En el ámbito educativo, estas imágenes se han vuelto una estrategia de aprendizaje donde los estudiantes pueden echar a volar su imaginación y ampliar el conocimiento de sus antepasados.
“La comunidad se ha conectado con el pasado de su pueblo, con la población indígena precolombina y de esa manera, se ha dado cuenta de cómo la arqueología ha contribuido en gran parte a la reconstrucción de la historia cultural del lugar y al desarrollo del pueblo” (García y Fash, s.f.).
De todo lo expuesto anteriormente, se puede resaltar la importancia de la fotografía en proyectos comunitarios. Cada imagen, cuenta una historia y trasmite un mensaje o un sentimiento a la persona que la observa, lo que la ha convertido en una herramienta poderosa e imprescindible para que muchos artistas expresen sus emociones a través de una cámara fotográfica como lo hace un pintor con su pincel.
Los beneficios de aprender juntos y capacitar a las personas a asumir la responsabilidad del pasado, no es una aproximación a la Arqueología que se puede cuantificar fácilmente. Esta es una parte de la Arqueología que obliga a las personas a reflexionar sobre su patrimonio y lo que significa para ellos, además de permitirles recuperar una identidad cultural y tener una voz.
El crear brechas entre la política local y nacional (o religión) ayuda a mantener un papel neutral entre las diferentes facciones, de la misma manera, piezas de museo y el pasado arqueológico son significativos para todos.
Agradecimientos
Nos gustaría dar las gracias a Elisandro Garza por la invitación a participar en la Mesa Redonda. Además, la financiación de los proyectos de exposición, y los viajes de investigación han sido proporcionados por el Museo Peabody de Arqueología y Etnología, el Programa Santander para la Investigación y Conservación de Escultura Maya, y el Centro David Rockefeller para Estudios Latinoamericanos, de la Universidad de Harvard, Cambridge, Massachusetts. Nuestra gratitud se extiende a las oficinas del Alcalde, Copán Ruinas, Oficina del Registro, el Comité de 2012, y La Fundación Welchez. También al Instituto Hondureño de Antropología e Historia y nuestros colegas en los proyectos PARACOPAN y COEDMAC en Copán y en especial William Fash, Jorge Ramos, Laura Lacombe, Rode Murcia, Reyna Flores y Oscar Cruz Melgar.
Referencias
Agurcia Fasquelle, Ricardo
1984 La defensa del patrimonio cultural en Honduras: el caso de la arqueología. Yaxkin 7(2):83-96.
Fash, William L. y Ricardo Agurcia Fasquelle
1996 Visión del pasado maya: Proyecto Arqueológico Acrópolis Copán. Centro Editorial, San Pedro Sula, Honduras.
Fash, William L.; Barbara W. Fash y Jorge Ramos
2015 New Approaches to Community Stewardship, Education, and Sustainable Conservation of Cultural Heritage at Rastrojón, Copán, Honduras. En Finding Solutions for Protecting and Sharing Archaeological Heritage Resources (editado por A. P. Underhill y L. C. Salazar), pp.135-152. Springer, New York, London.
García de Palacios, Diego
1576 Carta de Diego García de Palacios al Rey Felipe II de España, 8 marzo de 1576.
García, Karina Maribel y Barbara Fash
s.f. Las exhibiciones de fotografías en el pueblo de Copán Ruinas: Arqueología y comunidad desde 1890 hasta hoy. Yaxkin, Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa.
Hodder, Ian D.
2002 Ethics and Archaeology: The Attempt at Çatalhoyuk. Near Eastern Archaeology 65(3):174-181.The American Schools of Oriental Research.
Secretaría del Estado
1952 Creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia de Honduras, Acuerdo No. 245, Julio 22, 1952. UNESCO Cultural Heritage Laws Database UNESCO WorldHeritage Centre, consultado en Febrero 2014, http://whc.unesco.org/en/list/129.
Stephens, John L.
1982 Incidentes de viaje en Centroamérica, Chiapas y Yucatán. Editorial Universitaria Centroamericana, San José, Costa Rica.
UNESCO
1975 Resumen del informe: Acondicionamiento de la zona arqueológica de Copán. París.
Willey, Gordon R.; William R. Coe y Robert J. Sharer
1976 A Project for the Development of Archaeological Investigation and Preservation in Copán (Honduras) and Vicinity, 1976-1981. Yaxkin 1:10-29.
Fig. 1: La evolución del parque central del pueblo de Copan Ruinas desde 1893, 1960, y 2014.
Fig. 2: Anuncio para la exposición de fotografías del siglo XIX.
Fig. 3: Visitantes en la exposición “Memoria Frágiles” en el salón municipal de Copan.
Fig. 4: Anuncio para la segunda exposición de fotografías históricas.
Fig. 5: Conversatorios comunitarias en la exposición, “Cien años de comunidad”, 2012.
Fig. 6: El proyecto PARACOPAN, en 2013, frente de la Casa de Visitantes en el sitio de Rastrojon, Copan.
Fig. 7: Actas Municipales de 1893, San José de Copan, primera página.