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32 La ofrenda de Tak´alik Ab´aj (antes Abaj Takalik) – Christa Schieber de Lavarreda – Simposio 15, Año 2001

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Schieber de Lavarreda, Christa

2002        La ofrenda de Tak´alik Ab´aj (antes Abaj Takalik). En XV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2001 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y B. Arroyo), pp.399-412. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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LA OFRENDA DE TAK´ALIK AB´AJ

(ANTES ABAJ TAKALIK)

Christa Schieber de Lavarreda

Nota de la edición: se ha actualizado el nombre del sitio a Tak´alik Ab´aj

Varios cientos de vasijas depositadas enfrente de la Estela 13, y su directa asociación a la fila central de los monumentos de observación astronómica de la Estructura 7 (Popenoe de Hatch, este volumen), confirman el carácter trascendental del inicio de la cultura Maya en Tak´alik Ab´aj.

En el extremo este de la plaza principal del Grupo Central se encuentra la gran plataforma de la Estructura 7 (Figura 1). Sobre esta plataforma baja y alargada de 79 por 112 m, se ubican en el extremo norte dos estructuras pequeñas: en el eje central norte-sur, la Estructura 7A, y del lado este la Estructura 7B. A mediados del año 2000 se habían iniciado las excavaciones en la fachada sur de la pequeña Estructura 7A con el objeto de conocer su naturaleza arquitectónica y de encontrar la Estela 13 indicada en la base de la misma en el mapa de la Universidad de California, Berkeley (Johnson y Pope 1983). Con anterioridad se había perforado un pozo central desde la cima de esta pequeña estructura, traspasando ésta y la plataforma grande, bajando 9 m hasta llegar al suelo natural. Se sabe que la plataforma grande y la pequeña estructura habían sido construidas desde el Preclásico Medio. La superficie de la gran plataforma de la Estructura 7 presenta un revestimiento de piedras de canto rodado, fechado tentativamente para el Clásico. Este revestimiento de piedra no pasa por debajo de la pequeña Estructura 7A.

Se localizó la Estela 13 fragmentada en dos partes (Figura 2). Esta escultura presenta en perfil la boca abierta de una serpiente estilizada, tallada en bajo relieve. El estilo escultórico de este monumento es Maya temprano y en la Estela 5 de Kaminaljuyu (Parsons 1986: fig. 53) se tiene una representación muy similar. Sin embargo, difieren ambas en el detalle de que en la última emerge la cabeza muy Maya de un personaje de la boca de la serpiente, mientras que la primera representa exclusivamente la serpiente.

Al excavar alrededor de la estela, empezaron a salir las piezas de una ofrenda que actualmente cuenta con 542 artefactos. De éstos, 493 son vasijas, cuyas formas predominantes son platos, cuencos y cántaros; 20 navajas prismáticas grandes de El Chayal; 19 discos de cerámica con perforación central (1 sin perforación); 6 cuentas de jadeíta; 1 muestra de 10 fragmentos de concha con cinabrio; 1 mortero con machacador tallado en roca andesita y 1 disco de piedra fragmentado.

DESCRIPCIÓN DE LA OFRENDA

La ofrenda ocupa un espacio de 14 m a lo largo de la base de fachada sur de la Estructura 7A de este a oeste, y de la Estela 13 en su centro se extiende 8 m al sur, haciendo un área de depósito de ofrendas de 112 m2. La fachada de esta pequeña estructura registra las remodelaciones de la cual fue objeto desde el Preclásico Medio al Clásico Tardío/Postclásico (Figuras 3 y 4). Los primeros datos cerámicos y el patrón arquitectónico sugieren que la construcción original de barro fue revestida de pequeñas piedras de canto rodado en el Clásico y de piedra grande en el Clásico Tardío.

Figura 1  Mapa Grupo Central sitio arqueológico Tak´alik Ab´aj. Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH/Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj. Levantamiento: Miguel Orrego et al. Dibujo: Mario Tomás De León

Figura 2  Estela 13 Tak´alik Ab´aj. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/ IDAEH. Dibujo: Mario Tomás De León, 2000

Figura 3   Sección Elevación Este-Oeste Op.H9ce, H9c y H9 bos1n (Figura 969f), Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Levantamiento: Juan García y Miguel Tipaz. Dibujo: Mario Tomás De León, 2000

Figura 4  Perfil Sección Norte-Sur Op.H9c y H9cs1 (Figura969h). Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Levantamiento: David Pérez, Efraín Guzmán, Juan García y Miguel Tipaz. Dibujo: Mario Tomás De León, 2000

        La ofrenda y la Estela 13 se encuentran en rellenos fechados para el Preclásico Tardío bajo los restos de las dos versiones de piedra en los estratos superiores. Sobre el suelo que contenía la ofrenda se localizó el Altar 10 que acompañó a la estela en el Clásico (Figura 5). Este altar fue originalmente un trono con soportes cilíndricos cuya porción central se recortó en forma circular. La reutilización de monumentos es una característica para este periodo (Orrego y Schieber de Lavarreda 2001). Durante los trabajos de investigación de la Universidad de California, Berkeley, esta área había sido investigada y el altar ya no se encontró en su lugar original, el suelo arqueológico debajo del mismo fue removido (Johnson y Prater 1978).

Figura 5  Planta y Perfil, Altar 10, Tak´alik Ab´aj. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Dibujo: Antonio Monterroso, 2001

        La ofrenda misma se manifiesta en dos estratos, la mayor parte en el suelo donde se encuentra asentada la Estela 13 (Lote 6; Figura 3). Este último corresponde al Preclásico Tardío y tiene un grosor que varía de 25 a 84 cm. Sin embargo continúan los agrupamientos de artefactos en el relleno que ya se encuentra debajo de la estela (Lote 7). Esta capa tiene un grosor entre 12 a 60 cm, y el material cerámico presenta un alto porcentaje del Preclásico Medio.

CARACTERÍSTICAS DE LA OFRENDA

De la extensión de la ofrenda mencionada se expuso un área de 8 m este-oeste y 4.5 m norte-sur, haciendo un total de 36 m2. Esta es el presente objeto de estudio y la muestra de 437 artefactos se circunscribe a las ofrendas colocadas dentro de la primera capa de suelo asociado a la ofrenda (lote 6), que son (Figura 6): 401 vasijas, cuyas formas predominantes son platos, cuencos y cántaros; 12 navajas prismáticas grandes de El Chayal; 18 discos de cerámica con perforación central; dos pequeñas cuentas de jadeíta; una muestra de 10 fragmentos de concha con cinabrio; un mortero con machacador tallado en roca andesita y un disco de piedra fragmentado.

La documentación y la extracción de la ofrenda requirieron de nueve etapas debido a que muchas piezas se encuentran una encima de otra. Al observar la ofrenda, que a primera vista parece ser un mar de artefactos, se pueden reconocer agrupamientos de artefactos que colindan entre sí. Algunos agrupamientos tienen huellas de fuego en el suelo alrededor de los mismos. Estas huellas de fuego se manifiestan más en el área oeste, central y este del espacio ocupado por la ofrenda.

La disposición general de las piezas inmediatamente sugiere un eje norte-sur que juega con la Estela 13 y la fila central de monumentos ubicados al sur en la superficie de la plataforma grande (Popenoe de Hatch, este volumen). Este eje se distingue por piezas “especiales”, como es un incensario cilíndrico de espigas que se encuentra a los pies de la estela (Figura 7). Este incensario es idéntico a los representados en estelas Mayas, por ejemplo, la Estela 11 de Kaminaljuyu (Parsons 1986: fig.169). Además de las espigas, lo caracteriza los ventiladores cortados en forma de triángulo.

Figura 6  Planta de ofrenda dedicada a la Estela 13, Tak´alik Ab´aj. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Levantamiento: Jeremías Claudio, David Pérez, Efraín Guzmán, Juan García y Miguel Tipaz. Dibujo: Jeremías Claudio y Mario Tomás De León, 2000

Siguiendo este eje se encuentran dos platos grandes sobrepuestos, un mortero tallado en roca andesita con su machacador debajo de otro plato, y luego un cuenco grande profundo o “macetero”. También se percibe un eje este-oeste, marcado por los dos cuencos con tapadera de cuenco en los costados del “macetero” (Figura 6).

Una de las características más interesantes son las 1137 piedras de canto rodado, de las cuales se encontraron 902 en el suelo alrededor de las ofrendas y 235 dentro de los platos. Hay 44 platos que contenían estas piedras en cantidades que varían de 1 a 14 (Figura 8). Las piedras de basalto gris tienen grosores promedios entre 1.5 a 5 cm, y provienen en este caso del río Ixchiya que se encuentra en las inmediaciones al este del sitio.

El significado de las piedras ha sido algo que ha intrigado. De las referencias de depósitos de ofrendas que contenían este tipo de piedras, que van desde Chiapas, la Costa Sur, hasta el Altiplano de Guatemala y Kaminaljuyu (Balcárcel 1990, 1995:61; Love y Balcárcel 2000:73; Parsons 1967:39; 1969:97; Sanders y Michels 1977:185; Lowe 1962:113; Ichon 1977:14; Ichon y Arnauld 1985:17, 25, 33, 53), y las posibles explicaciones o interpretaciones de éstos, la que más llamó la atención es del antropólogo Didier Boremanse. Basándose en sus estudios sobre los Lakandon y de Alfred Tozzer (1907) dice:

“Los Lakandon colocan piedras (o fragmentos romos de estuco) en la base de sus incensarios. Estas piedras son llamadas el asiento de los dioses y le otorgan el poder al incensario. Los dioses vienen o bajan hacia ellos, los Lakandon, a través de las piedras. Cuando las piedras son removidas, el incensario ya no tiene poder. Las piedras siempre son colocadas en la base del incensario y el incienso es quemado sobre éstos. Los Lakandon no colocan piedras en los incensarios que fabrican para los turistas” (Popenoe de Hatch, comunicación personal).

Figura 7  Planta incensario de espigas y plato. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Dibujo: Mario Tomás De León, 2001

        Otra particularidad que caracteriza esta ofrenda son los 18 discos de cerámica cortada con perforaciones. De éstos había un disco colocado en el fondo de 7 platos y en 1 cuenco con tapadera de plato (Figura 9). Los restantes 10 se encontraron en el suelo alrededor de las ofrendas. Estos discos tienen un promedio de diámetro de 4.4 a 4.5 cm y un grosor de 0.6 cm. La perforación central mide 0.8 cm. Lowe reporta un disco de cerámica en el Escondite 5-12 del Montículo 5 de Chiapa de Corzo (1962:91). Ichon, Douzant-Rosenfeld y Usselmann hacen mención de algunos discos de barro perforados del sitio El Jocote, de la cuenca media del río Chixoy (1996:99).

Las 18 navajas prismáticas todas son trabajadas en obsidiana de El Chayal; tienen un largo promedio de 14.7 cm y un ancho de 2.2 cm. La navaja de mayores dimensiones alcanza 23.7 cm de largo y un ancho de 2.8 cm (Figura 10). Como referencia, las 13 navajas de la Estructura 17 situada en el Grupo Sur de Tak´alik Ab´aj – que pueden ser de las navajas más largas encontradas en Mesoamérica (Carpio 2001) – tienen un promedio de 28.3 cm de largo y 1.55 cm de ancho.

¿CÓMO FUERON COLOCADAS LAS OFRENDAS?

Cuidadosas revisiones de la condición del suelo alrededor de las piezas que fueron colocadas en el mismo, no permiten asegurar la manera cómo estas ofrendas fueron depositadas en él. Únicamente se observa una mayor cantidad de partículas de carbón como una aureola alrededor de las piezas. Se propone que para depositar las ofrendas se cavó un agujero dentro del suelo, donde se colocaron y acomodaron las piezas, frecuentemente apilados o de canto. Esos “agujeros” que albergaban las ofrendas son los agrupamientos de artefactos que se encuentra en la excavación.

Figura 8   Planta platos con pequeñas piedras de canto rodado. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Dibujo: Mario Tomás De León, 2001

¿QUÉ CONTENÍAN LOS PLATOS?

La mayoría de los platos contenían barro café oscuro micáceo, pastoso, con partículas de barro quemado y carbón. También los casos que presentaron discos de cerámica o piedras contenían ese suelo. Usualmente el contenido no presenta evidencia de que haya sido quemado, a excepción de las huellas de fuego alrededor de las ofrendas. Sin embargo hay casos, como los dos platos grandes enfrente del incensario de espigas, cuyo contenido, posiblemente algunas maderas, fue reducido por el fuego a una densa capa de estos restos carbonizados. Al exponer las ofrendas se desprendía del suelo un intenso olor a copal. Se piensa que estas vasijas contenían copal y alimentos. Se necesita hacer un análisis de los contenidos de las vasijas.

Una referencia sobre depósitos de ofrendas similares viene del propio sitio, con una ofrenda de 42 vasijas depositadas en el centro de la superficie de la Estructura 12 (Balcárcel 1990; 1995:61). De éstas, cinco platos tenían tapadera de plato, cuatro platos contenían piedras de canto rodado (dos casos de 9 y dos casos de 12 piedras). En un plato se encontró un disco de cerámica y en otro un fragmento de navaja de obsidiana.

BÚSQUEDA DE UN PATRÓN

Al encontrar esta riqueza de restos materiales de una actividad humana ceremonial de hace 2000 años, se quiere hacer que estos restos hablen, que cuenten cómo lo habían hecho y más que todo porqué. En el estudio etnográfico de Alfred Tozzer sobre la vida religiosa de los Lakandon (1907:79-150), se encuentra la descripción de una ceremonia de renovación de incensarios. La riqueza y formalidad de normas que rige la sucesión de los rituales descritos hizo surgir el siguiente pensamiento: si el momento en que se realizaba uno de estos rituales se hubiera quedado congelado en el tiempo, se tuviera algo así como la ofrenda, con la diferencia de que en los restos del ritual de renovación Lakandon se tuviera a todos los incensarios en fila norte-sur viendo al este. Mientras que en la ofrenda de Tak´alik Ab´aj, aparte de las características y particularidades descritas, está vedado aún poder vislumbrar algún patrón.

El primer acercamiento al estudio de esta ofrenda sugiere una gran diversidad de enfoques y análisis. En esta ocasión se presentan algunos datos preliminares, que pueden decir en qué dirección continuar con el estudio.

Figura 9  Planta plato con disco de cerámica indicando el norte. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Dibujo: Mario Tomás De León, 2001

Figura 10  Planta y Perfil, obsidiana en la ofrenda. Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj, Ministerio de Cultura y Deportes/IDAEH. Dibujo: Antonio Monterroso, 2000

COMPOSICIÓN PORCENTUAL DE LA OFRENDA

De la muestra de 437 artefactos, el 93% corresponde a vasijas de la tradición cerámica local Ocosito del final del Preclásico Tardío. El 58% lo representan los platos. De éstos el 29% son pequeños, con un diámetro de 8 a 16 cm; el 23% son los platos medianos, con un diámetro de 16-25 cm, y el 5% son los platos grandes, con un diámetro de 26 a 40 cm. Los cuencos representan un 17%, los cántaros un 6% y las tazas trípodes el 1%.

De las 50 vasijas que forman conjuntos de vasija con tapadera, se presentan las siguientes tres combinaciones: cuenco con cuenco, plato con cuenco, y plato con plato. Estas parejas representan un 11% de la muestra, el 7% de plato con plato, el 3% de plato con cuenco y el 1% de cuenco con cuenco. Los discos de cerámica superan con un 4% a las navajas de obsidiana que representan el 3% de los artefactos de la ofrenda.

Distribución de artefactos por operación

En el área este predominan los platos pequeños y la combinación de plato con plato. En el área oeste y central se encuentran más platos medianos.

Composición de artefactos por etapas de levantado

Los platos predominaron en todas las etapas de levantado de artefactos, con excepción de las combinaciones de vasijas con tapadera, que fueron las más abundantes en la etapa 9 de levantado de artefactos. La mayor cantidad de cántaros se registró en la etapa 5 de levantado.

Huellas de técnicas de fabricación

La calidad sencilla de acabado y elaboración de los platos llama la atención. Popenoe de Hatch (2000-2001) propone que las vasijas utilizadas para la ofrenda fueron fabricadas específicamente para este fin (Ichon, Douzant-Rosenfeld y Usselmann 1996:103). En los platos se puede observar dos maneras diferentes o técnicas de fabricación en molde, para lo cual ella creó los términos Molde 1 y Molde 2. El Molde 1 es la técnica de modelar el plato presionando la arcilla contra una superficie plana, agregando luego una tira de arcilla para formar el borde, juntando la base con el borde con la presión de los dedos. En el sistema del Molde 2, el alfarero presiona la arcilla contra el fondo en el interior de una vasija (un molde cóncavo) y luego le agrega el borde. Popenoe de Hatch (Reina y Hill 1978) comenta que en los grupos étnicos K´iche´ se usa más el sistema del Molde 2, y en el grupo Mam la técnica del Molde 1.

Proporción de pastas

En el análisis preliminar de los 3679 tiestos que provienen de la capa de suelo fechada para el Preclásico Tardío y que contenía la mayor parte de la ofrenda (Lote 6), se perfila un predominio de la pasta roja, que representa un 63% del total de la muestra. La pasta amarilla representa el 9% y la pasta naranja el 3%. Los tiestos de tipos finos ocupan un 11%. En los engobes predomina el engobe naranja con un 4%, le sigue el engobe café con un 3% y el engobe café-negro ocupa un 1%. Estas proporciones sugieren ser representativas para la ofrenda en general.

Este cuadro cambia en el estrato subsiguiente (Lote 7) que todavía contiene agrupamientos de ofrendas. En la muestra de 142 tiestos, que tiene un alto porcentaje del Preclásico Medio, el predominio de la pasta roja baja a un 41%. La pasta amarilla representa el 5% y la pasta naranja el 1%. El engobe café aumenta a un 31%, el engobe naranja a un 19% y el engobe negro se mantiene en un 3%.

CONSIDERACIONES RESPECTO DE LA OFRENDA

Lo más inmediato en la búsqueda de una explicación de la razón de ser de la ofrenda es la asociación directa que existe entre esta última y la Estela 13. La magnitud de la ofrenda puede ser un indicador de la magnitud de la actividad o actividades sucesivas realizadas a finales del Preclásico Tardío alrededor de la estela. Esto invita a pensar que esta estela debe haber sido muy importante. Luego se recuerda que en esta estela no se celebraba ningún personaje; se ve perpetuado con un esmerado tallado en la roca un poderoso animal que puede haber simbolizado una idea o un sistema de ideas importante. Y es de interés que la estela y la ofrenda juegan con la fila central de monumentos que dibujan sobre la gran plataforma de la Estructura 7 la línea que señalaba a la figura serpentina en el cielo nocturno (Popenoe de Hatch, este volumen).

Sin embargo, se debe considerar otros enfoques y buscar los elementos que pueden sustentar los argumentos que pretenden explicar esta ofrenda como una ofrenda ritual, una ofrenda dedicatoria, una ofrenda terminal o de renovación (Mock 1998:3-13). Además es necesario ampliar y profundizar las excavaciones para obtener más datos que puedan refinar y enriquecer la información existente.

Por ahora se tienen más preguntas que respuestas, sin embargo se va a continuar estudiando este maravilloso legado y buscar descifrar los pensamientos que están detrás de estos símbolos materiales que dejaron los antiguos señores de Tak´alik Ab´aj. Y algún día no muy lejano, con el apoyo de todos, se va a recrear esta ofrenda con el universo de sus piezas restauradas en el Museo de Sitio de Tak´alik Ab´aj “José Luis Ralda González”, y con una réplica en su lugar original como una muestra de historia viva.

RECONOCIMIENTOS

Se dedicamos este trabajo al grupo de colaboradores de campo del Proyecto Nacional Tak´alik Ab´aj que con su paciencia y dedicación sacaron a luz parte de la ofrenda de Tak´alik Ab´aj: Jeremías Claudio, David Claudio, Mario Tomás De León, Juan Domingo García, Francisco Ricardo Arango, Baudilio Menchu, Víctor Sánchez, Pedro Hernández, Efraín Guzmán, David Pérez, Pedro González, Miguel Ángel Tipaz, Conrado Macario Gómez, Armando Behaí López, Domingo Izara, Antonio Guzmán, Ramiro Hernández, Laura Escobar, Antonio Monterroso y Armin Torres. También se agradece a la familia Ralda González, a la Asociación Tikal y a la fotógrafa Jeanne Randall por su sustancial apoyo con su arte, y a la familia Guzmán Montes.

REFERENCIAS

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1977        Les Sculptures de La Lagunita, El Quiché, Guatemala. Centre National de la Recherche Scientifique. Institut D’Ethnologie Paris. Editorial Piedra Santa, Guatemala.

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