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Schieber de Lavarreda, Christa y Miguel Orrego Corzo
2009 El descubrimiento del Altar 48 de Tak´alik´ Ab´aj. En XXII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2008 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.456-470. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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EL DESCUBRIMIENTO DEL ALTAR 48 DE TAK’ALIK AB’AJ
Christa Schieber de Lavarreda
Miguel Orrego Corzo
Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj
ABSTRACT
THE DISCOVERY OF ALTAR 48 AT TAK’ALIK AB’AJ
Since 2005, the Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj has been carrying out excavations with the intention of recovering stratigraphic information directly related to sculpture at the site. During this process we discovered a new monument, Altar 48, under Stela 14. Stela 14 had been curiously located on top of the altar to “cover” it, giving us an idea of the importance of this altar. Altar 48 depicts the beautiful design of a crocodile carrying on its back a cave or portal in the shape of a quadripartite leaf symbol. Within this cave or doorway is a Maya character wearing a loincloth and headdress, seated on a throne. Two sides of the altar also present mythological themes, and the side at the base of the sculpture has four early glyphs. These four glyphs seem to directly refer to the seated person. The crocodile with the cave on its back recalls representations of a turtle whose shell has the same shape as this symbol. In Maya iconography the Maize God is frequently depicted as emerging from the shell of a turtle, thereby making an allusion to the creation of the world. The four early glyphs suggest the possibility of relating this powerful mythological theme to a real person, a ruler in the Late Preclassic period when the early Maya system was being “institutionalized,” and there was a “minting” of the universal symbols in the then current Maya world. Altar 48 at Tak’alik Ab’aj could be one of the first mythological representations of the Maya cosmovision with political intentions.
El sitio arqueológico Tak’alik Ab’aj, situado en la bocacosta sur-occidental de Guatemala, se ha distinguido por su extraordinaria riqueza escultórica, entre la cual resalta el estilo olmeca y Maya temprano. Ambos estilos representan las épocas más significativas de la historia de esta antigua ciudad, que abarca 1700 años (800 AC – 900 DC), y son un caudal de información importante debido a que 70% de estas esculturas se encuentran in situ (Schieber de Lavarreda y Orrego Corzo s.f.).
Esto propició que en el año 2005 se iniciara un programa de investigación paralelo, cuyo objetivo específico era establecer la directa interrelación de la estratigrafía arqueológica con los monumentos esculpidos en piedra de origen volcánico, abundante en esta región. Los resultados iniciales se dieron a conocer en 2006 en la Reunión Anual de la Sociedad Americana de Arqueología (Schieber de Lavarreda y Popenoe de Hatch s.f.), y en 2007 en el Simposio Precolombino de Dumbarton Oaks (Schieber de Lavarreda y Orrego Corzo s.f.). Fue así como en marzo 2008 se descubrió el Altar 48 de Tak’alik Ab’aj debajo de la Estela 14, una monumental roca labrada de más de 6 toneladas. Esta estela había sido cuidadosamente colocada sobre el Altar 48 para protegerlo.
El Altar 48 (Figura 1) está esculpido alrededor de sus cuatro lados y en su superficie. En la superficie del Altar 48 se encuentra retratado el bello diseño de un cocodrilo cuyo cuerpo está representado en la forma de un símbolo cuadrifoliar de la cueva o portal. Dentro del cuadrifoliar se encuentra un personaje Maya con taparrabo y tocado, sentado sobre su cojín o trono. Tres lados del altar presentan también un tema mitológico cada uno, y el lado este, que se encuentra en la base del tema (esculpido en la superficie del altar), muestra cuatro glifos tempranos. Estos cuatro glifos parecen referirse directamente a este personaje.
El cocodrilo con el símbolo de la cueva representando su cuerpo, recuerda a las representaciones de la tortuga cuyo caparazón tiene la forma de este mismo símbolo. En la iconografía Maya es frecuente encontrar la representación del Dios del Maíz emergiendo del caparazón de la tortuga, haciendo alusión a la recreación mitológica de la ancestral representación del mundo. Los cuatro glifos tempranos abren la posibilidad de relacionar este poderoso tema mitológico con un personaje real, un gobernante en tiempos del Preclásico Tardío, cuando se estaba “institucionalizando” el sistema Maya temprano y se estaban “acuñando” los símbolos universales del mundo Maya vigentes en toda época. El Altar 48 de Tak’alik Ab’aj puede ser una de las primeras representaciones mitológicas de la cosmovisión Maya utilizado con propósitos políticos.
Desde entonces se han realizado excavaciones (Figura 2) para confirmar la directa relación estratigráfica y conectando el Altar 48 con los monumentos (Figura 3), como el Monumento 11, en el área al este de la pequeña Estructura 8 y con la secuencia de pisos de plaza de taxcal de la Terraza 3 (Figura 4). Los datos cerámicos encajan muy bien con la interpretación estratigráfica y con las fechas de radiocarbono.
El Altar 48 está asentado sobre piedras cuña en la superficie de un nivel estratigráfico cuya cerámica corresponde a 700-400 AC (Fase Nil; Figura 3) y que tiene una fecha de radiocarbono de 770-410 AC [Beta-244727 2450 +/- 40 BP, 13C/12C Ratio -24.4 o/oo, *2460 +/- 40 BP; 2 Sigma Cal BC 770-410 95%]. El Monumento 11, que presenta una secuencia vertical de 5 glifos de figura de cabeza, fue colocado en el mismo estrato. El siguiente nivel estratigráfico, que fecha 200 AC-150 DC (Fase cerámica Ruth) y tiene una fecha de radiocarbono de 380-170 AC [Beta-244728 2240 +/- 40 BP, 13C/12C Ratio -27.3 o/oo, *2200 +/- 40 BP; 2 Sigma Cal BC 380-170 95%] cubrió el altar hasta llegar a su superficie. La monumental Estela 14 fue posicionada cuidadosamente, apoyada sobre piedras cuña, sobre la superficie de este estrato. Con esta maniobra quedó cubierto el Altar 48, quedando un espacio promedio de 10 cm entre ambos monumentos. Pensamos que el Altar 48 puede corresponder a uno de los primeros gobernantes Mayas, que entre 400 y 200 AC utilizó y personificó este poderoso mito y personaje representado en la escena primordial en la superficie a través del texto en el lado este del altar.
LA ESTELA 14
La Estela 14 (Figura 5) había sido excavada, denominada e incluida en el mapa del sitio durante los años 1976-78 por la Universidad de California, Berkeley, bajo la dirección de John A. Graham y Robert F. Heizer (Graham et al. 1978). Este monumento de andesita tiene forma rectangular y mide 2.25 m de largo, 1.40 m de ancho, con un grosor de 0.75 m. La parte inferior fue labrada para producir una superficie muy recta y pareja, completamente horizontal, en la cual se encuentran 6 orificios pequeños dispersos. En la porción oeste de esta superficie se encuentra un diseño que asemeja al remanente de la piel desechada de una culebra o una especie de columna vertebral (con 21 eslabones). La parte superior de la estela se dejó con la forma natural de la roca, y presenta 26 cavidades grandes alisadas o pulidas, características de los denominados “guacalitos” que al parecer fueron labrados después de haberse colocado este monumento para cubrir el Altar 48. El hecho de que una escultura de menores dimensiones fuera cubierto por esta monumental roca labrada, que no tiene precedentes en Tak’alik Ab’aj, hizo surgir espontáneamente la idea de que la Estela 14 estaba protegiendo o sellando a una escultura que tuviera un significado o importancia singular, y deja la pregunta de la razón de ser de estos “guacalitos” esculpidos en su superficie.
EL ALTAR 48
El Altar 48 (Figura 1) es una roca aplanada de andesita de forma más o menos rectangular, de 1.43 m de largo, 1.26 m de ancho y con un grosor de 0.53 m. La misma fue esculpida en la superficie y en los cuatro laterales correspondientes a las orientaciones cardinales. El tema principal, esculpido en bajo relieve en la superficie del altar, está orientado (viendo) hacia el este y representa una bella composición de tres elementos extraídos de la prístina concepción de la representación del mundo o cosmovisión de las culturas ancestrales precolombinas (Figura 6). La composición de estos elementos, realizada en un juego artístico de representaciones en doble perspectiva, visto en perfil (en elevación) y en planta -e inclusive podría verse en sección, que sería entonces en las tres dimensiones- es una destreza que remonta desde la cultura olmeca, como se manifiesta por ejemplo en la vasija de Tlapacoya (Reilly 1994:244 Fig.15.8).
El tema es dominado por un cocodrilo con las fauces abiertas y la cola característicamente arqueada al estar este reptil en movimiento, dirigiéndose hacia el sur; las patas y la cola se observan en planta y la cabeza con las fauces abiertas en perfil. El cuerpo del cocodrilo está diseñado en la forma de un símbolo cuadrifoliar como el centro del tema, cuya representación se puede apreciar invariablemente en perfil o en planta. Este cuadrifoliar está abierto en su lado superior, visto en perfil, y viendo en planta, está abierto en el lado oeste. El símbolo cuadrifoliar se encuentra a través del tiempo en el repertorio iconográfico de la cultura olmeca (Monumento 1 de Chalcatzingo, Reilly III 1994:250 Fig.15.16), Maya (Altar de El Perú, Freidel et al. 1993:215 Fig.4:27b), en Izapa (Estela 8, Norman 1976:104 Fig.3.8) y en otras culturas posteriores.
Dentro de este cuadrifoliar se encuentra, de perfil, una representación de características “muy Mayas” de un personaje sentado con las piernas cruzadas sobre un cojín o trono con un símbolo (¿espejo? o ¿Pop?), apoyándose con el brazo izquierdo. El brazo derecho extendido está levantado a la altura del pecho en un gesto dirigido hacia el frente del personaje, viendo al sur. Este lenguaje corporal se encuentra frecuentemente representado, como por ejemplo en el personaje central en el Altar 65 de Kaminaljuyu (Valdés 1995:75 Fig.49), en la Estela 8, 14 y 27 de Izapa (Norman 1976:104 Fig.3.8, 118 Fig.3.15, 139 Fig.3.31, respectivamente) y, posteriormente, en la representación del escribano en una vasija tipo códice del Clásico Tardío (Schele y Miller 1986:141 Fig.III.9). El personaje viste taparrabo con el nudo de amarre detrás y del tocado resalta el arreglo del cabello recogido en una especie de coleta (ponytail). El estilo de la representación del personaje joven y la decoración del taparrabo en la forma de cuentas y del amarre de la coleta del cabello (ponytail) se parecen al de las representaciones de Chan Bahlum de Palenque (Schele y Miller 1986:114-115 Fig.II.5 y II.7). En el arreglo del tocado, en la parte superior, cayendo sobre la frente de la cara y en frente de la boca se aprecian elementos que podrían ser análogos a los que ostentan los gobernantes de la Estela 29 y 31 de Tikal (Schele and Freidel 1990:141 Fig.4.11, 140 Fig.4.10, respectivamente). La representación en general se asemeja a la del gobernante Maya representado en el pectoral de jade de Dumbarton Oaks, fechado para 100 AC-100 DC, que además tiene una inscripción temprana haciendo referencia a la ascensión al poder de éste (Schele y Miller 1986:119-120 Pl.32a y 32b).
Los tres elementos que componen el tema esculpido en la superficie del Altar 48 se centran en un personaje dentro el símbolo cuadrifoliar, en el umbral entre el mundo real y el inframundo, representado por el cuerpo del cocodrilo de la tierra y que por estar personificado en un reptil a su vez se asocia al agua. Este tema frecuentemente se encuentra replicado en representaciones de personificaciones “deificadas” del maíz (Dios del Maíz) dentro del símbolo cuadrifoliar o sin éste, emergiendo de la espalda abierta del cocodrilo o caparazón de tortuga, que pueden tener más elementos de la estructura de la representación ancestral del mundo, como el árbol axis mundi con el pájaro primordial posado en sus ramas, etc. Al parecer, el personaje que encargó esta obra seleccionó intencionalmente estos tres elementos universales para el diseño de este monumento, cuyo significado deber haber sido el más apropiado para imbuir (fortalecer) con estas poderosas imágenes sagradas el mensaje que se pretendía dar.
En los laterales norte, sur y oeste (Figura 7) fueron esculpidas representaciones de criaturas que pueden ser combinaciones de características de varios animales: la serpiente, el cocodrilo o dragón saurio y el jaguar, como por ejemplo en la Estela 14 de Izapa (Norman 1976:118 Fig.3.15). En el lateral este, con la intención de estar “adosado” a la base del tema central, aparecen cuatro glifos tempranos delimitados por un círculo que les da aspecto de medallones. De izquierda a derecha, los primeros tres glifos o logogramas son de figura de cabeza; el último parece representar una mano abierta con un elemento U en la base de la misma, tomando o posicionado sobre un símbolo, cubriéndolo parcialmente.
Consideramos razonable pensar que este texto hace alusión directa al personaje representado en el tema principal y proponemos la posibilidad de que puede indicar un nombre personal (de izquierda a derecha, los primeros dos títulos y el tercero el nombre) y probablemente una acción (el cuarto) o que pueda referirse a una frase dedicatoria. Agradecemos y apreciamos haber recibido las opiniones preliminares de los epigrafistas Federico Fahsen (2001), Oswaldo Chinchilla y Hubert Robichaux al respecto. Esperamos que este texto sea estudiado por los especialistas que se interesen en el tema y serán ellos quienes discutirán, entre otras cosas, sobre el hecho de que el glifo de la mano o posible verbo no se encuentra en el lugar usual (al inicio) de los textos más tardíos o sobre las posibilidades que podrían ofrecer los afijos en la parte inferior y del lado derecho como probables elementos fonéticos para la interpretación de este glifo y por ende del texto.
RELACIÓN DEL ALTAR 48 Y LA ESTELA 14 EN EL ESPACIO Y EL TIEMPO
Para apoyar el estudio y las futuras propuestas de lectura de este texto, vamos a basarnos en el contexto de este monumento, que lo ancla en el espacio y el tiempo. El Altar 48 y la Estela 14 se encuentran en el sector sur-este de la Terraza 3 del Grupo Central (Figura 8) que, basado en estudios anteriores, en la escultura y más que todo en la secuencia arquitectónica y ceremonial de la Estructura 7 ubicada en el extremo este de esta plaza, se ha propuesto que puede ser la plaza más sagrada de Tak’alik Ab’aj. Coincidentemente, hace algunos años esta plaza ha sido llamada Tanmi T’nam (corazón del pueblo) por Gregorio López, alcalde de habla mam de El Asintal.
Este sector sur-este está delimitado hacia el sur por el acceso a la Terraza 3, la Estructura 8 al oeste, la cual está situada en el eje central norte-sur de la plaza, y la fachada sur de la Estructura 6 al norte (Figura 2). A razón de que la Estela 14 se distinguía por los “guacalitos”, a este sector se le ha llamado con este nombre. En esta área, se encuentran diversos monumentos esculpidos. A lo largo de la fachada este de la Estructura 8, fueron erigidos cinco monumentos que forman una fila norte-sur (de los cuales hemos excavado cuatro: Monumento 30, Estela 34, Estela 35, Altar 18; Figura 2). Perpendicular a esta fila norte-sur, más o menos paralelo al límite sur de la Terraza 3 (Figura 2), se proyecta una fila este-oeste de cinco esculturas (Estela 15 y Altar 7, Monumento 11, Estela 14, Altar 48). Hacia el sur de esta fila este-oeste se encuentran dos monumentos más (Monumento 28, Monumento 27). La Estela 14 y el Altar 48 debajo de ésta, conforman el extremo este de la fila de monumentos este-oeste.
En la vecindad al oeste del Altar 48 se localiza el Monumento 11, una roca de andesita en forma natural de pera que mide 1.32 m de largo, 1.10 m de ancho con un grosor de 0.70 m. Este monumento presenta en su lateral sur una secuencia vertical central de cinco glifos de figura de cabeza y un glifo con un numeral 11 en puntos y barras en el extremo inferior izquierdo. Estos glifos, al igual que los representados en la superficie del Altar 12, no están enmarcados cada uno en un círculo o medallón como los del Altar 48. El Monumento 11 y el Altar 12 (Graham y Benson 2005 Fig.4 izquierda y derecha, respectivamente) fueron excavados en los años 1976-78 por la Universidad de California, Berkeley, y Graham y Porter (1989:46-49) desde entonces han propuesto una asignación muy temprana para este tipo de glifos.
En este sector sur-este de la Terraza 3 las excavaciones muestran una secuencia estratigráfica que se puede resumir en dos nivelaciones importantes (Figuras 3 y 4). La nivelación 1 fue la primera actividad de crear el paisaje deseado para los planes del desarrollo arquitectónico de la plaza de la Terraza 3 en la segunda parte del Preclásico Medio (Fase Nil 700-400 AC, con fecha C-14 correspondiente de 770-410 AC). Este es el tiempo que, en base a las investigaciones realizadas más que todo en la antigua plataforma sagrada de la Estructura 7, y en cuyo interior yace parte de la historia que corresponde a la era Olmeca, contemporánea a La Venta en la costa del Golfo de México, que hemos propuesto como la época de la transición de la era Olmeca a la Maya en Tak’alik Ab’aj (Schieber de Lavarreda y Orrego Corzo s.f.). Sobre esta primera nivelación fue construido, al inicio del Preclásico Tardío (Fase Rocío 400-200 AC), el piso de plaza 2. Este piso, denominado piso Rocío, presenció el nacimiento de la era Maya en Tak’alik Ab’aj.
La nivelación 2 fue realizada a inicios de la segunda parte del Preclásico Tardío (Fase Ruth 200 AC-150 DC) y sobre esta segunda nivelación fue construido el piso de plaza 1, denominado piso Ruth. El piso Ruth fue el escenario del pleno desarrollo Maya temprano, y el cual, con algunas modificaciones realizadas en la arquitectura durante el Clásico Tardío (700-900 DC), corresponde a la configuración del sitio que se ha mantenido hasta nuestros días. Ambos pisos de plaza fueron construidos con una mezcla de terrones de taxcal y barro, alcanzando un grosor promedio de 10 cm en el piso Ruth. Los taxcales son arcillas o minerales constituyentes de rocas que pueden ser las tobas volcánicas, que son rocas poco consolidadas provenientes de la actividad volcánica (F. Matzdorf, comunicación personal 2006).
El Altar 48 fue esculpido y colocado sobre la nivelación 1 que carga el piso Rocío a inicios del Preclásico Tardío (Fase Rocío 400-200 AC; Figuras 3 y 4). También el Monumento 11 y otros monumentos en este sector fueron erigidos durante este tiempo sobre esta superficie. A finales de esta etapa temprana de la era Maya (inicios Fase Ruth 200 AC-150 DC, con fecha C-14 correspondiente de 380-170 AC), cambiaron los planes de desarrollo arquitectónico y se planificó la construcción del gran piso de plaza Ruth. Al parecer, este nuevo plan estaba relacionado con la decisión de cubrir el Altar 48 con la nivelación 2 y de colocar con gran cuidado la monumental Estela 14 sobre dicho altar.
El tiempo del gran piso de plaza Ruth representa la época de mayor expansión de Tak’alik Ab’aj. Al norte, en el lado oeste de la plaza, fueron colocados el Altar 12 en frente de la pequeña Estructura 3, y del lado este el Altar 13 en frente de la Estructura 4 (Figuras 8 y 9; Graham y Benson 2005 Fig.5 izquierda; Graham et al. 1978:11-12 Pl.5a y b). Ambas esculturas monumentales descansan sobre sus piedras cuña, asentados sobre el piso de plaza Ruth. Más al norte, al pie del Acceso a la Terraza 5 se erigió la Estela 2 y sobre la Terraza 5, en algún lugar que ya no es posible establecer con precisión, estaba erigida la Estela 1 (Graham y Benson 2005 Fig.7 inferior derecha). En la gran plaza de la Terraza 2, la Estela 5 fue erigida en frente de la fachada oeste de la Estructura 12. Graham et al. (1978:6-9 Pl.2; Graham y Benson 2005:8 Fig.5 derecha) proponen para la Estela 2 tres alternativas de lectura de la cuenta larga: 30-18, 136-117 o 235-215 AC, con una fecha de C-14 (UCLA-1996) de 2100 +/- 170 AP. La Estela 5 tiene dos fechas de cuenta larga 126 y 83 DC (Graham et al. 1978:9-10 Pl.3; Graham y Benson 2005:8 Fig.6). Las fechas de ambas estelas encajan con la temporalidad propuesta para el gran piso de plaza Ruth, basado en la interpretación estratigráfica, las fechas de radiocarbono, y el estudio cerámico realizado por Marion Popenoe de Hatch.
Retornamos por un instante al tema de la escritura jeroglífica en Tak’alik Ab’aj y a algunas de las diferentes formas de glifos encontrados en las diversas esculturas. El Altar 12 es una escultura interesante, debido a que presenta en su contorno 16 glifos o signos de características particulares que no se han encontrado hasta el momento en otra escultura en Tak’alik Ab’aj (Graham et al. 1978 Pl.4a y b), y en la superficie de esta monumental escultura se encuentran, a lo largo de los costados del personaje central parado, cuatro glifos de figura de cabeza, respectivamente (Graham 2005 Fig.4 derecha; Graham et al. 1978:10-12). Estos ocho glifos, dispuestos en una secuencia vertical, son análogos a los cinco glifos mencionados, también en una secuencia vertical, en el lateral sur del Monumento 11 (Graham y Benson 2005 Fig.4 izquierda). En ambos casos los glifos no tienen la delimitación circular, como los del Altar 48. La delimitación circular de los glifos del Altar 48 sugiere la idea de un “cartucho incipiente” y los distingue de los del Monumento 11 y Altar 12, que aún están completamente “libres” (por lo que éstos deberían ser un poco anteriores a los del Altar 48). Se sabe que el Monumento 11 se encuentra asentado sobre la nivelación 1, al igual que el Altar 48, con lo cual, por su contexto arqueológico y fecha de radiocarbono, se sitúan como las formas de escribir más tempranas de Tak’alik Ab’aj, como había sido propuesto por Graham y Porter (1989:46-49).
Estos glifos “libres” más tempranos esculpidos en la superficie del Altar 12 no concuerdan con el posicionamiento “más tardío” de este altar sobre el piso Ruth. Graham et al. (1978:10-11) habían propuesto que esta escultura monumental en su posicionamiento último como altar y como aún se aprecia actualmente, exhibe los 16 glifos laterales, mientras el tema esculpido en la superficie del altar correspondía a un momento de uso anterior. En aquel momento la función de esta escultura era la de una estela, en posición vertical, mostrando el tema del personaje parado sobre la banda terrenal y con la banda celestial sobre él, y con los cuatro glifos de figura de cabeza por sus costados. El dato del contexto arqueológico, más el planteamiento de John Graham, señalan que el Altar 12 en su forma primigenia de estela debe haber sido colocado en algún lugar correspondiente al piso Rocío. Posteriormente, en su función secundaria como altar, con los 16 glifos alrededor de su contorno, este monumento fue re-ubicado en el lugar donde actualmente se encuentra, sobre el piso Ruth.
Al agrupar las estelas Mayas con texto -según su asociación con el Piso Rocío, correspondiente a la primera parte del Preclásico Tardío; o Piso Ruth, correspondiente a la segunda parte del Preclásico Tardío- llama la atención observar que las esculturas relacionadas con el Piso Rocío no tienen fechas de cuenta larga y los glifos son del tipo de figura de cabeza y las relacionadas con el Piso Ruth son las que tienen fechas de cuenta larga y glifos con “cartucho”.
CONCLUSIÓN
Los sucesos relacionados con la nivelación 1, que carga el piso de plaza Rocío al inicio de la primera parte del Preclásico Tardío, y los sucesos relacionados con la nivelación 2, que carga el piso de plaza Ruth a inicios de la segunda parte del Preclásico Tardío, colocan firmemente el Altar 48 en el espacio y el tiempo. Al observar este conjunto de eventos, se percibe un cambio de concepto, de idea que se refleja en la obra arquitectónica, en la forma del desarrollo de la escritura, el aparente inicio del uso de la cuenta larga, y se manifiesta con la decisión de cubrir el Altar 48. El hecho de haber cubierto este altar, haciendo un gran esfuerzo y sin aparente intención de dañarlo, pone de manifiesto la importancia de esta escultura.
Los cambios en los conceptos de desarrollo arquitectónico o en el desarrollo de la técnica de escribir y de registrar el tiempo (Figura 10), pueden asociarse a los cambios inherentes al relevo de las generaciones de la familia gobernante o linaje dinástico. La decisión de “sellar” un monumento que puede ser la piedra angular de la dinastía fundadora de la era Maya temprana de Tak’alik Ab’aj podría estar ligada no a un cambio generacional sino de dinastía (R. E. W. Adams, comunicación personal 2008). Consideramos que es posible detectar a la sucesión de los gobernantes de Tak’alik Ab’aj a través de sus obras y eventualmente conocer sus nombres. Entonces tenemos dos indicadores: la existencia de una dinastía fundadora a inicios de la primera parte del Preclásico Tardío (400-200 AC) en el lugar del nacimiento de la cultura Maya temprana en la Costa Sur de Guatemala, y la posibilidad de un cambio del linaje a inicios de la segunda parte del Preclásico Tardío (200 AC-150 DC). Aquí es importante señalar que a inicios del Preclásico Tardío, así como sucedió en la Costa Sur de Guatemala, simultáneamente en lugares muy distantes, como Kaminaljuyu en el altiplano central, Cerros en Belice, y otros sitios en las Tierras Bajas Mayas, surgieron, impulsados por los fundadores de las dinastías investidos con el poder sagrado ancestral, los primeros grandes centros ceremoniales Mayas tempranos que acuñaron el fundamento para el desarrollo de la gran civilización Maya.
Al parecer, la colocación de un enorme monumento sobre el Altar 48 no mermó el poder sagrado de este monumento al nacimiento de la cultura Maya, más bien lo perpetuó. Por lo que puede ser que los “guacalitos” sobre la gran roca de la Estela 14 (que lo cubrió) fueran una manera de acercarse y “tomar” un poco de este poder.
AGRADECIMIENTOS
Nuestro agradecimiento al equipo de investigación: Jeremías Claudio, Oswaldo López, Armin Torres, Robin De León, David Claudio y Luis Rivera, que hicieron posible realizar este trabajo. Agradecemos a la Dra. Marion Popenoe de Hatch su apoyo en la investigación y análisis cerámico y al Dr. John Clark su ayuda para la obtención de las fechas de radiocarbono. A los epigrafistas Arq. Federico Fahsen, Dr. Oswaldo Chinchilla y Dr. Hubert Robichaux por sus apreciaciones preliminares sobre los glifos tempranos, a Dr. Travis Doering y Dra. Lori Collins por el laser scan de este altar y a Ing. Felipe Guzmán por facilitar la logística para este último. Al Ministerio de Cultura y Deportes y Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural-Instituto de Antropología e Historia agradecemos el apoyo institucional al Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj.
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Figura 1 Altar 48 – “Desplegado” (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH,
Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Oswaldo López)
Figura 2 Planta sector sur-este Terraza 3 “Guacalitos” – Estructura 8, Estructura 6 (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Robin De León)
Figura 3 Sección Elevación E-O Altar 48 – Monumento 11 (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Jeremías Claudio)
Figura 4 Sección Elevación N-S Estructura 6 – Altar 48 (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Jeremías Claudio)
Figura 5 Estela 14 (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Robin De León)
Figura 6 Altar 48 – Composición tres elementos tema central (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Oswaldo López)
Figura 7 Altar 48 – Elevación laterales este, sur, oeste y norte (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Oswaldo López)
Figura 8 Mapa Tak’alik Ab’aj – Terraza 3, Grupo Central (Johnson M. and Pope, K. 1983 [1978] Abaj Takalik, Retalhuleu, Guatemala: Map A. Adaptado por Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2007 , Oswaldo López)
Figura 9 Sección Elevación E-O Altar 12 – Altar 13 (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Jeremías Claudio)
Figura 10 Cuadro cronológico – Secuencia escultura Tak’alik Ab’aj (Ministerio de Cultura y Deportes/DGPCN-IDAEH, Proyecto Nacional Tak’alik Ab’aj, 2008, Christa Schieber de Lavarreda)