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Robinson, Eugenia J.
1991 El reconocimiento arqueológico de Alotenango. En II Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1988 (editado por J.P. Laporte, S. Villagrán, H. Escobedo, D. de González y J. Valdés), pp.84-97. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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EL RECONOCIMIENTO ARQUEOLÓGICO DE ALOTENANGO
Eugenia J. Robinson
En abril de 1988 el Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica (CIRMA) empezó la encuesta arqueológica Kaqchikel como un primer paso hacia una análisis regional del área de habla Kaqchikel. Las metas de la encuesta fueron las siguientes:
- Crear un inventario nuevo y preciso de sitios, municipio por municipio.
- Delimitar la historia de los patrones de asentamiento.
- Evaluar el proceso cultural de la región en general.
En el diseño para la investigación en el año 1988 incurrió el reconocimiento de los municipios en el rincón sureste de la región Kaqchikel (Figura 1). Los municipios seleccionados fueron los de Alotenango (1388 m sobre el nivel del mar) cerca de la Costa Sur y Sumpango (1890 m sobre el nivel del mar), al este de Chimaltenango. Esta muestra dio información sobre patrones de asentamiento e interacción en dos distintos municipios de diferentes zonas. Este primer año dio la oportunidad de desarrollar la metodología. Se ganó experiencia en la logística y técnica de una encuesta por diferentes sitios y regiones. Se tuvo experiencia en evaluar las técnicas de registro de datos en el campo y el eventual proceso de computarización. Se logró estandarizar el análisis de datos y obtener experiencia en el manejo de la política y relaciones interpersonales con autoridades departamentales y municipales.
La encuesta se comenzó en Alotenango, un municipio localizado en el extremo sureste de la región Kaqchikel entre los Volcanes de Agua y Fuego en un corredor natural que va desde el altiplano hasta la Costa Sur. El nombre Alotenango es de extracción Nahuatl y quiere decir «el lugar de los loros grandes»: (Alo) loros grandes, (tenango) lugar de (Simeón 1965:17).
La mayoría de la información concerniente a la historia de Alotenango está comprendida en El Título de Alotenango (Polo Sifontes 1979), la cual dice que después de la Conquista, Alotenango llegó a ser un pueblo de indios y tenía un convento Franciscano. El pueblo fue fundado poco después de la llegada de los españoles por hablantes de Kaqchikel quienes estaban invadiendo las tierras húmedas y calientes de la Costa Sur, cerca de lo que fue el sitio original de Escuintla. La finca Chagüite, unos 15 kilómetros al sur de Alotenango, parece estar cerca del sitio precolombino de Escuintla (Polo Sifontes 1979:123).
Según varios testigos indígenas quienes, en 1565 unos 41 años después de la Conquista, durante el transcurso de un pleito sobre tierras presentado a la audiencia, dijeron que los Kaqchikel fueron militantes. Poco antes de la llegada de Alvarado ellos intentaron conquistar a los Pipil de Escuintla y trataron de convertir sus plantaciones de cacao en milpas de maíz. Esto apoya las creencias de los que piensan que los Kaqchikel del Altiplano necesitaban obtener tierras más calientes para ser compensados por las pérdidas de cosechas que debido a la temperatura baja que afecta al Altiplano. Los Kaqchikel del oeste (Iximche) antes habían invadido la región de la Costa Sur alrededor de Siquinala, Yepocapa, y Patulul, todos situados en las tierras calientes donde se puede garantizar dos cosechas al año.
Figura 1 Ubicación de los municipios de Alotenango y Sumpango en la región de habla Kaqchikel
Alotenango, durante la época colonial, tenía tres anexos (Cortés y Larraz 1958:186). Aguacatepeque, el primero, que hoy está localizado en la finca Candelaria sobre las faldas bajas del volcán de Fuego. Durante el siglo XIX este sitio fue abandonado debido a las erupciones devastadoras del volcán. San Diego, el segundo anexo, es todavía desconocido. El tercer anexo estaba localizado como se mencionara anteriormente en donde se encuentra ahora la finca Chagüite (Cortés y Larraz 1958:186). Alvarado ayudó a los Kaqchikel a derrotar a sus enemigos, los Pipiles, en Panacatat (Escuintla Viejo) en 1524.
Alotenango es un municipio pequeño de unos 95 kilómetros cuadrados. Está dividido a la mitad por el río Guacalate, el cual es un principal recurso de agua natural para el municipio. Este río corre los 13.5 km a través del municipio del norte del pueblo de Alotenango a su confluencia con el río Agua Blanca que forma la frontera del sur del mismo (Figura 2). No hay extensiones planas y anchas de aluvión a los lados del río Guacalate. En lugar de terreno plano hay tierra pendiente y fértil que forma las bases de los dos volcanes. Los lados del municipio ascienden a las cimas de los volcanes de Fuego y Acatenango al oeste y el volcán de Agua al este, haciendo un total de 2000 m de elevación. Las faldas de los volcanes tienen muchas quebradas muy profundas, normalmente secas, que atraviesan estas laderas. En el pasado existieron nacimientos de agua en las faldas de los volcanes, pero debido a los movimientos sísmicos éstos han estado sellados.
Figura 2 Sitios del Preclásico Medio, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
Los terrenos del municipio se usan para el cultivo de maíz, café, caña de azúcar, y zacate, además queda mucho bosque de pino. En el extremo norte de Alotenango sobre las laderas volcánicas están los campos de maíz y café, y hacia el sur predomina un área de bosque. Hacia el suroeste del municipio predominan las fincas de café y al sureste del río Guacalate existen cultivos de caña de azúcar y hay también zacate para pasto de ganado lechero en la finca Monte María.
MÉTODO DE RECONOCIMIENTO
El método básico de reconocimiento se desarrolló durante las primeras investigaciones en Alotenango. El diseño de reconocimiento se basó en la idea de que los informantes locales conocían la mayoría de lugares en su municipio donde uno puede encontrar restos arqueológicos. Se modificó este diseño al incluir en el reconocimiento áreas desconocidas localmente que tenían la posibilidad de contener sitios. Se trabajó con un guía de Alotenango y al comenzar él sabía de algunas localidades con materiales prehistóricos. Dado que algunos de estos lugares fueron difíciles de ubicar, por ejemplo los situados en las fincas grandes o a lo largo de una quebrada, se tuvo que evaluar el diseño. Se recorrieron muchas áreas abiertas en la vecindad de lugares conocidos. Mientras el conocimiento del terreno creció, se desarrolló la segunda etapa del diseño. Se eliminaron áreas para investigación que tenían una menor posibilidad de tener sitios, áreas para investigación que tenían una menor posibilidad de tener sitios, áreas como bosque o parcelas bajo cultivo. Una de estas áreas poco poblada, fue la base del volcán de Fuego donde arenas provenientes de las varias erupciones del volcán habían depositado lodo volcánico a las faldas del este y al norte de Barranca Honda. Ríos de lodo volcánico, arena, y ceniza han enterrado cualquier sitio arqueológico que hubiera existido antiguamente y un reconocimiento breve en esta área confirmó la total falta de evidencia cultural en la superficie. Al sur de Barranca Honda hasta la frontera sur del municipio, los depósitos volcánicos son menos intensos y se han encontrado y analizado algunas localidades en esta región.
No han sido llevadas a cabo investigaciones en zonas donde pueden existir algunos sitios no visibles debido a los cultivos de café, caña de azúcar, pasto, y bosques. Una capa de hojas y humus debajo de los cafetales hace imposible encontrar sitios, si no hay montículos. Sin embargo, en algunas localidades cuando se hacen hoyos para sembrar café, se han sacado a la superficie diversos artefactos. Además, el zacate hace casi imposible encontrar sitios si no existen montículos, o si no está expuesta por cortes de caminos o canales de drenaje. En algunas localidades en el lado sur del municipio se recogieron artefactos en los campos de caña recién cultivados. Este año no se extendió el recorrido en los bosques ni en los campos de caña ya muy crecida.
RESULTADOS DE LA ENCUESTA
Los resultados del reconocimiento de Alotenango incluyen el descubrimiento de más de 60 sitios de los cuales sólo dos, Alotenango y Aguacatepeque, eran conocidos antes. El trabajo fue desviado hacia sitios superficiales encontrados en parcelas cultivadas o sitios que fueron conocidos por el guía. Se encontró que las faldas oeste del volcán de Agua fueron densamente pobladas desde 500 AC y tienen un gran número de sitios. Se ha caminado por casi todas las milpas entre La Quebrada, La Virgen, el límite norte del municipio y La Quebrada Grande, el límite sur. Se recogieron tiestos en casi todos los campos entre 1400 y 1650 m de altitud sobre el nivel del mar, donde ya hay una abundancia de tiestos. Los contornos empinados de las laderas que tenían terreno muy quebrado no fueron investigados con mucho énfasis. Sin embargo, se investigó una zona alta a la orilla del barranco Chiquita, encontrando tiestos a 1900 m de elevación en terrenos cultivados.
En general, los sitios encontrados en la encuesta consisten de una sola parcela o parcelas contiguas con material cultural en la superficie. No se puede estar seguros siempre que los límites de los sitios coinciden precisamente con el área poblada en tiempos prehistóricos en todos los momentos. Muchas parcelas tenían siembra de café alrededor o bosques, y no se pudo evaluar si algún sitio se extendió dentro de tales áreas.
La mayoría de los sitios tienen entre unos 100 y 300 m de largo. Se cree que se trata de sitios residenciales, destruidos por efectos de la agricultura y erosión. Hasta la fecha no se han encontrado sitios especializados como talleres de obsidiana, etc. No hay ninguna evidencia de presencia extranjera en la evaluación de la cerámica. La presencia llamada «tolteca» está totalmente ausente en las colecciones. Las muestras cerámicas demuestran una larga y continua ocupación que paulatinamente fue ajustándose a los cambios demográficos y tecnológicos en Mesoamérica.
Solamente un sitio del Clásico Tardío tenía plataformas, otros tres sitios probablemente tenían estructuras del Clásico o Postclásico. Algunos sitios tienen amontonamientos de piedra que indican que hubo estructuras destruidas.
PRECLÁSICO MEDIO
La evidencia más temprana de ocupación del municipio de Alotenango consiste en tiestos similares a los de Jocotal, proveniente de la Costa Sur alrededor de 900 AC. Estos tiestos se encontraban en los sitios números 16 y 55 (Figura 2). Las dos localidades son aproximadamente tres cuartos de un kilómetro al este del río Guacalate. Otros tiestos incisos son similares al ware Bálsamo Café de El Bálsamo (Shook y Hatch 1978:19‑26), que se fecha aproximadamente entre 900 a 500 AC (Marion Hatch, comunicación personal 1988). Estos tiestos se encuentran dentro de 2 km del río Guacalate. No se ha encontrado depósitos sub-superficiales de esta cerámica temprana.
PRECLÁSICO TARDÍO
La cerámica del Preclásico Tardío, ware Sacatepéquez Pasta Blanca (Shook y Hatch 1978:29‑30), son comunes en el área. Ellos se encuentran generalmente bien repartidos por todas partes en la base del volcán de Agua (Figura 3).
PRECLÁSICO TERMINAL
La evidencia de la ocupación del Preclásico Terminal está formada por tiestos con decoración Usulután y una vajilla de jarros de bordes engrosados al exterior. Este periodo está bien representado y tiene una distribución igual a los del Preclásico Medio excepto que no se encontraron en elevaciones arriba de 1650 m (Figura 4).
CLÁSICO TEMPRANO
Cerámicas típicas del Clásico Temprano son Esperanza Flesh y tipos de pasta roja. En un corte de un camino de la finca Monte María, se encontraron cuencos Esperanza Flesh y ollas de pasta roja bruñida con decoración aplicada y pestaña sub-labial. La distribución de asentamientos del Clásico Temprano es muy extensa, cubriendo terrenos desde la quebrada La Virgen hasta la finca Monte María y los contornos más altos que se exploraban en el volcán de Agua (Figura 5).
CLÁSICO TARDÍO
La cerámica del Clásico Tardío consiste principalmente de Amatle y cuencos grandes con borde evertido hacia afuera de pasta roja. Las colecciones más completas tienen también cuencos con pintura roja o blanca sobre anaranjado e incensarios espigados. Los asentamientos del Clásico Tardío se concentran en la base oeste del volcán de Agua. No hay muchas evidencias de ocupaciones en la finca Monte María ni en las elevaciones altas del volcán. Hay sitios del Clásico Tardío enterrados en el área de Aguacatepeque (Figura 6). El patrón de asentamiento del Clásico Tardío tiene un sitio con plataformas de hasta 7 m de altura alrededor de una plaza de 35 m de ancho con tres plataformas bajas alrededor (Figuras 7 y 8). El sitio Los Altillos se localiza sobre una pendiente y la plaza fue recortada del sub‑suelo. Los Altillos fue un centro ocupado durante el Clásico Tardío y es el más complejo en el municipio de Alotenango que se ha encontrado hasta la fecha. Este sitio es de la misma jerarquía que otros dos sitios localizados en la base norte del volcán de Agua, Los Terrenos y Pompeya cerca de Ciudad Vieja, descritos por Borhegyi (1950) y Shook (1952:33‑34, 36), éstos son sitios con plazas grandes.
Figura 3 Sitios del Preclásico Tardío, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
Figura 4 Sitios del Preclásico Terminal, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
Figura 5 Sitios del Clásico Temprano, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
Figura 6 Sitios del Clásico Tardío, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
Figuran 7 Los Altillos, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
Figura 8 Sitios del Postclásico, municipio de Alotenango, Sacatepéquez
POSTCLÁSICO
La cerámica que ha sido previamente definida como Protoclásica por Wauchope (1970) tiene ollas con pasta micácea y algunas veces hasta con un engobe micáceo. Esta cerámica tiene una distribución similar a la cerámica de otros periodos prehistóricos que fueron también densamente poblados. Esta cerámica está ubicada en la parte norte de la zona recorrida (Figura 9). Se encuentra en concentraciones muy altas entre las Quebradas de la Virgen y la Grande, y la distribución continua hasta la Casa Roja. Wauchope encontró este tipo de micáceo en una colección de la superficie de Iximche (Wauchope 1970:116‑117). Él hace notar que estos tipos micáceos, color café, gris y morado ocurren en varios otros sitios Protohistóricos, pero el tipo beige, según él, está restringido a Iximche.
PERIODO COLONIAL
Otro complejo de cerámica, probablemente Colonial, aunque un tipo similar blanco sobre pasta roja es probablemente un tipo también Protohistórico, se halla en varias localidades distintas. Uno de éstos corresponde a un anexo colonial de Alotenango. El primero, San Pedro Aguacatepeque, corresponde a la base este de la falda del volcán de Fuego, es un sitio que tiene montículos visibles y la gente local ha reportado la presencia de estructuras coloniales. El segundo es la finca Monte María donde hay material Colonial. Esta finca se ubica 3 km al norte de la finca San Diego. Según Cortés y Larraz, el anexo colonial de San Diego quedaba a unas cinco leguas al sur de Alotenango (Cortés y Larraz 1958: T.II, 187). Debido a que este San Diego está a solamente una legua (4 km) de Alotenango es probable que no sea el anexo Colonial, pero sí hay mayólica aquí. El complejo de cerámica Colonial en general tiene una baja frecuencia de Chinautla Policromada en la forma de pequeños cuencos, también hay Mayólica y jarras que típicamente tienen orillas engrosadas en el exterior y ranuras, también tiene una pestaña sub-labial con la superficie vitrificada en la parte superior de la vasija y una superficie debajo más o menos lisa. En solamente un sitio mayor, No.28, ocurrió la cerámica Micácea junto con los tipos Coloniales descritos arriba. Este sitio está en las faldas del volcán de Agua entre las quebradas de Cementerio y Chiquita. Este fue sin duda un sitio Colonial, tal vez un centro adjunto al pueblo de Alotenango.
GENERALIDADES
La encuesta ha demostrado que las faldas del volcán de Agua se habían explotado extensivamente desde el Preclásico Medio, 500 AC, hasta tiempos Protohistóricos (hasta 1525 DC). La distribución de la cerámica y los sitios indica que el patrón de asentamiento prehistórico fue extensivo en su naturaleza. Hoy nadie vive en las faldas del volcán de Agua afuera del pueblo de Alotenango.
Esta primera etapa en la encuesta arqueológica de la región de habla Kaqchikel ha cambiado los conocimientos acerca de los patrones del asentamiento en el Altiplano Central. La síntesis del Altiplano por Borhegyi (1965), basado en parte en el trabajo de Shook (1952), dice que hubo una tendencia a mover los poblados desde los valles regados con ríos hasta los colmos de las montañas. Esta tendencia comenzó en el Clásico Tardío y Postclásico con la fundación de lugares defendibles como Iximche (Borhegyi 1965:71‑73), ellos si notaron que algunos de estos sitios defensivos tenían, de vez en cuando, una larga y esporádica historia de habitación a veces regresando hasta tiempos del Preclásico Medio.
Los datos sobre los patrones de asentamiento recogidos en las faldas del volcán de Agua no apoyan este supuesto cambio en el patrón. En el caso de Alotenango, el primer cambio dramático en el patrón de asentamiento ocurre en la época Colonial durante la congregación de pueblos y es un patrón nucleado con los centros situados en elevaciones bajas cerca de fuentes de agua.
La ubicación de los sitios en las faldas del volcán de Agua sí tiene un aspecto que se podría interpretar como defendible, estos sitios en el volcán son difíciles de alcanzar. Hay que subir una ardua pendiente de una a dos horas desde el río Guacalate. Muchos de estos sitios tienen una vista espectacular del pasillo o corredor de Alotenango, que fue una de las principales rutas de comunicación comercial entre la Costa Sur y la región Kaqchikel. Pero no hay ninguna evidencia que sostiene el concepto de que estos lugares fueron escogidos originalmente por sus cualidades defensivas. Existe siempre la posibilidad de que la gente escogiera estos lugares altos porque fue simplemente una mejor opción, como dice hoy la gente local, siempre es mejor vivir arriba que abajo por razones obvias. Esta teoría aún está por probarse, pero el concepto tiene cierta gracia.
Alotenango en tiempos Protohistóricos fue ocupado por gente de habla Kaqchikel que estaba en el momento de la Conquista invadiendo terrenos de los Pipiles de Escuintla. La zona del corredor de Alotenango, cayendo entre los volcanes, fue indudablemente de gran importancia durante tiempos prehispánicos debido principalmente a su ubicación estratégica, lo cual facilitó el comercio interregional entre las calientes tierras costeras con las tierras templadas del Altiplano.
AGRADECIMIENTOS
Este Proyecto ha requerido de la ayuda de muchas personas, tanto profesionales como campesinos. Al INSIVUMEH por la información geo-volcánica sobre el volcán de Fuego. La Institución Fulbright por la beca aportada y con un cálido reconocimiento a las personas de CIRMA por su paciencia, amabilidad y profesionalismo.
REFERENCIAS
Borhegyi, Stephen F. de
1950 Estudio Arqueológico en la Falda Norte del Volcán de Agua. Antropología e Historia de Guatemala 2 (7). IDAEH, Guatemala.
Cortés y Larraz, Pedro de
1958 Descripción geográfico-moral de la Diócesis de Goathemala. Biblioteca «Goathemala», Vol. 20 (2 tomos), Sociedad de Geografía e Historia de Guatemala.
Polo Sifontes, Francis
1979 Título de Alotenango. Pineda Ibarra, Guatemala.
Shook, Edwin M.
1952 Lugares Arqueológicos del Altiplano Meridional Central de Guatemala. Antropología e Historia de Guatemala 4 (2). Instituto de Antropología e Historia de Guatemala.
Shook, Edwin M. y Marion P. Hatch
1978 The Ruins of El Balsamo. Journal of New World Archaeology 3 (1):1‑38.
Simeon, Remi
1965 Dictionnaire de la langue Nahuatl ou Mexicaine. Graz, Austria.
Wauchope, Robert
1970 Protohistoric Pottery of the Guatemalan Highlands. En Monographs and Papers in Maya Archaeology (editado por William R. Bullard), pp.89‑243. Peabody Museum, Cambridge.
Figura 9 Sitios de la época Colonial, municipio de Alotenango, Sacatepéquez