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Paredes Maury, Sofía y Rolando R. Rubio
1992 Características iconográficas en la representación de aves celestiales en la cerámica policromada Clásica de Tierras Bajas. En IV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1990 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Brady), pp.236-240. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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CARACTERÍSTICAS ICONOGRÁFICAS EN LA REPRESENTACIÓN DE AVES CELESTIALES EN LA CERÁMICA POLICROMADA CLÁSICA DE TIERRAS BAJAS
Sofía Paredes Maury
Rolando R. Rubio
Dentro del arte Maya existen numerosas representaciones de animales, los cuales generalmente están asociados a deidades, y éstas a la vez se encuentran relacionadas a determinados fenómenos naturales y sobrenaturales y a la actividad ritual, ocupando cada una de las deidades una posición específica dentro de los diferentes niveles en que se divide el cosmos Maya prehispánico: cielo, tierra e inframundo (Rubio 1988).
Entre estas representaciones de la fauna asociada a lo sobrenatural sobresale la categoría de las aves, las cuales pueden presentarse con rasgos de aves acuáticas, nocturnas, de rapiña y con características de aves tropicales. También se pueden presentar casos en que la representación no es tan natural o real, desarrollándose una composición muy interesante en la que se conforman aves a través de la integración de rasgos físicos característicos de varias especies, a los que en oportunidades se les agregan rasgos físicos propios de reptiles, logrando de esa forma la creación de una representación mitológica o ave fantástica que se sale de las propiedades físicas naturales y normales.
Estas aves mitológicas o fantásticas, también tienen un lugar específico dentro de los niveles del cosmos prehispánico, pudiendo clasificarse operacionalmente en dos grandes categorías:
- Aves celestiales
- Aves del inframundo
El presente trabajo pone especial atención en las aves celestiales, las cuales tienen como característica general que además de ser representadas en la cerámica, se encuentran representadas en diferentes monumentos, principalmente en estelas, estucos y dinteles (Rubio 1990).
El ave celestial ocupa un lugar muy importante dentro de la estructura cosmológica Maya, relacionándose sobre todo y a diferencia de las aves acuáticas que están asociadas al inframundo, con el cielo, el aire y el fuego (De la Garza 1984). Bardawill (1974) considera que el ave celestial ostenta la posición más alta en la jerarquía de seres avícolas dentro de las representaciones iconográficas de la cosmología Maya. El ave posee características específicas, aunque existen variaciones entre las diferentes representaciones de la misma. En la representación más general, el ave posee grandes plumas como las de las aves tropicales, patas cortas con espolones y un símbolo de espejo en la punta de la cola. La base del ala presenta una forma similar a una cabeza reptiliana o de lagarto-serpiente (Bardawill 1974; Rubio 1990), por lo que algunos autores le han dado el nombre de Pájaro Serpiente (Schele y Miller 1986).
El ala de base reptiliana es el rasgo más importante del ave celestial ya que es una representación de cabeza de lagarto-serpiente sin mandíbula, de cuyo maxilar superior emergen las plumas como formando un abanico, el cual puede interpretarse como una posible representación de viento (Schele y Miller 1986; Rubio 1990). La cabeza reptiliana usualmente se representa invertida cuando el ave se encuentra con las alas extendidas.
Los antecedentes artísticos del Ave Celestial y sus rasgos característicos parecen haberse desarrollado durante el Preclásico Tardío con el arte Izapa, como se puede observar en las Estelas 2, 4 y 25 de Izapa. En la Estela 4 se encuentra un personaje con rasgos humanos que parece estar disfrazado de ave y esta realizando una acción presumiblemente ritual que es observada por un ave antropomorfa en el cielo. En la Estela 2 se presenta un ave que desciende del cielo sobre lo que parece ser la representación de un árbol con frutos que tiene como raíz una figura de lagarto-serpiente similar al del Monumento 5 (Rubio 1990). La Estela 25 presenta un ave celestial sobre un artefacto con forma de estandarte y a la vez parece recibir la atención del humano que sostiene este estandarte, mientras observa el crecimiento continuo que se presenta en el diseño fitomorfo que compone la cola del lagarto.
Si bien estas representaciones de ave celestial tienen como base del ala un rostro de largarto-serpiente, el estilo que presentan parece ser una transición que se distribuye en el área del Altiplano Central de Guatemala, como se puede observar en los Monumentos 10 y 11 de Kaminaljuyu, manifestándose también en forma temprana en el área central de las Tierras Bajas Mayas, como se puede observar en las Estelas 1 y 2 de Tikal.
Según Bardawill (1974), las características en las representaciones del ala de lagarto-serpiente en las aves celestiales sufren un cambio a finales del Período Clásico Temprano, para tomar la forma típica que caracteriza al ave celestial durante el Clásico Tardío.
Los ejemplos que se presentan en este trabajo provienen principalmente de vasijas policromadas provenientes de la región central de las Tierras Bajas Mayas que cronológicamente se ubican dentro del Clásico Tardío.
Las representaciones de las aves celestiales en la cerámica comparten ciertas características iconográficas con las aves celestiales que se representan también en estucos y estelas, siendo algunas de estas características el que el ojo se presenta generalmente con el «iris cuadrado», un símbolo de espejo u obsidiana en la frente y colgando del cuello se puede observar un collar que lleva en el extremo un pectoral con un símbolo identificado como concha. También es interesante notar que generalmente el ave celestial tiene como decoración sobre su cabeza un símbolo identificado como segmento de concha, el cual junto con el pectoral se puede relacionar con atributos propios del Dios D.
Otra característica del ave celestial y que se presenta principalmente en las representaciones en Palenque, es la presencia de un disco oscuro que cuelga del maxilar inferior y está marcado por un triángulo de puntos, el cual cuelga con listones trenzados.
En el ala, frecuentemente se representa un espacio vacío en forma de abanico entre el maxilar superior y las plumas largas o plumas principales. Algunas variaciones, dependiendo del estilo y de la época, incluyen diseños estilísticos dentro de dicho espacio, como bandas cruzadas, bandas cruzadas dobles, espacio achurado y espacios con el símbolo Ik o relleno de pequeños círculos (Hellmuth 1987). Otras veces, las plumas emergen directamente del labio superior del rostro de lagarto-serpiente que sirve de base.
El Ave Celestial posee, asimismo, varios elementos variables entre los que se incluyen los tocados, penachos, peinados, bandas de cabeza, presencia o ausencia de mandíbula inferior y elementos decorativos en las orejas (orejeras).
El Ave Celestial se asocia comúnmente a las bandas celestiales y es considerada como la deidad opuesta al Ave Muan, pues posee un carácter celestial, benevolente, y dentro del concepto de dualidad que se presenta dentro de la cosmología Maya, la oposición de ave celestial y ave del inframundo (ave Muan) refuerza la relación de contraste, complementariedad y balance entre el bien y el mal, luz y oscuridad, cielo e inframundo.
La distribución espacial del ave celestial dentro de la representación artística también parece estar sujeta a una reglamentación. En los monumentos de carácter público, se encontrará en la parte superior, siendo frecuente el que se encuentre una representación doble, o sea dos aves celestiales, una arriba de la otra, como es el caso en algunas estelas de Quirigua, dinteles de Tikal y otros, representándose también en forma bastante abstracta en los tocados de los personajes, ya que únicamente se pueden presentar como conjuntos de plumas que emergen de la base de lagarto-serpiente.
En la representación de aves celestiales en cerámica se presenta una situación interesante, ya que dentro de las muestras analizadas para el presente estudio, generalmente las aves celestiales se localizan en el lado interior de platos, presentándose generalmente en el lado exterior de la pared una superficie sencilla o ligeramente burda, que en oportunidades contrasta con la delicadeza y colorido del interior o fondo.
Una posible explicación de esta situación se puede establecer al relacionar la posibilidad de un balance simbólico ritual entre dos elementos opuestos complementarios como lo son el cielo y el inframundo, y que por ser la cerámica de un uso más privado, o sea de carácter no público, la función del mensaje puede variar y hacer referencia a las deidades del inframundo considerándolas también como muy importantes dentro de las actividades cotidianas y/o rituales, a las que debe agradar a través de ofrendas, pero que no es conveniente que se enteren de las ofrendas o referencias que se realizan a las deidades del cielo.
Lo anteriormente expuesto se puede explicar también diciendo que por la forma de los platos cualquier deidad del inframundo, por muy cercana o lejana que sea su posición en el horizonte, ésta no le permite observar el interior del plato y por ende no puede enterarse del contenido en el interior, lo que sería la ofrenda y el tipo de diseño decorativo que se utiliza para acompañarla.
La contraparte a este planteamiento es que también se puede observar como característica en algunos cuencos policromados, principalmente los que tienen pared ligeramente curvo-divergente, en los cuales la decoración en el exterior posee algún motivo con referencia a eventos de interés para las deidades del inframundo, como sacrificio y muerte, mientras que en el interior se encuentra un diseño que puede relacionarse con el cielo, como por ejemplo una banda celestial, o en otras oportunidades una aplicación de pintura roja realizada en forma especial, ya que su distribución no es uniforme sino que formando una secuencia de bandas verticales que se delimitan únicamente por el cambio de intensidad al sobreponerse una banda con otra.
La aplicación de pintura roja en la forma anteriormente descrita puede relacionarse con sangre, pero dentro de un concepto de «muerte necesaria para la continuación de la vida», ya que las vasijas no se encuentran pintadas en su totalidad de esta forma, sino que lo tienen en el interior o en el exterior, por lo que la interpretación iconográfica se puede relacionar con un balance de asociación a muerte en el exterior y como contraparte la sangre en el interior, dentro del principio de líquido vital o vida en el interior.
Dentro de las representaciones de aves celestiales en cerámica policromada clásica, se describen como ejemplos las siguientes vasijas:
Vasija No.0384 Colección Museo Popol Vuh
Plato con pared ligeramente curvada, moldura medial y base anular. En el interior del plato se observa, en el fondo, sobre un engobe naranja, la figura central de un ave celestial que se encuentra rodeada de cinco aves con características similares. La figura central, enmarcada en un círculo, representa un ave de perfil izquierdo y con ala reptiliana extendida.
El ave se encuentra sobre una cabeza monstruosa que presumiblemente se encuentra asociado con el Dios K. El ave tiene una cabeza redonda, pico largo y globulado, pintado de rojo. El ojo es redondo, con iris de color negro y una mancha supraocular de color café amarillento, cresta con plumas de color rojo y amarillo. El cuerpo es pequeño, ligeramente alargado y en el costado se observa un símbolo de espejo. La pata es corta y la garra bastante larga. Las plumas largas de la cola caen por detrás de la cabeza monstruosa. El ala del ave es con base reptiliana de lagarto-serpiente.
Del cuello del ave cuelga un collar que tiene en un extremo un símbolo de espejo de obsidiana, del cual a la vez parece surgir una representación de ala de base reptiliana con cabeza de lagarto-serpiente. Las cinco aves que rodean a esta principal, presentan características iconográficas muy similares, teniendo presumiblemente sus ligeras variaciones con la representación de un proceso de envejecimiento, tema de estudio en la actualidad y que esperamos poder estar informando en el futuro.
Vasija No.3254 Colección Museo Popol Vuh
Plato de pared ligeramente curvo-divergente, moldura medial, trípode con soportes semi-esféricos y sonaja. En el fondo, sobre un engobe naranja claro se observa la representación de un ave celestial que tiene el cuerpo de frente y la cabeza de perfil izquierdo. El cuerpo es ovalado, de color naranja claro y plumas rojas. Las alas tienen base reptiliana de cabeza de lagarto-serpiente. Del cuello del ave cuelga un collar largo que llega más allá del cuerpo y presenta en el extremo un pectoral con forma de segmento de concha, decorado con el símbolo de espejo de obsidiana.
Sobre la cabeza del ave se puede observar un tocado en el cual sobresale el uso de «pelo» y que en la parte superior lleva como decoración un segmento de concha.
A pesar de que pueden ser muchas las variaciones en las representaciones de las aves celestiales en la cerámica policromada, consideramos que es necesario el desarrollar un estudio más completo para poder llegar a establecer con mayor claridad las bases necesarias que sirvan para tener un mayor y mejor entendimiento de los mensajes que se encuentran plasmados a través de la cerámica, ya que diseños zoo-antropomorfos, como en el caso de las aves celestiales, no se colocaron únicamente como una mera decoración, sino que el diseño cumple con una función específica, la transmisión de un mensaje dentro de un sistema cosmológico que aun desconocemos en gran parte, pero que podemos en forma paulatina tratar de conocer a través de la integración interdisciplinaria.
REFERENCIAS
Bardawil, Lawrence W.
1976 The Principal Bird Deity in Maya Art‑An Iconographic Study of Form and Meaning. En Segunda Mesa Redonda de Palenque (editado por M. G. Robertson):195‑210. Robert Louis Stevenson School, Pre‑Columbian Art Research, Pebble Beach, California.
De la Garza, Mercedes
1984 El universo sagrado de la serpiente entre los Mayas. Centro de Estudios Mayas, Universidad Nacional Autónoma de México, México.
Hellmuth, Nicholas M.
1987 Monster und Menschen in der Maya-Kunst. Akademische Druck-u Verlagsanstalt, Graz, Austria.
Rubio, Rolando R.
1988 Algunas observaciones iconográficas acerca de la Estela F de Quirigua, Guatemala. Ponencia, Segundo Simposio de Arqueología de Guatemala, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
1990 Las representaciones de lagarto-serpiente dentro del arte Maya. Ponencia de ingreso, Academia de Geografía e Historia de Guatemala, Guatemala.
Schele, Linda y Mary Miller
1986 The Blood of Kings: Dynasty and Ritual in Maya Art. Kimbell Art Museum, Fortworth.