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Robinson, Eugenia J. y Rodrigo Aparicio
1992 Continuidad de adaptación cultural y ambiental en el valle de Antigua Guatemala y sus alrededores desde épocas prehistóricas hasta nuestros días. En IV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1990 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Brady), pp.276-286. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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CONTINUIDAD DE ADAPTACIÓN CULTURAL Y AMBIENTAL EN EL VALLE DE ANTIGUA GUATEMALA Y SUS ALREDEDORES DESDE ÉPOCAS PREHISTÓRICAS HASTA NUESTROS DÍAS
Eugenia J. Robinson
Rodrigo Aparicio
Este documento explora la continuidad de adaptación de las civilizaciones precolombinas y coloniales en la región Kaqchikel de Guatemala, en lo que respecta a los patrones de asentamiento y adaptación humana a un mismo ambiente.
La literatura al respecto de la colonización refuerza y apoya la discontinuidad en cuanto a la ubicación de los asentamientos y su organización, la cual fue llevada a cabo debido a la introducción del proceso social de congregación, juntando en asentamientos nucleados a los indios dispersos y la imposición según la usanza europea del trazo ajedrezado de las ciudades, para lo cual la forma de la tierra era determinante.
Debido a la mentalidad europea colonial española de la época, la idea general de todo lo «colonial» era diferente a los patrones de asentamiento indígenas. Los colonizadores españoles escogieron para ubicar sus ciudades, lugares con suficiente tierra plana, donde podían acomodar la iglesia, la plaza y lograr un trazo reticular y que además tuviera suficientes recursos acuíferos y tierra plana en sus alrededores para desarrollar agricultura, ganadería, e implementar su defensa con la utilización de caballos en áreas de pocos árboles (Polo Sifontes 1981). Esto no fue una innovación, estos tipos de ubicación fueron seleccionados a través del tiempo por la gente en la época Precolombina, existiendo una continuidad de adaptación al medio ambiente demostrada por la ubicación de los asentamientos.
Claramente hubo grandes cambios con el ingreso de los colonizadores españoles, principalmente en el establecimiento de los asentamientos nucleados y la creación de haciendas, industrias y estructuras de apoyo en general, pero también existen inesperadas continuidades, lo cual nos indica una adaptación continua al medio ambiente del Nuevo Mundo. Esta es la primera vez que en el área Kaqchikel se estudian los asentamientos y podemos compararlos con los sistemas desarrollados en épocas precolombinas y coloniales. Los historiadores Lutz (1982) y Kramer (1989), notaron una ausencia en cuanto a datos precolombinos y sus frustrados intentos para terminar de comprender las variables locales del proceso de colonización. En este momento, únicamente la información arqueológica podría llenar este vacío.
Este papel, basado en información del Proyecto Encuesta Arqueológica Kaqchikel (EAK) de CIRMA, el Proyecto Arqueológico del Área Kaqchikel (PAAK) de la Universidad de Vanderbilt y el Catálogo del Urbanismo y la Arquitectura de Sacatepéquez de la Universidad del Estado de Pennsylvania, explora la continuidad de adaptación como ha sido manifestado, en lo que concierne a la forma de localización de poblados en muchos casos en un radio de 3 km a la redonda de un lugar precolombino importante, a la división de territorios políticos, y el control y uso de los recursos del agua.
El Período Postclásico Tardío (1200-1500 DC)
La cerámica micácea beige (ante) es diagnóstica del período Postclásico Tardío (Wauchope 1970; Parsons 1969; Wetherington 1978). Nosotros la hemos encontrado en pequeños componentes, recolectada en la superficie, asociada con cerámica de tipo Chinautla (Benítez y Chinchilla 1990).
Continuidad en Localidades
Basándonos en la distribución de la cerámica micácea, encontrada en los municipios de Alotenango y Sumpango, en el centro de la región Kaqchikel, sabemos que la población fue extensa (Figura 1). Mapas del municipio de Sumpango enseñan patrones de asentamiento de tipo disperso, de sitios residenciales posiblemente destruidos (Figura 2). En Alotenango el mismo tipo de patrón existe (Figura 3). Sitios del Postclásico Tardío no son necesariamente restringidos a estar localizados en lugares elevados o defendibles como Borhegyi (1965) lo propuso. De hecho, el único centro conocido del período Postclásico Tardío (Sitio No. 99), está en el centro de un área llamada Camotales, ubicado en una zona plana al sur de Sumpango, rodeada de barrancos (Figura 2).
Figura 1
Figura 2
Figura 3
Los patrones de asentamiento colonial de estos dos municipios son el resultado de congregación. En Alotenango y Sumpango, hay cabeceras coloniales y escasos asentamientos dispersos (Figuras 4 y 5). Cuando examinamos la topografía e hidrología de estos dos municipios, Alotenango y Sumpango, encontramos que fueron posibles varias alternativas para localizar las ciudades. Una pregunta es por qué los españoles localizaron sus ciudades donde las hicieron y si los indígenas tuvieron influencia en la localización de sus ciudades.
En muchos casos hay evidencia que los centros de los indígenas influyeron en la decisión de los españoles para localizar sus sitios. En la zona Kaqchikel, Iximche, el famoso centro Kaqchikel, en el área de Tecpan Guatemala, fue tomado por Pedro de Alvarado en 1524 y estableció la primera capital de Guatemala. Luego movió la Capital a 3 km de Iximche a Tecpan (Figura 6). Un segundo caso es en Sumpango el sitio Camotales, conocido en la tradición oral como el «Viejo Sumpango». Según cuenta la historia, un terremoto destruyó la ciudad, y debido a esa destrucción y la falta de espacio para la población en los limitados alrededores y problemas con inundación de las montañas en sus alrededores, la gente decidió relocalizar la población a aproximadamente 3 km al noreste donde actualmente se encuentra el pueblo de Sumpango. Hay evidencia en y a los alrededores de Sumpango de ocupación Postclásica, indicando que la historia oral es una verdad.
En el valle de Panchoy y sus alrededores, parece existir dos casos de acuerdo a la relación entre sitios prehispánicos y tempranos centros históricos coloniales. En el primer caso, los centros prehispánicos parecen determinar la ubicación del sitio. Por ejemplo, la segunda capital, San Miguel Escobar, conocida como San Miguel Tzacualpa durante el período colonial, fue ubicada cerca de un asentamiento prehispánico con estructuras y otras ruinas en su cercanía, este fue abandonado algún tiempo antes de la conquista (Lutz 1982:39).
Stephen de Borhegyi investigó las faldas del Volcán de Agua, al sur de San Miguel Escobar y su barrio indio Ciudad Vieja (Scéczy 1953), y encontró dos sitios, Los Terrenos y Pompeya, con grandes plataformas. La cerámica de los sitios prueba que éstos fueron ocupados durante los períodos Preclásico, Clásico y Postclásico (700 AC – 1500 DC), indicando que uno de éstos pudo haber sido el sitio prehispánico de donde se tomó la referencia.
Afuera de la región Kaqchikel hay otros ejemplos. En la costa Pacífica al sur, el centro Postclásico de Itzcuintepec de los Pipiles, es un lugar que los Kaqchikel querían controlar pero fue destruido por Pedro de Alvarado en 1524; Escuintla fue desarrollada cerca de este lugar (Polo Sifontes 1981, 1986). Otro caso de una u otra forma similar es el caso de Chuisac y San Martín Jilotepeque. Chuisac es un sitio elevado, defendible y disperso, y es un centro del período Postclásico Tardío, localizado a 2 km al oeste de San Martín Jilotepeque.
Fuentes históricas dicen que el sitio fue abandonado en el período Postclásico Tardío (Fox 1987:165) por los Akajal quienes movieron el sitio a Mixco Viejo. Polo Sifontes (1981) ha mencionado la misma situación en Quiché, respecto a los sitios Postclásicos de Gumarcaaj con Santa Cruz del Quiché y Zaculeu con la ciudad de Huehuetenango.
No solamente las poblaciones coloniales fueron localizadas cerca de sitios Postclásicos pero también en áreas que tienen evidencia de ocupación Precolombina. La extensa zona plana ubicada al norte de Santa María Cauque, ha sido ocupada a través del tiempo desde el periodo Preclásico al Postclásico (Robinson 1990). Entierros y cerámica del período Preclásico provienen de San Lucas Sacatepéquez, sitios de los períodos Clásicos y Postclásicos del área de Santiago Sacatepéquez. En Antigua Guatemala y Jocotenango hay sitios con cerámica del Preclásico hasta el Postclásico (Notas PAAK 1991).
La única cosa que los Españoles no hicieron fue ubicar sus ciudades en las altas planicies de tierra en las montañas, donde el acceso es muy difícil, los terrenos son pequeños, y su método de guerra era prácticamente imposible.
Figura 4
Figura 5
Figura 6
Figura 7
El otro tema concierne con la adaptación de los españoles a las divisiones políticas de tierra de los nativos. Nosotros asumimos que los municipios y las encomiendas coloniales con los mismos nombres tuvieron aproximadamente los mismos límites territoriales, estos territorios pueden haber sido extensivos a la época Postclásica. Kramer (1989) puntualiza que las primeras encomiendas como Tecpan y Chimaltenango debieron estar localizadas en áreas de significativo número de población. En el caso de Sumpango, la céntrica ubicación del viejo centro Camotales sugiere que el territorio del Sumpango Postclásico pudo haber sido la misma. Resultados de la recolección de material arqueológico de la superficie demuestran que sitios con montículos son sitios importantes y están localizados en los límites territoriales de los municipios, pero el problema consiste en que estos son sitios de épocas diferentes (Robinson 1990).
Investigación adicional y la definición de fronteras entre las diversas unidades políticas Postclásicas determinarán si éstas influyeron o determinaron la localización de las unidades políticas coloniales.
Abastecimientos de Agua
El acueducto colonial de Pamputic (uno de los tres conocidos de Antigua Guatemala; Figura 7) capta el agua de nacimientos y vertientes naturales y la canalizan hacia la ciudad de Antigua a través de las montañas. Este acueducto está ubicado a lo largo del extremo noroeste del valle de Panchoy. El agua es conducida por medio de ataujías de mampostería mixta, piedra laja, ladrillo de barro cocido, y tubos de barro cocido, las cuales conducen el agua de los nacimientos naturales en las montañas a depósitos de almacenamiento. Estos fueron usados para conducir y distribuir el agua, otros fueron usados como tanques de captación, recolección, cajas rompe-presión, cajas de registro, pilas de lavar, fuentes, y otras para la limpieza del sistema. El agua era distribuida a través de estos depósitos hasta la ciudad colonial. Este sistema colonial está aun en parcial uso en Antigua Guatemala y sus alrededores.
Ramos es un sitio del Clásico Tardío (600-900 DC) localizado en la parte superior de las montañas de donde proviene el Acueducto de Pamputic. Es un sitio grande con una plaza, juego de pelota y numerosas plataformas asociadas, una estela tallada y un sistema de drenaje de agua (Benítez, Chinchilla y Robinson 1989). Por medio de excavaciones en la finca de café donde se ubica el sitio, se han localizado piedras de este drenaje; se nos ha informado que el sistema es bastante extenso y puede derivar de una fuente de agua a aproximadamente 1 km de distancia. Hasta este momento, creemos que estos sistemas de agua no están conectados temporal o físicamente y que son independientes sistemas que resultan de la misma necesidad de adaptación y formas de respuesta de la población de diferentes culturas.
Conclusiones
Esta investigación nos ha enseñado que la adaptación humana al medio ambiente trasciende las fronteras culturales. En el caso de la gente Precolombina y Colonial ciertas necesidades básicas fueron localizadas. En lo que se refiere a la localización de asentamientos y explotación de recursos acuíferos.
REFERENCIAS
Benítez, José y Teresita Chinchilla
1990 Análisis tipológico preliminar de la cerámica Micácea de la Encuesta Arqueológica Kaqchikel. En Reconocimiento de los Municipios de Alotenango y Sumpango, Sacatepéquez: Informe Final del Proyecto Encuesta Arqueológica Kaqchikel (editado por Eugenia Robinson), pp.107-120. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.
Benítez, José, Teresita Chinchilla y Eugenia Robinson.
1989 La Estela No. 1 de Santa Rosa. Ponencia, Tercer Simposio sobre Investigaciones Arqueológicas de Guatemala, Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
Borhegyi, Stephan de
1965 Archaeological Synthesis of the Guatemalan Highlands. En Handbook of Middle American Indians, Vol. 2 (editado por Gordon R. Willey), pp.3-50. University of Texas Press, Austin.
Fox, John W.
1987 Maya Postclassic State Formation: Segmentary Lineage Migration in Advancing Fronteirs. Cambridge University Press, Cambridge.
Kramer, Wendy
1989 The Politics of Encomienda Distribution in Early Spanish Guatemala, 1524-1544. Manuscrito, University of Warwick.
Lutz, Christopher
1982 Historia Sociodemográfica de Santiago de Guatemala 1541-1773. Serviprensa Centroamericana, Guatemala.
Parsons, Lee A.
1969 Bilbao, Guatemala: an Archaeological Study of the Pacific Coast Cotzumalguapa Region. Vol 2. Publication in Anthropology No.12. Milwaukee Public Museum, Wisconsin.
Polo Sifontes, Francis
1981 Título de Alotenango, 1565: Un Aporte a la Arqueología de la Costa Sur en Guatemala. Ponencia, Simposium on Research Developments on the Pacific Slope of Southern Mesoamérica. Reunión Anual, Society for American Archaeology, San Diego, California.
1986 Los Cakchiqueles en la Conquista de Guatemala. Editorial José de Pineda Ibarra, Guatemala.
Robinson, Eugenia (ed)
1990 Reconocimiento de los Municipios de Alotenango y Sumpango, Sacatepéquez: Informe Final del Proyecto Encuesta Arqueológica Kaqchikel. Reporte entregado al Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, Guatemala.
Scéczy, Janos de
1953 Santiago de los Caballeros de Goathemala, en Almolonga. Investigaciones del año 1950. Instituto de Antropología e Historia de Guatemala. Editorial del Ministerio de Educación Pública, Guatemala.
Wauchope, Robert
1970 Protohistoric Pottery of Guatemalan Highlands. En Monographs and Papers in Maya Archaeology Vol. LXI (editado por William Bullard), pp.89-243. Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Harvard University, Cambridge.
Wetherington, Ronald K. (ed)
1978 The Ceramics of Kaminaljuyu, Guatemala. Pennsylvania State University Press, University Park.