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Kaplan, Jonathan
1995 El Trono Incienso y otros tronos de Kaminaljuyu, Guatemala. En VIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1994 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.338-361. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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EL TRONO INCIENSO Y OTROS TRONOS DE KAMINALJUYU, GUATEMALA
Jonathan Kaplan
Kaminaljuyu es el mayor asentamiento Preclásico en el sur del área Maya, una de las mayores ciudades en la antigua Mesoamérica. A pesar de tres proyectos arqueológicos grandes y cerca de cuarenta operaciones separadas de salvamento que han sido llevadas a cabo en los últimos cien años, el concepto que tenemos de Kaminaljuyu continúa siendo pobremente definido e internamente inconsistente. Por un lado, generalmente se asume que Kaminaljuyu fue una ciudad temprana muy influyente y la entidad política principal en toda el área del sur de Mesoamérica en el Preclásico Tardío. Por otro lado, no existe un cuadro sintético general aceptado de la ciudad. Sin embargo, a pesar de que la mayoría de los Mayistas declaran que Kaminaljuyu fue muy importante, ellos mismos admiten que saben muy poco de esta ciudad.
Análisis previos de Kaminaljuyu no han sido complementados con un examen al corpus de monumentos — descrito por Proskouriakoff como cosmopolita (1971:150) — por lo que las escenas descritas, la iconografía y epigrafía podrían revelar información importante sobre política, religión e ideología. El único estudio intensivo del corpus, es el de Lee A. Parsons, un historiador del arte; en general, se evade específicamente el análisis de temas relacionados a aspectos extensivos de antropología y se excluye interpretación de procesos tanto de significado como sociales de la ciudad (Parsons 1986:107-108).
Por las actividades de construcción que se llevan a cabo en la moderna ciudad de Guatemala, muchos monumentos continúan saliendo a luz, desafortunadamente, la mayoría fragmentados y casi siempre sin información de procedencia.
Hoy en día, el número estimado de monumentos de Kaminaljuyu sobrepasa los 127 catalogados por Parsons hace cerca de 10 años. Prater, quien llevó a cabo sus investigaciones casi al mismo tiempo que Parsons, contó más de 325 (1989:125). El corpus ampliado sugiere que los monumentos deben ser evaluados más sistemáticamente por la luz que pueden dar sobre el complejo desarrollo del Preclásico, cuando Kaminaljuyu, apoyado por un comercio expansivo de larga distancia, tuvo un crecimiento significativo y parece haberse consolidado en una entidad política de gobierno centralizado formado alrededor de individuos que pueden estar descritos en la escultura.
Algunos monumentos que han surgido pueden ser de particular importancia para darnos luz sobre la naturaleza de la ideología y sociopolítica de gobierno de Kaminaljuyu y sobre la influencia que tuvo en la formación del gobierno Maya Clásico de Tierra Baja (Sharer y Sedat 1987:453). En este documento presento una escultura importante que aún no ha sido reportada y otras de su clase, todas de Kaminaljuyu.
DESCRIPCIÓN
El monumento, que aquí llamo Trono del Incienso, se encuentra en la Finca El Incienso, una finca particular que está aproximadamente a un kilómetro al noreste del parque arqueológico de Kaminaljuyu en la zona 7 de la ciudad de Guatemala. La existencia del monumento fue informada por E.M. Shook.
En diseño general, el monumento pertenece a la clase de esculturas de Kaminaljuyu tradicionalmente llamadas mesas-altares o altares rectangulares. Parsons se refirió a estos simplemente como altares, a pesar de que en algunos casos, por ejemplo su análisis del Altar 8 de Kaminaljuyu, sin indicar específicamente lo que quería decir con la palabra, se refirió a ellos incidentalmente como tronos, al citar descripciones sobre el Monumento 65 del sitio (Parsons 1986:55). También notó conexiones entre tronos de Kaminaljuyu e Izapa, afirmando que las descripciones en la Estela 8 de Izapa confirman el papel de los altares de cuatro soportes como tronos (1986:58).
La escultura del Incienso es el único ejemplo completo de Kaminaljuyu de esta clase encontrado hasta el momento; lo que lo hace más importante es que aún conserva sus cuatro soportes y su superficie está básicamente intacta (Figura.1). El monumento es un bloque rectangular de roca volcánica gris, de 1.37 m de largo por 1.04 m de ancho, con lados inclinados de 0.17 m de ancho. Una cavidad semicircular en el centro de uno de los lados más largos mide 0.28 m. El bloque está asentado sobre cuatro soportes masivos, cada uno de 0.36 m de alto, dando al monumento una altura total de 0.53 m. La condición de la escultura es buena comparada con otros mesas-altares de Kaminaljuyu, a pesar de que dos fisuras dañan la superficie del bloque y la erosión ha borrado parte del tallado.
Tiene detalles iconográficos en la parte superior, así como en uno de los lados a lo largo y en ambos a lo ancho. En el bloque hay perfiles de cráneos los cuales miran hacia el exterior de cada esquina, cada uno de 33 cm² (Figura.2). Cada cráneo tiene elementos bulbosos parecidos a lenguas cayendo de sus quijadas, que probablemente representan derramamiento de sangre. Los cráneos están también marcados con cortadas intencionales. Estos cráneos pueden representar sacrificios de decapitación o cabezas trofeo. Los detalles de un diseño central grande están demasiado erosionados para ser definidos. Una voluta con forma de J o banda (Quirarte 1973:14) se repite en dos lados y se traslapa sobre otros dos. Hay un patrón similar en los monumentos de Izapa (Estelas 5, 23 y 67) y Chiapa de Corzo (Estelas 4 y 5); éste aparentemente representa ya sea agua o una capa del inframundo inmediatamente debajo de una de agua correspondiente a la superficie del inframundo. A lo largo de un lado hay dos cabezas de pájaros-serpiente o máscaras, una enfrente de la otra, cada una de 0.35 m de largo, con trompas curvas o abiertas, de labios largos, lenguas curvas hacia arriba y dientes alveolados. Es imposible decir si había formas talladas en el otro lado porque una considerable parte de este lado fue estucado en tiempos modernos. Sin embargo, debido a que la voluta J se traslapa de lo ancho a una pequeña porción sin estuco de la parte a lo largo como lo hace en el lado mejor preservado, parece probable que el patrón fuera repetido en este lado.
OTROS MESAS-ALTARES DE KAMINALJUYU
Parsons (1986) llama a cuatro esculturas de Kaminaljuyu: Altares 1, 2, 8 y 14. El Altar 1 (Figura.3), llamado Altar E por Lothrop (1926) y Villacorta y Villacorta (1930), es un bloque fragmentado de 1.10 m de largo, 0.85 m de ancho y 0.23 m de grosor. Las dimensiones originales pueden ser inferidas al duplicar la distancia de los lados hacia el centro de las dos columnas de 18 glifos erosionados en el posible centro del bloque. A lo largo de lo que podría ser el centro, entre las dos columnas, mide 0.73 m; consecuentemente el Altar 1 debe haber medido 1.46 m de largo, siendo más grande que el Trono del Incienso. Los cuatro soportes quebrados están en la parte de abajo de un lado. Dentro de una orilla enmarcada el bloque muestra una figura sentada de perfil, la que detiene un perforador sobre la unión de la pierna y el abdomen, a manera de llevar a cabo un sacrificio de derramamiento de sangre del pene; volutas representan la sangre que cae.
La figura del Altar 1 lleva un tocado elaborado de una clase que aparece en otras esculturas del Preclásico Tardío y Protoclásico de Kaminaljuyu y una parte del cual representa a un animal corriendo, tal vez un venado (Miles 1965:261) o, aunque es menos probable, un conejo (Parsons 1986:59). La primera parte del tocado es un chevron coronado con una forma trilobular curveada, éste aparece en varias descripciones, particularmente en la estela 10 de Kaminaljuyu. Otra figura de perfil alguna vez estuvo frente a las columnas de glifos del otro lado. Como anotó Parsons (1986:59), la orilla biselada muestra dos cartuchos ovoides conteniendo a lo que él se refiere como signos tau, los que se leen como versiones tempranas de un glifo Ahau (F. Fahsen, comunicación personal, 1992). Traslapando la orilla de estos glifos están los números 6 y 9 en su forma de barra y punto.
Este monumento fue encontrado en la Acrópolis, cerca del montículo C-II-13, Parsons lo fecha Estilo IV/Izapa y a Arenal Temprano. Basando su fechamiento en una secuencia cerámica subsecuentemente revisada (Shook y Hatch 1992), Parsons coloca temporalmente al Altar 1 en 1 DC. Sobre las bases de su revisión cronológica, la fecha debería ahora ser colocada unos 200 años más temprano.
El Altar 2 (Figura.4), de 0.73 m de largo, 0.84 m de ancho y 0.29 cm de grosor, muestra dos figuras arrodilladas sobre su superficie mirando y bordeando un objeto largo y rectilíneo, posiblemente una estela (Kidder, Jennings y Shook 1946:102) o un importante icono, tal vez un árbol del centro del mundo, o con menos posibilidad, una columna doble de glifos, los cuales estarían completamente deteriorados (Parsons 1986:61). Sobre el Altar 2, las figuras llevan tocados grandes similares al de la figura en el Altar 1. Un patrón de diente aserrado está tallado a sus lados.
La figura rectangular del Altar 2 y sus motivos iconográficos, particularmente aquellos tallados en los lados, apoyan el que se le coloque dentro de la categoría de mesa-altar, pero en vista de que no tiene soportes no es incluido. Puede ser que alguna vez haya descansado en soportes separados o sirvió como una banca o plataforma sobre la cual se sentó algún noble o gobernante. Ejemplos Preclásicos de tales bancas sin soportes son vistas en descripciones en las esculturas de Izapa (por ejemplo: Altar 20, Estela 26 y Estela 50) y muchas más pueden ser encontradas en ejemplos del Clásico Tardíos. El Altar 2 fue descubierto en el centro de la Plataforma colapsada B-4b, en el montículo B (F-VI-2; Kidder, Jennings y Shook 1946:35). Si la parte central del bloque era una doble columna de glifos, el texto no podía haberse referido al ocupante de las ricas tumbas de la fase Esperanza del Clásico Temprano B-1 o B-II, ni a una dinastía Esperanza. Shook indica (comunicación personal, 1992) que su colocación en la plataforma B-4b, que cubría ambas tumbas, constituía su tercer uso. Porciones altamente quemadas de la superficie indican que estaba funcionando como una superficie de sacrificio. El segundo uso que se le dio fue como parte del piso, ya que hay evidencia de que sus lados tallados estaban cubiertos de estuco. A pesar de que no tiene soportes, su función original pudo haber sido la de asiento para la élite o nobles, o aun para algún gobernante del Preclásico Tardío. Es fechado por Parsons al Estilo IV/Izapa y al Arenal Tardío, ca. 1 DC, pero, como en el caso del Altar 1, es tal vez 200 años anterior.
El Altar 8, un fragmento que aún tiene uno de sus soportes cortos (7 cm), está tallado con el perfil de una serpiente enroscada con dientes alveolados, cejas en volutas y una orejera, rodeada por curvas de humo (Parsons 1986:55). Su lado fragmentado más largo es de 0.39 m con un ancho de 0.32 m. Su altura, con el soporte, es de 16 cm. El bloque tiene 7 cm de grosor; el soporte redondeado es aproximadamente de 16 x 14 cm en la parte superior y 14 x 12 cm en la parte inferior. Las orillas del bloque son sesgadas y una orilla parece haber sido tallada con máscaras y volutas. Su procedencia es desconocida pero una tarjeta en el museo la identifica como de Kaminaljuyu. Parsons la asigna al Estilo IV/Izapa y a un Arenal Temprano.
El Altar 14, un pequeño fragmento de esquina de 0.55 m de largo y 0.10 m de ancho y grosor, pudo originalmente haber sido bastante similar en tamaño con el monumento del Incienso y el Altar 1. Dentro de una línea que enmarca la orilla de su bloque hay una banda celestial emergiendo de un posible signo k’in, hay volutas y otra iconografía difícil de identificar debido a la pérdida de detalles en el diseño. Sobre sus lados hay más volutas y elementos como máscaras. La procedencia de la escultura es desconocida, pero Parsons también la asigna al Estilo IV/Izapa y a un Arenal Temprano.
A las mesas-altares publicadas por Parsons se agregan aquí tres esculturas más. El monumento 1923, hasta el momento no publicado, es un pequeño fragmento que mide solamente 27 x 30 cm, con un grosor de 5 cm y orilla biselada. Está incluido en la clase mesa-altar porque una vez tuvo soportes, como lo evidencian dos cavidades de 12 x 12 cm en su parte inferior donde los soportes estuvieron. Originalmente era tal vez similar en tamaño al Altar 8 y un fragmento en posesión de Shook, que es descrito abajo. Además de haber tenido cuatro soportes, tiene otra característica distintiva frecuente en la clase de mesas-altares: una línea o marco haciendo una orilla en la parte superior del bloque. Abajo de las volutas, el elaborado tallado en el bloque tiene un nudo parecido al glifo T664. No hay información de procedencia accesible más que una etiqueta del Museo Nacional que la identifica como de Kaminaljuyu.
Un fragmento aún no publicado (Figura.5) es reportado ahora con el permiso de E.M. Shook. El largo de la parte inferior de la orilla biselada mide 0.37 m hasta la fisura. Las dimensiones originales pueden ser parecidas que las del Altar 1. El bloque tiene 9 cm de grosor. Las dos cavidades en la parte inferior que indican el lugar donde los soportes fueron quebrados, mide 11 x 12 y 10 x 15 cm respectivamente. Afuera de su borde, hay un motivo de tejido, parecido al de pop, reservado para personas con autoridad o poder, que adorna sus lados, con un motivo central formado por la resolución de las volutas en un medio cartucho o icono parecido a un glifo. La pieza fue recuperada no muy lejos de donde fue probablemente depositada originalmente, en una finca aproximadamente un kilómetro al sur del Parque Arqueológico Kaminaljuyu (Shook, comunicación personal, 1992).
La Estela 10 (Figura.6, 7 y 8), compuesta de cuatro fragmentos pegados de un bloque con figuras finamente incisas y glifos, constituye el ejemplo más masivo y elaborado de una mesa-altar de Kaminaljuyu. Los cuatro fragmentos miden 1.10 m de largo por 1.22 m de ancho y el grosor máximo del bloque es de 0.70 m. Se supone que en las partes perdidas del diseño había ciertos elementos que permiten inferir que debió ser por lo menos un tercio más grande de lo que es en la actualidad. Debido a que el texto jeroglífico es largo y a su estilo, algunos estudiosos (Miles 1965:255-7; Morley, Brainerd y Sharer 1983:71, 536; Parsons 1986:69-70) lo han discutido, sin que hayan llegado a definirlo ya sea como trono o como mesa-altar con soportes, a pesar del hecho que los restos de dos patas masivas de forma cónica aún pueden ser definidas, cada una mide 42 por 32 cm en la parte superior y por lo menos 27 x 32 cm en la parte inferior. La escena muestra una figura principal alada, probablemente representando a un muan, sujetando un utensilio de pedernal en su brazo izquierdo levantado; éste está emplumado y excéntricamente tallado. Un nudo de pelo, como pájaro-peine puede identificarlo como un precursor del dios Jaguar del Inframundo del período Clásico.
Debajo de la figura principal de la Estela 10 de Kaminaljuyu está la figura parcialmente borrada de una mujer, probablemente arrodillada y deteniendo un objeto que también está borrado. Del vapor y humo se materializa una cabeza sin cuerpo, barbada y con colmillos que lleva una máscara con ojos en espiral; esta recuerda las caras talladas en los soportes de un incensario (Borhegyi 1951) y a los monumentos 16,17 y 18 de Kaminaljuyu. Uno de por lo menos dos textos jeroglíficos que una vez estuvieron en el monumento aparece a la izquierda de la mujer, así como dos fechas en cartuchos, tal vez el equivalente a ocho Ix y siete Muluc están adyacentes a la mujer y a la figura principal respectivamente. Un elemento tallado que se parece al pop enmarca la escena.
El estilo de tallado de la Estela 10 se parece mucho al monumento de Chocola (Parsons 1986:70), que muestra a un personaje similar a la figura principal en la Estela 10; el estilo y los personajes de alguna manera también se parecen a aquellos tallados en los fémures de la Tumba I, Montículo I, en Chiapa de Corzo, de la fase Horcones (Agrinier 1960:13; Parsons 1986:70). La Estela 10 fue encontrada entre los montículos D-III-10 y D-IV-2 (Gustavo Espinosa 1955: notas de campo). Parsons asigna el monumento al Estilo IV/Izapa y a un Verbena Tardío-Arenal Temprano, ca. 50 AC-50 DC, a pesar de que Shook, quien excavó a pocos metros de ésta la Estela 11, la cual es posiblemente un poco más antigua, la fecha como más temprana, ca. 200 AC (Shook, comunicación personal, 1992), sobre las bases de la revisión reciente de la colocación cronológica de la cerámica asociada.
Otras posibles mesas-altares de Kaminaljuyu incluyen a las Estelas 6, 8, 18, 20 y 28, a pesar de que Parsons (1986:55) se refiere a estos como paneles o fragmentos. Como anotó Parsons (1986:71), la Estela 8 (Figura.9) parece haber sido un trono grande basándose en su tamaño (largo y ancho fragmentado, 1.10 m y 0.97 m, respectivamente y 0.24 m de grosor). Sin embargo, como el Altar 2, el lado inferior no muestra evidencia de que alguna vez haya tenido soportes. Como en la Estela 10 y el lado anverso del Monumento 65 de Kaminaljuyu, su erosionada superficie parece mostrar el perfil de una figura arrodillada asistiendo o señalando a una figura de pie que posiblemente está deteniendo un cetro o mirando un objeto rectangular alto como los que están en el Altar 2 y Monumento 65.
Con el Trono del Incienso, pero sin incluir las miniaturas ni el Altar 2 y Estela 8, hay un total de siete piezas propuestas aquí para la clase mesa-altar/trono de cuatro soportes. La variedad de diferencia física en dimensiones no excluye la identificación de piezas pequeñas como tronos ya que las bancas ilustradas en el Monumento 65, Estela 5 de Tak´alik Ab´aj y la Estela 8 de Izapa (ver abajo), si se toman más o menos a escala con las personas sentadas en ellos, aproximarían su tamaño real. El tamaño y variedad del corpus sugieren que puede haber cambios idiosincráticos dependiendo en el gobernante u otros cambios de diseño de trono a través del tiempo aun cuando los monumentos retuvieran la misma función.
TRONOS DE ABAJ TAKALIK E IZAPA
Además de estas mesas-altares de Kaminaljuyu, monumentos similares son asociados con dos sitios Preclásicos contemporáneos en el área sur, Izapa y Tak´alik Ab´aj. Estos incluyen los Tronos 1 y 2 y el fragmentado Trono 3, de Izapa (Norman 1976) y una escultura rota al lado de la Estructura 11 en Tak´alik Ab´aj; también en Tak´alik Ab´aj hay una representación de una figura sentada en una escultura idéntica a uno de los lados de la Estela 5. Un motivo repetitivo alrededor de los lados, es una característica de las mesas-altares de estos tres sitios, por ejemplo la voluta en forma de J en el Trono del Incienso y el diente de sierra, triangular o forma V (Quirarte 1973:14, Lowe, Lee y Martínez 1982:285) en el Altar 2 de Kaminaljuyu y en el objeto con forma de plataforma en la Estela 26 de Izapa.
Las fuertes similitudes entre el Trono del Incienso e Izapa requieren un comentario más detallado. Las dimensiones de altura, ancho y profundidad de los bloques del Trono del Incienso y el 1 de Izapa son casi idénticas. Mientras que tres y no dos cabezas de pájaros-serpientes o máscaras están talladas en un lado largo del Trono 1 de Izapa (Norman 1976:251) y todos miran al lado izquierdo del observador, con uno en cada lado corto, recuerdan los lados tallados del Trono del Incienso en diseño y tamaño (ca.35 cm de largo). A pesar de que los diseños físicos no son similares, los temas o motivos en el Trono del Incienso y el Trono 3 de Izapa están relacionados. Imitando la iconografía de cráneo del Trono del Incienso, en la esquina de un fragmento del monumento de Izapa hay un cráneo, supuestamente uno de los cuatro que fueron tallados en cada esquina de la escultura completa. Lo que puede ser interpretado como muerte o motivos del inframundo está en el bloque superior del Trono 1 de Izapa. Norman (1976:253) especuló que la orilla externa de la imagen en el centro del bloque de este monumento simbolizaba una concha, objeto ritual asociado a derramamiento de sangre de gobernantes e invocaciones del inframundo (Schele y Miller 1986:303; Greene, Rands y Graham 1972:378 señalaron la concha sobre la figura en la Estela 9 de Kaminaljuyu).
FECHAMIENTO
Muchos, si no todos los tronos rectangulares de cuatro soportes de Kaminaljuyu, Izapa y Tak´alik Ab´aj parecen haber sido creados dentro del mismo período de cien años. Debido a que las fechas límites y duración de las fases Preclásicas y Protoclásicas de la cerámica de Kaminaljuyu son relativas, con la excepción de Providencia (Shook, comunicación personal, 1992), la diferenciación temporal entre las fases en Kaminaljuyu en el Preclásico Tardío ha sido muchas veces llamado arbitrario (Shook y Kidder 1952:42; Wetherington 1978:101). Por esta razón y también porque solo monumentos muy grandes han sido encontrados in situ con cerámica asociada, los estilos escultóricos que Parsons agrupó no tienen una fecha definida. Parsons atribuyó las cuatro esculturas que él llamó mesas-altares a Arenal. A pesar de esto, tanto él como Shook volvieron a colocar a la Estela 10 en Verbena Tardío, debido a que en la cronología cerámica revisada de Shook y Hatch, la aproximación estimada difiere en por lo menos 200 años. Lowe, Lee y Martínez (1982:23) asignan la mayoría de monumentos Izapa a la fase Guillén (300-50 AC). El Trono 1 de Izapa, encontrado en el Montículo 30, Grupo B, es probablemente anterior a una fecha calendárica de radiocarbono que fecha para el 190 AC a la estructura final, Montículo 30a de la pirámide. Debido particularmente al gran parecido tanto en el diseño como en elementos iconográficos específicos entre el Trono del Incienso y el Trono 1 de Izapa, una fecha aproximada de 300-200 AC es sugerida para el monumento de Kaminaljuyu, la cual se basa en la fecha asignada al Trono de Izapa y por la atribución de Arenal que se da para otros tronos de Kaminaljuyu que tenían textos jeroglíficos en columnas, tales como la Estela 10 y el Altar 1.
Supuestamente, la presencia de escritura jeroglífica en los diseños de tronos fue un desarrollo más tardío, precedido por tronos cuyo significado e ideología eran dirigidos únicamente por la iconografía y forma de diseño físico relativamente estandarizada. La parte frontal de la Estela 5 de Tak´alik Ab´aj, con su figura de pie mirando hacia la columna de glifos y que tiene como la más tardía de dos series iniciales una fecha de cuenta larga de Arenal Tardío de 126 DC, se parece en estilo y motivos al Altar 2 de Kaminaljuyu (Parsons 1986:61).
DISCUSIÓN
Las plataformas de piedra talladas, bancas y tronos son encontrados en Mesoamérica desde tiempos del Preclásico Temprano en el área Olmeca. Representaciones de gobernantes o nobles sentados en tales objetos son vistos en el arte Mesoamericano desde el Preclásico Tardío hasta la Conquista. Al analizar las figuras talladas y motivos iconográficos como fuente para ampliar temas mitológicos Mesoamericanos que son testificados etnohistóricamente y, específicamente, para unir los tres temas de entrada al inframundo, origen de una cueva y fertilidad, en las pinturas de Oxtotitlan con imágenes en el Altar 4 de La Venta, Grove concluyó que los altares del Preclásico Medio de La Venta, eran «tronos … cuyo [su] arte confirmaba el derecho divino a gobernar» (1973:134-5). Coe y Diehl (1980:294) están de acuerdo con Grove y suman los Monumentos 14 y 18 de San Lorenzo y el Monumento 2 de Potrero Nuevo del Preclásico Tardío al corpus de esculturas Olmecas parecidas a los tronos. El Monumento 59 de Bilbao (Parsons 1969:Lám.6d, 49c-e) que tiene soportes masivos, también recuerda las mesas-altares Preclásicas Tardías discutidas aquí.
Relaciones cercanas en dimensión y diseño, incluyendo orillas biseladas e iconografía, particularmente entre el Trono del Incienso y el Trono 1 de Izapa, aunque también entre otros tronos Preclásicos de Kaminaljuyu, sugieren que pudo haber habido una función unificada para las esculturas en el Preclásico Tardío temprano en las Tierras Altas Mayas y en la Costa Sur. La versión de cuatro soportes puede representar la jerarquía mayor o el puesto más formal; Lowe et al. sugirieron que los Tronos 1, 2 y 3 de Izapa «representan una maximización formal de la función del puesto de la realeza y sacerdocio dado por algunos o todos los altares de Izapa …». Más adelante refieren un papel muy diferente para estos tres «tronos elegantes, tan obviamente apropiados para propósitos ceremoniales y, en términos de trabajo empleado, mucho más allá del valor promedio de los altares de piedra …». Ellos especularon que «esto podía ser un asunto de rango jerárquico solamente, o podría indicar que … los altares normales [los que no tienen soportes] no sirvieron como tronos» (1982:95). A pesar de una variedad formal, aun aquellos representados en la escultura de piedra, entre los cuales hasta los ejemplos más pequeños incluidos aquí han mostrado que tienen un cercano parecido, parecen tener la calidad emblemática de la posición real o institucional.
Además de atribuir funciones específicas a los mesas-altares/tronos aún queda la difícil tarea de interpretar el dato arqueológico, que provea información sobre la estructura social e ideología política-religiosa. El Altar 1 de Kaminaljuyu es un Trono fragmentado de gran relevancia para el estudio del gobierno Maya. Esta figura humana no-sobrenatural es supuestamente una figura histórica representada mientras está llevando a cabo un rito de derramamiento de sangre del pene (Thompson 1961), ritual asociado con la realeza Maya quienes convocaban a sus ancestros ya fueran míticos o ancestros históricos deificados (Stuart 1984:10-11).
Representaciones en otras dos esculturas Preclásicas, el Monumento 65 recientemente descubierto (Figuras.10 y 11), encontrada igual que el Trono del Incienso en la zona 7 de la ciudad de Guatemala y la Estela 8 de Izapa (Figura.12), son prueba del contexto temprano de usos de tronos en el Preclásico Tardío. En ambas esculturas las figuras principales están sentadas en objetos que coinciden con el Trono del Incienso con su orilla biselada. El Monumento 65, atribuido por Parsons al periodo Arenal Temprano, es la escultura más grande de cualquiera encontrada de Kaminaljuyu. En el lado mejor preservado, el escultor talló, apiladas una sobre la otra, tres figuras, cada una sentada con las piernas cruzadas en un trono pequeño de cuatro soportes. Los tres posibles gobernantes estiran una mano como dando una orden a unos cautivos desnudos o casi desnudos, quienes tienen los brazos amarrados y extendidos en actitud solicitante hacia los gobernantes. El tallado en el lado reverso muestra dos figuras, también posiblemente sentadas en tronos, el que está más en bajo y pequeño se sienta en una posición similar a la figura que está en ritual de derramamiento de sangre en el Altar 1 de Kaminaljuyu y el que está más en alto y es el más grande, se parece a las figuras arrodilladas en la Estela 8 y el Altar 2 de Kaminaljuyu, éste señala a un icono grande central, el cual está sumamente erosionado y que es bastante similar a un elemento grande de bandas cruzadas tallado en el bloque del Trono 1 de Izapa. Este icono tiene la forma parecida a una concha en el registro superior y arriba de una figura entronizad en la Estela 8 de Izapa. El hecho de que este objeto, lo que sea que este haya sido, aparezca en monumentos ya sea funcionando físicamente o representado, sugiere que los tronos para gobernantes jugaron un papel significativo en la ideología de gobierno en Kaminaljuyu e Izapa.
La Estela 10 de Kaminaljuyu, el ejemplo Preclásico más grande de un trono del área sur, es maravilloso en muchos respectos. Las cabezas sin cuerpos representadas en el Trono del Incienso con un cráneo tallado en cada esquina del bloque, parece haber sido un componente en la ideología de la Estela 10 y gobernantes en el Preclásico Tardío de Kaminaljuyu. En su iconografía, la Estela 10 sugiere sacrificio de decapitación, especialmente por el triple lóbulo que apunta hacia abajo, identificado como el icono del lirio de agua (Taube 1992:19), cubriendo el ojo de la figura principal. Este elemento trilobular es visto bastante comúnmente en la escultura de Kaminaljuyu e Izapa y también es encontrado en cerámica y dinteles (por ejemplo, Dintel 1, Templo 3 de Tikal). Una figura efigie de dos partes del Entierro 10 de Tikal (W. Coe 1967:60), representa un dios viejo del inframundo. La figura tiene ojos trilobulares que apuntan hacia abajo y sostiene un plato con una cabeza decapitada. El mismo ojo trilobular en la figura principal de la Estela 10 aparece en una cabeza jeroglífica empleada tres veces (Lado A:B7 y D1, Lado B:G5) en el marcador de pelota de Tikal (Laporte 1989:272-274), que tiene glifos de lechuza, probablemente funcionando como títulos, en el mismo texto (lado A:C3, Lado B: F9). En la Estela 12 de Izapa, el elemento trilobular está en el centro del registro superior como definiendo la escena de abajo, la cual muestra un jaguar suspendido en una viga con sangre cayendo de su cuello y la cabeza en dos figuras ocupadas en un rito de quema de incienso. Un elemento trilobular está también tallado, como una etiqueta, en la pierna frontal del jaguar.
Si es un precursor a los textos dinásticos a las esculturas Clásicas de las Tierras Bajas Mayas, su texto aún no es descifrado, uno de por lo menos dos textos que alguna vez estuvieron en el monumento, probablemente se refiere a un individuo histórico y a eventos sincronizados y a las dos cuentas calendáricas en los cartuchos. El posible orden de la única columna de glifos (M. Coe 1976:115; Lounsbury, comunicación personal, 1993) puede representar escritura con falta de unificación de elementos, la cual se dio más tarde en los jeroglíficos Mayas. Algunos han notado que el glifo en F3 es una forma del verbo T710 diseminando; lo que posiblemente completa el sufijo ah es F4. Dada la evolución de la escritura jeroglífica Maya, que supuestamente vio signos de desarrollo fonético más tarde (Justeson 1986:452; ver Justeson y Kaufman 1993), F4 podría significar la luna, el numeral 20, o culminación. Sin embargo, otro posible ejemplo de un signo fonético es encontrado en F2 el cual puede ser una versión de T178 1a. La sugerencia que F2 es T178 fue hecha por Heath Jones, cuyos dibujos tanto F. Fahsen como el autor de este documento consultaron. En discusiones entre el autor y Fahsen en 1992, Fahsen observó que E4 y E5 eran glifos de autosacrificio. Aunque ninguna de las lecturas fonéticas está confirmada, el verbo diseminando, asociado con ritos de final de período dentro de los Mayas Clásicos, junto con los numerales (15 en E1, 6 en G4 y 10 en H5) y los dos glifos Uinal (F1, G7) son una razón más para asumir que ceremonias significativas y con un tiempo asignado, tales como un rito de implemento de pedernal descrito en un trono que lleva textos jeroglíficos largos (Estela 10) y autosacrificio descrito en otro trono con texto jeroglífico (Altar 1), fueron llevadas por individuos de la sociedad jerárquica. La implicación es que las historias de gobernantes empezaron a ser registradas en escritura en Kaminaljuyu varios cientos de años antes de que los Mayas Clásicos empezaran a registra fechas de cuenta larga.
APRECIACIÓN GENERAL
Un trono hasta la fecha desconocido de Kaminaljuyu se suma a una clase de esculturas pertenecientes a una tradición aparentemente continua en Mesoamérica. Los siete tronos de Kaminaljuyu tienen orillas biseladas, fueron sostenidas por cuatro soportes cónicos muchas veces masivos y marcados con un ahau o iconografía cosmológica liminal. Por lo menos dos llevan o llevaron textos jeroglíficos. Sus contextos representativos están caracterizados especialmente por un complejo que incluye lechuzas, escenas narrativas de muerte, decapitación o autosacrificio. Las representaciones probablemente se refieren a rituales calendáricos de renovación, de fertilidad y control de lo supernatural o sincronía con las fuerzas de la naturaleza.
La clase de información acerca de la organización sociopolítica e ideológica que podrían derivarse de los tronos y otros monumentos en Kaminaljuyu ha sido excluida de todas las perspectivas hasta el momento ofrecidas sobre esta ciudad. Debido a que los análisis previos no enfocaron el gran potencial que como fuente de información ofrecía la escultura, muchos arqueólogos sienten que la clasificación tipológica coloca a Kaminaljuyu en modelos y procesos que tienen que ver muy poco con la realidad. Yo sugiero que mucha información puede ser obtenida del análisis de los monumentos de Kaminaljuyu y que no puede ser obtenida en otro lado disminuyendo los riesgos inherentes de imponer un modelo tipológico. Tal vez lo más importante, es que también nos permite acercarnos a una mejor comprensión de la complejidad social y cultural de Kaminaljuyu, tomando en cuenta la propia concepción de una realidad compleja percibida por los antiguos habitantes.
Basándonos únicamente sobre el corpus escultórico de Kaminaljuyu, es claro que éste era una entidad política duradera capaz de defender y apoyar trabajos públicos extensivos. Analizado en el contexto de otra información, los datos aquí presentados sobre gobernantes y ritual complementan afirmaciones dadas en el pasado sobre el significativo desarrollo sociopolítico del Preclásico Tardío (Kidder 1948:248; Shook 1971:73; Shook y Kidder 1952; Morley, Brainerd y Sharer 1983:252; Sharer y Sedat 1987:454; Schortman y Urban 1991:133, 135-137). La evidencia arqueológica indica que para aproximadamente este tiempo, Kaminaljuyu asumía el control de la distribución de la obsidiana de El Chayal hacia las Tierras Bajas de Petén (Nelson 1985:39). Igualmente fechado para el Preclásico Tardío hay dos tumbas extremadamente ricas y contemporáneas en el Montículo E-III-3, que sugieren la alta jerarquía de ciertos individuos sobre el resto de la sociedad. También en este período está la aparición de la escritura jeroglífica — y en textos relativamente largos — la cual ha sido asociada con estados tempranos dirigidos por élites que reclamaban origen divido y heredad de mandato para gobernar (M. Coe 1973:121; Justeson 1986:440,446-447). Los tronos de Kaminaljuyu pueden por lo tanto representar procesos evolutivos políticos y sociales que hacia 250 AC han creado una institución de gobierno para guiar una organización sociopolítica de suficiente escala e integración como para controlar una hegemonía regional grande y comercio a larga distancia.
AGRADECIMIENTOS
Agradezco al Lic. Oswaldo Chinchilla quién recientemente observó que el Trono del Incienso fue mencionado brevemente por Cabrera en la publicación de 1822 sobre Palenque de Del Río.
Figura 1 Trono del Incienso (dibujo por F. Luin)
Figura 2 Trono del Incienso, uno de los cráneos de las esquinas
Figura 3 Altar 1, Kaminaljuyu
Figura 4 Altar 2, Kaminaljuyu
Figura 5 Trono de E.M. Shook
Figura 6 Estela 10, Kaminaljuyu
Figura 7 Estela 10 (dibujo por J. Porter)
Figura 8 Estela 10, texto (dibujo de John Justeson)
Figura 9 Estela 8, Kaminaljuyu
Figura 10 Monumento 65, Kaminaljuyu, frontal
Figura 11 Monumento 65, Kaminaljuyu, anverso
Figura 12 Estela 8, Izapa (dibujo por J. Porter)
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