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Kosakowsky, Laura J. y Francisco Estrada Belli
1997 La cerámica de Santa Rosa: Una vista desde la Costa Sur. En X Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1996 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.709-721. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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LA CERÁMICA DE SANTA ROSA:
UNA VISTA DESDE LA COSTA SUR
Laura J. Kosakowsky
Francisco Estrada Belli
La cerámica de la costa de Santa Rosa nos ha proporcionado una oportunidad para estudiar una larga secuencia de producción local que inicia en el Preclásico Temprano y continúa hasta la Conquista. Nuestros datos incluyen colecciones de superficie de cerámica procedente de 50 sitios arqueológicos y materiales procedentes de un total de 25 excavaciones efectuadas en siete sitios distintos de la región.
METODOLOGÍA
La cerámica de Santa Rosa está siendo clasificada según el sistema de Tipo: Variedad, así como fue delineado por primera vez en las Tierras Bajas Maya (Willey et al. 1967), con unas modificaciones para acomodarlo a nuestros propósitos. Un análisis basado en el sistema Tipo: Variedad pone mayor énfasis en las características cerámicas visibles tales como el acabado y tratamiento de la superficie, e incluye descripciones de modos tales como la decoración y forma de las vasijas. El examen macroscópico de las pastas es también una parte integral de la descripción de los tipos.
El uso de una clasificación tipológica facilita comparaciones cerámicas entre sitios y entre áreas distintas y así mismo la presencia de rasgos cerámicos compartidos permite la identificación de esferas cerámicas. Por lo tanto, se está llevando a cabo un examen tecnológico más profundo para determinar conexiones entre los patrones de composición interna y los componentes estilísticos de la cerámica para relacionarlos con la posición de la región de Santa Rosa entre esferas cerámicas mayores.
Nuestro criterio para la adopción de un sistema tipológico está basado en dos factores principales. Era nuestro propósito que este trabajo produzca datos que fueran comparables con los que se produjeron en el importante trabajo hecho en la Costa del Pacífico por Bove (1989a, 1989b, 1993) y sus colegas, quienes han utilizado una clasificación tipológica modificada. Principalmente, sin embargo, consideramos la tipología cerámica como una herramienta, el punto de inicio de un análisis y no su fin. Así mismo, el análisis tipológico nos permite identificar la posición cronológica de los sitios de Santa Rosa y la importancia de los mismos en las redes de intercambio inter-regional.
Por lo tanto, toda la cerámica procedente de colecciones de superficie ha sido repartida y contada por cada época cronológica con el propósito de determinar la frecuencia relativa de las ocupaciones en cada sitio y en cada estructura por toda la región. De la misma forma, todo el material procedente de excavaciones fue repartido y contado y se está procediendo a su ilustración y descripción de acuerdo a tipos cerámicos. Finalmente, se completarán las descripciones de la cerámica, las frecuencias de cada tipo e ilustraciones para cada complejo cerámico y para cada época cronológica representada.
EL PRECLÁSICO TEMPRANO
La evidencia de la ocupación más antigua en Santa Rosa se encontró en el área de las lagunas costeras de manglar. Las colecciones de superficie produjeron fragmentos erosionados de tecomates procedentes de cuatro sitios situados en el litoral y de un solo sitio de la bocacosta, es decir un 10% del total de los sitios estudiados. Sin embargo, la mejor evidencia para la ocupación Preclásico Temprana procede de excavaciones en el sitio de Chiquiuitan, que en dos casos obtuvo secuencias cerámicas muy interesantes.
Allí la cerámica de los niveles inferiores está dominada por grandes tecomates con paredes gruesas y sin engobe. La mayoría de estos exhiben cuellos con bordes engrosados en el externo. Los bordes son decorados con bandas de hematita especular y sobre el cuerpo de los tecomates hay decoraciones secundarias de impresión de paxte, estampado de mecedora, impresiones irregulares de uñas o incisiones profundas (Figura 1). Esta cerámica puede describirse como una combinación de atributos de Ocós y Cuadros/Jocotal de las áreas costeras de Chiapas (Clark et al. 1987), Guatemala (Arroyo 1992, 1993; Beaudry 1989; Coe 1961; Pye y Demarest 1991; Voorhies 1989) y El Salvador (Arroyo 1995). Los tecomates con borde rojo e impresión de paxte son modos cerámicos asociados con la cerámica de la fase Ocós.
De acuerdo a su forma, estos tecomates se asemejan más a los de la fase cerámica Bostan reportados por Arroyo (1995) del sitio de El Carmen en El Salvador, los cuales son fechados allí entre 1450 y 1200 AC. Sin embargo, existen también similitudes con los modos de la cerámica Cuadros/Jocotal de Tecojate, también descritos por Arroyo (1992, 1993), los cuales son fechados entre 1150 y 900 AC. Por ejemplo, los tecomates del tipo Costeño que exhiben incisiones toscas y profundas se asemejan más a los de algunos de los tecomates con incisión profunda encontrados en Chiquiuitan. Por el momento, tenemos que esperar los resultados de las fechas de radio-carbono y de hidratación de la obsidiana para poder colocar con más certeza esta cerámica en el marco cronológico que le corresponde.
Los niveles superiores de las excavaciones de Chiquiuitan siguieron conteniendo numerosos tecomates, pero parece haber un énfasis mayor en decoraciones modeladas y aplicadas. Esta decoración es generalmente zoomorfa con figuras de cangrejos, cabezas de varios animales y también caras humanas. Es interesante notar también que entre los materiales de fauna se recuperaron muchos fragmentos de cangrejos. Aparecen también ejemplos de ollas con cuellos curvados hacia fuera, con asas de banda y con superficie negra opaca; estas formas no aparecen en los niveles anteriores, aunque, sin embargo, el tecomate sigue siendo la forma de vasija más común en esta fase. La presencia de cerámica negra con borde blanco, un buen indicador de Cuadros/Jocotal, nos permite fechar este material para finales del Preclásico Temprano, aproximadamente entre 1200 y 900 AC.
Decoraciones modeladas sobre los hombros de ollas ha sido reportada por Sharer (1978) entre la cerámica de la fase Tok de Chalchuapa, que se fecha entre 1200 y 900 AC, pero solo en forma de filetes aplicados y modelados. Estos tecomates y ollas modeladas son también distintos de los de Cuadros/Jocotal descritos por Arroyo (1992, 1993) en Tecojate. Por otra parte, algunos modos cerámicos como los tecomates con borde rojo, impresión de paxte, modelado en hombro de ollas y vajillas negras con borde rojo, presentes en este material de Chiquiuitan, muestran afinidades culturales con la costa de Chiapas (Clark et al. 1987), el resto de la Costa Sur de Guatemala (Arroyo 1992, 1993; Bove 1989b) y El Salvador (Arroyo 1995), durante el final de la época del Preclásico Temprano. Sin embargo hay también suficientes pruebas de que existió cierta regionalidad en la producción cerámica en esta época, con un fuerte estilo local de decoración cerámica en Santa Rosa. En realidad, si bien los modos cerámicos son compartidos entre las áreas cercanas de la Costa del Pacífico durante esta época, no parece existir un estilo típico Cuadros/Jocotal, por lo menos en el este de la Costa Sur de Guatemala.
EL PRECLÁSICO MEDIO
Se recuperó cerámica del Preclásico Medio, fechada aproximadamente entre 900 y 400 AC, en colecciones de superficie de dos sitios en el área del manglar, de Nueve Cerros y Los Cerritos en la planicie del río Los Esclavos y de Ujuxte y Durazno en la bocacosta, para un 10% del total de sitios estudiados.
Una de las excavaciones de Chiquiuitan producía cuencos con base plana, bordes evertidos o engrosados en el exterior, en colores café opaco y rojo, sin soportes. Existen varios ejemplos de incisión fina, acanalado-inciso y achaflanado. Es probable que el material de Chiquiuitan represente una fase temprana del Preclásico Medio parecida a la fase Sis descrita por Bove (comunicación personal 1996) en la cercana Escuintla.
La cerámica de superficie de Nueve Cerros, Ujuxte, Los Cerritos y Durazno exhibe mayor elaboración en formas y decoración, incluso la presencia del motivo a doble línea cortada sobre platos o cuencos con bordes evertidos y podría representar un complejo similar al de la fase Guatalón de Escuintla (Bove, comunicación personal 1996). En Santa Rosa no parece existir mucho énfasis sobre vajillas blancas, o un uso persistente de bordes pintados, así como se ha encontrado en otros sitios Preclásicos Medios de la costa. Sin embargo, nuestra muestra es bastante limitada y las excavaciones de Nueve Cerros y Ujuxte no demostraron una ocupación en las estructuras muestreadas, aunque tiestos del Preclásico Medio habían sido identificados en la colección de superficie.
Por lo tanto, todavía sabemos poco sobre la ocupación del Preclásico Medio en Santa Rosa. De acuerdo al examen preliminar, su cerámica parece compartir modos con las fases Sis y Guatalón descritas por Bove (comunicación personal 1996), con la fase Algo es Algo de Bilbao identificada por Parsons (1969), con la cerámica de la fase Las Charcas de Kaminaljuyu, reportada por Wetherington (1978) y la cerámica de El Bálsamo descrita por Hatch y Shook (1978).
El examen macroscópico de las pasta cerámicas y la identificación de muchas fuentes de arcilla local refuerzan el concepto de una producción local continua en la región de Santa Rosa y el aparecimiento de modos tales como el motivo a doble línea cortada bien difundido en toda Mesoamérica durante el Preclásico Medio, colocan la Santa Rosa en una esfera cerámica mayor que se extendió a lo largo de la costa y en las áreas de Tierras Altas y Tierras Bajas en la misma época.
EL PRECLÁSICO TARDÍO
La época del Preclásico Tardío, de 400 AC a 200 DC, está bien representada en los sitios de Santa Rosa. De un total de 50 sitios que han sido estudiados, 30, o el 60%, tienen cerámica del Preclásico Tardío. Los sitios de Nueve Cerros en la planicie del río Los Esclavos y Ujuxte en la bocacosta, resaltan como sitios mayores en el Preclásico Tardío, aunque hay evidencia de una fuerte ocupación Preclásico Tardía en muchos otros sitios. La cerámica de estos sitios incluye ollas sin engobe, frecuentemente con borde con impresión de dedo, parecidos a los del Complejo Ilusiones de Bilbao (Parsons 1969). Existe una gran cantidad de engobes lustrosos de color naranja, rojo y negro en cuencos pequeños y platos con bordes poco evertidos, pestañas mediales y labiales y acanaladuras como decoración predominante. Muchas de las vajillas negras exhiben acanaladuras profundas en forma geométrica y bandas a veces con líneas cruzadas como en Verbena Negro-Café en Kaminaljuyu (Wetherington 1978) y Xata Negro-Café de Bilbao (Parsons 1969).
El rojo monocromo de Nueve Cerros y Ujuxte incluye ejemplos de Sacatepéquez Rojo Fino y Sacatepéquez Morado sobre Rojo Fino (Figura 2) que fueron identificados en Kaminaljuyu durante las esferas Providencia y Miraflores (Wetherington 1978; Demarest y Sharer 1986), así como el Santa Tecla Rojo del sitio de Chalchuapa (Sharer 1978) y Santa Leticia (Demarest 1986) en El Salvador y Melina Morado sobre Rojo en la cercana Escuintla (Bove, comunicación personal 1996). Gracias a la asistencia de Bárbara Arroyo nos fue posible incluir muestras de Rojo Fino de Santa Rosa en un estudio reciente llevado a cabo por Héctor Neff en el Missouri Research Reactor. Los resultados preliminares nos han sugerido que si bien hay cierto grado de diversidad en la composición de la cerámica Roja Fina, mucha de la misma encontrada en Escuintla, en El Salvador y en el altiplano de Guatemala parece originarse en un área de producción de la costa de Santa Rosa, no muy lejos del sitio Nueve Cerros. Todavía estamos en proceso de examinar muestras de arcillas, desgrasantes y cerámica para continuar este importante estudio (Neff et al. 1992, 1994), el cual esperamos confirme la importancia de Santa Rosa como un área de producción en el centro de la esfera cerámica del Preclásico Tardío que se extendió de El Salvador, al Altiplano de Guatemala y la Costa Sur.
Un tipo cerámico diagnóstico adicional de esta época es la cerámica con decoración Usulután encontrada en grandes cantidades en los sitios del Preclásico Tardío de Santa Rosa. Este material se caracteriza por líneas onduladas y manchas en negativo en engobes naranja/rojo sobre crema (Figura 2). Las formas de las vasijas incluyen los característicos soportes mamiformes. El Usulután de Santa Rosa se asemeja a la cerámica de los grupos Jicalapa, Tepecoyo e Izalco de Chalchuapa (Sharer 1978) y Santa Leticia (Demarest 1986) en el Salvador y a la de Rancho Vista Hermosa en Jutiapa (Bond 1989), la Verbena Rojo-Naranja: Usulután de Kaminaljuyu (Wetherington 1978) y la de Río Santiago Usulután identificado en Bilbao (Parsons 1969) y en los sitios de El Bálsamo y Monte Alto en la costa de Escuintla (Shook y Hatch 1978). Muestras de Usulután de Santa Rosa han sido enviadas al Missouri Research Reactor para poder ampliar nuestro conocimiento de las áreas de producción de esta cerámica y del papel que Santa Rosa pudo haber tenido en las esferas del Preclásico Tardío y Final a lo largo de una región más amplia.
EL CLÁSICO TEMPRANO
El análisis preliminar de la cerámica de Santa Rosa nos lleva a concluir que la cerámica del Clásico Temprano, de 200 a 400 DC, no es abundante ni fácil de identificarse. En parte, esto puede ser debido al hecho de que los indicadores cerámicos del Clásico Temprano son muy variables en la Costa Sur y los altiplanos cercanos. La cerámica de Santa Rosa parece no incluir los comales Achiguate con baño blanco y ollas con acanaladuras en los labios que se encuentran en el Clásico Temprano de la cercana Escuintla (Medrano 1992; Bove et al. 1992). El tipo Esmeralda Flesh, que aparece en el Clásico Temprano y que puede haber continuado en el Clásico Medio, está presente solo en pequeñas cantidades en Santa Rosa. Por otra parte, si la cerámica Usulután pudo haber persistido en Santa Rosa hasta 400 DC, así como sucede en El Salvador (Demarest 1986; Demarest y Sharer 1986), entonces podríamos estar considerando a una menor población del Clásico Temprano, o aun más, identificando equivocadamente cierta cerámica del Preclásico Final que pudo haberse manufacturado hasta el cuarto siglo después de Cristo.
Las excavaciones en Cantarrana, en la planicie del río Los Esclavos, produjeron depósitos mixtos que incluyen ollas con bordes amplios y evertidos con engobe rojo o sin engobe y con impresiones de dedo y también cuencos negros con pestañas basales y bases anular. Vasijas semejantes se han encontrado en la superficie de Los Cerritos, Talpetate y Durazno y en depósitos mixtos de Bonete y Maneadero. Es posible que por la presencia de formas del Clásico Temprano en estos depósitos mixtos con formas más tardías, excavaciones futuras en el área de La Máquina y Cantarrana puedan eventualmente dar pruebas de una población Clásico Temprana.
EL CLÁSICO MEDIO
El Clásico Medio, de 400 a 650 DC, es claramente un periodo de fuerte crecimiento y densa población en Santa Rosa. De los 50 sitios estudiados, 40 o el 80%, tienen cerámica de esta época. Algunos sitios produjeron soportes de trípodes en estilo Teotihuacano y pequeñas cantidades de tiestos policromos en estilo de Tierras Bajas Mayas también aparecen en esta época, aunque la gran mayoría de tipos cerámicos son claramente de estilo local de la costa (Figura 3). Hay pocos ejemplares de Tiquisate, Tiquisate con borde rojo y del grupo Perdido, los cuales son todos buenos indicadores, reportada por Medrano (comunicación personal, 1995), para este época en la cercana Escuintla. En cambio, hay una gran cantidad de cerámica naranja bruñida, la que tal vez puede interpretarse como el equivalente local del tipo Tiquisate; cerámica negra con incisión tosca y roja bruñida que ocurre en formas que incluyen cuencos con pedestal, con aristas y cuencos redondos. Hay muchas ollas con filetes y sin engobe con bordes evertidos, algunas de las cuales exhiben un baño rojo delgado, semejante al de los Grupos Firpo y Recuerdos reportados por Parsons (1969) del Complejo Laguneta de Bilbao. Además, están presentes en gran cantidad cuencos sin engobe y con bordes de color rojo parecidos en forma a los de Esperanza Mud de Kaminaljuyu y Favorita Mud de Bilbao (Parsons 1969).
Tenemos la esperanza de que al completar el análisis de la cerámica de Cantarrana, Bonete y Maneadero, tengamos un mejor conocimiento del Clásico Medio. El análisis preliminar nos ha demostrado un patrón de distribución con tipos finos restringidos en algunas estructuras de Cantarrana y Maneadero y tipos sin engobe y de función doméstica en otros.
EL CLÁSICO TARDÍO
Algunos de los tipos cerámicos identificados como del Clásico Medio pudieron haber continuado en uso en el Clásico Tardío, de 650 a 850 DC. Esto es todavía más cierto para los tipos sin engobe, tales como son las ollas semejantes a los Grupos Firpo y Recuerdo (Parsons 1969). La presencia de caruelas muy grandes y toscas sin engobe parecidas a las de Golón Ponderous de Bilbao (Parsons 1969), es un buen indicador del Clásico Tardío, así como la presencia de Plomizo, aunque ocurra solo en cantidades menores en Santa Rosa. Los cuencos con pedestal en naranja, rojo y negro desaparecen para dejar lugar a cilindros y, si aún las grandes caruelas con bordes evertidos siguen en uso, hay también una alta frecuencia de ollas con cuello alto. El engobe de estos tipos del Clásico Tardío es muy parecido al del Clásico Medio. La cerámica policroma está presente en poca cantidad e incluye tiestos de estilo de Tierras Bajas, Copador y Ulúa Policromo, aunque todavía no sabemos si son copias locales o importadas. La presencia de tipos policromos en estilo de Tierras Bajas Mayas en Cantarrana, Bonete y Los Cerritos, hace de Santa Rosa la región más al sur con cerámica de este estilo.
De los 50 sitios estudiados en Santa Rosa, 35 o el 70%, tienen tipos identificables como Clásico Tardíos, aunque la cantidad pueda ser eventualmente mayor debido a que algunos de los tipos del Clásico Medio siguen en uso en el Clásico Tardío y por lo tanto podemos haber faltado de identificar algunas ocupaciones de Clásico Tardío.
EL CLÁSICO FINAL/POSTCLÁSICO TEMPRANO Y POSTCLÁSICO TARDÍO
Hasta este momento todavía no nos ha sido posible determinar una clara discontinuidad entre el Clásico Final y el Postclásico Temprano en Santa Rosa, entre 850 y 100 DC, un patrón parecido ha sido reportado por Medrano y Bove (comunicación personal, 1996) en Escuintla. Del total de 50 sitios estudiados, solo el 5 ó 10% contienen cerámica de esta época.
Las excavaciones del sitio de Atiquipaque produjeron ollas con cuello alto semejantes a las del grupo Sumatán reportado por Parsons (1969) en el complejo Postclásico de Bilbao, aunque posiblemente Tardío y las del grupo Ixtacapa de Escuintla (Medrano, comunicación personal 1995), fechado entre 1100 y 1500 DC, reportado por Medrano (comunicación personal 1995). Los mismos contextos produjeron tipos rojo sobre naranja o ante; pequeños cuencos con líneas diagonales y horizontales, probablemente fechables en la primera parte del Postclásico Tardío. En ningún caso se encontró la elaboración típica de formas o diseños del grupo Chinautla, común en el Altiplano de Guatemala (Wetherington 1978) y en la Costa Sur (Parsons 1969) y tampoco hay evidencia del tipo blanco sobre rojo del Postclásico Tardío.
En el sitio Ujuxte, se encontró frente a una de las estelas Preclásicas todavía in situ, una ofrenda de una olla con cuello alto que contenía restos de una cremación (Figura 4). Vasijas parecidas han sido descritas como urnas crematorias en el altiplano de Guatemala durante el Postclásico.
CONCLUSIÓN
El análisis de la larga secuencia cerámica de Santa Rosa continúa. Anteriormente a estas investigaciones poco se conocía en detalle sobre la cerámica de esta región de la Costa del Pacífico. Sabemos ahora que, aunque hay mucho énfasis sobre la producción local, también son claras las conexiones inter-regionales, a través de todas las épocas. Santa Rosa claramente fue una importante área de producción de cerámica Preclásico Tardía, la cual fue ampliamente comerciada a lo largo de El Salvador, el Altiplano de Guatemala y la Costa del Pacífico. La presencia de los estilos Teotihuacano y policromo Maya de las Tierras Bajas durante la época Clásica sugiere que las redes de intercambio y comunicación abarcaron mucha parte de Mesoamérica.
Sin embargo, el análisis cerámico también coloca preguntas interesantes. Todavía debemos determinar las fechas de la primera ocupación en Santa Rosa, la cual, basado en los estilos cerámicos, abarcó las fases Ocós y Cuadros/Jocotal. Todavía no sabemos hasta que época Usulután y otros tipos del Preclásico Final puedan haber estado en uso y por consecuencia, qué tamaño tuvo efectivamente la población Clásico Temprana. Tenemos la certeza de que, con el proceder de nuestro análisis, la combinación de datos tipológicos, estilísticos y de composición, proveerá respuestas a estas preguntas cronológicas, así como se aclaren las interacciones de Santa Rosa en las esferas regionales a través de las épocas prehispánicas.
Figura 1 El Preclásico Temprano: tecomates del sitio Chiquiuitan
Figura 2 El Preclásico Tardío: tipos Rojos Finos y Usulután
Figura 3 El Clásico Medio y Tardío: formas típicas
Figura 4 El Postclásico: cuello alto que contenía restos de una cremación del sitio Ujuxte
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