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Stone, Andrea
1998 Estudios epigráficos de Naj Tunich, Petén. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.162-175. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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ESTUDIOS EPIGRÁFICOS DE NAJ TUNICH, PETÉN
Andrea Stone
Nota de la edición: plática presentada en el X Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala,
1996
Las cuevas presentan a los seres humanos una experiencia única de espacio y sonido. Sus estalagmitas, pozos, goteras de agua y toda manera de formaciones calcíticas, parecen ser una selva hecha de pura piedra que existe en un ambiente de oscuridad y silencio. Para los Mayas prehispánicos, tal como hoy en día, este espacio, tan diferente del mundo diario, estaba cargado con poder tangible, la fuente del cual era la tierra y todos los dioses asociados con ella. La necesidad de solicitar los poderes sobrenaturales habitando las cuevas motivó a distintas formas de acción humana, en mayor parte religiosa, que podemos ver en los restos arqueológicos en las cuevas Mayas.
No hay ninguna cueva en el mundo Maya con materiales arqueológicos tan ricos como Naj Tunich, ubicada en el sureste de Petén (Figura 1). Sus restos, que incluyen estructuras de mampostería, cerámicas policromas, jades tallados, huesos labrados y más, fueron estudiados por James Brady (1987, 1989). El presente estudio trata solo un aspecto de los materiales provenientes de la cueva: sus pinturas, que han sido publicadas en forma detallada y amplia por la autora (Stone 1995).
El enfoque específico es la colección de textos jeroglíficos encontrados entre las 90 pinturas que pertenecen a la cueva. Según el catálogo desarrollado por Stone (1995: cap.8), los textos pueden ser referidos por la abreviación «D» (es decir «dibujo»), más su propio número. Las inscripciones de Naj Tunich, excepcionales por su contexto raro entre los textos Mayas conocidos, son de inmensa importancia para entender la vida ritual y los procesos socio-políticos de la sociedad Maya Clásica. La cueva, que mide alrededor de 3 km de longitud, probablemente contuvo al menos 50 inscripciones en su estado original. Se encuentran en casi todas partes de la cueva, desde la entrada, donde llega poca luz, hasta los túneles más profundos que requieren subidas peligrosas para alcanzarles. De hecho, un texto consistente en dos glifos (D.90, véase Stone 1995: figuras 7-34) podría ser la inscripción más inaccesible en todo el cuerpo de escritura Maya cuando consideramos que requiere una bajada de 7 m por medio de una soga para conectar con la sala en donde está ubicada. Sin embargo, los textos están concentrados en dos áreas de la cueva que son fácilmente accesibles, la rama poniente y la bifurcación de las dos ramas mayores. Evidencia, a veces muy fragmentaria, de 44 textos ha sobrevivido en la cueva y alrededor de 25 de ellos están preservados suficientemente para ser analizados. Estudios de estos textos por epigrafistas tales como David Stuart, Stephen Houston, Nikolai Grube, Barbara MacLeod, la autora y otros, han demostrado una relación compleja entre la política y la religión como el motivo de las pinturas y la función de Naj Tunich en general. Las fechas de las pinturas cubren el periodo entre 9.13.0.0.0 y 9.17.0.0.0 en la Cuenta Larga, o circa 700 a 770 DC. Por lo tanto, las inscripciones son Clásicas Tardías, contemporáneas con el florecimiento de los sitios en la cuenca del río Mopan (Laporte 1996), tales como Sacul, que utilizaron a Naj Tunich, según la evidencia textual.
RELACIONES HISTÓRICAS
Los datos recopilados a partir de las inscripciones de Naj Tunich nos permiten llegar a ciertas conclusiones. Definitivamente, las inscripciones tienen una base histórica que incluye eventos, personajes y lugares. Nombran personajes de sitios Mayas ya conocidos, además de algunos aún no identificados. Ciertos sitios cercanos a la cueva son mencionados en Glifos Emblema: por ejemplo, Ixtutz, Sacul, Caracol y posiblemente Nim Li Punit en Belice o un sitio cercano (Figura 1). Aun el Glifo Emblema de Calakmul, muy retirado, al norte aparece.
El Glifo Emblema mencionado con más frecuencia consiste en un signo de pedernal, o tok,’ más un logograma tun en la forma de Cauac (Figura 2a). Yo voy a designar a este sitio tok’ tun en Maya. La ubicación de este sitio es aún desconocida. Un Glifo Emblema parecido a éste aparece en un grupo de vasijas policromas (Figura 2b), pero la forma de su elemento principal no es igual al que se encuentra en Naj Tunich. En las cerámicas el glifo Cauac típicamente tiene una forma excéntrica. Esta forma indica que el glifo es un logograma para Wits, es decir «cerro», como descubrió Stuart (1987: figura 28). Por otro lado, en Naj Tunich el glifo principal típicamente toma la forma redonda de Cauac y a veces tiene un complemento T116 fonético «ni» que claramente señala una interpretación de tun (Figura 2a). Podemos preguntarnos si el Glifo Emblema mencionado repetidas veces en Naj Tunich, que aparece en seis textos diferentes, se refiere al sitio de origen de las cerámicas. B. MacLeod y D. Reents-Budet clasifican las cerámicas en el grupo «Petén Oriente», pero admiten que la identificación del sitio y su relación con Naj Tunich no están aún resueltas.
La presencia del Glifo Emblema de Calakmul junto al de tok’ tun en una inscripción sugiere que el sitio tok’ tun estuvo vinculado con Calakmul (Figura 3, F1-G1). Una referencia en el mismo texto apoya esta idea. La referencia es a un personaje de Caracol (Figura 3, B2-C3), cuyo nombre fue identificado originalmente por Stephen Houston (comunicación a Nikolai Grube, 1991). Un trabajo reciente de Simon Martin y Nikolai Grube (1995; Martin 1996) ha demostrado que Caracol estuvo aliado con Calakmul, un sitio poderoso, con amplia esfera de influencia en el área Maya, que parece haber sido uno de los enemigos de Tikal. Es muy probable que la influencia de Calakmul se haya extendido al sitio tok’ tun, un hecho que podría ser importante para entender la historia de Naj Tunich.
NAJ TUNICH Y LA INTERACCIÓN DE LA ÉLITE
Aunque Naj Tunich era una cueva sagrada para los antiguos Mayas, también formó parte de la red política que integró las Tierras Bajas. Estas relaciones eran muy complejas. Como propuso Marcus en 1973, durante el periodo Clásico existían alianzas entre sitios, formando entidades políticas de una escala regional, con los sitios fuertes dominando las relaciones. Se sabe que estas alianzas no eran estables y cambiaban durante periodos sucesivos. Recientemente, Martin y Grube (1995) descubrieron una forma de alianza política en la cual varios sitios estuvieron vinculados con Calakmul, o con Tikal, ambos dominantes durante gran parte del Clásico Tardío. El estado comprendido por Calakmul fue la entidad política de mayor escala durante el periodo Clásico.
A una escala más pequeña, Schele y Mathews (1991) han discutido una forma de interacción de élite que designan «visitas reales». Estas son visitas amistosas entre élites suficientemente importantes para ser documentadas en las inscripciones. Schele y Mathews (1991:249) han descrito tres categorías de tales visitas evidentes en inscripciones monumentales que implican, al mismo tiempo, ciertas relaciones jerárquicas. Estas situaciones ocurren cuando:
1. Un gobernante de un sitio visita a uno de otro sitio
2. Un ahaw, como representante de un gobernante o como su vasallo, visita a un gobernante de otro sitio
3. Un gobernante visita a un sitio subordinado
Naj Tunich, en sus textos, provee evidencia de otra forma de interacción de élite, en la cual señores de sitios independientes participaban en actividades rituales ni en un sitio ni en el otro, sino en un lugar sagrado en la selva. Por ejemplo, en el texto mencionado, el individuo de Caracol, quien podría ser el Gobernante V, llevó a cabo un «rito de fuego». Este glifo se encuentra en A2 en el texto, en la forma de una persona cargando un glifo fuego sobre un glifo Cauac (Figura 3). Según el texto, el rito pasó a la autoridad de una persona (véase u-kah-hi en D1). Esta persona es nombrada chak-cabeza de animal-humo-tok’ (véase C2 en la Figura 3). La cláusula termina con el Glifo Emblema de Sacul con su característico glifo principal, lu perforado más pi (T177) (véase C3 en la Figura 3).
Este relato es de gran interés. Caracol era un sitio importante y el individuo mencionado en el texto pudo haber sido su gobernante. Debido a la falta de inscripciones contemporáneas en Sacul, no se sabe quien fue chac-cabeza de animal-humo-tok’. Nos podemos preguntar porqué el gobernante de Caracol participó en el rito fuego subordinado a un señor de Sacul. Tal vez, con respecto al uso de la cueva, Sacul tenía control territorial.
Esta situación nos recuerda de otra que ocurrió en Yucatán en el siglo XVI, reportada por el obispo Diego de Landa (véase Tozzer 1941:54). Debido a una sequía los Xiu de Maní deseaban hacer una peregrinación al cenote de Chichen Itza para ofrecer sacrificios a sus dioses. Tuvieron que pedir permiso a sus antiguos enemigos, los Cocom, para pasar por su territorio. Es bien conocido que los Cocom, en un gran engaño, concedieron permiso para tal peregrinación pero, cuando los Xiu pasaban la noche en su pueblo, los Cocom cometieron una masacre de todos los Xiu.
Lo que es interesante con respecto a los textos de Naj Tunich, es la idea de que cuando la gente de un sitio quería hacer una peregrinación a un lugar sagrado afuera de su territorio, requerían la aprobación para cruzar esos sitios. Esto explica las relaciones jerárquicas implicadas en D.82 (Figura 3). El Gobernante V de Caracol, ubicado muy al norte, tenía que cruzar el territorio de Sacul para visitar a Naj Tunich y requería permiso—u-kah-hi—para hacer este viaje. Esto demuestra una de las complejidades del uso de un santuario topográfico, tal como una cueva, al atravesar por múltiples sitios.
En otro texto, un personaje nombrado «mam na» con varios títulos más, procedente del sitio tok’ tun, también participó en un evento con un personaje procedente de Sacul (Figura 4, A6-A10). Mam na es mencionado tres veces (D.25, 28 y 66), indicando tres distintas peregrinaciones a la cueva. Nos preguntamos si el mam na fue un chamán de gran reputación quien acompañaba a señores de otros sitios a la cueva. Desafortunadamente, no tenemos datos suficientes para contestar la pregunta.
En D.25 el texto usa la frase yitah o «su compañero» para introducir el nombre del segundo individuo (Figura 4, B1). Yitah señala que la persona mencionada está presente pero no implica relación jerárquica alguna; al contrario, la frase u-kah-hi se refiere a relaciones jerárquicas y no a participación conjunta. Parece ser que yitah se usa en inscripciones Mayas para indicar la presencia de varias personas de un mismo rango. Encontramos 18 ejemplos del uso del glifo yitah en las inscripciones de Naj Tunich, más que en ningún otro lugar.
Seguramente, señores de distintos sitios hicieron peregrinaciones conjuntas a Naj Tunich, como hemos visto en el caso de mam na del sitio tok’ tun y el de un señor de Sacul (D.25, Figura 4). Hay paralelos etnohistóricos de este tipo de actividad en otras partes de Mesoamérica. Según el padre Diego Durán (1971:156-158), la ceremonia en honor al dios Tlaloc era dirigida por el rey Azteca Motecuhzoma sobre lA cima del Monte de Tlaloc, a unos 50 km al oriente de Tenochtitlan. Era acompañado por señores de todas partes del territorio Azteca, tales como Acolhuacan, Xochimilco y Tlacopan. Los señores contribuían ofrendas de comida, oro, jade, etc. Estos ritos se llevaron a cabo en un lugar sagrado en la selva y simbolizaban una alianza política y sumisión a los Aztecas. Las inscripciones de Naj Tunich reflejan una forma similar de interacción de élite.
IMPORTANCIA DE LOS ESCRIBANOS
Hay evidencia creciente que los escribanos, autores de las pinturas, asumieron gran importancia en Naj Tunich. David Stuart (1987: figura 9) fue la primera persona en identificar la firma de un escribano que aparece posteriormente a la frase u-ts’ib, «él escribe». Stuart mostró que este escribano pintó su propio nombre en la pared de la cueva (Figura 5). En comparación con otras versiones de su nombre, esta versión es más informal, menos detallada y más espontánea. En otras palabras, el escribano rápidamente escribió su nombre, como grafito.
En otro texto cercano a éste, el mismo escribano pintó su nombre de nuevo (Fiurag.6). Su frase nominal incluye una variante de cabeza del Hombre-Mono, un dios de la escritura relacionado con Hun Batz y Hun Chuen del Popol Vuh, como ha notado Michael Coe (1977). En general, el Hombre-Mono tiene una cabeza de saraguate, oreja de un venado con infijo akbal y porta una tela sobre su cabeza (Figura 7a). En forma similar, el título del escribano encontrado en la cueva tiene una cabeza de saraguate, una tela y una oreja de venado, más el infijo akbal (Figura 7b). La forma alargada sobre la mejilla podría ser un instrumento para pintura. El sufijo T59 ti- sugiere que este título debe ser leído como its’at que significa «sabio», un título común de los escribanos (Reents-Budet 1994:49).
Se puede identificar a los escribanos de Naj Tunich por medio de la frase ah nab, «el que mancha» o «el del nenúfar de agua». Como notó Reents-Budet (1994:n.13, p.69), el título ah nab probablemente se refiere a un escribano. ah nab aparece varias veces en los textos de Naj Tunich (por ejemplo D.13 en D2 y D.29 en A11). También aparece en la forma de y-ah-nabil, que indican posesión, o «el que mancha para otro» (por ejemplo D.29 en A12 y D.52 en B7). Esta interpretación implica que el escribano pintó como un servicio para otra persona, supuestamente un patrocinador de élite. Yo creo que las élites comisionaron los ah-nabes para inscribir sus nombres en la cueva en lugar de hacer la peregrinación ellos mismos. Pienso esto porque en ciertos casos el nombre del patrocinador es muy breve o no existe, apareciendo solamente el nombre del sitio de su origen, mientras que los nombres de los escribanos son típicamente largos. La falta de énfasis dada a los nombres de patrocinadores de élite sugiere que posiblemente comisionaron las pinturas pero no estaban presentes.
Como ejemplo de lo anterior, en un texto se menciona un señor del sitio tok’ tun quien «vio mopan», una frase común en Naj Tunich que puede significar «visitar la cueva (D.23 en A1-A6 y B3, Figura 8). El texto no da el nombre de la persona que «vio mopan», pero le sigue el glifo yitah (B4) «el compañero» y luego un nombre intrincado con glifos de mayores dimensiones terminando con una variante de cabeza de ahaw (Figura 8, B5-B9). Propongo que esta última frase nombra al escribano, quien es el yitah «su compañero» del señor sin nombre. Un glifo en B6 podría ser una versión menos común del título del escribano, ah nab. De acuerdo con esta interpretación, el escribano afirmaba su importancia firmando su nombre con glifos de mayores dimensiones.
Cercana a esta pintura hay otra, D.22, en donde se ve una persona sentada (Figura 9). Basados en su estilo, podemos estar seguros que el mismo escribano pintó los dibujos 22 (Figura 9) y 23 (Figura 8). Como ha notado David Stuart, esta pintura podría representar a un escribano a la luz del caracol que lo acompaña. Entonces, la pintura podría ser un retrato del escribano con el nombre largo. Típicamente, en Naj Tunich el nombre del escribano es el nombre más largo del texto, un signo de su importancia, apareciendo en la segunda cláusula.
Un escribano es mencionado después de la frase u-ts’ib en un texto ubicado en un laberinto oscuro al fondo de la cueva, D.88 (Stone 1995: figuras 7-3, B9-B12). La frase ch’a kat en este texto es de interés (véase B13-C13). En Yucateco ch’a quiere decir «llevar» y kat es un cuenco de barro. Cercano a esta inscripción está un altar construido de una pila de piedras y en donde vemos cerámicas notables. Un plato destrozado se encuentra cercano al altar y las orillas de dos ollas descansan sobre el altar (Stone 1995: figuras 5-45, 5-46). Podemos especular que ch’a kat «llevar cuenco cerámico» se refiere a tales instancias del uso notable de cerámicas y tal vez fue un acto del escribano porque aparece junto al nombre del escribano.
ESTRUCTURA DE DISCURSO RITUAL
Los textos de Naj Tunich siguen ciertos patrones en su estructura lingüística (MacLeod y Stone 1995). Los patrones son más evidentes en los textos que comienzan con fechas en la forma de un Calendario Redondo. Típicamente, después de la fecha se ve uno de tres verbos: ilah, «vio», huli, «llegó» o pakxi, «regresó». En la mayoría de casos el glifo mopan sigue a ilah pero no a los otros verbos (Figura 10a). mopan podría ser un topónimo y en este sentido corresponde perfectamente a topónimos bien conocidos en el sureste de Petén: el nombre de un río y un pueblo, ambos conocidos desde tiempos coloniales. También, mopan es el nombre de un lenguaje Maya de la familia Yucateca que se habla cerca de la cueva hasta hoy en día.
Otros topónimos obviamente se refieren a la cueva. En D.19, después de la fecha y el verbo pakxi «regresó», encontramos la expresión «negro más dos mandíbulas esqueléticas» que Barbara MacLeod leyó como way, en este caso «lugar de sueños» (Figura 10b). Este topónimo se encuentra en cerámicas pintadas y monumentos de piedra. Seguramente la expresión «negro lugar de sueños» se refiere al subterráneo. Stuart y Houston (1994: figura 85) la traducen como «hueco negro».
Otro topónimo relacionado con la cueva se encuentra en D.34 (Stone 1995: figuras 7-26) que nota una fecha, el verbo huli, «llegó» y la frase «negro-un glifo no identificado-tierra» en A4 (Figura 10c). El sujeto de la cláusula es un señor sin nombre que proviene del sitio del Glifo Emblema «voluta de agua» (B1). Este sitio podría estar ubicado cerca a Nim Li Punit. En D.66 el topónimo «negro-no identificado-tierra» ocurre anteriormente a mopan (Stone 1995: figuras 7-12, C1-D1). Ambos topónimos podrían ser nombres de Naj Tunich conocidos en todas partes del sureste de Petén en tiempos prehispánicos. Los protagonistas del texto están afiliados con el sitio tok’ tun.
Otro glifo geográfico ocurre en D.29 en A10 (Stone 1995: figuras 7-8), un texto que menciona la dirección cardinal sur. Esta orientación cardinal está vinculada con cuevas. Es bien sabido que los puntos cardinales horizontales pueden ser superimpuestos sobre el espacio vertical y en este sistema espacial el punto sur corresponde a la dirección inferior, la dirección de las cuevas.
Típicamente, los textos incluyen a los protagonistas de los verbos «ver», «llegar» y «regresar». En ciertos casos, el sujeto principal de la primera cláusula no está nombrado, como hemos visto. En otros casos, el nombre del escribano sigue al nombre o a la referencia del protagonista principal, seguido por los nombres de otros protagonistas separados por el glifo yitah. El número de protagonistas varía de un texto al otro. En esta estructura de discurso, las marcas espaciales y temporales están establecidas primeramente. Los topónimos que más claramente se refieren a la cueva ocurren consistentemente junto a uno de los verbos «ver», «llegar» o «regresar». Estos verbos y sus topónimos seguramente están vinculados con peregrinaciones a Naj Tunich.
Nuevos textos contemporáneos de sitios cercanos de Naj Tunich con textos contemporáneos, tales como Sacul, Ixtutz e Ixkun, tienen el potencial de sacar a luz más información sobre la historia de esta importante cueva. Espero que en el futuro podamos entender con mayor claridad la función de Naj Tunich en las rutas de peregrinaje de las élites de la región. Los textos van a requerir mayor estudio por epigrafistas antes de divulgar todos sus secretos sobre la política y la religión del sureste de Petén.
AGRADECIMIENTOS
Gracias a Richard Oppenheim por su ayuda con la traducción al español.
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Figura 1 Mapa de la región de Naj Tunich con sitios mencionados en el texto
Figura 2 a) Glifo Emblema tok’ tun de Naj Tunich; b) Glifo Emblema de una vasija policroma con su signo
principal Wits
Figura 3 D.82, Naj Tunich
Figura 4 D.25, Naj Tunich
Figura 5 D.30, Naj Tunich, la firma de un escribano
Figura 6 Detalle de D.28, Naj Tunich mostrando el nombre del escribano
Figura 7 a) Cabeza de Hombre-Mono de una vasija pintada; b) Título de Hombre-Mono, D.28, Naj Tunich
Figura 8 D.23, Naj Tunich
Figura 9 D.22, Naj Tunich, retrato del pintor del D.23
Figura 10 a) topónimo «mopan»; b) topónimo «negro-dos mandíbulas esqueléticas»; c) topónimo «negro-
glifo no identificado-tierra»