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Chichilla Mazariegos, Oswaldo
1998 El Baúl: Un sitio defensivo en la zona nuclear de Cotzumalguapa. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.512-522. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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EL BAÚL: UN SITIO DEFENSIVO EN LA ZONA NUCLEAR
DE COTZUMALGUAPA
Oswaldo Chinchilla Mazariegos
En 1996, el sitio de El Baúl fue severamente afectado por una lotificación (Bove 1997). Gracias a la mediación del Instituto de Antropología e Historia fue posible implementar un proyecto de rescate para ese sitio, que se llevó a cabo entre noviembre del año anterior y abril del presente, bajo la dirección de Sonia Medrano y el autor de este trabajo. Deseamos hacer constar nuestro agradecimiento por la colaboración prestada por el personal de la empresa El Baúl S.A. y en especial por su gerente, Ing. Dieter Haeckel, colaboración que hizo posibles estos trabajos. Se contó también con un financiamiento otorgado por la National Geographic Society, a la que igualmente deseamos agradecer. Son muchas las personas que intervinieron en diversos aspectos para el buen éxito del proyecto, pero deseamos hacer constar especialmente nuestro agradecimiento para el alcalde de Santa Lucía Cotzumalguapa, Sr. César Arnulfo Duarte Soto.
En esta ponencia se presentan algunas interpretaciones derivadas tanto del trabajo de esta temporada como de las investigaciones efectuadas por el autor en 1994-95. Además, se proponen explicaciones sobre la relación entre El Baúl y los otros sitios principales de la zona. La arqueología de El Baúl solamente puede entenderse dentro del contexto más amplio de la Zona Nuclear de Cotzumalguapa, que comprende los sitios de Bilbao, El Castillo y El Baúl, así como extensas áreas habitacionales asociadas a ellos (Chinchilla 1996a). Los materiales recuperados en esta temporada todavía están en proceso de análisis y por tanto, las interpretaciones siguientes podrían requerir revisión a corto plazo.
J. Eric S. Thompson (1948:17) fue posiblemente el primero en proponer que todos los sitios de la zona de Cotzumalguapa debían considerarse en realidad como uno solo, al observar que se trataba de un conjunto muy compacto de sitios que compartían rasgos culturales similares. En efecto, los mayores sitios de la zona, Bilbao y El Baúl, distan entre sí tan solo 3 km. Ambos poseen grandes plataformas de tipo acrópolis y gran número de monumentos esculpidos. Más pequeño, pero poseedor de esculturas muy significativas es el sitio de El Castillo, que se encuentra a solo 1 km de El Baúl y 2 km de Bilbao (Figura 1).
La presencia de dos sitios mayores tan cercanos entre sí requiere explicación. Entre otras, pueden plantearse las siguientes preguntas:
1. ¿Se trata de sitios separados, o como sugirió Thompson, componentes de un solo sitio enorme?
2. ¿Fueron los tres sitios absolutamente contemporáneos, o fueron ocupados por periodos de tiempo solo parcialmente traslapados?
3. ¿Fueron similares en términos funcionales, o desempeñó cada centro diferentes funciones económicas, políticas y culturales?
4. ¿Conformaba toda la zona una entidad política unificada, o se encontraba dividida en segmentos que quizás pudieron rivalizar entre sí?
En 1994 conduje un programa sistemático de muestreo de superficie en la zona intermedia entre Bilbao y El Baúl, orientado a examinar la idea de Thompson. Se trató de comprobar la existencia de áreas habitacionales en toda la zona intermedia entre Bilbao, El Castillo, El Baúl y sus alrededores. Los métodos y resultados de ese trabajo se han descrito en detalle (Chinchilla 1996a:285-349). La propuesta de Thompson se comprobó a cabalidad, pues se recuperaron concentraciones significativas de materiales de superficie a lo largo de toda la zona, con variaciones interesantes entre distintos sectores. Para complementar los resultados del muestreo de superficie, se efectuaron excavaciones en varias localidades, que revelaron la existencia de conjuntos habitacionales (Chinchilla 1996a:349-382).
El muestreo de superficie fue solamente una de varias fuentes de evidencia sobre los asentamientos de la Zona Nuclear. La distribución de monumentos esculpidos en la zona proveyó una segunda fuente de información relevante. Se ha hecho un esfuerzo para documentar con la mayor precisión posible la procedencia de las esculturas, para lo cual se ha utilizado a fondo la información oral y escrita disponible (Chinchilla 1996a, b). Un resultado importante ha sido refutar la idea de que todas las esculturas se originaron en los sitios principales. La Figura 1 muestra las localidades donde se han documentado esculturas fuera de ellos. Las esculturas encontradas en localidades periféricas incluyen ejemplares monumentales tales como los de Vista Linda, La Gloria y Golón. Estas localidades se encuentran a suficiente distancia de los sitios principales para ameritar un nombre distinto, si bien se consideran parte de la Zona Nuclear.
La distribución de esculturas también revela la extensión de los asentamientos más de 0.5 km al norte de El Baúl, donde aparecieron dos monumentos en la temporada del presente año. En esa dirección, se ha comprobado la existencia de asentamientos por lo menos hasta el área donde se localizan las ruinas de la iglesia colonial de San Juan Aloteque, ahora conocidas como San Juan Perdido. Desde luego, debe considerarse la posibilidad de que algunas piezas de escultura hayan sido removidas de su localización original en tiempos antiguos. Sin embargo, en varios casos hay buenas indicaciones de que formaban parte de conjuntos arquitectónicos del periodo Clásico Tardío o Terminal.
La distribución de esculturas, aunada a los resultados del muestreo de superficie y reconocimientos, permiten obtener una idea de la extensión de los asentamientos de la Zona Nuclear. El área con asentamientos continuos se extiende por lo menos 1 km al este de Bilbao y El Castillo y 0.5 km al norte y oeste de El Baúl, lo cual resulta en una extensión mínima de más de 5 km² (Figura 1). Esta cifra es solamente la extensión mínima de la zona, pues no hay duda de que los asentamientos se extendían también hacia el sur de Bilbao, en lo que actualmente es la ciudad de Santa Lucía Cotzumalguapa. No es posible ofrecer en este momento un cálculo de población, que debe ser un objetivo primordial de investigaciones futuras. En resumen, existe evidencia de una zona extensa de asentamientos, dentro de la cual los sitios de Bilbao, El Castillo y El Baúl deben considerarse solamente como los principales núcleos de arquitectura y escultura monumental.
Queda por explicar la coexistencia de los dos sitios mayores dentro de una misma zona de asentamiento. Viene a bien una comparación de la forma arquitectónica de ambos, que puede aportar claves sobre la importancia relativa de cada uno y sobre sus probables funciones dentro de la sociedad de Cotzumalguapa. Deseo argumentar aqui que la conformación arquitectónica de El Baúl es compatible con necesidades defensivas, las cuales están ausentes en Bilbao.
En sus reportes de los años sesenta, Parsons (1967:13) sostuvo que Bilbao era el sitio más grande y con el mayor número de esculturas en la zona. Sin embargo, la nueva información disponible sobre El Baúl revela que eso no es correcto, pues el sitio es tan grande o mayor que Bilbao y su inventario escultórico ha crecido considerablemente (Chinchilla 1996a:279-284).
Durante esta temporada, en colaboración con Erick Ponciano elaboramos un nuevo mapa topográfico, el cual da una idea mucho más completa del tamaño y forma del sitio (Figuras 2 y 3). La parte principal está conformada por una gran plataforma que se eleva significativamente sobre su entorno y que sustenta al conjunto conocido como la Acrópolis. Al sur de la Acrópolis hay un espacio que convenientemente puede designarse como el Gran Recinto. Es de forma cuadrangular y estaba circundado por montículos alargados que lo cerraban completamente. El muro sur del Gran Recinto se ha visto muy afectado por la construcción de casas en el último año y ha perdido buena parte de su altura original, que se observó y fotografió en 1994. Al sur del Gran Recinto se extiende un segundo recinto, mucho más pequeño, que carecía de muros pero que estaba delimitado por una serie de rampas de piedra que se excavaron parcialmente.
Tanto la Acrópolis como el Gran Recinto se encuentran efectivamente separados de su entorno, en primer lugar por su elevación y en segundo lugar por la presencia de muros alrededor del Gran Recinto. Evidentemente se trataba de un espacio de acceso restringido. Además de su disposición arquitectónica, la topografía contribuye a separar el sector monumental del sitio con respecto a sus alrededores. A ambos lados del conjunto principal corren arroyos. Hay áreas pantanosas en el lado oeste del Gran Recinto y el arroyo que corre del lado oriental forma una depresión relativamente profunda. Cerca de la esquina sureste del Gran Recinto corre el río Santiago, un cauce permanente que forma una garganta profunda.
En resumen, hay factores geográficos y arquitectónicos que contribuyen a aislar el centro monumental de El Baúl. El acceso a este espacio pudo haber sido fácilmente controlado, pues solamente hubiera sido necesario defender el sector al norte de la Acrópolis, que presenta menor restricción de acceso y aislamiento. Esto se debe en parte al menor grado de elevación del lado norte con respecto a su entorno, lo cual a su vez obedece a la pendiente de norte a sur, prevaleciente en toda la bocacosta.
Como lo indiqué anteriormente, deseo proponer que tanto la disposición arquitectónica como la localización misma del sitio son compatibles con necesidades defensivas. No se puede descartar que hubiese otros factores involucrados, desde la necesidad de privacidad de los señores de rango más alto hasta la necesidad de espacios cerrados para determinadas actividades políticas y rituales. Sin embargo, considero que la explicación propuesta ofrece un buen potencial para explicar no solo la situación y forma del sitio, sino también su relación con Bilbao.
Al comparar los dos sitios (Figuras 3 y 4), nos damos cuenta de que las características de El Baúl no eran comunes a toda la arquitectura monumental de Cotzumalguapa. Bilbao está formado por una serie de plataformas que descienden gradualmente hacia el sur, ninguna de las cuales está delimitada por muros. Desde luego, pudo haber muros de material perecedero, pero ello en sí evidencia una inversión mucho menor de trabajo para aislar los espacios. La elevación de las plataformas sobre su entorno es menor en comparación con El Baúl. Significativamente, la mayor concentración de escultura monumental en Bilbao no se hallaba en un espacio restringido, sino en la Plaza Monumental localizada en el lado este del Grupo A, la cual era accesible desde el exterior por medio de rampas y escalinatas que fueron reveladas por las excavaciones de Parsons (1969:44-57). Otro contraste notable entre ambos sitios es la ausencia de patios hundidos en Bilbao. Parsons propuso que había uno en la Plaza Monumental, pero en otros trabajos he presentado evidencia en contra de esa idea (Chinchilla 1997a, s.f.). En contraste, El Baúl posee dos ejemplos grandes de patios hundidos.
El contraste en la disposición arquitectónica de los dos sitios sugiere una diferenciación funcional. A juzgar por su forma, los conjuntos de arquitectura monumental de Bilbao y El Baúl no servían funciones estrictamente idénticas. Ambos pueden haber servido como residencias para los señores de más alto rango y como lugares de culto, pero ninguno de los dos sitios duplica exactamente las posibles funciones del otro. Específicamente, la disposición arquitectónica de Bilbao no parece compatible con propósitos defensivos.
Una pregunta estrechamente relacionada concierne la contemporaneidad de los dos sitios. Los trabajos del proyecto desde 1991 han producido un conjunto de ocho fechas de radiocarbono (Figuras 5 y 6). Las nuevas fechas se situaron consistentemente en un rango calibrado de 650 a 1000 DC. De acuerdo con esas fechas, puede colegirse que el principal florecimiento de los sitios de la Zona Nuclear, así como la mayor parte de las esculturas en el estilo de Cotzumalguapa, datan del Clásico Tardío y Terminal, aunque ciertamente hay ocupación de otras épocas.
Este fechamiento contradice la propuesta de Parsons, quien colocó en el Clásico Medio gran parte de la arquitectura de Bilbao y la escultura asociada. Las primeras cuatro fechas (Figuras 5 y 6) corresponden a sus trabajos de los años sesenta. Puede advertirse que en efecto, hay fechas más tempranas que las de El Castillo, aunque su valor se reduce por la amplitud extrema de sus rangos calibrados. Empero, las fechas de Parsons sugieren que el desarrollo de Bilbao pudo empezar algunos siglos antes que El Castillo. Es muy temprano para arribar a conclusiones sobre El Baúl, pues como indiqué al inicio, el análisis de los materiales de esta temporada aún está en proceso. Sin embargo, está claro que la ocupación intensiva del Clásico Tardío y Terminal abarcó los tres sitios. Cabe añadir que existe evidencia de ocupación Postclásica extendida por toda el área, aunque su localización temporal precisa y su relación con la ocupación Clásica todavía no están claras.
Hasta aqui he sugerido respuestas parciales para tres de las preguntas planteadas al inicio. Primero, se ha confirmado que la Zona Nuclear era en efecto un solo sitio, en el sentido de que había asentamientos continuos en toda el área. Segundo, la información cronológica disponible sugiere que El Baúl y Bilbao son parcialmente contemporáneos; ambos se desarrollaron plenamente en el Clásico Tardío y Terminal, aunque el desarrollo de Bilbao pudo empezar incipientemente en el Clásico Medio. Tercero, las diferencias estructurales entre ambos sitios sugieren diferenciación funcional, que da base a la hipótesis planteada para El Baúl como un sitio defensivo.
Queda por responder la cuarta pregunta: ¿Conformaba toda la zona una entidad política unificada, o se encontraba dividida en segmentos que quizá pudieron rivalizar entre sí? A primera vista, la existencia de dos grandes conjuntos arquitectónicos da idea de descentralización y sugiere una estructura segmentaria en vez de unitaria. Sin embargo, un análisis más detallado contradice la primera impresión.
Tomando como referencia los planteamientos de Olivier de Montmollin (1989) en su análisis de las entidades políticas Mayas, puede observarse que una estructura segmentaria sería compatible con un alto grado de replicación funcional y un grado pobre de integración entre las unidades sociales. Sin embargo, la evidencia anterior muestra que los dos sitios mayores no se replican uno al otro y de ello se colige que tampoco servían idénticas funciones sociales. Por tanto, hay un grado bajo de replicación entre las unidades sociales representadas por los dos sitios, que sugiere una estructura unitaria en vez de segmentaria.
Además, hay indicaciones de un alto grado de integración espacial entre los distintos sectores de la Zona Nuclear, que igualmente sugiere integración entre sus unidades sociales. He indicado anteriormente que existen zonas de asentamiento continuas entre los sitios principales. A ello hay que añadir la existencia de puentes y calzadas que unen los sitios y áreas habitacionales entre sí. La existencia de puentes prehispánicos en la zona fue indicada por primera vez por Eisen (1888:10) y en 1948, Thompson reportó un puente pequeño sobre el arroyo que corre al lado este de El Baúl, localizado aproximadamente 0.5 km al norte del sitio. Tomando en cuenta esas indicaciones, en 1994 excavé una pequeña calzada y puente que unía la plaza de El Castillo con zonas habitacionales adyacentes a través de una quebrada (Chinchilla 1995). Esta temporada produjo un hallazgo similar, pero de escala mucho mayor: un puente que conecta el sitio de El Baúl con la zona de El Castillo a través del río Santiago.
El puente en sí debió ser de madera o colgante. Lo que se ha preservado son los muros de piedra que le servían como basamento, los cuales se extienden aproximadamente 30 m a lo largo del río. Estos muros alcanzan una altura de 3 m sobre el nivel del agua en la estación seca y originalmente debieron ser más altos. A juzgar por la porción preservada, la luz del puente debió tener una anchura mínima de 8 m.
Para corroborar la idea de que se trataba de un puente y obtener evidencia sobre su fechamiento, se hizo una excavación cercana a la garganta del río, en el mismo lugar donde los vecinos hallaron dos esculturas monumentales en 1996, los Monumentos 54 y 55, que fueron reportados por Mata Amado (1996, figuras 2B y 2C) y Chinchilla (1996a:259-260). El Monumento 54 representa un animal mítico, mezcla de jaguar e iguana, en tanto que el Monumento 55 representa la imagen de un individuo de pie, con atuendo elaborado.
La localización de estas esculturas cerca del río no se explicaba bien antes de los trabajos de este año. La excavación reveló una calzada con pavimento de piedra, de 16 m de ancho, que se extiende hacia el norte en dirección al conjunto monumental de El Baúl. La presencia de la calzada confirmó plenamente que los muros observados en el río efectivamente correspondían a un puente. Un hallazgo sorpresivo fue el Monumento 69, otra escultura de grandes dimensiones que se encontraba junto al borde de la calzada, muy cerca del río. Este gran monumento representa el mismo jaguar-iguana, labrado en una escala aún mayor que el Monumento 54.
La excavación también ofreció una explicación para la duplicidad del motivo: el Monumento 69 se encontró escondido por el pavimento de la calzada, que ocultaba toda la superficie labrada. Al abrir una trinchera delgada para descubrir la superficie tallada, se encontró un segundo pavimento, muy bien preservado en la base del monumento. Quedó claro que el Monumento 69 estaba asociado con un piso anterior, posiblemente perteneciente a una calzada más antigua, la cual quedó enterrada cuando se construyó una nueva calzada a un nivel más alto. En vez de levantar la escultura antigua —lo cual hubiera sido difícil considerando su peso y su localización cerca de la pendiente del río— los constructores prefirieron colocar una nueva escultura directamente encima. Por alguna razón desconocida, pareciera ser que debía haber un jaguar-iguana guardando la entrada del sitio precisamente en este punto.
Para retornar a mi argumento anterior, repito que la presencia de esta calzada y puente constituye evidencia de un alto grado de integración. Las grandes dimensiones del puente y la calzada no solo sugieren que debió haber una población muy grande transitando por ellos, sino también indican que se invirtió un gran esfuerzo para comunicar El Baúl con El Castillo, salvando el obstáculo que separaba a El Baúl del resto de la Zona Nuclear, es decir el río Santiago. Evidentemente, la integración entre los sitios era una prioridad importante para sus gobernantes. Ello no es incompatible con la función defensiva de El Baúl, pues el puente era de material perecedero y pudo ser removido en caso necesario.
Es difícil o quizá imposible establecer conclusivamente si se trataba de una entidad política unitaria o segmentaria. Es claro que debieron existir distinciones y oposiciones entre distintas unidades sociales de la Zona Nuclear y lo más probable es que se tratara de una situación fluida, en la que el balance de poder pudo cambiar a lo largo del tiempo (Brumfiel 1994). Sin embargo, la evidencia presentada sugiere que se buscó mantener un grado alto de integración física entre los conjuntos de arquitectura monumental de la zona, lo cual es compatible con la búsqueda de una estructura política unitaria.
La Zona Nuclear de Cotzumalguapa fue el centro de un sistema de asentamientos que se extendió sobre la porción media del desagüe del río Coyolate y áreas adyacentes. A juzgar por su tamaño en relación con sus vecinos, los sitios de la Zona Nuclear tuvieron seguramente el predominio político en el área durante el Clásico Tardío y Terminal. No es posible analizar aqui este sistema de asentamientos, como tampoco es posible enfocar las relaciones entre la Zona Nuclear y otros centros primarios contemporáneos a lo largo de la Costa Sur, las cuales requieren una nueva serie de preguntas que apenas se han empezado a plantear.
REFERENCIAS
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Chinchilla Mazariegos, Oswaldo
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s.f. Peor es Nada: el origen de las esculturas de Cotzumalguapa en el Museum für Völkerkunde, Berlin. A publicarse en Baessler Archiv, Neue Folge.
Eisen, Gustav
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Montmollin, Olivier de
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Thompson, Eric S.
1948 An Archaeological Reconnaissance in the Cotzumalhuapa Region, Escuintla, Guatemala. Contributions to American Anthropology and History, No.44. Carnegie Institution, Washington, D.C.
Figura 1
Figura 2
Figura 3
Figura 4
Figura 5
Figura 6