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Roldán, Julio A.
1998 Hallazgos recientes en el sito arqueológico Serchil, Huehuetenango. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.604-615. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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HALLAZGOS RECIENTES EN EL SITIO ARQUEOLÓGICO SERCHIL, HUEHUETENANGO
Julio A. Roldán
Gracias a los caminamientos efectuados en la subcuenca del río Serchil, durante la temporada de 1996 por el Proyecto de Prospección Arqueológica de la Cuenca Alta del Río Chixoy (Pacarch), bajo la dirección del arqueólogo Alvaro Jacobo, se tuvo la oportunidad de investigar el sitio arqueológico de Serchil y efectuar excavaciones controladas en su plaza principal del mismo.
Para esta investigación se contó con la autorización del Instituto de Antropología e Historia de Guatemala, la alcaldía de Malacatancito, propietario del sitio y los vecinos de la comunidad de la aldea Sarchil.
Aunque Serchil es un sitio pequeño, no por ello desmerece su valor, sino al contrario lo incrementa al comprobarse que estos sitios asentados en las cuencas de los afluentes que forman el Río Chixoy, estuvieron ligados en el Postclásico a los cultos y ritos funerarios que se hacían en los grandes centros de la Tierras Altas y del valle de Guatemala como Zaculeu, G’umarcaaj, Iximche, Mixco Viejo y Kaminaljuyu.
LOCALIZACIÓN DEL ÁREA
Para llegar al sitio Serchil (Figura 1) se toma la carretera CA-1 que conduce a la ciudad de Huehuetenango y en el km. 250 se cruza al sur hasta llegar a la aldea Concabal; aquí se deja el vehículo y se baja por un camino de terracería por espacio de 1 km hasta llegar a la aldea Sarchil.
Entre los altos de Concabal (Figura 1) y los altos de Serchil se ha formado un valle de 3 km de longitud y 800 m de ancho donde se ubica la aldea.
El sitio arqueológico (2), se encuentra al noreste de la Escuela del caserío Sarchil. Consta de una plaza abierta al oeste donde se asientan cinco estructuras con arquitectura expuesta. En su lado noreste se encuentra otra plaza abierta al este y al oeste con dos estructuras de poca altura.
DESCRIPCIÓN DE LAS ESTRUCTURAS
La Estructura 1 se encuentra al norte de la Plaza 1, de 24 m por lado y 6.70 m de altura, con posibles escalinatas en el frente y dos de sus lados, está formada por tres cuerpos y los restos de una cámara expuesta en su parte superior.
La Estructura 2, de dos cuerpos, con una dimensión de 13 m de largo, 8 m de ancho y 3.50 m de altura, se sitúa al noreste de la plaza. En su parte superior se encuentran los restos de una cámara. Esta estructura tiene un pasillo de 3 m de ancho que la separa en el lado sur de la Estructura 3 la que consta de una plataforma basal de 21 m de largo, 9 m de ancho y 2.30 m de altura donde se asientan los muros de la cámara superior. En su lado oeste se efectuó el Pozo 3.
La Estructura 4 de 24 m de largo, 12 m de ancho y 1.70 m de altura se sitúa al sur de la plaza. Al igual que las anteriores estructuras se observó sobre su cuerpo superior un cuarto alargado con evidencia de un muro de lajas.
Ubicada en el centro de la Plaza 1, se encuentra la Estructura 5, de 7 m por lado y 2 m de altura, con una posible función de altar o adoratorio. En su lado oeste se ubicó el Pozo 1.
En el lado norte de la Plaza 2 se encuentra la Estructura 6, de 20 m de largo, 6 de ancho y 1 m de altura, sobre esta estructura se encontraron sembrados varios naranjales.
En el lado sur de esta plaza se ubica La Estructura 7 de 8 m de largo, 4 m de ancho y 0.40 m de altura. Sobre su basamento el dueño del terreno construyó su casa.
PATRÓN DE ASENTAMIENTO
El sitio presenta un patrón tipo en valle con plaza abierta al oeste y con altar central y con un arreglo defensivo indicado por los muros que presenta en el lado sur y oeste.
POZOS DE SONDEO
En el mes de abril fueron efectuados por el Proyecto PACARCH tres pozos de sondeo cuyo objetivo fue verificar los cambios que se dieron en el centro de la plaza, la estratigrafía del terreno, los pisos culturales y la calidad del relleno utilizado en cada construcción.
POZO 1
Esta unidad de excavación (Figura 3-A) se localizó a 1 m de la Estructura 5 en su lado oeste. A un nivel de 0.20 m de la superficie, después del estrato de humus, se encontró un piso de lajas correspondiente posiblemente a la última ocupación del lugar, al que le sigue un relleno de tierra gris.
A un nivel de 0.40 m se encontró un piso estucado asentado sobre un relleno de arena amarilla, donde se encontraron algunas lajas alargadas posiblemente pertenecientes al techo del recinto funerario que se encontró a un nivel más abajo.
ENTIERRO 1
A un nivel de 1.26 m de la superficie de este pozo, se encontró colapsado el techo del recinto funerario. En el lado oeste tres lajas en posición vertical indicaron el lugar donde se ubicó la entrada al recinto el que fue tallado en el subsuelo. Este entierro contenía tres amontonamientos de restos óseos (Figura 4-A).
En el lado norte, a un nivel de 1.60 m de profundidad, se encontraron los restos de los Individuos 1 y 2, los que tenían asociadas dos vasijas A y B (Figura 6). Entre los fémures se encontró una pequeña placa circular de pirita, posiblemente perteneciente a alguno de estos individuos.
Bajo estos huesos (Figura 4-B), en el siguiente nivel se encontraron los restos pertenecientes al Individuo 3, consistentes en dos fémures colocados en el hueso coxal y otros huesos, todos colocados sobre una laja.
En el centro del recinto, a 1.70 m de profundidad se encontraron unos huesos quemados de alguna posible cremación y una mandíbula colocada sobre los tiestos de una olla (c), asociados a dos pulidores (d y c) y un fragmento de una figurilla antropomorfa (f).
En la esquina sur de este mismo pozo se encontraron varios huesos largos de las extremidades inferiores posiblemente pertenecientes a otro individuo no identificado.
A un nivel de 1.82 m de profundidad (Figura 3), se encontró el piso apelmazado del recinto funerario, consistente en un estrato de tierra café, seguido de tres estratos más que no presentaron ninguna evidencia de materiales arqueológicos. La profundidad total del Pozo 1 fue de 2.28 m.
POZO 2
Este pozo (Figura 3) se situó entre la Estructura 2 y 3 y tuvo como objetivo el verificar si era una sola estructura o eran dos. A un nivel de 0.38 m se encontró el mismo alineamiento de piedras y lajas encontradas en el Pozo 1.
A 0.54 m se encontró un piso estucado bajo un relleno de tierra gris con piedrín y bajo este piso se encontraron 10 niveles alternos de tierra negra y tierra amarilla hasta un nivel de 2.30 m comprobando con este pozo que sí existe un pasillo entre las Estructuras 2 y 3. En este pozo sólo se encontraron los dos últimos pisos habitacionales superiores, lo que pudiera indicar que los cambios efectuados en la plaza principal no afectaron a estas estructuras.
POZO 3
Esta unidad de excavación se localizó a 1 m del pie de la Estructura 3 en su lado oeste (Figura 3), siendo el que presentó las mayores evidencias de la actividad constructiva del sitio.
Este pozo brindó la evidencia de cuatro nivelaciones o pisos. La primera se da a 0.25 m de la superficie donde se encontró el piso cuarto (contando de abajo hacia arriba), conformado por una línea de lajas asentadas sobre un estrato de tierra negra suelta. Este alineamiento es similar al encontrado en los Pozos 1 y 2 y pudo haber pertenecido a la última época constructiva del sitio.
A un nivel de 0.35 m de la superficie y bajo un estrato de tierra negra se encontró el Piso 3, estucado y asentado sobre un relleno de tierra amarilla arenosa. De este mismo piso se encontraron evidencias en los Pozos 1 y 2. Le sigue otro posible piso de laja (piso 2) que se asienta sobre un estrato de tierra amarilla de 0.10 m de grueso. A 0.65 m del nivel de superficie se encontró un muro con cuatro líneas de piedras y con una altura de 0.50 m situado sobre la entrada del recinto funerario y que pudiera ser los restos de una sub-estructura en la plaza que no se pudo investigar.
OFRENDA
En el Pozo 3, a 1.31 m de profundidad, sobre un piso de estuco que cubría las lajas de la entrada del Entierro 2 (Figura 3), se encontró orientada al este, una ofrenda consistente en un cráneo con su mandíbula inferior y vértebra cervical, lo que sugiere una posible decapitación. El cráneo estaba asociado a los huesos del brazo y varios huesos pequeños, así como a varios tiestos y un fragmento de piedra verde. Al parecer pudo haber sido depositado como una ofrenda propiciatoria ya fuera de la construcción de la Estructura 3 o del recinto funerario.
A un nivel de 1.35 m de profundidad (Figura 3), bajo un piso estucado, se encontró el recinto funerario cavado en el suelo natural; el techo fue construido y sellado con tierra apelmazada. Su entrada que se localizaba al oeste, estaba conformada por jambas en ambos lados las que sostenían una laja de piedra de 1 m de largo por 0.10 m de grueso.
Lo interesante de este recinto es que no se encontró colapsado, por lo que se puede deducir que no había sido violado. Las dimensiones internas de la cavidad del recinto eran de 1 m de alto, 1.80 m de largo y 1.30 m de ancho.
En el interior de este recinto se localizó un entierro compuesto, múltiple, conteniendo cinco cráneos, pertenecientes a cinco individuos; tres al norte (Figura 5-A) y uno al centro (Figura 5-B), otro al sur los cuales no se pudo definir su posición, ya que al parecer fueron removidos de su posición original.
Este tipo de entierros encontrados en el sitio Serchil, que siguen el patrón de ser excavados en la tierra natural, construidos en forma semi-cónica, con su entrada al oeste y cerrado por varias lajas en posición vertical, ya habían sido estudiados por Smith y Kidder (1943:123) en el valle del Motagua. Al igual que el reportado en esta misma temporada en Pueblo Viejo.
Otros ya habían sido estudiados en las Tierras Altas desde el Preclásico como los reportados por Smith y Kidder (1943). Mientras que Sharer y Sedat (1987:261-266) en El Molino y Mangales recuperaron 23 entierros, con sus huesos largos apilados unos sobre los otros, que van desde el Preclásico a periodos posteriores. Diez de estos entierros no tuvieron una posición clara debido a una tardía disturbación y al igual que los entierros de Serchil, los restos fueron empujados hacia el lado norte y sur para dejar lugar a otros enterramientos.
En Kaminaljuyu, también se tienen reportes de haber encontrado este mismo patrón en el Grupo C-V-9 y la tumba central de la Estructura A-1 de Los Cerritos-Chijoj, donde se encontró un amontonamiento de huesos en las esquinas y el centro de la misma.
OFRENDAS (FIGURA 6)
Entre las ofrendas del Entierro 1 (Figura 4-A,B), se encontraron dos platos trípodes de base cóncava con paredes recto divergentes, borde directo con labio redondeado, engobe blanco sobre rojo en el interior y exterior, tres soportes vaciados zoomorfos con aplicaciones sugiriendo los ojos de un animal. Esta clase de vasijas pertenecen al grupo Fortaleza y han sido fechados para el Postclásico Tardío y son similares a la encontrada por Navarrete (1962) en Mixco Viejo.
También se encontró un cuenco de silueta compuesta y borde directo, labio redondeado, con engobe rojo naranja fechado para el Postclásico Tardío (Figura 6-B). Otro similar se encontró en el Entierro 2.
Asociado al Entierro 1 se encontró un fragmento de una figura antropomorfa con nariz deformada que pudiera sugerir la cabeza de un murciélago (Figura 6-C). Este parece no ser un caso aislado, ya que entre los fragmentos encontrados en la Tumba I de Kaminaljuyu, también se encontró la cabeza de un murciélago (Shook 1952:108).
Entre las ofrendas del Entierro 2 (Figura 6-B) se encontró un cuenco de silueta compuesta y borde directo, labio redondeado y con engobe rojo naranja fechado para el Postclásico Tardío.
Entre los restos óseos de este entierro se encontraron varios tiestos plomizos y otros con una franja plomiza en el cuerpo. Esta clase de cerámica es común en las Tierras Altas y el valle de Guatemala, siendo reportadas en lugares como Tajumulco, Kaminaljuyu, El Baúl, San Agustín Acasaguastlán, Finca Paraíso, Zacualpa, Chichun, Tazumal, Chichen Itza, Uxmal, Campeche, Monte Albán y Tula (Shepard 1948).
OBSIDIANA
La mayor parte de obsidiana fue recolectada en la superficie y consistía en puntas de proyectil, fragmentos de lasca, navajas con uso y núcleos.
En la entrada de la Tumba 2, bajo un estrato de tierra negra se encontró una concentración de 17 fragmentos de navajas de obsidiana y otra navaja completa sin uso se encontró asociada al Individuo 4. En este mismo amontonamiento se encontró un hueso de un animal no identificado, que presentaba en el centro un canal. Todo este material sigue siendo analizado en el laboratorio del proyecto del proyecto.
LÍTICA
Como ofrendas del Entierro 1 y del Individuo 1, se encontraron dos pulidores asociados a los restos óseos, los que consistían en un pulidor de piedra basáltica y el otro de piedra color ámbar.
El resto de la lítica fue encontrada y recolectada en la superficie y consisten en fragmentos de puntas de proyectil, algunas con espiga, lo que pudiera sugerir enfrentamientos en el sitio en su última ocupación.
METALES
Asociado al Individuo 4 del Entierro 1, se encontró bajo una clavícula un artefacto punzo cortante de tumbaga o bronce de 10 cm de largo, que posiblemente fue usado como sangrador.
El encontrar objetos de metal en entierros del Postclásico Tardío indica que ya para entonces se conocía y se trabajaban los metales. Un posible taller o lugar de trabajo de especialistas en este arte se ubicó cerca del Grupo Atalaya, al este de la periferia de Utatlán.
PIRITA
En el Pozo 1, al lado de uno de los fémures del Individuo 2, se encontró un pequeño espejo de pirita, siendo otro de los ajuares comunes encontrados en esta clase de entierros en las Tierras Altas, como lo muestran los ejemplos encontrados en las tumbas de Kaminaljuyu (Shook 1952:116) y del valle del Motagua (Smith y Kidder 1943:123).
PINTURA
Bajo los huesos del Entierro 1 y regado sobre el piso del recinto se encontró restos de cinabrio. El cinabrio o rojo no sólo fue profusamente usado por la cultura prehispánica en sus diferentes manifestaciones artísticas, sino que también era regado sobre considerables áreas del piso de las tumbas. Especímenes de este pigmento, así como ejemplos de dicha pintura en enterramientos, fueron reportados por Shepard (1948:270). En Kaminaljuyu también se ha reportado haber encontrado cinabrio en el piso de la Estructura A-IV, al igual que sobre el piso de la tumba III de la Estructura 24 (Smith y Kidder 1943:123).
SELLOS O ESTAMPADERAS
En el Entierro 2 (Figura 3) se encontró entre los restos óseos de este recinto, tres sellos o estampaderas completas de barro café sin baño y en forma de media Luna (Figura 6). Cada una de ellas presenta en su parte trasera una protuberancia o asa. Sus medidas generales son de 0.10 m de largo, por 1 cm de ancho y 1 cm de grueso.
El primer sello o estampadera (Figura 6-D), representa un terminal de lazo con tres puntas en cada extremo, le siguen cuatro puntos seguidos de una raya (que pudieran indicar un numeral de 9) y una línea ondulada al centro del sello simulando el cuerpo de una serpiente. En cada una de sus ondulaciones tiene seis círculos, tanto en la parte superior como en la inferior.
La segunda estampadera (Figura 6-E) se encontró en un agrupamiento de huesos bajo los cráneos 2 y 3, su forma y medidas son iguales a la primera y su diseño consiste en dos cabezas de serpiente, una en cada extremo, con las fauces abiertas mostrando siete dientes en la parte superior y con orejas. Le sigue un cuerpo en forma de serpiente estilizada que llega al centro del sello, donde se localizan cinco ondulaciones las que se repiten en el otro lado. Al centro del sello se encuentra una forma de voluta con un círculo y una barra con otro pequeño círculo.
El tercer sello tiene un diseño geométrico similar a la primera estampadera.
El significado de los tres sellos se desconoce por el momento, aunque se puede inferir tentativamente, que cada uno de ellos significa la posición social de sus poseedores.
El uso de sellos en el área Maya se conocen desde el Preclásico (Lee 1969:79), encontrándose en sitios como La Victoria (Coe 1961:109), Kaminaljuyu (Kidder, Jennings y Shook 1946:215; Ericastilla 1992), Chalchuapa, Copan, Chiapa de Corzo, (Lee 1969:79) y Altar de Sacrificios (Willey 1972:93-94)
CONCLUSIONES
Por lo anteriormente expuesto, se puede deducir que el sitio Serchil, según la cronología de sus entierros y sus materiales cerámicos, tuvo sus inicios durante el Clásico Tardío, donde según sus pisos culturales parece haber tenido por lo menos cinco periodos constructivos.
De tal forma que estos pequeños asentamientos localizado en las riberas de los ríos, parece ser que su principal función fue de un ritual enfocado al control comercial para regular las invasiones que eran tan comunes en aquellos sitios que controlaban el comercio en las vías fluviales tal y como lo demuestra Serchil y sus murallas defensivas.
El uso de murallas del lado del río no deja de ser un patrón indicativo de la problemática que presentaron las redes de distribución de los centros Postclásicos en la región del eje Chixoy, que comprendía las sub-cuencas de Río Blanco, Serchil y Pacaranat y los territorios políticos de las cuencas de Salamá, Rabinal y Cubulco (Baja Verapaz).
En todos estos lugares se desarrolló una lucha intensa por el control territorial, comercial y predominio del intercambio fluvial a larga distancia que provenía de las Tierras Bajas de Petén y México.
Los artefactos depositados en los entierros de Serchil representan de alguna manera este intercambio comercial, así como la continuidad de ritos religiosos y costumbres funerarias utilizadas por las antiguas culturas del valle de Guatemala y de las Tierras Altas.
Según los ajuares funerarios encontrados en los entierros de Serchil, se pudiera indicar que fue la habitación de varios personajes importantes, como lo muestran los tres sellos individuales que se encontraron en el Entierro 2, los que también indican el status social de sus propietarios.
El objeto de cobre (tumbaga), encontrado en el Entierro 1, indica el conocimiento de sus artesanos sobre la metalurgia en esta región, así como la continuación de antiguas prácticas de rituales de sangramiento.
De tal forma que el patrón de enterramiento sigue siendo el común de las Tierras Altas para personajes de alto rango en el Postclásico. Aunque por la forma en que fueron agrupados los restos óseos en el recinto es difícil poder definir la posición en que fueron depositados originalmente y a quién pertenecieron las ofrendas encontradas en cada entierro.
Aunque son importantes los descubrimientos efectuados en Serchil, se debe de entender que estos resultados son preliminares y que se continúan analizando las muestras de sus materiales obtenidos y comparándolos con otros sitios relacionados al área, con el fin de tener una visión más completa del movimiento cultural que se dio en la región, especialmente en los sitios que conforman la toda la cuenca del río Chixoy.
Por lo anteriormente expuesto, se puede decir que esta actividad muestra una estructura social definida que manejaba conceptos tales como organización, distribución de mano de obra y fuerza laboral, al igual que una estructura basada en los principios mitológicos de sus antepasados que fueron los síntomas que le dieron vida a una sociedad compleja aunque segmentada.
REFERENCIAS
Coe, Michael D.
1961 La Victoria, an Early Site on the Pacific Coast of Guatemala. Papers of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Vol.53. Harvard University, Cambridge.
Ericastilla Godoy, Sergio
1992 Sellos o estampaderas asociados a un entierro de Kaminaljuyu. U tz’ib 1 (3):17-26. Asociación Tikal, Guatemala.
Kidder, Alfred V., Jesse Jennings y Edwin M. Shook
1946 Excavations at Kaminaljuyu, Guatemala. Carnegie Institution of Washington, Pub.561. Washington, D.C.
Lee, Thomas A., Jr
1969 The artifacts of Chiapa de Corzo, Chiapas, Mexico. New World Archaeological Foundation, N.26., Brigham Young University, Provo.
Navarrete, Carlos
1962 La cerámica de Mixco Viejo. Cuadernos de Antropología 1:152. Instituto de Investigaciones Históricas, Facultad de Humanidades, USAC, Guatemala.
Sharer, Robert J. y David Sedat
1987 Archaeological Investigations in the Northern Maya Highlands, Guatemala: Interaction and the Development of Maya Civilization. University Museum Monograph No.59. University of Pennsylvania, Philadelphia.
Shepard, Anna O.
1948 Plumbate: A Mesoamerican Trade Ware. Carnegie Institute of Washington, Pub.573. Washington, D.C.
Shook, Edwin M.
1952 Lugares arqueológicos del Altiplano Meridional Central de Guatemala. Antropología e Historia de Guatemala 4 (2):3-40.
Smith, A. Ledyard y Alfred V. Kidder
1943 Explorations in the Motagua Valley, Guatemala. Contributions to American Anthropology and History, No.41. Carnegie Institution of Washington, Washington, D.C.
Willey, Gordon R.
1972 The Artifacts of Altar de Sacrificios. Papers of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology 64 (1) . Harvard University , Cambridge.
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Figura 2
Figura 3
Figura 4
Figura 5
Figura 6