Descargar este artículo en formato PDF
Batres, Carlos, Ramiro Martínez, Nury de Milián, Lucrecia Pérez y Luis Rosada
1998 Las pinturas rupestres del Peñasco Los Migueles, municipio de San Juan Ermita, Chiquimula: Informe preliminar. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.648-659. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
42
LAS PINTURAS RUPESTRES
DEL PEÑASCO LOS MIGUELES,
MUNICIPIO DE SAN JUAN ERMITA, CHIQUIMULA:
INFORME PRELIMINAR
Carlos Batres
Ramiro Martínez
Nury de Milián
Lucrecia Pérez
Luis Rosada
Los primeros datos que se tienen de la existencia de las pinturas plasmadas en el Peñasco Los Migueles, dentro de la Universidad de San Carlos de Guatemala, fueron proporcionados por el estudiante de Arqueología, Ramiro Martínez (nacido en San Juan Ermita, Chiquimula), quién compartiera su hallazgo con los restantes autores de este informe. Es de esta manera como en julio de 1996, tras una visita a Copan, el grupo decide conocer aquel entorno arqueológico.
Al llegar al lugar, se pudo determinar inicialmente que el sitio era una formación rocosa de altura considerable, en cuya parte este se podían observar las pinturas de cuatro manos, así como el dibujo de una serpiente almenada de unos 3 m de largo; todas en por lo menos dos matices de color rojo.
En octubre del mismo año, habiéndose conformado ya un equipo de investigación, el grupo decide fotografiar por primera vez las representaciones plasmadas en el paredón rocoso. Esa vez, se empleó película blanco y negro, aunque la misma demostró no ser la más adecuada para esta clase de estudio. No obstante, de esta visita se obtuvieron algunos vestigios culturales de cerámica y obsidiana, recolectados en la superficie de la base del abrigo.
En marzo de 1997, se regresa por tercera vez a la peña, contando entonces con la colaboración de Rosaura Vásquez y Héctor Mejía. El objetivo principal era determinar el estado de conservación y cantidad de las pinturas que se encuentran comprendidas dentro del marco del yacimiento arqueológico. Se procedió a obtener las medidas de las representaciones y del peñasco, así como la orientación de este último. Se tomaron fotografías nuevamente, esta vez con película a color, las cuales proporcionaron una mejor visualización de los detalles de las pinturas. Igualmente se dibujó la saliente rocosa ubicada en la parte oeste del refugio, la que por sus características naturales fue aprovechada por el hombre, quien la trabajó parcialmente para acentuar en la misma, la forma de una cara humana.
Por otra parte, se logró un acercamiento con los miembros de la Directiva del Comité de Vecinos del Caserío Los Migueles, quienes proporcionaron los datos históricos de su poblado y de su relación directa con la Peña Pintada, en la que siempre han identificado a las manos del diablo.
Estas y otras visitas, revelaron datos verdaderamente importantes, por lo que se ha podido constatar que el Peñasco de Los Migueles es un abrigo rocoso que sirvió presumiblemente de paradero a hombres que plasmaron en su pared una serie de pinturas de color rojo y negro, constituidas por motivos zoomorfos, antropomorfos, abstractos, geométricos y otros no definidos, los cuales se documentan y registran por primera vez en este informe.
DESCRIPCIÓN DEL PEÑASCO LOS MIGUELES O LA PEÑA PINTADA
El peñasco Los Migueles es un abrigo rocoso que se localiza geográficamente a 1040 m SNM, encontrándose en las siguientes coordenadas: latitud norte 89° 26′ 28» y longitud oeste 14° 46′ 31». Su acceso es fácil debido a que los vecinos de los alrededores han habilitado veredas que comunican los caseríos entre sí y con San Juan Ermita (Figura 1).
La topografía del terreno que circunda el sitio posee un paisaje quebrado y escarpado, donde se observan desde pequeños hasta grandes afloramientos de roca sedimentaria caliza. Aproximadamente a 280 m hacia el oeste del peñasco se encuentra un nacimiento de agua, el cual sirve actualmente de abastecimiento para los pobladores del caserío (Los Migueles). La vegetación predominante en el área es de segundo orden y su clima es seco y caluroso.
El abrigo rocoso presenta una orientación de 72° oeste-este, con una altura de 70 m de base por 70 m de alto (Figura 2). La gran pared frontal que forma el abrigo está abierta hacia el sur y es en esta área es donde se encuentran las 35 representaciones pictóricas hasta ahora estudiadas. La mayor parte de estas pinturas se ubican en el sector este de la pared y en menor cantidad en su extremo oeste. Es importante hacer notar que en el área oeste se observa fácilmente una voluminosa saliente rocosa que presumiblemente fue trabajada por el hombre (debido a sus características morfológicas), para darle la apariencia de un gran rostro, especialmente si se le ve desde su perfil izquierdo (Figura 3).
El área de la base del peñasco está conformada por grandes bloques de roca y pequeñas piedras fragmentadas, mismas que son utilizadas por los habitantes de las cercanías para construir sus terrazas de cultivo y como insumo agrícola. Esta actividad, aunque necesaria para los campesinos, está produciendo graves daños a la base del abrigo, ya que es manifiesto el deterioro acelerado que sufre diariamente y que amenaza con socavar el contexto de posible excavación (ver diferencia de niveles en Figura 3).
En la superficie de la base del peñasco se encontraron evidencias arqueológicas de presencia humana, pues se han podido recolectar algunos fragmentos de lítica (obsidiana) y cerámica. Sin embargo, no se recuperaron cantidades abundantes, puesto que solamente se recogieron los materiales esporádicos que aparecían sobre el suelo. Estos aún se encuentran pendientes de analizar.
Las pinturas fueron plasmadas en un área que abarca tentativamente 507 m², sobre una altura entre los 2.50 m a 16 m: varias representaciones están aisladas y otras establecen escenas o asociaciones entre sí. Los pigmentos utilizados son el rojo (en mayor cantidad) y el negro (en menor cantidad), cuyos trazos forman figuras abstractas, zoomorfas y geométricas.
El estado de conservación de estas pinturas está en estrecha relación con las condiciones de deterioro de la pared que conforma el abrigo, ya que los agentes climáticos son los que han contribuido al crecimiento de microflora (hongos y líquenes) y macroflora (arbustos), a la formación de pátina y a la descamación de la superficie rocosa, poniendo en peligro la vitalidad de las representaciones. Cabe mencionar que algunas de éstas ya han sido blanco de los impactos deliberados, que por medio de piedras, les profieren los visitantes o bien han sido manchadas con grafitos que les superponen, habiéndose perdido ya pequeñas porciones de la pared que contenían pintura o quedando éstas bajo una cantidad considerable de pigmentos extraños.
DESCRIPCIÓN DE LAS PINTURAS
Como producto de esta inquietud estudiantil, se han descubierto 35 pinturas sobre la parte frontal del abrigo rocoso (Los Migueles), las cuales pueden ser clasificadas de la siguiente forma: 26 en color rojo, 8 son negras, una posiblemente fue bicroma, 13 se encuentran aisladas, existen 5 agrupaciones, 6 están sobrepuestas a otras, 13 son (o posiblemente son) motivos antropomorfos, 6 son (o posiblemente son) motivos zoomorfos, 4 corresponden a motivos abstractos, 4 a motivos geométricos y 4 a las que no se les ha encontrado una asociación morfológica bien definida.
Las anteriores representaciones serán descritas -bajo un criterio muy particular del grupo de investigación- a continuación (Figura 3):
1. SERPIENTE ALMENADA: (FIGURA 4)
Esta serpiente, por su tamaño y posición, es la representación que domina el panorama artístico de este abrigo. Aparece plasmada en color rojo, en la misma dirección del paredón, es decir, que su cabeza mira hacia el este. Esta posee las fauces abiertas, observándose claramente el ojo y un apéndice sobre la mandíbula superior.
El diseño del cuerpo está formado por 16 almenas que tienen relación con las siguientes figuras:
2.1 Figuras interrelacionadas con la serpiente
2.1.1 Sobrepuestas con las almenas de la serpiente
a. Mancha roja: sobre la almena 6 de la serpiente, se encuentra una mancha sin forma definida, difuminada hacia la parte alta de la misma
b. Mancha antropomorfa (Figura 5): sobre la almena 9 de la serpiente, se puede ver una figura antropomorfa grande, en color rojo. En éstas pueden distinguirse claramente las piernas y los pies, el tronco sin brazos y una gran cabeza como una melena abundante o un penacho, sobre la cual se aprecian dos rombos separados
c. Rosetón: esta figura en negro se encuentra entre la almena 9 y 10 de la serpiente, las cuales se sobreponen al mismo. Es geométrica, circular, formada por nueve pequeños semicírculos, dando la apariencia de pétalos
d. Mancha negra: esta mancha con forma triangular, está relacionada con la almena 13 y es negra. En medio de la misma, se encuentra una grieta, que no puede definirse si es producto de la intensión original del artista o es de origen posterior, ocasionada por el desprendimiento de la roca.
2.1.2 Sobre la serpiente
a. Escena antropomorfa (Figura 6): esta escena involucra tres figuras humanas y una mancha, todas plasmadas en negro, en la cual aparece un antropomorfo gordo sosteniendo un tronco o similar con los brazos en alto, sobre su cabeza. En la misma, es posible observar con bastante claridad los genitales del individuo. A la izquierda de la figura grande, se ven otras dos, también antropomorfas, pero delgadas y no tan bien definidas como la anterior; hacia el extremo izquierdo de la escena y sobre la cabeza de unos de los individuos delgados, se observa una mancha negra, más ancha que alta
2.1.3 Bajo la serpiente
a. Figuras geométricas: esta representación está conformada por dos figuras de color rojo, colocadas una arriba de la otra. La inferior es una cruz tipo San Andrés, la superior es una línea quebrada, compuesta de seis segmentos que cierran en el sexto, formando un cuadrado
b. Mancha: esta mancha pequeña, de color rojo, posee forma ovoide, aunque no se puede relacionar con ningún objeto conocido
c. Figura antropomorfa: esta representa un personaje delgado de color rojo, con el brazo derecho extendido hacia arriba y la mano abierta, dibujada en forma circular, en la misma faltan la pierna y la mano izquierdas
d. Figura zoomorfa: posiblemente representa un venado, en el cual se aprecia claramente el cuerpo, la cabeza, las astas y las patas delanteras, siendo las traseras una estilización en forma de horqueta. También es de color rojo
e. Trazos geométricos: en la parte inferior de las almenas 8, 9 y 11 de la serpiente, se encuentran otros trazos geométricos de color rojo, sin continuidad, que están mal conservados
2. FIGURA ZOOMORFA Y LÍNEAS
Casi al inicio, hacia el este de la peña, se observa un conjunto en rojo que está compuesto por una figura que al parecer es un ave y otra formada por líneas quebradas y puntos.
El ave es plana y posee las alas extendidas hacia arriba y abajo; sobre el mismo eje se aprecia el ojo, pero no hay pico; del cuerpo también sale una cola dibujada por medio de líneas diagonales desordenadas.
El resto del conjunto está formado por líneas quebradas y pequeñas manchas alargadas.
2.3 ESPIRAL
Esta figura está plasmada en rojo y se encuentra ubicada sobre el extremo este del abrigo y su centro puede apreciarse más fácilmente que su periferia.
2.4 FIGURA ZOOMORFA
Esta silueta roja representa posiblemente una garza, cuya cabeza mira hacia el oeste, posee las alas extendidas y claramente se aprecian sus largas patas verticales.
Al lado izquierdo de la misma, existe una mancha del mismo color y más alta que el ave. Hacia el lado oeste de la figura se pueden ver una serie de puntos y líneas inclinadas.
2.5 FIGURA ABSTRACTA (FIGURA 7):
Este diseño está formado por trazos de líneas curvas en color rojo. Por su complejidad, no puede describirse mayormente, aunque si se puede afirmar que posee una belleza extrema.
2.6 PUNTOS
Entre los metros 18 y 19.80, a partir del extremo este del peñasco, se encuentra una serie de puntos ascendentes que no están alineados, de los cuales se aprecian ocho perfectamente y los otros son más difusos. Estos son hasta el momento, las representaciones más altas que se logran apreciar, calculándose que se ubican desde los 6.50 m hasta los 16 m de altura, sobre la base del peñasco.
2.7 TRAZOS GEOMÉTRICOS
Esta figura es de color rojo, pudo haber sido la representación de un dibujo en negativo o positivo; está compuesto por una serie de trazos verticales, horizontales e inclinados.
2.8 ESCENA SOBRE LA SALIENTE ROCOSA (Rostro):
Este conjunto está ubicado sobre la parte alta de la saliente rocosa, está compuesta por cinco representaciones: un antropomorfo, una serie de puntos y picos, un par de piernas, otra serie de picos y un círculo y el contorno de una planta de pie. Todas plasmadas en rojo.
2.8.1 Antropomorfo
Esta figura es entre las de este tipo la que más acción representa, se trata de un personaje gordo, cuyas piernas están abiertas y flexionadas; los brazos también están flexionados, abiertos hacia los lados y hacia arriba. Como característica importante, el antropomorfo posee el abdomen sin pintar, formando un ovoide.
2.8.2 Contorno de planta de pie
Hacia el lado derecho superior del antropomorfo, se encuentra dibujado el contorno de una planta de pie izquierdo de adulto. No evidencia la presencia de dedos.
2.8.3 Piernas
Hacia el lado inferior derecho del antropomorfo, sobrepuesto a éstas, se encuentra el dibujo de dos piernas, viendo -ambas- hacia el oeste. Los pies al parecer planos y gordos, no muestran dedos.
2.8.4 Serie de picos y puntos
Sobre la figura antropomorfa aparece una serie de picos, que apuntan hacia arriba o abajo pero que no definen ningún objeto conocido. También pueden apreciarse un grupo de puntos pequeños colocados desordenadamente.
2.8.5 Serie de picos y círculo
Hacia el lado derecho del antropomorfo gordo, aparece otra serie de picos o línea continua con diferentes direcciones, la cual pareciera girar alrededor de un círculo pequeño, sin embargo, el grupo no puede relacionarse con otra representación conocida.
2.9 MANCHA ABSTRACTA
Esta es una mancha grande que pudo haber representado alguna figura bien definida, pero que posiblemente por intemperismo ha perdido totalmente su forma. Es de color rojo y es la de mayor tamaño de todas las pinturas que comprenden esta clasificación (manchas), alcanzando un área de 0.77 m².
2.10 FIGURA ZOOMORFA O ANTROPOMORFA
Esta es otra de la figuras de color rojo, que puede ser definida como zoomorfa o como antropomorfa. Como zoomorfa pareciera representar un ave, pues se observa una cabeza con un ojo, el pico y el cuerpo, del que se desprenden plumas (como alas) y una cola. De la parte inferior de la cabeza se extiende un apéndice, sin relación aparente, ya que es un tetradente con mango ondulado o bien podría ser una pata de pájaro. Hacia el extremo de lo que sería el pico se observa una serie de puntos. La otra descripción de la figura, ha sido definida como un antropomorfo, con los brazos y las piernas abiertas pero rígidas, portando un objeto circular en la mano izquierda. De dicho objeto se desprende una línea ondulada que finaliza en un tetradente, el cual podría ser un arma u otro instrumento. Sobre la cabeza del antropomorfo se observaría un penacho largo y voluminoso.
2.11 ANTROPOMORFO NEGRO
Esta es la figura más extrema, posee las piernas y los brazos abiertos, estos últimos hacia abajo. La mano izquierda pareciera estar abierta, pues de la misma se desprenden una serie de filamentos que pudieran ser los dedos o bien ser un objeto portado en ésta. La mano derecha no aparece. Sobre la cabeza también puede observarse una especie de penacho.
2.12 MANOS
La Peña Pintada cuenta con una mano positiva y tres negativas, todas plasmadas en rojo, de diferente tonalidad. Estas manos son de adulto: la positiva es izquierda y las negativas son tanto derechas como izquierdas (opinión vertida por el Luis Rosada), notándose que a algunas les faltan dedos. Las negativas, se asume que fueron hechas con la técnica del soplado (la palma de la mano es puesta contra la roca; luego se sopla el pigmento mezclado con algún líquido y aglutinante a todo el rededor de la mano, para lo cual se emplea una caña vacía); la positiva se plasmó con la técnica de la impresión (después de untar la palma y los dedos de la mano con una mezcla húmeda de pigmento, se imprime sobre la roca (Coladán 1995:45).
DESCRIPCIÓN DE LA SALIENTE ROCOSA
Esta formación rocosa, compuesta por material calcáreo, se encuentra ubicada a partir del metro 21 del extremo este de la Peña Pintada. Se inicia en la base del peñasco, midiendo 6 m de ancho y alcanza 9 m de alto (Figura 3). El conjunto saliente, visto en su perfil derecho, representa la silueta de un rostro; donde la cabeza, coronada por un conjunto de piedras superpuestas, representa un penacho. Continúa hacia abajo la frente, seguida por una oquedad que es el ojo (que fuera aprovechado por el hombre para plasmar otras pinturas, aunque la dificultad de acceso al mismo, no ha permitido que se registren en esta parte del estudio). Descendiendo encontramos la nariz, formada por una protuberancia rocosa ad hoc; tenuemente, en dirección caudal, aparecen los labios, pequeños en relación a la silueta y hacia abajo una barbilla huidiza, que termina por dar a la roca, la impresión de un rostro.
ANÁLISIS EFECTUADOS
Para poder definir el contexto ambiental en el que se encuentra inmerso el Peñasco Los Migueles, se recurrió a solicitar la colaboración especializada de las Facultades de Ingeniería y de Ciencias Químicas y Farmacia de la Universidad de San Carlos de Guatemala, la Dirección General de Minería y los arqueólogos José Héctor Paredes, Marion P. de Hatch y Elisenda Coladán (de la USAC, UVG y la Misión Arqueológica Francesa en El Salvador, respectivamente), a fin de recabar información al respecto de la composición de la roca y los pigmentos que componen las pinturas del abrigo rocoso bajo estudio y para analizar los restos cerámicos y líticos encontrados en superficie del mismo.
Las muestras (rocosas) analizadas, mediante Fluorescencia de Rayos X, dentro de las que se incluye un desprendimiento de la pared que contiene pigmento, demostraron poseer un alto contenido de carbonato de calcio y carbonato de magnesio, evidenciando presencia de óxidos de azufre, hierro, silicio, fósforo, potasio, manganeso y aluminio. Las mismas se encuentran en proceso de clasificación por un geólogo, aunque se puede adelantar que el color rojo de la mayoría de las pinturas se debe a los contenidos de óxido de hierro, que incluye la misma peña.
En cuanto a la muestra de obsidiana monitoreada, ésta posee una composición rica en dióxido de silicio y aluminio, siguiéndole en su orden, óxido de potasio, óxido férrico y óxido de calcio, así como cantidades menores de óxido de titanio y de manganeso, siendo que su contenido de hierro y manganeso (1.01907% y 408.4 ppm, respectivamente) y que según lo reportado en los trabajos de Asaro y colaboradores (1978:438), permiten relacionar su procedencia con la fuente de Ixtepeque, aunque esta conjetura requiere del análisis de mayor número de muestras.
Por otra parte, las caracterizaciones efectuadas a la cerámica recabada evidencian la presencia del hombre en el abrigo, que va desde épocas muy tempranas, ubicadas en el Preclásico Medio, hasta otras más recientes, que corresponden al Postclásico. Sin embargo, la cantidad de tiestos encontrados es muy escasa, como para verter en este momento alguna opinión más certera.
De cualquier manera, los resultados anteriores permitirán oportunamente proporcionar una información más exacta sobre la geología del sitio, para finalmente determinar las acciones de conservación, rescate y estudio a emprender en el abrigo rocoso.
CONCLUSIONES
El abrigo rocoso conocido como el Peñasco Los Migueles o la Peña Pintada, puede constituirse hoy por hoy en un eslabón del arte prehispánico guatemalteco, que aunque se encuentra pendiente de ubicar temporalmente, es importante, ya que sus pinturas denotan a simple vista, que fueron el medio por el cual sus creadores expresaron su interioridad y su entorno o mundo circundante.
Las 35 representaciones hasta ahora descubiertas en el mismo, son un incentivo para llevar a cabo numerosas investigaciones sobre la actividad artística prehispánica desarrollada en nuestro territorio, pero a la vez son motivo de preocupación por la inminente necesidad de conservación de las obras plasmadas en éste.
Lamentablemente, debido al desconocimiento de los habitantes del caserío cercano y a los que llegan de excursión desde San Juan Ermita, las pinturas y el contexto se encuentran bajo constante riesgo, ya que los primeros usan la base del peñasco como fuente de materia prima para fumigar o fertilizar sus siembras y construir muros con que definen las terrazas de cultivo. Por su parte, los visitantes de la cabecera municipal, principalmente jóvenes, que efectúan paseos al sitio, suelen imitar la acción de los antiguos artistas, haciendo dibujos caricaturescos sobre la pared del abrigo, peligrando con ello la vitalidad del arte rupestre y arriesgándose a su desaparición total.
Es evidente que este lugar fue largamente visitado o tal vez ocupado en la antigüedad, ya que así lo demuestran las pinturas y los pocos restos arqueológicos encontrados, sin que se puedan deducir hasta el momento los motivos que indujeron a aquellos hombres a hacerlo.
Es obvio y lógico que éste no es más que el primer paso para proteger y estudiar este sitio, pero que por el momento, su registro es la acción más inminente, antes de que se puedan tomar las acciones pertinentes para su conservación.
REFERENCIAS
Asaro, P. et al
1978 High-Precision Chemical Characterization of Mayor Obsidian Sources in Guatemala. American Antiquity 43 (3 ):435-438.
Coladan, Elisenda
1995 La Gruta del Espíritu Santo. Tendencias 2-45:39-45. Concultura, El Salvador.
Figura 1 Mapa de la ubicación del Peñasco Los Migueles, San Juan Ermita (Hoja cartográfica de Jocotán
No.2360-III, Instituto Geográfico Militar)
Figura 2 Perfil del abrigo rocoso Los Migueles (corte)
Figura 3 Pared frontal del abrigo rocoso (ubicación visual de las pinturas)
Figura 4 Serpiente almenada
Figura 5 Antropomorfo al que se sobreponen algunas de las almenas de la serpiente
Figura 6 Escena antropomorfa ubicada sobre la serpiente
Figura 7 Figura abstracta (localizada hacia el este del paredón)