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43 Las pinturas rupestres del oriente de El Salvador – Elisenda Coladan – Simposio 11, Año 1997

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Coladan, Elisenda

1998        Las pinturas rupestres del oriente de El Salvador. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.660-671. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

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LAS PINTURAS RUPESTRES DEL ORIENTE DE

EL SALVADOR

Elisenda Coladan

Situadas en el oriente de El Salvador, cerca de la ciudad de Corinto, en el departamento de Morazán, se encuentran las pinturas de la llamada Cueva del Espíritu Santo. Aparte de este sitio, toda la zona noreste del país es desconocida desde el punto de vista arqueológico (Mapa 1).

Las pinturas son conocidas desde finales del siglo XIX. En 1889, Santiago L. Barbena publicó un artículo mencionándolas en el periódico nacional Los Debates. En 1913, en Le journal de la Société des Américanistes, un artículo de Atilio Peccorini, titulado Algunos datos de la arqueología de la República de El Salvador, menciona la Cueva de Corinto, con inscripciones y dibujos en distintos colores. Desde esas fechas, regularmente en periódicos y revistas nacionales, se encuentran menciones de las pinturas.

Este sitio era considerado como el único con pinturas rupestres en El Salvador, donde los sitios con petrograbados son abundantes. En mi primera visita al lugar, en abril de 1995, llegué rápidamente a la conclusión que, dada la geomorfología de la región, rica en abrigos y paredones rocosos, era muy probable que Corinto no fuese el único sitio con pinturas rupestres. A partir de esta constatación elaboré un proyecto de estudio regional con dos objetivos principales:

1.        Reconocer la zona con el fin de localizar nuevos sitios rupestres

2.        Realizar el levantamiento fotográfico y mediante calcos de las representaciones de la Cueva del Espíritu Santo

La primera etapa del proyecto se llevó a cabo durante diez días en abril 1996. Como era de esperar, se localizaron dos nuevos sitios con pinturas. Se realizó un levantamiento fotográfico de las pinturas y se calcó un 10% de las representaciones, que no se contabilizaron aún por varias razones: la falta de tiempo y de personal durante esta primera etapa de trabajo, el mal estado de conservación que impide por el momento diferenciar algunas, el hecho que varias están a varios metros de altura y su gran número.

ANTECEDENTES

Los primeros y, hasta el año pasado, únicos trabajos de investigación arqueológica, fueron realizados en varias temporadas por el arqueólogo alemán Wolfgang Haberland. En 1954 y 1958 visitó el sitio y en 1972 publicó un artículo en la revista norteamericana Archaeology, donde mencionaba principalmente la existencia de pinturas rojas, cafés y amarillas y algunos grabados. Describía la representación de figuras humanas en su mayoría, de pájaros, de «hombres-pájaros», de símbolos cruciformes, además de manos positivas y negativas que le hacían atribuir las pinturas a un periodo muy antiguo comparándolas con las del paleolítico europeo.

En 1977 regresó a Corinto para realizar excavaciones arqueológicas que consistieron en nueve pozos de sondeo, de las cuales escribió un informe preliminar que no fue publicado hasta junio de 1991, en el Cuaderno 21 de la revista Mesoamérica, dedicado a El Salvador.

De los nueve pozos, dos situados justo debajo del abrigo fueron abandonados a poca profundidad por la presencia de grandes rocas. En los otros llegó hasta aproximadamente a 2 m. Describe la estratigrafía de la siguiente manera:

a)        una capa superior removida de 30 a 40 cm

b)        una capa de unos 30 a 35 cm, con material arqueológico consistente en tiestos cerámicos correspondientes a la fase Obrajuelo Plain Decorated, encontrados por E. Wyllys Andrews en Quelepa, acompañados de objetos en obsidiana, algunas lascas prismáticas y la presencia de dos puntas que le parecen pertenecer al mismo periodo, o sea aproximadamente 625-1000 DC

c)        sigue una capa entre los 70-180 cm, sin casi ningún material arqueológico, salvo algunas lascas de obsidiana y de pedernal

d)        termina con una capa de unos 50 cm, que contiene únicamente materiales líticos en pedernal y obsidiana. Presenta la ausencia de trabajo bifacial y de lascas prismáticas. Describe varios artefactos que identifica como raspadores, buriles, perforadores y un artefacto que él llama rebajador de rayos. Haberland considera este material como Precerámico, perteneciente a un periodo muy antiguo y lo bautiza Complejo Zuncuyo, del nombre de un río cercano al sitio

Este informe preliminar es la única información que tenemos sobre las excavaciones de Haberland. Parte del material arqueológico debe estar en algún lugar de lo que fueron las bodegas del Museo Nacional David J. Guzmán (hoy destruido, después que el terremoto de 1986 afectara considerablemente su infraestructura), pero todavía no hemos podido tener acceso a él. No hemos encontrado ningún dato sobre la localización exacta de los pozos de sondeo, ni su superficie, lo que dificultará el trabajo de excavación que será necesario realizar próximamente.

EL ABRIGO ROCOSO DEL ESPIRITU SANTO EN CORINTO

El abrigo está situado en una zona de ignimbritas, con una abertura orientada hacia el este. Su entrada mide aproximadamente 30 m, tiene unos 23 m en su mayor profundidad y unos 12 m de altura. Pudo originarse por dos procesos:

a)        tectónico: el fondo y el techo del abrigo presentan una ruptura entre la pared norte y la pared oeste, debido a un deslizamiento de placas

b)        erosión por las aguas. El interior del abrigo ha sido socavado por aguas de origen pluvioso y/o fluvio-lacustres

El suelo original del abrigo debía encontrarse aproximadamente 1 m más arriba del suelo actual. Esto se puede deber a varias causas, entre ellas la erosión por las aguas de lluvia, pero creemos más bien que se debe mayormente al factor humano.

Este sitio combina pinturas (mayoritarias) y grabados. Las paredes donde se observan más representaciones son la norte y la oeste. En la pared sur existen representaciones muy dañadas por alteraciones negras, probable producto de fogatas y/o de hongos. En toda la zona inferior del abrigo las pinturas están muy borrosas debido a que el público que visita el sitio las toca. El tamaño de las representaciones es muy variable, va de unos pocos centímetros a 1.5 m. Las representaciones se encuentran desde la base original del abrigo (o sea a aproximadamente 1 m del suelo actual) hasta unos 8 m de altura. Se trata en su mayoría de pinturas aisladas, aunque a veces cercanas, es decir que no parece haber realmente escenas representadas, pero sí agrupaciones con una misma temática, de un mismo estilo o quizá producto de un mismo autor.

Los colores utilizados que se han reconocido son:

a)        diferentes tonos de ocre natural, que van desde el amarillo claro, hasta el rojo/morado oscuro, pasando por variedades de anaranjados y rojos. Estos ocres son oxidaciones ferrosas comunes en los macizos de ignimbritas y aparecen naturalmente en la proximidad del abrigo. En Corinto son utilizados actualmente en la alfarería y abundan en toda la región

b)        el negro, que pudo haber sido obtenido con madera carbonizada

c)        el blanco y el verde cuya procedencia queda por investigar

No se ha estudiado en esta temporada de trabajo la técnica de aplicación de las pinturas, aunque se puede sugerir que algunas han podido haber sido pintadas directamente con las manos y/o los dedos. En caso de las manos negativas, la pintura pudo ser aplicada soplándola a través de un tubo (vegetal o hueso).

Un pequeño porcentaje de las representaciones está grabado. Las técnicas más frecuentes son raspando la pared y haciendo incisiones. Todos los grabados están a una altura superior a los 2 m, lo que ha impedido -por el momento- observarlos con detenimiento.

Una de las figuras combina las técnicas de grabado y pintura. Se trata de una representación humana, cuyo cuerpo está grabado y pintado; la cabeza está pintada únicamente de amarillo oscuro.

El tipo de representaciones incluye:

a)        Figuras humanas: son las más numerosas, la mayoría están representadas de frente y algunas de perfil (Figura 1). Varias llevan grandes penachos, de diferentes estilos (Figuras 2 y 3). Dos o tres parecen llevar una vestimenta, que en dos casos podría interpretarse como femenina. Los rasgos faciales aparecen en algunos casos y en otros los personajes parecen llevar máscaras.

El mal estado de muchas figuras no permite una buena observación de detalles que quizá existieron inicialmente.

En este abrigo están representadas, por lo menos en cinco ocasiones, parejas tomadas de la mano. Los dos personajes son idénticos (Figura 4) y es difícil decir si son masculinos o femeninos. Su interpretación queda por hacer, pero podría relacionarse con la representación de gemelos. En la mitología americana son representados en muchas civilizaciones como hijos de una primera pareja creadora (por ejemplo en el Popol Vuh: los gemelos Hunahpu y Ixbalamque, magos y protectores del pueblo Maya). Tres de estas parejas han sido pintadas en rojo, una en amarillo y la otra es grabada.

Existen dos ejemplos, situados en la pared oeste, que se podrían interpretar como seres humanos con cabezas de pájaros, que Haberland llamó «hombres-pájaros».

b)        Manos: son muy numerosas. Durante esta primera temporada no se cuenta con una estimación del número exacto. Casi todas son manos positivas (aplicación de la mano con pintura), de colores amarillo, anaranjado y en un caso, negro. Todas las manos negativas (la pintura se sopla alrededor de la mano), parecen haber sido pintadas con color rojo. En varios casos las manos positivas son representadas con el antebrazo.

En la pared norte existe una zona con una concentración de manos muy interesante, localizada en una leve concavidad de la pared rocosa. Estas manos están acompañadas de puntos amarillos ordenados en pequeños grupos alineados formando un semi-círculo.

Las manos y los puntos son una constante del arte rupestre mundial y existen varias posibilidades en cuanto a su interpretación: signos de posesión, señales, signos, etc.

c)        Figuras animales: hemos podido reconocer representaciones de pájaros (2), cangrejos (2/3), serpientes (2; Figura 5), una tortuga (Figura 6) y un posible alacrán.

d)        Geométricos y símbolos: hay varias figuras difíciles de interpretar, algunos concéntricos, cuadrados con líneas verticales y signos cruciformes. Hay por lo menos un signo que aparece frecuentemente. Se podría describir como una forma cuadrada que termina en una línea horizontal ligeramente curva. En dos ocasiones este símbolo está pintado en una mano (Figuras 7 y 8) y en otra lo sostiene un personaje. Las otras representaciones de esta figura son aisladas (Figura 9).

El estilo de las figuraciones de la gruta del Espíritu Santo parece ser, hasta el momento, bastante original. No puede compararse con representaciones ya conocidas en la cerámica o, inclusive, en las representaciones rupestres de otras zonas de El Salvador y de Centroamérica. El desarrollo de investigaciones arqueológicas en el oriente de El Salvador aportará nuevas informaciones.

EL ABRIGO ROCOSO DEL TORO

Se localiza exactamente en el mismo macizo de ignimbritas que el de la gruta del Espíritu Santo, pero del lado oeste. Su formación es por erosión debida al agua. Según el mapa geológico de la zona, corresponde a un paleo-lago.

Las representaciones no parecen ser más de diez y en su casi totalidad son figuras humanas. Tan sólo una podría ser asociada a una representación de ave, o más exactamente de un ser mitad humano, mitad pájaro. Varios personajes portan penachos. Todas están pintadas con ocres rojos, aunque en diferentes tonalidades. El estilo y el tipo de representaciones son muy similares a los de la gruta del Espíritu Santo. Podrían considerarse tentativamente como pertenecientes a un mismo periodo.

PAREDÓN DE LAS FIGURAS

Los dos siguientes sitios, si bien eran conocidos por los habitantes de la zona, no eran reconocidos como sitios arqueológicos. La visita fue, en cada uno, muy rápida; hicimos únicamente una descripción somera y fotografías. Es necesario regresar y empezar un trabajo de análisis más detallado.

Paredón de Las Figuras se encuentra en la misma formación de origen volcánico que los anteriores (ignimbritas), a unos 7 km al norte de Corinto. En las ignimbritas son frecuentes las formaciones de paredones rocosos, verticales, algunos con una pequeña cornisa en su parte superior y otros hasta con una inclinación negativa. Estos paredones tienden a evolucionar en abrigos rocosos.

En este inmenso paredón, la mayoría de las representaciones son humanas, de un estilo sumamente diferente al de la gruta del Espíritu Santo. El color que predomina es el rojo. Una sola figura animal, de una serpiente, combina los colores rojo y blanco. Las pinturas son de gran tamaño (más de 1 m). Su estado de conservación es malo, debido a la erosión natural y a daños antrópicos, como un depósito de madera al pie del paredón y la presencia de un horno.

El ABRIGO ROCOSO DE LOS FIERROS

Está situado en una aglomeración de tobas volcánicas. Su forma es ligeramente triangular, debido a una fractura localizada en el techo que hizo deslizarse los dos lados formando el abrigo. La estructura de las paredes es muy quebradiza. Tienen tendencia a desprenderse en pequeños bloques rectangulares, que podrían ser debidos a presiones tectónicas y/o a inclusiones de asbestos (fibra mineral natural).

El abrigo tiene su apertura dirigida hacia el sur. La mayoría de las pinturas están localizadas en la pared este, concentrándose sobre todo en una zona plana situada en la entrada. El nombre del sitio se debe a una figura que se podría calificar de simbólica o de animal muy estilizada, que los lugareños asocian a un fierro de marcar ganado. Pero lo más probable es que las pinturas sean anteriores a la introducción del ganado en la zona.

Si en los dos ejemplos anteriores predominan las figuras humanas, en este sitio es todo lo contrario: la mayoría de las representaciones son animales. Se pudo identificar con claridad una representación humana roja y una mano positiva amarilla. Los animales representados identificables son: un mono verde rodeado de coloración amarilla y dos cangrejos. Existen figuras que parecen mezclar atributos humanos y animales. Varias otras representan signos difíciles de interpretar. En el techo del abrigo y en la pared oeste existen varios puntos rojos. El color que predomina es el verde, con algunas representaciones amarillas y rojas. Desconocemos el origen de estos pigmentos.

EL LEVANTAMIENTO DE LAS PINTURAS CON CALCOS PLÁSTICOS

Se realizaron 17 calcos, de los cuales tres abarcan una superficie de más de 2 m en la gruta del Espíritu Santo. En la cueva del Toro, se calcaron las cuatro pinturas más visibles. Los calcos consisten en hojas de plástico transparente sobre las cuales se dibuja con marcadores de colores indelebles, tratando de respetar los colores originales de las pinturas. Se instalan mediante soportes hechos de varillas de madera, teniendo la precaución de que los puntos de contacto con las paredes sean mínimos y no toquen en ningún caso las pinturas. Esta técnica permite a la vez calcar las pinturas sin alterarlas y analizarlas. El hecho de tener que mirar detenidamente las superficies pintadas para reproducirlas permite descubrir representaciones invisibles a simple vista, definir zonas de superposiciones, percibir cambios de coloración, etc. Los calcos se trabajan fotografiándolos en diapositivas; luego se proyectan y se puede reproducir las figuras a la escala deseada volviéndolas a calcar (con papel calco). También se pueden superponer los calcos a las diapositivas de las pinturas tomadas en el sitio y continuar el trabajo de análisis.

MATERIALES RECOLECTADOS DELANTE DEL ABRIGO ROCOSO ESPÍRITU SANTO

El material cerámico parece ser, en superficie, mucho menos abundante que el material lítico (12 tiestos). La mayoría de los tiestos están muy erosionados, como lo observado por Haberland y la cerámica del tipo Obrajuelo ya reconocida por el mismo autor, parece ser efectivamente mayoritaria. Pero también hemos recolectado dos tiestos diferentes: a) un soporte de cuenco decorado con botones, pudiendo corresponder al mismo estilo que los identificados en el área central del país, atribuidos al Postclásico Tardío; b) un borde de vasija del grupo Izalco-Usulután (fase Uapala), fechado del Preclásico Tardío. Estos tiestos evidentemente amplían el panorama de la ocupación humana en el sitio.

El tipo de material arqueológico más abundante es, sin lugar a dudas, el material lítico lasqueado. Se recolectaron 270 piezas líticas en superficie, en una amplia zona delante del abrigo. El estudio tipológico del material aún no se ha podido realizar en su totalidad por falta de tiempo, pero se pudo realizar un reconocimiento de las materias primas utilizadas e identificar por lo menos tres técnicas de trabajo. Se trata en su mayoría de dos tipos de obsidiana (177 piezas, 65%), cuyo origen podría ser local, puesto que existen en la zona pequeños conos volcánicos que pueden originar este tipo de material. Sin embargo existen a una relativa proximidad del sitio, en Honduras, dos fuentes de obsidiana cuya descripción puede corresponder a los dos tipos de obsidiana encontrados en la gruta del Espíritu Santo.

De las piezas recolectadas, 175 parecen corresponder a la descripción de la obsidiana proveniente del sitio de La Esperanza (departamento de Intibucá), situado a 50 km al norte de la unión del río Torola con el río Lempa: «obsidiana de color negro a gris claro, muy transparente con vetas. Su aspecto es granuloso con puntos negros. La corteza es espumosa, irregular y delgada». Las dos otras piezas pueden corresponder a la descripción de otra fuente de obsidiana, situada en Güinope (departamento de El Paraíso), a unos 70 km al noreste del Golfo de Fonseca: «color negro oscuro a gris claro, a veces lisa, no es granulosa y su corteza es delgada, relativamente lisa». Los dos sitios se localizan en Honduras (Nakamura 1991:43).

Un total de ochenta piezas se dividen en las siguientes categorías de materia prima, a saber: jaspe (16), ópalo (8), pedernal (8), cuarzo (14), calcedonia (17), roca caja (16) y lutita silícea (1) (la determinación de las materias primas fue realizada visualmente por el geólogo César Laurito, del MINAE -Ministerio del Ambiente y Energías- de Costa Rica). Las 13 piezas restantes fueron trabajadas en diabasa, un vidrio volcánico más opaco que la obsidiana. El origen de estas categorías de materia prima podría ser local. Existen dos lugares en la toponimia local denominados El Pedernal.

Al norte de Corinto, en el río Torola, pueden observarse cantos rodados de jaspe y de cuarzo. Los cauces de los ríos suelen ser buenas fuentes de materia prima para la lítica, puesto que arrastran pequeños bloques arrancados a los yacimientos que atraviesan.

Además de la lítica lasqueada, se reconocieron morteros, algunos con restos de ocre y un canto rodado con dos muescas, que podría corresponder a una pesa para atarraya o red para pescar.

MATERIALES RECOLECTADOS EN LA CUEVA DEL TORO

La presencia de dos lascas de pedernal micro-retocadas, en superficie, indican una probable ocupación humana del abrigo. La técnica utilizada para la obtención de la lasca, es la presión. Se trata de una técnica de trabajo bastante sofisticada.

PRESERVACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LOS SITIOS

Las grutas del Espíritu Santo y Cueva del Toro son los dos sitios que más riegos de degradaciones corren por ser fácilmente accesibles y conocidos del público. La gruta del Espíritu Santo es la más expuesta. Es urgente de rodear el parque arqueológico donde está situada con una valla sólida y permanente, así como la instalación de un portón de hierro. Se recomienda la presencia de vigilantes las 24 horas. Como primera medida, se sugirió la instalación de una cuerda a pocos metros de las paredes del abrigo, para evitar que los visitantes continúen tocándolas y acelerando el proceso de erosión. Esta medida ya se ha hecho efectiva e impide que los visitantes toquen las pinturas. Desde el mes de marzo 1997, hay dos policías en permanencia en el sitio durante las horas de apertura al público.

La Cueva del Toro es propiedad privada. Sería muy oportuno si el estado pudiera hacerse acreedor de ella y contribuir a su conservación, incluyéndola en el parque arqueológico de Corinto.

Las Cuevas de Los Fierros y de Las Figuras son de difícil acceso, lo que es en sí una buena protección. La cueva de los Fierros no parece correr mayores riesgos de inmediato, en cambio la cueva de Las Figuras ya ha sido alterada por las acciones antrópicas mencionadas anteriormente. Es urgente visitar al dueño del terreno e incitarlo a que no permita que se sigan dañando las pinturas.

CONCLUSIÓN

Hemos presentado los resultados preliminares de este trabajo de investigación que recién se está iniciando. Nos parece indispensable empezar excavaciones arqueológicas en Corinto, cuya ocupación podría ser más compleja que lo presentado por Haberland. Además, cabe señalar que los abrigos del Espíritu Santo y del Toro, nos parecen formar parte de una zona arqueológica más importante, como lo indican varias rocas alrededor del sitio, con cúpulas y surcos artificiales, así como una zona con formaciones geológicas naturales en forma de «hongos». Lastimosamente, por el momento no se cuenta con el financiamiento adecuado.

Como se puede comprobar en el mapa 1, esta es una zona en la que no ha habido investigaciones arqueológicas. El único sitio estudiado es el de Quelepa, a unos 60 km al sur de Corinto.

Se propone también continuar las prospecciones en la región de Morazán y ampliarlas a las zonas de Honduras que son fronterizas. Esta región corresponde culturalmente a la zona Lenca (Chapman 1992:38-51), en el siglo XVI. La finalidad es establecer un mapa de los sitios con representaciones rupestres de la zona, así como la realización de un levantamiento fotográfico.

En el sitio del Espíritu Santo todavía se llevan a cabo ceremonias indígenas, por lo cual nos parece necesario trabajar en colaboración con antropólogos, que nos podrán aportar informaciones sobre las tradiciones orales y los mitos de la zona, los cuales serán de gran utilidad para tratar de interpretar los temas representados.

Las representaciones rupestres centroamericanas son casi siempre objeto de descubrimientos aislados y publicaciones dispersas en revistas. Un estudio regional nos parece en ese sentido sumamente importante. Sería igualmente necesario trabajar en conjunto con los otros especialistas de la zona.

REFERENCIAS

Chapman, Anne M.

1992        Los hijos del Copal y la Candela. Universidad Nacional Autónoma de México, Centre d’Etudes Mexicaines et Centraméricaines, México.

Nakamura, Seichi

1991        Investigaciones arqueológicas en la región de La Entrada, Honduras. Co-publicado por los Servicios Voluntarios Japoneses de Cooperación para el Extranjero y el Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa.

Mapa 1 Sitios arqueológicos de El Salvador

Figura 1 Antropomorfo de perfil del abrigo del Espíritu Santo

Figura 2 Figura humana con penacho del abrigo del Espíritu Santo

Figura 3 Figura humana con penacho del abrigo Cueva del Toro

Figura 4 Gemelos del abrigo del Espíritu Santo

Figura 5 Serpiente del abrigo del Espíritu Santo

Figura 6 Tortuga del abrigo del Espíritu Santo

Figura 7 Mano amarilla positiva con símbolo, del abrigo del Espíritu Santo

Figura 8 Mano negra positiva con símbolo, del abrigo del Espíritu Santo

 

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