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68 El Tajín: Una ciudad del centro-norte de Veracruz – Yamile Lira López – Simposio 11, Año 1997

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Lira López, Yamile

1998        El Tajín: Una ciudad del centro-norte de Veracruz. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1997 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.953-961. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

68

EL TAJÍN:

UNA CIUDAD DEL CENTRO-NORTE DE VERACRUZ

Yamile Lira López

El Tajín, localizada dentro del área de las culturas del Golfo de Veracruz, es actualmente una de las ciudades arqueológicas más grandes e importantes del Estado de Veracruz que se ha podido estudiar intensamente mostrándonos una gran época de apogeo en sus manifestaciones artísticas y arquitectónicas muy particulares.

En las fuentes de los siglos XVI, XVII y XVIII no encontramos mención alguna sobre el sitio. Se empieza a conocer algo de él durante 1785 cuando Don Diego de Ruiz descubre lo que conocemos con el nombre de Pirámide de los Nichos. Entre sus primeros visitantes están Karl Nebel, Teobert Maler, Francisco del Paso y Troncoso, Eduard Seler, entre otros. Se inicia la primera temporada de campo y de investigación arqueológica en 1924, continuándose por cortas temporadas desde 1926. Durante estos primeros años realizaron investigaciones Agustín García Vega, Ellen Spinden, Enrique Juan Palacios, Enrique Meyer y Wilfrido DuSolier. A partir de 1939 hasta 1963, José García Payón realizó trabajos más intensivos en la zona restaurando varios edificios, le siguieron Ramón y Paula Krotser e investigadores del Instituto de Antropología de la Universidad Veracruzana.

Su estudio ha tenido una fascinación muy especial, principalmente por la plástica expresada en las escenas representadas en relieves labrados en piedra. Esta fascinación fue ampliándose cuando se pudo descubrir y restaurar otros edificios de los que se conocían hasta hace algunos años. A partir de 1984 hasta 1995 surge un nuevo interés para realizar investigaciones intensivas y extensivas en el sitio formándose el Proyecto Tajín. Es un proyecto multidisciplinario realizado en colaboración con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, el Gobierno del Estado de Veracruz y la Universidad Veracruzana, dirigido por Jürgen K. Brüggemann y Alfonso Medellín Zenil (q.d.p.), en el cual participaron investigadores del Museo de Antropología y del Instituto de Antropología de esta misma Universidad, cuya finalidad fue la investigación, conservación, consolidación y restauración de la zona arqueológica.

El proyecto fue estructurado en varios programas de trabajo comprendiendo la recolección de superficie en el sitio y en sitios aledaños, estudios de subsuelo, estudios del nivel freático, excavación de pozos estratigráficos, excavación de áreas habitacionales, liberación, restauración y consolidación de grandes estructuras, análisis y clasificación de la cerámica, análisis químico y mineralógico de la cerámica, limpieza y conservación de los relieves y murales, estudio iconográfico de la pintura y escultura, estudio osteológico de los entierros, catalogación de la cerámica, pintura, escultura y arquitectura, etc. Al final del proyecto se restauraron total o parcialmente alrededor de 40 edificios que representan aproximadamente el 40% de las grandes construcciones identificadas en todo el sitio (Figura 1). Se trabajaron intensamente los edificios de la enorme Plaza del Arroyo, seis juegos de pelota de los 17 que se han identificado, la enorme greca denominada la gran Xicalcoliuhqui, varios edificios de Tajín Chico entre los que resaltan el Edificio I con sus hermosos murales y el Edificio Y por la enorme techumbre de argamasa que tuvo. Desgraciadamente el Proyecto tuvo que concluirse oficialmente en diciembre de 1995 logrando gran parte de sus objetivos.

El Tajín significa el gran humo, actualmente se le conoce como la casa de los truenos, traduciéndose libremente como lugar de un conjunto de templos de donde sale humo constantemente, debido a que ahí se quemaba copal.

Está ubicado entre los 200 y 140 m SNM en la llanura costera del Golfo de México, al norte del Estado de Veracruz, entre terrenos montañosos de vegetación exuberante, con intensas lluvias entre junio y octubre. Actualmente se encuentra rodeada de asentamientos y poblaciones de hablantes de lengua totonaca, con patrón de asentamiento disperso al norte y compacto al sur.

El terreno se inicia con un pequeño valle ascendiendo paulatinamente hacia el norte, estando limitado por sus lados este y oeste por grandes cañadas formando la topografía una cuenca o depresión con lomeríos y una gran planicie al sur. En este paisaje se fue erigiendo una gran ciudad aprovechando estos desniveles y espacios para distribuir las distintas secciones de la urbe cuyo centro se ubicó en el valle, sus zonas habitacionales en los lomeríos laterales terraceados y sus áreas administrativas y de gobierno en la parte más alta hacia el norte. De este modo la forma del terreno intervino de manera particular en la definición, construcción y distribución del sitio, sin embargo los edificios no guardan una disposición previamente planificada.

El sitio comprende un área de 1.5 km² en donde se encuentran aproximadamente 168 estructuras distribuidas urbanísticamente en templos, palacios, altares, juegos de pelota, áreas habitacionales, callejones y plazas muy amplias.

Desde el punto de vista constructivo se necesitó una gran inversión de fuerza humana y gran cantidad de material para la formación de esta ciudad ya que se tuvieron que adaptar las construcciones a un pequeño valle y grandes lomas naturales para la edificación de los edificios ubicados en lo que se conoce como Tajín, Tajín Chico y El Complejo de las Columnas. Esto representaba un esfuerzo igual o quizá mayor que la construcción de los edificios mismos por la ubicación de muchos edificios. Es de admirarse la cantidad de material y mano de obra que utilizaron para las construcciones puesto que el interior de unas construcciones es un relleno de piedra bola y otras de tierra apisonada formándose la edificación con lajas cubiertas de estuco.

Artísticamente hablando destaca la escultura en piedra encontrada en tableros, frisos y columnas de aproximadamente 1 m de diámetro por 30 cm de espesor. Los motivos plasmados expresan las ideas y costumbres de los habitantes representadas en las escenas de guerra, de cautivos, ceremonias vinculadas con el juego de pelota, etc. Estas escenas se encontraron igualmente en fragmentos de la cerámica llamada de relieve (Figura 2) y en fragmentos de pintura mural. También existe la escultura en argamasa expresada en cuatro pares de pies de tamaño natural, perfectamente modelados encontrados en el patio interior del Edificio de las Columnas (Figura 3) y en el hallazgo de dos cabezas humanas en el Edificio Y de Tajín Chico. En el aspecto alfarero se encontró gran cantidad de tiestos en los rellenos de los muros, entre pisos, en los techos de argamasa caídos y en la superficie. Todo esto nos habla de diversos oficios: escultores, pintores, alfareros, constructores, arquitectos, albañiles, sacerdotes, administradores y por encima de ellos, el gobernante de El Tajín, el cual tenía su residencia en el Edificio de las Columnas localizado en el extremo norte de la ciudad. La topografía de la zona es propicia para mostrar esta estratificación, ya que fue utilizada la parte más elevada para construir el Edificio o Palacio del Gobernante, así como su gran plaza privada hacia el extremo oeste, en donde evidentemente no tenía acceso la población.

En El Tajín, el elemento principal son los nichos con sus variantes formales. Algunos solo enmarcan un espacio ahora vacío como en el caso del Edificio de los Nichos, que en otro tiempo pudo haber sido ocupado por algún objeto. Otros llevan en su interior un Xicalcoliuhqui, símbolo que se atribuye a Quetzalcoatl. El arreglo de nichos en los diferentes edificios puede ser muy distinto. A veces los cuerpos llevan nichos como en el caso del Edificio 1 y por eso llamado de los Nichos. Otros edificios llevan nichos como remates de la alfarda o elemento adosado a la escalera del edificio, pero de una u otra manera este elemento arquitectónico-decorativo está presente en casi todas las obras arquitectónicas de El Tajín.

Su arquitectura está caracterizada por el talud, nicho, cornisas, muros verticales, columnas, grandes techumbres, contrafuertes, entrelaces y grecas, estilo que está presente en sitios como Corralillos, localizado a unos 12 km de El Tajín y Yohualichan en el Estado de Puebla y quizá en otros sitios alrededor de El Tajín que aún no han sido intensamente investigados. El muro en talud es una consecuencia de construir núcleos macizos rellenos de tierra o piedras y no necesariamente están ligados entre sí con un mortero, en cambio el muro vertical se usó en edificios huecos como los de Tajín Chico. Estos muros a su vez fueron cubiertos con una mezcla de cal con arena y alisados con aplanados para ofrecer una superficie adecuada para la pintura. Algunos edificios fueron pintados de azul o rojo y otros llevaban dibujos policromados donde representaban escenas de la vida ceremonial de los pobladores de El Tajín. Existen pocos indicios acerca de las cubiertas de vanos. En algunos casos de los edificios del Tajín Chico, se utilizaron lajas grandes de areniscas que cubrían un vano de aproximadamente 1 m.

Otros elementos dominantes en la plástica y arquitectura del lugar y que pertenecen al llamado estilo Tajín son el elemento ollin (movimiento), los entrelaces, la Xicalcoliuhqui o greca escalonada en tableros y alfardas, los ojos de volutas asociadas a serpientes emplumadas, al igual que el juego de pelota y los nichos que aportan un juego de luz y sombra que adquiere un carácter simbólico en el Edificio de los Nichos con sus 365 nichos sobre el cuerpo de la pirámide que correspondería a los días del año solar.

No se ha encontrado algún sistema de escritura, sólo relieves y murales en donde se expresan rituales relacionados con el juego de pelota, en donde se representaba la lucha de los contrarios con un carácter cósmico relacionado con el movimiento de los astros, vínculo con la fertilidad, la agricultura y la sobrevivencia del grupo. Se puede decir que la finalidad del juego es la muerte, es un instrumento que sirve para resucitar la vida y para tener el bienestar y la sobrevivencia del grupo. Por otro lado se encuentran escenas históricas en las columnas del edificio de este mismo nombre o Palacio del Gobernador. En éstas encontramos representaciones de sacrificios, ofrendas y nombres de personajes, el glifo de trece conejo que acompaña a varios personajes encontrado también en la cerámica de relieve. Los signos se mezclan con símbolos, elementos figurativos que indican ideas religiosas comunes a toda Mesoamérica: la dualidad, movimiento, vida y muerte.

La pregunta obligada al ver tanto esplendor es ¿quiénes fueron los constructores?, ¿qué cultura fue la creadora de tanto trabajo en una región en donde la generalidad de los asentamientos se localizan en montículos de tierra apisonada?

Con base en las evidencias arqueológicas nos pudimos dar cuenta que la duración del sitio no era tan larga como se había planteado. El sitio en si muestra un lapso de vida relativamente corto, se puede decir que la ciudad tuvo su florecimiento en el Clásico Tardío, prolongándose hasta el Postclásico Temprano (800-1150 DC), siendo abandonada a finales de este periodo. Es un lapso de vida relativamente corto pero de una intensa actividad constructiva, como se puede ejemplificar en los pozos estratigráficos. Los edificios muestran generalmente dos construcciones sobre la primera, sin mayores modificaciones, realmente son pocos los adornamientos, básicamente es el mismo edificio sobrepuesto sin espacios de rellenos.

El sitio tiene un estilo muy particular y local que nos permite hablar de una cultura de El Tajín, cuyos diferentes aspectos de expresión de una cultura son muy homogéneos.

A pesar de que se han detectado en los alrededores sitios cronológicamente anteriores a El Tajín con materiales cerámicos relacionados con el Preclásico, en El Tajín no se encontró ninguna evidencia de materiales de ese periodo. Aún no sabemos claramente como se fue formando ni de donde provienen sus pobladores, quizá esos pueblos aledaños fueron conformando la ciudad que ahora conocemos. Más difícil aún es explicar su abandono puesto que no hay evidencia alguna de posibles guerras o hambrunas.

Su inicio se puede identificar como una fase pre-urbana en el grupo conocido como Plaza del Arroyo al Sur del sitio, en donde cuatro edificios forman una gran plaza. Se va conformando paulatinamente, pero intensamente, en una urbe identificándose áreas administrativas, de gobierno y habitacionales. Tenemos así las áreas ceremoniales en el centro del sitio, la zona habitacional en los lados, la zona residencial o administrativa separada de una barrera arquitectónica limitando el acceso y en la cúspide se encuentra el Palacio del Gobernador desde donde se aprecia y domina toda la ciudad y sus alrededores.

En su última fase se levantaron edificios en donde había espacios libres sin seguir una traza homogénea. Después de su inexplicable abandono tuvo una reocupación ocasional como lugar sagrado, en una época Post-Tajín, fue quizá una necrópolis por los diferentes entierros encontrados sobre las calzadas y sobre los edificios.

En cuanto a la alfarería encontramos una preferencia por la elaboración de vasijas burdas en grandes cantidades. La cerámica es muy homogénea y no se identificaron gran variedad de tipos cerámicos. La gran mayoría de los tipos cerámicos locales son burdos en los cuales se logran distinguir claramente atributos específicos en la forma, decoración y composición química que nos permiten definirlos como característicos de éste sitio o como el grupo de referencia de la cerámica burda elaborada localmente en El Tajín. Se reconoce un uso a gran escala de materia prima local para las cerámicas burdas que son las que definen en sí al sitio. Tipos cerámicos burdos como el designado Bandas Ásperas (Figura 4) y el Café Rojizo Pintado Doméstico, el Baño Anaranjado Rojizo Pulido y el Negro Pulido (estos dos últimos con un mejor acabado pulido), se han encontrado en todo el sitio, tanto en la zona habitacional, asociados a entierros, de relleno de los edificios o usadas como mezcla en los techos de argamasa, en los niveles más profundos y en los entierros de la fase Post-Tajín.

La cerámica fina encontrada en El Tajín no presenta los estilos característicos de la cerámica burda local. Se presentan tipos como el Negro sobre Crema de pasta fina y el Negro sobre Rojo de pasta fina (Figura 5), que se asocian con tipos semejantes característicos de la zona Huasteca. Por otro lado, se identificaron tipos como el Quiahuiztlan (Figura 6) y el Tres Picos de pasta crema fina y otros como la Anaranjada Fina que se difundió ampliamente por toda la Costa del Golfo, tipos que son característicos para la zona costera del Centro de Veracruz asociados al periodo Postclásico Temprano.

Nos queda mucho por decir; los estudios sobre El Tajín después de casi 11 años de trabajo de campo, aún continúan. Definitivamente los límites del sitio aún no se han definido. Es un centro ceremonial, sede de gobierno y de asentamiento puesto que sus construcciones así nos lo indican. Se puede deducir que esta fue una ciudad que administró una región muy grande. Hay que concebir que para tener un desarrollo como el que tuvo, debió haber tenido también un eficiente sistema administrativo, que se apoyó notablemente en la religión y en el comercio, además de haber tenido un poderoso aparato bélico. La Pirámide de los Nichos, atestigua lo religioso; La Plaza del Arroyo, concebida como mercado, evidencia lo comercial; El Tajín Chico, como área administrativa civil; los 17 juegos de pelota, como el recurso oracular; los relieves sobre las columnas, hablan claramente sobre la cuestión bélica y El Edificio de las Columnas, sobre la residencia del Gobernante.

Definitivamente fue un centro religioso de gran importancia en la región. Seguramente fue un lugar importante en el comercio entre las poblaciones del norte de Veracruz. Sin embargo, un estudio posterior de sitios aledaños a El Tajín es necesario para definir con mayor certeza el papel que desempeñó en el desarrollo histórico de esta área del México Antiguo.

Figura 1 Croquis del sitio arqueológico del El Tajín

Figura 2 Fragmentos de cerámica con relieves del tipo Baño Negro Pulido, encontrados durante la

liberación del Edificio de las Columnas

Figura 3 Pies descubiertos en el patio interior del Edificio de las Columnas

Figura 4 Olla del tipo Bandas Ásperas

Figura 5 Vasijas del tipo Negro sobre Rojo de pasta fina

Figura 6 Cajetes o cuencos del tipo Quiahuiztlan

 

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