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Barrientos, Tomás, Arthur Demarest, Ronald Bishop y Federico Fahsen
2001 Redescubriendo Cancuen: Nuevos datos sobre un sitio fronterizo entre las Tierras Bajas y el Altiplano Maya. En XIV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2000 (editado por J.P. Laporte, A.C. Suasnávar y B. Arroyo), pp.496-513. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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REDESCUBRIENDO CANCUEN:
NUEVOS DATOS SOBRE UN SITIO FRONTERIZO
ENTRE LAS TIERRAS BAJAS Y EL ALTIPLANO MAYA
Tomás Barrientos
Arthur Demarest
Ronald Bishop
Federico Fahsen
Cuando el sitio de Cancuen (Figura 1) fue descubierto en 1905 por el explorador austríaco Teobert Maler (Maler 1908), las condiciones imperantes en aquella época hacían que el descubrimiento de un sitio fuera una tarea ardua, y a veces hasta romántica y aventurera. Pocos medios de transporte y barreras naturales de todo tipo era lo que principalmente tenían que superar estas expediciones. Diez años después, Morley lo visitó de nuevo y en su obra The Ancient Maya se menciona como un sitio pequeño y centro de Clase 4 (Morley 1937:79, 352). No fue sino hasta 1967, que un equipo del Proyecto Ceibal de la Universidad de Harvard hizo una visita más formal que identificó el palacio del sitio (Tourtellot, Sabloff y Sharick 1978).
Durante el Proyecto Petexbatun, Cancuen entró de nuevo en los intereses de la arqueología con el descubrimiento del Panel 19 de Dos Pilas (Demarest 1997), que indicaba la alianza de un sitio importante como Dos Pilas con un sitio de menor importancia como Cancuen (Demarest et al. 1991; Mathews y Willey 1990). En 1999 y ahora en el año 2000, 95 años después del descubrimiento de Maler, Cancuen se está redescubriendo (Demarest y Barrientos 2000).
Estamos en una nueva etapa en la arqueología guatemalteca, los proyectos de investigación ya no han confrontado barreras naturales para sus propósitos, sino sociales. Las facilidades de comunicación, transporte y obtención de mano de obra hacen que el trabajo arqueológico se desenvuelva con mayor rapidez y objetividad que antes, pero al mismo tiempo hace que ésta ya no sea una tarea aislada de la realidad de un país. La mayoría de proyectos arqueológicos, sino todos, han tenido que confrontar una serie de situaciones que nos indican que la población se ha involucrado cada vez más y es necesario ahora por parte de comunidades e investigadores, la discusión de conceptos relacionados con la propiedad y derechos sobre el patrimonio cultural, así como las obligaciones y colaboración para su conservación. Los proyectos arqueológicos ya no deben tener una estancia efímera en una región, sino deben llevar a la concientización y desarrollo de comunidades, que son las que destruyen o protegen el patrimonio.
Desde la pasada temporada de campo se sentaron las bases para planificar un estudio intensivo del área del alto Pasión y la frontera con el Altiplano (Figura 2). Antes de este año ya se tenía un mejor conocimiento del sitio en general, así como su estado de conservación, ya que en la primera temporada se empezó un programa de sondeos en el epicentro y áreas residenciales, dirigidos a establecer la cronología y secuencia de ocupación. También se comenzó un registro de otros sitios de la región y un programa de desarrollo y cooperación con las comunidades locales (Demarest y Barrientos 1999). La segunda temporada llevada a cabo en el presente año, continuó con los objetivos generales, y se empezaron a tratar cuestionamientos más específicos que surgieron a partir de los primeros resultados, como la relación de Cancuen con otros sitios y el papel que jugó en los eventos más importantes de las Tierras Bajas y Altiplano.
A partir del mes de marzo del presente año se empezó la construcción de un campamento formal adyacente al área protegida de Cancuen, y durante los meses de abril, mayo y junio, se llevó a cabo la temporada de campo. El equipo de investigadores fue dirigido por Arthur Demarest y Tomás Barrientos, y se contó con la participación de los estudiantes de doctorado de la Universidad de Vanderbilt Matt O’Mansky, George Higginbotham, Brigitte Kovacevich y Michael Callaghan. Dentro del personal guatemalteco se contó con Luis Fernando Luin y los estudiantes Lucía Morán y Alejandro Seijas de la Universidad del Valle de Guatemala. También se contó con la colaboración de Ronald Bishop, Erin Sears, Cassandra Bill y Federico Fahsen. Para realizar esta temporada se definieron objetivos que incluyeron la ampliación del mapa del sitio, un programa de investigaciones epigráficas, excavaciones de sondeo en áreas residenciales y darle continuidad al trabajo de interacción con las comunidades del área.
MAPA TOPOGRÁFICO Y RECONOCIMIENTOS
Se realizaron varios recorridos y limpieza de brechas dentro del área protegida de Cancuen y a los alrededores de ésta, lo que resultó en el registro de estructuras residenciales que no habían sido localizadas anteriormente (Figura 3). Esto se realizó con una Estación Total y AutoCAD. Este trabajo ha definido las características topográficas del sitio, que en su mayoría se encuentra dentro de una península o meandro que forma el río Pasión. Las áreas ocupacionales se localizan en elevaciones rodeadas de bajos que se inundan cuando el río crece en la temporada lluviosa. En el área del epicentro se han identificado basamentos que elevan aún más las estructuras importantes y dos arroyos modificados que sirven de drenaje en los límites norte y sur.
De acuerdo a la topografía natural, el sitio se asentó principalmente en la parte este de la península y hacia el norte, las estructuras residenciales continúan bordeando el río. Este patrón lineal, con un eje aproximado norte-sur, abarca entre 2 y 3 km largo por 1 km de ancho, resultando así en un área total del sitio de alrededor de 2.5 km². A lo largo del sitio se han identificado tres puntos propicios para la entrada de embarcaciones, por lo que es muy posible que allí hayan existido muelles que sirvieron como entradas al sitio.
Hasta el momento se ha completado el mapa de todas las estructuras ubicadas al sur del epicentro, que suman un total de 200. Conjuntamente con las 38 estructuras dentro del centro ceremonial, conocemos hasta ahora 238 estructuras en el sitio (Figura 4). De acuerdo a los recorridos realizados, pensamos que esta cantidad representa únicamente un tercio del total de estructuras en el sitio, por lo que Cancuen debe definirse junto a Ceibal y Dos Pilas, como uno de los sitios más grandes conocidos hasta ahora en el área del río Pasión. Otra tarea de suma importancia para esta temporada fue la elaboración del mapa detallado del epicentro. Se descubrieron importantes estructuras y otros rasgos como plataformas e incluso hasta la posibilidad de muros defensivos. También como parte del trabajo de mapeo se han marcado nuevamente los límites originales de la reserva arqueológica, ya que debido al abandono en el que estaba, y por la acción de finqueros y familias invasoras, varias partes del cerco que lo delimitaba habían desaparecido. Como medida protectora se está colocando un cerco nuevo de acuerdo a los límites originales que se definieron por parte del IDAEH, y el desalojo de invasores dentro del área protegida.
En el transcurso de la temporada también se registraron algunos sitios que se localizan en los alrededores de Cancuen y en otras áreas más cercanas al altiplano. Uno de éstos se localiza inmediatamente al suroeste del caserío El Zapote, que contiene un epicentro con estructuras de gran tamaño que llegan a sobrepasar los 5 m de altura. En los alrededores de la población de Raxruha, un sitio contiene unas 70 estructuras, y se tiene conocimiento de la existencia de otros sitios entre Raxruha y Cancuen, a inmediaciones de las poblaciones de La Isla, La Unión y Secortez (Figura 2).Como parte del programa de reconocimiento regional se ha empezado a registrar la existencia de materiales y otro tipo de evidencia arqueológica en cuevas, especialmente la ubicadas en la Sierra de Chinaja y el sistema de Candelaria (Adams y Brady 1994; Carot 1982, 1989; Pope y Sibberensen 1981; Dillon 1978). En Candelaria se reconocieron algunos materiales arqueológicos idénticos a los de Cancuen, por lo que se tiene planificado investigar más a fondo las relaciones entre ambos lugares. Por el momento pensamos que existe evidencia prehispánica de usos rituales en dichas cuevas por los habitantes del área e incluso la posibilidad del control al acceso a estas cuevas por parte de la entidad política de Cancuen.
ESTUDIOS EPIGRÁFICOS
Otra de las bases sobre la cual se ha empezado a diseñar la investigación e interpretación de Cancuen ha sido el estudio de textos en monumentos del sitio. Dado a que toda la escultura conocida en el sitio ha sido saqueada, la investigación epigráfica ha empezado con la tarea de localizar los monumentos en colecciones privadas o sino fotografías y dibujos de estos. Los resultados detallados de dicha investigación se presentan en el artículo de Fahsen y Demarest en este volumen, pero hay que destacar que los datos epigráficos han cambiado en gran parte la visión general del sitio.
Las primeras referencias al glifo emblema del sitio se remontan hasta el Clásico Temprano, en tres monumentos del sitio de Tres Islas, localizado al norte de Cancuen, y entre éste y Ceibal y Machaquila. El contexto de las inscripciones en Tres Islas está asociado a personajes con atuendos y símbolos teotihuacanos (Figura 5), por lo que Cancuen y la región del Alto Pasión en general estuvieron involucrados con la influencia teotihuacana en Tierras Bajas. La posición cercana y transicional con el Altiplano hace que Tres Islas y Cancuen también hayan jugado un importante papel en la influencia teotihuacana presente en Kaminaljuyu, especialmente si dicha influencia presentó movimientos desde las Tierras Bajas o viceversa (Fahsen 1999).
Por otro lado, un panel proveniente de Cancuen (Figura 6) y que cuenta más de 160 glifos también ha proporcionado información muy importante sobre las relaciones políticas y alianzas a principios del Clásico Tardío (Fahsen 2000). En dicho texto se mencionan varios gobernantes de Cancuen del siglo VII DC, quienes fueron patrocinados por personajes de Calakmul, uno de los sitios más importantes para esa época. De singular importancia es también el uso del glifo emblema de Machaquila junto al de Cancuen, indicando así relaciones estrechas entre ambos sitios. Entre los textos asociados a Cancuen durante los inicios del Clásico Tardío también cabe destacar la escalinata jeroglífica y cuyo texto, aunque incompleto, menciona eventos desde mediados del siglo VII hasta principios del siglo VIII (Fahsen 2000). Otra referencia muy importante se encuentra en el Panel 19 de Dos Pilas que menciona a la “Mujer de Cancuen” como esposa del Gobernante 3 de dicha ciudad (Houston y Stuart 1990).
De acuerdo con la nueva visión de Cancuen, dicho matrimonio fue muy conveniente para Dos Pilas, ya que significó la alianza con un reino más antiguo y con más prestigio. En Cancuen, es interesante que dicha mujer se le menciona únicamente una vez en la escalinata jeroglífica y solamente se ha encontrado una referencia al reino Dos Pilas (Fahsen 2000). En la parte final del Clásico Tardío, el Altar 1 y las Estelas 1 y 2 muestran a un gobernante de esta época. Para este momento, los gobernantes de Cancuen utilizan títulos K’ul Ahaw utilizando los glifos emblema de Cancuen y Machaquila, indicando así la creación de gobierno mancomunado o de capitales gemelas entre ambos sitios. La última fecha registrada data del año 800 DC y de acuerdo a la secuencia cronológica del epicentro, dicho periodo de tiempo encaja bastante bien con las últimas construcciones.
CRONOLOGÍA Y SECUENCIA CERÁMICA PRELIMINAR DE CANCUEN
Las excavaciones en Cancuen únicamente han revelado materiales fechados para el Clásico Tardío, y no se ha encontrado ninguna evidencia correspondiente al Clásico Temprano, cuando el reino asociado al glifo emblema de Cancuen se ubicó en Tres Islas. Los datos preliminares sobre la secuencia de ocupación del sitio indican que los niveles más antiguos reconocidos hasta ahora contienen tipos fechados para la fase Tepeu 2 de las Tierras Bajas. Los mejores datos de la secuencia ocupacional del sitio provienen de contextos sellados en la secuencia constructiva del Palacio, específicamente en el patio sureste. Bajo una serie de rellenos y pisos de excelente calidad, se pudo recuperar parte de un basurero que contuvo una buena muestra de tiestos policromados del grupo Saxche-Palmar y otros estilos como el Códice, que son propios de la primera parte de la fase Tepeu 2. Los niveles más tardíos muestran una reducción significativa en este tipo de cerámica y un cambio hacia tipos tardíos de Tepeu 2, de carácter más utilitario. En las áreas residenciales excavadas al sur del epicentro (Figura 4), la ocupación ha sido fechada para finales del Clásico Tardío, y al igual que en el palacio, se recuperaron tipos característicos del siglo VIII DC. Algunos tipos como Naranja Fino recuperados en unidades habitacionales extienden la secuencia de ocupación hasta el Clásico Terminal.
A pesar de haber identificado tipos conocidos para fechar la ocupación de Cancuen, el componente cerámico del sitio muestra características muy propias. En primer lugar, es muy notoria la ausencia casi total de tipos utilitarios característicos de las Tierras Bajas, especialmente los cántaros estriados y algunas formas del grupo Tinaja. Por otro lado, la cerámica utilitaria presenta tipos locales de otros presentes en las Tierras Bajas y algunos sin precedentes. Estos son ollas grandes con decoración punzonada y engobe naranja en el interior, cuencos con decoraciones modeladas y cuencos con borde hacia afuera y sin decoración. En cuanto a las relaciones con otros sitios del Pasión, sí estuvieron presentes tipos comunes, especialmente Pantano Impreso (Valdés et al. 1993). Desde el punto de vista ceremonial, también es interesante la alta ausencia de incensarios Miseria tanto en contextos domésticos como elitistas.
INVESTIGACIONES EN EL PALACIO Y EN EL EPICENTRO
La característica principal de Cancuen es el palacio único y monumental, por lo que su estudio es básico para entender el desarrollo de los procesos culturales del sitio. Ante tal situación, las investigaciones en este edificio han sido de tipo preliminar, enfocadas mayormente en un registro detallado y pozos de prueba en áreas de plaza (Demarest y Barrientos 2000).
El palacio es principalmente una construcción tipo Acrópolis que cubre un área de 250 x 125 m (Figura 7). En su parte principal, cuenta con 11 agrupamientos de estructuras de forma rectangular formando patios a distintos niveles. La calidad de construcción de estos edificios es excelente, y se ha calculado que en total, la acrópolis contiene alrededor de 170 cuartos abovedados. Creemos que por lo menos la mitad de estos están en un estado intacto, ya que muchos son visibles.
El área del palacio se amplía en sus lados sur, este y oeste, ya que está delimitada por tres áreas de plazas delimitadas por estructuras de gran tamaño. La mayor de éstas es la Plaza Este, que contiene evidencia de otros 40 cuartos abovedados. Al lado oeste se localizan tres estructuras separadas, dos de ellas seguramente de tipo residencial. Estas se empezaron a excavar por Lucía Morán y Erin Sears, y en el transcurso de la temporada se llevó a cabo limpieza de escombro e identificación de muros y esquinas, lo que reveló una gran calidad arquitectónica y evidencias de cámaras con bóveda.
En esta temporada también se concluyó el programa de pozos de prueba en áreas de plaza, por lo que hasta este momento ya se tiene un registro de la secuencia de pisos en cada patio y muestras de cerámica asociada a éstos. Estas excavaciones revelaron de nuevo una gran calidad en la arquitectura del palacio, con diferentes tipos de rellenos y pisos estucados sin precedentes en la zona. En el patio sureste, por ejemplo, se identificó un relleno impresionante compuesto de piedrín y pisos de estuco de más de 10 cm de grosor. Además, fue en esta área donde se reveló la existencia de una posible subestructura, y un basurero de cerámica fina fechados para el siglo VII y la primera mitad del siglo VIII DC. Las otras excavaciones revelaron que la mayor parte de las construcciones en el palacio se fechan para la segunda mitad del siglo VIII DC e incluso hasta principios del siglo IX. Otras excavaciones realizadas por Alejandro Seijas hacia el noroeste del palacio también revelaron depósitos cerámicos que sugieren una ocupación para el Clásico Terminal.
La existencia de un Palacio de tal magnitud en Cancuen también ha motivado la interpretación de su función, ya que este sitio también se caracteriza por la notable ausencia de templos monumentales (Figuras 8 y 9). Creemos que es poco probable que el palacio haya funcionado solamente como área residencial. De acuerdo los datos que relacionan al sitio con otros reinos importantes de Tierras Bajas y al control de rutas de comercio, es muy posible que el palacio haya representado un foco de poder político y económico, donde se llevaron a cabo alianzas, visitas de personajes importantes y otras actividades afines.
Otras investigaciones en el epicentro de Cancuen se enfocaron en la búsqueda de monumentos nuevos y otros anteriormente registrados. El hallazgo más notable fueron dos estelas y un altar lisos en la esquina sureste de la Estructura C-24. Una de ellas, la Estela 13, es el mayor monumento descubierto hasta ahora en el sitio con una longitud de 4.50 m, y presentó la parte superior en el ya conocido estilo de Cancuen. El Altar I también presentó el estilo cónico característico del sitio.
INVESTIGACIONES EN LAS ÁREAS RESIDENCIALES
La mayor parte de las excavaciones llevadas a cabo en la pasada temporada se enfocaron en el área residencial ubicada al sur del epicentro. En esta parte del sitio se pudieron identificar y mapear alrededor de 200 montículos residenciales, en 20 de los cuales se colocaron pozos de prueba. Estas excavaciones de sondeo se ampliaron en cuatro unidades habitacionales debido la presencia de frecuencias y tipos de artefactos notablemente particulares.
En general, las viviendas excavadas mostraron un patrón bastante peculiar, definido por la presencia de patios exteriores hechos con lajas. Estos rasgos estuvieron asociados a la presencia de herramientas y basureros, por lo que han sido interpretados como áreas de actividad y producción doméstica. En algunos casos, hay evidencia de producción de artefactos líticos, dada la alta concentración de desechos, mientras que otras unidades habitacionales muestran altos porcentajes de herramientas con relación a los desechos, posiblemente evidenciando el uso de herramientas en otro tipo de actividades. Lo que llama bastante la atención es la alta frecuencia de bienes de prestigio en estos contextos residenciales. Las excavaciones y análisis de estas áreas de actividades se presentan con más detalle en el artículo de Kovacevich et al. (en este volumen).
En dos viviendas se encontró evidencia que sugiere el trabajo de jade, especialmente un bloque de jade en bruto con marcas de corte. Otro material que se encontró en cantidades considerables fueron espejos de pirita y bases de espejo de cerámica o piedra arenisca. No podemos asegurar que estos materiales fueron para consumo propio, ya que es muy probable que hayan sido para el consumo de los grupos que conformaron la elite. Esto no implica que hayan existido especialistas de tiempo completo al servicio de la elite, ya que el papel de la elite en esta producción a baja escala pudo limitarse únicamente a la obtención de materias primas provenientes de los sistemas de intercambio a larga distancia.
Aún con esto, creemos que los artesanos en esta parte del sitio tuvieron un status bastante alto, no solamente por su cercanía al epicentro o los artefactos que pudieron fabricar, sino por la evidencia recuperada en los entierros. Se recuperó un total de 10 entierros en buena condición, cuyas ofrendas nos dan indicios de los artefactos que eran de su pertenencia. A este respecto, creemos que las figurillas recuperadas en contextos funerarios son los mejores marcadores de un status alto. Los ejemplares recuperados, especialmente en el Entierro 7, excavado por Lucía Morán, muestran un alto grado de manufactura y decoración sin precedentes en toda la región del río Pasión. Las figurillas, que están siendo analizadas por Erin Sears, contienen estilos y motivos iconográficos propios de las Tierras Bajas, y en la muestra de Cancuen predominan retratos de guerreros, con algunos ejemplos de jugadores de pelota, mujeres y animales. Otra característica peculiar son los tocados, máscaras, cascos o sombreros removibles, y algunos tipos de tocados se asemejan a otros casos en las regiones del Usumacinta, Pasión y Chixoy, y sitios como Palenque, Jonuta y Comalcalco. La manufactura de las figurillas más elaboradas combinó técnicas de moldeado, modelado y aplicado, mientras que los ejemplos más sencillos fueron hechos con moldes y moldeado a mano.
PROGRAMAS DE COOPERACIÓN Y DESARROLLO DE LAS COMUNIDADES LOCALES
A lo largo de dos años de trabajo en la región del alto Pasión nos hemos dado cuenta que la interacción apropiada con las comunidades locales es vital no solo para la investigación, sino también para la conservación de Cancuen y la zona arqueológica en general. Para el proyecto Cancuen ha sido importante la elaboración de convenios de cooperación con la comunidad de El Zapote en Sayaxche, y otras como La Unión en Chisec, ya que nos ha permitido ofrecer una alternativa económica y al mismo tiempo estimular el interés hacia la conservación del patrimonio cultural y natural.
A partir del año pasado se contó con un sistema de vigilancia que involucró a los mismos miembros de la comunidad, y desde entonces se han definido los parámetros necesarios para la responsabilidad del cuidado y protección del sitio. Estas acciones también van dirigidas para la implementación de programas a largo plazo que buscarán la incorporación de la zona a las actividades turísticas y otras alternativas económicas para las comunidades. Ahora bien, al empezar estas actividades de interacción también se han evidenciado ciertas problemáticas para el desarrollo de proyectos a corto y largo plazo. Uno de los principales obstáculos son los conflictos internos y la falta de una autoridad formal en muchas comunidades, lo que origina la formación de facciones o distintos grupos de poder antagónicos.
Por otro lado, en estas regiones todavía puede evidenciarse un clima de desconfianza e inseguridad que son reminiscencias del pasado conflicto armado. Dentro de este marco, los proyectos arqueológicos tienden a verse como la intrusión de personas ajenas y extranjeras con el único propósito de buscar riquezas o robo del patrimonio de las comunidades. Otra barrera parte de la concepción de los proyectos como fuente ilimitada de recursos, y resulta muy difícil la presentación de programas a largo plazo que no ofrecen soluciones inmediatas a los problemas locales. Con todo esto en mente, el desarrollo de la pasada temporada fue planeado con un componente mucho más fuerte en lo que respecta a la interacción con las comunidades. Resultó altamente necesaria la participación en actividades que involucraran al personal del proyecto con los diferentes grupos de poder en la comunidad, así como la continuación de los esfuerzos de concientización acerca del valor del patrimonio arqueológico. Al final, podemos decir que el desarrollo futuro del proyecto se basa en un compromiso ante los habitantes de la región, que unifique los intereses de todos los grupos y busque no solamente el mejor conocimiento arqueológico, sino ofrecer y desarrollar una forma viable de explotación de este tipo de recursos.
CONCLUSIONES
Hasta ahora, podemos decir que los datos reflejan que Cancuen fue un sitio de gran importancia en la parte sur de las Tierras Bajas, que se basó principalmente en su posición geográfica, clave para el control de rutas de intercambio de larga distancia provenientes de las Tierras Altas (Adams 1978; Arnauld 1987; Thompson 1964). La hegemonía del reino Cancuen en esta zona se remonta hasta los inicios del Clásico Temprano, cuando el sitio de Tres Islas pudo funcionar como la capital regional, evidenciado por la presencia de los glifos emblemas de Cancuen y Machaquila en sus monumentos (Fahsen 1999, 2000). Durante el Clásico Tardío, ya se tienen evidencias de ocupación en Cancuen, así como relaciones con uno de los sitios más importantes de las Tierras Bajas, Calakmul. Por ello es difícil creer que no hubo una ocupación más temprana en Cancuen, si para el siglo VII DC ya se estaban dando relaciones políticas de este tipo. Aparte de la información epigráfica, no sabemos casi nada sobre del sitio durante la primera parte del Clásico Tardío, con excepción de los depósitos más antiguos en el patio sureste del palacio.
La mayoría de la evidencia recuperada hasta el momento corresponde al siglo VIII DC y principios del siglo IX DC. Para este momento, Cancuen experimenta un auge impresionante reflejado en la construcción del palacio monumental y un gran número de unidades residenciales cercanas al epicentro. Este fenómeno está asociado a alianzas políticas con sitios distantes como Calakmul y otros del área de la Pasión como Dos Pilas, que reflejan el interés de las entidades políticas más poderosas de la época por mantener cierto control o acceso al comercio que pasaba desde el Altiplano vía Cancuen (Martin y Grube 1995; Demarest 1997; Demarest y Barrientos 1999). Es interesante también la ausencia de registros de guerras en esta área, reflejando así un menor énfasis en la búsqueda de status ritual y posiblemente intereses de tipo más económico. La construcción del palacio también parece indicar la importancia de actividades comerciales y diplomáticas con relación a las rituales, ya que las estructuras con numerosas habitaciones pudieron funcionar para el establecimiento de alianzas y tratados. Desde el punto de vista ritual, la evidencia tampoco indica una ausencia de este tipo de actividades, ya que en el sitio se localizan oratorios pequeños y se han evidenciado rituales en los sistemas de cuevas como Candelaria y en los cerros cercanos que se asemejan a los templos de otros sitios (Carot 1982, 1989).
En comparación con los otros sitios de la zona, los procesos de expansión en Cancuen son bastante tardíos y pueden estar directamente relacionados con los acontecimientos que sucedieron en la región del Pasión en general. Es muy posible que la caída de Dos Pilas y el surgimiento de guerras entre otras ciudades de la zona, hayan causado migraciones de poblaciones hacia al sur, creando un rápido crecimiento arquitectónico y demográfico en Cancuen (Demarest y Escobedo 1997). Dicho florecimiento estaría basado entonces en la llegada de poblaciones de refugiados huyendo de conflictos que ocurrieron al norte, y en una estabilidad apoyada por contactos con otros grupos del Altiplano. Los datos indican que el esplendor de Cancuen continuó hasta principios del siglo IX DC, cuando compartió con Machaquila el dominio del sur de las Tierras Bajas. De acuerdo a la epigrafía, parece que el colapso llegó a Cancuen un poco antes que a Machaquila, por lo que es posible que éste haya quedado como capital regional hasta la parte final del Clásico Terminal (Fahsen 2000).
Todavía queda mucho material por analizar y una cantidad inimaginable de aspectos de la zona de Cancuen por investigar en el futuro. Las siguientes temporadas se enfocarán en la continuación de los sondeos al oeste y norte del sitio, especialmente hacia la búsqueda de evidencias de ocupación más tempranas y más datos sobre la ocupación al final del Clásico. Al mismo tiempo, se continuará el registro de sitios secundarios y la excavación de pozos de prueba para definir el tipo de patrón de asentamiento y relaciones regionales. En el palacio, se empezará la limpieza y excavación en algunas estructuras, y posiblemente la consolidación de algunos muros y cámaras con bóvedas. Además, se continuará con la excavación intensiva de estructuras residenciales del epicentro y área sur.
En cuanto al análisis de artefactos cerámicos, se investigarán las fuentes de barro de la región y se harán análisis de activación de neutrones, así como la comparación con colecciones de otros sitios para comprobar patrones de migración o identificación de poblaciones. Como complemento se analizarán los restos óseos para determinar similitudes con muestras de otros sitios y otro tipo de datos útiles para la interpretación de los habitantes del sitio. Finalmente se continuará el trabajo con las comunidades de la región, especialmente en busca de programas de cooperación y desarrollo a largo plazo, para así asegurar la conservación y explotación adecuada de la zona arqueológica. El proyecto seguirá con sistemas de guardianía de sitios en cooperación con las comunidades vecinas. En resumen, el inicio de las investigaciones en Cancuen, el Alto Pasión y la zona intermedia entre el Altiplano y las Tierras Bajas ha sido más que prometedor, ya que significa el redescubrimiento de una región Maya, recordando la emoción y romanticismo de hace cien años.
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a las instituciones que proporcionaron los fondos necesarios: National Geographic Society, Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies (FAMSI), Instituto de Estudios Arqueológicos Mesoamericanos de la Universidad de Vanderbilt y la American Philosophical Society. Cabe también mencionar toda la ayuda prestada por el Dr. Amílcar Bojórquez para la construcción del campamento y el permiso para excavaciones en su propiedad.
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Figura 1 Localización del sitio arqueológico Cancuen
Figura 2 Mapa de la región de Cancuen con poblaciones y otros sitios arqueológicos
Figura 3 Mapa topográfico del sitio Cancuen con plataformas de residencias, palacio central y límites
formados por el río Pasión
Figura 4 Área del Palacio y residencias de artesanos y trabajadores de la corte real
Figura 5 Estela 1 de Tres Islas con el rey de Tres Islas-Cancuen vestido como guerrero Mexicano
(dibujo preliminar por Ian Graham)
Figura 6 Porción de un nuevo panel de Cancuen que describe una parte de la historia del reinado de
Cancuen-Machaquila (dibujo preliminar por Linda Schele)
Figura 7 Planta preliminar del Palacio Real de Cancuen
Figura 8 Vista reconstructiva del Palacio de Cancuen (dibujo preliminar por L.F. Luin)
Figura 9 Vista reconstructiva de la parte este del Palacio (dibujo preliminar por L.F. Luin)