Descargar este artículo en formato PDF
Torres, Carlos Rolando
2002 Aportes al dualismo Maya. En XV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2001 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y B. Arroyo), pp.774-775. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
66
APORTES AL DUALISMO MAYA
Carlos Rolando Torres
De los sitios arqueológicos que existen en el área Maya en Petén, Guatemala, son pocos los que presentan características constructivas visibles. Estas características incluyen un templo frente a otro, tres templos localizados sobre una acrópolis, estructuras formando una plaza cerrada, templos con cinco (5), siete (7), nueve (9), once (11), y trece (13) escalones; templos con cinco (5) y nueve (9) cuerpos; palacios de tres (3), cinco (5), siete (7), nueve (9), once (11), y trece (13) puertas.
Diversas investigaciones han demostrado que la base del desarrollo de la cultura Maya fue la observación constante durante cientos de años de los movimientos aparentes del sol.
Inicialmente se conoce la unidad que rige la vida del hombre sobre la tierra representada por una estructura al centro de una plaza, siendo un ejemplo la Estructura 5C-54 de Mundo Perdido en Tikal.
El número dos (2), base del pensamiento dualista de la cultura Maya, aparece representado por dos estructuras localizadas una al este y la otra al oeste frente a frente, como por ejemplo, los campos del juego de pelota.
El número tres (3), con la misma cantidad de estructuras sobre una acrópolis, representa el este y el oeste, y el eje imaginario del centro del sol al medio día con el centro de la tierra, como por ejemplo el denominado Patrón Triádico presente en las acrópolis.
El número cinco (5) se refiere a dos puntos representados por los dos equinoccios del este; dos más por los mismos equinoccios, pero al oeste, y el quinto punto, el eje imaginario al centro de la tierra al mediodía con la media noche del equinoccio del 21 de marzo. Está representado en plazas rectangulares, ciudades Mayas con sus cuatro esquineros y su punto central, cuatro ciudades menores, una por cada punto cardinal, con la más importante al centro, pirámides radiales simbolizando cruz y equis.
El número siete (7), del punto marcado por el equinoccio del 21 de marzo en el horizonte este, al solsticio del 21 de junio, hacen tres puntos. En el mismo punto que se marca el equinoccio de marzo, se marca el equinoccio de septiembre al solsticio de diciembre, sumando tres puntos que dan un resultado de siete (7). Siguiendo el movimiento solar anual de equinoccio a equinoccio de marzo, se marcan doce divisiones de treinta días cada una con un total de 360 días. Un ejemplo sería las siete estructuras alineadas norte-sur al este de una plaza con el frente al oeste. Otro ejemplo consiste en numerosos monumentos tallados que presentan siete (7) agujeros en línea, así como varios grafitos de siete líneas entrecruzadas en el interior de algunos templos y palacios.
El número nueve (9), del punto central nocturno (nadir) al este, cuatro puntos y al oeste cuatro puntos, como por ejemplo templos de nueve cuerpos, nueve estelas en línea de norte a sur, orientadas al oeste, frente a la Estructura Este de los conjuntos de Pirámides Gemelas.
El número once (11) está formado por la combinación del número (7) y el número cinco (5) con sus espacios entre punto y punto. El número siete (7) sumándole los cuatro espacios del número cinco (5), alcanzan once (11); los seis espacios interiores del número siete (7) más los cinco puntos del número cinco suman once (11), como por ejemplo los palacios de once puertas.
El número trece (13) está formado por el número siete (7) y sus seis espacios interiores, suman trece. Ejemplo: palacios de trece puertas.
CONCLUSIONES
La importancia que la cultura Maya ha dado a estos números desde periodos muy tempranos hasta tiempos tardíos, se manifiesta en estructuras, decoraciones, ciudades, plazas, monumentos tallados, pinturas, códices y documentos etnohistóricos. Esto se debe a una relación muy estrecha con los cambios de estación que se manifiestan en la tierra anualmente por la aparente acción del movimiento solar en su trayectoria orbital.
Para los Mayas que dependían económicamente de la agricultura era de vital importancia el control de los cambios del clima en cada estación. Científicos que tuvieron la oportunidad de convivir en comunidades Mayas en cambios de estación indican que diferente número de sacerdotes dirigían las variadas tareas rituales en los cambios de estación, asociados al manejo y control de la tierra (Girard 1962).
Las investigaciones arqueológicas han expuesto palacios de varias puertas cuyo número coincide posiblemente con el número de dirigentes de la cultura Maya a través del tiempo, proponiendo que la función de los palacios Mayas de una, tres, cinco, siete, nueve, once y trece puertas en los diferentes sitios arqueológicos del área Maya, fue la de alojar ritual o administrativamente a igual número de dirigentes a igual número de puertas.
REFERENCIAS
Girard, Rafael
1962 Los Mayas Eternos. México.