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14 Investigación y conservación en el Patio Sur del Palacio de Cancuen – Tomás Barrientos, Rudy Larios Villalta y Luis Fernando Luin – Simposio 16, Año 2002

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Barrientos, Tomás, Rudy Larios Villalta y Luis Fernando Luin

2003   Investigación y conservación en el Patio Sur del Palacio de Cancuen. En XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.121-133. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

14

INVESTIGACIÓN Y CONSERVACIÓN EN EL PATIO SUR

DEL PALACIO DE CANCUEN

Tomás Barrientos

Rudy Larios Villalta

Luis Fernando Luin

Desde los inicios del Proyecto Cancuen, el Palacio ha jugado un papel importante en las investigaciones que están definiendo este sitio y su papel dentro de la política Maya durante el periodo Clásico Tardío. Esta construcción de tipo acrópolis es el edificio más prominente en el sitio (Figura 1), por lo que no hay duda de que funcionó como el centro de poder de los gobernantes. La monumentalidad de sus estructuras y basamentos hacen que el Palacio también cumpla una función importante hoy en día, ya sea en la interpretación arqueológica como dentro de los planes de desarrollo, turismo y conservación (Demarest y Barrientos 2002).

El Patio Sur del Palacio de Cancuen es una de las áreas más importantes no sólo de esta Acrópolis, sino de todo el sitio, ya que alberga a algunas de las estructuras más impresionantes, entre las que destaca L7-9, la mayor del Palacio (Figura 2). La importancia de este patio también radica en que constituye la entrada principal a la Acrópolis en su lado sur, que incluye la escalinata jeroglífica y el acceso hacia el posible salón del trono en el Patio Norte, localizado en la parte más alta de la acrópolis (Figura 3; Barrientos y Luin 2001:49-51).

En este trabajo se presentará la metodología y resultados de las excavaciones, consolidación y restauración de la Estructura L7-9, al mismo tiempo que se expondrán los criterios usados para dichas actividades y su relación con las políticas generales del Proyecto Cancuen.

ANTECEDENTES

El Patio Sur fue posiblemente uno de los pocos lugares de la Acrópolis que fue visitado por pobladores locales y saqueadores antes de que se iniciaran los trabajos del Proyecto en 1999. La presencia de los bloques de la escalinata jeroglífica y la arquitectura expuesta de L7-9 también hizo que los miembros del proyecto pusieran atención a esta plaza y las estructuras que la rodean. Por eso, no fue casualidad que esta fue la primera parte excavada del Palacio, la llamada Operación 4 (Kovacevich 1999; Barrientos, Kovacevich y Morán 2001).

La actividad de los saqueadores fue bastante intensa en las dos estructuras principales de esta plaza, por lo que gran parte de la arquitectura fue expuesta. Por lo menos cuatro cámaras de la Estructura L7-9 fueron expuestas casi en su totalidad mediante trincheras que rompieron los muros exteriores. A pesar del gran esfuerzo de limpieza de estos cuartos, es muy poco probable que los “hueches” hayan obtenido algo que haya recompensado esa gran tarea.

Sin embargo, a pesar de la destrucción causada por las excavaciones de saqueo, la arquitectura expuesta de L7-9, especialmente en la Cámara 17, jugó un papel importante en la reinterpretación del Palacio y el sitio en general, dada la monumentalidad y fina construcción de sus muros. Por otro lado, la escalinata jeroglífica de Cancuen también fue importante para que el Patio Sur fuera tomado en cuenta como un lugar especial dentro de la Acrópolis, ya que sus jeroglíficos relatan hechos importantes en la historia del sitio (Fahsen y Demarest 2001; Fahsen en este volumen).

Figura 1  Mapa del sitio de Cancuen, versión 2002

Figura 2  Localización del Patio Sur y Estructura L7-9

EXCAVACIONES DE SONDEO EN LA TEMPORADA 2001

Todos los planes de excavación en el Palacio de Cancuen fueron definidos a partir de las investigaciones de sondeo que se llevaron a cabo durante la temporada 2001 (Barrientos y Luin 2001). Estos estudios consistieron de dos trincheras ubicadas en los dos ejes principales de la Acrópolis, una de este a oeste y otra de norte a sur (Figura 4). Estas trincheras definieron más que todo el volumen de escombro acumulado sobre las estructuras principales del Palacio, y al mismo tiempo ayudaron a definir las escalinatas de acceso que comunican los once patios de este edificio. Como resultado final de estas excavaciones de sondeo, se cuenta ahora con dos cortes transversales que definen los perfiles este-oeste y norte-sur de toda la Acrópolis, donde se puede observar las dimensiones, desniveles y otros rasgos de las estructuras y plazas principales (Figura 5).

Las calas y trincheras realizadas en el Patio Sur ayudaron a definir de forma preliminar el contexto arqueológico de la Escalinata Jeroglífica, pero fue aún más importante, la definición de las dos escalinatas de acceso de la Estructura L7-9 (Figura 6). Las excavaciones en esta estructura cambiaron por completo el concepto de este Palacio, ya que nos dimos cuenta de que se trataba de un edificio mucho más complejo y monumental de lo que se había pensado. Durante la exposición de la escalinata norte de L7-9 se descubrieron grandes cantidades de fragmentos de escultura de estuco, provenientes de la cornisa colapsada de la estructura. De mucho mayor importancia fue el hallazgo del mascarón de una deidad, esculpido en relieve y que formó parte del tocado de un personaje que adornó originalmente la cornisa sobre el dintel de la entrada principal de esta estructura (Figura 7). Lamentablemente la falta de un especialista en conservación hizo necesario mantener esta escultura en su lugar original y esperar hasta la próxima temporada para liberarla.

Figura 3  Reconstrucción del Palacio, localizando L7-9 (dibujo por Luis F. Luin)

EXCAVACIONES EN LA TEMPORADA 2002

Las excavaciones de sondeo de 2001 fueron de invaluable ayuda para planificar no sólo las investigaciones de esta temporada, sino las de los siguientes cuatro años. El programa de sondeos en el Palacio continuó en 2002 con las excavaciones a cargo de Michael Callaghan, quien realizó pozos de registro en los patios norte, central y oeste. Estas unidades revelaron datos muy importantes, especialmente la existencia de otra acrópolis enterrada bajo las estructuras visibles hoy en día. No sólo se descubrieron dos escalinatas a 7 y 8 m de profundidad, sino también se pudo exponer un edificio completo bajo una parte de la Plaza Este. Esta evidencia comprueba que el Palacio fue fundado mucho antes del siglo VIII, y dichas subestructuras seguramente corresponden al siglo VII, cuando, según la epigrafía, fue fundado el sitio (Fahsen y Demarest 2001). Esperamos ampliar estos datos y presentarlos en el futuro, pero por el momento nos enfocaremos en los trabajos en el Patio Sur.

Desde la temporada pasada, y con la asesoría del restaurador Rudy Larios, se decidió iniciar las excavaciones y restauración en las estructuras del Patio Sur por dos razones importantes. Primero, la exposición a que fueron sometidos algunos muros requería de una pronta intervención, al mismo tiempo que facilitaría la definición de los rasgos arquitectónicos. Por otro lado, la importancia histórica de esta plaza se atestiguaba por la presencia de la escalinata jeroglífica y la compleja decoración de L7-9. Dentro de estos planes también se había contemplado la intervención de una estructura en por lo menos otra plaza de la Acrópolis y otro edificio del epicentro fuera del Palacio, como es el caso de las canchas de juego de pelota (Larios 2001; 2002a).

Figura 4  Excavaciones en 2001, Acrópolis de Cancuen

Figura 5  Perfiles Este-Oeste y Norte-Sur, Acrópolis de Cancuen

Figura 6  Perfil Norte-Sur, Patio Sur

Figura 7  Unidad CAN 4-3, Escalinata norte de L7-9 y mascarón de estuco

De manera coincidente, o posiblemente como obra del destino, la investigación de las estructuras del Patio Sur figuró como la máxima prioridad en la Acrópolis debido a una tercera razón. Esta vez fue la acción de la naturaleza la que confirmó la necesidad de intervenir estas estructuras, ya que el huracán Iris, que azotó el nororiente de Guatemala y Belice, llegó hasta Cancuen y causó grandes estragos en el parque arqueológico. Los vientos derribaron gran parte del bosque que cubre el Palacio, y el Patio Sur fue el más afectado, debido a su cercanía con los potreros de la finca con que limita el parque. Repentinamente, las estructuras del Patio Sur quedaron expuestas a la lluvia y la luz del sol de manera directa, por lo que el deterioro se aceleró de manera significativa.

Al iniciar los trabajos de esta temporada no hubo duda sobre la necesidad de intervenir esta plaza, especialmente la Estructura L7-9. Por otro lado, ya se sabía que este desastre natural iba a cambiar los planes en gran parte, especialmente por todo el trabajo que hubo que invertir en la limpieza de la plaza y las estructuras. También se tuvo que mejorar la protección de la arquitectura y las excavaciones, dada la pérdida casi total de la cubierta forestal en esta área.

METODOLOGÍA

La liberación de la Estructura L7-9 combinó la excavación técnica, registro y limpieza de saqueos, bajo la dirección de Rudy Larios y Tomás Barrientos, y contó con la valiosa asistencia de Luis Fernando Luin y Alejandro Seijas. Todo el registro de ambas actividades se realizó mediante un sistema de cuadrícula de pozos de 2 x 2 m que abarcó un área de 50 m de largo por 32 m de ancho. Se trazaron varias unidades, y de la mayoría se excavó únicamente la capa de humus y escombro que cubre la última etapa constructiva de la estructura.

La excavación de esta estructura fue lenta en general, tomando en cuenta que se inició con el entrenamiento del personal de excavación y que algunos materiales son muy endebles, como es el caso del estuco y un tipo especial de piedra caliza que es muy frágil. Esta caliza es tan suave como el yeso o la piedra pómez, y parece que fue usada en las últimas remodelaciones de los muros exteriores. La escalinata norte, que fue casi expuesta en su totalidad, presentaba sillares de este tipo de piedra, por lo que su liberación tomó bastante tiempo.

En casi todas las unidades excavadas se recuperó fragmentos de estuco, especialmente sobre la escalinata norte. Dada la gran cantidad de estuco, que incluía el mascarón ya mencionado, fue necesario incorporar a un experto en conservación para tratar con estos materiales delicados. Se contó entonces con la colaboración de Constantino Armendáriz, quien ya tenía experiencia en la conservación de estucos de Palenque, Yaxchilan y otros sitios Mayas. Armendáriz supervisó el delicado trabajo de excavar y registrar los estucos, especialmente cuando aparecieron fragmentos complejos o de gran tamaño. Su asesoría también fue muy valiosa en el traslado y empaque de cada fragmento, donde se utilizó material como papel aluminio, espuma de poliuretano, gasa medicinal, yeso de dentista, papel japonés y acetato polivinílico B72.

También fue importante la estabilización y consolidación de arquitectura expuesta por excavación y saqueo. En el caso de muros altos, se estabilizaron mediante el relleno total o parcial de la cámara, como el caso de los Cuartos 4, 16 y 17. En otros casos, los muros parcialmente expuestos por la excavación fueron cubiertos contra el sol y la lluvia con techos de lona debidamente drenados.

ASPECTOS ARQUITECTÓNICOS DE LA ESTRUCTURA L7-9

Aunque las excavaciones realizadas en esta temporada no liberaron esta estructura en su totalidad, se expuso lo suficiente identificar todas sus características arquitectónicas, resumidas en varios planos preliminares (Figura 8).

Figura 8  Planta de la Estructura L7-9

La Estructura L7-9 consiste en un edificio tipo palacio, que con sus 45 m de largo y más de 8 m de alto, constituye la estructura residencial más grande de Cancuen. Este edificio cuenta con dos fachadas principales, una al sur de tipo público y la otra al norte que ve hacia el Patio Sur, que fue de carácter más privado. En el plano de su planta se pueden observar las 18 cámaras identificadas hasta el momento. La estructura presenta cinco puertas en la fachada norte, por lo menos tres en la sur, una en el lado este y otra en el lado oeste. Una escalinata de 18 metros de ancho dio acceso a cada una de las fachadas norte y sur, y el ingreso al interior del patio se dio por un pasillo central. La escalinata norte fue construida con sillares de piedra caliza suave, mientras que la escalinata norte contiene dos tramos, y el inferior contiene cinco escalones formados por sillares de gran tamaño.

La altura de los muros de carga alcanza en algunas partes hasta 5 m, lo que ha llamado la atención, pues sobrepasan la elevación normal que se conoce en otras ciudades del mundo Maya. Con relación al techo, es posible que haya tenido bóvedas de piedra laja salediza, pero la altura de los muros podría indicar que fue construido por una empalizada que sostiene unas lozas de lajas pegadas con algún aglutinante de cal.

La limpieza de los perfiles de las excavaciones de saqueo en los Cuartos 16 y 17 permitió observar por lo menos cinco etapas de remodelación en el exterior de la estructura, que consistía de cuerpos escalonados en el lado sur y esquina sureste.

En el Cuarto 16 se descubrió la existencia de una banca destruida casi en un 90%, a la cual se accedía a través de una escalinata proveniente del Cuarto 15. Esta, como las otras bancas localizadas en los Cuartos 13 y 18 (y posiblemente en los 2, 4 y 5), fueron colocadas sobre pisos anteriores que revelan por lo menos tres ocupaciones.

Por otro lado, los rellenos de las Cámaras 15, 17, 7 y 5, nos hicieron ver que, aunque su aspecto era como cualquier escombro de colapso, había cierto orden en el posicionamiento de las piedras incluyendo tierra arcillosa como aglutinante. Esto se interpretó como un relleno intencional, lo que indica que al momento del abandono del sitio, este enorme palacio se encontraba en proceso de renovación y se estaba convirtiendo en un nuevo basamento para otra versión aún más monumental de la Acrópolis.

Las excavaciones de esta temporada también expusieron y definieron las esquinas de la Estructura L7-9, donde se apreció de nuevo la sucesión de varias etapas de remodelación. En la esquina noreste se expuso un muro exterior de piedra caliza suave y se descubrió el drenaje de la plaza. Frente a este rasgo se recuperó un basurero de artefactos de cerámica, lítica, concha y piedra verde. Al examinar cuidadosamente este material, se determinó que los tiestos pertenecían a las mismas vasijas, por lo que reflejan algún ritual de terminación, posiblemente durante el abandono del sitio.

En la esquina noroeste se expuso una serie muros con evidencia de repello de estuco, con modificaciones complejas hechas también con piedra caliza suave. Llamó la atención el descubrimiento de un muro decorativo similar a las cresterías características de la región del Usumacinta y Palenque.

DECORACIONES DE ESTUCO DE L7-9

Las excavaciones realizadas en ésta y otras estructuras del Palacio de Cancuen han expuesto gran cantidad de fragmentos de escultura y repellos de estuco, lo que indica que estos edificios fueron ricamente adornados como ninguno otro en el sitio o la región entera.

La evidencia arqueológica también sugiere que L7-9 pudo ser la estructura con la mayor decoración de la Acrópolis, dada su ubicación al frente de la Escalinata Jeroglífica y en el inicio de la ruta hacia el Patio Norte. Sin embargo, las excavaciones de sondeo también señalan que L7-1, el posible Salón del Trono o Residencia Real, tuvo decoraciones de la magnitud de las encontradas durante esta temporada.

La decoración de L7-9 y posiblemente el resto de la Acrópolis se concentró en una cornisa o tablero de fachada superior, cuyos relieves formaron un friso con escenas complejas y molduras de elementos geométricos sofisticados. Los elementos iconográficos recuperados, en especial las molduras y volutas, muestran gran parecido con los fragmentos recuperados en la excavación de la Estructura A-3 de Ceibal, que es casi contemporánea a L7-9 (Figura 9). Por ello, es muy posible que el estilo y las técnicas de decorado hayan sido los mismos.

Aunque no se ha catalogado la totalidad de fragmentos de escultura recuperados en L7-9, estamos seguros que sobrepasan los 500. La mayoría de relieves se recuperaron durante la liberación de la escalinata norte, muchos de los cuales se encontraron todavía articulados. La gran variedad de fragmentos incluyen más que todo, molduras y volutas, aunque también hay evidencia de elementos iconográficos más complejos, que incluyen figuras zoomorfas, antropomorfas y posiblemente jeroglíficas.

Sin embargo, lo que más llama la atención es la evidencia de esculturas tridimensionales, cuyo volumen es bastante grande, y de acuerdo a Larios, solamente se compara con la escultura de mosaico de piedra de sitios como Copan. Esta escultura de estuco consiste más que todo de retratos de personajes, los cuales adornaron la parte superior de los dinteles de cada puerta. Los personajes fueron retratados de la cintura para arriba, ya que se recuperó un torso y varios fragmentos de brazos y manos. La decoración también incluyó tocados ricamente adornados con plumas y una gran variedad de elementos iconográficos.

Se cree que por lo menos diez personajes fueron retratados de esta manera, cinco en la fachada norte, tres o cinco en la fachada sur y uno en cada uno de los laterales este y oeste. En esta temporada se excavaron tres de éstos, de los cuales dos fueron descubiertos al centro y oeste de la fachada norte y uno en el extremo este de la fachada sur. Otro posible personaje fue dejado in situ en el lateral oeste.

Figura 9  Reconstrucción de la Estructura A-3 de Ceibal (Smith 1982:16)

El mascarón del tocado del personaje central norte ya había sido descubierto en 2001, y a partir de las excavaciones de Armendáriz se pudo exponer en su totalidad. Bajo el tocado y una capa de abundantes plumajes, emergió un rostro finamente esculpido que atestigua la calidad de los artistas de Cancuen. Éste y los otros mascarones fueron extraídos de forma completa, los cuales fueron trasladados al laboratorio del proyecto en Guatemala para su futura consolidación y restauración. Vale la pena indicar que cada personaje lleva un tocado diferente, y el otro tocado recuperado en la escalinata norte presentó gran parte del plumaje in situ, lo que facilitará la reconstrucción de estas decoraciones.

Otro aspecto importante de los estucos de Cancuen es que su técnica de modelado muestra una gran similitud con los de Palenque, especialmente el uso de pequeñas lajas en la armazón de las esculturas de gran tamaño. Esta conexión con Palenque no es la única, ya que algunos elementos arquitectónicos y la presencia de cerámica del tipo Chablekal Gris Fino atestiguan una relación entre ambos sitios que todavía no entendemos.

TRABAJOS DE RESTAURACIÓN

Debido a las circunstancias expuestas con anterioridad, la excavación de esta compleja estructura tomó más tiempo del planeado. Es por ello que la restauración se redujo considerablemente y se invirtió más en actividades de protección ante la inminente llegada de la temporada lluviosa (Larios 2002b).

Dentro de los trabajos de restauración cabe mencionar la definición y limpieza profunda de los cinco escalones iniciales de la escalinata sur, seguida por el ordenamiento y recuperación de los sillares originales y la integración de otros en los lugares faltantes.

En los muros de carga de las Cámaras 5 y 15 se rejuntó al menos 7 m² de mampostería, y en la escalinata del norte también se rejuntaron los sillares tallados en caliza suave.

Finalmente, entre las acciones protectoras, se rellenaron la Cámara 2 en su totalidad y las Cámaras 5, 15 y 16 de forma parcial, ya que los muros en estas localidades presentaban inclinaciones pronunciadas y por lo tanto corrían peligro de colapsar. Estas cámaras y las escalinatas expuestas fueron techadas con lona sintética de vinal y fibra de vidrio.

El inicio de los trabajos de restauración también fue propicio para discutir y definir varios criterios y direcciones importantes a seguir en el futuro. Dada la experiencia de Rudy Larios en varios sitios del área Maya, ha sido posible evaluar de manera crítica las posibilidades y problemáticas en las actividades de restauración de Cancuen y su relación con las políticas culturales del proyecto (Larios 2002c).

En primer lugar, como lo reconoce Larios, el restaurador tiene la libertad de trabajar de acuerdo sus propios criterios y motivaciones, ya que es poca la regulación formal en estos aspectos. Esto representa una gran responsabilidad individual, especialmente si se toma en cuenta que las actividades de restauración cumplen una función social desde el momento en que se interviene un edificio. Es por ello que la restauración del Palacio y otros edificios de Cancuen se ha tratado de planificar de acuerdo a las necesidades tanto científicas, como turísticas y comunitarias (Larios 2001).

Dentro de los criterios del Proyecto Cancuen, los edificios a restaurarse constituyen verdaderos monumentos, dado el significado cultural que tienen. Por lo tanto, deben ser intervenidos para su conservación pero también tienen que ser entendidos por las personas que los ven. Esto quiere decir que las estructuras se restaurarán más allá de la simple estabilización de su arquitectura y de ninguna forma se hará un tratamiento solamente ornamental o de escenografía dirigido a intereses económicos. Al contrario, estos monumentos deben mostrarse lo suficiente como para ser medios de enseñanza, pero sin olvidar que mientras más arquitectura expuesta haya, más difícil será su protección (Larios 2002c).

Tal como se comprobó en esta temporada, un monumento como el Palacio de Cancuen ha sido respetado de distintas maneras, especialmente en el ámbito espiritual. De la misma manera, este respeto debe reflejarse en su composición arquitectónica. De acuerdo a Larios, la restauración debe tomar en cuenta el respeto de la forma, materiales, color y textura. En el caso de Cancuen, se están usando materiales originales y locales, al mismo tiempo que se está conservando la mayor cantidad de vegetación posible en los edificios y sus alrededores. Por otro lado, se evitará por completo cualquier tipo de reconstrucción que no esté basada en evidencia arqueológica, para respetar la forma original de los edificios.

Aunque no se completaron los planes de restauración para esta temporada, fue muy importante empezar a experimentar con materiales locales en la reintegración y rejuntado de arquitectura. El periodo de tiempo previo a la siguiente temporada servirá para monitorear la reacción de estos materiales a la luz, lluvia, humedad, vegetación y otros efectos de la intemperie, para realizar las modificaciones pertinentes en cuanto a la mezcla de materiales o incluso la sustitución de alguno de ellos.

CONCLUSIONES

Al finalizar los trabajos de la cuarta temporada del Proyecto Cancuen, no cabe la menor duda que la Estructura L7-9 de la acrópolis de Cancuen es uno de los palacios más impresionantes del mundo Maya. Su importancia no sólo radica en sus dimensiones sino en su decoración, que consta de finos e impresionantes relieves de estuco. Los relieves que decoraron la cornisa de L7-9 reflejan una tradición de escultura en estuco que iguala a la de Palenque y Ceibal, apoyando así la idea del alto grado de complejidad adquirido por los habitantes de Cancuen, especialmente sus líderes y artesanos.

Lamentablemente los descubrimientos anteriores de decoraciones de estuco, como es el caso de Uaxactun, Tikal, y en especial la Estructura A-3 de Ceibal, se dio en épocas y circunstancias que no permitieron incorporar estas finas obras de arte a los trabajos de restauración, y si se hicieron, fue de forma poco apropiada. Esperamos entonces que los avances en las técnicas de restauración y conservación nos permitan mostrar éstas y todas las riquezas del palacio real de Cancuen a sus futuros visitantes, para que así este monumento pueda cumplir de nuevo una función central dentro de las necesidades de las comunidades que lo rodean.

REFERENCIAS

Barrientos, Tomás y Luis F. Luin

  1.            Excavaciones en la Acrópolis de Cancuen: Temporada 2001. En Proyecto

Arqueológico Cancuen. Informe Temporada 2001 (editado por A. Demarest y T. Barrientos), pp.33-82.

Barrientos, Tomás, Brigitte Kovacevich y Lucía Morán

2001                Excavaciones en el Palacio y epicentro de Cancuen. En Proyecto Arqueológico Cancuen. Informe Temporada 2000 (editado por A. Demarest y T. Barrientos), pp.48-71.

Demarest, Arthur A. y Tomás Barrientos

2002                Plan de desarrollo eco-turístico en la región de Cancuen y el Alto Pasión. En Proyecto Arqueológico Cancuen. Informe Temporada 2001 (editado por A. Demarest y T. Barrientos), pp.365-378.

Fahsen, Federico y Arthur A. Demarest

2001                El papel del reino de Cancuen en la historia de las Tierras Bajas Mayas: nuevos datos epigráficos. En XIV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2000 (editado por J.P. Laporte, A.C. de Suasnávar y B. Arroyo), pp.999-1016. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

Kovacevich, Brigitte

1999                  Operaciones 2, 3, 4, 5 y 11: Excavaciones en el Palacio, Plaza Principal y Plaza Abierta de Cancuen. En Proyecto Arqueológico Cancuen. Informe Preliminar No. 1, Temporada 1999 (editado por A. Demarest y T. Barrientos), pp.33-82.

Larios, Rudy

2001                Propuesta de intervención, desarrollo y conservación. Proyecto Arqueológico y de Restauración Cancuen 2003-2007. Manuscrito.

2002a         Propuesta de intervención para la restauración y conservación en Cancuen. En Proyecto Arqueológico Cancuen. Informe Temporada 2001 (editado por A. Demarest y T. Barrientos), pp.33-82.

2002b         Reporte de trabajo sobre restauración 2002. Manuscrito.

2002c         Función social en la restauración de monumentos: Proyecto Arqueológico Grupo de las Cruces, Palenque. Ponencia presentada en la Mesa Redonda de Palenque. Manuscrito, Chiapas.

Smith, Ledyard

1982                Major Architecture and Caches. En Excavations at Seibal, Department of Peten, Guatemala. Memoirs of the Peabody Museum of Archaeology and Ethnology Vol. 15 No. 1. Harvard University Press, Cambridge.

 

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