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Berryman, Carrie Anne, Luis Ríos Frutos y Alejandro Seijas
2003 Prácticas y patrones funerarios en Cancuen: Un análisis preliminar. En XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.464-469. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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PRÁCTICAS Y PATRONES FUNERARIOS EN CANCUEN:
UN ANÁLISIS PRELIMINAR
Carrie Anne Berryman
Luis Ríos Frutos
Alejandro Seijas
La ciudad Maya de Cancuen, del periodo Clásico Tardío, ha sido objeto de cuatro temporadas de excavaciones por investigadores de la Universidad de Vanderbilt y de la Universidad del Valle de Guatemala. Aunque gran parte de las investigaciones sobre Cancuen están en una etapa relativamente preliminar, se puede afirmar que la importancia histórica del sitio es mayor de lo que se pensaba previamente. Localizado en el sur de Petén, cerca del límite entre Tierras Altas y Tierras Bajas, Cancuen se asienta en el inicio de la región navegable del río Pasión. Esta localización estratégica ha llevado a los investigadores a especular que Cancuen estuvo probablemente implicada en el control del comercio regional y por lo tanto las investigaciones en este sitio pueden proporcionar información valiosa sobre la economía Maya durante el periodo Clásico Tardío.
Las excavaciones han revelado una inusual organización de la ciudad: teniendo un tamaño considerable, el sitio presenta muy poca arquitectura ritual, en contraste con la mayoría de centros Mayas del periodo Clásico. El centro del sitio es un palacio de doscientas habitaciones rodeado por complejos residenciales de complejidad variada, conectado a través de un sacbe con un puerto fluvial situado al norte (Figura 1). Las excavaciones de los complejos residenciales han proporcionado evidencia de la producción de bienes de élite, incluyendo jade y pirita. Además del conocimiento sobre la economía del sitio, las excavaciones en Cancuen pueden ofrecer información importante sobre el ambiente socio-político en la región del Pasión en el tiempo del Colapso, ya que las excavaciones indican que la ocupación del sitio se produjo únicamente durante el periodo Tepeu 2 (650-830 DC). La evidencia, tanto arqueológica como epigráfica, sugiere que durante este periodo se produjeron grandes migraciones en el oeste de Petén.
Uno de los enfoques importantes para abordar todos estos temas será la bio-arqueología. Hasta la presente temporada, las excavaciones han descubierto 55 esqueletos, un número que se espera incrementará en al menos el doble a través de estrategias de excavación diseñadas para localizar entierros. Cancuen es un sitio excelente para la investigación bio-arqueológica ya que la preservación de los restos óseos es relativamente buena en comparación con la preservación general en el área Maya. Además, una detallada cronología basada en cerámica de tipo Gris Fino provee un excelente control temporal. El objetivo de esta ponencia es proporcionar una visión general de la bio-arqueología en Cancuen, informando sobre lo que conocemos hasta ahora, discutiendo las posibles direcciones de la investigación, y proporcionando una base para la comparación con otros investigadores en la región. Debido a que el análisis de laboratorio del material óseo se acaba de iniciar, no tenemos información sobre el perfil demográfico.
El contexto en el que se ha encontrado la mayoría de los entierros en Cancuen es muy similar al de otros sitios de la región. La localización más frecuente es bajo los pisos interiores de estructuras residenciales o bajo basureros detrás de las estructuras residenciales. De cualquier manera, como ya se ha mencionado, existe muy poca arquitectura ceremonial en Cancuen, y por lo tanto muy pocos entierros han sido encontrados en este contexto. Este hecho se puede interpretar como una ventaja para la bio-arqueología del sitio, ya que en otros lugares en el pasado las excavaciones se han centrado en este tipo de arquitectura, produciendo muestras esqueléticas cuya contribución a los perfiles demográficos es escasa.
Figura 1 Planta del área central de Cancuen
Durante las cuatro temporadas pasadas, las estrategias de muestreo han sido diseñadas para obtener una muestra representativa a partir de excavaciones de estructuras elitistas y no elitistas. Esta distinción se ha basado en la tipología de los montículos. La bio-arqueología y el análisis de la composición de los basureros pueden usarse para contrastar estas suposiciones en el futuro, ya que varios enterramientos de estatus relativamente alto han sido descubiertos en asociación con residencias de construcción pobre, cuestión que discutiremos un poco más adelante. Con los datos que se tienen hasta ahora se puede decir que 42% de los entierros han sido encontrados en un contexto de élite y 51% en un contexto de no-élite. En el futuro, las excavaciones se centrarán más en las regiones del norte de la ciudad, donde se encuentran agrupamientos de pequeñas estructuras no elitistas. El contexto del resto de los entierros, 7% puede ser descrito como sub-élite.
En Cancuen, el 83% de los entierros incluye bienes funerarios. Los entierros contienen típicamente de una a tres vasijas de cerámica. Los tipos más comunes incluyen: cuencos con borde redondeado y vasijas trípodes Saxche-Palmar Naranja Policromo, cuencos Chablekal Gris Fino, vasijas incisas, vasijas con engobe naranja y pintura negativa, y cuencos naranjas con bordes pintados de negro. Hasta ahora no se ha encontrado distinción de género en los tipos de cerámica asociada a los entierros. El único patrón notable observado hasta el momento es la inclusión de parejas de pequeños platos o cuencos con los infantes.
Figurillas humanas de tamaño considerable han sido recuperadas de dos entierros, incluyendo el Entierro 7, que será comentado con mayor detalle, que contenía cinco figurillas poco usuales. Es interesante notar que los dos individuos enterrados con figurillas fueron encontrados en las excavaciones de lo que se considera actualmente un contexto no elitista.
En general, se pudo obtener un patrón funerario preliminar a partir de un análisis estadístico de varios atributos de los entierros. En la ubicación, el 63% estaba en estructuras, 11% en superficie y el 26% en lugares diferentes a los anteriores. Con relación a la posición de los cuerpos, se pudo observar que el 90% estaba en decúbito dorsal; 2% en decúbito lateral izquierdo; 2% en decúbito lateral derecho y un 6% en otras posiciones. En la orientación, un 64% estuvo norte-sur, aquí vale la pena hacer la aclaración que en este tipo de orientación el cráneo casi siempre se encontraba en el sur; 21% este-oeste; 11% en distintas orientaciones, y 4% con orientación indefinida. En lo que respecta al sexo de los individuos, el 55% fueron indeterminados; 30% masculinos y 15% femeninos. Y en la edad, predominaron los adultos con el 77% de la muestra, 9% eran infantes, 6% niños, 6% de edad indeterminada, y 2% de adolescentes. Con estos resultados se logró obtener un patrón preliminar que ayuda a los investigadores del sitio a conocer, no solo las características de los entierros, sino también qué probabilidad tienen de encontrar restos óseos a la hora de realizar excavaciones en ciertas partes del sitio.
Algunos ornamentos fueron encontrados en 10 de los 55 entierros. Tres individuos, un niño joven y dos adultos, han sido asociados con piezas de hueso, concha y/o jade. Se recuperaron orejeras de jade en dos entierros, localizados ambos en lo que creemos que es un contexto de élite. Además, lo que parecen ser puntas de hueso, aparentemente algún tipo de ornamentación, han sido encontrados cerca del cráneo de varios individuos, incluyendo tanto niños como adultos.
También se observó la presencia de restos de materia orgánica, posiblemente petate en varios entierros, en la forma de finos rectángulos bien definidos de color negro, generalmente extendiéndose desde la región superior del cráneo hasta la mitad del fémur. En uno de los entierros se encontró gran cantidad de pigmento rojo, rosa y negro cubriendo los huesos y el suelo alrededor, indicando la inclusión de un textil pintado o algún otro material orgánico cubriendo el cuerpo. Muestras de este pigmento fueron recogidas para un posterior análisis. Finalmente, varios entierros en Cancuen contienen fragmentos de cuarzo cerca del cráneo. Dos entierros fueron encontrados con fragmentos de cuarzo en el cuello y un niño fue encontrado con pequeños fragmentos de cuarzo rodeando el cráneo. Parece que el cuarzo tuvo un significado ritual particularmente fuerte en Cancuen y ha sido encontrado en contextos poco usuales en diversas excavaciones del sitio. Por ejemplo, cerca de sesenta fragmentos de cuarzo de tamaño relativamente grande fueron encontrados debajo de la entrada una estructura residencial, en medio de los cuales cual se había colocado una pequeña figurilla de un pájaro.
Como se ha mencionado previamente, el análisis de laboratorio acaba de iniciarse, por lo tanto no podemos proveer nada más que una somera descripción de lo que conocemos hasta el momento. De cualquier manera, un pequeño número de entierros individuales merece comentarse aparte, ya que arrojan algunas preguntas interesantes y ofrecen posibles direcciones para futuras investigaciones.
Los Entierros 6, 7 y 32 son poco usuales, ya que aunque estos individuos fueron enterrados con bienes funerarios indicativos de alto estatus, las estructuras a las que estaban asociados eran de material perecedero, o sea superestructuras construidas sobre simples plataformas de tierra, que fueron ubicadas en lugares poco comunes, como por ejemplo en áreas que habrían sido inundadas periódicamente. El Entierro 6 contiene los restos de una mujer adulta joven, con diez dientes con incrustaciones de jade, seis de los cuales también estaban tallados. Además, esta mujer fue enterrada con seis cuentas de jade y tres vasos, incluyendo un cuenco Gris Fino Chablekal y dos cuencos de pasta naranja. El Entierro 7 contenía los restos de un niño de entre 5 a 8 años de edad, enterrado con cinco figurillas humanas de tamaño considerable y tres vasos. Estas figurillas eran: dos guerreros colocados a cada lado del niño, un chaman colocado encima de la cabeza y dos jugadores de pelota, uno intacto con un tocado de tipo águila en la cabeza y el otro consistente únicamente en la cabeza de un jugador vestido con un tocado de tipo venado. El Entierro 32 contiene los restos de un hombre adulto enterrado con dos trípodes del tipo Saxche-Palmar Naranja Policromo cerca de la cabeza, uno de los cuales estaba asociado con un área quemada y una navaja de obsidiana.
Estos entierros contrastan con la mayoría de entierros excavados en contextos similares en Cancuen, que simplemente no presentan bienes funerarios o tienen cerámica muy simple. Estas observaciones nos llevan a cuestionar nuestro concepto de élite en Cancuen. En el futuro, estas preguntas podrán ser exploradas a través del análisis de paleo-dieta, ya que en otros estudios se han observado diferencias notables en la dieta asociadas con las diferencias de estatus (Wright 1994; Whittington y Reed 1997; White 1997; Perry y Krueger 1997).
Una hipótesis adicional es que estos individuos pudieran ser personas de élite que emigraron a Cancuen para escapar de la inestabilidad que afectaba a la región del norte de Petén en este periodo. Especulando a partir de esta hipótesis, quizá las plataformas bajas y rústicas donde se encontraron estos entierros eran solamente residencias humildes, o tal vez temporales, lo que puede explicar porqué las casas fueron construidas en áreas que se inundaban periódicamente. El hecho de que estos entierros estén datados como pertenecientes al periodo Tepeu 2 tardío (760-830 DC), nos indica que esta hipótesis merece una investigación más detallada.
Diez entierros asociados con un taller de jade excavado por Brigitte Kovacevich también han ofrecido una visión del estatus de los artesanos en Cancuen. Aunque más de 3000 fragmentos de jade han sido recuperados de los patios y basureros de este grupo de montículos, ninguno de los diez entierros asociados contenía jade. Además, ningún artefacto de jade terminado se ha encontrado en esta área, a excepción de unas pocas cuentas sin terminar, mientras que artefactos de jade terminados han sido descubiertos en otras estructuras claramente elitistas. Parece que estos individuos eran responsables de la preparación preliminar del jade, que puede que fuera trabajado posteriormente en productos acabados por individuos de mayor estatus. Por tanto, estos entierros apoyan la hipótesis de que estos artesanos no tenían acceso al producto final y un futuro análisis esquelético puede ofrecer información más concisa acerca del estatus social y económico de los artesanos en Cancuen.
El Entierro 50, descubierto esta temporada, es el más elaborado encontrado hasta la fecha en Cancuen. La excavación de una gran plataforma de piedra localizada en la esquina suroeste del palacio reveló una pequeña tumba con bóveda Maya en el centro del montículo. Sobre la tumba, en el piso de la plataforma, se encontró un panel jeroglífico describiendo el ascenso al poder del último gobernante de Cancuen. La excavación de la tumba muestra los restos óseos extremadamente mal preservados, de un adulto joven, estimación obtenida a partir del estadio de desarrollo dental y atrición dental. El sexo no pudo determinarse debido al estado de preservación. Las ofrendas funerarias incluían: una vasija trípode policroma, dos vasos, dos pendientes de jade, y dos plaquetas de jade posiblemente de una diadema.
El Entierro 46 también fue excavado esta temporada, el cual es interesante por el contexto. Consiste en restos de un adulto de mediana edad cuyo sexo no se pudo determinar debido al mal estado de preservación de los huesos. Estos restos óseos estaban colocados en decúbito dorsal extendido, la posición más frecuente de los esqueletos en los entierros de Cancuen, pero los huesos estaban colocados directamente sobre un piso de piedrín que fue parte de la plataforma de la Estructura M9-16, cubierto por tan solo 0.10 cm de humus. La poca profundidad a la que se encontraron los restos óseos, casi en superficie, podría sugerir que no se tratara de un entierro en el sentido de que no se excavó una fosa para depositar el cuerpo de esta persona, pero la posición en el centro de la estructura, en decúbito dorsal con las extremidades extendidas, parece indicar que el cuerpo de esta persona fue colocado intencionadamente en esta posición.
En este sentido cabe también mencionar que sobre el piso de piedrín del sacbe se encontraron restos óseos humanos, entre ellos un premolar maxilar tallado. Este hallazgo tiene dos posibles interpretaciones: o bien los procesos erosivos y de lavado extrajeron estos restos óseos de otra localización y fueron desplazados hasta aquí, o bien este individuo murió en el sacbe y nadie enterró su cuerpo. El hecho de que los restos óseos se encontraran en contacto directo con el piso del sacbe parece que descarta la idea de que estos restos llegaron allí por procesos erosivos naturales, ya que en ese caso los restos se hubieran localizado mezclados en el relleno que se extrajo en la excavación y no directamente sobre el piso. Esto, combinado con otra evidencia de la última ocupación del sitio, incluyendo la última fase de construcción no compleja del palacio y el sistema de muros defendibles, nos lleva a especular sobre los últimos habitantes y eventos de la ciudad, ya que no había gente para apartar y enterrar a esta persona del sacbe. En las excavaciones de los próximos años se tendrán en cuenta estos hallazgos con el fin de intentar localizar más restos óseos en superficie, que podrían aportar información valiosa sobre los últimos sucesos de Cancuen.
CONCLUSIONES Y FUTURAS INVESTIGACIONES
El estudio bio-arqueológico en Cancuen permitirá contestar a dos grandes tipos de preguntas. En primer lugar cuestiones internas al sitio, como la definición del concepto de estatus a través del estudio del patrón y bienes funerarios de entierros provenientes de diferentes partes del sitio, problema que se abordará también estudiando directamente los huesos a través de diversas técnicas. El análisis de la dieta nos permitirá averiguar cuál fue el patrón de uso y acceso a diferentes recursos alimentarios, en función de la ecología del lugar y de la pertenencia a un grupo social. Por tanto, podremos determinar el estatus biológico de diferentes grupos sociales, como por ejemplo el grupo de artesanos que ocuparon el taller de jade encontrado al norte del sitio. También se podrá definir el tipo de dieta de élite específico para Cancuen, lo que nos puede servir para identificar en otros centros Mayas a individuos emigrados provenientes de la élite de Cancuen. El impacto directo de esta dieta en la biología de los pobladores de Cancuen se podrá estudiar también a través de diferencias en el tipo y frecuencia de condiciones patológicas observadas en los huesos, observaciones que se verán contrastadas con otra información como la proveniente de las estimaciones de estatura. Además, como ya se ha comentado, la cronología obtenida a partir de la cerámica ha permitido tener una secuencia temporal muy detallada, de manera que todas estas cuestiones se podrán abordar desde una perspectiva de cambio temporal, determinando los cambios seculares, o su ausencia, en la biología de la población del sitio. También a través del estudio del DNA que esperamos extraer de los restos óseos, y de la observación de caracteres no métricos de la dentición, podremos ser capaces de establecer las relaciones de parentesco entre los habitantes de Cancuen, lo que nos proporcionará información sobre las relaciones entre los diferentes grupos sociales. También se pondrá atención a los restos óseos humanos encontrados en superficie y a las evidencias de traumas peri mortem, que nos pueden informar acerca de los últimos eventos de la ciudad anteriores a su abandono.
El segundo tipo de cuestiones que el estudio bio-arqueológico en Cancuen nos permitirá contestar son las preguntas comparativas en el ámbito regional. Diversos estudios en la región del Pasión han proporcionado detallada información económica, social y política sobre varios centros Mayas del Clásico Tardío, incluyendo extensos estudios sobre la biología humana de estas poblaciones (Wright 1994; Whittington y Reed 1997). La comparación de estas muestras esqueléticas con la de Cancuen, junto con una cronología afinada, nos proporcionara información sobre el impacto que tuvo en el bienestar de las poblaciones los diferentes ambientes social, político y económico característicos de los distintos centros del área del Pasión.
Por otro lado, la evidencia tanto arqueológica como epigráfica sugiere que durante este periodo se produjeron grandes migraciones en el oeste de Petén (Demarest y Escobedo 1997; Demarest y Fahsen, este volumen), y en este contexto, el estudio del DNA de la serie esquelética de Cancuen y de otras series, permitirá obtener información acerca del patrón de migraciones que ocurrió en las Tierras Bajas Mayas durante el periodo Clásico Tardío y asociar dicho patrón a los cambios socio-políticos que estaban ocurriendo en tal área. Por supuesto estos dos tipos de cuestiones, las internas al sitio y las de tipo más regional, están relacionados, por ejemplo, cuando comentábamos el Entierro 6, con diez dientes con incrustaciones de jade, hemos hipotetizado sobre la posible condición de inmigrante de este individuo, que podría provenir de la élite de otro centro Maya. En este caso la identificación de inmigrantes y el estudio de su estatus biológico en Cancuen nos proporcionará información sobre el proceso social de absorción de población no local en un centro Maya.
Hemos presentado los hallazgos preliminares de los entierros encontrados en Cancuen por el proyecto de Vanderbilt, Instituto de Antropología e Historia y la Universidad del Valle. Se han ofrecido de manera breve algunos datos sobre el patrón funerario, y se han descrito algunos entierros que hemos considerado oportuno destacar por las preguntas que implican. También hemos expuesto las diferentes y variadas cuestiones que pueden ser contestadas, al menos en parte, a través del estudio de los huesos, desde cuestiones locales a regionales, y las diferentes metodologías que se emplearán para resolver las preguntas planteadas. Cabe mencionar que el primer paso en la investigación de los restos óseos es una excavación correcta teniendo en cuenta que información valiosa como la longitud de los huesos largos e incluso la estimación visual del sexo generalmente se obtiene in situ, ya que una vez que los huesos se levantan generalmente se fragmentan (por ejemplo, 21 longitudes de fémur, 16 de tibia y 13 de húmero han sido registradas in situ durante la excavación de los entierros). También es importante desarrollar una estrategia de muestreo que nos permita obtener un tamaño de muestra representativo de los diferentes estratos sociales y de diferentes épocas. Por último, esperamos que el estudio de la serie esquelética de Cancuen se realice en colaboración con investigadores que trabajan en otros centros Mayas.
REFERENCIAS
Demarest, A. y Héctor Escobedo
1997 Acontecimientos, procesos y movimientos de poblaciones en el Clásico Terminal y el Colapso Maya. En XI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala (editado por J. P. Laporte y H. Escobedo), pp. 699-712. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
Gerry, J. y Harold Krueger
1997 Regional Diversity in Classic Maya Diets. En Bones of the Maya: Studies of Ancient Skeleton (editado por S.L. Whittington y D.M. Reed), pp.196-207. Smithsonian Institution Press, Washington, D.C.
White, Christine
1997 Ancient Diet at Lamanai and Pacbitun: Implications for the Ecological Model or Collapse. En Bones of the Maya: Studies of Ancient Skeletons (editado por S.L. Whittington y D.M. Reed), pp.171-180. Smithsonian Institution Press, Washington, D.C.
Whittington, D. y David Reed (ed)
1997a Bones of the Maya: Studies of Ancient Skeletons. Smithsonian Institution Press, Washington, D.C.
1997b Commoner Diet at Copan: Insights from Stable Isotopes and Porotic Hyperostosis. En:
Bones of the Maya: Studies of Ancient Skeletons. (editado por S.L. Whittington y D.M. Reed), pp.
157-170. Smithsonian Institution Press, Washington, D.C.
Wright, Lori
1994 The Sacrifice of Earth? Diet, Health, and Inequality in the Pasión Maya Lowlands. Tesis Doctoral, University of Chicago, Chicago.