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Nelson, Fred W.
2004 El intercambio de obsidiana en las Tierras Bajas Mayas. En XVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.925-935. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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EL INTERCAMBIO DE OBSIDIANA
EN LAS TIERRAS BAJAS MAYAS
Fred W. Nelson
Tres yacimientos de obsidiana en Guatemala fueron importantes para los Mayas de las Tierras Bajas: El Chayal, San Martín Jilotepeque e Ixtepeque. Algunos arqueólogos han estudiado estos yacimientos para entender su geología y uso (Braswell 1996, 1998; Clark 1981; Mejía y Suyuc 2000; Sidrys 1976). Una razón para su relevancia arqueológica es la posibilidad de distinguir la procedencia de diferentes yacimientos de obsidiana e incluso, a veces, de diferentes áreas dentro de los yacimientos, por medio de la utilización de métodos analíticos tales como fluorescencia de rayos X y activación de neutrones (Glascock et al. 1998; Hurtado de Mendoza y Jester 1978; Nelson 1985). Una vez que se determinan las características particulares de los yacimientos, es posible comparar esta información con los artefactos encontrados en las Tierras Bajas Mayas, para determinar la procedencia de la obsidiana.
Son varios los investigadores que han reportado análisis de artefactos de obsidiana (Braswell 2003; Moholy-Nagy et al. 1984; Moholy-Nagy y Nelson 1990; Nievens et al. 1983; Nelson 1985, 1994, 1997; Nelson y Clark 1998; Nelson et al. 1977, 1978, 1983; Rice et al. 1985). Ahora hay suficientes análisis para determinar las redes de intercambio de la obsidiana de los Mayas, así como las rutas de transporte que cambiaron con el tiempo. Hasta la fecha, los análisis muestran que los Mayas de diferentes áreas de las Tierras Bajas probablemente adquirieron la obsidiana para hacer los artefactos de las mismas redes de intercambio.
En este estudio, las Tierras Bajas Mayas se dividen en tres áreas: las Tierras Norteñas, Belice y Petén. Las Tierras Norteñas incluyen toda el área de la península de Yucatán, hasta las ruinas de Becan. El área de Belice incluye el país del mismo nombre. El área de Petén incluye el departamento guatemalteco del mismo nombre y la cuenca del río Usumacinta. La Tabla 1 muestra el porcentaje de artefactos de las Tierras Bajas Mayas que fueron hechos de obsidiana procedente de diferentes yacimientos, y como su fuente cambió con el tiempo (la Figura 1 es una ilustración de esto).
PRECLÁSICO MEDIO
Durante el periodo Preclásico Medio, más del 80% de los artefactos de obsidiana de las Tierras Bajas Mayas que se han analizado parecen proceder de San Martín Jilotepeque, mientras que la mayoría del resto provino de El Chayal. Por esta razón, y por el hecho de que la mayoría de sitios arqueológicos se localizan en las áreas centrales de Petén y de la península de Yucatán, parece que la obsidiana llegó a las Tierras Bajas a través de la ruta terrestre. Esta ruta seguramente incluyó al sitio de Cobán; luego, del río Pasión a Ceibal y de allí sobre tierra, vía los lagos centrales de Petén, siguió hacia a los sitios de Tikal, Edzna, Dzibilnocac y Dzibilchaltun. Barton Ramie debió recibir obsidiana de Tikal o de los sitios cercanos a los lagos centrales de Petén. Sin embargo, las rutas del Preclásico Medio son aún tentativas, pues se cuenta con muy pocos datos (Nelson 1994:58).
No obstante, hay algunas diferencias durante el Preclásico Medio en el porcentaje de artefactos de obsidiana de los yacimientos de áreas diferentes. En las Tierras Norteñas y Belice, más del 90% de la obsidiana vino de San Martín Jilotepeque, y en el área de Petén fue casi el 80% (Tabla 2). En parte, esta diferencia puede deberse a que hay muy pocos análisis de este periodo en las Tierras Bajas Mayas.
TABLA 1
ARTEFACTOS DE OBSIDIANA ANALIZADOS EN LAS TIERRAS BAJAS MAYAS
(NORTE DE YUCATÁN, PETÉN, USUMACINTA, BELICE)
(Porcentaje)
Yacimientos
de Obsidiana
Preclásico
Medio
Preclásico
Tardío
Clásico
Temprano
Clásico
Tardío
Clásico
Terminal
Postclásico
Temprano
Postclásico
Tardío
San Martín Jilotepeque
82.4%
36.6%
5.9%
1.5%
3.0%
1.7%
1.7%
El Chayal
13.0%
55.0%
72.6%
84.4%
34.4%
8.8%
20.2%
Ixtepeque
2.8%
7.0%
4.4%
9.9%
12.3%
81.1%
76.7%
Tajumulco
1.0%
0.1%
Pachuca
0.5%
9.6%
0.3%
14.8%
4.1%
0.2%
Zaragoza
0.2%
0.5%
0.3%
5.4%
0.5%
0.05%
Ucareo
1.0%
0.1%
20.3%
2.6%
0.4%
Zinapécuaro
0.5%
0.1%
0.01%
0.1%
Zacualtipán
0.6%
0.1%
0.2%
Otumba
2.3%
0.2%
0.9%
Paredón
0.5%
4.9%
0.1%
0.05%
Tulancingo
0.3%
0.1%
Altotonga
0.02%
Pico de Orizaba
2.9%
0.2%
0.2%
Misceláneo
1.8%
0.5%
0.2%
0.3%
0.6%
No Conocido
0.2%
1.3%
2.8%
0.2%
0.2%
0.7%
Número
108
402
387
2359
12180
1046
4122
Figura 1 Porcentaje de yacimientos de obsidiana en las Tierras Bajas Mayas
TABLA 2
RESUMEN DE LOS PORCENTAJES DE OBSIDIANA DE LOS DIFERENTES
YACIMIENTOS GEOLÓGICOS QUE SE ENCONTRARON COMO ARTEFACTOS
EN LAS ZONAS DEL ÁREA MAYAS Y EN CHIAPAS
Yacimiento Geológico PRECLÁSICO CLÁSICO POSTCLÁSICO
de Obsidiana Temprano Medio Tardío Temprano Tardío Terminal Temprano Tardío
ÁREA MAYA NORTE
San Martín Jilotepeque — 100 32.9 — 2.1 3.0 0.4 0.2
El Chayal — — 60.0 86.3 88.3 31.9 7.2 10.4
Ixtepeque — — 4.3 1.7 2.1 11.2 78.1 88.5
Pachuca — — — 11.1 2.8 15.7 7.4 0.2
Zaragoza — — 1.4 — 0.7 5.8 0.9 0.2
Altotonga — — — — — 0.1 — —
Ucareo — — — — 0.7 21.9 4.8 0.1
Zinapécuaro — — — — 2.1 — 0.2 —
Pico de Orizaba — — — — — 3.1 0.4 0.2
Zacualtipán — — — — — 0.7 0.2 —
Otumba — — — — — 0.9 — —
Paredón — — — — 5.3 0.2 0.2
Misceláneo — — — — 0.7 0.3 — —
No conocido — — 1.4 0.9 0.7 0.1 0.4 0.2
Número de artefactos — 14 70 117 145 11,253 543 1341
BELICE
San Martín Jilotepeque — 100 23.3 2.1 1.7 1.8 0.3 1.7
El Chayal — — 70.0 87.4 61.4 66.1 4.2 24.7
Ixtepeque — — 6.7 10.5 36.0 25.7 93.6 71.9
Pachuca — — (258)3 — — 3.4 0.7 0.2
Zaragoza — — — — 0.2 — — —
Ucareo — — — — 0.3 0.9 0.3 0.5
Pico de Orizaba — — — — — — — 0.1
Misceláneo — — — — 0.3 0.2 1.0 —
No conocido — — — — — 1.9 — 1.0
Número de artefactos — ? 120 95 583 856 404 2675
ÁREA DE PETÉN
San Martín Jilotepeque — 79.6 45.3 12.0 1.4 22.5 15.2 19.8
El Chayal — 15.1 44.8 55.4 92.3 52.1 36.4 31.1
Ixtepeque — 3.2 8.0 2.9 1.3 18.3 46.5 48.1
Tajumulco — — — 2.3 0.1 — —
Pachuca — — 0.9 13.7 0.2 1.4 — —
Zaragoza — — — 1.1 0.4 2.8 — —
Ucareo — — — 2.3 — — — —
Zinapécuaro — — — 1.1 — — — —
Zacualtipán — — — — — — — 0.9
Otumba — — — 5.1 0.3 — — —
Paredón — — — 1.1 — — — —
Tulancingo — — — 0.6 0.1 — — —
Misceláneo — 2.2 0.9 — 0.1 — 2.0 —
No conocido — — — 2.3 3.9 2.8 — —
Número de artefactos — 94 212 175 1631 71 99 106
SOCONUSCO, CHIAPAS
San Martín Jilotepeque 8.1 5.2 43.9 54.1 53.7 49.4 51.0 17.5
El Chayal 44.2 64.9 20.0 31.6 26.2 30.7 26.5 15.9
Ixtepeque —- —- 20.8 0.5 2.2 2.9 1.3 12.3
Tajumulco 47.7 29.9 14.7 10.1 11.3 2.6 12.6 3.5
Pachuca —- —- —- 2.4 1.4 2.6 2.0 22.5
Zaragoza —- —- 0.2 0.2 0.5 0.1 —- 0.6
Ucareo —- —- —- —- 0.3 1.0 —- 0.1
Zinapécuaro —- —- 0.2 —- 0.9 —- 4.0 0.1
Pico de Orizaba —- —- 0.2 0.2 2.8 2.8 —- 27.0
Zacualtipán —- —- —- 0.5 0.3 0.2 0.7 0.1
Otumba —- —- —- —- —- —- 1.3 —-
Paredón —- —- —- —- 0.1 —- —- —-
No conocido —- —- 0.2 0.2 0.5 10.2 0.7 0.3
Número de artefactos 75,821 7419 654 418 791 862 151 794
DEPRESIÓN CENTRAL, CHIAPAS
San Martín Jilotepeque 34.0 95.9 95.8 —- 52.3 —- 59.8 64.7
El Chayal 38.3 2.4 3.9 —- 43.2 —- 28.4 22.9
Ixtepeque —- 0.6 —- —- 2.1 —- 2.0 4.4
Tajumulco 26.6 —- 0.1 —- —- —- —- 0.4
Pachuca —- —- 0.1 75.0 0.5 —- 3.3 5.0
Zaragoza 1.0 0.6 + —- —- —- 0.1 0.2
Ucareo —- —- —- —- —- —- —- 0.6
Zinapécuaro —- —- —- —- 0.5 —- 4.8 1.4
Pico de Orizaba —- —- + —- —- —- —- —-
Zacualtipán —- —- —- —- —- —- 0.1 —-
Otumba —- —- + —- —- —- —- 0.2
No conocido —- 0.6 + 25.0 1.3 —- 1.5 0.4
Número de artefactos 94 169 6645 8 1314 1351 481
PRECLÁSICO TARDÍO
Durante la época del Preclásico Tardío hubo un cambio significativo en los yacimientos de obsidiana del área Maya, de San Martín Jilotepeque a El Chayal. En las áreas Mayas del Norte y Belice, entre 60% y 70% de la obsidiana llegó de El Chayal. En Petén, la cantidad de obsidiana de El Chayal y San Martín Jilotepeque fue más o menos igual (44.8% y 45.3% respectivamente). Pendergast (1971) ha reportado el hallazgo de 258 artefactos de obsidiana de Pachuca, Hidalgo, México, en un solo entierro.
Entonces, el porcentaje de obsidiana de San Martín Jilotepeque declinó y el de El Chayal se incrementó dramáticamente (Figuras 2-4). Este cambio no tuvo muchas consecuencias en las redes de transporte a las Tierras Bajas Mayas, porque la distancia entre San Martín Jilotepeque y El Chayal fue pequeña en comparación con la distancia entre las Tierras Altas y las Bajas. Sin embargo, hay indicios de que cada vez se llevó más obsidiana de El Chayal a las Tierras Bajas Mayas, pero menos de obsidiana de esa misma fuente a la Costa del Pacifico de Chiapas (Tabla 2). Por estos tiempos, parece que los pueblos asentados en el área de Kaminaljuyu lograron el control de los yacimientos de obsidiana de El Chayal, y de ahí empezaron a negociar relaciones comerciales con las Tierras Bajas Mayas, en lugar de relacionarse con las culturas de la región de Soconusco. De todos modos, parece que la obsidiana de El Chayal y de San Martín Jilotepeque siguió las mismas rutas terrestres y por río del Preclásico Medio (Nelson 1994:59). La obsidiana de Ixtepeque también aparece en cantidades bajas en los lagos centrales de Petén, Tikal, El Mirador y en Campeche, en Becan y Edzna, y tuvo que haber seguido la misma ruta terrestre.
Las principales fuentes de obsidiana del área de Soconusco y Chiapas también cambiaron durante dicho periodo (Tabla 2). La mayoría de la obsidiana procedió en ese entonces de San Martín Jilotepeque y en cantidades bastante menores de El Chayal. Tajumulco fue todavía muy importante, pero la obsidiana de esta fuente era de menor calidad. Su importancia radicó, probablemente, en su proximidad al área de Soconusco. La parte alta de la Depresión Central de Chiapas recibió la mayor parte de su obsidiana de San Martín Jilotepeque. En cambio, en la parte baja de la Depresión Central se recibió igual cantidad de San Martín Jilotepeque que de El Chayal. Esto da indicios de que tal vez la obsidiana que llegó a Chiapa de Corzo provino de dos rutas diferentes de intercambio: de San Martín, a través de la Depresión Central, y de la ruta que corría a lo largo de la Costa del Pacífico, desde donde llegaba el material de El Chayal (Nelson 1994:60).
Es posible que el uso casi exclusivo de la obsidiana de San Martín Jilotepeque durante el periodo Preclásico Medio en las Tierras Bajas Mayas se debió al monopolio que ejerció la obsidiana de El Chayal en las culturas del Preclásico Temprano y Medio de la costa de Chiapas, del oriente de Oaxaca y de los Olmecas del sur de Veracruz. El cambio de la fuente de obsidiana de San Martín Jilotepeque a El Chayal en el área Maya, al comienzo del periodo Preclásico Tardío, puede verse como resultado de la decadencia de la cultura Olmeca en San Lorenzo, al principio del Preclásico Medio, y del declive de La Venta hacia el final del periodo Preclásico Medio (Nelson 1994:60).
Figura 2 Porcentaje de yacimientos de obsidiana en el área norteña de los Mayas
Figura 3 Porcentaje de yacimientos de obsidiana en Petén
Figura 4 Porcentaje de yacimientos de obsidiana en Belice
CLÁSICO TEMPRANO
Durante la época Clásica, la obsidiana de El Chayal fue muy importante en las Tierras Bajas Mayas hasta el fin del Clásico Terminal. Un cambio clave ocurrió durante el periodo Clásico Temprano. Más del 70% de la obsidiana de Guatemala llegó de El Chayal, pero a lo largo del periodo fueron llegando al área Maya cantidades significativas de obsidiana de Pachuca, Hidalgo, y de otras fuentes mexicanas (Nelson 1994:63). En las áreas norteñas y de Petén su porcentaje fue de 11.1% y 25% respectivamente. En el área norteña, toda la obsidiana mexicana procedió del yacimiento de Pachuca. En Petén, 13.7% llegó de Pachuca y 11.3% de otros yacimientos en México. Durante el Clásico Temprano, las rutas terrestres de las Tierras Altas de Guatemala a las Tierras Bajas siguieron probablemente las mismas huellas y los mismos sistemas fluviales usados por los Mayas desde la época Preclásica, a través de Petén. La obsidiana de Pachuca llegó a los centros de las Tierras Bajas Mayas por el camino de Kaminaljuyu. La ruta parece ser la que describió Lee (1978:53), para el Postclásico Tardío, que se iniciaba en la cuenca de México (Nelson 1994:63). La ruta se dirigía a Tuxtepec, Oaxaca, de donde seguía a la Costa del Pacífico y continuaba a lo largo de la costa hacia el área de Soconusco, Chiapas (Nelson y Voorhies 1980). De Soconusco, la ruta debió dejar la costa adentrándose en las Tierras Altas de Guatemala y finalmente a Kaminaljuyu. La obsidiana de Pachuca siguió a partir de Kaminaljuyu las rutas terrestres bien establecidas, dirigiéndose hacia el área de las Tierras Bajas Mayas. La obsidiana de otras fuentes mexicanas debió seguir también esta ruta (Nelson 1994:63).
CLÁSICO TARDÍO
Las rutas de transporte de las Tierras Altas de Guatemala al área de las Tierras Bajas Mayas durante el Clásico Tardío parecen haber sido similares a las del periodo Clásico Temprano, pues la mayor parte de la obsidiana todavía provenía de El Chayal. A las Tierras Bajas Mayas también llegaron pequeñas cantidades de obsidiana de San Martín Jilotepeque e Ixtepeque. Esta obsidiana llegó, probablemente, mediante las rutas terrestres de El Chayal que estaban en uso desde el Preclásico Medio. La gran diferencia en cuanto a las rutas de transporte de obsidiana del Clásico Temprano al Clásico Tardío, fue el hallazgo de mucha menos obsidiana de Pachuca en el Área Maya (Nelson 1994:64).
CLÁSICO TERMINAL
Parece ser que durante el periodo Clásico Terminal ocurrió otro gran cambio en las rutas comerciales Mayas. En la mayoría de sitios de las Tierras Bajas Mayas hubo un incremento en la cantidad de obsidiana procedente de Ixtepeque. Esto sucedió en las tres áreas de las Tierras Bajas Mayas. La obsidiana de Ixtepeque alcanzó un porcentaje de 11.2% en el área norteña, 18.3% en Petén y hasta 25.7% en Belice (Figuras 2, 3, 4; Tabla 2). Además hay obsidiana mexicana de varios yacimientos en cantidades sorprendentes. En las áreas de Petén y Belice llegó poca obsidiana, pero el área norteña recibió una cantidad significante (15.7% de Pachuca, 21.9% de Ucareo, 5.8% de Zaragoza, 5.3% de El Paredón y 4.8% de otros yacimientos; Figura 1; Tabla 2). Esto representa un porcentaje total de 53.5% de la obsidiana procedente de yacimientos mexicanos (Braswell 2003).
POSTCLÁSICO
Braswell (2003) ha hecho un resumen de la obsidiana que llegó a las Tierras Bajas Mayas durante el Postclásico. Por eso no hay razón para repetirlo aquí. Solo vale anotar que durante el periodo Postclásico, la importancia de la fuente de obsidiana de Ixtepeque se fue incrementando hasta que se concluyó prácticamente con la adopción de la obsidiana de este yacimiento. Además, la ruta de la costa caribeña fue muy importante para la red de transporte.
CONCLUSIONES
A pesar de ser preliminar, la información de la obsidiana indica que las rutas por medio de las cuales fue transportada esta materia prima cambiaron de un periodo arqueológico a otro. En las épocas Preclásica y Clásica en el área Maya, las rutas terrestres de central fueron muy importantes. Durante las épocas del Clásico Terminal y Postclásico, el uso de las rutas terrestres declinó y la ruta del centro de Petén fue desplazada o, por lo menos, no fue tan importante como antes, ya que la ruta costera a lo largo del Caribe y la del Golfo llegó a tener más importancia (Nelson 1994:67).
Todo esto significa que las redes de transporte fueron similares o iguales para las tres áreas durante algunos periodos arqueológicos. Sin embargo, el área de Petén, siendo la más cercana a los yacimientos, casi siempre fue diferente que las otras dos áreas Mayas. Por ejemplo, Petén recibió obsidiana de Pachuca y de otros yacimientos de México durante el Clásico Temprano, mientras el área norteña recibió obsidiana de Pachuca, pero nada de otros yacimientos mexicanos. No hay evidencia de que Belice recibiera obsidiana de México, con la excepción de los 258 artefactos que Pendergast (1971) encontró en un solo entierro. También durante el Clásico Terminal, el área norteña recibió numerosa obsidiana de Pachuca y de otros yacimientos mexicanos.
En resumen, aparentemente a partir del Preclásico Medio, San Martín Jilotepeque fue el yacimiento de obsidiana más importante en las Tierras Bajas Mayas. A inicios del Preclásico Tardío, la importancia de obsidiana de San Martín Jilotepeque disminuyó y el uso de la obsidiana de El Chayal aumentó. Así, la obsidiana de El Chayal fue la más usada hasta el fin del periodo Clásico, mientras que la obsidiana de Ixtepeque llegó a ser la más importante durante el Postclásico.
Aunque los porcentajes de obsidiana de los tres yacimientos de Guatemala difieren un poco en las tres zonas del área Mayas, las redes de transporte de los yacimientos son casi iguales. Quizá las diferencias porcentuales de los yacimientos obedecen a tres factores:
1. La diferencia en distancia de las tres zonas del área Maya hacia los yacimientos.
2. Quién controlaba las rutas de transporte.
3. Quién tenía relaciones de intercambio con los que controlaban los yacimientos.
Considerando dichos factores, el área de Petén estaba más cerca de los yacimientos, lo que le permitió ocupar una posición de privilegio al controlar las redes de transporte con las otras dos zonas durante los periodos Preclásico y Clásico. Por estar más cerca, también pudo tener relaciones y acuerdos con los quienes controlaban los yacimientos. En conclusión, parece ser que la obsidiana fue filtrada por Petén durante los periodos Preclásico y Clásico.
Otra diferencia entre las tres zonas es que Belice nunca adquirió mucha obsidiana de México. En contraposición, Petén recibió obsidiana de Pachuca y otros yacimientos en México durante el Clásico Temprano, y el área norteña obtuvo obsidiana de Pachuca durante esa época. Durante el Clásico Terminal, el área norteña recibió mucha obsidiana de los yacimientos mexicanos (Pachuca, Ucareo, Zaragoza, Altotonga, Pico de Orizaba, Zacualtipán, Otumba y El Paredón), mientras que las otras dos zonas no recibieron mucha obsidiana de México (Braswell 2003). Durante el Clásico Temprano, estas rutas pasaron por Kaminaljuyu y eran entonces controladas por la gente de Petén. Durante el Clásico Terminal, la obsidiana de México no pasó por Petén, sino fue transportada por medio de las rutas costeras. También más y más obsidiana de Guatemala, especialmente de Ixtepeque, fue transportada por la costa caribeña. Por supuesto, estas ideas van a seguir modificándose a medida que haya más datos e información disponible para el análisis de la obsidiana.
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