Tabares, A. Natasha, Michael W. Love, Michael D. Glascock, Hector Neff y Jeff Speakman
2004 Variación y distribución de las fuentes de navajas prismáticas de obsidiana en El Ujuxte, Guatemala. En XVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2003 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.953-964. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
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VARIACIÓN Y DISTRIBUCIÓN DE LAS FUENTES DE NAVAJAS PRISMÁTICAS DE OBSIDIANA EN EL UJUXTE, GUATEMALA
A. Natasha Tabares
Michael W. Love
Michael D. Glascock
Hector Neff
Jeff Speakman
Nota de la edición: Esta plática fue presentada en el XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala llevado a cabo en 2002
La obsidiana se considera como uno de los principales productos utilizados en las redes de intercambio en el área mesoamericana. Por lo tanto, la posibilidad de identificar las fuentes geológicas de artefactos elaborados de dicho material hace de la obsidiana una herramienta invaluable para reconstruir los sistemas de intercambio prehispánicos (Nelson 1989; Sidrys 1976; Sidrys et al. 1976). En el presente artículo se analizan las navajas prismáticas de obsidiana que han sido importadas al sitio arqueológico denominado El Ujuxte. Dicho sitio es un asentamiento del Preclásico Medio y Tardío que se encuentra localizado en la Costa Pacífica de Guatemala.
Este estudio tiene como objetivos identificar la variación de las fuentes geológicas de obsidiana a través del tiempo y determinar como era la distribución diferencial de las fuentes en las navajas encontradas en el sitio. Los resultados están basados en el análisis de más de 2000 fragmentos de navajas prismáticas y de algunas muestras completas. Las fuentes geológicas fueron identificadas a través del análisis visual de los artefactos y los resultados fueron verificados por medio del análisis químico de 180 muestras utilizando la técnica de LA-ICP-MS (Laser Ablation Inductively Coupled Plasma Mass Spectrometry).
NAVAJAS PRISMÁTICAS DE OBSIDIANA
Es ampliamente conocido que los patrones de intercambio de obsidiana fluctúan a través del tiempo. Dichos cambios son consecuencia de diferentes variables tales como la ubicación geográfica de las fuentes, la posibilidad de acceso a las mismas, la calidad del material disponible y el medio de transporte utilizado para mover el material. Otras variables incluyen el estado de producción en el que la obsidiana se encuentra en el momento de ser intercambiada (Clark y Lee 1984; Sheets 1983a:208-9). Asimismo, navajas, núcleos, nódulos y/o lascas pueden ser intercambiados siguiendo diferentes rutas (Love y Jackson 1998). También es importante considerar que diversos productos pueden ser exportados de una misma fuente (Clark 1981:13), o que determinada fuente puede ser utilizada solo para la fabricación y/o exportación de ciertos productos. Sin embargo, la disponibilidad de la obsidiana no solo depende de las características físicas previamente mencionadas, sino también de la organización política, social y económica de las diferentes entidades políticas que forman parte del sistema de intercambio.
Estudios anteriores han indicado que en ciertas sociedades prehispánicas las élites han tenido influencia considerable en los factores políticos y económicos de la región, manipulando la producción, distribución e intercambio de ciertos productos tales como la obsidiana (Ericson y Earle 1982; Hirth 1984). La importancia de este material no solo radica en el hecho de que las herramientas de obsidiana eran requeridas para el uso diario, sino también en que este material fue utilizado por las élites prehispánicas como un medio para legitimar el poder y materializar la ideología, especialmente cuando la materia prima era convertida en objetos de prestigio (Earle 1997:154).
Las navajas prismáticas constituyen una herramienta importante para determinar el control que la élite ejercía sobre la población y el grado de complejidad social de la comunidad. Lo anterior obedece al hecho de que la aparición de navajas prismáticas en el registro arqueológico coincide con un cambio fundamental en la organización social de Mesoamérica: la aparición de los primeros cacicazgos y el desarrollo de una economía centralizada.
Clark (1987:265), sugiere que las navajas eran elaboradas por especialistas patrocinados por los caciques, quienes finalmente estaban encargados de la distribución del producto ya terminado. La relación entre los cacicazgos y la aparición de una industria de navajas, en la que el intercambio con regiones alejadas se hacía necesario, indica que existía una cooperación regional e interregional mucho antes de que la transición a una tecnología de navajas tuviera lugar. La interacción regional se ve reflejada en las diferentes fuentes presentes en la colección de obsidiana en sitios arqueológicos del Preclásico Temprano en Guatemala y en otros sitios de Mesoamérica (Arroyo 1991).
EL UJUXTE
Este asentamiento se encuentra localizado en el departamento de Retalhuleu, Guatemala, a unos 10 km de la Costa del Pacífico (Figura 1). El sitio abarca un área de más de 4 km2 en la cual las diferentes construcciones siguen un patrón de orientación de 35° al este del norte magnético (Figura 2). El Ujuxte está constituido por varios montículos, los de mayor tamaño son los montículos 1 y 2, con una altura de 20 y 16 m respectivamente. Otras estructuras incluyen un campo de Juego de Pelota, la plaza central y varios montículos residenciales distribuidos sobre toda el área ocupada por el asentamiento. Este conjunto de estructuras en El Ujuxte constituye uno de los mayores rasgos arquitectónicos de la Costa del Pacífico (Love et al. 1997:4-5).
El desarrollo social y económico de El Ujuxte está directamente asociado con el desarrollo de La Blanca, otro sitio del Preclásico Medio localizado en el plano costero de Guatemala. La Blanca surgió alrededor del 900 AC y decayó como centro regional aproximadamente en el 600 AC. Después del colapso de La Blanca, El Ujuxte emergió como un cacicazgo complejo que continuó creciendo durante el Preclásico Tardío, hasta convertirse en el nuevo centro regional del sur de Guatemala (Jackson y Love 1991; Love 1998; Love y Castillo 1997:144). La cronología de El Ujuxte ha sido dividida en tres fases con base en los análisis de radiocarbono y en la variación de los tipos cerámicos (Figura 3). Estas fases han sido denominadas como Caramelo (600–400 AC), Cataluña (400–100 AC), y Pitahaya (100 AC-100 DC).
La complejidad social alcanzada por los habitantes de El Ujuxte se ve reflejada en el patrón de ordenamiento del sitio, la presencia arquitectónica de espacios públicos, las cerámicas de alta calidad y los lugares de almacenamiento, así como en las prácticas de enterramiento. Dichas características y el intercambio de navajas prismáticas provenientes de distintas fuentes geológicas, demuestran que El Ujuxte poseía una organización social compleja, en la cual las élites estaban en la capacidad de patrocinar la industria de navajas, ya fuera como consumidores o como distribuidores de las mismas.
DETERMINACIÓN DE LAS FUENTES DE OBSIDIANA
En Guatemala existen cuatro fuentes principales de obsidiana: El Chayal, San Martín Jilotepeque (Río Pixcaya), Ixtepeque y Tajumulco (Figura 4). Todas las fuentes se encuentran localizadas a más de 75 km de El Ujuxte y tres de ellas están representadas en forma de navajas prismáticas. La única fuente de obsidiana que no aparece en la colección de navajas, pero sí en forma de lascas, es Tajumulco, debido a que contiene una alta cantidad de inclusiones y por lo tanto no es apta para la manufactura de navajas (Clark et al. 1989:272-73).
Figura 1
El registro arqueológico indica que toda la obsidiana presente en El Ujuxte fue obtenida como un producto importado debido a que no existen fuentes cercanas al sitio, bien sea in situ o por acumulación causada por otros procesos naturales, tales como transporte aluvial (Sheets 1983b, quien ha reportado el uso de cantos rodados para la elaboración de herramientas de obsidiana). En El Ujuxte no hay evidencia de producción de navajas. En el material excavado no se encontraron núcleos prismáticos y el único núcleo hallado fue recuperado de las colecciones de superficie. Las características de El Ujuxte indican que el sitio alcanzó un alto grado de complejidad social, en el cual las élites disponían de los recursos necesarios para implementar una industria de producción de navajas, sin embargo, esta no fue puesta en práctica. En el caso de los Olmecas, esta situación es similar a la discutida por Clark (1987), donde las élites de San Lorenzo decidieron no adoptar la tecnología de producción de navajas debido a que “la producción en serie de navajas anularía los beneficios sociales, políticos y religiosos que trae consigo el consumo de artefactos costosos, como son las navajas previamente elaboradas” (Clark 1987:279).
Estudios anteriores han demostrado que las diferentes características visuales de la obsidiana tales como color, brillo, translucidez, inclusiones y textura de la superficie pueden utilizarse para determinar la fuente geológica de los artefactos, principalmente en el área de Mesoamérica (Braswell et al. 1994; Braswell et al. 2000). Sin embargo, siempre es necesario verificar los resultados del analista por medio de una prueba de identificación química.
Figura 2
Más de 30,000 artefactos de obsidiana fueron recuperados en El Ujuxte. El material fue inicialmente separado de acuerdo a criterios tecnológicos en dos grupos: navajas prismáticas y herramientas informales. Posteriormente fueron clasificadas 2000 muestras de acuerdo con su proveniencia geológica, la cual fue determinada visualmente teniendo como base una serie de muestras de El Ujuxte y La Blanca. La fuente geológica de dichas muestras había sido previamente determinada por medio de un análisis de activación de neutrones (NAA). Específicamente para este estudio fueron escogidas un total de 814 muestras con el fin de determinar la variación temporal de las fuentes y la distribución de las mismas. Las muestras seleccionadas corresponden a fragmentos de navajas para los cuales se tenía una cronología establecida. El análisis visual tuvo una precisión del 95%, la cual se determinó enviando 180 muestras seleccionadas al azar para ser analizadas por LA-ICP-MS en el Research Reactor Center de la Universidad de Missouri (MURR), Columbia.
LA-ICP-MS es una técnica con un alto grado de precisión utilizada en este caso para determinar la composición química de la obsidiana. Una vez las características químicas del artefacto sean identificadas, estas son comparadas con una base de datos, la cual contiene información sobre las características químicas de las fuentes volcánicas de obsidiana mesoamericanas. El análisis de las 180 muestras sometidas a LA-ICP-MS incluyó cinco elementos principales Cesio, Bario, Hafnio, Torio y Zirconio. Estos elementos son reconocidos como indicadores en la identificación de las fuentes de obsidiana de Guatemala, El Chayal, San Martín Jilotepeque e Ixtepeque (Speakman et al. 2001:1). LA-ICP-MS es un análisis puntual, es decir, únicamente la parte directamente afectada por el rayo láser es examinada, lo cual representa una desventaja en muestras que tienen una superficie muy variable. Afortunadamente, la obsidiana es un material relativamente homogéneo con una variación de composición mínima. Las figuras 5 y 6 presentan el patrón de composición de las muestras analizadas, indicando los elementos principales y las tres fuentes de obsidiana determinadas.
Figura 3
Figura 4
En un estudio anterior sobre la variación temporal de las fuentes de obsidiana en El Ujuxte, Love et al. (2000), compararon las fuentes representadas en dicho sitio con aquellas encontradas en La Blanca, con el fin de examinar una posible continuidad entre las estructuras políticas y económicas de los dos asentamientos. Los resultados indicaron que tanto en La Blanca como en El Ujuxte, El Chayal era la fuente dominante, seguida por San Martín. El Chayal conformaba un 70% del total de la muestra analizada y San Martín alrededor del 30%. El estudio también menciona una disminución en la cantidad de obsidiana proveniente de la fuente de Ixtepeque al sitio de La Blanca durante el Preclásico Medio. Los autores indicaron que esta tendencia parecía continuar en El Ujuxte, ya que no se encontraron muestras de Ixtepeque entre los artefactos de dicho sitio. La ausencia de material de Ixtepeque fue interpretada como una evidencia de la continuidad en las estructuras económicas que comenzaron en La Blanca y continuaron en El Ujuxte (Love y Castillo 1997:148; Love et al. 2000:75).
Los resultados obtenidos en el presente estudio difieren parcialmente de los reportados por Love et al. (2000). En este caso las muestras analizadas indican que en el Preclásico Medio (fase Caramelo), El Chayal y San Martín constituyen las únicas fuentes representadas en la colección de obsidiana, lo cual coincide con lo reportado en el estudio previo. Sin embargo, durante el periodo de transición entre el Preclásico Medio y Tardío (fase Cataluña), y continuando con el Preclásico Tardío, Ixtepeque aparece como una tercera fuente, la cual parecía haber sido eliminada de la red de intercambio (Figura 7). Cinco fragmentos de navaja pertenecientes a la fuente de Ixtepeque fueron observados entre las muestras con control cronológico (n= 814), y cinco más entre aquellas a las que no se les ha asignado una cronología precisa hasta el momento.
Figura 5
Figura 6
Figura 7
La ocurrencia de Ixtepeque es importante porque representa una fuente que no había sido previamente detectada en la colección de obsidiana en El Ujuxte y por lo tanto sugiere una expansión en las redes de intercambio. Además, la presencia de Ixtepeque parece estar asociada con la abundancia relativa del material de San Martín. Es decir, esta tercera fuente aparece cuando la frecuencia de obsidiana de San Martín disminuye (Figura 7). Es posible entonces proponer que el material de Ixtepeque fue adquirido para compensar el decrecimiento del material proveniente de San Martín.
La diferencia entre los resultados de este estudio y los obtenidos por Love et al. (2000), puede ser una consecuencia del método de muestreo. Es factible que el total de la muestra analizada (n= 62) por Love et al. (2000), no representó correctamente la colección de obsidiana de El Ujuxte, debido a la baja presencia de la fuente de Ixtepeque en el sitio.
DISTRIBUCIÓN DE OBSIDIANA
En El Ujuxte, la distribución de la muestra indica que todos los niveles sociales tenían acceso a por lo menos dos de las fuentes cuyo material es apto para la elaboración de navajas, siendo estas El Chayal y San Martín. Aunque durante este trabajo solo se analizó la muestra de navajas, es factible que todas las residencias tuviesen obsidiana de la fuente Tajumulco, debido a que esta fuente es muy común en la mayoría de los sitios prehispánicos mesoamericanos. Sin embargo, sólo algunas de las unidades habitacionales presentaron obsidiana proveniente de Ixtepeque (Tabla 1).
Tabla 1: Variación de las fuentes de obsidiana en las unidades habitacionales analizadas*.
Fase
Operación *
Tamaño de la muestra
El Chayal
San Martín
Ixtepeque
Fuente
no identificada
%
Total
%
Total
%
Total
%
Total
Caramelo
12
205
58.54
120
40.98
84
–
–
0.49
1
(600-400 AC)
Cataluña
6
5
100
5
–
–
–
–
–
–
(400-100 AC)
7
7
85.71
6
–
14.29
1
–
–
8
5
100
5
–
–
–
–
–
–
17
31
51.61
16
41.94
13
–
–
6.45
2
19
6
100
6
–
–
–
–
–
–
Pitahaya
6
14
78.57
11
21.43
3
–
–
–
–
(100 BC- 100 AD)
7
33
84.85
28
9.09
3
6.06
2
–
–
8
17
88.24
15
11.76
2
–
–
–
–
12
113
76.99
87
21.24
24
–
–
1.77
2
17
291
64.95
189
32.30
94
0.34
1
2.41
7
19
87
97.70
85
1.15
1
1.15
1
–
–
* Las operaciones representan las unidades habitacionales
Los materiales obtenidos durante la excavación y en las colecciones de superficie permitieron identificar un área de residencias elitistas (operaciones 11, 12 y 13), localizada al este de la Plaza Central (Figura 2). La evidencia de un alto nivel social y económico en el sector fue determinada por la presencia de jade ornamental (ausente en otras áreas), y al alto contenido de huesos de pescado y de mamíferos de considerable tamaño. Igualmente, la cantidad de obsidiana era mayor en aquellas residencias identificadas como pertenecientes a miembros de la élite (Love y Castillo 1997:147-48; Tabares 2002).
En la Tabla 1 se observa que la frecuencia de muestras de El Chayal es relativamente homogénea entre las residencias, principalmente en la fase Cataluña. Lo anterior coincide con lo propuesto por Clark y Lee (1984:247-248), quienes sugieren la presencia de una autoridad central controlando la distribución de las fuentes de obsidiana. Durante la fase Pitahaya, las frecuencias de El Chayal tienen mayor variabilidad, pero en esta ocasión más fuentes fueron introducidas dentro del sistema. Una vez más, la tendencia general sugiere un mecanismo de redistribución en el que todas las residencias tenían acceso a la obsidiana proveniente de San Martín. Si cada familia pudiese obtener la obsidiana de forma independiente, se esperaría una distribución más heterogénea de las fuentes presentes. Es importante señalar que seis de las muestras identificadas como pertenecientes a Ixtepeque (aquí se incluyen las muestras con y sin control cronológico), se encontraron en el área caracterizada como elitista. Lo anterior sugiere un acceso diferencial de obsidiana entre los habitantes de El Ujuxte.
CONCLUSIONES
La evidencia arqueológica indica que toda la obsidiana disponible en El Ujuxte era obtenida a través de un mecanismo de intercambio y que la producción de navajas prismáticas no se llevó a cabo en el sitio durante el Preclásico Medio y la mayor parte del Preclásico Tardío.
Es claro que todos los grupos sociales tenían acceso a material de obsidiana aunque en diferentes proporciones. Hasta el momento no se han encontrado indicios que sugieran una restricción de la obsidiana como materia prima por parte de la élite. Sin embargo el presente análisis sugiere que sí existía una restricción en cuanto a las fuentes disponibles, puesto que la obsidiana de Ixtepeque aparece principalmente en aquellas residencias localizadas en las áreas reconocidas como elitistas.
La variación de las fuentes de obsidiana a través del tiempo y la distribución del material tiene varias implicaciones. La colección de obsidiana de El Ujuxte indicó que hubo cierta continuidad en los patrones de intercambio que comenzaron en La Blanca durante la primera parte del Preclásico Medio (fase Caramelo). Es decir, El Chayal y San Martín permanecen como las fuentes principales de obsidiana tanto en la Blanca como en El Ujuxte, mientras que el material proveniente de Ixtepeque comienza a disminuir en La Blanca hasta desaparecer del sistema de intercambio en El Ujuxte. Esta tendencia fue interrumpida en la fase Cataluña, cuando Ixtepeque aparece como una tercera fuente representada en las navajas prismáticas.
Los cambios temporales en las fuentes de obsidiana disponibles no obedecen a factores puramente tecnológicos o de proximidad al sitio, ya que las tres fuentes disponibles son aptas para la producción de navajas y están localizadas a una distancia considerable de El Ujuxte. La variabilidad de las fuentes geológicas presentes parece ser el resultado de factores políticos o sociales, como ha sido sugerido para otros sitios en Mesoamérica (Clark y Lee 1984). En este artículo se propone que las fuentes de obsidiana eran controladas por grupos específicos con los que la población de El Ujuxte mantenía nexos políticos y comerciales. Es posible que algunos de los grupos en control de las fuentes, como es el caso en San Martín, hubieran implementado ciertas restricciones sobre el material de dicha fuente. Lo anterior haría necesaria la adquisición de obsidiana proveniente de otros lugares. También es factible que la introducción de una nueva fuente en el sistema sea simplemente el reflejo de una expansión en la red de intercambio, en la que las entidades en control de la fuente de Ixtepeque aparecen como nuevos aliados en el sistema político de El Ujuxte.
Cabe anotar que durante el desarrollo de este trabajo fue posible demostrar la validez de identificar las fuentes de obsidiana por medio de análisis visuales en el área mesoamericana, especialmente cuando es preciso examinar cantidades considerables de artefactos. Sin embargo, es necesario verificar los resultados sometiendo parte de la muestra a análisis químicos tales como LA-ICP-MS. En este caso la caracterización química sirvió para corroborar la existencia de las dos fuentes esperadas, El Chayal y San Martín, y para identificar una tercera fuente (Ixtepeque), de la cual no se tenía registro previo en el sitio El Ujuxte.
Agradecimientos
El financiamiento para las investigaciones en La Blanca provino de becas Fulbright DDRA, de la National Science Foundation (BNS-8611064), y de la Universidad de California en Berkeley. Las investigaciones en El Ujuxte fueron posibles gracias al apoyo de las instituciones siguientes: la John H. Heinz III Foundations, la Fundación Wenner-Gren (Grants 5837), el programa Fulbright-Hayes (beca de investigación), la National Science Foundation (SBR-9510991, SBR-96171123 y SBR-9807304), la Foundation for the Advancement of Mesoamerican Studies, la Universidad del Valle de Guatemala, la Universidad Estatal de Sonoma, y la Universidad Estatal de California en Northridge. Los autores agradecen a todo el personal del Research Reactor Center de la Universidad de Missouri, Columbia, por el procesamiento de las muestras. Estos análisis químicos fueron posibles gracias al apoyo financiero de la National Science Foundation (NSF), proyectos SBR-9802366 y SBR-9977237. Igualmente se agradece el aporte financiero otorgado por The Office of Graduate Studies y The University Corporation de la Universidad Estatal de California en Northridge.
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