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63 – LA IMAGEN COMO FUENTE DE CULTURA: UN ANÁLISIS ICONOGRÁFICO DE LA ESTELA H DE COPAN – Vanessa Valeria Lozano – Simposio 19, Año 2005

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Lozano, Vanessa Valeria

2006        La imagen como fuente de cultura: Un estudio iconográfico de la Estela H de Copan. En XIX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2005 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.686-695. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

63

LA IMAGEN COMO FUENTE DE CULTURA:

UN ANÁLISIS ICONOGRÁFICO DE LA ESTELA H DE COPAN

Vanessa Valeria Lozano

Espíritu: ¿Dónde estás, Fausto, tú, cuyo acento llegaba hasta a mí, y que con todas tus fuerzas pugnabas por alcanzarme? ¿Eres tú, quien, al sentirse envuelto en los efluvios de mi aliento, tiembla en todas las profundidades vitales, un gusano que huye medroso y encogido?

Fausto: ¿Yo retroceder ante ti, engendro de la llama? ¡Soy yo, soy Fausto, tú igual! (Göethe)

Palabras clave

Arte Maya, Honduras, Copan, Estela H, semiótica

THE IMAGE AS A CULTURAL SOURCE: AN ICONOGRAPHIC STUDY OF STELA H IN COPAN

Looking at a work of art produces a whole range of reactions in the viewer. The composition plays a primordial role in understanding the message being communicated. In this way, the prehispanic monuments, specifically, the Maya works that we consider to be art, cannot be outside of this scope. Based on this former premise, an analysis of Stela H from Copan in Honduras will be carried out, because it is a site where sculpture was more dynamic, taking into account two research methods: 1) the first focuses on the structure of visual perception, that is, an explanation of what is called the harmonic nodes of Fibonancci of the stela. 2) The second consists of the visual semiotics taken from some ideas from the French theoretician Algirdas Greimas which will aid the understanding of the monument’s semiosis, since the image as a whole has its own language.

Cuando Fausto se iguala al espíritu, Göethe presenta a un hombre deseoso de conocer y aprender el mundo que mira ante sus ojos. De ahí, que al apropiarse del mundo, del saber, se compare con las divinidades. De una manera similar, el hombre Maya al conocer su entorno busca adueñarse de él y “los objetos son el resultado de ese encuentro entre las palabras y cosas que hace que la materia del mundo, gracias a la forma organizativa conceptual en la que es colocada, sea una sustancia que se encuentra con cierta forma” (Fabbri 1999:40)

De acuerdo con este principio y a través de la semiótica, el trabajo que se presenta a continuación es el estudio de un monumento que ha sido y sigue siendo polémico: la Estela H de Copan. Según Umberto Eco: “La semiótica estudia los procesos de comunicación. Y sin embargo, cada uno de dichos procesos parece subsistir sólo porque debajo de ellos se establece un sistema de comunicación” (1992: 24). Es decir, está el proceso de comunicación, el procedimiento de transmisión del significado y la fase de decodificación.

Así, el análisis parte de tres secciones básicas de la semiótica: a) Pragmática, b) Sintáctica y c) Semántica. El aspecto pragmático se refiere al contexto general de la pieza. Para el estudio del sintáctico se utilizaron algunos postulados analíticos relativos a la pintura moderna que Moisés Aguirre difundió en el artículo “Algunos apuntes para el análisis Maya”. En el apartado de la semántica se conceptualiza una propuesta de lectura de la pieza a través de los llamados modelos de cultura establecidos por Luri Lotman (1998).

ESTUDIO PRAGMÁTICO

La Estela H se encuentra en la Gran Plaza de la ciudad de Copan (Figura 1). Fue erigida por el décimo tercer gobernante de la dinastía Waxaklajuun Ub´aah K´awiil conocido como 18 Conejo. Nikolai Grube y Simon Martin (2002:203), interpretan el nombre como 18 imágenes de K´awiil.

Waxaklajuun Ub´aah K´awiil subió al poder después de la muerte de su padre Humo Imix en el año 695 DC. Fue el máximo constructor de Copan, ya que entre sus monumentos se tiene el Templo 22, las Estelas C, F, J, 4, A, B y D, así como los altares asociados con cada una de éstas. Además, remodeló el Juego de Pelota. Al finalizar la construcción de éste en abril del 738 DC, fue capturado por el rey de Quirigua K´ak´ Tiliw Chan Yoaat.

La Estela H fue descubierta por Stephens en la plaza central, en el centro de una larga plataforma circular en lo más alto de una cámara de mampostería. Las dimensiones de la estela son: 3.65 m de alto; en la base, 1 m de largo y 0.95 m de ancho. Las cuatro caras de la estela se encuentran labradas. Durante las excavaciones arqueológicas se encontraron 195 fragmentos de cuentas de jade, 33 cuentas enteras, placas de jade grabadas, conchas y oro.

    Figura 1        Mapa de la zona arqueológica de Copan (Grube y Martín 2002)

La fecha en que se conmemoró el monumento es 4 Ajaw 18 Muwan, 5 de diciembre del 731 DC (9.14.19.5.0); consiste en la representación de una mujer vinculada al gobernante 18 Conejo (esposa o madre).

La mayor parte de las investigaciones concuerdan con la interpretación dada por Schele y Mathews (1999:154-155), quienes proponen que el gobernante Waxaklajuun Ub´aa K´awiil está representando al dios del maíz (Fash 1991:180; Fitzsimmons y Fash 2003:302).

ANÁLISIS SINTÁCTICO

Al terminar el estudio pragmático se buscan las unidades mínimas de significado dentro del código establecido, en otras palabras, se localiza una serie de signos dentro del texto que sean los más importantes y que permitan establecer un sistema de comunicación, ya que dichas unidades de significado en su conjunto son parte de la semiosis. Es decir, una acción o influencia que es o implica una cooperación entre tres sujetos, como por ejemplo, un signo, su objeto y su interpretante (Eco 1992).

Aguirre, en el artículo “análisis del arte Maya” (2004), propone una técnica para el estudio de las piezas Mayas, utilizando métodos geométricos que ayuden al investigador a identificar los puntos más destacados de la imagen.

Puesto que los escultores Mayas conocían las figuras básicas: triángulo, cuadrado y círculo, podían realizar juegos geométricos con la distribución de los elementos en puntos estratégicos para que el espectador pudiera observarlos tanto individualmente como en su conjunto. Aguirre llama estos “puntos estratégicos” nudos armónicos, que por ser los elementos más destacados de la pieza representan su síntesis. Son las figuras más importantes que trabaja el artista y lo primero que debe llamar la atención del espectador.

Con este enfoque se estudió la Estela H utilizando los triángulos armónicos pitagóricos, que como su propio nombre lo indica provienen de la aplicación del teorema de Pitágoras (la raíz de la suma de los cuadrados de cada cateto es igual a la hipotenusa: , donde la h representa la hipotenusa y c1 y c2 son los catetos). Su manejo consiste en trasladar el lado menor al mayor y viceversa dado que éstos son proporcionales entre sí y con el todo. Esto permite elaborar trazos diagonales que dan origen a una serie de intersecciones, lo cual hace visible la formación de nudos armónicos. Dicho análisis permite continuar con el método semiótico, ya que ofrece una meta descripción del objeto de estudio. De acuerdo con Lotman (1998), la meta descripción es la representación de los fenómenos de una cultura en el lenguaje de las oposiciones sicológicas, históricas o sociológicas, y es parte de una determinada interpretación científica.

De inicio, el formato de la pieza, desde su parte frontal y posterior corresponde a ; mientras que los laterales son iguales a, lo que indica que el escultor se dio la libertad de manejar dichas caras como piezas diferentes, lo cual le permitió trazar elementos envolventes para darle continuidad a la obra que se plasma con el marco (Figura 3).

Los nudos armónicos que se observan en la Estela H son:

  • Cara frontal: mascarón, rostro, manos sosteniendo barra, falda (concha).
  • Cara posterior: personaje-ave, mascarón, fecha.
  • Lado norte: personaje superior, personaje medio y personaje inferior.
  • Lado sur: personaje superior, personaje medio y personaje antropomorfo inferior.

Los nudos armónicos aquí presentados son las unidades mínimas de significado que guiarán el trabajo. Dichas unidades delimitan el campo de estudio. Sin embargo, no establecen el orden ni el sentido de lectura. De esta forma, se da paso al análisis semántico.

Figura 2  Estela H de Copan

ANÁLISIS SEMÁNTICO

“Es por la mediación del cuerpo percibiente que el mundo se transforma en sentido -en lengua-, que las figuras exteroceptivas se interiorizan y que finalmente, resulta posible considerar la figuratividad como un modo de pensamiento del sujeto” (Greimas 1999:13).

La semántica tiene como objeto de estudio las lenguas naturales y la descripción de éstas. El hombre se apropia de su entorno conceptualizando las cosas que lo conforman, como bien lo señala Greimas (1999); las formas del mundo se transforman en sentido y por lo tanto en lenguaje, dando origen a la lengua natural de una cultura. Las unidades mínimas de significado son el resultado de un mismo sistema cultural en el cual interactúan dos sistemas sígnicos: el lenguaje visual y la lengua natural, transformando a esta última de una forma de interpretación de la unidad mínima, ya sea una imagen o bien, una palabra (Cid 2002:10.). Por ello, la semiótica representa un programa cuyo objetivo es la búsqueda del sentido.

Como se vio en el segmento anterior, el estudio compositivo de la estela ayudó a identificar estas unidades, pero se debió organizarla según cierto orden. Para ello, se recurrió al texto de Luri Lotman titulado la Semiósfera (1998), donde el autor especializa su trabajo sobre el fenómeno de la cultura. Para él, el mundo material es un signo, una expresión de la idea absoluta. Explica de manera breve que todo modelo de la cultura puede ser descrito en términos espaciales y éste debe abarcar el universo de una colectividad dada.

Lotman desarrolla dos cuadros de cultura: el paradigmático y el sintagmático. El primero presenta el mundo como un paradigma extra temporal cuyos elementos se disponen en diversos niveles, al tiempo que son diferentes variantes de un mismo significado. Por su parte, el sintagmático es una sucesión de diversos elementos que se disponen en un mismo nivel en un único plano temporal y adquieren significado en la interrelación de unos con otros.

Dentro de la investigación de la Estela H se optó por utilizar el modelo sintagmático, ya que éste construye el mundo según una jerarquía de planos semánticos orientados en determinada manera arriba / abajo e interior/ exterior.

Figura 3        Trazos y nudos armónicos (Schele y Mathews 1999)

Cada nivel actúa como contenido, y como capa interna respecto de la cual hereda los rasgos de expresión. Todos los niveles en su totalidad adquieren rasgos; primero, porque son en determinada medida sinónimos y, segundo, porque se diferencian por el grado de concentración de cierto significado único.

La Estela H se presenta como una sola pieza, es decir, se encuentra en un mismo nivel, pero a la vez el monumento se divide en diferentes planos que se relacionan entre sí y conforman un sistema de comunicación.

Todo se presenta como poseedor de significado. “Cada nivel –encierre lo que encierre, naturaleza inanimada, creaciones materiales por las manos del hombre…– es un texto, y el conocimiento es el saber leerlo” (Lotman, 1998:134).

A partir de estos postulados, la lectura de las partes de la Estela H tiene la siguiente estructura:

FRENTE

  • Centro: barra ceremonial.
  • Falda y concha con imagen de tiburón.
  • Tocado de cocodrilo.

LATERALES

  • Personajes superiores.
  • Personajes medios.
  • Personajes inferiores.

POSTERIOR

  • Símbolo cuatripartita.
  • Inscripción (fecha).

INTERPRETACIÓN

Se escogió la cara del frente de la estela por estar representado un personaje. Se ha señalado que el señor se identifica con su lenguaje natural porque él por sí mismo es un signo. Por lo tanto, dicha figura es lo primero que reconocen los espectadores.

Las manos del soberano marcan el centro de la estela, cargan la llamada barra ceremonial de donde salen dos serpientes. Este elemento se ha relacionado estrechamente con el poder y es un elemento para identificar a los gobernantes Mayas. En el centro de la barra se encuentra la sílaba li conocida como espejo, con el cual se reconocen a los dioses dentro del mundo Maya (Garza 1992). En cada uno de los lados de la barra se encuentran cabezas de serpiente, la cual dentro del contexto cultural se ha relacionado con fertilidad y con el dios K´awiil quien también es un símbolo de poder (Garza 1990). Así, que dicha unidad de significado sintetiza la representación del poder tanto político como religioso de un mandatario, en este caso Waxaklajuun Ub´aah K´awiil.

La siguiente unidad de significado es la falda y la concha con la imagen de un tiburón que constituyen parte de la vestimenta del personaje. Se debe recordar que las mujeres portan faldas largas que llegan hasta el tobillo; la falda es un elemento de estatus y poder. La concha con la imagen de tiburón también es un símbolo con el cual se identifica a las mujeres. Entonces cabe preguntarse ¿cuál era la intención del gobernante al utilizar vestimentas femeninas?

La respuesta gira en torno a la necesidad que manifiesta 18 Conejo por identificarse con símbolos del maíz y de fertilidad. Sin embargo, para que la simbología sea completa necesita de la parte femenina porque sin ésta no se puede dar ni la cosecha, ni la procreación. Lo femenino también se relaciona con el ámbito acuático y del inframundo. De ahí que el lado femenino se encuentra en la parte inferior de la estela.

El siguiente punto de análisis es el tocado del personaje, donde se encuentra personificado un cocodrilo o un caimán (Morselli 2004). Se debe destacar que estos reptiles se distinguen por su gran tamaño. Desde el cuello hasta la cola, tienen hileras de placas óseas que dan la impresión de espinas o dientes. Estos saurios se mantienen gran parte del tiempo en el agua; debido a su anatomía son capaces de abrir la boca y tragar debajo del agua sin ahogarse. Por lo general, los caimanes, aligatores y gaviales son de agua dulce, mientras que los cocodrilos habitan en agua dulce y salada. Los caimanes y aligatores son agresivos, mientras que los gaviales son inofensivos. Los cocodrilos son ovíparos; su nido, es una pequeña montaña de hojas secas y tierra cerca del agua donde la hembra desova. El caimán (Crocodylus fuscus), se identifica por lo corto y ancho del hocico, así como por los cuernecillos que tiene sobre los ojos. La hembra es más pequeña que el macho y llegan medir hasta 2.50 m. Se localiza en la vertiente del Pacífico, desde el sur de Oaxaca hasta Honduras. Habitan en zonas pantanosas y fangosas, y abundan en lugares donde hay mucha vegetación, como los manglares, tolerando perfectamente las aguas salobres. El cortejo inicia con la primavera y el apareamiento a finales de mayo y principios de julio. La hembra deposita de 30 a 40 huevos y el periodo de incubación es de 70 a 80 días. Dadas sus características, el cocodrilo es un animal relacionado íntimamente con la tierra y el agua, por lo tanto, en el ámbito de la cosmovisión de los antiguos Mayas, ocupa un lugar de gran importancia en el complejo simbólico ligado a la fertilidad. Se ha vinculado este tipo de mascarón con un dios solar. En la Estela H está ubicado en la parte superior del monumento.

Continuando con los laterales, recordando que se va de interior a exterior. Aparecen aquí cuatro personajes que Schele y Mathews, al igual que Fitzsimmons y Fash (2003), les han interpretado como wayoob “compañeros o animales espirituales”, ya que éstos se encuentran encajados en glifos sak (blanco), de los que salen cuerdas cruzadas de donde surge el glifo de Ik´, por lo que se ha leído este elemento como “sak ik´, el alma que sale por los orificios nasales de los señores fallecidos o que viajan entre el mundo de los vivos y de los muertos” (Fitzsimmons y Fash 2003:302).

Se considera que Waxaklajuun Ub´aah K´awiil busca interactuar con la fertilidad y el maíz, por lo tanto los cuatro personajes que aparecen en los laterales de la Estela H son represtaciones de la deidad del maíz en sus cuatro diferentes tipos y que, a su vez se sitúan en los puntos cardinales correspondientes: ,,,.

La última parte de la lectura es la cara posterior de la estela donde se muestra el símbolo cuatripartita que aparece también en los tableros del conjunto de las cruces en Palenque (Figura 4). Este puede identificarse por una “concha bivalva, la espina de raya y una vasija” (Morselli, 2004:145). El mascarón que se encuentra en la parte posterior de la Estela H se ha identificado como una deidad solar con la mandíbula descarnada. Es decir, el sol nocturno.

Figura 4        Tablero de la Cruz (De la Garza 1992)

Para concluir se debe mencionar que en la inscripción aparece la fecha 4 Ajaw 18 Muwan. Es interesante señalar que el escultor tanto en este monumento como en la Estela A colocó la fecha en nudo armónico. Schele y Mathews (1999:156), profundizaron en el texto y descubrieron que la fecha coincide con una configuración planetaria correspondiente al año 731 DC y que también se presenta en otros sitios como Yaxchilan.

CONSIDERACIONES FINALES

A raíz de todo lo anterior, se puede proponer que el gobernante 18 Conejo está representado con todos los elementos relacionados con la fertilidad, tanto en su lado femenino como masculino, el sol celeste y el sol nocturno. A esto se intercalan las imágenes de los laterales donde se observan serpientes con plantas de maíz y cuatro personajes identificados como dioses de la respectiva planta. A su vez, la inscripción glífica es el amarre del discurso que evoca al personaje histórico quien busca igualarse a los dioses. La imagen habla de eventos míticos y el texto escrito los coloca en un tiempo histórico. En palabras de Lotman (1998:88): “Los primeros significan un sentido, los segundos hacen acordarse de él; los primeros son un texto a parte de un texto; además de un texto que tiene una naturaleza semiótica homogénea. Los segundos están insertos en un texto sincrético del ritual o están ligados nemotécnicamente a textos orales fijados para un lugar y momento dado”. Lotman ofrece una propuesta dentro del estudio de la cultura ya que todo se presenta como poseedor de significado y el estudio de la semiótica visual aporta una nueva manera de acercarnos a los objetos realizados en un tiempo y lugar determinados.

REFERENCIAS

Aguirre Medina, Moisés

2004        Algunos apuntes para el análisis del arte Maya. Trabajo inédito.

Cid Jurado, Alfredo

2002        El gesto y el glifo Mesoamericano: De la expresión a la transcripción de una lengua natural. Designis, No.3, Revista de la Federación Latinoamericana de Semiótica, Editorial Gedisa, Madrid.

De la Garza, Mercedes

1990        El universo sagrado de la serpiente entre los Mayas. Instituto de Investigaciones Filológicas, Centro de Estudios Mayas, UNAM, México.

1992        Palenque. Miguel Ángel Porrúa, México.

Eco, Umberto

1992        Tratado de semiótica general. Lumen, Barcelona.

Fabbri, Paolo

1999        El Giro Semiótico. Gedisa, Madrid.

Fash, William

1991        Scribes, Warriors, and Kings: The City of Copan and the Ancient Maya. New York.

Fitzsimmons, James y William Fash

2003        Susajb´aak: Muerte y ceremonia mortuoria en la plaza ceremonial de Copan. Manuscrito.

Greimas, Algirdas Julián

1999        Semiótica de las pasiones. Paidos, Barcelona.

Grube, Nikolai y Simon Martín

2002        Crónica de los Reyes y Reinas Mayas: La primera historia de las dinastías Mayas. Planeta, México.

Lotman, Luri

1998        La Semiósfera: Semiótica de la cultura, del texto, de la conducta y del espacio. Vol.2. Ediciones Cátedra, Madrid.

Morselli, Simonetta

2004        El tocado de los gobernantes en la representación escultórica de Tikal. Propuesta para una lectura iconográfica. Estudios Mesoamericanos, UNAM, México.

Schele, Linda y Peter Mathews

1999        The Code of Kings: The Language of Seven Sacred Maya Temples and Tombs. Simon and Schuster, New York.

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