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41 – EXCAVACIONES EN MACHAQUILA, PETÉN: TEMPORADA DE CAMPO 2005 – Jorge E. Chocón, María Josefa Iglesias, Alfonso Lacadena y Jesús Adánez – Simposio 20, Año 2006

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Chocón, Jorge E., María Josefa Iglesias, Alfonso Lacadena y Jesús Adánez

2007        Excavaciones en Machaquila, Petén: Temporada de campo 2005. En XX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2006 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp. 679-698. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

41

EXCAVACIONES EN MACHAQUILA, PETÉN:

TEMPORADA DE CAMPO 2005

Jorge E. Chocón

María Josefa Iglesias

Alfonso Lacadena

Jesús Adánez

Palabras clave

Arqueología Maya, Tierras Bajas, Guatemala, Petén, Machaquila, excavaciones, arquitectura, recinto cuadrilobulado

Abstract

EXCAVATIONS AT MACHAQUILA: THE 2005 FIELD SEASON

The 2005 field season was undertaken by a Spanish team composed of two archaeologists, an epigrapher, and a Guatemalan archaeologist, who have been dedicated to excavations at Machaquila, Petén. During the current season, excavations at Machaquila have addressed the architecture of Structure 34 in Plaza E, as well as Structures 7 and 8 in Plaza F. Investigations have also been undertaken in Plaza A, the location of the «quadrilobular altar», an area used for ceremonies in the center of this city.

A la vista de los avances llevados a cabo en las anteriores temporadas en Machaquila, localizada en las Tierras Bajas Mayas Centrales (Figura 1), en la temporada 2005 se ha trabajado en tres frentes diferentes.

El primero de ellos en un espacio, que ya Ian Graham (1967) había descrito con anterioridad. Consiste en una hilada de piedras con forma de cuadrilobulado, al centro de la Plaza A (Figura 2). Los otros dos frentes han incluido la finalización de la investigación en la Estructura 34 sobre la Plaza E y la Estructura 8, entre las Plazas F y G, donde el año 2004 había hecho su aparición un interesante mascarón (Chocón y Laporte 2001; Ciudad et al. 2003a, 2003b).

EXCAVACIÓN EN EL RECINTO CUADRILOBULADO DE LA PLAZA A DE MACHAQUILA

En su trabajo en Machaquila, Graham señaló la presencia, en la Plaza A, de una hilera de piedras canteadas que delimitaba un área de forma cuadrilobulada, aunque en la planta que incluyó (Figura 3) sólo se veían tres de los lados, así como su posición relativa respecto a los monumentos ubicados en la plaza. El motivo cuadrilobulado ha hecho su aparición en iconografía de manera recurrente a lo largo y ancho de Mesoamérica desde tiempos Olmecas, aunque es en el área Maya donde está más ampliamente representado como en Copan, Quirigua, Palenque, El Perú y Cancuen (Figura 4).

En Machaquila se da la circunstancia de encontrarlo tanto a nivel físico como iconográfico, por lo que se pensó que era una excelente oportunidad para excavarlo y así tratar de responder a algunas preguntas acerca de su forma, cronología y posible función.

 

Figura 1 Ubicación geográfica de Machaquila

Figura 2 Ubicación de Zona de trabajo en el área central de Machaquila

La primera acción fue la limpieza de la vegetación (Figura 5), dando como resultado la ubicación de los lados reportados por Graham, así como el faltante lado sur, lo que completó el cuadrilobulado de la Plaza A (Figura 6). Una vez descubierta y limpia la hilera de piedras del recinto, se trazó un cuadrado de 10 m por lado, que incluía en su totalidad el cuadrilobulado y una pequeña zona alrededor, dividiéndose el área en 100 cuadrículas de 1 m².

Dada la amplitud del recinto se optó por una investigación parcial, eligiendo una serie de unidades, las cuales podrían proporcionar suficiente información, así como materiales, excavando aproximadamente 25 m2, un tercio del cuadriculado.

Con el objeto de tener una primera visión que sirviera de guía en el trabajo de excavación, se realizó un pozo fuera de los bordes del cuadrilobulado, así como de un área central claramente saqueada. Esta cala, marcó la pauta de lo que se iba a hallar en el resto de la excavación, proporcionando la siguiente estratigrafía:

  • No quedan restos del piso original de la plaza, sólo permanece la evidencia de una capa de piedra pequeña, sobre la que se encuentra material cultural, extremadamente fragmentado y deteriorado
  • Un primer nivel de humus revuelto con abundante cerámica y lítica
  • El segundo nivel de piedra pequeña, con menor material cultural que el anterior
  • Un tercer nivel con relleno piedras grandes y sin material cerámico
  • El último nivel estaba compuesto por arcillas de color oscuro

A partir de este pozo se excavaron diversas áreas, como las esquinas noroeste, suroeste, en su parte interior y exterior, lado norte, zona hundida de la parte central, pozo central, lateral oeste y la limpieza de los fragmentos de hilada presente en el área este y sureste.

El volumen de material recuperado es porcentualmente abundante, casi 10,000 fragmentos en 25 m2, y 0.40 m de profundidad media, estando presentes en su mayoría las formas convencionales de ollas, cuencos, platos, vasos, comales, aunque es interesante el relativamente alto número de fragmentos de incensarios.

En el aspecto cronológico, la información remite a que se usó durante el Clásico Tardío y/o Terminal, con una mínima presencia de fragmentos del Preclásico Tardío. Es de interés incidir en la mínima representación de objetos cerámicos completos, que se ha limitado al hallazgo de dos frágiles cajitas con sus correspondientes cubiertas y una tercera tapadera, todas pertenecientes a un mismo escondite (Figura 7).

La lítica no es muy abundante y apareció muy fragmentada, a excepción de un cuchillo, una punta de pedernal (Figura 8) y una navaja de obsidiana, completan el registro dos fragmentos de cuentas de piedra verde.

Aún más escaso es el material óseo, limitándose a tres fragmentos de restos humanos en la zona central, donde se piensa que pudo haber albergado una cámara que fue saqueada.

En suma, se está ante un recinto cuadrilobulado completo, de aproximadamente 8.40 m por lado y un área de 70 m2, cuya ubicación, la acumulación de materiales culturales, incluidas ciertas ofrendas y su extraordinaria semejanza con las representaciones iconográficas existentes, corrobora la hipótesis de que el cuadrilobulado fue un espacio ritual de importancia, donde debieron llevarse a cabo ceremonias relacionadas con el fuego, apoyadas estas por la alta presencia de materiales quemados y fragmentos de incensarios.

Figura 3 Planta de la plaza A, y ubicación del altar Cuadrilobulado según Ian Graham

Figura 4 Identificación del altar cuadrilobulado en las Esculturas 10, 8 y 4 de Machaquila

Figura 5 Limpieza de la vegetación sobre el altar cuadrilobulado

Figura 6 Planta del altar cuadrilobulado luego de las temporada de campo 2005

Figura 7 Pequeñas cajas de cerámica localizadas en el interior del altar cuadrilobulado

Figura 8 Punta de pedernal localizada en el las excavaciones del altar cuadrilobulado

EXCAVACIONES EN LA ESTRUCTURA 34 (PLAZAS D Y E)

La Estructura 34, está situada sobre la plataforma basal de la Plaza E (Figura 9), aunque su fachada principal se orienta hacia el sur, es decir hacia la Plaza D, la de mayor extensión de Machaquila (Figura 10). El desnivel entre las Plazas D y E es de 4.25 m, y se da la interesante circunstancia que las dos edificaciones principales, Estructuras 32 y 34, se orientan hacia el exterior de ella.

En la Temporada 2004 se realizaron en ella algunos trabajos específicos de determinación arquitectónica, habiéndose hallado numerosos estucos y escalinatas laterales, por lo que se ampliaron los trabajos tanto en la parte posterior como en la cara frontal, con el fin de determinar la relación de los cuerpos estructurales y los niveles de pisos.

SECCIÓN FRONTAL DE LA ESTRUCTURA 34

Las excavaciones hechas en la sección frontal han determinado una medida total de 57 m, con una escalinata de acceso de 32 m de largo y un saliente de 6 m; en cada lado se adosó un cubo, frente a los cuales se ubicaron las Estelas 20 y 21, que fueron saqueadas.

Los dos primeros cuerpos, están constituidos por muros ataludados y entre ambos hay un descanso de 4.5 m, lo que le da al primer cuerpo apariencia de plataforma. Más arriba, los Cuerpos 3 y 4 están formados por muros verticales y los bloques constructivos son de menores dimensiones.

Otro cambio significativo se observa en la escalinata de acceso, pues la del primer cuerpo presenta dimensiones mayores, mientras que a partir del segundo cuerpo el tamaño se reduce (Figura 11).

En general los muros se encuentran en buen estado de conservación a excepción de los del cuarto cuerpo, que está muy destruido, aunque a pesar de ello es aquí donde se identifican restos de estucos similares a los reportados anteriormente en la parte posterior de la estructura.

En la parte superior se identifican dos recintos sin bóveda (Figura 10), uno hacia cada plaza. Los muros que los conforman se hallan en mal estado de conservación, especialmente el que da a la Plaza D, del que sólo queda el arranque.

El acceso a la cámara desde la Plaza D se hacía por una puerta central, mientras que el acceso desde la Plaza E se efectuaba por tres vanos, el central de mucha mayor anchura que los dos laterales.

Una característica de la parte superior es el muro que divide a los dos recintos. Este muro permitió el paso de la cámara norte a la sur por medio de una puerta interna de 8 m de ancho. Los espacios útiles de las cámaras son apenas de 2 m.

SECCIÓN POSTERIOR DE LA ESTRUCTURA 34

Con respecto a la sección posterior de la estructura, se sabe que el cuerpo inferior está constituido por un muro ataludado de buena factura, más elevado en el sector noreste, que se remete a 9 m de la esquina noreste para dar paso a una estrecha escalera lateral de nueve gradas, a través de la cual se asciende en paralelo al muro.

Una escalera simétrica ha sido hallada en el noroeste, y entre ambas se instala la escalinata central con dos tramos, de 17 m de longitud y 4 m de profundidad; las tres escaleras junto al cuerpo inferior arrancan del más antiguo de los pisos estucados detectados en la Plaza E. A partir de él se elevan otros cuatro cuerpos de alturas y formas variadas que llevan a la parte superior, aunque no se han localizado las escalinatas adicionales de acceso a los cuerpos, que debieron existir a la vista del recinto superior con tres entradas hacia a la Plaza E.

Con respecto a la secuencia estratigráfica en la superficie de la Plaza E, la excavación ha permitido determinar la existencia de cuatro pisos estucados, dos inferiores separados únicamente por una capa de piedrín sobre el relleno de grandes piedras, y dos pisos superiores, también superpuestos el uno al otro. Tanto los muros del Cuerpo 1 como los arranques de las escaleras laterales y de la escalinata central, parten del piso más antiguo.

Una última intervención fue la realizada junto al muro este de la plataforma de la Plaza E, en el Grupo G-1, y consistió en un pozo de 1×1 m, hecho con objeto de poner en relación la Plaza E con la secuencia de pisos del Grupo G-1 y la Plaza G. Se hallaron un total de tres pisos y una nivelación adicional.

Como resumen de las excavaciones llevadas a cabo en este sector de la ciudad, se sabe que la Estructura 34 muestra una secuencia constructiva con dos etapas.

  • A la primera corresponderían los Cuerpos 1, 2, 3 y 4 de la sección norte y los Cuerpos 3 y 4 de la sección sur, donde se aprecian muros verticales y realizados con bloques pequeños. A esta misma etapa se adscribiría el edificio construido sobre el último cuerpo.
  • La segunda etapa supuso la adición de los Cuerpos 1 y 2 del sector frontal, que habrían ocultado los cuerpos inferiores de la fase anterior, al tiempo que se construye una escalinata de acceso desde la plaza hacia el primer cuerpo y se reutiliza la escalinata anterior de acceso a la sección superior.

En el sector posterior se añadió el Cuerpo 1b, sólo parcialmente conservado, y los posibles paneles de estuco, cuyos restos también fueron hallados, aunque en menor número, en el sector frontal.

La correlación de pisos detectados en las diferentes suboperaciones sugiere la siguiente secuencia global:

  • Una Plaza G originaria, de dimensiones inciertas, que ocupaba al menos parte de lo que después fue la Plaza E; el Grupo G-1 aún no se encontraba diferenciado (Figura 12).
  • Una segunda fase caracterizada por la elevación de la Plaza E y la construcción de las Estructuras 34 y 32.
  • Una escalinata dotada de alfardas y dados, ascendía desde la Plaza G hasta la Estructura 32, en la Plaza E.
  • En la tercera fase se eleva el piso de la Plaza E, y se añaden los Cuerpos 1 y 2 del sector frontal de E-34 y el Cuerpo 1b del sector posterior. Al tiempo se eleva el Grupo G-1, ocultando la escalinata con alfardas y separándolo de la Plaza G.

El material cerámico recolectado indica que el edificio fue usado desde el Clásico Tardío, pero que hay una fuerte presencia del Clásico Terminal. De gran interés es la constatación de que la estructura fue utilizada en el Postclásico aunque el material recolectado de este periodo sea muy escaso.

Figura 9 Ubicación de la Estructura 34 en el área central de Machaquila

Figura 10 Vista tridimensional de la Estructura 34 desde la Plaza E

Figura 11 Escalinatas de acceso a la Estructura 34, vista desde la Plaza D

 

Figura 12 Fases constructivas de la Plaza D

EXCAVACIONES EN LA ESTRUCTURA 7/8 DE LA PLAZA G

Es sabido que por mucha experiencia que se tenga en el levantamiento arqueológico, hay un porcentaje de rasgos arquitectónicos que pueden escapar a la percepción del mejor investigador, y eso fue lo que sucedió en el caso de los montículos calificados por Graham como Estructuras 7 y 8, que se presentaban como formando parte de la Plataforma Sur de la Plaza F (Figura 13), pero que tras su excavación han sido “relocalizados” y ahora se sabe que en realidad forman la parte norte de la Plaza G.

Desde la Temporada 2003, se había constatado el pésimo estado de conservación de las edificaciones, que en realidad son dos cámaras laterales pertenecientes a una estructura, y que al haber colapsado su bóveda, así como la inevitable implantación de grandes árboles a lo largo de los siglos, llamó la atención por parte de los saqueadores

Se inició limpiando una parte de lo ya excavado con anterioridad, incluyendo el mascaron de mosaico de piedra, a dicho trabajo se añadió la Estructura 8 y toda la sección suroeste de la Plataforma.

Con respecto a la Estructura 7, se evidencia su alto grado de depredación, que dejó prácticamente vacío su suelo, así como la ruptura de sus paredes norte y sur por la trinchera de saqueo, por lo que no se pudo confirmar su acceso.

Se sabe con seguridad que en ningún momento se conectó esta cámara con la sección central por el interior, a diferencia de lo localizado en la Estructura 8 (Figura 14). Su entrada principal debió estar orientada hacia la Plaza G, y se llegaba a ella a través de las banquetas que rodean los lados sur, este y oeste de la estructura.

Es en el área intermedia entre las dos cámaras, donde se ha resuelto el acceso a la estructura desde la Plaza F, al investigar una pequeña habitación en el lado oeste de dicha área, se identifica una puerta de 0.85 m.

Una búsqueda en el lado este resultó infructuosa, cabe deducir que esta fue la única conexión; esta entrada hacia un reducido cuarto sin visión alguna de la Plaza G, confiere una enorme privacidad a al enlace entre ambos espacios (F y G), que sin duda tuvieron una funcionalidad muy diferente. Entre el lado este y la Estructura 8 se halló en buenas condiciones un vano de comunicación de 0.80 m de anchura.

La Estructura 8 aportó lo que se calificaría como “una de cal y otra de arena”, ya que las expectativas de ubicar el resto del mascarón que debió cubrir el frente de la zona intercámaras, no se cumplieron. Encontrando apenas unas pocas piedras talladas pertenecientes quizá a un mascarón superior (Figura 15). Pero se pudo definir en gran medida el frente exterior de la cámara, donde se reportó un total de seis paneles decorados, tres con tamborcillos cilíndricos y otros tres con esteras similares a las aparecidas en la Estructura 7.

De importancia fue el hallazgo de una pequeña banqueta, formada por dos sillares adosados cuidadosamente a la cornisa en la zona central, por lo que infiere un escalón de acceso a la puerta frontal de la Estructura 8.

Pudo localizarse un escondite situado sobre un fragmento de piso, a pesar de lo destruido de la cámara, el cual consiste en un cuchillo de pedernal completo (Figura 16).

El seguimiento de algunos sillares en línea este-oeste situados en la zona de posible unión con la Estructura 10, dio como resultado el descubrimiento de un excelente muro con cornisa y ligeramente ataludado, tapado por el relleno de la Plaza F. En el cual se registra un desagüe que vertería el agua de la estructura hacia el espacio libre en el norte.

En suma, es una amplia plataforma de aproximadamente 35 x 12 m, con tres cuerpos, el primero de ellos ataludado, que sostuvo en su parte superior dos cuartos abovedados y un área intermedia. Accedía desde la Plaza G por medio de una escalinata exenta, asentada por encima del primer piso de la plaza.

Esta estructura fue durante un tiempo el límite norte de la ciudad (Figura 17), hasta que en un momento más tardío se decidió construir la Plaza F, y para ello se relleno este espacio con grandes piedras (Figura 18). El relleno dejó la parte posterior de la edificación a la altura de la plaza, perfectamente integrada a nivel visual, aunque en ningún momento se le aplicara un programa de decoración diferente al que tenía en su origen.

La importancia de este nuevo espacio es indudable, tal y como se pudo conocer en la excavación de la Estructura 4 en años anteriores, pero con respecto a la Estructura 7/8, su importancia siguió del lado que da a la Plaza G, como fue concebida originalmente.

Al igual que se ha planteado en trabajos previos, se piensa que este fue un pequeño palacio ocupado por la más elevada nobleza de Machaquila, tal y como muestra la existencia en su decoración de diseños de estera y banda-diadema, ambos símbolos de poder en la cultura Maya.

Quienes lo usaron recrearon en este espacio la Montaña de las Flores, lugar mítico de abundancia y belleza, y cabe suponer que, cuando en una etapa posterior, se le adosa un nuevo espacio como es la Plaza F, quizá lo que ha variado no es tanto su funcionalidad sino las necesidades de sus moradores, que pudieron pasar a ocupar el nivel más alto de la jerarquía, precisando ampliar su área de residencia con las Edificaciones 4, 5, 6 y 10 de la Plaza F, componiendo con 7 y 8 un espacio tan próspero como privado.

Como sucede en numerosas ciudades arqueológicas, se está aún lejos de desentrañar en su totalidad cómo fue la historia de Machaquila en la época prehispánica, pero después de la Temporada 2005 se sabe más de ella, de sus etapas cronológicas, sus espacios de rituales y la ocupación del espacio privado, realizada por sus élites en las etapas más tardías del sitio.

Soñar la ciudad, fundarla, vivirla y abandonarla fueron los inevitables pasos de un lugar privilegiado que tuvo, durante un reducido tiempo, un papel importante en el juego de intereses que marcaron la historia regional de los siglos VII al IX. Tal vez apenas un simple grano de arena en la historia de los Mayas prehispánicos, pero sin duda apasionante como modelo sociopolítico.

Figura 13 Ubicación de la Plaza G en el área central de Machaquila

Figura 14 Vista tridimensional de la Estructura 7

Figura 15 Fragmentos del mascarón localizado en la temporada 2005

Figura 16 Cuchillo de pedernal localizado sobre un fragmento de piso en la sección interior

de la  Estructura 7

Figura 17 Estadio constructivo 1, Estructuras 7/8

Figura 18 Estadio constructivo 2, Estructuras 7/8 y Plaza F

REFERENCIAS

Chocón, Jorge y Juan Pedro Laporte

2001        La ciudad de Machaquila. En Machaquila, Poptun, Petén: La ciudad y el asentamiento prehispánico regional. Informe entregado a la Ahau Foundation, Temporada de 2001. Atlas Arqueológico de Guatemala, Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Ciudad, Andrés, Mª Josefa Iglesias, Jesús Adánez y Jorge Chocón

2003a        La entidad política de Machaquila, Petén, en el Clásico Tardío y Terminal: Informe de la Temporada 2002. En Reporte 17, Atlas Arqueológico de Guatemala, pp. 203-235. Atlas Arqueológico de Guatemala, Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Ciudad, Andrés, Mª Josefa Iglesias, Jesús Adánez, Alfonso Lacadena y Jorge Chocón

2003b        La entidad política de Machaquila, Petén, en el Clásico Tardío y Terminal: Informe de la 2ª Temporada, 2003. En Reporte 17, Atlas Arqueológico de Guatemala, pp.236-348. Atlas Arqueológico de Guatemala, Instituto de Antropología e Historia, Guatemala.

Graham, Ian

1967        Explorations in El Petén, Guatemala. Middle American Research Institute, Publ.33. Tulane University. New Orleans.

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