Descargar este artículo en formato PDF
Canuto A. Marcello, Ellen E. Bell y Cassandra R. Bill
2007 Desde el límite del reino de Copan: Modelando la integración sociopolítica de los Mayas del Clásico. En XX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2006 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp. 904-920. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
53
DESDE EL LÍMITE DEL REINO DE COPAN: MODELANDO LA INTEGRACIÓN SOCIOPOLÍTICA DE LOS MAYAS DEL CLÁSICO
Marcello A. Canuto
Ellen E. Bell
Cassandra R. Bill
Palabras clave
Arqueología Maya, Honduras, Copan, El Paraíso, El Cafetal, organización política, etnicidad, arquitectura, Clásico Tardío
Abstract
FROM THE FRONTIER OF THE KINGDOM OF COPAN:
MODELING SOCIOPOLITICAL INTEGRATION OF THE MAYA CLASSIC
The Paraíso Valley, located between the Maya centers of Copan and Quiriga, and with access to non-Maya sites to the east, represented a boundary area between the Classic dynasties of Copan and Quirigua. In addition, while two major centers in the valley, El Paraíso and El Cafetal, were contemporaneous, they present very different features in terms of settlement patterns, material culture, architectural styles, and spatial organization. These distinctions suggest that the Paraíso Valley was also an ethnic frontier. Based on recent investigations at El Paraíso, we address the development of the Copan reigning dynasty and the role of a “Maya” identity in its regional interaction.
Aunque se haya avanzado de forma dramática el conocimiento acerca de los centros grandes que dominaron el área Maya en el periodo Clásico Tardío (200-900 DC) por los logros de sus reyes, en muchos casos, se quedan ocultos los mecanismos e interacciones responsables para la formación del panorama sociopolítico y económico que caracterizó la región. ¿Cómo, específicamente, lograron los reyes controlar sus territorios? ¿Lograron los residentes de centros secundarios implementar exitosamente estrategias de afiliación y resistencia que les sirvieron a ellos mismos, o se encontraban perpetuamente bajo el control de sus dominantes? ¿Cómo les afectaba a los habitantes de estos sitios secundarios los altibajos de la fortuna política de sus distantes capitales, tuvieron un efecto profundo, o ninguno?
Se han propuesto varios modelos para describir e interpretar la organización política de los Mayas Clásicos.
- El primero de estos modelos se basa en la distribución del glifo-emblema, interpretando a los “reinos Mayas” como territorios: es decir, el poder se concentra en la ciudad capital rodeada por una zona rural (Berlin 1958; Marcus 1976; Mathews 1991).
- Un segundo modelo usa información etnohistórica de Yucatán para postular que la ciudad-estado era la forma política más estable de la zona Maya porque el poder quedaba concentrado en el batabil local (Fash 1988; Farris 1984; Marcus 1992; Restall 1997). Cualquier otra configuración más complicada –como un reino– era una conglomeración inestable de poca duración.
- El tercer modelo se basa en el sistema de parentesco de linaje (Fash 1983; Hageman 2004; Mcanany 1995). En este modelo el poder se concentra en la figura de un progenitor común. Los descendientes reparten el poder entre ellos, fraccionando la unidad política entre ellos e impidiendo centralización.
- Finalmente, el último modelo enfatiza la información histórica de los textos jeroglíficos para sugerir que el poder político se concentraba en “casas solariegas” (Gillespie 2000a, 2000b, 2000c). Estas entidades acumulaban y salvaguardaban recursos a través de interacciones como alianzas, visitas, regalos, guerras y sistemas de parentesco. En este caso el poder no se concentra en un lugar sino en una “casa real”.
Para investigar estos temas, este trabajo se enfoca en la interacción dentro de la periferia Maya ubicada en Copan durante el periodo Clásico. Tomando en cuenta los resultados de más que 110 años de investigaciones arqueológicos en el Grupo Principal de Copan (Baudez 1983; Bell et al. 2004; Fash 2001; Gordon 1896; Sanders 1986; Willey et al. 1994), se decidió enfocar las investigaciones en los centros secundarios de dicho reino que están dispersos por su zona de influencia. Específicamente, se concentrará el trabajo en una zona de importancia estratégica, agrícola y pragmática para el mantenimiento del reino de Copan: el valle El Paraíso en el departamento de Copan (Figuras 1 y 2). Nunca se ha planteado exactamente cómo estos centros estuvieron integrados al reino de Copan. Enfocándose en este valle se podrá evaluar si los modelos de organización política de los Mayas Clásicos se pueden aplicar a la periferia sureste de esta cultura.
Figura 1 Ubicación del valle de El Paraíso
Figura 2 Ubicación del valle de El Paraíso
UBICACIÓN
El valle El Paraíso es amplio y fértil dentro de la cordillera Espíritu Santo, situado a sólo 27 km al noreste de Copan, 30 km al sur de Quirigua, y a 20 km al oeste del río Chamelecón. El valle era la intersección entre los dos centros Mayas más grandes en la zona sureste proveyendo acceso al área no-Maya del centro de Honduras.
Además, de condiciones ecológicas y climatológicas favorables para los agricultores, la ubicación del valle sugiere que sus centros se encontraban en una posición clave para mediar y controlar rutas de intercambio entre Quirigua y Copan, y centros en el valle Chamelecón.
El patrón de asentamiento dentro del valle El Paraíso (Figura 2) se caracteriza por la presencia de dos centros grandes y contemporáneos, El Paraíso y El Cafetal, ubicados a menos de 1.5 km uno del otro. Los dos sitios se encuentran en el rincón sureste del valle a lo largo de fuentes permanentes de agua potable, y cada uno se caracteriza por patrones distintos de organización espacial, estilo arquitectónico y adorno, uso de espacio y cultura material portátil.
Combinado con diferencias en las historias de ocupación, estas disparidades sugieren que los residentes de El Paraíso y El Cafetal vivían dentro de un panorama político que abarcaba interacciones diversas tanto dentro como fuera del valle, incorporando habitantes de Copan, Quirigua, valle de La Venta, y valle del Chamelecón dentro de su esfera de interacción. Además, estas diferencias sugieren que cada centro jugaba un papel distinto en la integración del valle dentro del reino de Copan; El Cafetal suele haber sido la sede de los gobernantes locales mientras que El Paraíso sirvió como un enclave copaneco por lo cual se efectuaron estrategias de integración y dominio.
HISTORIA DE INVESTIGACIÓN
Aunque los sitios en el valle de El Paraíso (Figuras 3 y 4) se conocieron hace más que un siglo, muy poca investigación arqueológica se había llevado a cabo dentro del valle hasta el momento. Al inicio de las investigaciones arqueológicas en Copan en los años 1890, el valle se conocía sólo por el sitio de El Paraíso, que se reportó como un centro regional importante ubicado entre Copan y Quirigua (Lothrop 1939; Morley 1917, 1920; Sapper 1898; Yde 1936, 1938).
La importancia del sitio se subrayaba por la presencia de edificios preservados y abundante escultura arquitectónica. Dada la escasez de ambos atributos dentro de la periferia copaneca, se hizo claro que los líderes élite de El Paraíso fueron miembros importantes de la sociedad Maya. En la década de 1980, Kurt Long y William L. Fash reportaron la presencia de otro centro en el valle, el que nombraron El Cafetal (Vlcek y Fash 1986).
El sitio se encuentra a 1.5 km al suroeste del sitio El Paraíso, y el análisis de cerámica preliminar indicaban que, tal como El Paraíso, la ocupación más extensiva de El Cafetal se fecha para el periodo Clásico Tardío (600-900 DC).
EL PROYECTO ARQUEOLÓGICO REGIONAL EL PARAÍSO (PAREP)
Ahora en su quinta temporada de investigaciones, el Proyecto Arqueológico Regional El Paraíso (PAREP) se inició por Marcello Canuto, Jorge H. Ramos y Ellen E. Bell (Bell et al. 2000; Bell et al. 2003; Bell et al. 2006; Bill et al. 2006; Canuto et al. 2001a, 2001b; Canuto et al. 2002; Canuto y Bell 2003, 2004; Canuto et al. 2006). Hasta la fecha, el PAREP ha documentado una secuencia larga de ocupación dentro de la región que tiene inicio en el periodo Preclásico Tardío (250 AC – 0), con asentamiento caracterizado por estructuras de barro monumentales, así como depósitos numerosos de cerámica debajo de pisos y basamentos que se fechan para los periodos posteriores en El Cafetal (Sharer et al. s.f.).
Aunque los sitios Preclásicos fueron abandonados al fin del periodo, la ocupación y construcción monumental siguió en El Cafetal por todo el periodo Clásico. Reconocimiento en la región ha documentado ocupación que fecha al Clásico Tardío en sitios pequeños y grupos residenciales en el valle, tal como alguna ocupación –o re-ocupación– Postclásica dentro de zonas rurales y en algunas partes de El Paraíso y El Cafetal.
A continuación, se enfocará específicamente en la ocupación de El Paraíso y El Cafetal, ambos con fecha para el Clásico Tardío (600-900 DC) y los papeles que los dos sitios jugaron en integrar el valle dentro del reino de Copan. Cabe subrayar que estos dos sitios no solamente son contemporáneos sino próximos.
Además, los dos contaban con residentes de élite con acceso a recursos importantes y ambos daban lugar a actividades como producción de herramientas, preparación de comida y ceremonias rituales. No obstante, con estas condiciones compartidas los dos sitios son sumamente diferentes, y estas diferencias no se explican por disparidades temporales, de estatus, o de función entre los dos. Por lo tanto, se deben considerar otras razones para esta diferencia. Para lograr tal fin, se detallará en qué forma se diferencian estos dos sitios, con el fin de interpretar la causa.
Figura 3 Planos de El Paraíso y El Cafetal
Figura 4 Planos de El Paraíso y El Cafetal
En este análisis se considerará la arquitectura, los planes espaciales, el uso de espacio abierto, y la cultura material portátil de cada uno (Weissner 1983; Sackett 1990). Se enfoca en lo que estos datos sugieren sobre la diferencia entre estos dos sitios. Se plantea en este estudio que las diferencias de los dos sitios reflejan la presencia de dos poblaciones distintas viviendo una al lado de la otra durante el periodo dinámico y turbulento del Clásico Tardío. El Paraíso servía como un enclave político de Copan compuesto por familias estrechamente ligadas a la dinastía de éste, mientras que El Cafetal era un sitio autóctono a la región con una jerarquía sociopolítica autónoma.
ANÁLISIS ARQUITECTÓNICO
Para facilitar la comparación entre la arquitectura de los dos sitios, se enfocará en tres indicios independientes: atributos técnicos, adornos arquitectónicos y patrones espaciales. Cada uno se considera en turno y se concentra en la ocupación de los centros fechados para los siglos VII y VIII DC.
ATRIBUTOS TÉCNICOS
El Paraíso y El Cafetal exhiben el uso de técnicas de construcción muy distintas para lograr metas arquitectónicas parecidas, tal como basamentos elevados, estructuras estables, superficies en que se podía caminar y áreas abiertas con buen drenaje. Con respecto a la mampostería, ambos sitios consisten de basamentos elevados con superestructuras techadas.
En El Paraíso, los basamentos cuentan con fachadas hechas de piedra cuadrada, las superestructuras se componen por piedra cuadrada o piedra toba canteada, y sus techos eran de piedra y de vigas de madera. En El Cafetal, las fachadas de los basamentos se componen de piedras ligeramente talladas o guijarros, las superestructuras se componen de guijarros o bajareque, y los techos eran de material perecedero.
Las técnicas utilizadas en la construcción de los basamentos en los dos sitios se distinguen también. El basamento de la estructura más grande en El Paraíso, la Estructura 1, se construyó utilizando una técnica de celdas de relleno que abarca una serie de muros de contención cruzados constituyendo una red de celdas de aproximadamente 8 m³ llenadas con guijarros pequeños y medianos. Aunque el relleno no contaba con argamasa ni tierra, los muros de contención eran muy resistentes y estables. En otros edificios más pequeños en El Paraíso, el relleno consistía en guijarros unidos con barro húmedo, muy parecido al relleno dentro de la Acrópolis de Copan.
Las dos técnicas resultaron en edificios estables que aún se encuentran en un buen estado de preservación. En El Cafetal, el relleno se componía de una mezcla seca de barro y guijarros que no eran muy resistentes con el paso del tiempo. De hecho, algunos edificios empezaron a colapsar aún cuando se mantenían en uso en el periodo Clásico Tardío, provocando actividades de remodelación para reforzar los muros débiles.
Con respecto a las técnicas involucradas en la construcción de los pisos de edificios y las superficies de los patios, los espacios abiertos y las escalinatas en El Paraíso se formaban por yeso, mientras que las fachadas de sus edificios estaban estucadas. En El Cafetal, la mayoría de los espacios abiertos eran apisonados, es decir, de tierra compactada por el uso. Algunas zonas alrededor de los basamentos fueron pavimentadas con guijarros o cubiertos por una capa de barro quemado. No había estuco ni en las gradas y ni en las fachadas de los edificios en El Cafetal.
Finalmente, en cuanto al drenaje, en El Paraíso se integraron técnicas de drenaje al diseño arquitectónico del sitio. Cajas de mampostería al nivel del piso escurrieron el agua dentro de los patios hundidos y encerrados, conduciéndola por desagües subterráneos. Además, los pisos estaban diseñados con un desnivel de dos grados para asegurar que el agua se escurriese rápidamente. En El Cafetal, al contrario, las plazas principales –fueran de tierra compactada o de guijarros– por lo general siguieron el desnivel del terreno natural. Por eso no se encontró ningún sistema de desagüe formal, y parece que la mayor parte del agua se absorbía directamente donde caía.
ADORNO ARQUITECTÓNICO
En El Paraíso, los espacios exteriores se adornaron con escultura de mosaico, fachadas pintadas de color rojo y balaustradas inclinadas, mientras que el adorno de espacios interiores era abarcado con la construcción de bancas estucadas, cortineros y columnas que servían como soporte para el techo. La escultura de estilo copaneco que se encontraba en El Paraíso procede principalmente de las Estructuras 1 y 9. Fragmentos de toba esculpida se encontró en el relleno asociado con la cancelación de versiones anteriores de estos edificios, sugiriendo una historia larga del rescate y reutilización de fragmentos de escultura. Dado que la escultura se encuentra en condiciones fragmentarias, no se pudo precisar el programa de adorno exacto en ninguna de estas estructuras.
Sin embargo, se puede confirmar que los fragmentos abarcan iconografía que se refiere a montañas witz y agua, así como representaciones antropomorfas. Además, los fragmentos suelen ser grandes en escala, y es muy probable que estuviesen ubicados en la parte superior de las estructuras. Los temas escultóricos se encuentran en otros centros del mismo tamaño dentro del reino de Copan (Nakamura et al. 1991; Pahl 1977; Saturno 2000). Es importante subrayar que se considera a estos sitios como subordinados de los gobernantes de Copan.
Excavaciones en El Cafetal no han revelado ningún rasgo de adorno arquitectónico; es decir, la arquitectura de El Cafetal, ni por dentro ni por fuera, se elaboró con adornos de mampostería. Es posible que los espacios exteriores se adornaran con telas, mientras que es muy probable que los espacios interiores se llenaran con materiales perecederos.
PATRONES ESPACIALES Y ORGANIZACIÓN DEL ESPACIO
La forma en que los edificios definieron lugares o escenarios para actividades se figura de una forma importante en la interpretación del papel y significado de la arquitectura del sitio. Sin meterse mucho en la fenomenología (que puede llevar fácilmente a argumentos circulares), se puede sugerir que los espacios definidos por la arquitectura de El Paraíso y El Cafetal presentan experiencias totalmente distintas al visitante. En cuanto al acceso, las fachadas de los edificios principales de El Paraíso estaban orientadas en dirección opuesta al valle, sobre el cual tenían una vista impresionante. El Paraíso se ubica en las faldas al sureste del valle, y su estructura más alta, la Estructura 1, constituía el punto artificial más alto en todo el lugar. La ubicación elevada de El Paraíso en la falda sureste del valle lo hizo visible a todos los habitantes; sin embargo, el sitio ignoraba la mayor parte del valle por su enfoque hacia el interior, presentando una fachada monumental –pero inhóspita– a los residentes del lugar.
El acceso principal hacia el sitio, entonces, era subir primero hacia la Estructura 1 desde el oeste y sur. A lo largo de la ruta de acceso, el visitante encontraba la orilla de un piso de estuco que funcionaba como umbral del espacio interno y privado del sitio. Al oeste de este límite, la arquitectura de El Paraíso era monumental pero no acabada. Se veían unas terrazas largas y altas (10 m cada una) que formaban la fachada occidental de le Estructura 1, pero este lado no estaba estucado, demostrando solamente piedras rústicas por este costado.
Desde el lado opuesto se veía al este del umbral el piso estucado. Aquí la entrada daba acceso a los patios interiores –rectangulares y hundidos– y al lado este de la Estructura 1. Aquí se veían estructuras de piedra toba canteada adornadas con bancas permanentes y escultura de mosaico. Además, los patios –aproximadamente 40 m²– estaban pavimentados con yeso, encerrados con piedra cuadrada, y rodeados por estructuras con escultura de mosaico.
Debido al hecho de que todos los edificios en El Paraíso estaban conectados el uno con el otro, ellos constituían una sola unidad arquitectónica, es decir, una Acrópolis. Consecuentemente, los patios hundidos ubicados al interior del sitio crearon espacios al aire libre muy privados se encontraban virtualmente, sino físicamente, restringidos. Estos espacios eran parecidos, en sentido estético, a los patios de la Acrópolis de Copan.
El Cafetal, también ubicado en la zona sureste del valle, se encuentra en el fondo de éste, sobre terreno con buen drenaje y condiciones favorables. Los edificios apartados formaban una plaza menos formal nivelada con el terreno que lo rodeaba. Es muy probable que las actividades llevadas a cabo en esta plaza fueran visibles a muchas personas, hasta los que se encontraban físicamente afuera de la plaza. Debido a su ubicación al fondo del valle, actividades dentro de la plaza hubiesen sido visibles desde las faldas del mismo, y tal vez, aún desde la cumbre de la Estructura 1 en El Paraíso. A pesar del hecho de que esta plaza fuera fácilmente accesible por todas las direcciones, se formalizó la entrada del norte por medio de tres basamentos bajos, un piso extenso de guijarros, y una grada larga y baja que dirigieron al visitante hacia la plaza principal, al sur. En contraste al patrón observado en El Paraíso, el punto de acceso principal en El Cafetal era uno de los sectores más elaborados del sitio.
Se notan diferencias también en la organización de los espacios interiores de los dos sitios. Los espacios interiores de edificios en El Paraíso se delimitaban por paredes, cortinas, y bancas, mientras que en El Cafetal, en muchos edificios el espacio interno no fue dividido. Las superestructuras eran largas y anchas con poca evidencia de restricciones espaciales. Es muy posible que se dividieran con materiales perecederos que no se preservaron.
EL USO DE ESPACIO ABIERTO
Los dos centros también se distinguen por el uso de los espacios abiertos delimitados por arquitectura (plazas y patios), tal como señala el análisis de niveles de fosfato. Niveles altos de fosfato se asocian con actividades que involucran la producción y eliminación de materiales orgánicos, tales como actividades relacionadas a la preparación de comida, entierros y basureros.
En El Paraíso, los niveles de fosfato sugieren que –con excepción del Patio 2, que suele ser relacionado con actividades domésticas, y anomalías modernas en el Patio 1– los espacios abiertos dentro de El Paraíso se mantenían minuciosamente limpios y no se ocuparon para actividades que producían niveles altos de fosfato, tal como la preparación, consumo o deshecho de la comida. En contraste, los niveles de fosfato en El Cafetal indican que se llevaron a cabo numerosas actividades asociadas con la producción de grandes cantidades de fosfato en las plazas del sitio. La Plaza Norte servía como entrada formalizada hacia la Plaza Sur y el núcleo del sitio. Los niveles de fosfato allí indican que estaba asociada con actividades que producían niveles altos de fosfato.
La presencia de vasijas de cerámica asociadas con la preparación y presentación de comida sugiere que actividades como fiestas se llevaban en el ingreso al sitio. La plaza principal (sur) servía como escenario para una variedad de actividades mayormente asociadas con actividades domésticas enfocadas en estructuras específicas.
ANÁLISIS CERÁMICO
En cuanto a la cerámica, el complejo Clásico Tardío del valle El Paraíso contiene una variedad de vasijas locales (entre ellas ollas con incisiones en el cuello y tapaderas incisas de incensarios) que son versiones locales de formas típicas de la periferia sureste Maya. El complejo contiene cerámica común en Copan, pero rara o ausente en otras partes de Honduras. La presencia de cerámica importada desde Copan se ve en la presencia de la cerámica fina Copador Policromo, la cual es poco común fuera del valle de Copan.
En el valle El Paraíso, sin embargo, la cerámica Copador Policromo representa 50% de la cerámica fina hallada. Vasijas que pertenecen al grupo negro/pardo pulido Surló (que también es poco común en otros sitios dentro de Honduras) componen otro 20% de la cerámica fina del valle. Cerámica utilitaria procedente de Copan –incluyendo ollas y cuencos Casaca Estriada y Grupo Raúl– componen un 40% de la cerámica utilitaria hallada hasta la fecha en el valle de El Paraíso.
Los enlaces cerámicos con Copan no son equivalentes entre El Paraíso y El Cafetal (Tabla 1), tal como las diferencias en el patrón espacial, la arquitectura y el uso de espacio. En El Paraíso se encuentran vasijas pertenecientes al grupo negro/pardo pulido Surló y Copador Policromo. Ellos forman 90% de la cerámica fina del sitio. En El Cafetal, hay mucho menos cerámica Surló y el componente más grande de la cerámica fina importada desde Copan consiste en vasijas de tipo Copador Policromo. Además, hay un alto porcentaje (30-40%) de cuencos locales (algunas con decoración policroma) entre la cerámica fina de El Cafetal. En contraste a El Cafetal, estos cuencos locales componen sólo 5-10% de la cerámica fina en El Paraíso.
Un patrón paralelo existe al respecto de los incensarios: 70% de los incensarios en El Cafetal son locales, mientras que en El Paraíso aproximadamente 80% de estos vienen de Copan. También impresionantes son las diferencias entre los complejos utilitarios en El Paraíso y El Cafetal. En El Cafetal, vasijas locales (entre ellos varias clases de ollas) forman 90% del complejo utilitario que se fecha para el periodo Clásico Tardío, mientras que sólo 30% es del complejo utilitario en El Paraíso, donde tipos importados desde Copan son mucho más comunes. Estos patrones reflejan diferencias en acceso, adquisición y uso de varias clases de cerámica fina de Copan por los residentes de los dos sitios.
OBSERVACIONES PRELIMINARES
El Paraíso refleja una estética parecida a la élite de Copan: patios hundidos y estucados, fachadas estucadas y pintadas, escultura arquitectónica de mosaico, y bancas interiores. Además, sus habitantes dependían de cerámica fabricada en Copan no sólo para actividades ceremoniales, sino para sus necesidades cotidianas. Estos rasgos sugieren que los principales de El Paraíso no sólo estaban afiliados con la élite gobernante de Copan, sino también ellos dependían de sus conexiones con este sitio mayor para sobrevivir.
Se plantea que con el aumento de influencia copaneca en la región en los siglos VI y VII DC, el centro de El Paraíso fue establecido como garantizador de los intereses políticos de Copan. En esta “colonia” vivía una población afiliada estrechamente con Copan que salvaguardaba su control en la región.
Al contrario, la arquitectura en El Cafetal demuestra un patrón abierto de estructuras arregladas alrededor de una plaza central, poca mampostería de piedra cuadrada, y sin escultura de mosaico arquitectónica. Estos patrones son parecidos a los de centros no-Maya ubicados al este (Schortman y Nakamura 1991; Figura 5).
El Cafetal también se diferencia de El Paraíso por su cultura material portátil. La población de El Cafetal se enfocaba en cerámica local con el uso ocasional de cerámica fina importada. Considerando que este sitio era el único centro del valle al principio del periodo Clásico, es probable que represente una trayectoria de desarrollo local, es decir, no-Maya o Lenca. Sus líderes controlaban el acceso a rutas regionales de intercambio, productos agrícolas y fuentes de piedra verde, que las dinastías de Copan anhelaban.
EL CONTEXTO POLÍTICO/ÉTNICO EN LA ZONA SURESTE MAYA EN EL CLÁSICO TARDÍO
A mediados del siglo VIII DC, el panorama multi-étnico del reino de Copan se sumergió en conflicto político. Después de la guerra entre Copan y Quirigua en el año 738 DC, el panorama político de Copan se fragmentó.
Durante el periodo de desorden político, parece que el sitio de El Paraíso sufre una caída mientras que El Cafetal se destaca con nuevas construcciones. Un edificio monumental –la Estructura 8– se construye en El Cafetal, la cual no tiene precedente en el sitio.
El basamento y la superestructura se componen de mampostería de piedra trabajada, las fachadas y pisos estaban estucadas, y el interior de la superestructura consiste de un cuarto largo con acceso a tres cuartos formados por bancos elevados y estucados. El edificio no estuvo adornado con escultura mosaica arquitectónica. Aunque sea más pequeño, el plan arquitectónico de la Estructura 8 se asemeja a la Estructura 10L-22 en Copan o la Estructura 1B-5 en Quirigua, las cuales se consideran como instalaciones reales (“cuartos de trono”) para sus reyes respectivos, Waxaklajun Ubaj K’awil y K’ak’ Tiliw Chan Yopat. Las estructuras se fechan al mismo tiempo en que se construyó la Estructura 8 en El Cafetal.
Aunque se necesite más investigación para precisar las dinámicas involucradas, parece muy probable que en siglo VIII DC el gobernante de El Cafetal logró construir (o fue premiado con) un edifico con atributos que corresponden a la estética élite Maya del Clásico Tardío. Es parecido a la arquitectura encontrada en El Paraíso, y contrasta fuertemente con las técnicas constructivas, adorno arquitectónico y aún organización espacial de todos los demás edificios en El Cafetal. Parece que el conflicto en la región dio a los gobernantes de El Cafetal acceso a los recursos, la tecnología y mano de obra que anteriormente se había limitado a centros específicos, tal como El Paraíso.
Figura 5 Asentamientos en la región
CONCLUSIÓN
En base a los resultados de las investigaciones efectuadas hasta la fecha, se propone que El Cafetal era el único centro poderoso dentro del valle al principio del Clásico Tardío, representando, tal vez, la última manifestación de una trayectoria de desarrollo local que se basaba en estrategias elitistas para controlar acceso a rutas regionales de intercambio, productos agrícolas y fuentes de piedra verde.
El Paraíso puede haber sido establecido en el siglo VII DC como un enclave copaneco, o al menos una población afiliada estrechamente con Copan, para establecer o reforzar una presencia de este sitio en la región. La influencia de Copan en la región disminuyó después de la derrota de Waxaklajun Ubaj K’awil por K’ak’ Tiliw Chan Yopal en el año 738 DC.
Parece ser que las élites de El Paraíso perdieron influencia en el valle hasta cuando volvieron a emerger una segunda vez con nuevas construcciones durante el reino de Yax Pasaj Chan Yoaat en Copan.
Además, es posible que en periodos de menos influencia copaneca, los gobernantes de El Cafetal consoliden su poder local dentro del valle. La forma intrusiva de la presencia de El Paraíso en el valle sirve de ejemplo como un centro lejano, tal como Copan, logró establecer y mantener control en la periferia de su territorio.
Lo interesante es que este patrón de sitios cercanos con profundas diferencias no es tan excepcional en el reino de Copan. En los varios valles del reino de Copan existían sitios emparejados que también demuestran las mismas diferencias profundas a pesar de su contemporaneidad y proximidad.
De esta forma se sugiere que el patrón de sitios gemelos en el reino de Copan en lugares que representan puntos críticos en las rutas de intercambio es el resultado de una estrategia de control regional de las dinastías de Copan debido a la variedad de poblaciones diferentes bajo su control.
Ahora, regresando a la pregunta clave: ¿los datos provenientes de este rincón del reino copaneco sustentan uno de los modelos de organización política postulados al inicio de este trabajo? Los datos del valle de El Paraíso indican que los reyes de Copan no intentaban controlar un área o territorio, en vez ellos se enfocaban en el control de rutas de intercambio, es decir, el reino de Copan era una red de interacción.
Este control, además, no era pasivo; se postula que familias fieles fueron directamente enviadas a los puntos críticos del reino para vigilar los intereses de la dinastía. Estos emisarios mantenían relaciones económicas estrechas con la capital. Sin embargo, las dinastías no impusieron cambios en el sistema político-económico indígena de la región.
Parece que los personajes dinásticos lograron establecer un sistema de extracción tributaria regional pero con ciertas acomodaciones pragmáticas. El sistema político de Copan tenía un alcance regional pero no territorial (Figura 6).
El poder estaba concentrado en Copan y se desplegaba activamente por todo el reino, pero a través de un sistema de parentesco y linaje. En este sentido se puede interpretar la dinastía de Copan como una (o varias) “casa solariega” radicada en una tierra forastera que le imponía la necesidad de desplegar un control activo, regional e transaccional.
Investigaciones en el valle de El Paraíso detallan la administración de un reino Maya en toda complejidad y desorden. Se requieren más investigaciones para entender las estrategias de control ejercidas por Copan. Se sugiere, además, que se investigue si esta forma de control está limitado a Copan, o si estas estrategias se encuentran en otros reinos Mayas Clásicos.
Figura 6 Escultura de los límites del reino de Copan
REFERENCIAS
Baudez, C. F. (editor)
1983 Introducción a la Arqueología de Copan, Honduras, Tomos I, II, III. Proyecto Arqueológico Copan, Secretaría de Estado en el Despacho de Cultura y Turismo, Tegucigalpa.
Bell, E. E., M. A. Canuto y H. J. Ramos
2000 El Paraíso: Punto embocadero de la periferia sudeste Maya. Yaxkin 19:41-75.
Bell, E. E., M. A. Canuto, C. R. Bill y Y. Desailly-Chanson
2006 A Late Classic Double-Take: Political Organization in the El Paraíso Valley, Department of Copan, Honduras. Ponencia, 71 Reunión Anual, Sociedad de Arqueología Americana, San Juan, Puerto Rico.
Bell, E. E., M. A. Canuto y R. J. Sharer (ed)
2004 Understanding Early Classic Copan. University of Pennsylvania Museum of Archeology and Anthropology, Philadelphia.
Berlin,Henrich
1958 El Glifo «Emblema» en las Inscripciones Mayas. Journal de la Société des Américanistes 47:111-119.
Bill, C. R.
1996 Patterns of Change in Dynastic Period Ceramics at Copan, Honduras. Ponencia, 61 Reunión Anual, Sociedad de Arqueología Americana, New Orleans.
Bill, C. R., E. E. Bell, M. A. Canuto y P. L. Geller
2006 From the Edge of the Copan Kingdom: Recent Research in the El Paraíso Valley. Ponencia, 71 Reunión Anual, Sociedad de Arqueología Americana, San Juan, Puerto Rico.
Bishop, R. L., M. P. Beaudry, R. M. Leventhal y R. J. Sharer
1986 Compositional Analysis of Copador and Related Pottery in the Southeast Maya Zone. En The Southeast Maya Periphery (editado por P. A. Urban y E. M. Schortman), pp.143-167. University of Texas Press, Austin.
Canuto, M. A., E. E. Bell y H. J. Ramos
2001a Proyecto Arqueológico Regional El Paraíso (PAREP): Informe Preliminar, 2001. Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa.
2001b Observaciones preliminares en El Paraíso, Departamento de Copan, Honduras. En XIV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J. P. Laporte, A.C. de Suasnávar y B. Arroyo), pp.697-718. Museo Nacional de Arqueología y Etnografía, Guatemala.
2002 Proyecto Arqueológico Regional El Paraíso (PAREP): Informe Preliminar, 2002. Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa.
Canuto, M. A. y E. E. Bell
2003 Proyecto Arqueológico Regional El Paraíso (PAREP): Informe Preliminar, 2003. Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa.
2004 Classic Maya Borders and Frontiers: Excavations at El Paraíso, Copan, Honduras, 2003 Season. Informe entregado a FAMSI, Inc., http://www.famsi.org/reports/02092/index.html.
Canuto, M. A., E. E. Bell, C. R. Bill y P. L. Geller
2006 Constructing Identity: Architectural Practice, Identity, and Affiliation in the El Paraíso Valley, Copan, Honduras. Ponencia, 71 Reunión Anual, Sociedad de Arqueología Americana, San Juan, Puerto Rico.
Farriss, N.
1984 Maya Society under Colonial Rule: The Collective Enterprise of Survival. Princeton University Press, Princeton.
Fash, W. L.
1983 Maya State Formation: A Case Study and Its Implications. Tesis de Doctorado, Harvard University.
1988 A New Look at Maya Statecraft from Copan, Honduras. Antiquity 62:157-169.
2001 Scribes, Warriors and Kings: The City of Copan and the Ancient Maya. Thames and Hudson, London y New York.
Gillespie, S. D.
2000a Rethinking Ancient Maya Social Organization: Replacing «Lineage» with «House». American Anthropologist 102:467-484.
2000b Beyond Kinship: An Introduction. En Beyond Kinship: Social and Material Reproduction in House Societies, (editado por S. D. Gillespie y R. A. Joyce), pp.1-21. University of Pennsylvania Press, Philadelphia.
2000c Maya «Nested Houses»: The Ritual Construction of Place. En Beyond Kinship: Social and Material Reproduction in House Societies, (editado por S. D. Gillespie y R. A. Joyce), pp.135-160. University of Pennsylvania Press, Philadelphia.
Gordon, G. B.
1896 Prehistoric Ruins of Copan, Honduras: A Preliminary Report on Explorations 1891-1895. Memoirs of The Peabody Museum of Archaeology and Ethnology, Vol.1, No.1. Harvard University, Cambridge, MA.
Hageman, J. B.
2004 The Lineage Model and Archaeological Data in Late Classic Northwestern Belize. Ancient Mesoamerica 15 (1):63-74.
Henderson, J. S. and M. Beaudry-Corbett (ed)
1993 Pottery of Prehistoric Honduras. University of California, Los Angeles.
Lothrop, S. K.
1939 The Southeastern Frontier of the Maya. American Anthropologist 41:42-54.
Marcus, J.
1976 Emblem and State in the Classic Maya Lowlands. Dumbarton Oaks, Washington, D.C.
1992 Dynamic Cycles of Mesoamerican States. National Geographic Research and Exploration 8 (4):392-411.
Mathews, P.
1991 Classic Maya Emblem Glyphs. En Classic Maya Political History: Hieroglyphic and Archaeological Evidence, (editado por T. P. Culbert), pp.19-29. School of American Research Advanced Seminar Series. Cambridge University Press, Cambridge.
McAnany, P. A.
1995 Living with the Ancestors. University of Texas Press, Austin.
Morley, S. G.
1917 Archaeology. Carnegie Institution of Washington Yearbook 16:285-289.
1920 The Inscriptions at Copan. Carnegie Institution of Washington Publication 219. Carnegie Institution of Washington, Washington, D.C.
Nakamura, S., K. Aoyama y E. Uratsuji
1991 Investigaciones arqueológicas en la región de La Entrada, Tomos I, II, III. Instituto Hondureño de Antropología e Historia y Servicio de Voluntarios Japoneses para la Cooperación con el Extranjero, San Pedro Sula.
Pahl, G. W.
1977 The Inscriptions of Río Amarillo and Los Higos: Secondary Centers of the Southeastern Maya Frontier. Journal of Latin American Lore 3 (1):133-154.
Restall, M.
1997 The Maya World: Yucatec Culture and Society, 1550-1850. Stanford University Press, Stanford.
Sackett, J. R.
1990 Style and Ethnicity in Archaeology: The Case for Isochrestism. En The Uses of Style in Archaeology (editado por M. Conkey y C. Hastorf), pp.32-43. Cambridge University Press, Cambridge.
Sanders, W. T. (ed)
1986 Excavaciones en el área urbana de Copan: Proyecto Arqueológico Copan, Fase II, Tomos I, II, III. En Proyecto Arqueológico Copan, Segunda Fase. Secretaría de Cultura y Turismo, Instituto Hondureño de Antropología e Historia, Tegucigalpa.
Sapper, K. T.
1898 Die Ruinen von Mixco (Guatemala): Internationales Archiv für Ethnographie Bd. XI:1-6, pl. II. P.W.M. Trap, Leiden.
Saturno, W. A.
2000 In the Shadow of the Acropolis: Río Amarillo and its Role in the Copan Polity. Tesis de Doctorado, Harvard University.
Schortman, E. M.
1984 Archaeological Investigations in the Lower Motagua Valley, Izabal, Guatemala: A Study in Monumental Site Function and Interaction. Tesis de Doctorado, University of Pennsylvania.
1989 Interregional Interaction in Prehistory: The Need for a New Perspective. American Antiquity 54:52-65.
Schortman, E. M. y S. Nakamura
1991 A Crisis of Identity: Late Classic Competition and Interaction on the Southeast Maya Periphery. Latin American Antiquity 2:311-336.
Sharer, R. J., M. A. Canuto y E. E. Bell
s.f. Before the Classic: Issues of Organizational and Ethnic Diversity in the Copan Valley. En The Southern Maya in the Late Preclassic: Urbanism, Rulership, and Ethnic Interaction (editado por N. Kaplan y M. Love).
Vlcek, D. T. y W. L. Fash
1986 Survey in the Outlying Areas of the Copan Region, and the Copan-Quirigua «Connection». En The Southeast Maya Periphery, (editado por P. A. Urban y E. M. Schortman), pp.102-113. University of Texas Press, Austin.
Weissner, P.
1983 Style and Social Information in Kalahari San Projectile Points. American Antiquity 48:253-276.
Willey, G. R., R. M. Leventhal, A. A. Demarest y J. William L. Fash (ed)
1994 Ceramics and Artifacts from Excavations in the Copan Residential Zone. Harvard University, Cambridge.
Yde, J.
1936 A Preliminary Report of the Tulane University – Danish Museum Expedition to Central America, 1935. Maya Research 3(1):25-38.
1938 An Archaeological Reconnaissance of Northwestern Honduras: A Report of the Work of the Tulane University-Danish National Museum Expedition to Central America, 1935. Levin & Munksgaard, Copenhagen.