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Forné, Mélanie
2008 Unidad cultural y estudio cerámico: Un punto de vista desde Zapote Bobal, noreste de Petén. En XXI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2007 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.892-908. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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UNIDAD CULTURAL Y ESTUDIO CERÁMICO: UN PUNTO DE VISTA DESDE ZAPOTE BOBAL, NOROESTE DE PETÉN
Mélanie Forné
Universidad de París I, París
Palabras clave
Arqueología Maya, Guatemala, Petén, La Joyanca, Zapote Bobal, El Pajaral, El Perú-Waka´, Hix Witz, cerámica, tipo-variedad, aspectos modales, Chaquiste Impreso, Chinja Impreso, supercomplejos cerámicos, Clásico Tardío, Clásico Terminal
Abstract
CULTURAL UNITS AND CERAMIC STUDY:
A VIEW FROM ZAPOTE BOBAL, NORTHWESTERN PETEN
Archaeological exploration carried out in the northwestern Peten since 1999 within the framework of the Northwestern Peten Project has allowed us to understand regional ceramic production and distribution in the Lowlands during the Classic period. By means of a comparative study of luxury and domestic materials at the two sites of La Joyanca and Zapote Bobal, an initial characterization of these ceramic traditions can be made at the regional level. Since 2001 it was hypothesized that these sites pertained to the same Late Classic political entity called Hix Witz; however, the study of the ceramic materials does not confirm the existence of a true cultural unit tying these two sites together. This study, although in its initial stages, allows us to propose questions as to the regional characterization of the ceramic traditions, their distribution in the heart of a politically coherent region, and perhaps to reveal certain cultural differences that until now were not perceptible during the course of archaeological investigation.
Los numerosos estudios realizados en las tres últimas décadas en torno a la producción cerámica en el área Maya han llevado a los especialistas a explorar temas como el de las materias primas, los talleres estilísticos, las técnicas de fabricación, los modelos de estandarización, la difusión de los bienes manufacturados y las redes de intercambio interregionales, entre otros (Rice 1981; 1987; Rice y Sharer 1987).
En el marco de una investigación de la difusión interregional de los estilos cerámicos, el propósito de este artículo está enfocado en la producción de cerámica cotidiana, que por ser menos llamativa que otros tipos de recipientes, no siempre es estudiada en detalle, en la región noroccidental de Petén, conocida como la entidad política Hix Witz.
ANTECEDENTES Y PROPÓSITO DEL ESTUDIO
En las Tierras Bajas Mayas, es notoria la invisibilidad de los talleres de producción cerámica, ya que la identificación arqueológica de éstos se limita generalmente a la presencia de cantidades anormales de tiestos desechados de un mismo estilo de vasija, único testigo de valor de la producción repetida en un sector dado (Becker 2003; Curet 1993).
A pesar de que resulta casi imposible identificar talleres de alfareros, se considera hoy en día que la producción de la cerámica cotidiana Maya tenía lugar en contextos locales tales como talleres pequeños (producción especializada), ya sea a tiempo completo o por temporadas, es decir, como un complemento económico de las actividades agrícolas u otras; o de manera doméstica, por los mismos consumidores en la medida que aparecían las necesidades (Masson et al. 2005; Curet 1993).
Por un lado, estos recipientes destinados a funciones tales como la cocción, preparación y almacenamiento de los alimentos, presentan generalmente un gran tamaño, lo cual es impropio para su transporte sobre largas distancias. A pesar de la existencia de sistemas de mercados que favorecían el intercambio de bienes, en la ausencia de animales que facilitaran los sistemas de transporte, se considera que las ollas y recipientes de gran tamaño no viajaban, por lo cual debían ser producidas en localidades muy cercanas a su lugar de consumo (Fry 1981; Rice 1981; Curet 1993; Masson 2005).
Por otro lado, las vasijas de servicio y de lujo, por presentar características de manufactura fina y que reflejan un savoir-faire más elaborado, podían ser sometidas a dinámicas de intercambio económico y hasta diplomático (Reents-Budet 1994). Testigo de esto es la amplia distribución de clases Gris y Naranja Fino y de algunos policromos del Clásico Tardío en las Tierras Bajas Mayas (Rands 1973; Rice y Forsyth 2004). En otras palabras, la vajilla de servicio y de lujo, viaja, la vajilla cotidiana, no.
Por consiguiente, si se quisiera buscar cierta «identidad cultural» regional reflejada en el material cerámico, sería probablemente efectivo buscar la coherencia intrínseca de la producción local más que las dinámicas de intercambio, porque las segundas tienden a reflejar redes de relaciones económicas interregionales utilizadas por las poblaciones locales, más que cualquier unidad cultural o social interna de una misma región.
En cambio, la producción local de vasijas cotidianas puede ser la consecuencia de dos modelos que pueden coexistir: una producción especializada por parte de algunos artesanos bien distribuidos en la región y que proveen el material necesario a una población local, o una producción doméstica realizada por los mismos consumidores, sin la necesidad de recurrir a un sistema de intercambio local.
El propósito de este estudio es el de verificar la existencia de una coherencia intrínseca a una región dada, reflejada por el material cerámico cotidiano producido localmente, con el fin de determinar si se puede hablar de «identidad cerámica» regional, y en caso de que exista, si ésta es coherente con los límites sociopolíticos preestablecidos por la Arqueología.
Las bases de este tipo de estudio provienen en realidad de la creación de un nuevo concepto cronocultural del sistema Tipo-Variedad, por parte de los ceramólogos Prudence Rice y Donald W. Forsyth, llamado «supercomplejo» y establecido tentativamente en base a la identificación en presencia-ausencia de ciertos rasgos cerámicos entre la vajilla cotidiana del Clásico Terminal.
La observación de la presencia y ausencia de tipos domésticos como Chaquiste Impreso, Pantano Impreso, Subin Rojo, entre otros, además de su asociación con algunas vajillas finas, les permitió definir la existencia de dos «supercomplejos» distintos para Petén (Figura 9). El «supercomplejo del este» abarca la esfera Eznab definida en Tikal, o sea el este y norte de Petén, mientras el «supercomplejo del oeste» corresponde al oeste de Petén, hasta el Usumacinta y Petexbatun al sur (Rice y Forsyth 2004:32; Forné 2006:83-84).
A pesar de que esta evaluación era aún preliminar, planteaba la idea de que algunas divisiones regionales pueden ser determinadas en base a la distribución de ciertos tipos de material cotidiano. Desde entonces, es relevante observar, por ejemplo, la distribución dispareja de dos tipos tan cercanos y parecidos entre sí como Chaquiste Impreso y Chinja Impreso, los dos definidos por cuencos de gran tamaño (también llamados «fuentes»), con apertura restringida, y decoración impresa en el exterior (ver Figuras 1 y 10).
La diferencia entre los dos reside en la existencia o no de una banda aplicada encima de la cual fueron realizadas las impresiones de dedos. A pesar de ser una diferencia tan pequeña a nivel tipológico, es relevante constatar que Chaquiste caracteriza a las regiones sur y oeste de Petén, y que Chinja está distribuido preferentemente en las zonas norte y este, lo que no deja de proponer una división geográfica bastante parecida a la que fue propuesta con los «supercomplejos de Petén» (Forsyth 1989:86-88, 136; Forné 2006:177-178; Figura 2).
Chaquiste Impreso, así como el tipo Pantano Impreso, se caracterizan y se distinguen en Petexbatun por una gran variedad de motivos decorativos, ausentes en la mayoría de los recipientes Chaquiste y Pantano encontrados fuera de esta región (Sabloff 1975:172-174; Foias 1996:501-502, 505-506, 791-795, Rice y Forsyth 2004:32). Petexbatun, caracterizado por una red compleja de ciudades interconectadas a nivel sociopolítico y con una larga historia de conflictos internos, comparte entonces una coherencia cerámica intrínseca reflejada en su material cotidiano y perfectamente perceptible para el arqueólogo.
Parece entonces posible verificar en qué medida se pueden rastrear unidades regionales coherentes en base al material cerámico cotidiano. El presente estudio está enfocado en la investigación de la región de Hix Witz, en el noroeste de Petén, en los sitios Zapote Bobal y La Joyanca. La pregunta planteada en este artículo es entonces la siguiente: ¿En qué medida el material cerámico cotidiano refleja la existencia de una región coherente a nivel sociopolítico?
Figura 1 Ejemplo de tiestos de los tipos Chaquiste Impreso y Chinja Impreso (dibujo M. Forné)
DESARROLLO DEL ESTUDIO
La vajilla cotidiana estaba fácilmente expuesta al fuego del hogar, almacenada en un lado de la cocina, y poco transportada. Se cuentan generalmente en esta categoría las ollas (vasija cerrada con cuello), las fuentes (o cuenco grande, recipiente sin cuello, con apertura ligeramente restringida o abierta), y los comales, éstos siendo casi ausentes del récord arqueológico de las Tierras Bajas Mayas.
Este estudio se enfocará preferentemente en las formas de fuentes (Figura 3), por dos razones: porque en la colección de La Joyanca y de Zapote Bobal, así como en la mayoría de los sitios de Tierras Bajas, se trata de un material abundante en contextos cotidianos, y porque, específicamente, los tipos Chaquiste Impreso y Chinja Impreso obedecen patrones de forma y decoración muy repetitivos en la zona de estudio.
En las Tierras Bajas, más específicamente en Petén, la presencia de fuentes decoradas por impresiones en fila está registrada en todas las regiones, como si el concepto de esta forma, asociada con esta decoración, fuera parte necesaria, cultural, y hasta inconsciente, de la vajilla cotidiana de muchas residencias Mayas del periodo Clásico en Petén.
Figura 2 Distribución de los tipos de fuentes con decoración impresa Chaquiste, Chinja y, únicamente en Cancuen y su micro-región, El Zapotal
Aparte de su ubicuidad, este estilo de recipiente parece llevar en sí parte de la identidad cerámica de las diferentes regiones en las cuales se encuentra, y presenta algunas variantes regionales bien determinadas (Figura 2). Por ejemplo, el tipo Chinja Impreso se identifica en el este de Petén (en El Mirador, Calakmul, Río Azul) como el tipo mayoritario entre las fuentes decoradas (Adams 1986; Forsyth 1989; Domínguez Carrasco 1994).
En cambio, en todas las regiones del oeste de Petén (hasta al menos el Usumacinta al oeste y el río Pasión al sur), Chaquiste es el tipo predominante: la presencia de uno significa la casi ausencia del otro. Ya se ha mencionado el regionalismo característico de Chaquiste en Petexbatun, que se distingue de todas las otras regiones por una gran cantidad de variaciones en sus decoraciones impresas.
En fin, la ausencia casi total de estos dos tipos en Cancuen, en el límite sur de las Tierras Bajas, está reemplazada por la presencia de fuentes con decoración impresa (tipo El Zapotal Impreso), pero cuyos modos decorativos, de color y de forma, son claramente diferenciados de sus equivalentes del norte. Todas estas divergencias están visibles a nivel tipológico. Sin embargo, se han observado en la región de Hix Witz, algunas diferencias obvias a nivel modal, que la tipología tal vez no hubiera alcanzado a ver, o al menos a valorar en un sólo estudio tipológico que tiende a categorizar las unidades y a borrar ciertas diferencias de detalles, que en este caso, parecen bastante relevantes.
ÁREA DEL ESTUDIO
Este estudio está iniciándose, por lo que los resultados presentados aquí se deben considerar como preliminares. Por lo tanto, representa la base de un estudio más extenso dirigido hacia la búsqueda de la definición de identidades cerámicas regionales, ya sea en la región de Hix Witz o en cualquier otra zona del área Maya.
La entidad política Hix Witz (Figura 4) es conocida por medio de datos epigráficos y de las excavaciones realizadas por el Proyecto Petén Noroccidente en los sitios La Joyanca (1999-2003) y Zapote Bobal (2004-2006). Aunque se desconoce la fecha de fundación de este reino, se considera que fue probablemente aliado de Tikal durante el Clásico Temprano, y pasó a estar asociado con su enemigo Calakmul por medio de su dominación en manos de Yaxchilan y Piedras Negras, alternativamente, en el Clásico Tardío (Martin y Grube 2000).
El descubrimiento de la Estela 1 de La Joyanca en 2001, con referencia a un linaje probablemente asociado a Hix Witz (Chan Ahk; Arnauld et al. 2004), más las recientes excavaciones realizadas en Zapote Bobal, llevaron a los especialistas a considerar que Hix Witz estaba ubicado en la cuenca sur del río San Pedro Mártir, delimitada geográficamente por éste al norte y al este, y por la sierra La Gloria al sur, al menos hasta La Joyanca al oeste.
Aunque Zapote Bobal presenta una ocupación humana casi sólo en el Clásico Tardío, se considera que pudo haber sido la capital regional de Hix Witz; La Joyanca, en cambio, fue ocupada desde el Preclásico Medio hasta el Clásico Terminal (Arnauld et al. 2004; Breuil-Martínez et al. 2004; Gámez 2005; Forné 2006, 2007).
En el marco de una definición regional de esta entidad política se puede describir Zapote Bobal como la capital en el Clásico Tardío, y La Joyanca como una pequeña ciudad asociada o perteneciente a este reinado. El papel de El Pajaral, en cambio, todavía no ha sido definido y aún hace falta proseguir con las investigaciones arqueológicas para poder resolver esta cuestión. Lo que es importante resaltar aquí es que Hix Witz corresponde a una entidad regional coherente y bastante bien delimitada a nivel geográfico y epigráfico, aunque su definición arqueológica y sociopolítica queda por ser confirmada y refinada.
El material cerámico bajo estudio proviene de las colecciones de La Joyanca y de Zapote Bobal. Después de haber sido definida la cronología de ambas localidades (Forné 2006; 2007), el enfoque del presente estudio está dirigido hacia los tipos Chaquiste y Chinja de ambos sitios, respetando una unidad geográfica y cronológica: a nivel temporal, el material estudiado es representativo de la esfera Tepeu del Clásico Tardío para las Tierras Bajas Mayas del sur, periodo en el cual aparecen los tipos cerámicos estudiados.
Con el fin de mejorar la calidad del estudio, se tomarán en cuenta algunas observaciones comparativas hechas en el año 2006 en los laboratorios de campo y de la Ciudad de Guatemala del Proyecto El Perú-Waka’.
LA CERÁMICA DE HIX WITZ
La descripción de las colecciones cerámicas fue presentada detalladamente en los informes de campo y en publicaciones adicionales (Gámez 2005:194-226; Forné 2006; Forné 2007:135-166). Sin embargo, se presenta a continuación una rápida descripción de los dos tipos tomados en consideración en este artículo, valorando sus características propias y regionales tanto en La Joyanca como en Zapote Bobal.
En La Joyanca, los cuencos Chaquiste y Chinja, a los cuales habría que agregarles los ejemplares Esperancita Impreso (equivalente negro de Chaquiste) y los numerosos Chaquiste erosionados (posibles Chaquiste o Esperancita Impreso) representan el 34.67 % (389 tiestos) de las fuentes decoradas de la colección. Aquí, únicamente se presentan las cantidades de tiestos Chaquiste y Chinja (excluyendo los fragmentos con superficie erosionada y los Esperancita).
Los dos tipos impresos Chaquiste y Chinja están presentes en La Joyanca de manera muy diferencial, confirmando que el sitio pertenece a una región de Tierras Bajas donde la mayoría de las fuentes con decoración impresa son Chaquiste. En efecto, solo tres tiestos del tipo Chinja fueron registrados, mientras que Chaquiste Impreso es mucho más abundante (101 tiestos).
Sin embargo, se puede observar en la Figura 5 que existe muy poca variedad en la cantidad de modos asociados a este tipo. No se puede hablar de estandarización en la medida en que el material no fue analizado con el objetivo de realizar un estudio específico de estandarización tal como se ha definido anteriormente (Rice 1981; 1987), pero es importante resaltar esta poca variedad entre los modos decorativos y morfológicos (bordes) de Chaquiste de La Joyanca como un indicador de cierto grado de estandarización, o al menos de la obediencia de los alfareros locales a un modelo preestablecido inamovible y parejo en la mayoría de las Tierras Bajas de Petén.
El modo DIp5a (ver Figura 6), el más común (81 tiestos), corresponde a la aplicación de un filete ancho (promedio 1 cm) sobre el cual se encuentran impresiones repetitivas de dedos. Es el más común entre los modos decorativos de este tipo en las Tierras Bajas. Se encuentra tanto en la región de Uaxactun como en la de Petexbatun, aunque en esta última, sólo representa un motivo más entre la multitud de variantes registradas, mientras en la mayoría de los otros sitios de Petén, este modo es uno de los únicos en ser identificados en las colecciones (observación personal ceramoteca IDAEH, 2003: Forné 2006).
En La Joyanca, el modo DIp7 (ver Figura 6) es casi exclusivo al complejo Tuspan 2 (950-1000/1050 DC; ver Forné 2006), es decir, el final del Clásico Terminal, por lo cual no se toma en consideración aquí. Sin embargo, el modo DIp1 (ver Figura 6) corresponde a las impresiones en fila, pero sin filete aplicado, característico de Chinja Impreso, muy común y parecido a los ilustrados en las colecciones de El Mirador, por ejemplo (Forsyth 1989:86-88, 136; Forné 2006:177-178).
Los modos decorativos del material Chaquiste de La Joyanca muestran entonces muy pocas variaciones e invención, y caben en los modelos decorativos de este tipo para la esfera Tepeu de Petén.
En Zapote Bobal, la colección cerámica es más reducida que en La Joyanca, debido a la menor cantidad de excavaciones que se han llevado a cabo.
Figura 3 Venta de cuencos grandes y fuentes, Santa María de Jesús, Sacatepéquez (foto M. Forné, 2003)
Figura 4 Mapa de la región de Hix Witz con ubicación de los sitios Zapote Bobal, La Joyanca, y, al norte del río San Pedro, El Perú-Waka’
Sin embargo, las tendencias modales son muy claras. Los tipos Chaquiste, Chinja, Esperancita, y las fuentes con decoración impresa con superficie erosionada (¿Chaquiste o Esperancita?), representan el 44.58 % (74 tiestos) de la colección de fuentes decoradas. El tipo Chaquiste Impreso está registrado con dos variedades: «No Determinada» y «Estampada». Aunque en La Joyanca la variedad Estampada era diagnóstica del final del Clásico Terminal, es poco probable que sea el caso en Zapote Bobal. El tipo Chinja Impreso también está presente en pequeñas cantidades (10 tiestos).
A nivel tipológico, Zapote Bobal no se distingue de La Joyanca en la medida en que los dos tipos están presentes con proporciones similares: Chaquiste es abundante y los tiestos Chinja escasos, lo mismo que otros sitios de Petén en el oeste. Sin embargo, la observación modal de los materiales permite que se destaquen algunas diferencias con las colecciones de Petén que aunque discretas, son relevantes para este estudio.
En Zapote Bobal, apareció una variante con la decoración de Chaquiste Impreso, caracterizada por la presencia de una banda realzada, en vez de aplicada. Por implicar una técnica de fabricación distinta, y por dificultar la diferencia entre este tipo y Chinja Impreso, fue importante diferenciarlo a nivel modal. Esto recuerda que a nivel metodológico y según el sistema Tipo-Variedad, tal distinción (es decir, diferencias modales mínimas) no es suficiente para dividir las categorías en dos tipos, y sería más apropiado considerar Chaquiste y Chinja no como dos tipos distintos, sino como dos variedades de uno mismo.
Las variantes decorativas de estos dos tipos, en Zapote Bobal, fueron divididas en tres categorías ilustradas en la Figura 7:
1. Banda aplicada con impresión de dedos: categoría abundante en La Joyanca, y aparentemente muy común en El Perú y en la mayoría de los sitios que registran este tipo (observación personal ceramoteca del IDAEH, 2003; laboratorio del Proyecto El Perú-Waka’, 2006), que caracteriza a Chaquiste Impreso. Se observan tres variantes:
- Banda aplicada con alrededor de 1 cm de ancho (el modo más frecuente en Tierras Bajas: DIp5a: 6 ej.).
- Banda aplicada con menos de 1 cm, generalmente alrededor de 0.5 cm, y parece más frecuente en Zapote Bobal que en los otros sitios (DIp8: 18 ej.). Esta es la mayor distinción entre el material de este sitio con las otras colecciones de Tierras Bajas.
- Decoración estampada, cuyo motivo más conocido en el noroeste de Petén es la espiral (Chaquiste Impreso: Variedad Estampada – DIp7: 3 ej.). En La Joyanca, esta decoración caracteriza el periodo más tardío.
2. Fila de impresiones en una banda realzada, generalmente debajo de una acanaladura, que caracteriza a Chaquiste Impreso. Entre esta categoría se encuentran dos variantes:
- Impresiones de dedos sobre banda realzada, la presión del dedo haciendo que desaparezca la acanaladura que aparece encima de la fila de impresiones (DIp2: 8 ej.).
- Impresiones, hechas con los dedos, dando un efecto «trenzado» a la banda realzada (DIp6: 7 ej.).
3. La fila de impresiones sin banda aplicada ni realzada. Este modo caracteriza a Chinja Impreso. Se observan:
- Impresiones circulares hechas con el dedo, idénticas a las ilustradas, por ejemplo, en El Mirador (DIp1: 8 ej.; Forsyth 1989: Fig. 34, 35).
- Impresiones semicirculares realizadas con la uña (DIp3 y DIp11: 8 y 3 ej.).
- Impresiones de triángulos idénticos a los modos decorativos de Pantano Impreso (DIp4: 5 ej.).
Al detallar la descripción de los modos decorativos en Zapote Bobal se hace obvio que la colección de este sitio difiere en buena medida de La Joyanca. Los pocos modos presentes en La Joyanca son los menos abundantes en Zapote Bobal, como si su presencia en un sitio excluyera la de los otros. Esta distinción no sólo existe a nivel de modos decorativos, sino también con los modos morfológicos (correspondiendo a la morfología del perfil de los bordes de recipientes) y, de manera más evidente: ningún perfil asociado a estos tipos es compartido por las colecciones de los dos sitios (Figura 8).
En resumen, y aunque la tipología sea insuficiente para establecer esta incompatibilidad, existen algunas diferencias morfológicas y decorativas obvias entre los recipientes Chaquiste y Chinja de estos dos sitios. En fin, la comparación de las colecciones cerámicas de Hix Witz con el material Chaquiste y Chinja del sitio El Perú revela una sorprendente semejanza entre este sitio mayor y La Joyanca. En efecto, los modos decorativos y morfológicos son los mismos (en mayoría DIp5a, CU2 y CU13), y las formas típicas de Zapote Bobal (entre los más típicos: DIp8, CU19 y CU40) están ausentes en los dos sitios (observación personal El Perú-Waka’, 2006; comunicación personal Griselda Pérez, 2006).
Figura 5 Cuadro comparativo de la presencia de modos decorativos (DIp) y morfológicos (BO y CU) entre los ejemplares Chaquiste y Chinja Impreso de La Joyanca y Zapote Bobal (en negrita: modos compartidos por los dos sitios)
Figura 6 Modos decorativos característicos de Chaquiste y Chinja Impreso en La Joyanca (dibujo M. Forné)
Figura 7 Modos decorativos característicos de Chaquiste y Chinja Impreso en Zapote Bobal (dibujo M. Forné)
Figura 8 Modos morfológicos característicos de Chaquiste y Chinja Impreso en La Joyanca(CU2 y CU13) y en Zapote Bobal (CU19 y CU40) (dibujo M. Forné)
CONSIDERACIONES FINALES
La cerámica cotidiana de Hix Witz, al ser observada por medio de dos tipos bien conocidos y distribuidos en las Tierras Bajas Mayas, presenta sorprendentes divergencias morfológicas. Aunque no sea necesariamente visible en Tipo-Variedad, el estudio de la presencia y ocurrencias de los modos decorativos y morfológicos permite destacar diferencias muy marcadas entre dos sitios que, según la investigación arqueológica y epigráfica, pertenecerían a la misma entidad política en el Clásico Tardío.
Varias observaciones e interpretaciones preliminares pueden destacarse de este estudio. En primer lugar, hay que valorar la utilidad del sistema modal, que en conjunto y combinación con el Tipo-Variedad, permite hacer observaciones nuevas e inéditas sobre el material cerámico. Desde la invención de este concepto, el modo se consideró una herramienta de mucho valor para la definición de periodos cronológicos (Rands 1961; Rouse 1960; LeBlanc 1975; Forné 2006).
Aunque algunas veces sea difícil saber cómo interpretar los modos a nivel cultural, cabe recordar además su valor como dato independiente, usado con éxito no sólo para las descripciones de categorías cerámicas, sino también para cualquier complemento de clasificación, apto para la identificación de variantes regionales o locales (Masson 2005).
En segundo lugar, y aunque necesariamente serán preliminares y especulativas, pueden presentarse algunas interpretaciones. Las divergencias cerámicas observadas aíslan claramente a Zapote Bobal de La Joyanca y de El Perú. Aunque a nivel general, los tres sitios pertenezcan a la esfera Tepeu del Clásico Tardío, y que sus colecciones presentan globalmente los mismos conjuntos de tipos y variedades, las diferencias modales observadas son suficientemente obvias para llamar la atención.
Sin duda reflejan cierta regionalización de la producción alfarera dentro de la región de Hix Witz. Por un lado, La Joyanca y Zapote Bobal, a pesar de que ambos pertenecieron al mismo territorio político, no compartieron el mismo sistema de producción y consumo de cerámica cotidiana. Por otro lado, el río San Pedro, frontera natural y política entre el reino de Hix Witz y el territorio de El Perú, no constituye, aparentemente, un límite suficiente para dividir tradiciones cerámicas locales que se extendían y se compartían, al menos entre La Joyanca y El Perú, y probablemente con otros sitios de Petén y de la esfera Tepeu.
Resulta que la originalidad no reside tanto en la diferencia cerámica entre La Joyanca y Zapote Bobal, ni en la fuerte semejanza entre el primero y El Perú, sino en la distinción de la supuesta capital de Hix Witz con la mayoría de los sitios de esta región de Petén. La cerámica cotidiana de Zapote Bobal es entonces una particularidad local. La presencia de formas originales (y hasta ahora, únicas en Petén) asociadas con los tipos impresos Chaquiste y Chinja, tiene que ser el resultado de una fabricación local.
Sin embargo, esto constituye una limitante a este tipo de estudio, ya que la falta general de descripción modal en Tierras Bajas dificulta las comparaciones bibliográficas. Una comparación modal interregional, con visitas a los laboratorios de materiales del país, para empezar, sería necesaria para comprender mejor estas diferencias y determinar hasta qué punto esta producción era o no la consecuencia de una expresión local o de una influencia ajena.
Otro punto de discusión es la gran variedad de modos encontrados en Chaquiste y Chinja Impreso de Zapote Bobal, en comparación con una aparente pobreza decorativa y morfológica en La Joyanca. Según los conceptos de estandarización (y aunque los datos recolectados no constituyen en sí un estudio de este tipo), una gran variedad de motivos y/o formas en la cerámica puede reflejar una baja especialización en la producción alfarera (Rice 1981; Masson 2005).
En el caso de Zapote Bobal parece ser que la gran variedad modal observada puede reflejar la existencia de varios alfareros locales, cada uno expresando su propia peculiaridad en su producción. No se puede descartar tampoco la hipótesis no exclusiva de una producción doméstica, como se considera fue el caso en la mayoría de las unidades habitacionales de Mesoamérica.
El patrón de asentamiento de Zapote Bobal (en periferia y a excepción del Epicentro), bastante disperso, apunta hacia una organización esencialmente agrícola (Breuil-Martínez et al. 2004; Gámez 2005; Forné 2007) que no contraindica la existencia de producción cerámica local también dispersa, la cual favorece a las variaciones casi «personales» encontradas en el material cotidiano.
En otras palabras, en Zapote Bobal se puede vislumbrar la existencia de una identidad alfarera local, bien diferenciada de los sitios vecinos, caracterizada por varias fuentes de producción, ya sea de varios alfareros o campesinos fabricando recipientes por temporadas o satisfaciendo las necesidades inmediatas, y expresando su propia peculiaridad en el marco de un concepto establecido e inamovible en Tierras Bajas: el de la fuente impresa de los tipos Chaquiste y Chinja.
Al contrario, en La Joyanca, cuya naturaleza urbana es perceptible por su patrón de asentamiento compacto y su organización espacial en barrios (Arnauld et al. 2004; Lemonnier 2006), los consumidores usaron una vajilla cotidiana Chaquiste y Chinja muy pareja, con formas y decoración muy poco variadas. Se podría entonces plantear la hipótesis según la cual un sistema de mercado o de intercambio local permitió a unos escasos alfareros distribuir sus productos a toda la población.
En todo caso, por lo visto la producción de cerámica en La Joyanca, además de seguir el concepto bien conocido de fuentes impresas de la esfera Tepeu, no parece haber sido propicia a la producción doméstica o por parte de alfareros numerosos. Sin embargo, como ya se había observado anteriormente: “ethnoarchaeological studies illustrate the difficulty of knowing whether a high degree of production standardization reflects the involvement of fewer specialists or simply the existence of a rigid code of attributes to which larger numbers of specialists conformed” (Masson 2005:380).
Evidentemente, estas interpretaciones son aún especulativas hasta que se pueda desarrollar un estudio más completo de la distribución interregional o intraregional de los modos de cerámica cotidiana, no sólo con los tipos Chaquiste y Chinja, sino también con todos los tipos domésticos de las colecciones, en el sector de Hix Witz, como en las regiones y ciudades vecinas.
AGRADECIMIENTOS
Este estudio no se hubiera podido llevar a cabo sin el apoyo de mis compañeros del Proyecto Petén Noroccidente, PNO-La Joyanca (1999-2003) y PNO-Ciudades de Hix Witz (2004-2006), coordinado por James Fitzsimmons (Middlebury College, Estados Unidos) y Laura Gámez (USAC, Guatemala), así como Edy Barrios, Varinia Matute, Franz Lauer, Bryan Carlo y Carlos Luna. A nivel académico e institucional, expreso mis agradecimientos a CEMCA y su responsable Wilibald Sonnleitner, así como al IDAEH y al CNRS (Francia). En fin, quiero agradecer al equipo del Proyecto El Perú-Waka’ por recibirme en el laboratorio de campo y de la ciudad de Guatemala, con el fin de realizar comparaciones entre Hix Witz y este sitio mayor del noroeste de Petén.
REFERENCIAS
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Figura 9
Figura 10