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048 – INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN NUEVA ESPERANZA, BAJO LEMPA, EL SALVADOR – Shione Shibata y Akira Ichikawa – Simposio 22, Año 2008

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Shibata, Shione y Akira Ichikawa

2009        Investigación arqueológica en Nueva Esperanza, Bajo Lempa, El Salvador. En XXII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2008 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.614-626. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

48

INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN NUEVA ESPERANZA, BAJO LEMPA,

EL SALVADOR

Shione Shibata

Akira Ichikawa

Departamento de Arqueología, CONCULTURA y JICA

ABSTRACT

ARCHAEOLOGICAL INVESTIGATION AT NUEVA ESPERANZA, BAJO LEMPA, EL SALVADOR

As a consequence of a fortuitous find in the community of Nueva Esperanza, the Departamento de Arqueología of CONCULTURA and JOCV/JICA undertook a salvage project in the month of December, 2007. In total, a burial of two individuals, together with offerings consisting of 17 tetrapod bowls and two censers dating to the Terminal Preclassic, was documented. The internment and ceramics were found on an occupation surface that was directly covered over by a layer of volcanic ash from the Tierra Blanca Joven (TBJ) eruption. In addition, according to survey in the area a shell midden also covered by the TBJ tephra layer was found in a stratigraphic cut of El Espino ravine located 700 m north of the excavated site. It is likely that a village was buried in this sector by the activities of the TBJ.

Debido al conflicto armado durante las décadas de 1970 y 1980, la zona oriental de El Salvador fue objeto de pocas investigaciones arqueológicas en comparación con la zona occidental del país.

Sin embargo, después de los acuerdos de paz firmados en 1992, las infraestructuras y la vida diaria en la zona oriental se han mejorado considerablemente, y el interés de los lugareños se está enfocando también sobre hallazgos fortuitos de materiales prehispánicos.

Desde 2002 hasta el presente, se ha intensificado el número de las investigaciones arqueológicas en la zona oriente de El Salvador, tales como en Punta Chiquirín (Escamilla y Shibata 2005, 2006), Isla de Conchagüita (Gómez 2005), Asanyamba (Valdivieso 2005, 2006), Uluazapa (Genovez 2006), Nueva Esparta, Intipuca, Puerto Parada, entre los cuales se encuentra el sitio arqueológico Bajo Lempa (Valdivieso 2007).

El descubrimiento del sitio arqueológico Bajo Lempa del departamento de Usulután (Figura 1) se dio gracias al aviso de dos estudiantes de la carrera de antropología de la Universidad Tecnológica de El Salvador, José Gilberto Berríos Chicas y Jesús Jacobo Domínguez, quiénes habían realizado investigaciones antropológicas en el área para elaborar sus tesis de graduación.

Durante el tiempo del recorrido en la Comunidad Nueva Esperanza de Bajo Lempa, ambos jóvenes conocieron un sitio arqueológico con alta concentración de tiestos de cerámica cotidiana, fragmentos de obsidiana y moluscos, los cuales se observaron en el corte del río canalizado El Espino.

GEOGRAFÍA

El área de Bajo Lempa del departamento de Usulután, se localiza aproximadamente a 70 km al sureste de la ciudad capital de San Salvador, y colinda al norte con el pueblo denominado San Marcos Lempa, ubicado sobre la Carretera Litoral en el km 78; al este con el río canalizado El Espino y el Bahía de Jiquilisco; al oeste con el río Lempa; y al sur con el Océano Pacífico (Arnaiz 2007).

Al observar la geomorfología de la cuenca inferior del río Lempa, la desembocadura antigua del mismo podría haber estado en las cercanías en donde se construyó el Puente de Oro, el cual conecta los pueblos de San Nicolás Lempa y San Marcos Lempa. Durante miles de años el río Lempa ha transportado sedimentos fluviales y han desarrollado el delta en su desembocadura hacia adentro del Océano Pacífico cada vez más, la cual forma actualmente la planicie costera (Hernández 2008).

A lo largo del tiempo, actividad geológica y las consecuencias de antiguas tormentas tropicales, han provocado que el río Lempa haya cambiado su curso, desembocando tanto al occidente como al oriente de la actual desembocadura. Probablemente por cierto tiempo el río Lempa desembocó directamente a la Bahía de Jiquilisco a través de los ríos El Potrero y El Borbollón, desarrollando la zona de los manglares, en donde se daba la producción de moluscos tales como curiles y cascos de burro (Hernández 2008).

La Comunidad Nueva Esperanza, una de las comunidades que comprenden el área de Bajo Lempa de Usulután, se sitúa en dicha planicie aluvial, abajo de la cual el sitio arqueológico Bajo Lempa de Usulután está sepultado, cubierto por la ceniza volcánica blanca denominada TBJ (Figura 1).

ANTECEDENTES

Gracias al aviso de José Gilberto Berríos Chicas se realizó la primera visita a Bajo Lempa de Usulután el día 18 de mayo de 2007. Al llegar al pueblo San Marcos Lempa, se observaba hacia el sur una planicie costera muy amplia, en donde no se aprecia ninguna elevación artificial, tal como, restos de pirámides o plataformas del periodo prehispánico.

El sitio arqueológico se encontró por el río canalizado denominado El Espino, ubicado entre las comunidades de Nueva Esperanza y Ciudad Romero. Dicho río tiene aproximadamente entre 4 y 6 m de ancho, nace en un lugar pantanoso localizado al sur de San Marcos Lempa y desemboca en la Bahía de Jiquilisco a unos 3 km de distancia desde la Comunidad Nueva Esperanza.

En el corte del lado oeste del río canalizado se observaba una capa de tierra de color café-negro, la cual se elevaba a lo largo de la corriente del río. Dentro del mismo estrato se registraron tiestos de cerámica burda, fragmentos de obsidiana y moluscos conocidos de nombre común como curil y casco de burro. Por lo tanto dicho sitio arqueológico podría ser un conchero cortado posteriormente por el río canalizado El Espino.

La capa de tierra de color café-negro estaba cubierta con diversas capas laminadas de ceniza volcánica, las cuales miden aproximadamente 0.30 m de grosor y sobre ellas se acumulaban otras capas de ceniza volcánica blanca con grosor de unos 1.60 m.

Según el estudio posterior de los geólogos Walter Hernández, del Servicio Nacional de Estudios Territoriales (SNET) del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Shigeru Kitamura de la Universidad de Hirosaki-Gakuin, las capas laminadas se identificaron como TBJ que cayeron directamente desde el Volcán Ilopango. Los estratos superiores son de acumulación secundaria.

Unos días después de la primera visita al río canalizado El Espino, Berríos nos avisó de un hallazgo fortuito en la Comunidad Nueva Esperanza, el cual consistía en restos óseos acompañados con ofrendas de cerámica.

El 11 de junio de 2007 se llevó a cabo una nueva visita a la comunidad por un técnico del Departamento de Arqueología de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural.

Las osamentas se hallaron aproximadamente a 100 m al oeste del Centro Escolar Nueva Esperanza, junto con un incensario y 12 vasijas completas y semicompletas, cuando los habitantes del lugar estaban excavando una zanja para instalar la tubería de agua potable.

Aunque los restos óseos se descubrieron en la capa de tierra de color café-negro, la posición in situ de los mismos fue de forma extendida de este a oeste -según los obreros-, no obstante no se conoce muy bien su detalle.

Conforme al estudio posterior hecho por el antropólogo físico Daniel Frohilich, las osamentas consisten de dos entierros, una mujer adulta aproximadamente entre 35 y 39 de edad y un infante (sin identificación del sexo) de aproximadamente nueve meses de edad (Valdivieso 2007). El entierro femenino conservaba su cráneo, el cual los trabajadores de la obra volvieron a enterrar en la misma zanja.

Las ofrendas de cerámica se registraron al lado sur de los entierros, formando una curva en su planta. Al observar el incensario y las 12 vasijas por vez primera en el Centro Escolar Nueva Esperanza, algunas estaban superpuestas y otras solas, la mayoría aparecían cubiertas por ceniza volcánica en su superficie.

El incensario tiene forma cilíndrica con decoración zoomorfa, posee color café-crema en el exterior y café-negro interior. Dicha cerámica mide 18.1 cm de altura y 22.5 cm de diámetro en su borde.

Las 12 vasijas son cuencos bajos tetrápodes, sus dimensiones oscilan entre 7.85 cm y 11.7 cm de altura y entre 15.9 cm y 25.1 cm de diámetro en su borde. Se dividen en tres grupos basados en su decoración y color. Seis cuencos pertenecen al primer grupo, poseen color naranja sobre crema con decoración negativa, llevando una franja roja en su borde interior. Cinco corresponden al segundo grupo, presentando color naranja sobre crema con decoración negativa sin franja roja en su borde. En el tercer grupo solamente hay un cuenco bajo tetrápode de color café. La mayoría de los soportes de todas las vasijas son sólidos con diversas perforaciones, asemejándose posiblemente al rostro de un pájaro o perro, la excepción es un cuenco bajo con mamiformes vacíos.

Al momento del descubrimiento, los curiosos llegaron al punto de hallazgo, sin embargo las maestras del Centro Escolar Nueva Esperanza intervinieron inmediatamente el sitio y tomaron las medidas necesarias para la protección de los huesos y las vasijas, guardándolos en la instalación de la misma escuela. Además se rellenó la zanja donde se encontró el hallazgo y la Junta Directiva de la Comunidad Nueva Esperanza envió vigilantes para evitar cualquier alteración del lugar.

El 13 de junio de 2007 se reunieron los miembros de la Comisión Cultural de la Comunidad Nueva Esperanza y los técnicos de Departamento de Arqueología.

Los pobladores de dicha comunidad son gente reubicada posterior a su repatriación desde el exilio-refugio en el vecino país de Nicaragua en 1991 (Arnaiz 2007), y la mayoría de ellos no son originarios del área de Bajo Lempa de Usulután. Sin embargo les interesa mucho la historia prehispánica del área, es decir ¿quiénes fueron y cómo vivían las indígenas aquí?, ¿por qué quedó sepultado el antiguo pueblo?

En consecuencia de la reunión entre la Comisión Cultural de la misma entidad local y el Departamento de Arqueología se decidió realizar las siguientes actividades: 1) conferencia científica ante la Comunidad Nueva Esperanza y otros pueblos aledaños el 10 de agosto de 2007, 2) investigación arqueológica en el mes de diciembre de 2007, en el lugar donde se localizaron los entierros con ofrendas de cerámica, 3) abrir una sala de exposición antropológica en uno de los edificios comunales de Nueva Esperanza junto con las piezas prehispánicas ubicadas recientemente.

INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA Y GEOLÓGICA

En base a los acuerdos con la Comisión Cultural de la Comunidad Nueva Esperanza, la investigación arqueológica comenzó en el sitio de hallazgo el 10 de diciembre de 2007 y finalizó hasta el 21 de diciembre del mismo año.

Se estableció una trinchera de 4 x 6 m en el lugar donde se encontraron los entierros con ofrendas de cerámica. Los objetivos del estudio son conocer la ubicación estratigráfica de restos de ofrendas in situ, confirmar la presencia o ausencia de algún inmueble arqueológico asociado con los entierros localizados anteriormente, comprender la estratigrafía del sitio, entre otros (Figura 2).

Se tardó poco más de dos días para rebajar la tierra arenosa volcánica casi al nivel de la ocupación prehispánica, dejando últimas capas de la ceniza volcánica sobre la tierra de color café-negro.

El 12 de diciembre, aparecieron in situ cinco ofrendas de cerámica (Ofrendas 1, 2, 3, 4 y 5), las cuales estuvieron puestas sobre la superficie de la capa de tierra de color café-negro, es decir el nivel de ocupación de la época prehispánica (Figura 3).

Las Ofrendas 1, 2 y 3 se ubicaron boca abajo dentro de la pared sur de la trinchera. La Ofrenda 4 apareció recostada en la esquina suroeste de la trinchera. Después de la limpieza alrededor de las Ofrendas 1, 2, 3 y 4, se registró su localización estratigráfica con fotos y dibujos.

La Ofrenda 5 se sitúo también boca abajo, al norte del punto donde supuestamente se hallaron los entierros durante la instalación del tubo de agua potable.

Al anochecer, nos dimos cuenta que había otra ofrenda (Ofrenda 6) al este de la Ofrenda 1, la cual estaba dentro de la pared sur de la trinchera. Se dejó de momento in situ, pero se recuperó al día siguiente.

Las Ofrendas 1, 2, 3, 5 y 6 son cuencos bajos tetrápodes, con soportes son sólidos y llevan diversas perforaciones. La Ofrenda 5 posee soportes mamiformes vaciados.

Al igual que las ofrendas encontradas anteriormente en la Comunidad Nueva Esperanza, las ofrendas arriba mencionadas consisten en dos grupos. La Ofrendas 2, 3 y 6 tienen color naranja sobre crema con decoración negativa y franja roja en su borde interior. Por otro lado las Ofrendas 1 y 5 llevan el mismo color y la misma decoración, no obstante sus bordes no están pintados de ningún color.

La dimensión de los cinco cuencos bajos tetrápodes oscila entre 7.1 cm y 11.3 cm de altura, y entre 17.1 cm y 27.9 cm de diámetro en su borde.

La Ofrenda 4 es un fragmento de incensario con decoración zoomorfa, cuyo estilo es parecido al incensario registrado el 30 de mayo de 2007. La altura mide 15.7 cm y el diámetro reconstruido muestra aproximadamente 20 cm.

El 13 de diciembre, desde el lado este de la trinchera, se comenzó a quitar la última capa de ceniza volcánica de color gris, que cubría la superficie de la tierra de color café-negro (nivel de ocupación prehispánica). En dicha capa ubicada en la esquina sureste de la misma trinchera, se observó una alta concentración de tiestos de cerámica burda, fragmentos de moluscos, entre otros.

El 14 de diciembre, se localizaron dos fragmentos de hueso humano, posiblemente partes de brazo, en el punto de hallazgo de los entierros anteriores.

La alta concentración de materiales arqueológicos antes mencionada se extendió hacia el norte. Además se ubicaron diversas huellas de agujeros rellenadas con la ceniza volcánica, las cuales posteriormente se identificaron como raíces de plantas en base a su forma y posición de dichos agujeros.

Los días 17, 18 y 19 de diciembre, se dedicaron a la limpieza de las cuatro paredes de la trinchera y se registró la estratigrafía en las paredes norte, este y sur con fotos y dibujos.

Al verificar la estratigrafía de las tres paredes de la trinchera, sobre la capa de tierra de color café-negro (el nivel de ocupación prehispánica), se notó que cuenta con nueve capas acumuladas horizontalmente, las cuales serían originarias de alguna erupción volcánica. Arriba de las nueve capas en mención, se notaron más de ocho capas aparte del humus (Figura 4).

La cuarta capa arriba de las acumuladas en forma horizontal consiste en diversos estratos delgados, los cuales presentan manchas onduladas.

El 19 de diciembre por la tarde, se dio una pequeña conferencia en campo ante la gente de la Comunidad Nueva Esperanza, para que ellos tengan conocimiento del resultado de la investigación arqueológica ejecutada en dicha trinchera.

El 20 de diciembre, se practicó una pequeña trinchera de 0.20 m de ancho en la esquina sureste de la trinchera, donde se registró la alta concentración de tiestos de cerámica cotidiana, fragmentos de obsidiana y moluscos, tales como curiles, cascos de burro, caracolitos y ostras.

Al rebajar a 0.26 m de profundidad, desde la superficie de la ocupación prehispánica, comenzó a nacer agua y se llenó la pequeña cavidad de la excavación. Según el comentario del Pedro Martínez, coordinador de la Comisión Cultural de la Comunidad Nueva Esperanza, el nivel del manto acuífero en dicha comunidad es muy alto y en base al levantamiento topográfico ejecutado por técnicos de Departamento de Arqueología, el Centro Escolar Nueva Esperanza está situado aproximadamente a 4.7 msnm. El nivel de ocupación prehispánica que se halló en la trinchera posee aproximadamente 2.7 m de altura SNM.

El 21 de diciembre, se rellenó la trinchera, finalizando la investigación arqueológica de dos semanas. No obstante, quedó pendiente la identificación de las capas de ceniza volcánica primarias encontrada en la trinchera, ubicada al oeste del Centro Escolar Nueva Esperanza.

El 21 de enero de 2008, Walter Hernández, geólogo de SNET realizó una visita de campo e identificó dichos estratos volcánicos de forma siguiente: las primeras cinco capas inferiores acumuladas sobre la tierra de color café-negro (el nivel de ocupación prehispánica), las cuales son equivalentes de las nueve capas registradas por arqueólogos de Departamento de Arqueología durante la excavación, son originarias de la erupción del volcán Ilopango, según su formación estratigráfica y miden en total aproximadamente 0.24 m de grosor.

Arriba de estas capas, se observan las capas volcánicas secundarias hasta la capa de humus y mide aproximadamente 1.35 m de grosor. Los estratos secundarios en mención muestran rasgos de sedimentación a causa de movimientos de agua, sin embargo el tiempo que se había tardado para su formación no quedó claro (Walter Hernández, comunicación personal).

El 10 de marzo de 2008 el Dr. Shigeru Kitamura, vulcanólogo de la Universidad de Hirosaki-Gakuin visitó la Comunidad Nueva Esperanza. El resultado de la observación de la estratigrafía en la trinchera excavada el mes diciembre del año anterior, fue en términos generales similar al estudio realizado por el Ing. Hernández de SNET (Shigeru Kitamura, comunicación personal).

Cabe mencionar que según el comentario del Dr. Kitamura, la cuarta capa con manchas onduladas que se localizó arriba de la última capa de TBJ primaria acumulada en forma horizontal, fue redepositada a causa de por lo menos diez inundaciones antiguas, cuyas temporalidades no están definidas. Sin embargo durante dichas inundaciones no se formaron suelos ni germinaban plantas.

El inicio de dicha redepositación de ceniza volcánica, sería probable que ocurriera unos meses o años después de la erupción del volcán Ilopango, ya que se observó algo parecido a huellas de raíz vegetal sobre la parte superior de la última capa de la ceniza volcánica de TBJ primaria (Shigeru Kitamura, comunicación personal).

CONCLUSIÓN

Los entierros, junto con un incensario y 12 cuencos bajos tetrápodes, se hallaron fortuitamente en la Comunidad Nueva Esperanza el mes mayo de 2007. Sin embargo no se había conocido el contexto arqueológico de ellos, hasta que se realizó la excavación en la trinchera de 4 x 6 m de dimensión al oeste del Centro Escolar de la misma comunidad a finales de 2007.

Resultó que seis ofrendas de cerámica se colocaron en posición boca abajo sobre la capa de tierra de color café-negro, es decir sobre el nivel de ocupación prehispánica, cubierto por las capas de la ceniza volcánica de TBJ primaria (Figura 5). Además alrededor de las seis ofrendas mencionadas no se registró ninguna alteración estratigráfica de las capas de la ceniza volcánica de TBJ primaria.

Las Ofrendas 2 y 3 se encontraron superpuestas una sobre otra, dentro de ellas se observó la ceniza volcánica de color café-gris, que corresponde a una de las capas inferiores de TBJ primaria.

La Ofrenda 4, el fragmento de incensario, estaba localizado sobre las dos capas inferiores de TBJ primaria (Figura 6).

Al interpretar estos contextos arqueológicos, se considera que las ofrendas fueron dejadas en torno a los entierros al comenzar a caer la ceniza volcánica del volcán Ilopango.

Luego de esta actividad eruptiva, existió cierto tiempo de tranquilidad, aunque no se sabe precisamente cuanto tiempo. Posteriormente las inundaciones del río Lempa azotaron por lo menos diez veces a lo largo de cierto lapso el área de Bajo Lempa de Usulután, trayendo sedimentos fluviales originarios por la actividad volcánica del Ilopango. En consecuencia de los desastres naturales arriba mencionados, dicha área no volvió a ser habitada por lo menos durante el resto de periodos prehispánicos.

Ahora se intentará reconstruir el paisaje del periodo prehispánico en el área de Bajo Lempa de Usulután, especialmente en el sector de la Comunidad Nueva Esperanza antes de la caída de TBJ, basados en los pocos datos obtenidos.

Al sur de la Comunidad Nueva Esperanza comienza la zona de manglares. Cabe mencionar que cuando los lugareños excavaron pozos de agua por la entrada oeste de la comunidad, hallaron restos de manglares a unos 3 m de profundidad (Arnaiz, comunicación personal). Es decir que posiblemente la zona de los manglares haya ocupado la zona actual de la comunidad de Nueva Esperanza en la época prehispánica.

En donde hay manglares, se crían curiles y cascos de burro, entre otros moluscos. Por lo tanto los indígenas prehispánicos aprovecharían dichos productos de la zona de los manglares del sector de la Comunidad Nueva Esperanza, ya que sus restos se encontraron al excavar la tierra de color café-negro en la esquina sureste de la trinchera y el conchero del río canalizado El Espino ubicado entre las Comunidades Nueva Esperanza y Ciudad Romero.

Además se ubicaron restos de ostras durante la excavación en la trinchera. Los antepasados prehispánicos habrían traído las ostras desde algunos sitios lejos del pueblo Nueva Esperanza, porque las ostras crecen en zonas rocosas, lo cual no existe en la zona de Bajo Lempa de Usulután.

Hasta ahora todavía no se ha hallado ningún resto de viviendas prehispánicas en el sector de la Comunidad Nueva Esperanza, los materiales arqueológicos tales como cerámica burda, obsidiana y moluscos sugieren la existencia de vida cotidiana de la zona costera.

El fechamiento de los entierros acompañados con las vasijas, podrían pertenecer al Preclásico Tardío Terminal o Clásico Temprano según el estilo de las ofrendas de cerámica, las cuales poseen decoración negativa característica de la cerámica tipo Usulután, el color naranja sobre el engobe crema, la forma de silueta compuesta, los soportes mamiformes y la franja roja sobre el borde interior, entre otros.

Para determinar con mayor precisión la datación de la caída de TBJ, se esperarán más datos combinados con el resultado de los estudios de los materiales arqueológicos diagnosticados in situ, cubiertos directamente por la TBJ primaria y el análisis de C14 de las muestras de carbón que se localizaron debajo de TBJ primaria.

AGRADECIMIENTOS

Se agradece a todos los miembros de la Comunidad Nueva Esperanza por permitirnos realizar la investigación arqueológica en su tierra, especialmente a las maestras del Centro Escolar Nueva Esperanza por intervenir los hallazgos fortuitos y dar protección al Patrimonio Cultural. A los coordinadores de la Comisión Cultural de la Comunidad, el Sr. Pedro Martínez Laínez y Sr. Marvin Ulises Morales Martínez, quienes nos apoyaron para ejecutar la excavación. Al Padre Ángel Arnaiz Quintana, quien nos colaboró antes, durante y después en el proyecto de investigación científica. Al Lic. José Gilberto Berríos Chicas y al Sr. Jesús Jacobo Domínguez que fueron los verdaderos promotores en dar a conocer el sitio arqueológico Bajo Lempa en el Departamento de Usulután.

REFERENCIAS

Arnaiz Quintana, Ángel

2007        Tierras pagadas a precio de sangre, testimonio y retratos del Bajo Lempa usuluteco. Cooperativa Nueva Vida de R.L., El Salvador.

Escamilla, Marlon y Shione Shibata

2005        Rescate arqueológico en El Chiquirín, golfo de Fonseca, La Unión, El Salvador. En XVIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2004 (editado por J. P. Laporte, B. Arroyo y H. Escobedo), pp.549-553. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

2006        Punta Chiquirín: Un conchero prehispánico del Golfo de Fonseca. En Golfo de Fonseca: Colección de Estudios Culturales, pp.90-118. Departamento de Arqueología, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

Genovez, José Vicente

2005        Proyecto Municipal Bello Amanecer, Uluazapa, San Miguel. Informe final, Departamento de Arqueología, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

Gómez, Esteban

2005        Conchagua Vieja: Historia y arqueología de un pueblo indígena en la isla Conchagüita en el Golfo de Fonseca. En Golfo de Fonseca: Colección de Estudios Culturales, pp.68-89. Departamento de Arqueología, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

Hernández, Walter

2008        Geología del sitio arqueológico Nueva Esperanza, Jiquilisco, Usulután. Informe preliminar, Departamento de Arqueología, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

Valdivieso, Fabricio

2005        Inspección Arqueológica a Sitio Asamyamba, La Unión. Informe final, Departamento de Arqueología, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

2006        Asanyamba: Importante sitio en las costas del Golfo. En Golfo de Fonseca: Colección de Estudios Culturales, pp.119-168. Departamento de Arqueología, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

2007        Dos hallazgos arqueológicos en Bajo Lempa, sector Zamorano y Nueva Esperanza, municipio de Jiquilisco, Departamento de Usulután. Informe, Dirección Nacional de Patrimonio Cultural, CONCULTURA, El Salvador.

Figura 1 El Salvador

Figura 2 Localización de la trinchera en el sector de la Comunidad Nueva Esperanza,

Bajo Lempa de Usulután

Figura 3   Ubicación de las Ofrendas 1, 2, 3, 4, 5 y 6

Figura 4   Estratigrafía del corte sur de la trinchera

Figura 5   Ofrendas 1 y 2 cubiertas por las capas de ceniza volcánica de TBJ primaria

Figura 6   Ofrenda 4 situada sobre las dos capas inferiores de TBJ primaria 

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