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Popenoe de Hatch, Marion y Carlos Alvarado Galindo
2010 Rutas comerciales del Preclásico entre el altiplano y la costa sur de Guatemala: Implicaciones sociopolíticas. En XXIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2009 (editado por B. Arroyo, A. Linares y L. Paiz), pp.11-25. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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RUTAS COMERCIALES DEL PRECLÁSICO ENTRE EL ALTIPLANO Y LA COSTA SUR DE GUATEMALA: IMPLICACIONES SOCIOPOLÍTICAS
Marion Popenoe de Hatch
Carlos Alvarado Galindo
Universidad del Valle de Guatemala
PALABRAS CLAVE
Arqueología Maya, Altiplano, Costa Sur, comercio, Kaminaljuyu, El Portón, Motagua
ABSTRACT
PRECLASSIC COMMERCIAL ROUTES BETWEEN THE HIGHLANDS AND THE SOUTH COAST OF GUATEMLA: SOCIOPOLITICAL IMPLICATIONS
During the Preclassic period there were three commercial routes that connected the Motagua Valley, Kaminaljuyu, and the northwestern Highlands. The identification of said routes is based on ceramics recovered at sites that were principal centers of redistribution (Tak’alik Ab’aj, Kaminaljuyu, El Portón, etc.), as well as the topography of the region which helped define the movement of goods. This work defines these routes and changes in the types of goods exchanged that occurred through time, including changes in the relationship between Olmecs and Mayas.
El análisis de la cerámica y del arte escultórico de los sitios arqueológicos provee información importante respecto de las relaciones entre los sitios, al sacar a luz los patrones de comunicación y de comercio que existían antes del contacto europeo. Las inspecciones geográficas ayudan a especificar de manera más precisa las rutas reales por las que se llevaba a cabo el comercio. Muchos de los caminos actuales siguen las antiguas trayectorias comerciales y de intercambio. En este momento, en nuestro análisis reconocemos tres sistemas principales de comercio, que parecen haber jugado un papel principal en el intercambio precolombino de bienes a través del Altiplano y la Costa Sur de Guatemala. El análisis de la cerámica aporta claves acerca de la variación que existió a lo largo del tiempo en el control de estas rutas. Carlos Alvarado delineó estas rutas estudiando los accidentes geográficos y las características topográficas del terreno; también consultó fuentes etnohistóricas y etnográficas para deducir información adicional. En esta presentación se esbozan brevemente las rutas en mención, ilustradas con mapas y diagramas esquemáticos que muestran las direcciones que seguían.
LAS RUTAS COMERCIALES: PRECLÁSICO MEDIO/TARDÍO
LA RUTA COMERCIAL DE LA COSTA SUR
Esta ruta (Figura 1) cruzaba la zona de pie de montaña de la Costa Sur de Guatemala, que conecta México con El Salvador. Puede decirse que esta ruta tenía una forma lineal, extendiéndose de este a oeste a lo largo de la bocacosta, interrumpida por nodos o “portales de entrada” (como fueron definidos por Hirth 1978) que funcionaban como centros de redistribución. Éstos incluyen a los sitios Tak’alik Ab’aj, Chocola y Cotzumalguapa en Guatemala y Chalchuapa en El Salvador (Popenoe de Hatch et al. 2000:159-163). En Guatemala estas estaciones de entrada estaban ubicadas estratégicamente en pasos de montaña, en donde el tráfico podía moverse entre el Altiplano y las tierras bajas, intercambiando mercaderías entre ambas regiones. Probablemente se pensó que esta ruta era el medio más rápido para llevar bienes hacia México, sin que las montañas complicaran la jornada. Los artículos que llegaban desde el Altiplano pudieron haber sido recibidos vía los portales de entrada de la Costa Sur donde podían ser intercambiados por otros que llegaban desde los centros locales, o bien podían ser enviados por la ruta costera para ser recibidos y distribuidos en otras estaciones.
Durante la primera parte del periodo Preclásico Medio, la ubicación de monumentos olmecas en importantes cruces de caminos muestra que la ruta era controlada por centros olmecas, posiblemente los de la Costa del Golfo de México. Aquí debe aclararse que se usa el término “olmeca” para indicar una población de Chiapas o del Golfo de México asociada con una ideología en particular. Hacia el final del Preclásico Medio parece que cesó el control olmeca y la erección de monumentos mayas no portátiles en los mismos portales de entrada indica que el manejo y control de la ruta comercial ya había cambiado a favor de los centros mayas.
La ruta costera habría proveído una vía eficiente para obtener jade y obsidiana del valle del río Motagua, sin tener que atravesar los peligrosos peñascos y ascensos del terreno montañoso. Para los líderes olmecas del Preclásico Medio, el jade y la obsidiana, junto con el cacao de la costa, habrían tenido gran demanda para exhibiciones de ostentación, para mantener y reforzar su estatus, su poder político y su autoridad. Otros objetos habrían incluido concha, minerales, pigmentos, etc. Para obtener estos bienes tan deseados, habría sido esencial establecer alianzas o acuerdos con los centros principales. La obsidiana de San Martín Jilotepeque pudo haberse conseguido a través de Tak’alik Ab’aj y Chocola, mientras que la obsidiana de El Chayal y el jade llegarían por Escuintla vía Kaminaljuyu y talvez por El Salvador. Durante el periodo Preclásico, todos estos objetos estaban siendo importados en los centros de la Costa del Golfo y Chiapas (Clark y Lee 1984).
LA RED DE KAMINALJUYU
En el periodo Preclásico Kaminaljuyu parece haber funcionado como el centro de comercio más importante del altiplano de Guatemala (Figura 2). Su posición estratégica en la División Continental era única y le confería la ventaja de tener acceso a bienes de las costas Atlántica y Pacífica de la región, así como de las regiones al norte y sur. Bien pudo ser que los primeros pobladores seleccionaron su ubicación por estas razones y por la promesa de ganancias económicas, ya que la sociedad del sitio parece haber llegado completamente preparada en tiempos del Preclásico Medio, sin ninguna etapa formativa que sea visible en el registro arqueológico. La cerámica muestra que a principios del periodo, Kaminaljuyu tenía un contacto estrecho con los sitios del valle medio del río Motagua, con la región de Quiché, con Escuintla en la Costa Sur y con Chalchuapa y otros sitios del occidente de El Salvador. El patrón comercial reflejado en Kaminaljuyu puede describirse como radial, en donde el sitio era el eje, rodeado por otros centros con los que intercambiaba bienes. Por ejemplo, la técnica de activación de neutrones aplicada en cerámica del Preclásico Tardío descubierta en el sitio de El Mirador, Petén, muestra que era importada directamente desde Kaminaljuyu (Bishop 1984:110).
Kenneth Brown (1984:229) propuso otra ruta, posiblemente subordinada o auxiliar, que llevaba desde Guaytán en el valle medio del Motagua hasta el Quiché siguiendo la cuenca del río Motagua hacia el oeste. Una rama de esta ruta se dirigía hacia el sur, cruzando las montañas vía la cuenca del lago de Atitlán, para finalmente descender a la costa del Pacífico. La cerámica indica que posiblemente este paso hacia Atitlán fue una extensión de la conexión entre Kaminaljuyu y Quiché y que la rama que va hacia Atitlán era otro medio para ligar el altiplano con la costa del Pacífico.
La falta de esculturas monumentales olmecas sugiere que Kaminaljuyu nunca funcionó como un nodo o una estación dentro de la red comercial olmeca. Esto no significa que Kaminaljuyu no estaba involucrado, pues seguramente el jade y la obsidiana pasaban por sus manos durante su tránsito hacia uno de los portales comerciales de la Costa Sur. Es más, los numerosos talleres de obsidiana y jade que han sido descubiertos en Kaminaljuyu muestran que participaba en el negocio de la manufactura de bienes que eran exportados y que satisfacían la demanda. Parece claro que desde el primer momento en que se estableció, Kaminaljuyu mantuvo su independencia y autonomía como un centro comercial.
LA RED COMERCIAL EL PORTÓN/MOTAGUA
Esta red (Figura 3) tenía una ruta básica con una bifurcación en la confluencia del río Salamá con el río Negro/Chixoy. La primera parte de la ruta permitía que el jade, la obsidiana y otros productos fueran transportados desde el valle medio del río Motagua hacia el valle de San Jerónimo en Baja Verapaz, para luego seguir el curso del río Salamá en dirección al noroccidente llegando finalmente al Río Negro. Allí, en Los Encuentros, o muy cerca de este lugar, se encontraba la bifurcación de los caminos: el viajero podía seguir río arriba al pie de los Cuchumatanes llegando eventualmente a los actuales departamentos de Quiché y Huehuetenango. La otra bifurcación se dirigía hacia el norte siguiendo río abajo el curso del río Chixoy, el cual más adelante habría sido navegable. En su largo trayecto hacia el norte el río Chixoy se convierte en el Río Salinas y finalmente en el Río Usumacinta, desde donde podía establecerse contacto con la parte sur de las Tierras Bajas Mayas. Por tanto, la confluencia de Los Encuentros formaba una intersección crítica para las rutas comerciales, dado que permitía el acceso tanto al oeste a lo largo del Río Negro hacia el altiplano noroccidental de Guatemala, como hacia el norte río abajo siguiendo al Chixoy para ingresar a la región de Petén.
Durante el Preclásico Tardío, y posiblemente antes, parece que el sitio El Portón era el centro más importante que controlaba la redistribución del comercio en la región de Alta y Baja Verapaz (Sharer y Sedat 1973:185). Este sitio se localiza estratégicamente en el valle de San Jerónimo, en medio de un rico sistema fluvial que drena hacia el río Negro/Chixoy. Se ubica en este valle fértil, a la par del Río Salamá antes de su lento descenso hacia el noroeste para unirse al río Negro/Chixoy. Dicha posición reforzó su papel como centro regulador de la distribución del jade y la obsidiana porque, además de tener acceso a los recursos del valle medio del Motagua, el sitio se erigía en un punto de pasos naturales hacia el oeste desde donde se ingresaba a las tierras altas del noroccidente y del norte de Guatemala. A la vez proveía varias rutas que conectaban con las Tierras Bajas del centro de Petén.
Es importante señalar la existencia de otra ruta comercial hacia el centro de Petén que era aún más directa, pues llevaba desde el valle de San Jerónimo hacia el río Cahabón. Esta ruta conducía desde El Portón a través de los pasos de montaña hasta alcanzar los ríos Cahabón y Polochic, cerca del actual pueblo de Tactic. Desde ese punto y directamente al norte se encuentra el sitio Sakajut (cerca de San Juan Chamelco) desde donde se puede ingresar a la parte sur de Petén, continuar hacia Ceibal y a otros sitios de las Tierras Bajas Centrales. Lawrence Feldman (1978:11, Fig.3) publicó una ruta muy similar y R.E.W. Adams (1978:32) también mencionó una idea similar para llegar a Petén.
Sakajut es un sitio que se originó en la primera parte del Preclásico Medio, según lo muestra la presencia de cerámica Ocós y Xe con fechas de radiocarbón de 1000 AC aproximadamente (Sharer y Sedat 1987:253, 1973:177-194; Sedat y Sharer 1972:23-36), pero al parecer declinó en el Preclásico Tardío, talvez porque fue eclipsado por el desarrollo de El Portón. Entonces, es posible que en tiempos del Preclásico Medio ya existiera la ruta del Motagua, incluyendo a los sitios Tulumaje Viejo en el valle central del Motagua (Popenoe de Hatch 1997:137-142), Sakajut y el asentamiento inicial de El Portón.
La sección de la ruta que se dirigía al oeste a lo largo del curso superior del río Negro comenzaba desde el área de Los Encuentros y seguía río arriba cruzando el altiplano occidental de Guatemala al pie de los Cuchumatanes y llevaba a la región de Quiché, en donde se conectaba con Chiapas y otros puntos de México, quizás para finalmente llegar al Golfo de México (un tema que debería abordarse en una futura investigación). Al parecer, en esta ruta el sitio Río Blanco ubicado cerca de Sacapulas (Departamento de Quiché) era un nodo o puerto de entrada. Este sitio tiene cerámica que proviene directamente del valle medio del río Motagua, o son copias de la misma, que incluyen a Corinto Daub (véase los argumentos más adelante), muestra contactos con Chiapas y, durante un breve interludio, con Tak’alik Ab’aj.
La importancia de El Portón puede apreciarse cuando se considera que era el punto de acceso tanto para el Altiplano de Guatemala como para las Tierras Bajas de Petén. El análisis cerámico muestra que durante toda su existencia, El Portón mantuvo relaciones muy estrechas con Kaminaljuyu y al parecer también con sitios de las Tierras Bajas Mayas. Al igual que Kaminaljuyu, El Portón carece de esculturas olmecas no portátiles, lo que sugiere que no era un nodo en la ruta comercial olmeca, ya que no fue sino hasta el Preclásico Tardío, cuando los mayas tomaron el control de la ruta comercial de la Costa Sur, que se volvió poderoso y exitoso.
Probablemente estas tres rutas comerciales (la Costa Sur, Kaminaljuyu y El Portón/Motagua) continuaron durante todo el periodo prehispánico. Con base en las observaciones de Feldman (1978:13) alrededor de 1500 DC funcionaban dos rutas que se parecen de manera general a las ya esbozadas. Una atravesaba el pie de montaña de la Costa Sur en una dirección similar a la ruta moderna, mientras que la otra conectaba el altiplano de Guatemala con Chiapas y desde allí continuaba su jornada por el valle de México.
LA EVIDENCIA CERÁMICA QUE SEÑALA LOS CONTACTOS
Durante los periodos Preclásico Medio y Tardío, la amplia distribución de la vajilla utilitaria conocida como Corinto Daub (Figura 4a; véase Popenoe de Hatch 1997:137) y que corresponde a la Tradición Cerámica del Motagua, comprueba la conexión entre los sitios de altiplanicie ya mencionados. Se presume que esta misma cerámica es la que se incluye dentro de los Grupos Chicaja y Cachil (Sharer y Sedat 1987:Figs.15.9 y 15.15). Las relaciones con el valle del Motagua también alcanzaron al altiplano del Quiché. En el sitio Río Blanco, cerca de Sacapulas, se encuentra la vajilla Corinto Daub, exactamente igual a la del valle del Motagua. En Río Blanco aparece junto con los tipos naranja engobados de cocción dura y acabado “glossy” o ceroso. Un especialista que ha trabajado por largo tiempo con la cerámica del valle del Motagua, examinó nuestras muestras y también observó las similitudes con la cerámica de Río Blanco (Romero, comunicación personal 2008). Esta cerámica aparece abruptamente hacia el final del periodo Preclásico Medio y es tan similar a los tipos del Motagua, que debía ser importación o copia con alto grado de exactitud.
Hace poco se descubrió unos pocos tiestos de Corinto Daub en el sitio Ceibal en contextos fechados en la fase Xe del Preclásico Medio (800 AC; Triadan, comunicación personal 2009). Actualmente se están realizando análisis de activación de neutrones para establecer si estos tiestos fueron importados directamente del valle medio del río Motagua o de otro lugar. De cualquier manera, está claro que la red del valle del Motagua se extendía hacia esta dirección y talvez se adentraba más en la región de Petén.
En el altiplano de Guatemala, el patrón de interacción del Preclásico Medio sugiere un sistema de intercambio muy complejo. Por su parte, puede que la ruta comercial de la Costa Sur no haya tenido una organización tan sofisticada, pero se encontraba estrechamente ligada a la del altiplano. Posiblemente las múltiples conexiones dentro de la red del altiplano se basaban en un extenso sistema de intercambio, para obtener los productos de subsistencia necesarios en la vida diaria. La ecología del altiplano es diversa, por lo que los recursos de cada región varían. De manera distinta, es probable que la ruta de la Costa Sur, la cual durante el Preclásico Medio fue controlada por los centros olmecas de México, estaba diseñada para obtener bienes exóticos, tales como el jade, la obsidiana de El Chayal y el cacao. Para la gente olmeca, los productos necesarios para su subsistencia habrían sido abundantes en su propia región y casi no hubieran tenido necesidad de conseguirlos de Guatemala. La ruta del valle del Motagua-Kaminaljuyu-Costa Sur pudo haber sido, al menos por algún tiempo, la forma más directa de obtener los bienes exóticos que les interesaban. Esto ayudaría a explicar la falta de monumentos olmecas no portátiles en el altiplano de Guatemala (véase Clark y Pye 2000:Fig.1), los cuales marcaban los principales nodos de intercambio controlados por los centros olmecas. Los sitios del altiplano de Guatemala muestran poco o ningún contacto directo con los centros de la Costa del Golfo, a no ser por algunos estilos del horizonte cerámico que compartían, que estaban de moda y que eran populares en toda la región. Al parecer, la gente olmeca de México estaba satisfecha con sus contactos en los centros principales de la Costa Sur, ubicados en cruces de caminos o en pasos de montaña en donde los bienes podían ser recibidos sin entrar en complicadas relaciones de parentesco, alianzas o nexos políticos con los miembros de la red comercial del altiplano de Guatemala.
La ruta comercial a lo largo de la Costa del Pacífico atravesaba las ricas zonas productoras de cacao, que seguramente era uno de los bienes de comercio preferidos. El cacao funcionó, en un sentido general, como una forma precolombina de dinero en la que, con base en su alto valor (demanda) y fácil portabilidad, era un medio ideal de intercambio para obtener otros productos de una región a otra. El deseo de consumir bebidas de cacao, especialmente durante espléndidos festivales públicos, mantuvo el producto escaso y a un precio alto. El cacao habría sido obtenido y transportado a través de la ruta costera; de manera distinta la ruta norte que conectaba el valle medio del Motagua con otras áreas de Guatemala y México, habría estado relacionada principalmente con la extracción y transporte de jade y la obsidiana de El Chayal. Mientras que durante la primera parte del Preclásico Medio la distribución de monumentos olmecas indica que la ruta de la Costa Sur era manejada por los centros olmecas de Chiapas y/o de la Costa del Golfo de México, la ruta del altiplano de Guatemala muestra menos sometimiento al control económico/político olmeca. Lógicamente, en el valle del Motagua, la producción y transporte de jade y obsidiana habrían sido manejados por sitios de Baja Verapaz, cerca de las fuentes del material. Hacia el final del Preclásico Medio, aproximadamente en 500 AC, El Portón empezó a ser la fuerza administrativa dominante de la cuenca de San Jerónimo (Sharer y Sedat 1987:89) y su crecimiento debió haber sido promovido, al menos parcialmente, por la expansión de la ruta comercial.
En el altiplano de Guatemala, Kaminaljuyu parece haber funcionado como el centro más poderoso de redistribución e importación de bienes desde el valle del Motagua, las tierras altas y la costa, y luego los distribuía hacia otras partes. El uso del cacao en este sistema de intercambio debió ser extremadamente importante. Respecto a lo anterior, es interesante considerar la idea de que en Kaminaljuyu pudo existir un “banco” de cacao. En este sitio se encontró una cantidad inusual de cántaros de almacenamiento, que habían sido tirados en pozos de desechos. Se propuso que estos cántaros (llamados Monte Alto Rojo, Figura 4b) funcionaron para guardar cacao (Popenoe de Hatch 1997:89-98) y que la inusual gran cantidad de cántaros quebrados en estos pozos sugiere que el área se utilizó para almacenar dicho producto. Puede presumirse que Kaminaljuyu debió necesitar de una gran cantidad de cacao para llevar a cabo sus transacciones de bienes, y para consumirlo durante sus propios festivales públicos asociados con bodas, funerales, fechas importantes en el calendario y otros.
LOS CAMBIOS DEL PRECLÁSICO TARDÍO EN LAS REDES COMERCIALES
A mediados del Preclásico Medio, la uniformidad económica y religiosa de los grupos del sur de Mesoamérica se empezó a quebrar. Durante esa época empezaron a aparecer algunas hostilidades en La Venta (Lowe 1977:222). Es más, en Tak’alik Ab’aj hay clara evidencia de que la asociación con sitios olmecas cesó y que grupos mayas ingresaron durante la fase Nil entre 600 y 500 AC, que es equivalente a la fase Providencia de Kaminaljuyu. Esta fecha que corresponde a la parte final del Preclásico Medio; es la más precisa que tenemos para determinar la separación Olmeca-Maya. A partir de ese momento, las dos entidades continuaron con cálculos de calendario distintos y actividades intelectuales separadas, que se observan en los cambios de los símbolos iconográficos y en la escritura.
La sustitución de los monumentos olmecas por los mayas en los portales de entrada ubicados a lo largo de la ruta de la Costa Sur, muestra que en tiempos del Preclásico Tardío la red comercial empezó a ser controlada por los centros mayas. Los nodos, o centros de entrada, continuaron en las mismas ubicaciones de pasos de montaña, como sucedía en los tiempos olmecas: Tak’alik Ab’aj, Chocola, Cotzumalguapa en la región de Escuintla y Chalchuapa en El Salvador. La estela maya del sitio El Jobo, en la frontera con México, sugiere que se le puede agregar a la lista de portales de comercio mayas de esta ruta.
En el Altiplano Central, Kaminaljuyu se convirtió en el nodo comercial más poderoso del Preclásico Tardío. Su conexión con la Costa Sur y El Salvador era lo suficientemente fuerte para clasificarlo como parte de la Esfera Cerámica Miraflores (Demarest y Sharer 1986:194-223). En esa época, Kaminaljuyu debió haber sido el principal centro redistribuidor que transportaba el jade y la obsidiana de El Chayal desde el valle del Motagua hacia la ruta costera, e indudablemente también para dirigir a nivel local el intercambio de estos productos por otros bienes. No obstante, por esta época ocurrió un cambio radical en las relaciones comerciales del altiplano.
La cerámica muestra que a inicios de la fase Verbena del Preclásico Tardío se interrumpieron los nexos entre el valle de Guatemala y la región del noroeste (actualmente los departamentos de Sacatepéquez, Chimaltenango, Sololá y Quiché; Love, Popenoe y Escobedo 2002:281). El importante sitio Semetabaj, cerca del lago de Atitlán, fue abandonado, al igual que los sitios ubicados en los departamentos de Chimaltenango y Sacatepéquez. Río Blanco en el Departamento de Quiché, cesó de existir como un centro principal, aunque pudo ser que su población simplemente se movió más hacia el oeste y ocupó el sitio Cambote en el Departamento de Huehuetenango. A excepción de La Lagunita, en el Departamento de Quiché, y Cambote, la cantidad de sitios en la zona noroccidental (Departamentos de Quiché y Quetzaltenango) disminuyeron enormemente durante el Preclásico Tardío, un hecho que hace muchos años comentó Richard Adams (1972). Por varias razones (que se exponen más adelante) parece que se habían desarrollado hostilidades entre Kaminaljuyu y los sitios del noroeste. Durante el resto del periodo Preclásico, no existe evidencia cerámica que muestre interacción entre la región noroccidental y el valle de Guatemala; la obsidiana de El Chayal tampoco llegó a Chiapas (véase más adelante). Es más, las regiones norte y central llegaron a tener un asentamiento tan disperso, que se sugiere que pudieron funcionar como zona de amortiguamiento entre ellas y el valle de Guatemala. La cerámica de Kaminaljuyu y la obsidiana de El Chayal, que durante el Preclásico Medio están bien representadas en el noroccidente de Quiché y la región de Quetzaltenango, escasamente aparecen durante el Preclásico Tardío. La alteración de estas relaciones cambió el curso de los eventos en el altiplano.
Al observar el área que Kaminaljuyu tenía bloqueada al comercio (Figura 5) se tiene la impresión de que este centro, junto con El Portón y otros centros amigos en la Costa Sur, debieron formar algún tipo de alianza o asociación para mantener entre ellos el control de la ruta comercial. El patrón de la región, que para ese entonces ya estaba dividida, tiene una forma burda de “U”, en la que la región hostil y bloqueada del resto se limita al oeste del valle de San Jerónimo, la cadena volcánica en el suroeste y el valle de Guatemala centrado al sur. En Kaminaljuyu durante el Preclásico Tardío la obsidiana de San Martín Jilotepeque (Departamento de Chimaltenango) fue reemplazada casi completamente por la obsidiana de El Chayal, yacimiento localizado en el valle del Motagua. Mientras tanto, la región noroccidental usó casi exclusivamente obsidiana de San Martín Jilotepeque (Popenoe de Hatch 1997:112). En el sondeo que Braswell y Robinson (1990:299) realizaron en el Altiplano Central (hoy los departamentos de Sololá, Chimaltenango y Sacatepéquez) en busca de talleres de obsidiana, no localizaron ninguno del Preclásico Tardío en el “Área Kakchikel”. Sin embargo, en Chiapas durante el mismo periodo, el 99.3% de la obsidiana provenía de la fuente de San Martín Jilotepeque y prácticamente ninguna llegaba de El Chayal (Clark y Lee 1984:261). Este hecho indica que solamente la obsidiana de San Martín Jilotepeque estaba siendo transportada por el altiplano para llegar a Chiapas y casi nada de El Chayal; obviamente, los ocupantes de la zona estaban comunicándose casi exclusivamente con México y no con el valle de Guatemala, aunque éste se encontrara mucho más cerca de ellos. La ausencia de obsidiana de El Chayal y de Tajumulco en la Depresión Central de Chiapas fue un cambio radical en comparación con épocas anteriores (Clark y Lee 2007:114).
Indudablemente hubo varias razones para la ruptura entre los sitios del valle de Guatemala y los del altiplano central y noroccidental, y al parecer estuvieron involucrados factores económicos, políticos y/o ideológicos. Pudo ser que existieran rivalidades políticas y económicas entre ambas zonas. Una posibilidad que viene a la mente es que Kaminaljuyu pudo buscar el control agresivo del comercio de las fuentes de jade y obsidiana en el valle del Motagua y pudo bloquear su transporte por la costa Sur. Esto habría ocasionado que los grupos olmecas buscaran una ruta más directa a través del altiplano para obtener el jade y la obsidiana del valle del Motagua, eliminando la necesidad de obtener estas materias primas por medio de Kaminaljuyu, lo que a la vez habría llevado a que Kaminaljuyu estableciera medidas mucho más extremas contra las incursiones que llegaban desde el noroccidente. También es posible que estuvieran involucradas diferencias ideológicas, porque llama la atención la coincidencia de que esta ruptura ocurrió al mismo tiempo que la división empezó a ser más evidente entre las convenciones artísticas/iconográficas olmecas y mayas. Lowe (1977:222) observó que en esa época hubo problemas en La Venta. En un área de Tak’alik Ab’aj hubo una intrusión de cerámica maya no local (Popenoe de Hatch 2009) y poco después es evidente que los mayas tomaron el control de la ruta comercial de la Costa Sur. Sin embargo, al parecer los grupos en el noroeste de Guatemala se quedaron del lado conservador de la división olmeca-maya, pues continuaron con el marco ideológico mexicano o mexicanizado, no adoptaron la escritura jeroglífica y no elaboraron arte escultórico con símbolos iconográficos mayas. A diferencia, Tak’alik Ab’aj junto con Kaminaljuyu y los sitios de Petén, participaron activamente en el desarrollo de la ideología, iconografía y conocimientos calendáricos mayas.
La ruptura de las relaciones entre el valle de Guatemala y el altiplano noroccidental tuvo efectos importantes y de largo plazo. En términos de la densidad de población, la actividad constructiva y la elaboración del arte escultórico durante el Preclásico Tardío alcanzó su nivel más alto en Kaminaljuyu. En gran parte esto debió derivarse de su éxito económico en el intercambio comercial. El aumento demográfico y el incremento en la cantidad de sitios en el valle pudo deberse en parte a que las poblaciones estaban emigrando por las hostilidades, lo que dio como resultado que Kaminaljuyu se volvió progresivamente más nucleado y centralizado políticamente. La orientación económica de Kaminaljuyu, junto con sus nexos culturales e ideológicos, se dirigieron predominantemente hacia la región de Escuintla en la Costa Sur y hacia el oeste de El Salvador. La interacción resultante es visible en la Esfera Cerámica Miraflores (Demarest y Sharer 1986) en la cual compartieron la mayoría de los tipos cerámicos más comunes, incluyendo los cántaros y cuencos rojo sobre beige, la vajilla Kaminaljuyu Café-Negro, los engobes naranjas con decoración Usulután, y otros. La Esfera Cerámica Miraflores persistió hasta el final del Preclásico Tardío. También relacionadas con dicha esfera estaban las esculturas de “barrigones”, un culto que se encuentra hacia el oeste hasta Tak’alik Ab’aj, aunque la cerámica de este centro era diferente de la perteneciente a la Esfera Miraflores.
Al igual que en Kaminaljuyu, El Portón alcanzó su máxima florescencia en el periodo Preclásico Tardío. Su cerámica muestra una estrecha interacción con Kaminaljuyu durante dicho periodo, indicando algún tipo de alianza o asociación. Ninguno de estos dos sitios señala intercambio con el altiplano central y noroccidental de Guatemala. Parece que El Portón controlaba el comercio del jade y la obsidiana que se transportaba hacia el este al Petén y talvez más allá, mientras que Kaminaljuyu se concentraba en el intercambio con los centros de la Costa Sur, al menos hasta Tak’alik Ab’aj en el oeste y al este hasta Chalchuapa y Santa Leticia en El Salvador. Todo señala que, con relación al manejo del comercio con ciertas regiones definidas, debió existir un acuerdo entre Kaminaljuyu y El Portón en donde se estableció claramente quién controlaba qué.
LOS CAMBIOS DEL CLÁSICO TEMPRANO
Al final del Preclásico Tardío sucedió otro cambio radical en las relaciones de poder. Kaminaljuyu empezó a experimentar un declive cultural, dado que en la fase Santa Clara del Preclásico Tardío Terminal se manifiesta una pérdida de energía. Muchos de los tipos cerámicos desaparecieron y los que quedaron muestran una pobre calidad, los modos decorativos se desvanecieron y la construcción arquitectónica cesó. Este tema ha sido investigado más profundamente y publicado en artículos previos (Popenoe de Hatch 1997:98), en donde se presentan evidencias que muestran que Kaminaljuyu tenía bloqueado el comercio con la Costa Sur; que problemas ecológicos y sociales ocasionaron grandes alteraciones; y que sufrió conflictos en sus fronteras políticas. La conjunción de estos problemas dio como resultado complicaciones que no podían resolverse fácilmente. A principios del Clásico Temprano y probablemente aprovechándose de la situación debilitada de Kaminaljuyu, ingresó al valle de Guatemala un complejo cerámico completamente nuevo (llamado Solano) y se estableció en el propio centro. La desaparición de la cerámica preclásica señala que la mayoría de los descendientes de los habitantes del Preclásico se trasladaron hacia otras partes.
La fuente de la cerámica intrusa en Kaminaljuyu, indica que el grupo que lo tomó bajo su control a principios del periodo Clásico Temprano llegó desde el noroeste, la misma área que tenía bloqueado el comercio con Kaminaljuyu a inicios del periodo Preclásico Tardío (Figura 6). El patrón sugiere que probablemente por largo tiempo este grupo tuvo la intención de dominar la región que tenía acceso a las fuentes de jade y obsidiana. Quizás aun más importante era su deseo por controlar al propio Kaminaljuyu, el punto estratégico donde confluían los caminos que permitían el paso de mercancías entre las distintas regiones, una ruta que llevaba al norte y al noroeste; otra hacia la costa del Pacífico; y la tercera hacia el valle del Motagua, que finalmente conducía hacia la costa del Atlántico. Al mismo tiempo, otros acontecimientos estaban ocurriendo en la Costa Sur (véase Popenoe de Hatch y Shook 1999:184-185), los cuales interrumpieron el intercambio con Kaminaljuyu. Por lo tanto, es claro que la intrusión que irrumpió desde el noroeste fue agresiva y que la comunicación con la costa del Pacífico estaba bloqueada. A la vez, todo esto se vio agravado por las fallas económicas y la inestabilidad política que sucedía en casa. La situación debió haber sido demasiado grave para poder resolverla. La cerámica provee evidencia de que el nuevo grupo se estableció inicialmente en el importante sitio Solano, al suroeste del valle de Guatemala, desde donde pudieron tomar el control del magnífico Kaminaljuyu. La tradición cerámica del Preclásico desapareció del valle conforme la tradición Solano se estableció y permaneció en el área durante el resto del periodo Clásico. Los cambios producidos por esta población son un nuevo capítulo en la crónica arqueológica.
INTERPRETACIONES Y CONCLUSIONES
Para concluir, pueden esbozarse tres rutas comerciales del periodo Preclásico: (1) la ruta de la Costa Sur, (2) la ruta de Kaminaljuyu y (3) la ruta de El Portón/Motagua. En la primera parte del periodo Preclásico Medio las entidades políticas olmecas tenían el control tanto en materia económica como en conceptos ideológicos, pero para la parte final de dicho periodo los mayas estaban manejando la red de intercambio de Guatemala.
Al seguir el registro precolombino de las relaciones comerciales a lo largo de estas rutas, pueden observarse tres cambios radicales. Primero, ocurrió una ruptura entre los grupos olmecas y mayas. Los mayas tomaron el control del transporte de bienes a lo largo de la ruta comercial de la Costa Sur. Segundo, Kaminaljuyu y presumiblemente también El Portón, bloquearon el intercambio comercial con el altiplano noroccidental. En esta estrategia el principal interés parece haber sido el control del jade y la obsidiana de El Chayal, el cual quedó en manos de ambas entidades políticas. Tercero, en el periodo Clásico Temprano sucedió una intrusión mayor de grupos (probablemente mayas del altiplano) que llegaron desde el altiplano noroccidental. Estos grupos no tallaban monumentos de piedra con textos jeroglíficos ni usaban símbolos iconográficos mayas, como lo hacían los mayas clásicos de otros lugares.
¿A qué conclusiones nos llevan estos datos? La separación Olmeca-Maya dejó grupos en el Golfo de México y en partes de Chiapas que estaban separados de los desarrollos mayas. Una población ingresó al Altiplano Central de Guatemala procedente de la región que no tenía acceso a Kaminaljuyu ni a la Costa Sur durante el Preclásico Tardío. El grupo intruso tuvo éxito en su empresa y permaneció en el área durante el resto del periodo Clásico, dado que no existe evidencia de un cambio radical en la cerámica durante esa época.
Ahora, es necesario reconsiderar la naturaleza de los motivos económicos/políticos de los olmecas durante el periodo Preclásico Medio. Como ya se mencionó, el interés olmeca en el comercio de Guatemala, habría sido obtener productos exóticos, y algunos de los más importantes se localizaban exclusivamente en el valle del Río Motagua. El acceso más directo a este valle era a través del altiplano de Guatemala, pero evidentemente esta ruta no les era accesible o simplemente era inconveniente para ellos. Entonces, el medio más seguro para obtener el jade y otros productos habría sido a través del control de los portales de entrada ubicados a lo largo de la Costa Sur. Kaminaljuyu y El Portón no eran portales de entrada durante el Preclásico Medio; tal vez se resistían a ceder derechos de usufructo a los representantes olmecas. Conforme se intensificó la presión, fue necesario establecer una barrera que desalentara las incursiones al área, evitando de esta manera cualquier amenaza a la autonomía local. Aun es posible que el propio Kaminaljuyu fuera un protagonista principal en promover la ruptura con el mundo olmeca durante el periodo Preclásico Medio. Desde el principio, Kaminaljuyu fue un centro maya y aparentemente nunca se sometió a la dominación olmeca. Es más, posiblemente los olmecas de la Costa del Golfo y los mayas de Kaminaljuyu fueron poderosos rivales tanto en el comercio como en la investigación y desarrollo de los conocimientos intelectuales.
Kaminaljuyu empezó a desintegrarse en tiempos del Preclásico Tardío Terminal. En esa época hubo dos grupos expansionistas, un presionando a lo largo de la Costa Sur para tomar el control de la zona de Escuintla (ya discutido en otras publicaciones: Popenoe de Hatch y Shook 1999) y el otro era el grupo Solano que avanzaba a través del altiplano. Ambos parecen haber tenido a Kaminaljuyu como su principal objetivo. La Esfera Cerámica Miraflores colapsó y Kaminaljuyu entró en decadencia. Seguramente era el momento propicio para que un grupo intruso llegara al valle de Guatemala por la fuerza. Tantas complicaciones debieron haber arrancado el último aliento al ya desfalleciente Kaminaljuyu del Preclásico.
Sin importar cuales hayan sido las causas exactas, a principios del periodo Clásico Temprano, Kaminaljuyu fue dominado por una población cuyos orígenes pueden seguirse hasta la sección noroccidental de Guatemala, la misma región que tenía prohibido ingresar a la esfera de interacción de Kaminaljuyu a inicios del Preclásico Tardío. Esta gente debió mantener alianzas con el continente olmeca al momento de la separación Olmeca/Maya y, presumiblemente, continuaron con el interés de asegurar para ellos mismos (y para el comercio con sus aliados) la región que Kaminaljuyu había dominado, incluyendo el valle medio del Motagua. A pesar que se cree que los intrusos eran un grupo maya de altiplano, parecen haber tenido alguna identificación con los descendientes de los olmecas que originalmente habían dominado la región. Ahora se encontraban en total ventaja para ingresar al valle de Guatemala y reorganizar el comercio de acuerdo a sus propios designios. Tuvieron éxito en esta empresa y retuvieron el control durante todo el periodo Clásico. Aunque Kaminaljuyu colapsó al final de este periodo, al parecer la gente de Solano permaneció en el altiplano de Guatemala dentro de los grupos del Quiché Mayor y al momento de la conquista española son caracterizados como el grupo “mexicano”. No usaron escritura jeroglífica, su iconografía difería de los temas mayas clásicos, y su calendario tenía ligeras diferencias respecto a la versión maya de Tierras Bajas. Si la hipótesis es correcta, eran “mexicanizados” porque tenia una antigua herencia de asociación con México, que se originaba desde la época de los olmecas.
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Figura 1 La ruta comercial de la Costa Sur durante el Preclásico Medio y Tardío (Mapa de Sistemas de Información Geográfica, Departamento de Estudios Ambientales, Universidad del Valle, 2009).
Figura 2 La red comercial de Kaminaljuyu durante el Preclásico Medio (Mapa de Sistemas de Información Geográfica, Departamento de Estudios Ambientales, Universidad del Valle, 2009)
Figura 3 La red comercial de El Portón / Motagua durante el Preclásico Medio y Tardío (Mapa de Sistemas de Información Geográfica, Departamento de Estudios Ambientales, Universidad del Valle, 2009)
Figura 4 A. Cántaros típicos de la vajilla Corinto Daub (Fuente Ichon y Hatch 1982:
fig. 67:100); B. Cántaro de la vajilla Monte Alto Rojo (Fuente Hatch 1997:124).
Figura 5 La barrera impuesta por Kaminaljuyu al inicio del Preclásico Tardío (Mapa de Sistemas de Información Geográfica, Departamento de Estudios Ambientales, Universidad del Valle, 2009).
Figura 6 La intrusión de la Tradición Cerámica Solano en el Clásico Temprano (Mapa de Sistemas de Información Geográfica, Departamento de Estudios Ambientales, Universidad del Valle, 2009).