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Acosta Ochoa, Guillermo
2011 De olmecas a zoques: Las cuevas de la región de Ocozocoautla, Chiapas en la transición Preclásico-Clásico Temprano. (Editado por B. Arroyo, L. Paiz, A. Linares y A. Arroyave), pp. 1138-1153. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
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DE OLMECAS A ZOQUES: LAS CUEVAS DE LA REGIÓN DE OCOZOCOAUTLA, CHIAPAS EN LA TRANSICIÓN PRECLÁSICO-CLÁSICO TEMPRANO
Guillermo Acosta Ochoa
PALABRAS CLAVE
Chiapas, cuevas, zoques, preclásico,
ABSTRACT
The study of archaeological caves is a good way to evaluate not only ritual aspects and the cosmovision of groups from western Chiapas but also changes in the political and economic plans carried out by the political units in the Preclassic-Classic transition for the region. The present work analyzes how changes in political organization in the zone are reflected in the “ritual” practices in humid caves of Ocozocoautla, Chiapas.
LA ARQUEOLOGÍA DE CUEVAS EN LA DEPRESIÓN CENTRAL DE CHIAPAS
La región noroccidental de Chiapas destaca por su proliferación de cavidades naturales, tanto cuevas como abrigos, los cuales han permitido reconstruir la historia regional desde hace unos 12,500 años (Acosta y Bate 2006). Estos sitios, integrados por abrigos con ocupación pre-cerámica, cuevas húmedas con depósitos cerámicos y simas con pintura rupestre, representan un porcentaje elevado de los sitios reconocidos para el área de Ocozocoautla (Figura 1).
Uno de los fenómenos interesantes observado en este tipo de sitios es la aparición de depósitos cerámicos en ocasiones masivos, al interior de cuevas activas (húmedas). Esta práctica se inicia a finales del periodo “Preclásico” o “Formativo”, teniendo su periodo de apogeo durante el “Clásico Temprano” y abandonándose esta práctica a fines del mismo (Acosta 2008). No obstante, las actividades humanas en los abrigos de la región se ubican desde la transición del pre-cerámico a la época cerámica como se verá más adelante.
EL ÁREA ZOQUE: DEL PRECLÁSICO AL CLÁSICO
Durante la época de la aparición de la cerámica para la región, posiblemente hacia el 1500 AC, algunos grupos humanos aún continuaban habitando los abrigos al este de la meseta de Ocuilapa, como lo atestigua la presencia constante de cerámica de la fase Cotorra, de Chiapa de Corzo, reportada para la cueva de Santa Marta. Ya Frederick Peterson de la Fundación Arqueológica Nuevo Mundo, había observado que en las cuevas podían localizarse algunos de los asentamientos cerámicos más tempranos (MacNeish y Peterson 1962:3-6).
Es viable que para los inicios del Preclásico Temprano (1500-1300 AC), abrigos como Santa Marta aún fueran opciones para la ocupación de grupos familiares en zonas marginales o bien empleados como campamentos estacionales de caza por sociedades ya sedentarizadas como lo ha planteado Gareth Lowe (2007:85) y no precisamente como “macrobandas” de cazadores-recolectores-cultivadores como habían sugerido MacNeish y Peterson (1962:11-12, 20). Es posible también, que para esta época se pudiera considerar una etnicidad vinculada con grupos mixe-zoqueanos para los habitantes de la región, grupos que continuaron poblando el área hasta la llegada de los españoles.
Esta cerámica inicial de Santa Marta también fue recuperada por el presente estudio (Acosta 2007:120) y corresponde a tecomates con decoración cepillada y borde rojo (Mavi Rojo sobre Café) equivalente a la cerámica de la fase Mirla de Miramar (Agrinier et al. 2000). En este último sitio, se han recuperado también materiales pre-Olmecas. Durante las excavaciones de 1974 en el Juego de Pelota B de Miramar, Agrinier excavó varios pozos de prueba y en sus niveles más profundos se recuperaron materiales que originalmente fueron asignados a la fase Dili, pero una revisión reciente (Agrinier et al. 2000) permitió asignarlos a la fase Mirla (1400-1300 AC). No obstante, los escasos datos de las primeras ocupaciones cerámicas de área de estudio, Lowe (2007:82-84) sugiere que los grupos humanos durante estos periodos fueron pequeños y de corta estancia, posiblemente procedentes de algún punto más alto del Grijalva o sus tributarios, pero reconoce que estos sitios aún han sido escasamente investigados.
Ahora bien, aunque las ocupaciones para el Preclásico Temprano en el región aún no están bien definidas, los estudios de la NWAF (Agrinier 1984; Agrinier et al. 2000; Lowe 2007) indican que el principal componente de asentamiento para esta época se localiza a la entrada del río La Venta, principalmente entre los sitios de Mirador, Plumajillo y Miramar, donde se han ubicado materiales y contextos que muestran, a partir del 1300 AC, un vínculo estrecho de este núcleo de asentamiento con la Costa del Golfo, en particular durante la fase Pac de Mirador (1300-1200 AC), cuando se observa una gran cantidad de cerámica “Olmeca” como es el tipo Calzadas Excavado o Limón Inciso y la manufactura de cubos de mineral de hierro posiblemente manufacturados en Mirador-Plumajillo e intercambiados con San Lorenzo. Es posible que para este periodo inicial, como lo ha sugerido Pierre Agrinier (1989) Mirador guarde más semejanzas y relaciones con la Costa del Golfo (San Lorenzo) que con otros sitios de la Costa del Pacífico y la Depresión Central (Chiapa de Corzo). En este periodo tampoco se observan actividades rituales al interior de las cuevas en la región de Ocozocoautla.
Es posiblemente entre el 800 al 100 AC cuando se experimenta un acelerado crecimiento en la cantidad y complejidad de los sitios en el área de Ocozocoautla. Además del núcleo Mirador-Plumajillo, que sigue siendo posiblemente el sitio más importante de la zona durante el “Preclásico Medio”, se tienen algunos datos de cerámica de superficie o sondeos que indican el desarrollo de nuevos sitios en al menos tres núcleos que competirán con El Mirador (Figura 2). El primero en Piedra Parada donde procede una figurilla de piedra verde en base a la cual Stirling (1947) decide excavar el sitio. Allí (Piedra Parada), el presente proyecto de superficie localizó cerámica del Preclásico Medio (Mundet Rojo y Aguacate Inciso) en el área sureste del sitio (Acosta 2005). El segundo sitio es Ocozocoautla (Cerro Ombligo), donde las calas de sondeo indicaron trazas de la ocupación del Preclásico Tardío, incluido un monumento con el estilo característico zoqueano de fines de este periodo (Tejeda y Lowe 1993), y posiblemente vinculado a los Montículos 2, 10 y 18 (MacDonald 1973:31). Por último, también hay datos que sugieren que en este periodo inicia la ocupación de un sitio con importancia creciente, Varejonal, localizado en la margen occidental del cañón del río La Venta (Agrinier 2007:67).
Es también hacia el “Preclásico Tardío, o periodos Mirador IV-VI de Peterson (1963) y fases Francesa-Guanacaste, de Chiapa de Corzo, que se observa por primera ocasión el depósito ceremonial de ofrendas cerámicas masivas en al menos dos cuevas de la región de Ocozocoautla (cuevas El Retazo y La Escondida). Las formas depositadas en las cuevas son, principalmente, platos o cuencos de borde extendido, pero también se observan ollas y cazuelas de mayores dimensiones (Acosta 2006; Acosta y Bate 2006). Esta etapa inicial de “ofrendamiento” parece restringirse a la región aledaña de Ocozocoautla, pues no es identificada en otras cuevas de la región del río La Venta (Figura 3; Lee 2000; Domenici 2002a, 2002b).
EL “CLÁSICO TEMPRANO” Y EL AUGE DE LAS “OFRENDAS MASIVAS”
A inicios de nuestra era (“Protoclásico” o fase Mirador-Horcones de Mirador, ca. 0-250 DC) se observan los primeros sitios aislados posiblemente de carácter ceremonial y ofrendas asociadas. Tal es el caso de la cueva Media Luna, en el cañón del río La Venta, donde se construyó una plataforma de mampostería y cuerpos escalonados cubiertos con estuco y pintura roja (Lee 2000). En este sitio también fueron reportadas 26 ofrendas, algunas del tipo llamado por Arden King (1955) como “Atados de chamán”, consistentes en atados de fibra vegetal que contenían cabello humano, semillas de calabaza, frijol, cordeles de algodón, bolitas de copal y frutos (Lee 1985).
Durante este periodo es que Mirador parece convertirse en el principal centro regional para el noroeste de la Depresión Central de Chiapas, pues ninguno de los centros de población (Varejonal, Ocozocoautla y Piedra Parada) se asemejan en tamaño y complejidad para este periodo, aunque cabe destacar que es también el sitio mejor estudiado (Peterson 1963; Agrinier 1970, 1975a, 1975b, 1990). El desarrollo de Mirador como centro regional alcanzará su auge hacia el “Clásico Temprano” (fases Juspanó y Kundapí del Grijalva medio, 250-650 DC), vinculado con el control de la principal vía fluvial del área y en una zona de fértiles suelos aluviales.
Es también, para este periodo que las ofrendas masivas parecen convertirse en una práctica constante en las comunidades del valle de Ocozocoautla (Acosta y Bate 2006:95; Acosta 2006:286) y el área de la selva El Ocote (Domenici 2002b), las cuales parecen representar una parte de la organización del culto y posiblemente, el control de un recurso preciado como es el agua potable en una zona cárstica caracterizada por la ausencia de cursos superficiales.
La primera mitad de este periodo se caracteriza por la presencia de ofrendas masivas de cuencos negros con decoración incisa y cocción diferencial (tipo Paniagua Inciso), pequeños braseros y restos de osamentas humanas, generalmente dispuestos sobre el fondo de las cuevas o en espeleotemas. Es en este periodo en el que se reporta la mayor actividad hipogea (subterránea) para la región al sur y este de Ocozocoautla, en cuevas del río Francés y la región de El Guayabo (Acosta 2005). Aunque en la región de la selva El Ocote también se observan cuevas con ofrendas masivas, Domenici (2002b:45) ha notado que para el Clásico Temprano, ésta región no presenta una ocupación importante y sólo se mantiene como “paisaje ceremonial” (sic).
FINES DEL “CLÁSICO”: LA CRISIS DEL SISTEMA POLÍTICO REGIONAL Y EL FIN DE LOS DEPÓSITOS CERÁMICOS EN CUEVAS
Hacia la llamada fase Mechung (650-900 DC), si bien se ha mencionado que se alcanza el mayor índice poblacional en el Grijalva Medio, lo cual ocasionaría la colonización de áreas menos propicias para la agricultura y anteriormente sólo consideradas como espacios para actividades ceremoniales como la selva El Ocote (Domenici 2002a; 200b), en la región aledaña a Ocozocoautla se observa en realidad una posible época de inestabilidad demográfica y política al incendiarse los edificios de El Mirador (Agrinier 1990), además que se nota escasa presencia de cerámica Zuleapa en las ofrendas en cuevas húmedas. En el valle de Ocozocoautla, sitios secundarios como Piedra Parada y Cerro Ombligo parecen haber dominado la zona, mientras que hacia la entrada del río La Venta, el sitio de Varejonal parece corresponder al principal centro rector (Figura 4).
Este posible periodo de crisis política de la región zoque entre Ocozocoautla y Chiapa de Corzo, posiblemente haya ocasionado el retiro de los núcleos de población Zoque de Ocozocoautla hacia la selva El Ocote, en áreas con suelos agrícolas marginales en comparación con el valle aluvial donde se asentó el núcleo principal de El Mirador. Allí emergen los sitios monumentales del Clásico Tardío entre los que destacan López Mateos, El Tigre, El Cafetal y El Higo (Domenici 2002b:46).
Esta condición de marginalidad parece acrecentarse a fines del Clásico Tardío e inicios del Postclásico (800-1100), cuando se inicia la ocupación de cuevas en zonas de difícil acceso, como se observa en el cañón del río La Venta, en sitios como son El Tapesco del Diablo, El Castillo, El Camino Infinito o La Cueva del Lazo, entre otras (Silva y Linares 1993; Orefici 1999; Lee 1997a, 1997b).
COMENTARIOS FINALES
El elemento que se desea destacar en el presente trabajo es que las prácticas asociadas a la actividad en cuevas parecen estar estrechamente ligada al desarrollo político regional. La aparición de la cerámica en la región se observa en cuevas como Santa Marta, donde aparece por primera vez cerámica hacia el 1400 AC. A esta aparición inicial le sigue el desarrollo de los centros regionales contemporáneos con San Lorenzo como Mirador y Miramar hacia el 1100 AC. Hacia el 400 AC se observa el inicio de una práctica que será común en las cuevas húmedas de la zona de Ocozocoautla hacia el Clásico, como son los depósitos masivos de cerámica, los cuales alcanzan su máximo entre el 100 AC y el 550 DC, coincidentes con el auge regional de los centros Zoques de la Depresión Central como Mirador y Chiapa de Corzo.
El abandono de la práctica de ofrendas masivas en cuevas coincide igualmente con el abandono del principal centro regional de Ocozocoautla, Mirador, a fines del Clásico. Ello parece indicar que estas prácticas estuvieron ligadas posiblemente a ceremonias originadas o gestionadas por los grupos gobernantes, proceso similar al observado en el área Maya, donde las cuevas eran lugares de legitimación política para los linajes reales.
AGRADECIMIENTOS
El presente trabajo fue posible gracias a fondos otorgados por el CONACYT y el Programa de Proyectos de Investigación e Innovación Tecnológica (PAPIIT-UNAM).
REFERENCIAS
Acosta, Guillermo
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Figura 1 Sitios de la zona de estudio (Digitalización G. Acosta y E. Méndez).
Figura 2 Los sitios del periodo “Preclásico Temprano”.
Figura 3 Funcionalidad de sitios del “Preclásico Medio-Tardío” (izq.); ofrendas en cuevas (arriba) y cerámica de las fases Felisa y Guañoma (abajo).
Figura 4 Jerarquía de sitios de Periodo Clásico Tardío y cerámica Zuleapa (derecha).