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Vargas Pacheco, Ernesto y Angélica Delgado Salgado
2012 El medio Usumacinta, la costa y el Candelaria. En el Preclásico Medio y Tardío. En XXV Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2011 (editado por B. Arroyo, L. Paiz, y H. Mejía), pp. 834-849. Ministerio de Cultura y Deportes, Instituto de Antropología e Historia y Asociación Tikal, Guatemala (versión digital).
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EL MEDIO USUMACINTA, LA COSTA Y EL CANDELARIA
EN EL PRECLÁSICO MEDIO Y TARDÍO
Ernesto Vargas Pacheco
Angélica Delgado Salgado
PALABRAS CLAVE
Río Usumacinta, Campeche, El Tigre, Xicalango, Tixchel, Río San Pedro, Preclásico Medio
ABSTRACT
This paper presents data on the Middle Preclassic occupation of the Middle Usumacinta river region. It shows the importance of this area as well as potential interactions between important centers of the time. The region was one that connected the Maya Lowlands and the Olmec region.
ANTECEDENTES
El panorama que tenemos en la actualidad sobre el Preclásico Medio está incompleto, en algunas secciones del área Maya se puede ver con cierta nitidez y detalle, y en gran parte no aparece si quiera. Para el Preclásico Tardío el panorama que se tiene es cada vez más claro, pues ya se cuenta con excavaciones importantes en varios sitios, que tienenarquitectura, mascarones y cerámicas Preclásicas.Lo que se puede observar es que existe desde entonces una complejidad social atribuible tradicionalmente solo a los olmecas, ahora todos están de acuerdo que estas manifestaciones culturales se dan a diferentes escalas y con variaciones regionales en toda Mesoamérica. Todo ello sugiere que existen orígenes comunes por lo menos en los complejos religiosos, y el dinamismo cultural de esos periodos no se limitó a la búsqueda de materias primas y al comercio a larga distancia sino también al intercambio de ideas que quedaron plasmadas en sus manifestaciones culturales propias de cada región.
A ciertas esculturas y cerámicas se les ha considerado como “olmecas” pero dada la incertidumbre de su origen, ahora con mayor frecuencia se les considera panmesoamericanas. Algunas de estas cerámicas exhiben ciertos rasgos como cocción diferencial, vasijas de silueta compuesta o con asa de estribo; y formas como tecomates, ollas, platones y botellones y que algunos autores ya lo están tomando como marcadores de horizonte (Boucher y Palomo 2010).
En los años setentas el Preclásico Maya se visualizaba como un periodo basado en una sociedad tradicional de aldeas que de repente y sin demasiada explicación se transformaba hacia el tercer siglo antes de Cristo en una civilización organizada en ciudades, que se caracterizaba por el uso de cerámicas policromas, bóvedas de piedra, escritura jeroglífica y fechas de cuenta larga. Con los años se vio que existía una ocupación muy importante durante el Preclásico.
El origen de la tradición cerámica más temprana Xe, se interpretaba como derivada de Chiapas ya que la secuencia de Chiapas de Corzo era la única con estratigrafía en el área maya. Años después se han reconocido por lo menos tres tradiciones alfareras o esferas cerámicas que plasman la diversidad característica de este periodo: La tradición Xe que se distribuyó hacia la parte occidental de las tierras bajas del sur, la tradición Eb Temprano ha sido planteada como extendiéndose desde el centro del Petén hasta Yucatán (Andrews V. 1990:14) y la tradición Swasey(1200-900 a.C.) de Cuello, que se ubica en el norte de Belice y era considerada como la tradición más temprana y las recientemente descubiertas Kanocha (1200-850 a.C.) de Blackman Eddy (Garberet. al. 2002) y Cunil (1000-800 a.C.) de Cahal Pech.
Por otra parte, las evidencias más tempranas conocidas para asentamientos humanos en el área maya provienen de la cuenca de El Mirador, con polémicas fechas de radiocarbono alrededor de 1000 a.C. (Clark et. al. 2000), aunque existen evidencias cerámicas de la fase Ox Tardío (600-300 a.C.) de Nakbé que parecería más acordes con los conocimientos que se tienen hasta ahora (Carrasco 2006).
Como podemos observar los investigadores basados en las evidencias cerámicas han planteado sus enfoques sobre el origen de la cultura Maya de las Tierras Bajas Centrales desde diferentes puntos de vista, muchos de ellos vinculan a los Mayas con la cultura Olmeca; otros relacionan los complejos tempranos con la tradición del Istmo; y también están aquellos que ven variantes regionales con antecedentes propios, más aquellos que hablan de los grupos Mixe-Zoques distintos de los hablantes Mayas Cholanos del área central. Al parecer existe para el Preclásico Temprano y Medio una identificación que se inclina a apoyar la visión de una marcada regionalización de la población maya en aumento.
Los datos más recientes indican que las tradiciones cerámicas de las Tierras Bajas Centrales parecen haberse desarrollado a partir de las de Belice. En la segunda parte del Preclásico Medio las comunidades Mayas Cholanas de la cuenca del Mirador ya exhibían una complejidad sociocultural equiparable a las entidades políticas Zoque Olmecas contemporáneas ubicadas al oeste (Robles en prensa:3).Los datos actuales muestran que los Mayas adoptaron muchas prácticas mesoamericanas entre la caída del estado Olmeca en San Lorenzo (1100-900 a.C.) contemporánea con los primeros aldeanos sedentarios de Belice y Guatemala, y el apogeo de la Venta (800-400 a.C.) al igual que en los sitios de las Tierras Bajas del norte.
En la medida que distintas tradiciones locales participan dentro de la esfera cerámica Mamom, durante el Preclásico Medio Tardío o segunda mitad del Preclásico Medio, muestran más homogeneidad en cuanto se acercan al horizonte Chicanel del Preclásico Superior. Este proceso de homogenización en estilos cerámicos sugiere que los antiguos aldeanos se integraron en una misma cultura sin importar sus raíces (Boucher y Palomo 2010:16).
Boucher y Boucher y Palomo (2010) proponen que la tradición cerámica más temprana de las Tierras Bajas del norte, Nabanche Temprano (700/600-450 a.C.) es reconocible y distinta a nivel regional pues tiene características propias de fabricación local, que muestra una identidad cultural regional y que no se le debe considerar como un producto de difusión de la alfarería Mamom hacia el norte de Yucatán. Pues con anterioridad se explicaba que la complejidad cultural de la Península se desarrolló a partir de migraciones desde el Petén y la cuenca del Usumacinta, así como desde el norte de Belice. En la actualidad se enfatizan el hecho de que la tradición Nabanche temprano surge sin antecedentes y postulan una población inicial yucateca que se vuelve sedentaria y elabora cerámica según sus necesidades, con materiales locales, aunque inspirada en sus vecinos. Lo mismo al parecer sucede en la región chontal en donde encontramos una presencia olmeca con una población autóctona.
EL PRECLÁSICO MEDIO Y TARDÍO EN EL USUMACINTA MEDIO
Desde los años 50 se conocen fragmentos de figurillas que provienen del área (Municipio de Balancán, Municipio de Emiliano Zapata y Tenosique), se trata de cabecitas y cuerpos de figurillas modeladas en barro, con acabados por incisión y algunas de ellas con pastillaje, que se encuentran en los museos de Balancán y Villahermosa (Figura 1).
Estos materiales no presentan ningún problema en cuanto a su clasificación pero sí en lo que a su cronología respecta, ya que Coe sugirió para algunas de ellas fechas entre 1200 y 900 a.C.; aunque es probable que estas fechas puedan ser un poco más tardías, puesto que bien podrían ser contemporáneos con la Venta; y que la presencia de dichos materiales obedezca a una expansión del área olmeca central hacia el sur, reconocible en las figurillas, hachas y estelas (Figura 2) encontradas en el Usumacinta Medio. O bien la presencia de esos materiales en el área no estén hablando de asentamientos, ya que bien podría haber sitios ubicados en una ruta de tránsito bien conocida desde épocas tempranas.
Para algunos autores el área conocida como las Tierras Bajas Noroccidentales, constituyó una entrada expedita de lo “olmeca” hacia las tierras bajas Centrales del Área Maya y en este sentido, su conocimiento y estudio podría coadyuvar a esclarecer algunos puntos en cuanto al papel que jugó en el origen y desarrollo de la cultura Maya. Michael Coe en varios de sus trabajos expresó que muchos de los más importantes rasgos culturales que tuvieron los mayas tenían sus antecedentes o habían sido inventados por los olmecas, como sería el caso de la Cuenta Larga o la práctica de erigir monumentos de piedra con fechas que fueron difundidos al Petén desde las Tierras Altas de Guatemala. En relación con lo anterior G. Lowe subraya que esto es bastante exagerado.
Lorenzo Ochoa (1982,1983) y varios autores más (Hernández 1976; García Moll 1979) en varios ensayos intentan resumir lo que se sabía sobre la posible llegada de lo olmeca a las cuencas de los ríos Usumacinta y San Pedro Mártir, como vías de acceso a las Tierras Bajas Centrales del área Maya y el papel que jugaron desde épocas tempranas. García Moll (1979: 58) se inclina a pensar que “es una área que en un futuro puede resultar clave para el entendimiento de lo olmeca en relación a lo maya”. Ochoa (1983:149-150) a diferencia de García Moll, entiende esa área como un reflejo de manifestaciones tardías de lo olmeca y como un punto que pudo haber sido clave para la recepción y difusión de varias ideas que cristalizaron posteriormente en la cultura Maya, y plantea de manera categórica a esta región como una vía de tránsito muy temprana para el intercambio como lo demuestran los materiales encontrados en toda la región.
Sisson encontró una serie de cerámicas temprana de aparente filiación proto-olmeca y olmeca, distribuidas por la chontalpa y el “área de ríos y lagunas”. Rands (1967) describe cerámicas que vienen de varios sitios del Formativo Medio (Fase Chiuaan) época en que aparecen lo que él llama materiales “olmecoides” especialmente hacia el medio Usumacinta, que podrían estar relacionados con las fases Xe y Real de Altar de Sacrificios y Seibal. Trinidad, Tierra Blanca, La Concepción y Pomoca son sitios del Usumacinta Medio que tienen materiales cerámicos y figurillas del Preclásico Medio son materiales de clara filiación proto-olmeca y Olmeca según Ochoa y Casasola (1978).
Pocas son las exploraciones realizadas en la región y la impresión que se tiene es que en un principio eran poblados de corta extensión y pocos habitantes, asentados preferentemente a la orilla de ríos y lagunas que hacia finales del Formativo Medio y durante el Formativo Tardío se incrementaron notablemente llegándose a fundar los primeros centros reconocibles (Ochoa y Casasola 1978).
Marta Ivón Hernández (1976) publica Una estela olmeca en el área del Usumacinta, en 1979 Roberto García Moll publica Un relieve olmeca en Tenosique, Tabasco y Lorenzo Ochoa (1982) publica Hachas olmecas y otras piezas arqueológicas del Medio Usumacinta y al año siguiente publica El medio Usumacinta, Un eslabón en los antecedentes olmecas de los mayas, con estos artículos, más las referencias que se tenían de la Chontalpa con los trabajos de Sisson y las figurillas aparecidas en Tierra Blanca y Emiliano Zapata, más las piezas que han aparecido en los últimos años y que están en el museo de Tenosique, se evidencia la presencia indudablementeolmeca en las Tierras Bajas Noroccidentales. La explicación que dichos autores dan a dicha presencia se puede resumir de la siguiente manera: 1.- que dichos materiales localizados en esa región se debe a que fue una importante ruta de comunicación (Ochoa 1976). 2.- se trata de una expansión del grupo olmeca hacia el sur del área y 3.- se debía al comercio de objetos, sin embargo, se tiene que pensar que algunos de ellos no son fácilmente transportables y además hoy se puede decir que fueron hechos con materiales de la región, lo que nos indica que ya existía una población autóctona que posteriormente recibe una presencia olmeca que se debió a una expansión.
EL PRECLÁSICO MEDIO Y TARDÍO EN LA COSTA: XICALANGO Y TIXCHEL
En la península de Xicalango se realizaron reconocimientos de superficie, levantamientos topográficos y excavaciones menores (Figura 3), en sitios elegidos para recuperar materiales cerámicos, con el propósito de obtener una cronología relativa (Jiménez 1984:1-2), encontrando una presencia del Preclásico en arquitectura y cerámica. Entre ellos están Santa Rita (Xicalango) y El Aguacatal, los sitios arqueológicos de mayor dimensión.
Santa Rita se encuentra asentado sobre una gran plataforma que se formó al irle ganando terreno al pantano. En ella se localizan basamentos piramidales, basamentos para templos, palacios y casas habitación. El sistema de construcción es de conchas de ostión mezcladas con arcilla, ladrillos de conchuela y recubrimientos de estuco (Jiménez 1984:22). La ocupación de Santa Rita va del Preclásico Tardío al Clásico Terminal. El Preclásico Tardío está representado por el grupo cerámico Xicalango Rojo, que está integrado por los tipos Rojo Xicalango, Rojo Boqueña, Rojo Tauchal, Rojo Casimiro y Rojo Carapacho (Jiménez 1984:45). Ruz (1969) identifica todo el grupo como cerámica roja. El grupo cerámico Negro, está integrado por el tipo Tordo Negro. El grupo Aguada está integrado por el tipo Isla Aguada Estriada y corresponde al tipo Sapote Estriado establecido por Smith y Gifford en Uaxactún para el Preclásico.
El Aguacatal se localiza a orillas de la laguna de Puerto Rico, y fue construido sobre dos enormes plataformas y un jilón, y está integrado por diversas estructuras piramidales, algunas de gran tamaño. El sistema de construcción utilizado fue la concha de ostión mezclada con arcilla. Los estudios realizados en este sitio revelan que tuvo una ocupación que va desde el Preclásico Tardío hasta el Postclásico Tardío (Matheny 1970:102). El Preclásico Tardío está representado por el Complejo Pinzón, integrado por los tipos Xicalango Rojo, PolvoxalRojo, Suspiro Rojo, Pesca Inciso, Isla Aguada Estriada, Cenote Blanco Estriado y Zacatal.
En 1968 Eaton, hace reconocimientos de superficie en la costa de Campeche y Yucatán, y levanta la cerámica de superficie que fue analizada por Ball (1978), gracias a lo anterior se pueden fechar algunos sitios. Los que tienen una ocupación en el Preclásico Tardío son los siguientes: Los Guarixes, está representado por los tipos Sapote Estriado, Sierra Rojo, Polvero Negro y Flor Crema (Ball 1978:88). Cuyos de Ávila, representado por los tipos Sapote Estriado y Sierra Rojo (Ball 1978:90). Suma, representado por el tipo Sierra Rojo. Punta Piedra, representado por los tipos Sapote Estriado, Sierra Rojo, Polvero Negro y Flor Crema. Horno, representado por los tipos Sapote Estriado y Sierra Rojo (Ball 1978:90).
Es poca la información que se tiene de los sitios arqueológicos de Tixchel y el Anonal, en el primero se excavaron pozos estratigráficos en los años 40`s (Ruz 1969) y ambos sitios fueron trabajados por la construcción de una línea de alto voltaje que instaló la Comisión Federal de Electricidad, entre la subestación Sabancuy y la subestación Puerto Real, por lo que fue necesario plantear un proyecto de prospección a fin de evaluar la ausencia o presencia de vestigios prehispánicos (Benavides 2005:1). En un reconocimiento de superficie se localizaron más de 50 sitios y varios de ellos registraron una ocupación del Preclásico (Figura 4).
El estudio del material arqueológico del sitio de Tixchel nos revela lo siguiente: la cerámica más abundante del sitio corresponde al Preclásico Tardío y le sigue en importancia el Clásico Tardío/Terminal. Aunque su ocupación data del Preclásico Medio al Posclásico Tardío (Benavides 2005:48).El tipo identificado en Tixchel fechado para el Preclásico Medio es el Sapote Estriado-Añejo. Mientras que los tipos del Preclásico Tardío son: Sapote Estriado-Rastro, Altamira Acanalado-Altamira, Altamira Acanalado-Acanalado horizontal, Sierra Rojo, Repasto Negro Sobre Rojo-Repasto, Flor Crema-Peine y Polvero Negro.La fuerte presencia de materiales del periodo Preclásico permite plantear interesantes perspectivas de investigación, especialmente por el papel temprano que Tixchel pudo haber desempeñado como un asentamiento estratégico con acceso al comercio costero y al de tierra adentro. Esta propuesta coincide con la de Ruz, que indica un asentamiento fuerte caracterizado por vasijas rojas y cremas con un baño jabonoso, una etapa sin ocupación seguida de un periodo con abundantes vasijas naranjas semejantes al del Anaranjado Fino X de Chichén Itzá (Ruz, 1969:107-115).
El Anonal está conformado por 16 edificios tanto de tipo habitacional, como de índole ceremonial. Nueve de sus estructuras están saqueadas, lo que deja expuesto el núcleo de los edificios, constituido de tierra, calizas amorfas y sillares de calcarenita. Para el revestimiento de los muros de los edificios se utilizaron bloques de caliza.El estudio del material arqueológico obtenido en el sitio de El Anonal nos revela lo siguiente: Se identificó un tipo que corresponde al Preclásico Tardío, el Flor Crema-Acanalado. Uno más que pertenece al Protoclásico-Clásico Temprano, tres que son del Clásico Tardío, seis que corresponden al Clásico Terminal, dos del Postclásico Temprano, cuatro del Posclásico Tardío y finalmente uno del periodo Colonial.
EL PRECLÁSICO MEDIO Y TARDÍO EN LA REGIÓN DEL RÍO CANDELARIA
Después de haber realizado un reconocimiento de superficie en lo que definimos como provincia de Acalan-Tixchel lo dividimos en cinco grandes sectores: la costa con Tixchel y la laguna de Términos en donde se localizaron 51 sitios; el bajo Candelaria en donde no se localizaron sitios, el Candelaria medio caracterizado por la gran cantidad de ramales del río y por sus saltos, mas de 60, allí también se localizaron 33 sitios, el alto Candelaria en donde se localiza El Tigre, posiblemente el Itzamkanac de las fuentes históricas y la capital de la provincia, allí se localizaron 34 sitios. El Candelaria propiamente es formado por los ríos Caribe y San Pedro, en el primero se localizaron 12 sitios y en el segundo 18, ambos tienen sitios importantes en sus márgenes (Figura 5), además de tener campos levantados y canales.
Para hablar del Preclásico dividimos a la provincia de Acalan en tres grandes sectores: la costa, el Candelaria medio, y juntamos por convenir al desarrollo de este trabajo el alto Candelaria con los ríos Caribe y San Pedro.
EL CANDELARIA MEDIO
En el Candelaria medio se tiene información sobre cuatro sitios que tienen ocupación Preclásica Medio y Tardío, estos son: Pozas de Ventura, Salto Grande, El Chechén y El Astillero.Gamboa y González (1999:35) propusieron una ocupación del sitio que iniciaba en el Preclásico Tardío 300 a.C.-250 d.C., hasta el Clásico Terminal 800-1000 d.C. Los arqueólogos que trabajaron el lugar pensaban que el asentamiento iniciaba en el Preclásico Tardío con la posible construcción de una plataforma sobre la cual se construyeron varios montículos, pues en los hoyos de saqueo observaron subestructuras de esa temporalidad.En las siguientes temporadas realizaron excavaciones extensivas e intensivas en las estructuras del sitio arqueológico, de las que obtuvieron abundante cerámica, la que fue de gran importancia pues al analizarla se dieron cuenta que la ocupación empezaba desde el Preclásico Medio y concluía en el Clásico Terminal. Siendo su máxima ocupación en el Preclásico Tardío.Los tipos que representan el Preclásico Medio son: Juventud Rojo, Guitarra Inciso y Muxanal Rojo Sobre Crema. Mientras que los tipos del Preclásico Tardío son: Sierra Rojo, Altamira Acanalado, Repasto Negro Sobre Rojo, Polvero Negro, Flor Crema y Sapote Estriado.En el Preclásico Medio se identificaron tres tipos con una frecuencia mínima, mientras que para el Preclásico Tardío son identificados cinco tipos, los que integran cuatro grupos cerámicos, siendo los dominantes el Sierra y Sapote Estriado.
Gracias al análisis de la cerámica se logró determinar la temporalidad de las ocupaciones de Pozas de Ventura, se observa cierta presencia para el Preclásico Medio con los tipos Juventud Rojo, Guitarra Inciso y MuxanalRojo Sobre Crema, los que pertenecen a la esfera cerámica Mamon. Mientras que para el Preclásico Tardío, se observa una gran cantidad de tiestos, de hecho el 58% de toda la cerámica analizada, representada por los tipos Sapote Estriado, Sierra Rojo, Repasto Negro Sobre Rojo, Polvero Negro, Altamira Acanalado y Flor Crema, que corresponden a la esfera Chicanel.
Por lo que la época de esplendor del sitio fue en el Preclásico Tardío, esto es también basados en datos de las excavaciones realizadas, como en la estratigrafía de la Estructura 2 se observa, que el material del Preclásico Tardío se asocia con la arquitectura de la Estructura lo que sirve de indicador para suponer que la formación del sitio inicia en este periodo. Luis Manuel Gamboa piensa que la mayor parte de las estructuras que conforman la Acrópolis fueron construidas en el Preclásico Tardío.
El Preclásico Medio fue un factor de crecimiento que puede permanecer como una constante junto con otros sitios, lo que indica un crecimiento exponencial de los sitios que se puede traducir como un crecimiento de población aprovechando los recursos de la región. Durante el Preclásico Tardío (300 a.C.-250 d.C.), este crecimiento llega de una manera libre sin factores que limiten el crecimiento del sitio de Pozas de Ventura permitiendo la explotación de recursos abundantes de la región y el aprovechamiento de los ríos del sur de Campeche.
Como se observa el auge del sitio arqueológico de Pozas de Ventura fue en el Preclásico Tardío, al igual que Cerro de los Muertos y sabemos de la importancia de El Tigre para este periodo.Salto Grande quizás estaba asociado a las actividades relacionadas con la pesca y el control de algunos materiales en especial de artefactos de sílex. La ocupación se remite al Preclásico Medio, pero no es significativa, ya que al parecer es durante el Clásico Tardío cuando obtiene importancia (Gamboa y González 1999:36).El sitio arqueológico denominado Salto Grande tuvo varias ocupaciones: la primera en el Preclásico Medio, está muy poco representada pero marca los inicios del sitio. Mientras que el Preclásico Tardío es muy significativo, pues está representado con el 69% del material analizado, por lo que la ocupación más importante se da para este periodo. Los tipos cerámicos identificados en el Preclásico Medio son: Juventud Rojo y Guitarra Inciso. Mientras que los que representan el Preclásico Tardío son: Sierra Rojo-Sierra, Altamira Acanalado-Altamira, Repasto Negro Sobre Rojo-Repasto, Flor Crema-Flor y Sapote Estriado.
El Chechén se localiza en la orilla izquierda del curso medio del río Candelaria, en el occidente del municipio de Candelaria, hacía la frontera con el municipio de El Carmen, a unos 15 km en línea recta al oeste–sureste de la Ciudad de Candelaria y a menos de 20 km al norte de la frontera estatal con Tabasco. Sus coordenadas geográficas son 18° 08’ 48.6’’ de latitud norte y 91° 11’ 10.5’’ de longitud oeste (Ardelean 2003:4).El Chechén es un sitio habitacional, con funciones de carácter religioso, administrativo y económico, en cuanto a su temporalidad presenta una ocupación que parte del Preclásico Medio y llega hasta el Clásico terminal (Ardelean 2004:91). Lo anterior basado en el material arqueológico levantado en superficie, pues no se han realizado excavaciones en el sitio arqueológico.El tipo que representa el Preclásico Medio es: Juventud Rojo. Mientras que los del Preclásico Tardío son: Sierra Rojo, Altamira Acanalado, Repasto Negro Sobre Rojo, Mateo Rojo Sobre Crema y Flor Crema.Los tipos Altamira Acanalado, Repasto Negro Sobre Rojo, Flor Crema y Mateo Rojo Sobre Crema, no están mencionados por el autor, y fue una observación personal que hicimos en las fotografías que presenta en el informe entregado al archivo técnico del INAH (Ardelean 2004: 92-93, figuras 90, 91 y 92).Como el autor no presenta la frecuencia de los tiestos, no es posible realizar una gráfica para representar los porcentajes de las ocupaciones, sin embargo, a través del número de tipos podemos inferir que, la mayor ocupación del sitio arqueológico de El Chechén se dio en el Preclásico Tardío (con el 50% de los tipos), aunque su ocupación inicia en el Preclásico Medio con una representación del 6%.
El Astillero, en este sitio no se ha realizado trabajos de excavación pero en los reconocimientos de superficie realizados por Ochoa y Vargas (1986) y Pincemin (1989) se reporta el tipo cerámico Sierra Rojo característico del Preclásico Tardío. Es interesante hacer notar la ocupación que se da en esta parte del río Candelaria, pues se tiene una ocupación importante para el Preclásico Medio y una muy importante para el Preclásico Tardío, como lo demuestran las gráficas que se presentan (Figura 6).
EL ALTO CANDELARIA, RÍO SAN PEDRO Y CARIBE
El Tigre ha sido el sitio que más se ha trabajado hasta ahora, descubriéndose en la Estructura 2 un mascarón del Preclásico Tardío, años después se descubrieron 9 mascarones más y restos de arquitectura de ese período, todo asociado a cerámicas Sierra rojo (Figura 7).Las evidencias más tempranas que se encuentran en El Tigre, corresponden al Preclásico Medio y principios del Preclásico Tardío. Este complejo debe entenderse en principio como hipotético, ya que carecemos de evidencias arquitectónicas por el momento, de no ser por una subestructura en la Estructura 1, que bien podría ser del Preclásico Medio y otra que fue excavada en la Estructura 2, en donde encontramos restos de arquitectura labrada con grandes piedras (Figura 8). Las evidencias cerámicas en que nos basamos para definirlo, numéricamente son poco representativas, sin embargo, están indicando el comienzo de una ocupación importante en el sitio. Cerca de El Tigre se encontró material característico de este complejo en el sitio conocido como Nueva Esmeralda, de allí proviene una figurilla y una “maza” típicamente olmeca.
Los tipos que identificamos para este complejo son Juventud Rojo-Jolote, Desvarío Chamfered-No especificado, Repollo Impreso-Repollo, Pital Crema-Blotchy, Chunhinta Negro-Chunhinta, Muxanal Rojo Sobre Crema-No especificado. Que pertenecen a los complejos Acachen y San Félix que se fechan por comparación con los sitios Altar de Sacrificios y Becántan tempranamente como el 600 a.C.; por lo tanto suponemos que los primeros habitantes de El Tigre debieron haber llegado hacia esas fechas. Los materiales de este período parecen representar dos facetas: la primera de ellas posiblemente arranca desde el Preclásico Tardío y la segunda pertenece al Protoclásico. La faceta temprana es plenamente identificable con los tipos cerámicos Flor Crema-Peine, Ciego Compuesto-Ciego, Ucú Negro-No especificado, Muxanal Rojo Sobre Crema-Muxanal, MorfinSin Engobe-Morfin, Sapote Estriado-Rastro, Sierra Rojo-Sierra, Altamira Acanalado-Altamira y Polvero Negro-Polvero. Que pertenecen a los complejos ChunYaxchic, Takan, Plancha y Pakluum, que son definidos para los sitios de Calakmul, Altar de Sacrificios, Becán y la región de Chenes.
Esta faceta debe entenderse como importante para El Tigre, pues no sólo existen los materiales cerámicos, sino también se tiene arquitectura monumental, perfectamente registrada en las Estructuras 1, 2 y 4. En la Estructura 1, se exploró parte de una subestructura, que debió alcanzar la altura de 20 metros, además de tres mascarones: dos de ellos son antropomorfos y un zoomorfo, que también pertenecen a esta temporalidad; mientras que en la Estructura 2, se exploró en la parte superior una subestructura que apareció a consecuencia de un saqueo, mostrando restos de arquitectura y un mascarón característico del Petén guatemalteco. Y en la Estructura 4, también en la parte superior, exploramos una parte de una subestructura, en donde se localizaron dos grandes mascarones, y se exploró una pequeña plataforma circular que pertenece también a esta temporalidad.Los habitantes de El Tigre debieron ocupar desde entonces el sitio, para dominar en primer lugar, un islote que no se inunda y en segundo lugar para dominar gran parte del río Candelaria, ruta de comunicación importante para salir desde el Petén hacia el golfo de México. El sitio se localiza estratégicamente, para dominar el comercio hacia la laguna de Términos, y para el control de los ríos Caribe y San Pedro.
Por lo que sabemos hasta ahora, el sitio arqueológico en esta primera faceta (Figura 10), está más ligado al Petén que a la costa, la inferencia la hacemos apoyados en la arquitectura, es decir, en los mascarones antes mencionados y en la cerámica característica de esta época, observación que con anterioridad había hecho Rands (1967) para la región de Palenque.Por lo excavado hasta ahora podemos decir que la ocupación del Preclásico Medio está muy poco representada en El Tigre, sin embargo el Preclásico Tardío está muy bien localizado en la arquitectura pues las grandes estructuras del sitio tienen esa cronología y están adornados con mascarones. Los sitios denominados Coahuila, Don Aguirre, El Cayucón, El Limón, Mundo Nuevo, La Laguna, Los Cuyos, Rancho El Toro, Loma Bonita, San Enrique y San Román no han sido intervenidos arqueológicamente pero en los reconocimientos de superficie realizados por Ochoa y Vargas (1986) y Pincemin (1989) detectaron en superficie la cerámica Sierra Rojo, característica del Preclásico Tardío.
En Cerro de los Muertos (Figura 9) se identificaron tres conjuntos de estructuras de dimensiones considerables que constituyen el núcleo del antiguo asentamiento prehispánico. Algunos de estos edificios sobrepasan los 20 metros de altura, y estas estructuras fueron construidas sobre elevaciones naturales del terreno, mismos que fueron niveladas en aquéllos sectores en donde las depresiones del terreno requerían de la elaboración de grandes núcleos para ampliar el área de plataformas (Suárez y Rocha 2001:85).Cerro de los Muertos es considerado como un sitio de segundo rango, porque es un sitio grande, con varios conjuntos arquitectónicos monumentales. Ocupa un área extensa lo que implica que tuvo control sobre una amplia zona. En el sitio se reporta una ocupación que se remonta al Preclásico Medioy continúa hasta el Posclásico Tardío. Sin embargo, los materiales cerámicos indican que el sitio tuvo su mayor ocupación durante el período Formativo superior que se ha fechado entre los años 300 a.C. a 300 d.C. La cerámica más abundante es utilitaria o doméstica y está representada principalmente por ollas y cajetes de los grupos Sierra, Flor y Polvero. Los tipos identificados fechados para el Preclásico Medio son: Resaca Impreso y Especial Compuesto. Mientras que los que representan el Preclásico Tardío son: Sierra Rojo, Altamira Acanalado, Laguna Verde Inciso, Repasto Negro Sobre Rojo, Hongo Compuesto, Ciego Compuesto, Unión Aplicado, Lagartos Punteado, Flor Crema, Mateo Rojo Sobre Crema, Especial Flor-Polvero, Polvero Negro, Gallo Impreso, Lechugal Inciso, Sapote Estriado y Paila Sin Engobe.La evidencia cerámica más temprana se remonta al Preclásico Medio, con apenas dos tipos. Quizás para entonces el sitio de Cerro de los Muertos era una pequeña aldea con una economía de autosubsistencia.
En el Preclásico Tardío se tiene un incremento muy importante pues está representado con el 63%, es decir, con más de la mitad de todo el material analizado, y con 16 tipos cerámicos identificados para esta temporalidad, por lo que se concluye que la ocupación más importante del sitio fue en este período (Figura 10). Los arqueólogos que excavaron el sitio piensan que durante el Preclásico Tardío, o quizás en el Protoclásico, Cerro de los Muertos había dejado de ser tan sólo una pequeña aldea para transformarse rápidamente en una comunidad sumamente desarrollada, con una intensa comunicación a través de las rutas fluviales con regiones apartadas y manteniendo intercambio de productos en grandes cantidades (Suárez y Salazar 2003:113).
Las evidencias más tempranas que se encuentran en Santa Clara, corresponden al Preclásico Tardío y es plenamente identificable con los tipos cerámicos Sierra Rojo-Sierra, Altamira Acanalado-Altamira, Polvero Negro-Polvero, Lechugal Inciso-N.E., Flor Crema-Flor, Flor Crema-Peine, Pakluum Especial-Rojo y Negro Dicromo, Mateo Rojo Sobre Crema-N.E., UcúNegro-N.E., Sapote Estriado-Rastro, Achiotes Sin Engobe-N.E. y Morfin Sin Engobe-N.E.El Preclásico Tardío debe entenderse como importante para Santa Clara, pues no sólo existen los materiales cerámicos (figura 10), sino también se tiene de arquitectura. En el grupo B, que es una estructura rectangular de 60 metros de largo por 30 metros de ancho y tres metros de altura, la que sostiene a dos plataformas una de ocho y la otra de dos metros de altura, el pozo se excavó en el patio que las separa. Se le denominó Pozo 3 y a tres metros de profundidad, se exploró parte de un muro, que pertenece a una subestructura, que por los materiales asociados fechamos para el Preclásico Tardío, dicho muro estaba construido por grandes bloques rectangulares de piedra caliza, con una orientación este-oeste. Los habitantes de Santa Clara debieron ocupar desde entonces esta zona, para dominar en primer lugar, un sitio que no se inunda y en segundo lugar para dominar gran parte del río Caribe, ruta de comunicación importante junto con el río Candelaria, para salir desde el Petén hacia el golfo de México.
En resumen, en Nueva Esmeralda se encontró material característico del Preclásico Medio, de allí proviene una figurilla y una “maza” típicamente olmeca. Para el complejo Pachimalays que corresponde al Preclásico Tardío, se identificaron 12 tipos-variedad que pertenecen a ocho grupos cerámicos y equivalen al 30 % del total de los tiestos.Los sitios arqueológicos El Zarzal y Grupo 3, no han sido intervenidos arqueológicamente pero en los reconocimientos de superficie realizados por Ochoa y Vargas (1986) y Pincemin (1989) detectaron en superficie la cerámica Sierra Rojo, característica del Preclásico Tardío.
COMENTARIO FINAL
La presencia de figurillas, hachas y estelas en Tierra Blanca, Emiliano Zapata, Tenosique, Balancán y los museos de la región evidencia la presencia indudable olmeca en el Usumacinta Medio, como lo comentan (cfr. Ochoa, Hernández y García Moll), y concluyen que dicha presencia se debe a que el Usumacinta fue una ruta importante de comunicación por donde pasaron fácilmente objetos transportables hacia el Petén Guatemalteco y Chiapas; sin embargo, otros materiales como las estelas no podemos decir lo mismo ya que fueron hechas con materiales de la región, lo que indica que ya existía una población autóctona que posiblemente debió recibir una presencia olmeca, o como lo plantean los mismos investigadores citados, se trata de una expansión olmeca hacia el sur del área.
Contrario a lo que sucedía en el Usumacinta medio que tenemos una presencia importante de materiales que se pueden relacionar con lo olmeca en la costa la presencia de dichos materias no se encuentran, sin embargo, se reporta para las provincias de Xicalango y Acalan-Tixchel materiales del Preclásico Medio, lo que nos indica que si existió una población incipiente en dicha región.
Las evidencias que tenemos para el Candelaria medio, alto y ríos Caribe y San Pedro es interesante, pues se tienen reportados varios sitios con ocupación del Preclásico Medio. Específicamente en El Tigre se encontraron dos subestructuras en las Estructuras 1 y 2 que bien pudieran fecharse para ese momento, también tenemos cerámicas fechables para ese período. Recientemente Boucher y Palomo (2010) publicaron algunos materiales que para ellas son indicadores del Preclásico Medio, se trata de botellones, ollitas, cajetes y/o tecomates, vasijas con vertederas, que nosotros las hemos encontrado en el río Candelaria como ofrendas o producto de accidentes y en una comunicación personal nos señaló que dichos materiales bien pudieran ser del Preclásico Medio. A esto debemos añadir una figurilla y una masa típicamente olmeca, producto de saqueo, posiblemente esta región en donde se localiza Nueva Esmeralda bien pudiera estar ligada al Usumacinta medio para el Preclásico Medio.
Con la población inicial del Preclásico Medio asentada en toda la región de las Provincias de Xicalango y Acalan-Tixchel, posiblemente siendo una población autóctona, en el Preclásico Tardío se da un crecimiento exponencial de los sitios que se puede traducir como un crecimiento de la población, pues tenemos evidencias arquitectónicas, mascarones y cerámica en casi todos los lugares que se han excavado. Al parecer se dio un ascenso espectacular de los centros grandes que dominaron toda la región, como queda de manifiesto por el tamaño y cantidad de estructuras registradas para ese momento específicamente en El Tigre y otros sitios de la región.
Durante el Preclásico Tardío la ideología religiosa representó la cristalización de la autoridad absoluta de los soberanos mayas en el norte del Petén. Se construyeron edificios de patrón tríadico de un tamaño jamás repetido en el mundo Maya, se realizaron construcciones a gran escala en el norte del Petén. La cerámica Sierra Rojo, la arquitectura monumental, los mascarones etc. se encuentran por toda la región de Belice, norte de Yucatán y ahora en la región del río Candelaria, con lo que estaríamos de acuerdo, al decir, que dicha región recibe una fuerte influencia de Calakmul y la Cuenca del Mirador. Sin embargo, al final del Preclásico se colapsaron todos estos centros y sus repercusiones se dejaron sentir en toda el área Maya; seguramente estos fueron los cimientos o antecedentes que sirvieron de base para el florecimiento de El Tigre en el Clásico Terminal.
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NOTA DE LA EDICIÓN: La calidad de las ilustraciones, es debido a que el autor no respetó los lineamientos requeridos.
Figura 1. Figurillas y hachas del Usumacinta Medio (Ochoa y Hernández 1977; Ochoa 1973, 1982, 1983
Figura 2. Estelas localizadas en el Usumacinta Medio (Garcia Moll 1979; Hernández 1976)
Figura 3. Mapa de la Península de Xicalango con sitios Preclásicos
Figura 4. Mapa de la costa, con la localización de Tixchel y de sitios Preclásicos
Figura 5. La provincia de Acalan con cinco subdivisiones
Figura 6. Gráficos con porcentajes. Poza de Ventura, Salto Grande y Chechén
Figura 7. Vasijas de El Tigre, Sierra Rojo
Figura 8. Estructura 2, grandes bloques de piedra
Figura 9. Sitios Preclásicos localizados junto a los ríos Caribe y San Pedro
Figura 10. Gráfico con porcentajes de ocupación, El Tigre, Cerro de los Muerto y Santa Clara