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061 ¿Ofrenda o tumba? Investigaciones arqueológicas en la Estructura 11J7, Xultun, Petén, Guatemala.
Estuardo Casasola, William A. Saturno, Patricia Rivera, David Del Cid y Boris Beltrán
XXVI Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
16 al 20 de julio de 2012
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Referencia:
Casasola, Estuardo; William A. Saturno, Patricia Rivera, David Del Cid y Boris Beltrán
2013 ¿Ofrenda o tumba? Investigaciones arqueológicas en la Estructura 11J7, Xultun, Petén, Guatemala. En XXVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2012 (editado por B. Arroyo y L. Méndez Salinas), pp. 759-771. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
¿Ofrenda o tumba? Investigacioiones arqueológicas en la Estructura 11J7, Xultun, Petén, Guatemala
Estuardo Casasola
William A. Saturno
Patricia Rivera
David Del Cid
Boris Beltrán
Palabras clave
Arqueología Maya, Xultun, Noreste de Petén, Ofrenda, Entierros, Tumbas, Clásico Temprano.
Abstract
The research conducted over a decade by the Regional Archaeological San Bartolo-Xultun Project, has included different archaeological sites part of this region. Since 2008, the archaeological investigation extended to Xultun, observing that this site presents monumental architecture, with large structures concentrated in Groups A and B. Structure 11J-7, is located southwest of Group A, has 4 looter’s trenches and two construction phases, however, its architectural complexity may be higher. According to the evidence found in the substructure called Ventanas. We think this structure was used as a ceremonial temple of great importance to the Early Classic, this demonstrated the discoveries made in this season, locating the looted burial N.5, along with this, a piece of stela called Stela 27, also discovered a vaulted corridor that runs from the entrance to the substructure, featuring an output window in the west facade, which the Maya left without any kind of fill. In this corridor was discovered offering 10 and burial 12, revealing its ceremonial complexity, also displayed with foreign artifacts.
A más de una década, las investigaciones del Proyecto Arqueológico Regional San Bartolo-Xultun, se han distribuido en diferentes sitios de la región, entre ellos el sitio arqueológico Xultun. localizado a 8 km al sur del sitio San Bartolo (Fig.1), fue descubierto en 1920 por Aurelio Aguayo, mapeado posteriormente por Eric Von Ew en los años de 1974 y 1975, mientras que Morley y Guthe le dieron el nombre de Xultun al sitio, traduciéndose como “Piedra Final” o “Piedra de Terminación”, definición dada por la fecha inscrita en la estela 10, donde se sugiere que es la -última fecha conocida para el sitio (Von Ew; 1978:5, 8). No fue hasta el año 2008 que fueron retomadas las investigaciones arqueológicas en el sitio, realizando pozos de sondeo y re-mapeando el área, es en la temporada del 2010, que se iniciaron las excavaciones intensivas en el epicentro del sitio.
La arquitectura de Xultun es monumental, con estructuras de gran tamaño concentradas principalmente en los Grupos A y B. El Grupo A lo conforma una plaza cerrada la cual posee estructuras en sus cuatro puntos teniendo acceso únicamente al noreste de la misma, al oeste se encuentra un complejo Palaciego (J-2), al norte “Servilletero” (J-3) y “Pirámide del Sol” (J-4), al este las estructuras J-5 y J-6 y al sur J-7, J-8 y J-9. Esta plaza es cerrada como la mayoría de las plazas y patios del sitio Xultun (Fig.2).
La presente investigación se centra en la estructura 7, que corresponde al Cuadrante 11J, que por su distribución y disposición arquitectónica, podría corresponder a una residencia de élite. Si bien las investigaciones en el sitio Xultun iniciaron formalmente en el año 2010, hay un 95% del sitio que no ha sido investigado aún, por lo que se conoce poco de los patrones arquitectónicos, artísticos, iconográficos, ceremoniales, que están presentes en la región noreste de Petén.
En la recién terminada temporada de campo, fue identificado un recinto ceremonial, con veinte vasijas cerámicas completas (algunas de ellas de estilos foráneos) que fechan para el periodo Clásico Temprano, así como material malacológico, lítico y restos óseos pobremente conservados, por lo que se cuestiona si se trata de ofrenda o tumba.
Definiciones
Para la interpretación de esta investigación, fue necesario estandarizar la terminología que se aplicará, ya que en la mayoría de los casos se tiende a generalizar, creando confusión en cuanto a su definición, empleando indiscriminadamente términos como “Depósitos Especiales”, “Ofrendas”, “Escondites” o “Tumbas”.
Se han manejado términos como Depósitos especiales o Depósitos Problemáticos, no obstante un depósito se define como una fuerte concentración de material cerámico, lítico, óseo y malacológico, que en ocasiones está relacionado con restos humanos de carácter secundario y/o primario; todo lo cual se depositó en una oquedad o chultún previamente excavado en la roca caliza con una matriz de fuerte contenido en carbón y sellado por pisos о estructuras Ponce De León (1988:25,47). Laporte (1989: 215), añade que estas concentraciones de material, corresponden a desechos primarios redepositados bajo pisos de plazas o de cámaras, son “tiraderos ceremoniales de parafernalia, utilizados en ceremonias y luego desechada”, por lo que el material puede estar quebrado intencionalmente.
Los conjuntos de objetos valiosos, sacrificiales y ceremoniales que fueron dejados intencionalmente y que tienen un carácter ritual, denominados depósito ritual. A estos depósitos dentro de la arqueología, se les ha dado diferentes nombres limitando su función y se les nombra como ofrendas genéricamente (Campa: 2012). Vidal Lorenzo (1995:236), agrega que las ofrendas “son todos aquellos objetos rituales intencionalmente ocultados o disimulados y sin restos óseos humanos asociados”, así como aquellos objetos que forman parte del ajuar funerario de individuos inhumados en tumbas; explica que, cuando los restos óseos humanos son el rasgo distintivo de un depósito, se trata de un “enterramiento”, mientras que si destacan los artefactos ante restos óseos humanos, significa que se trata de ofrenda. Las clasifica en dedicatorias (asociadas a ejes de estructuras, construidas sobre éstas) y no dedicatorias (depositadas en pisos de sus edificios tras su construcción).
Aunque es importante recalcar que la interpretación y reconstrucción de cada tipo de depósito depende mucho del contexto, así como de su relación con la arquitectura. (Farr, Eppich y Arroyave: 2008).
Diferente es el caso de las construcciones de carácter fúnebre, en donde se identifica a uno o más individuos, acompañados de ofrendas. En un estudio realizado en Oxkintok por Vidal Lorenzo (1995:236), establece una especie de “tipología” de tumbas y ofrendas, aplicables a este tema de investigación, clasificando como “fosa” a sencillas construcciones que soportan un techo de lajas a manera de tapaderas, pueden ser sencillas o elaboradas, dependiendo de los elementos constructivos que posean. Separa también la “cámara simple” que presenta construcción de muros, conformados generalmente por sillares, techo de lajas de piedra, constituyendo una habitación abovedada (ibid).
Definidos estos términos, se describe el hallazgo de la Estructura 11J7, la cual se localiza al suroeste de la plaza central, teniendo 4 trincheras de saqueo, 2 en la fachada Norte, 1 en la fachada Sur y 1 en la fachada Oeste. El trabajo realizado en esta estructura, se enfocó principalmente en limpiezas de saqueo, los cuales permitieron definir la arquitectura de la estructura. Es en la limpieza de uno de los saqueos de esta estructura, en la que se revelaron elementos arquitectónicos con función ceremonial.
Las prácticas rituales, para los antiguos Mayas, comprendían la colocación de ofrendas, entierros y otros vestigios, que sirvieron para unificar grupos sociales de varios niveles. En ciertas situaciones arqueológicas, se pueden deducir, las motivaciones ocultas a la práctica de algunas ceremonias, pero es difícil inferir en la profunda estructura religiosa que existe detrás del comportamiento ritual (Chase y Chase 2010:107).
Es por eso que han utilizado distintas maneras para enterramiento como es el caso del hallazgo en la Estructura 11J7-Sub 2, que consta de dos bóvedas con función ceremonial, paralelas a 1.96 m una de la otra en eje norte-sur frente al edificio, unidas en la parte superior al nivel del piso del cuarto del edificio por un corredor abovedado de por lo menos 8 m de largo en eje este-oeste que posiblemente funcionó como un acceso abierto para la realización de algún tipo de ritual de conmemoración.
Las excavaciones en esta estructura, iniciaron con la limpieza del saqueo 2 de la fachada norte, ya que superficialmente se observaban interesantes rasgos arquitectónicos expuestos. Este saqueo, se ramifica en 3 túneles de los cuales el primero y principal de ellos rompió el muro de la ultima fase constructiva, debido a que excavaron sobre un piso el cual los llevó a una pared que es parte de la fachada norte de la subestructura 2, esta pared presenta una ventana de 0.60 m, de alto por 0.80 m de ancho, por la cual ingresaron los saqueadores. Seguidamente de la limpieza del saqueo principal, se investigó la ramificación 2 (oeste) del saqueo que presenta una ventana, identificando que corría hacia el este, con un muro adosado que corre al sur, siguiendo este muro se mostró un cuarto el cual presenta remetimientos al este, al limpiar esta ramificación se encontró una laja que al descubrirla reveló el entierro No. 5, sin embargo no se encontró ajuar funerario, ya que había sido saqueado con anterioridad (Fig.3).
La Superestructura 11J7-Sub2 es un edificio de 3.6 m en eje este-oeste y 4.4 m norte-sur con la fachada frontal hacia el oeste donde se localiza la puerta de acceso de 1.10 m de umbral, se determinó la altura interior del cuarto con base al piso y las piedras de cierre de 3.30m con evidencia de moldura a la altura de 1.96 m. En el interior presenta un muro de carga posterior de 1.04 m de grosor dando espacio a dos crujías; la primera de 0.60 m de ancho por 2.6 m de largo y la crujía anterior de 0.60 m de ancho con presencia de un nicho en el muro este a partir del piso de 1. m de alto y 0.2 m de profundidad. La Superestructura se ubica sobre un basamento de 0.70 m de alto. Al oeste de la superestructura y alineada con la puerta de acceso en orientación oeste se localiza el corredor abovedado.
El corredor abovedado mide 1.90 m de alto desde el piso hasta la piedra de cierre de bóveda, 0.80 m de ancho y 7.4 m de largo en eje este-oeste, con posible acceso desde el oeste, pero a causa de la destrucción ocasionada por el saqueo ubicado en el área fue imposible la definición del largo total así como el acceso, mientras que los muros de carga se componen de piedra rústica de tamaño irregular.
Es evidente que la construcción tanto de los muros de carga como el cierre de bóveda, no formaron parte de una selección de piedras, ya que se limitó a bloques rústicos de caliza, observándose irregularidad en las líneas horizontales que compone el muro, colocando complementos de pequeñas piedras para la nivelación entre cada línea. Debido a que los muros carecieron de amarres el empuje horizontal y vertical aplicado por los rellenos constructivos de la siguiente fase constructiva produjo daños estructurales en la bóveda evidenciado por fallas en las paredes y la pérdida en la alineación de los muros a lo largo del corredor.
Bajo la superficie del piso del corredor abovedado, se localizaron dos bóvedas con orientación norte-sur identificadas como Entierro 10 y Entierro 12 (Ver Fig.3), la primera –Entierro 10–, localizada a 1.1 m al oeste del acceso a la estructura 11J7-Sub 2 y 1.7 m de profundidad con relación al nivel de piso de la superestructura, la bóveda mide 2.10 m de largo, 0.90 m de alto y 0.88 m de ancho con las paredes revestidas de una delgada capa de estuco blanco de 0.05 m de grosor. El nivel del piso de la bóveda se localiza a 2.58 m de profundidad con relación al nivel de piso de la superestructura. El techo consta de dos líneas de bloques de caliza formando el cierre de bóveda cerrando el espacio con lajas de 0.65 m de largo y 0.10 m de espesor, culminando con una capa de lascas de pedernal en la parte superior de la bóveda.
Artefactos del Entierro no. 10
Para la excavación de las ofrendas de los entierros 10 y 12, se procedió a realizarla por cuadrantes de 0.25 m, correspondiendo el literal “A” para el lado oeste y el “B” para el lado este, numerándolos de norte a sur.
El entierro 10, corresponde a un entierro secundario de un individuo, aunque por la condición erosionada e incompleta de restos óseos, no se determinó el sexo, ya que carece de caracteres morfológicos para su diagnóstico. Algunos restos óseos craneales presentan coloración roja en la parte exterior. Las observaciones realizadas por Rony Piedrasanta con base en el desarrollo dental y esqueletal, indican que se trata de una persona adulta. Estos restos óseos se localizaron en los extremos (norte y sur) de la fosa, debajo de varias vasijas cerámicas. En el lado norte fueron hallados fragmentos de cráneo, huesos de la mano, dientes, fragmentos de costilla aunque todos incompletos. En el lado sur, se localizaron fragmentos de cráneo, pequeños fragmentos de tibia y peroné, así como de mandíbula.
La ofrenda cerámica, consistió en diecinueve vasijas completas, una parcial y un disco perforado, cuya disposición fue principalmente en los extremos y en el centro de la fosa. Su ubicación corresponde al patrón observado en otros sitios de Tierras Bajas.
En la sección norte se localizaron once vasijas cerámicas y un disco. La primera corresponde a una vasija policroma del tipo Dos Arroyos Naranja Policromo, que en el interior se encuentra pintado el Dios del Maíz (danzante), que recuerda a los platos “Danzantes de Uaxactun”, este presenta la mitad del plato con una banda roja, mientras que la parte restante presenta manchas de color negro, lo que podría indicar connotaciones cósmicas del día y la noche, amanecer o atardecer (Karl Taube comunicación personal 2012), además de estos diseños, en el exterior de la base se observa una estrella de cinco picos incisa post cocción a manera de grafitti, la cual aún no se ha establecido su representación (Fig.4).
Debajo de ella, las vasijas 2 (del grupo Pucté) y 3 (tipo Balanza Negro) que se encontraban ligeramente inclinadas, debajo de ellas una concha spondylus y restos óseos de cráneo y fragmentos de mano y cráneo de un individuo. Las siguientes 8 vasijas, se localizaron en el cuadrante 1b, sección norte-este del recinto, la vasija 4, ubicada sobre 7 vasijas superpuestas, corresponde a un pequeño “pichel” estilo foráneo (Fig.5), el cual aún no ha sido afiliado con un tipo cerámico, debajo de ésta vasija, se localizó un cuenco del grupo Pucté, así como un plato del tipo Águila Naranja variedad Rojo, un plato trípode Pucté café y debajo de ellas un vaso trípode Pucté Café de estilo foráneo (Fig.5), posiblemente teotihuacano, el cual en su interior, contenía un disco de cerámica con perforación en el centro y dos vasijas tipo “Pichel” igualmente de estilo foráneo, aunque con características del tipo Balanza Negro. Debajo de estas vasijas se localizaron dientes, fragmentos de costilla y frente a estos una cuenta de piedra verde.
En el cuadrante 2A (sección norte-oeste), se identificó un vaso, cuyas características (doble labio y acabado de superficie) se presume que se trata igualmente de un estilo foráneo.
En la parte central (cuadrante 3), se localizó un plato, que presenta diseños, posiblemente glifos o pseudoglifos que aún están sujetos a estudio. Sobre este plato se encontraba una concha Spondylus, así como veinte y un cuentas de hueso de animal y debajo de él, fragmentos de hueso trabajado y cuentas de concha, huesos que presentaban una coloración roja y un fragmento de coral. Hacia el sur del plato se localizó un fragmento de coral y una cuenta esférica grande de piedra verde, así como tres espinas de raya.
En el lado oeste del cuadrante 4, se localizó un vaso estucado (Fig.6) y un cuenco del tipo Balanza Negro con base pedestal al este.
En el extremo sur del recinto (cuadrante 5) se encontraron concentradas 6 vasijas cerámicas; en las que se incluyen una fuente policroma (Fig.7), un cuenco, dos platos completos y un plato parcial del tipo Águila Naranja (Fig.7), un cuenco del tipo Balanza Negro (Fig.6), además una cuenta de cerámica. Debajo de estas vasijas, se encontraron más fragmentos de cráneo, mandíbula, fragmentos de tibia y peroné. Otro de los materiales no cerámicos sobresalientes fue un bloque de hematita especular, localizada debajo de la vasija policroma de esta sección.
En lo que respecta a los artefactos no cerámicos recolectados en la ofrenda (ocho cuentas de piedra verde, huesos trabajados, dos cuentas de alabastro, una cuenta de cerámica, concha, espina de raya, lascas de pedernal), corresponden a restos de materiales que jugaron un papel importante en la parafernalia que comprendía la ofrenda. No teniendo clara la posición anatómica del individuo en relación a la tumba, se podría decir que estas están distribuidas de manera dispersa en todo el recinto, no se podría afirmar que fueron colocadas como collares, pendientes etc. (Fig.8)
Artefactos No. de artefactos
Concha 3
Piedra Verde 8
Alabastro 2
Ceramica 1
Hueso Trabajado 22
¿Cuentas de
Hueso Animal? 27
Coral 1
Espina de Mantarraya 3
Hematita Especular 1
Paralelo a este recinto a 1.96 m al oeste, se identificó el entierro 12, con orientación norte-sur, consiste en una bóveda que mide 2.10 m de largo, 0.84m de alto y 0.86 m de ancho; el nivel de piso de bóveda se ubica a 0.04 m sobre el nivel del piso del primer recinto y presenta revestimiento de estuco sobre los muros en los cuatro lados. El cierre de bóveda lo compone dos líneas de bloques de caliza y lajas al estilo de caballete que cierra el espacio abovedado, rellenado posteriormente con relleno seco hasta el nivel del piso del corredor abovedado. En este recinto abovedado, se identificó un entierro primario, indirecto, de decúbito dorsal extendido con el cráneo al sur, aunque se encuentra incompleto y con alto grado de erosión, corresponde a un solo individuo, de edad adulta debido al desarrollo esqueletal y dental que presentan desgaste. Rony Piedrasanta (comunicación personal 2012) determinó también que se trata de género masculino, con base al proceso mastoideo observado.
La ofrenda cerámica de este entierro, consistió únicamente en dos vasijas, que corresponden a vaso cilíndricos trípodes (Figs.9 y 10), una con soportes rectangulares y otra con soportes cilíndricos huecos, ambas de estilos foráneos, correspondientes al tipo Balanza Negro, representativas del periodo Clásico Temprano, localizadas al norte del recinto. En cuanto al material lítico, se identificó solamente un fragmento de navaja de obsidiana gris. Material malacológico y de otra índole esta ausente.
Apreciaciones generales
El resultado de actividades ceremoniales, se comprueban en el registro arqueológico, dado por la disposición de los materiales. Los antiguos Mayas, manejaron el ritual para proporcionar santidad y poder a su entorno. Han sido asociados restos arqueológicos, resultado de actos ceremoniales, algunos de ellos a edificios y grupos arquitectónicos. Chase y Chase (2010:107) en un estudio sobre rituales realizado en el sitio Caracol, mencionan que en tumbas o entierros que pueden incluirse dentro de edificaciones o asociarse con el espacio construido más formal, en especial en grupos residenciales privados, se llevan a cabo eventualmente actos rituales separados dentro de la misma estructura y adaptados a un ciclo temporal específico, tal el caso de la estructura 11J7 del sitio Xultun.
Los resultados de los hallazgos de la estructura 11J7 de Xultun, proporcionan datos acerca de las ceremonias de los pobladores de Xultun en el Clásico Temprano, se considera que son rituales formales, por su construcción y sus entierros y principalmente por sus formas cerámicas complejas, tanto por su alfarería local, como por aquellas de “estilos” foráneos o posiblemente importados.
Las ofrendas del periodo Clásico Temprano tienden a representar dos extremos y con contenidos muy austeros (escasos). Como es usual, los patrones o modelos de ofrenda son fácilmente distinguibles; piezas cerámicas dentro del relleno de estructuras o frente a un edificio, resulta algo relativamente común, sin embargo algunos hallazgos de sitios como Tikal, Uaxactun, Caracol, Calakmul, han representado un reto en términos de su determinación, no obstante entran dentro del concepto de lo ritual (Ibid, 122) y Xultun no es la excepción.
Las ofrendas cerámicas de los entierros 10 y 12 de la estructura 11J7, no presentan indicadores funerarios, hay que recordar que en ofrendas funerarias, algunas vasijas aparecen intencionalmente quebradas, principalmente los platos que pueden cubrir la cabeza del individuo y que normalmente tienen un agujero en el centro de la base. Ruz Lhuillier (1991), señala que “este hecho se ha interpretado como un medio mágico para que el objeto sea ‘matado’ y ya muerto como el individuo al que acompaña, puede ser utilizado por éste, lo que no podría ocurrir si el objeto estuviera ‘vivo’”. Sin embargo existe otra interpretación y es que el hecho de hacer un agujero en el centro de la vasija protectora, tenía como propósito proporcionar una salida para el espíritu del muerto. Sin embargo, ninguna de las ofrendas cerámicas, tenía perforada su base, además todas sin excepción se encontraron sobre su base, es decir con el borde hacia arriba, algunas quizás inclinadas o recostadas, pero se debió a defectos de manufactura en su base que no permitió que la pieza quedara en posición vertical.
Algo notorio en estas ofrendas cerámicas, son los estilos locales (como los platos del tipo Águila Naranja y cuencos Balanza Negro), así como estilos foráneos (como los cilindros trípodes y los grafitos en algunas de las vasijas), coincidiendo con lo que afirman investigadores sobre el periodo de contacto de Teotihuacan a finales del siglo IV DC, aunque no se tiene claro el género de dicho contacto extranjero (Reens-Budets, et al. 2004:777)
Es concluyente que estos materiales muestran la existencia de una activa red de intercambios y de innegables contactos culturales, manifestados en las vajillas de élite, similar a la detectada en otras zonas del área Maya.
Otro de los materiales que apoyan la postura que no se trata de un hallazgo funerario sino ceremonial, se manifiesta por la presencia de espinas de raya (manta rayas), las cuales no suelen encontrarse en tumbas, pero si son frecuentes en recintos ceremoniales del periodo Clásico Temprano, las que eran utilizadas para rituales de sangramiento, ceremonias asociadas con el centro de los edificios del sitio, tal y como lo describen Chase y Chase en su estudio de rituales del sitio Caracol (2010:122), en donde recalcan la participación de individuos específicos y restringidos a los rituales.
Todos estos patrones e indicadores han conducido esta investigación para denominarla de manera preliminar como entierro dedicatorio, ya que estos se refieren a ejes definidos con respecto a estructuras, ya sea al momento de su construcción o destrucción (Laporte 1989:177), lo que coincide con la ubicación de las bóvedas de los entierros 10 y 12 de la estructura 11J7.
Como podrán notar, esta investigación aún está en su fase inicial, por lo que aún no se puede deducir un patrón claro y precisar la función de esta ceremonia, aunque se puede dilucidar sobre algunos aspectos. Resultaría complejo designar estos hallazgos como una función doméstica, ya que esta ofrenda, carece de artefactos y vasijas utilitarias.
Es indiscutible que, la orientación del espacio era importante para el grupo arquitectónico. Para el periodo Clásico Temprano, las ciudades se mantuvieron en aumento, así como la tradición de aprovechar la topografía del entorno durante la construcción de nuevos poblados, además de la ampliación y remodelación de conjuntos tipo urbanos. Valdés y Valladares (Valdés et al. 2009:51) consideran que para este periodo, se da una especie de descentralización o democratización de la religión, ya que en varios conjuntos de grandes ciudades aparecen, no solo plazas mayores, sino que también edificios con fuerte evidencia de ser utilizados como santuarios menores.
Las funciones más frecuentes, que se le atribuyen a los edificios, principalmente aquellos que se encuentran en el epicentro, corresponden a funciones políticas, administrativas y rituales, ya sean por separado o combinadas. Los edificios tipo palacio o estructuras alargadas y los arreglos de acrópolis encajan con las primeras dos, mientras que las estructuras elevadas con basamentos piramidales, representan edificios que cumplen con funciones religiosas, aunque en la actualidad se conoce que un solo edificio combinó estas y otras actividades (Ibid).
Algunos autores afirman que lo que dictaba el plan de los cuartos dentro de la pirámide era la necesidad ritual, mas que la conveniencia pragmática (Schele y Freidel 2000:127), lo cual puede aplicarse a cualquier edificio de carácter religioso, ya que las condiciones de iluminación, ventilación, elevación y acceso de los distintos espacios interiores de los templos, eran determinados por las disposiciones rituales. Lo que lleva a suponer que la presencia de recintos como los identificados en la estructura 11J7 de Xultun, que son sumamente estrechos y oscuros, dificultan la libre circulación dentro de los mismos, es un indicador dentro de la función ceremonial privada.
El análisis de contexto y materiales, ha permitido un acercamiento con quienes utilizaron este tipo de construcción de carácter ritual, en el caso de Xultun se encontraron ofrendas que fechan para finales del periodo Clásico Temprano, contienen una excelente muestra de materiales cerámicos de muy buena calidad, conchas no trabajadas, artefactos en alabastro y cuentas de piedra verde, las cuales suelen ser dedicatorias y conmemoran el eje normativo de las estructuras, presumiblemente relacionado con la celebración de algún tipo de ceremonia privada, manifestando actos de sangramiento y purificación personal, debido a la presencia de vasijas policromas, espinas, artefactos en hueso, entre otras.
Otro aspecto interesante a señalar, es la costumbre de combinarse formas y técnicas cerámicas de filiación foránea –talvez Teotihuacana- con diseños y motivos Mayas dentro de la decoración, lo cual es visible en la segunda parte de Tzakol 3.
Estos entierros que están en proceso de investigación, reflejan un evento de importancia, tipo dedicatorio. La posibilidad de haberse realizado junto a ellos una gran ceremonia, parece confirmar la ubicación y distribución de las vasijas existentes. Con base en las investigaciones realizadas en el área Maya para conocer la función de estas vasijas (Adams 1971; Lishka 1978; Demarest 1986) y su aplicación al estudio de este hallazgo, se hacen inferencias en cuanto a su contexto y ubicación.
En el caso del Entierro 10, once vasijas fueron identificadas en la sección Norte, cuya asociación es a lo positivo, abundancia y prosperidad (Agrinier 1978:48), correspondiendo a la mayor concentración de vasijas, junto con una concha Spondylus (la mayor de la ofrenda), cuentas de piedra verde y restos óseos.
Por otro lado, el sur ha sido considerado de carácter negativo, escasez, sequía (Ibíd), en este apartado, fueron identificadas seis vasijas cerámicas, un bloque de hematita, fragmentos de hueso. Así mismo, la superposición de algunas vasijas (una dentro de otra), podría sugerir que la ceremonia siguió un orden o secuencia, ya que la colocación de objetos, marca una correspondencia de éstos con momentos sucesivos de la misma ceremonia.
Finalmente, se puede considerar que la tradición de rituales asociados a construcción de arquitectura, fue de gran importancia en Xultun. Esta breve descripción sobre los recintos ceremoniales, aporta una visión muy general sobre el tipo de ceremonias llevadas a cabo por la ampliación de la estructura, revelando aspectos de contacto cultural a larga distancia.
Futuros trabajos que se realicen en torno a prácticas rituales e ideología en el área, ayudarán a comprender sus manifestaciones relacionadas con los habitantes de la región, quienes participaron activamente en la red de intercambio, comunicación y contactos culturares.
Agradecimientos
Estos trabajos no hubieran sido posibles sin la intervención de identidades a las cuales se quisiera agradecer: al Instituto de Antropología e Historia (IDAEH), Boston University, Universidad de San Carlos de Guatemala, National Geografic. Al Dr. William Saturno y la Lic. Patricia Rivera Castillo (director y co-directora) del Proyecto Arqueológico Regional San Bartolo-Xulun, así como Estuardo Casasola, Boris Beltrán, David Del Cid, Josué Murillo y Rony Piedrasanta (quien colaboró con el estudio osteológico). También a los excavadores y personal técnico del Proyecto San Bartolo quienes de alguna forma se involucraron en el proceso de la presente investigación.
Por último este pequeño documento esta dedicado en memoria de José Quixchan y Eliseo Choc (†).
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Valdés, Juan Antonio, Marco Antonio Valladares y Luis Méndez Salinas
2009 Historia de la Arquitectura Prehispánica de las Tierras Bajas Mayas: El Clásico, Fase II. Informe Final, Proyecto de Investigación. Dirección General de Investigación, Universidad de San Carlos de Guatemala.
Vidal Lorenzo, Cristina
1995 Tumbas, Enterramientos y Ofrendas en el Grupo Ah Canul de la ciudad Maya Yucateca de Oxkintok. En VIII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1994 (editado por J.P. Laporte y H. Escobedo), pp.235-257. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).
Von Ew, Erick
1978 Corpus of Maya Hieroglyphic Inscriptions. Volume 5, Part 1. Xultun. Peobody Museum of Archaeology and Ethbogoly. Harvard University. Cambridge. Massachusetts. Pp. 5-8.
Fig.1: Ubicación de sitio Arqueológico Xultun (B. Beltrán 2010).
¿Ofrenda o tumba? Investigaciones arqueológicas en la Estructura 11J7, Xultun, Petén… 767
Fig.2: Plano del Sitio Arqueológico Xultun (Ruane 2012, modificado por Beltrán 2012).
Fig.3: Perfil Este-Oeste Estructura 11J7 y Planta de Corredor Estructura 11J7, Plantas de entierro 10 y 12.
Dibujo Josué Murillo, Calco Boris Beltrán.
Fig.4: Xul 11J7A-13, lote 1a, Sección Norte de Tumba10 Vasija No. 1 (Fotografía D. Coventry, Dibujo Clark, 2012).
Fig.5: Xul 11J7A-13, Lote 1a, Sección Norte de Tumba 10; a) Vasija 11, Pucté Café; b) Vasija 4,
Indeterminada (Fotografías D. Coventry y Del Cid).
Fig.6: Xul 11J7A-13, Lote 1b, Tumba 10; Vasija No. 15, Cuenco base pedestal, Balanza Negro;
b) Vasija 14, Vaso Estucado (Fotografía D. Coventry y Del Cid).
Fig.7: Xul 11J7A-13, Sección Sur de Tumba 10. a) Vasija No.16, plato Tricromo;
b) Vasija 19, Plato Grupo Águila (Fotografía D. Coventry y Del Cid).
Fig.8: Xul 11J7A-13, Ofrenda Secundaria; a) Hueso Trabajado. b) Espina de Raya. c) Cuentas de hueso animal.
d) Cuentas de hueso. e) Coral. f) Cuentas de Jade. g) Concha Spondylus (Fotografía D. Del Cid).
Fig.9: Xul 11J7A-17; Vasija No. 22, Cilindro Trípode. Entierro 12 (D. Del Cid).
Fig.10: Xul 11J7A-17; Vasija No. 23, Balanza Negro. Entierro 12 (Fotografía D. Del Cid).