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077 ¿Quiénes eran los pipiles? Otra opinión.
Marion Popenoe de Hatch y Carlos Alvarado Galindo
XXVI Simposio de Investigaciones
Arqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
16 al 20 de julio de 2012
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Referencia:
Popenoe de Hatch, Marion y Carlos Alvarado Galindo
2013 ¿Quiénes eran los pipiles? Otra opinión. En XXVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2012 (editado por B. Arroyo y L. Méndez Salinas), pp. 931-935. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
¿Quiénes eran los pipiles? Otra opinión
Marion Popenoe de Hatch
Carlos Alvarado Galindo
Palabras clave
Costa del Pacífico, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, etnohistoria, cerámica.
Abstract
This paper presents information of the potential origins of the pipil group that inhabited the Pacific Coast of Guatemala. The proposal involves thorough studies built upon enthnohistoric sources, focusing on Fray Juan de Torquemada’s major publication in 1613. Evidence from various projects on the Pacific Coast contribute to the understanding of the potential origins of the pipils and Popenoe de Hatch’s field research.
Con el intento de sondear un poco más en el pasado muy remoto y nebuloso, preguntamos “¿Quiénes eran los Pipiles?”, y aquí queremos darles otra opinión. Se nos ocurrió que sería interesante comparar las tradiciones cerámicas tempranas de Guatemala con lo que Fray Juan de Torquemada (1975:331-333) reportó en su Monarquía Indiana, publicada en España en 1613, respecto a los Pipiles:
“Según se platica, entre los Naturales de esta Tierra, maiormente los Viejos, dicen, que los Indios de Nicaragua, y los de Nicoya (que por otro nombre, se dicen Mangues) antiguamente tuvieron su Habitacion en el Despoblado de Xoconochco, que es en la Governación de Mexico. Los de Nicoya, decienden de los Chololtecas. Moraron hacia la Sierra, la Tierra adentro; y los Nicaraguas, que son de la de Anahuac, Mexicanos, habitaban hacia la Costa del Mar del Sur. La una, y la otra era mui gran multitud de Gente; dicen, que avrá siete, u ocho edades, o vida de Viejos, y estos que vivian larga vida, hasta venir a ser mui Ancianos, que vivian tanto, que de Viejos los sacaban al Sol”.
Más adelante, en referencia a los Nicaraos, Torquemada explica:
“Esta Generacion vino por la Costa del Mar del Sur, y pasaron por Tierra de Quahtemallan, entre los Naturales de aquella Tierra. Estos adonde veian algun buen Asiento, para poblar, poblaban; y de esta Generacion, son los que en la Nacion de Quauhtemallan, llaman Pipiles, como son los Pueblos, que llaman los Esalcos, que es la maior, y mejor Huerta, y mas abundante, y rica de Cacao, y Algodón, que ai en toda la Nueva España, aunque entre dentro, toda la Governacion de Quauhtemallan. El Pueblo de Mictlan, y el de Yzcuintlan, y otros algunos, dexaron poblados aquellos Indios, que pasaron adelante”.
Para resumir, aunque el relato es contradictorio y confuso, Torquemada nos informa que hubo dos migraciones tempranas a lo largo de la Costa Sur de Guatemala. Un grupo era llamado los Nicaraguas (o Nicaraos), quienes eran “Mexicanos” del valle de México y hablaban Pipil. El otro grupo era el de los Nicoyas, quienes descendían de los Cholotecas (o Chorotegas), provenían de Puebla, México y hablaban Mangue. Torquemada afirmó que ambos grupos se habían re-asentado en la región del Soconusco, Chiapas. Los Nicaraos ocuparon el litoral Pacífico y los Nicoyas se fueron tierra adentro (hacia la sierra). Los ancianos consultados por Torquemada recordaron que esto había sucedido hacía mucho tiempo. Con base en estas declaraciones, la mayor parte de los estudiosos fechan estas migraciones en un tiempo entre el 700 y 800 DC, hacia finales del Clásico Tardío.
En su reporte Torquemada continuó con la información de que (presumiblemente alrededor del 700-800 DC) una gran legión de personas, conocidas como Olmecas, forzaron a estos grupos a abandonar el Soconusco. Se asume que estos “Olmecas” eran los Olmecas históricos (Jiménez Moreno 1966:62-63) y no los que ahora llamamos Olmecas del Preclásico Medio. Torquemada reporta que ambos, los Nicoyas y Nicaraos, huyeron de la región. Los Nicoyas se fueron primero tomando la ruta a través de la Costa Sur de Guatemala. Después los Nicaraos también partieron, siguiendo la ruta costera y cuando encontraron un buen lugar para asentase, se quedaron allí. Él dice que estos Nicaraos eran llamados Pipiles en Guatemala y el oeste de El Salvador. En referencia a los Nicoyas (o Mangues), él indica que llegaron al sur hasta Nicaragua y la provincia de Nicoya. Al momento de la conquista Española, los hablantes de Mangue ocupaban la zona al oeste del Lago Nicaragua hacia el sur e incluyendo una sección del Golfo de Nicoya.
Así Torquemada nos informa de dos poblaciones tempranas que llegaron a Guatemala desde México, los Nicaraos que hablaban Pipil y los Nicoyas que hablaban Mangue. En esta ponencia queremos comparar las dos migraciones tempranas de Torquemada con los datos cerámicos que, de igual manera, muestran que originalmente hubo dos tradiciones cerámicas en la Costa Sur. Es posible que Torquemada se enteró que inicialmente había habido dos migraciones en tiempos tempranos y aparentemente él y sus informantes infirieron una fecha para dichos eventos, una fecha que ha llevado a los estudiosos a ubicarlos en los tiempos del Clásico Tardío o Postclásico, relacionándoles con los cuentos de los Olmecas históricos. En este ensayo proponemos una fecha en el Preclásico para estas migraciones. Esta fecha causará mucha controversia.
El análisis cerámico ha mostrado que alrededor del 1200 AC había dos tradiciones cerámicas distintas en la región del Soconusco y en la Costa Sur de Chiapas y Guatemala. Estas eran la Tradición Cerámica Cuadros / Jocotal y la Tradición Cerámica Barra / Ocós. La tradición cerámica Cuadros / Jocotal estaba distribuida a lo largo de Chiapas y en la orilla oeste de la Costa Sur de Guatemala. Este grupo estaba asociado con la ideología y estilos Olmecas y, en parte, con etnicidad Mixe-Zoque.
La cerámica Barra / Ocós, con sus abundantes formas y múltiples colores de engobes pulidos es muy diferente de la tradición Cuadros / Jocotal, la cual carece de engobes y muestra un inventario sencillo. Las fechas para la cerámica Barra / Ocós es de alrededor 1500 a 1200 AC. La evidencia indica que la población Ocós desalojó la planicie costera en tiempos tempranos y por lo menos parte del grupo se re-asentó en la boca costa del Pacífico. Sería muy tentador argumentar que la cerámica Barra / Ocós estaba asociada con los hablantes de Mangue, quienes habían migrado hacia el sur a Nicaragua y Costa Rica. Sin embargo, la evidencia arqueológica no apoya esta idea. Investigaciones en Takalik Abaj, que es un sitio maya, indican que parte de sus orígenes están en la Tradición Cerámica Barra / Ocós (Popenoe de Hatch 2004:415-421). La cerámica Ocós también se encuentra ocasionalmente en el Altiplano de Guatemala. Por eso la cerámica da una fuerte impresión que los miembros de la población Ocós estaban relacionados con los ancestros de los Mayas mientras que Torquemada enfatiza que los Nicoyas hablaban Mangue o Chorotega.
Es más, hasta donde se sabe, no hay evidencia de términos Mangues en la Costa Sur o en el Altiplano. Esto lleva a la noción de que cuando los Nicoyas pasaron a través de Guatemala, los Mayas tempranos todavía no estaban habitando el área o, si ya estaban en residencia, hicieron poco contacto con el grupo migrante que al final llegó a Nicaragua y Costa Rica. La tradición cerámica que estaba asociada con ellos aún no se conoce pero parece que no era la tradición Barra / Ocós.
En tiempos modernos, la única evidencia de un lenguaje no-Maya en la Costa Sur de Guatemala, además del Xinca que es mínimo, ha sido el dialecto Nahuat (Pipil). La mayor parte de los nombres de ríos y accidentes geográficos son derivados del Nahua, pero muchos de estos se sabe que son traducciones al Nahuatl de nombres Mayas, los cuales fueron cambiados después de la conquista Española. Pequeños grupos de hablantes de Pipil quedaron en Itzuintlan (Escuintla) y Mictlan (Asunción Mita), como lo indicó Torquemada. El resto eran hablantes de Maya.
Como está indicado, el enfoque de esta discusión es “¿Quiénes eran los Pipiles (hablantes de Nahuat) en la Costa Sur de Guatemala?” Aquí se discutirá que estas personas fueron descendientes de la Tradición Cerámica Cuadros / Jocotal, una idea que tendrá oposición. No obstante, la evidencia cerámica revela que la población Barra / Ocós salió de la región primero, posiblemente expulsada por gente más agresiva de Cuadros / Jocotal. Alrededor del 800 AC. se estableció el importante centro de La Blanca en la Costa Sur, el cual parece que tenía una población Cuadros / Jocotal dominada por el liderazgo Olmeca de la Costa del Golfo. La cerámica de este grupo muestra estilos y técnicas Olmecas aplicados a la tecnología Cuadros / Jocotal, conocida como los tipos de la Fase Conchas. Cuando los líderes Olmecas se marcharon, alrededor del 500 AC, los ocupantes que quedaron también abandonaron la zona y comenzaron una expansión hacia el sureste, a lo largo de la costa. En esta expansión o migración, la cerámica de la Fase Conchas continuó su desarrollo y adoptó nuevos estilos convirtiéndose en lo que llamamos la Tradición Cerámica Naranjo. Esta expansión de la gente Naranjo concuerda bastante bien con el relato de Torquemada de la segunda migración a lo largo de la costa por los Nicaraos (Fig.1). Quedan por resolver las fechas y lenguajes.
Un excelente resumen de las diferentes fechas posibles para la intrusión de los Pipiles es dado por Fowler (1989: 36-49). En el siguiente cuadro se extraen algunos datos.
Fowler y Kaufman fechan la migración de los Pipiles hacia Centro América para finales del Clásico Tardío, porque concuerda con la llegada de los rasgos mexicanos del Postclásico Temprano a El Salvador (Fowler 1989:41-42). Parsons y Borhegyi proponen fechas más tempranas para las migraciones, para así coincidir con la supuesta expansión de Teotihuacan durante el período Clásico Temprano (Parsons 1969:160-164). Las otras fechas se ubican en el período Postclásico, pero estas pueden reflejar una confusión con las presuntas migraciones Toltecas hacia el sur de Mesoamérica.
De acuerdo con Torquemada, el lenguaje de los Pipiles era un Mexicano “corrupto”, una forma incorrecta del Nahuatl hablado por los Aztecas del Postclásico Tardío. Sin embargo, al momento de la conquista española, había dos grupos en El Salvador que hablaban Nahuat. Fowler (1989) utiliza el término Pipil-Nicarao para ambos grupos, pero diferencia a los Pipiles de los Nicaraos no por el lenguaje sino por la organización socio-política y ubicación geográfica.
Estas diferencias entre los Pipiles y los Nicaraos, como fue afirmada por Fowler, parece útil y válida. Nosotros diferimos solamente en que separamos a los Pipiles de los Nicaraos con base a sus antecedentes históricos. Consideramos que los Nicaraos fueron el grupo más temprano (preclásico) referido por Torquemada y que los Pipiles fueron una intrusión tardía (clásica) de la gente Nahuat. Fowler (1989:45-48) también habla de una intrusión temprana y tardía de grupos Pipiles, pero considera que la primera fue en el Postclásico Temprano y que la segunda estaba asociada con los Pipil Nonoalca durante el Postclásico Tardío.
Una revisión del registro cerámico de la Costa Sur muestra que hubo tres períodos mayores de “influencia” Mexicana: 1) los estilos Olmecas durante el Preclásico Medio, 2) los estilos Teotihuacanos del Clásico Temprano y 3) los estilos Pipiles del Postclásico Temprano o tal vez al final del Clásico Tardío. Sin embargo, solamente hay una intrusión de cerámica no-local a la Costa Sur y es el complejo que entró a La Blanca durante el Preclásico Medio. Esta cerámica se convirtió en la Tradición Cerámica Naranjo, la cual continuó en la Costa Sur a lo largo de la época precolombina. El hecho que no hay evidencia de una migración postclásica de los Pipiles hacia la Costa Sur da la impresión que un grupo proto-Nahua pudo haber entrado en La Blanca llevando la iconografía y estilos Olmecas a la región, con su cerámica desarrollando hacia la Tradición Naranjo y el lenguaje evolucionando al Nicarao.
En Chiapas es aceptado que la cerámica Cuadros / Jocotal estaba asociada con los estilos Olmecas y con los grupos de lenguaje Mixe-Zoque. Sin embargo, los estilos Olmecas se extendieron más allá de las comunidades Mixe-Zoque y parece que diferentes grupos de lenguajes se adhirieron a la ideología e iconografía Olmeca del Preclásico Temprano y Medio. No hay evidencia de que el lenguaje Mixe-Zoque haya sido encontrado en la Costa Sur de Guatemala, el cual sugiere que algún otro lenguaje era hablado por la población de la Tradición Cerámica Naranjo que no era Mixe-Zoque ni Maya. Por lo que parece, la Tradición Cerámica Naranjo estaba relacionada con un Nahua temprano o una lengua proto-Nahua y los descendientes fueron los Pipiles, quienes después se encontraron en la región.
Hace unos 25 años atrás, los lingüistas afirmaron que la llegada del dialecto Nahuat (Pipil) a Centro América pudo estar fechado no más temprano del 900-1000 DC (Kaufman 1976:114-116). Sin embargo, algunos investigadores creen que el Nahua pudo haber existido como uno de varios idiomas hablados en Teotihuacan durante el período Clásico Temprano (Berlo1989; Cowgill 1992; Luckenbach y Levy 1980). La población Naranjo tomó el control de la región de Escuintla en los tiempos del Clásico Temprano (Popenoe de Hatch 1989b:25-34) y la cerámica e incensarios de Teotihuacan llegaron a la Tradición Cerámica Naranjo alrededor del 500 DC.
Si un grupo de Nicaraos con cerámica Naranjo tenía el control de la zona de Escuintla en los tiempos del Clásico Temprano (Fig.2), eso habría facilitado la alianza con los grupos teotihuacanos relacionados con los Nahua de México. La evidencia cerámica sugiere que representantes de este grupo Teotihuacan-Nahua posiblemente se unieron a los hablantes locales de Nahuat y ayudaron en la toma de la región Tiquisate-Escuintla. Ellos hablaban el lenguaje pre-Nahuatl, tal vez similar al Nahuat que ya estaba presente en la Costa Sur entre la población que utilizaba la cerámica de la Tradición Naranjo. Después de varios años de dominio de la región ambos idiomas debieron volverse similares, sino el mismo. Se ha argumentado (Popenoe de Hatch 1989) que posteriormente, al parecer, hubo un levantamiento local en el área de Cotzumalguapa en contra de estos gobernantes, quienes eran considerados “extranjeros” con evidentes lazos con México. Con la ayuda del Altiplano Central hubo un período de violencia, claramente manifestado en las esculturas del Clásico Tardío en Cotzumalhuapa, y los gobernantes quienes gobernaron la región de Escuintla fueron derrocados. Es muy posible que este grupo que se huyó sea el mismo que Fowler observa como los Pipiles intrusivos que entraron a El Salvador al inicio del Postclásico Temprano. Los pocos vestigios de la población Naranjo que quedaron en la Costa Sur de Guatemala continuaron hablando Nahua o Pipil, formando grupos aislados que estaban presentes en la región al tiempo de la conquista Española.
En el Postclásico Tardío, nuevos estilos Mexicanos llegaron a El Salvador identificados por Fowler como “Pipil”, distinguibles de los Nicaraos porque ocuparon una región geográfica diferente y estaban asociados con una organización socio-política más complicada. Esta diferencia en organización social puede reflejar sus nexos con Tula y Tenochtitlan del centro de México con su sociedad a nivel de estado. Ellos debieron seguir sus lazos con México, lo cual se puede aducir por el uso de iconografía y estilos cerámicos Mexicanos. Una comparación de la cerámica de los sitios Nicaraos con la de los Pipiles debería dar respuestas a la pregunta de las relaciones entre ambos. De este momento en adelante, no hay más evidencia de una intrusión Mexicana hacia la Costa Sur de Guatemala hasta que los guerreros arribaron con los conquistadores españoles.
En resumen, hemos citado a Torquemada y su relato de las dos migraciones: una de ellas la de los Nicoyas que hablaban Mangue y la otra de los Nicaraos que hablaban Pipil. Nosotros carecemos de información de los Nicoyas, pero hemos argumentado que hubo una intrusión preclásica proto-Nahua hacia la Costa Sur durante el Preclásico Medio que podemos identificar con los llamados Nicaraos. La gente Nicarao puede asociarse con la Tradición Cerámica Naranjo y esta población se estableció en la región de Escuintla durante el Clásico Temprano. Ellos hicieron algún tipo de contacto o alianza con Teotihuacan que mandó a sus representantes, quienes probablemente también eran de descendencia Nahuat, para tratar con la gente Naranjo. Los dos grupos se entremezclaron y dominaron la región de la costa de Escuintla durante el resto del período Clásico Temprano. Durante el Clásico Tardío ocurrió un levantamiento local y el grupo gobernante fue derrocado. Estas personas salieron de la región huyendo hacia El Salvador, donde pueden ser identificados como la intrusión de Pipiles del Postclásico Temprano. Estos dejaron varios grupos pequeños de hablantes de Nahuat, como los encontrados en Escuintla y Asunción Mita, al momento de la conquista española.
Referencias
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