044 La cerámica de Salinas de los Nueve Cerros: problemas de su resguardo como conocimiento del pasado. Héctor Emmanuel Cauich Caamal, Socorro Jiménez Álvarez y Brent Woodfill – Simposio 27, 2013

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044 La cerámica de Salinas de los Nueve Cerros: problemas de su resguardo como conocimiento del pasado.

Héctor Emmanuel Cauich Caamal, Socorro Jiménez Álvarez y Brent Woodfill

 

XXVII Simposio de Investigaciones
Aqueológicas en Guatemala
Museo Nacional de Arqueología y Etnología
22 al 26 de julio de 2013
Editores
Bárbara Arroyo
Luis Méndez Salinas
Andrea Rojas

 

Referencia:
Cauich Caamal, Héctor Emmanuel; Socorro Jiménez Álvarez y Brent Woodfill
2014 La cerámica de Salinas de los Nueve Cerros: problemas de su resguardo como conocimiento del pasado. En XXVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2013 (editado por B. Arroyo, L. Méndez Salinas y A. Rojas), pp. 535-546. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

 

La cerámica de Salinas de los Nueve Cerros : problemas de su resguardo como conocimiento del pasado
Héctor Emmanuel Cauich Caamal
Socorro Jiménez Álvarez
Brent Woodfill
Palabras clave
Altiplano, Patrimonio, Conservación, Análisis cerámico.

Abstract
The preservation of the material remains of previous cultures is one of the main tasks of the archaeologists. Pottery is one of the various parts that make up the so-called archaeological and which is one of the most represented in archaeological contexts is why a systematic and methodological analysis of these remnants can provide data on socio-economic taken place activities. In this paper we will present the problems facing the analyst to try to understand and protect the knowledge of ancient pottery site Salinas de los Nueve Cerros, settlement which is located in the Guatemalan highlands region. The analysis of the pottery is of utmost importance, because they are remnants from an area in which happened several regionally intercultural contacts-can be viewed through classification analysis, typological, modal and technological.

Entendiendo el patrimonio
La preservación de los restos materiales de las culturas pretéritas es una de las principales tareas de los arqueólogos.
La palabra patrimonio proviene etimológicamente del latín patrimonium, la cual hace referencia a lo que se hereda del padre, en un sentido más amplio, también podemos entender que son los bienes que son adquiridos o producidos por los individuos y que forman parte de su “riqueza”, la cual puede ser legado a sus descendientes (Zamora 2011). En muchas de las ocasiones, el patrimonio también cumple con una función de identidad, ya sea para alguna persona, grupo o sociedad en particular.

Diversos esfuerzos para la preservación del patrimonio
En distintas y numerosas partes del mundo, existe una preocupación por la conservación del patrimonio, debido a esto, diversos organismos internacionales, han desarrollado una serie de normas para poder salvaguardar de la mejor manera posible nuestro patrimonio.
Podemos iniciar este breve recuento de las distintas cartas que han sido elaboradas por diversos comités internacionales con la Carta de Atenas (1931 y 1933), la cual es derivada de un Congreso Internacional de Arquitectura sobre Conservación de Monumentos de Arte e Historia, en donde nos hacen mención de “que la conservación del patrimonio artístico y arqueológico de la humanidad interesa a todos los estados que tutelan la civilización” (Rodas 1998: 29 en Arroyave 2007: 19, Cirujano y Laborde 2001)
El primero de los textos que se publican referidos de forma específica al Patrimonio Arqueológico es la Recomendación de la UNESCO sobre los Principios Internacionales que deberán aplicarse a las Excavaciones Arqueológicas (1956). En este texto aparece por primera vez la expresión Patrimonio Arqueológico, además de que se considera la excavación arqueológica como “toda investigación que tenga por finalidad el descubrimiento de objetos de carácter arqueológico, tanto en los casos de excavación del suelo, exploración de la superficie o en el lecho o subsuelo de aguas interiores y territoriales” (Cirujano y Laborde 2001: 693). Advierte igualmente sobre la conveniencia de conservar intactos cierto número de lugares arqueológicos y de dejar testigos sin tocar en las excavaciones más importantes. Se indica el deber de asegurar el mantenimiento de las excavaciones y de los monumentos, vigilar con atención la restauración de los vestigios y de los objetos y que se prevea la custodia, el mantenimiento y el acondicionamiento de los lugares, de los objetos y de los monumentos.

También se recomienda que se emprenda una acción educativa para despertar y desarrollar el respeto del público por los vestigios del pasado, que exista la obligación de publicar los resultados de las excavaciones o que en los lugares arqueológicos importantes se cree un establecimiento de tipo museo para que el visitante pueda comprenderlos mejor La mayoría de estos puntos fueron recogidos posteriormente en el Convenio Europeo para la Protección del Patrimonio Arqueológico (Londres 1969 en Cirujano y Laborde 2001).

Siguiendo con esta breve revisión, podemos mencionar la Carta para la Protección y Gestión del Patrimonio Arqueológico de la UNESCO (Lausanne 1990 en Cirujano y Laborde 2001). Se trata de una iniciativa llevada a cabo por el ICAHM (Comité Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico), perteneciente al ICOMOS. Ofreciendo una serie de puntos de partida para la identificación, protección, conservación y presentación al público de los restos del pasado. La protección del patrimonio arqueológico debe fundarse en una colaboración efectiva entre especialistas de numerosas disciplinas y los servicios públicos, las empresas y el público en general. Considera el patrimonio arqueológico como la parte de nuestro patrimonio material en la que los métodos de la Arqueología suministran los conocimientos básicos, incluyendo todo rastro de la existencia humana, los lugares en los que desarrollaron actividades de cualquier tipo, las estructuras o vestigios abandonados junto con el material asociado. Insiste también en que se trata de una riqueza frágil y no renovable (Cirujano y Laborde 2001).

Además de las mencionadas cartas, también podemos encontrar legislaciones en los distintos países, en estas legislaciones se pone un énfasis en la conservación del patrimonio cultural, ya sea tangible e intangible.

Algunos problemas de conservación en los restos cerámicos
La cerámica representa una de las diversas partes que conforman el llamado patrimonio arqueológico y de los cuales es uno de los más representados en contextos arqueológicos, es por eso que un análisis sistemático y metodológico de estos restos materiales de las culturas del pasado puede proporcionar datos sobre las actividades que pudieron realizar.

Las condiciones y materiales de traslado y almacenamiento pueden contribuir al deterioro de los materiales arqueológicos, ya sean cerámicos, líticos, concha, huesos, etcétera. En numerosas ocasiones, estas condiciones de traslado y almacenamiento, pueden afectar notablemente a los análisis posteriores que se efectúen al material cerámico (López y Caramés 2003).

Desde el momento en que los objetos cerámicos son excavados, se pierde el equilibrio que guardaban con el suelo, los factores de humedad y de PH que se encontraban en el suelo, son en muchas ocasiones distintos a lo que se encuentra en la superficie. Aunque también en algunas ocasiones el PH y la humedad de los suelos causa un efecto negativo en la preservación de los fragmentos cerámicos. Otro de los factores que afectan negativamente a la conservación de los materiales cerámicos, son los rayos solares (UV), ya que mientras el tiesto permanece bajo la superficie, no recibe la acción directa de los rayos, pero al momento de ser desenterrados, esta exposición a los rayos solares, podría producir alteración en el engobe y/o acabados (López y Caramés 2003).

Un acercamiento a la conservación de los restos cerámicos
Es por esto que es de suma importancia mantener una metodología adecuada para la extracción y el análisis posterior. Como nos menciona Sinopoli (1991:4) “La clasificación de los materiales es equivalentemente crítica para entender el pasado”. En contextos del pasado, nosotros no tenemos acceso directo a cómo las personas antiguas interpretaron o construyeron su propio mundo material (Sinopoli 1991).
Como bien nos menciona Rice (2013), la clasificación se refiere a los procesos científicos de ordenamiento de objetos, organizando los objetos en “grupos similares” basados en una o más características de interés. La clasificación puede ser dirigida a través de dos maneras: la categorización o la identificación.

La categorización es “creación de grupos de materiales no clasificados o no agrupados” (Rice 2013: 12). Esto se da, por ejemplo en conjuntos de restos cerámicos de un sitio relativamente desconocido, de un área o periodo poco conocido. Como bien nos menciona Rice (2013:12) la categorización ofrece la creación de nuevos o tipos cerámicos provisionales, como los que se dieron en las épocas tempranas de clasificación en Uaxactun, Altar de Sacrificios, Barton Ramie o como las que se enfrentan actualmente sitios como Cancuen, Raxruja Viejo y Salinas de los Nueve Cerros, por mencionar algunos.

La identificación, consiste asignar objetos a grupos o categorías ya establecidas (Rice 2013), por ejemplo las clasificaciones que se efectúan en las Tierras Bajas Mayas, donde se tiene un amplio registro de la cerámica encontrada en esa zona y provee de una secuencia muy bien delimitada, lo que permite un agrupamiento más fácil.
Como se puede notar, la diferencia entre categorización e identificación radica en que una (categorización) provee de nuevos agrupamientos para nombrar tipos y la otra (identificación), se basa fundamentalmente en la asignación de nombres ya establecidos a objetos agrupados de manera similar a los nombres de referencia.
La región de Al ta Verapaz

La región de las Verapaces, que comprende los departamentos de Alta Verapaz y Baja Verapaz, muestra a través de la iconografía observada en su cerámica, evidencia de interacción con las Tierras Bajas Mayas y el Altiplano guatemalteco, ahí radica la importancia arqueológica de los departamentos de Verapaz, especialmente del norte del departamento de Alta Verapaz, Guatemala, ya que ésta tiene una localización estratégica entre la región del Petén y las Tierras Altas (Butler 1940; Pérez 2006).
La franja transversal es una región de transición del Altiplano de Verapaz a las Tierras Bajas de Petén. Geológicamente es un área de tipo cárstico, es decir, de cerros altos y puntiagudos, de muchas cuevas y caminos ribereños subterráneos. Está entre 300 y 800 metros sobre el nivel del mar y es un área muy húmeda (Van Akkeren 2012).
La región del Alto Pasión, se ubica en la parte sur del Departamento de El Petén, Guatemala, y la contigua Alta Verapaz. La región de Pasión-Verapaz es un área clave para entender la naturaleza de la interacción de las Tierras Altas-Bajas. En esta región convergen las Tierras Altas mayas y las Tierras Bajas mayas del Petén Es una de las principales rutas comerciales que unen las dos regiones (O’mansky 2004; Woodfill 2007; Carot 1989).

Un acercamiento a la cerámica de Salinas de los Nueve Cerros
Salinas de los Nueve Cerros se ubica al pie del Altiplano guatemalteco, cerca del río Chixoy (Fig.1). Salinas de los Nueve Cerros, estuvo poblada desde el Preclásico Medio y tuvo un crecimiento sustancial durante el Clásico temprano. Según la cerámica, estaba más asociada con el centro de Petén, Dillon (1987 en Woodfill y Monterroso 2011) nos menciona que Salinas de los Nueve Cerros es más similar culturalmente a las Tierras Bajas Mayas.

En cuanto a la cerámica, Woodfill y Castillo (2011), mencionan que existen tres tradiciones que se pueden observar: la de las Tierras Altas del Norte, Tierras Bajas y la de la región local, la cual está ubicada entre las anteriores, la cual es llamada Transversal.

La cerámica es el material arqueológico mayormente recuperado en las excavaciones efectuadas en el sitio. Desde que iniciaron las excavaciones en 2010, se ha recuperado más de 5 toneladas de cerámica.
Arqueológicamente, esta región es poco conocida y con una secuencia cerámica escasa, aunado a esto, tendríamos que sumarle la problemática de que la mayoría del material cerámico está muy erosionado (Castellanos et al. 2013).

Operación 21 Suboperación 21a Pozos 1, 2, 14 y 15
El barrio Tortugas 3 se encuentra al sur del epicentro de Nueve Cerros (Fig.2) en un área artificialmente nivelada junto a la Sierra Nueve Cerros. Esta operación fue excavada en la temporada de campo 2010. En contraste a la mayoría de barrios visitados e investigados durante la temporada 2010, Tortugas 3 no cuenta con su propia aguada, aunque la presencia de un pequeño arroyo al norte explica por qué los residentes no sintieron la necesidad de excavar otra fuente de agua dulce (Woodfill 2011).

Para el análisis cerámico, se tomaron en cuenta los pozos 1, 2, 14 y 15 (Fig.3) procedentes de la Suboperación 21 A. La ubicación de los pozos es la siguiente:
El basurero (SNC-21A-1 y 14)

Estos pozos fueron excavados en niveles de 10 cm cuando se llegó al nivel de basurero(a 40 cm en 21A-1, a 30 cm en 21A-13 y 14).
SNC-21A-1 (Fig.4) tuvo un total de 17 lotes, todos secuenciales, SNC-21A-14 tuvo un total de 16 lotes, todos secuenciales. Mientras que el pozo 14 (Fig.5) tuvo un total de 16 lotes.
La plataforma (SNC-21A-2)
Pozo 21A-2 (Fig.6) consistió de cuatro lotes que fueron excavados en La Plataforma del grupo Tortugas 3.
Frente a Estructura 1 (SNC-21A-15)
El pozo 21A-15 (Fig.7) fue excavado para seguir la concentración de tiestos (el posible rito de terminación), aunque sólo estaba en el lado sur en lotes 2 y 3 (20-60 cm) de estos dos pozos. El pozo estaba compuesto de 6 lotes de 20 cm de profundidad (hasta 120 cm), y llegaron a estéril en el último lote (105 cm debajo de la superficie).

Metodología
Se eligió el material cerámico procedente de la operación 21, suboperación 21 A, pozos: 1, 2, 14 y 15.
Para realizar el análisis, se utilizó como principal herramienta de análisis el denominado tipo-variedad, ya que una de las razones principales de estudio de esta operación, fue el interés cronológico y como menciona Smith et al. (1960) “La aplicación sistemática de los conceptos del tipo-variedad podría hacer posible establecer unidades cerámicas analíticas, los cuales podrían ser comparables a través del territorio Maya, para entender detalles cronológicos”. Otra de las razones por la cual se eligió utilizar el sistema tipo-variedad, es porque este permite la realización de estudios comparativos de las unidades cerámicas (tipos y variedades) procedentes de distintos sitios a un nivel muy detallado, así como también poder determinar las posibles conexiones que pudieron existir entre varios sitios (Robles 1990).
El material analizado fue de un total de más de 2500 tiestos, para los cuales se utilizo para el análisis la herramienta tipo-variedad, complementándola con un análisis modal, esto para poder tener un análisis más completo sobre los fragmentos cerámicos estudiados. Además de esto, se utilizó la tabla Munsell para diferenciar los colores de pasta, engobe, núcleo y manchas de cocción. Para el análisis modal, se tomaron en cuenta los siguientes atributos:
• Superficie
• Engobe
• Sensación al tacto de la superficie
• Dureza
• Desgrasantes
• Inclusiones
• Color de pasta
• Manchas de cocción
• Color del núcleo
• Formas

Resultados preliminares de la Operación 21 suboperación 21 A
El basurero (Pozos 1 y 14)
Los resultados preliminares de este análisis, arrojaron los siguientes datos:
El pozo 1, en su totalidad fue fechado para el Clásico Tardío, mostrando un mayor porcentaje los tipos correspondientes a la zona de la Transversal.
En la Fig.7 se puede notar los porcentajes de los tiestos identificados . La gran mayoría del total de los tiestos, fueron parte del descarte, esto debido a que los tiestos no pasaban de los 3 cm de diámetro y no presentaban alguna decoración y/o forma que permitiera su posible identificación, pero no se tomaron en cuenta al momento de realizar las gráficas.
Al igual, se puede constatar, que existe un gran número de tiestos fueron separados exclusivamente por el color de la pasta, esto de debido a que, tal como se menciona en párrafos anteriores, la cerámica de esta zona en su mayoría se encuentra demasiado erosionada.
Otros de los problemas que se puede notar, es la identificación de tipos polícromos, aunque se pudieron identificar algunos tiestos con el nombre de Polícromos erosionados, esto se pudo hacer gracias a la forma característica que son asociados a los polícromos durante el Clásico Tardío, pero el análisis no pudo llegar a proporcionar un nombre tipológico, esto debido a los tan mencionados problemas de erosión, ya que en su mayoría el engobe estaba totalmente desaparecido y únicamente quedaban pequeños rastros del engobe que poseía en algún principio.
De los tipos identificados, se pudo notar, que el grupo Osoquin es el que más sobresale, hay que aclarar que este tipo, es perteneciente a la Vajilla XXXXX Poroso Plus, del grupo Osoquin Sin Engobe, establecido por Dillon (1979: 51), este grupo cerámico solamente se encuentra presente en el sitio de Salinas de los Nueve Cerros y otros sitios de la región, tales como La Lima, La Caoba Vieja y Tres Islas (Woodfill 2007: 435-436).

Los análisis preliminares del pozo 14, revelan tipos correspondientes tanto a las Tierras Bajas (Cambio, Polícromos Tzakol y Tinaja) como a la zona de la Transversal, aunque hay una mayor presencia de los tipos correspondientes a la Transversal.
En cuanto al fechamiento, podemos considerar el contexto como Clásico Tardío, aunque hay algunos tiestos correspondientes a polícromos erosionados de la fase Tzakol.

También se pudo notar una fuerte presencia de los tipos: Subin Rojo y Osoquin sin Engobe, mientras que los demás tipos tuvieron poco porcentaje.
Como se puede notar en la gráfica (Fig.8) existe también una fuerte presencia de tiestos que sólo pudieron ser separados por el color de la pasta, al igual que algunos tiestos considerados como polícromos erosionados, esto al igual que en el pozo 1, fue gracias a una comparación en formas. Existe otra división en cuanto a los fragmentos que solamente pudieron separarse por el color del engobe, aunque como se observa es muy poca la presencia de tiestos con engobe.

Como consideraciones acerca del basurero 21 A, podemos resaltar un claro contexto del Clásico Tardío, con una mayor presencia de tipos correspondientes a la Zona Transversal, aunque también existen en una menor presencia tipos de las Tierras Bajas mayas.

Pozos 2 y 15
En cuanto a los resultados preliminares obtenidos del pozo 2, se puede observar una fuerte presencia de material correspondiente al Clásico Tardío, con tipos cerámicos correspondientes en su mayoría a la zona de la Transversal.
En comparación con los pozos del Basurero, podemos notar que hay una presencia numérica menor de tiestos con nombre tipológicos y en su mayoría, son tiestos clasificados solamente por el color de la pasta, al igual que se encuentran tiestos que solamente fueron separados por el color del engobe. Al igual que en los pozos 1 y 14, se tuvo una presencia de polícromos erosionados que fueron separados de la misma manera que en los pozos anteriores (Fig.9).

En cuanto a los resultados obtenidos en el pozo 15, se puede notar, al igual que en los demás pozos, una fuerte presencia de material asociado al Clásico Tardío y con filiación a los tipos cerámicos de la zona de la Transversal.
Al igual que en el pozo 2, se puede notar que existen más fragmentos separados únicamente por el color de la pasta en comparación al número de fragmentos que corresponden a un nombre tipológico (Fig.10).

También es importante señalar la presencia de polícromos erosionados, al igual que de tiestos con engobe, pero que por sus características (pasta, poco engobe, tamaño) no ha sido posible asignarle un nombre tipológico.

Conclusiones : una nueva perspectiva de catalogación de los tiestos
La conservación es un complemento necesario y casi de carácter obligatorio para los arqueólogos, pues con esto no sólo se previene un deterioro de los restos arqueológicos sino que también aseguramos las condiciones necesarias para futuras investigaciones.

El sistema tipo-variedad ha sido usado para la clasificación de la cerámica Maya por más de medio siglo, sobreviviendo a las recurrentes críticas hacia esta manera de clasificar los tiestos. De igual modo, diferentes unidades del sistema tipo-variedad, puede tener diferentes tipos y grados de utilidad, dependiendo de los objetivos del análisis en particular (Rice 2013).

El enfoque taxonómico sirve muy bien para lo que fue establecido, es decir, para las comparaciones espacio-temporal y contactos interculturales; sin embargo, los especialistas que no pueden resolver problemas no relacionados con tiempo y espacio adoptan una postura crítica con el sistema (Rice 2013).

Debido a la gran cantidad de fragmentos erosionados, sin formas asociadas y sin poder asignárseles una nomenclatura tipológica, bien podrían quedar incluidos en tipologías propias que se establecen para cada material estudiado. Por esta razón, la colección cerámica de Salinas de los Nueve Cerros guarda un potencial para ser catalogada bajo el sistema Multi-clasificatorio.

El enfoque de clasificaciones múltiples es una propuesta alternativa de Patrick Culbert y Robert L. Rands (2007) en el estudio de las cerámicas mayas, su finalidad es la de crear un lenguaje regional de “modos” que expresados en un sinnúmero de combinaciones bastante flexibles, que darán lugar a tipologías no jerarquizadas en la que se puede estudiar tanto el tema de la tecnología, el estilo así como el concerniente al ordenamiento de los artefactos en el tiempo y en el espacio. Atributos y Modos son las unidades menores en la separación inicial de los fragmentos (Jiménez et al. 2011b)
Hoy en día, la herramienta analítica de modos está siendo desarrollada, sobre todo en áreas en las que las cerámicas tienen acabados de superficie poco preservados o están lo bastante fragmentadas como ha sido el caso de los materiales de Chiapas y la Chontalpa de Tabasco (Culbert y Rands 2007; Jiménez et al. 2011a; Jiménez et al. 2011b; Rands 1967; San Román 2005). El enfoque Multi clasificatorio, también se le ha usado como una herramienta analítica práctica para la clasificación de materiales de pasta fina y policromía en los que se sabe que la forma, decoración y sus configuraciones estilísticas están por encima de las características de los acabados de la superficie (Jiménez 2011b).

Hay que tener en cuenta las preguntas de investigación, ya que para cada pregunta, hay una metodología para resolver. Es importante señalar que en este escrito no se minimiza la importancia del sistema tipo-variedad, ya que este es de mucha ayuda para la clasificación de grandes cantidades de material en un lapso de tiempo relativamente corto, además de que responde a preguntas de investigación referentes a cronologías y relaciones interculturales, además de proveer un lenguaje de comunicación entre los investigadores.

Se tiene que recalcar la importancia de salvaguardar la información cultural que conllevan los fragmentos cerámicos, ya que éstos proveen de una valiosa fuente de datos que es importante para armar el rompecabezas del pasado prehispánico.

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Fig.1: Ubicación geográfica de Salina de los Nueve Cerros.

Fig.2: Estructura 1, Barrio Tortugas 3.

Fig.3: Excavación del Pozo 1 en la Estructura 1, Barrio Tortugas 3.

Fig.4: Excavación del Pozo 14 en la Estructura 1, Barrio Tortugas 3.

Fig.5: Excavación del Pozo 2 en la Estructura 1, Barrio Tortugas 3.

Fig.6: Excavación del Pozo 15 en la Estructura 1, Barrio Tortugas 3.

Fig.7: Clasificación de la cerámica encontrada en el Pozo 21A-15.

Fig.8: Clasificación de la cerámica encontrada en el Pozo 21A-14.

Fig.9: Clasificación de la cerámica encontrada en el Pozo 21A-2.

Fig.10 Clasificación de la cerámica encontrada en el Pozo 21A-15.