03. Arqueología pública y turismo cultural comunitario. El caso de la zona arqueológica de la Cooperativa San Isidro, municipio de Tamanique, departamento de La Libertad

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Arqueología pública y turismo cultural comunitario. El caso de la zona arqueológica de la Cooperativa San Isidro, municipio de Tamanique, departamento de La Libertad

Introducción

La joven arqueología salvadoreña enfrenta muchos retos, entre ellos, el de establecer líneas claras de investigación con base a la realidad que se vive en términos no solo patrimoniales sino también sociales, económicos y hasta políticos. Estos lineamientos variarán de proyecto en proyecto dependiendo de la naturaleza de los mismos así como de los objetivos que se deseen alcanzar. Pero independientemente el tipo y naturaleza del proyecto arqueológico (académico o de contrato), un elemento que deberían tener en común es la dimensión social como componente transversal a partir de actividades relacionadas a la arqueología pública, especialmente porque la arqueología no puede seguir limitándose al círculo académico sino debe expandirse hacia el público general con objetivos educativos pero además, buscando la visibilidad y el reconocimiento del aporte del trabajo arqueológico en la sociedad.

Desde hace nueve años se ha venido llevando a cabo un esfuerzo de arqueología pública en la Cooperativa San Isidro (CSI), Tamanique, La Libertad. Dicha Cooperativa cuenta con un rico patrimonio arqueológico (17 sitios arqueológicos reconocidos hasta el momento) el cual aunado con el entorno natural, representa un enorme potencial en términos de desarrollo cultural y económico.

El aprovechamiento del patrimonio cultural como recurso ofrecido al público transformado en producto cultural, que al tiempo que represente oportunidades de desarrollo y garantice la integración del pasado al presente de una manera que asegure su protección y conservación en el tiempo, es el objetivo principal del proyecto planteado para esta zona arqueológica poco estudiada del país. En el presente documento se resume el trabajo hecho hasta el momento, y las reflexiones que el mismo genera.

 

Arqueología Pública. breve definición

Este término representa un abanico de posibilidades en cuanto a su actuación dentro de los territorios, a las oportunidades laborales para los arqueólogos y las formas de protección y uso del patrimonio arqueológico. Como definición simple, se puede entender a la arqueología pública como el proceso por medio del cual se logra llevar a la población todos los conocimientos adquiridos por el método científico que implica la técnica arqueológica. En ese sentido, el quehacer arqueológico cobra relevancia en la medida que no se pierde de vista la naturaleza pública del mismo logrando el fin último, que debe ser, el permear en las distintas esferas sociales tanto para el fortalecimiento de la identidad como para la garantía en cuanto a la conservación del patrimonio. “Es posible entender la Arqueología Pública como una herramienta, no solo para la concienciación e implicación de la sociedad sobre y en nuestro trabajo, sino para el propio desarrollo sostenible de la Arqueología como disciplina incluso a pie de yacimiento” (Almansa 2011:90).

Tal como lo mencionan Renfrew y Bahn (traducción de la autora) “La arqueología pública es donde los arqueólogos profesionales trabajan con intereses orientados hacia el conocimiento público, siguiendo la legislación orientada a la conservación de sitios antiguos y descubrimientos, administrando colecciones de museos, presentando el pasado al público en general, trabajando con desarrolladores para reducir el impacto de edificaciones y proyectos de construcción sobre los restos del pasado. La mayoría de arqueólogos ahora trabajan en arqueología pública más que en las universidades, tradicionalmente el hogar de las investigaciones arqueológicas” (Renfrew y Bahn 2005:164).

 

Objetivos

General

Establecer las bases de una arqueología pública en la Cooperativa San Isidro, orientada al fortalecimiento de la memoria histórica, la identidad y arraigo con el territorio y a la valorización del patrimonio arqueológico visto no solo como elemento identitario sino además como palanca de desarrollo.

 

Específicos

Convertir a la población en agentes activos de la protección, conservación y divulgación del patrimonio arqueológico con el que cuentan, a partir de un proceso de sensibilización. Dicho proceso vendrá dado a partir de la educación patrimonial tanto de la población que conforma la CSI, como de otros actores claves dentro del territorio como la municipalidad. La educación patrimonial es una de las principales herramientas de la arqueología pública, por lo que es necesario que los arqueólogos retomen el rol de facilitadores transmitiendo información básica, clara y sencilla.

De esta manera se espera que la población se apropie de su patrimonio, que lo puedan sentir tan suyo como para desear que el mismo forme parte de sus vidas cotidianas en el presente y futuro, convirtiéndolo en un referente de identidad, en ancla de arraigo para la comunidad y en un recurso valioso para el desarrollo de la misma a partir de un proyecto de turismo cultural en otras palabras, dar vida al patrimonio que hasta el momento ha permanecido inactivo, para que sea un motor de desarrollo.

Como consecuencia de las acciones anteriormente mencionadas, se espera que la población cobre conciencia de la importancia e impacto que el trabajo del arqueólogo aporta a las sociedades, develando interrogantes de nuestro pasado que ayudan a configurar su historia, fortaleciendo el presente y proyectando el futuro.

 

Antecedentes de arqueología pública en el país

De cierta manera ya se cuenta en El Salvador con experiencias relacionadas a la arqueología pública. Estas aunque no han sido desarrolladas de tal forma que abarquen todas las actividades relacionadas con el tema, son importantes ya que representan los primeros pasos hacia la consolidación de esta especialización de la disciplina en el país. A continuación se presentan muy brevemente las experiencias relacionadas a la arqueología pública (Méndez 2014):

 

Proyecto interdisciplinario El Salvador

Dirigido por un grupo de expertos japoneses que desde 1997 se enfocó en el desarrollo integral del municipio de Chalchuapa en el departamento de Santa Ana.

Este proyecto encaminado principalmente a la adecuación del sitio arqueológico Casa Blanca como parque arqueológico nacional, dentro del cual además se encontrarían un museo del sitio y un taller de añil, se orientó al desarrollo de tres ejes importantes (Ito et al. 2002):

 

  • La educación: fortaleciendo la identidad cultural salvadoreña a través de las estructuras prehispánicas (pirámides) restauradas y las piezas producto de las investigaciones y excavaciones exhibidas en el museo del sitio.
  • Turismo: por un lado utilizando los bienes arqueológicos muebles e inmuebles como atracción; y demostrando el proceso del teñido en añil a los visitantes del parque al tiempo que ellos mismos puedan decorar sus propias prendas con añil.
  • Industria: estimulando la industria local creando nuevas artesanías inspiradas en el añil.

 

Proyecto arqueológico Nueva Esperanza (Ichikawa 2011)

Las investigaciones arqueológicas en la comunidad Nueva Esperanza iniciaron en mayo del año 2007. Dicha comunidad se ubica en la zona del Bajo Lempa, departamento de Usulután.

  • Primer contacto con la Comunidad Nueva Esperanza. En el mes de mayo del año 2007, dos estudiantes de la carrera de antropología de la Universidad Tecnológica de El Salvador avisaron sobre la presencia de materiales arqueológicos en la comunidad Nueva Esperanza al Departamento de Arqueología de la entonces CONCULTURA (actualmente SECULTURA).
  • Primera excavación. Al final de las excavaciones, se realizó una charla para toda la comunidad.
  • Presentación de libro. En agosto del año 2011 se publicó el libro “Estudio Arqueológico de Nueva Esperanza, Bajo Lempa, Usulután”, escrito por el arqueólogo japonés Akira Ichikawa. En la comunidad Nueva Esperanza se realizó el evento de entrega de libro a la población, llegando delegaciones de cada comunidad del Bajo Lempa a recibir los ejemplares.
  • Retorno de los hallazgos del año 2007. La comunidad preparó un espacio para una sala de exposición y después de todo el proceso de análisis arqueológico, el material fue devuelto el 07 de junio de 2013.

 

Proyecto Cihuatán (Amaroli 2014)

Desde la firma de co-administración en el año 1999 entre la Fundación Nacional de Arqueología de El Salvador (FUNDAR) y el extinto Consejo Nacional para la Cultura y el Arte (CONCULTURA), FUNDAR ha desarrollado una serie de actividades encaminadas al empoderamiento y fortalecimiento de la identidad cultural de la población circundante al sitio arqueológico Cihuatán ubicado en el municipio de Aguilares, departamento de San Salvador e inaugurado como parque arqueológico en el año 2007.

Entre las principales actividades que se llevan a cabo periódicamente están:

  • Charlas organizadas por la alcaldía de Aguilares en las que se convoca a la población en general.
  • Atención a grupos escolares tanto del municipio de Aguilares como del resto del país, que visitan el parque arqueológico.
  • Acompañamiento a visitas especiales que hacen diferentes funcionarios públicos al parque arqueológico.
  • La participación de trabajadores locales (comunidad aledaña al parque arqueológico) en el proyecto de conservación de la pirámide principal (Est. P-7) iniciado el año 2014, es particularmente importante, ya que el contacto directo de la población con el asentamiento prehispánico, contribuye al fomento del aprecio y apropiación del patrimonio al tiempo que se vuelve una oportunidad idónea para hacer hincapié en la fragilidad del patrimonio arqueológico, y su vulnerabilidad ante la agricultura, extracción de piedra, desarrollo de lotificaciones, saqueo, etc.

 

Sitio arqueológico Tehuacán

Ubicado en el municipio y departamento de San Vicente, cuenta con declaratoria de Bien Cultural. Entre los años 2012 y 2013, se llevaron a cabo una serie de reuniones con personal de las municipalidades de Tecoluca y San Vicente, la Dirección de Arqueología de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, así como algunas personas particulares originarias de Tecoluca, quienes interesados en la protección y puesta en valor del sitio, se abocaron a esta Institución con la solicitud de apoyo en dos puntos concretos:

  • Actividades de sensibilización entre la población local respecto a la importancia de proteger y divulgar el patrimonio cultural.
  • Apoyo en la búsqueda de fondos para la compra de los terrenos en que se ubica al menos el área monumental del sitio.

 

Como respuesta al primer punto se han llevado a cabo dos charlas en el auditorio del Eco-parque Tecoluca, una en octubre del año 2012, y otra en abril del 2013. En ambas actividades han participado muchas personas, entre estudiantes y población en general que se encuentran muy interesados en el tema del patrimonio arqueológico. Más recientemente en este año, las relaciones entre las municipalidades de San Vicente y Tecoluca se han estrechado al punto de estar a las puertas de la firma de convenios marcos que permitirán la propuesta y ejecución de una serie de actividades en pro de la puesta en valor del patrimonio arqueológico de dichos municipios pero especialmente de Tehuacán. Sobre esa misma línea, se ha iniciado un proceso de sensibilización de los empleados municipales para que ellos puedan ser aliados estratégicos en la protección y difusión del patrimonio arqueológico.

En cuanto al segundo punto, en el 2014 se inicia el proceso de compra del área que conforma el centro ceremonial de la ciudad prehispánica, estando en la actualidad bastante avanzada dicha compra, esperando concluir con la adquisición de los inmuebles en los próximos meses.

 

Arqueología pública en la Cooperativa San Isidro, Tamanique

Ubicación geográfica

La Cooperativa San Isidro, se ubica en el municipio de Tamanique, departamento de La Libertad, y cubre 1,630 manzanas de terreno en la parte central de la Cordillera del Bálsamo (Fig.1). Dicha Cordillera, es una cadena montañosa que se extiende “…a lo largo de la mitad sur del territorio de El Salvador, en los departamentos de La Libertad y Sonsonate. Es una región de relieve irregular y muy escarpado, configurada por colinas que en el sector costero, descienden casi paralelas desde los 1,500 metros de elevación sobre el nivel del mar, hasta prácticamente el nivel cero” (Erazo 2003:36). Su topografía consistente en terrenos montañosos donde predominan formaciones rocosas que alcanzan tamaños considerables, los cuales en sus partes medias y altas exhiben una serie de extensiones alargadas y planas, así como grandes acantilados y depresiones entre cada uno, dificultando el acceso a los mismos. En las partes bajas existen algunas quebradas que fluyen hacia el sur así como muchos ríos entre los cuales se encuentran los ríos: El Sunzal, El Palmar, Las Hormigas, Grande o San Vicente, entre otros. Además se cuenta con abundantes nacimientos de agua que proporcionan líquido durante todo el año tanto en las partes medias (400-600m snm) como bajas de las lomas y cerros (250-600m snm); entre estos últimos se encuentran: Loma El Cabro, Cerro El Tecolote o El Pital, Cerro Cenizo, Cerro Redondo, entre otros. Su clima es cálido, perteneciendo a los tipos de tierra caliente y tierra templada.

La Cooperativa, se dedica a la producción agrícola (siendo su fuerte el café), lo que complementan con agricultura de subsistencia (maíz y frijol), la producción de miel a muy pequeña escala, y una pequeña cantidad de ganado que poseen algunas familias. Sin embargo, cuenta con otra variedad de elementos que conforman su potencial los cuales, pueden mejorar las condiciones socio-económicas actuales; entre estos potenciales está su patrimonio arqueológico.

 

Antecedentes arqueológicos

El único antecedente que se tiene de la zona que acá atañe es la del arqueólogo Stanley Boggs, quien a partir de 1980, inicia el registro de sitios arqueológicos a nivel nacional como parte de un proyecto interinstitucional encabezado por el Departamento de Arqueología y al cual se sumaron el Instituto Salvadoreño de Transformación Agraria, el Ministerio de Educación, el Ministerio de Agricultura y Ganadería, entre otros. Debido a que la intervención de tierras por la Ley General de la Reforma Agraria había iniciado poco tiempo antes, los trabajos de ubicación y delimitación de sitios se enfocaron principalmente a esas tierras intervenidas.

 

Proyecto arqueológico Tamanique

No es sino hasta el año 2007 que se retoma el tema arqueológico en esta zona, volviéndose obvio el potencial que en términos culturales representa, por lo que desde entonces se han realizado diferentes actividades enfocadas a la puesta en valor del patrimonio arqueológico con que cuenta. Todo este esfuerzo se retoma de manera más estructurada a partir del año 2011 en el marco del proyecto “Arqueología de Tamanique”. Hasta el momento son 17 asentamientos prehispánicos identificados (Incluyendo el registrado por el arqueólogo Marlon Escamilla en el año 2011 denominado El Panteoncito). A continuación se hace un breve recorrido a lo largo de los nueve años que lleva ya esta iniciativa (Méndez 2015) (Fig.2):

  1. La autora lleva a cabo una consultoría arqueológica contratada por la Cooperativa, quien en ese momento deseaba vender 430 manzanas de terreno. En esa oportunidad se registraron 4 sitios arqueológicos (El Cabro, El Güiligüishte, El Campo y El Tecolote), lo cuales quedaron debidamente delimitados en el plano de la Cooperativa. En esa oportunidad se solicitó a la junta directiva autorización para poder seguir llegando a realizar reconocimientos con el fin de verificar la presencia de más asentamientos prehispánicos.
  2. Se continuó con el reconocimiento de sitios (El Zapote, El Cañal, El Mirador), además de iniciar formalmente el trabajo de acercamiento con la comunidad. En ese sentido se desarrolló un taller con la comunidad el cual buscó la identificación, por parte de los participantes, de las ventajas que tiene el patrimonio cultural para poder darla a conoer (Fig.3).
  3. Se continua con el reconocimiento y se logran identificar más sitios arqueológicos (El Mozote, El Cusuco, El Tecolotillo). Además, como un aporte a esta zona del país, se elabora y presenta la tesis de maestría “Propuesta para el fortalecimiento económico de los habitantes de la Cooperativa San Isidro en el municipio de Tamanique a partir de la gestión sustentable de su patrimonio cultural-arqueológico”, basada en el potencial arqueológico de la misma, entregando una copia de esta a la comunidad. Dicha tesis se materializa en el “Proyecto Arqueológico Tamanique”.
  4. Este año se lleva a cabo la primera excavación arqueológica en la zona, específicamente en el sitio arqueológico El Zapote (Figs.4 y 5). Este asentamiento ubicado en la parte media de la loma conocida como Montaña el Zapote, a unos 400msnm aproximadamente, está dividido en dos terrazas que bajan de oeste a este, sobre las cuales se ubicaron estructuras. En la terraza superior se observan tres montículos alrededor de una pequeña plaza, mientras que en la terraza inferior se observan dos pequeñas plataformas de aproximadamente 2 x 2 m en planta, una al extremo norte y otra al sur. Las estructuras están conformadas por un núcleo de tierra arcillosa café rojiza, material que ha sido identificado en los estratos naturales de la zona, colocando sobre este una serie de hileras de piedras equidistantes a lo largo de la estructura a manera de graderías que al tiempo de dar estabilidad servían en uno de sus lados, de acceso a la cima de los mismos. Dichas piedras probablemente estuvieron unidas mediante algún tipo de argamasa de barro rojizo y piedrín. No se sabe si contaban con algún tipo de revestimiento o repello debido a las alteraciones por el paso del tiempo.

Al finalizar el trabajo de campo se realizó una charla informativa durante una de las asambleas generales de la Cooperativa. Cabe señalar que los trabajadores que apoyaron las excavaciones son miembros de la comunidad y se les explicó previamente los objetivos e importancia de la investigación. Además se continuó con el reconocimiento de los sitios El Cañalito, El Roble, El Carao, Los Manzanos, incluyendo su levantamiento topográfico, en el caso de El Cañalito, el mismo fue apoyado por jóvenes miembros de la Cooperativa.

  1. Se pudieron identificar nuevos sitios arqueológicos (El Zonte, El Aguacate). Este año se propuso a la comunidad iniciar a partir de un proceso más sistemático, un proyecto comunitario que vendría a ser la puesta en práctica del trabajo de tesis, y la Junta Directiva estuvo de acuerdo.
  2. Bajo la línea marcada el año anterior, en el 2015 se realizó el primer trabajo de conservación en la zona. El sitio prehispánico escogido por la comunidad para esta iniciativa fue el denominado El Panteoncito (registrado en el 2011 por el arqueólogo Marlon Escamilla). Este trabajo tuvo como objetivo principal, consolidar las bases del proceso de sensibilización, apropiación y uso responsable del patrimonio arqueológico por parte de la comunidad a partir de un proyecto de turismo cultural (Ver imágenes 6 y 7).

El Panteoncito se ubica en el sector norte de la loma El Cabro, está conformado por 35 estructuras repartidas en siete grupos. La distribución de las mismas se da a lo largo de la bifurcación de una meseta que forma dos ejes creando una L invertida. El sitio probablemente fungió como un centro cívico-ceremonial en el cual se daban practicas rituales, ejerciendo control (político, religioso, económico), vigilancia y poder político. De igual forma, es probable que el sitio sirviera como área habitacional restringida para miembros de la élite, quienes controlaban las diversas prácticas culturales (Escamilla 2014).

El proceso de conservación se enfocó en los montículos 1 y 2 (según nomenclatura del arqueólogo Escamilla). Debido a que es la primera vez que se realiza este tipo de trabajo en esta zona arqueológica, el proceso fue lento, mientras se iba tratando de comprender el sistema constructivo así como el estilo arquitectónico de las estructuras. Dentro de los resultados obtenidos con esta temporada de trabajo sobresalen:

El conocimiento que se ha podido obtener sobre los materiales utilizados para la construcción de las estructuras así como su sistema constructivo.

Aunque no era el objetivo principal (ya que esta información la tiene registrada el arqueólogo Escamilla por medio de sus investigaciones en este sitio arqueológico), durante el proceso de restauración en el que se hicieron trincheras como parte de la identificación de cimientos se pudo registrar el comportamiento estratigráfico de la zona, incluyendo la identificación del suelo de ocupación del sitio. En el área de El Panteoncito, al igual que en otros sitios de la zona incluyendo a El Zapote, las partes más o menos planas en las cimas de las lomas y cerros eran niveladas previo a la construcción de las estructuras, y es precisamente la parte superior de esa capa de nivelación, la que se ha identificado como suelo de ocupación. Dicha nivelación consistía en el retiro o relleno (según fuera el caso) de tierra y piedras, a fin de dejar un suelo plano en el que levantar los asentamientos. En El Panteoncito se observa la capa de material de relleno que varía de grosor dependiendo del relieve natural del lugar, el cual consiste en una tierra café oscura arcillosa mezclada con piedras de diferentes tamaños en proceso de meteorización, las cuales pertenecerían a una capa rocosa que conforma gran parte de la topografía de la zona, en cuya parte superior de la misma la población de esa época colocó los cimientos de las diferentes estructuras; en ese sentido, la tierra café arcillosa utilizada para la adecuación del lugar se encuentra sobre esa capa rocosa natural. Esos mismos materiales fueron utilizados en la construcción de las estructuras, además de otro tipo de piedras que igualmente se encuentran abundantemente en la zona.

El montículo 1 consiste en una especie de “cajón” rectangular formado por piedras que contienen el núcleo de la estructura conformado por tierra café arcillosa con inclusión de pequeñas piedras en proceso de meteorización en su parte superior, mientras que en la parte inferior solo se observa arcilla café. El lado sur se conforma por dos pequeños cuerpos que junto a tres gradas delimitadas por pequeñas alfardae formarían la fachada o frente del mismo. En cuanto a sus lados este y oeste, estos se forman por pequeños muros de los cuales solamente se conservan dos hileras de piedras sobre puestas. El grosor de los muros se limita también a dos hileras de piedras. La cima del montículo presente una hilera (a lo largo) de 20 pequeñas piedras que fueron colocadas superficialmente, es decir, no parecen haber sido parte de arranques. No se sabe para que pudiera haber servido dicha hilada de piedras pero la misma se observa en varias otras estructuras en otros sitios dentro de la Cooperativa, probablemente haya tenido algún uso estético pero sin más estudios comparativos en la zona, esto no puede asegurarse.

En cuanto al Montículo 2, aunque este no fue restaurado en su totalidad (solamente su lado norte), es posible decir que su planta es rectangular y que el material y sistema constructivo es similar al del Montículo 1, variando únicamente las dimensiones. Con base a la parte restaurada se puede pensar en la existencia de al menos 3 cuerpos que conformaban el montículo, dos de estos cuerpos están muy bien definidos por sus esquinas sin embargo, el tercer (parte superior del montículo) se tomó con base a una hilera incompleta de piedras que se presume era la parte inferior de dicho cuerpo. Debido a que trabajar en un solo lado de la estructura limita mucho la apreciación de los elementos arquitectónicos originales, no se descarta la posibilidad de que al llevar a cabo la continuación de la restauración, haya algunas fallas en la restauración de lo que en esta ocasión se ha hecho, mismos que podrán ser corregidos si es necesario.

Aparte de los resultados y la información obtenida a partir de los trabajos de conservación, sin duda muy importantes, igualmente significativo es el hecho de haber logrado obtener durante el proceso el involucramiento y entusiasmo tanto de la junta directiva de la C.S.I., así como por las personas que colaboraron en el trabajo de campo quienes son miembros de la comunidad, en dar continuidad al proyecto con la intervención no solo de otras estructuras en El Panteoncito para que pueda a corto plazo presentar las condiciones necesarias para recibir visitas sino además, en trabajar de la misma forma otros dos sitios arqueológicos: El Zapote y El Cañalito. Así mismo, fue notorio el interés de otros miembros de la comunidad, tal es el caso de los estudiantes de segundo ciclo de una de las escuelas de la Cooperativa, quienes llegaron a conocer los trabajos que se estaban realizando, así como la visita de otros vecinos de la comunidad que poco a poco se van dando cuenta del potencial y riqueza arqueológica con la que cuentan dentro de sus tierras y que es parte esencial de su identidad cultural.

 

Temporalidad

Por ahora solamente se puede plantear que esta zona arqueológica, o al menos los sitios identificados hasta el momento en la CSI (así como el sitio Acahuaspán ubicado dentro de la Cooperativa del mismo nombre al Este de San Isidro), probablemente corresponderían a un momento en el transcurso del periodo Postclásico y probablemente en su fase tardía, ya que no parecen haber participado de la Fase Cultural Guazapa o Cihuatán (entre el 900-1200 DC). En ese sentido, los principales argumentos en los que se sustentaría este fechamiento son las siguientes:

  • Hasta el momento no se han registrado fragmentos cerámicos de los reconocidos como marcadores para la Fase Guazapa o Cihuatán tales como Plomiza Tohil, Marihua, Polícromo Banderas, Policromo Nicoya, o Las Lajas, contrario a esto, se han identificado algunos fragmentos que aunque muy pocos, podrían representar una cerámica diagnóstica a nivel local.
  • Para la zona de la Cordillera del Bálsamo aún son pocos los sitios investigados, entre estos el Cerro de Ulata ubicado dentro del Postclásico Temprano y Cinacantán con actividad desde el Postclásico Tardío llegando hasta el momento de la conquista.

 

Por lo tanto, pensar en una época posterior al Postclásico Temprano para los sitios de la Cooperativa San Isidro sería una posibilidad. Según fuentes históricas, existían una serie de asentamientos tributarios alrededor del señorío de Cuscatlán. En los mapas presentados por Amaroli en la Revista Mesoamérica 21 (Amaroli 1991) y elaborados a partir de la Relación Marroquín, en los que se detallan los tributos de algunos de los pueblos de la provincia de Cuscatlán, es interesante ver como la zona en que se ubican los asentamientos prehispánicos registrados en las Cooperativas San Isidro y Acahuaspán quedan inmersos en esas áreas tributarias específicamente con productos como el maíz, recolección de sal, pescado y elaboración de ropa.

De comprobarse lo expuesto anteriormente sería sumamente interesante en al menos dos sentidos:

  • Podría indagarse sobre el papel que estos asentamientos jugaron como tributarios primero al señorío de Cuscatlán y luego a los encomenderos españoles (en caso que su ocupación se haya extendido hasta esos tiempos).
  • Con base a la cerámica, muy similar a Las Lajas, identificada en varios de los sitios de la zona arqueológica, habría que pensar en la posibilidad de que la misma pudiera tratarse de una especie de prolongación de la tradición alfarera, que pudo haberse mantenido con algunas variaciones hasta el Postclásico Tardío (Méndez 2015).

 

Otros esfuerzos en la línea de Arqueología Pública

Teniendo en cuenta que la CSI posee muchos potenciales aparte del tema arqueológico y teniendo como objetivo central el desarrollo de un proyecto de turismo cultural, se ha tratado de llevar paralelamente otro tipo de actividades que rescaten y vuelvan dinámico el patrimonio tanto cultural como natural que ellos poseen.

Para el tema de patrimonio natural se han llevado a cabo actividades enfocadas al rescate del uso del ojush-te (Brosimum alicastrum swartz) a partir de la experiencia conocida en El Petén,Guatemala durante una visita en el 2014 y por otro, ya que es necesario el rescate de la memoria histórica concerniente al uso de esta semilla como alternativa desde épocas antiguas en momentos de crisis alimentaria cuando el maíz no ha sido suficiente para cubrir las necesidades de la población (Ver Figs.8 y 9).

  • La visita realizada por parte de miembros de la Junta Directiva de la CSI al proyecto denominado Mana-ojushte, iniciado hace unos seis años por una mujer emprendedora del municipio de Izalco, y que tiene como objetivo dar a conocer las propiedades nutritivas del ojushte como una opción alimenticia en las zonas rurales del país que tanto se ven afectadas por el bombardeo publicitario de productos no saludables.
  • A partir de la visita al proyecto Mana-ojushte se programó una capacitación al grupo de jóvenes que participó en los trabajos de conservación en El Panteoncito. Se llevó a cabo una jornada en la cual un grupo de mujeres del proyecto en Izalco dieron a conocer los beneficios de la semilla así como la diversidad de formas en las que puede ser consumida y comercializada.
  • Se han buscado nuevos apoyos en el área de agronomía para que en la CSI se puedan sembrar árboles de ojushte, no solo por su semilla sino también por sus propiedades como arboles de sombra, que al tiempo que ayude a forestar la zona sirva también como forraje para el ganado. La Universidad de El Salvador, a través de su Facultad de Agronomía, proporcionó a la Cooperativa, en el año 2015, 40 arbolitos injertados con la idea de que en cuatro años estos puedan dar semillas que sean aprovechadas por las personas involucradas en el proyecto. Además, se está planificando gestionar la donación de más árboles por parte de esta misma institución para la reforestación de una parte de la Cooperativa que funcionará además como una parcela demostrativa.
  • Por otra parte y con la idea de hacer de la Cooperativa un punto de interés turístico, se piensa montar una sala interpretativa que complemente la información que el visitante pueda obtener con su visita tanto a los sitios arqueológicos como a las áreas naturales que esta posee. En ese sentido, ya se cuenta con el perfil del proyecto “Sala Interpretativa Cooperativa San Isidro”, para el cual ya se ha iniciado el proceso de gestión para la obtención de los fondos necesarios para su ejecución (Fig.10).

 

Reflexión

La puesta en práctica de la arqueología pública en cada una de las etapas del “Proyecto Arqueológico Tamanique” ha sido clave para la sensibilización entre los miembros de la CSI, quienes son los que a diario conviven con este patrimonio cultural del país. Concientizarlos del valor e importancia que los mismos tienen es indispensable, ya que su participación activa como guardianes de sus sitios arqueológicos puede evitar problemas graves como el saqueo, extracción de piedra de las estructuras, destrucción por cultivo u otro tipo de acciones en detrimento del patrimonio cultural. Por otro lado es importante mencionar la trascendencia que tiene el hecho de invertir y apostar por el fortalecimiento de la cultura en los territorios, ya que esto estimula y facilita el surgimiento de iniciativas endógenas orientadas a la protección del patrimonio y el rescate de la memoria histórica, al tiempo que este es utilizado como palanca de desarrollo a partir de proyectos comunitarios de turismo cultural.

En ese sentido, el objetivo principal que se espera alcanzar a mediano plazo con el “Proyecto Arqueológico Tamanique” es el de convertir esta zona arqueológica en un centro cultural que contribuya mediante su investigación, conservación y difusión a enriquecer la identidad cultural de la población en general y específicamente a los habitantes locales directamente relacionados con cada uno de los asentamientos prehispánicos que allí se encuentran, fortaleciendo así su identificación y arraigo con el territorio y su historia, aprovechando además esos recursos de manera sustentable, como estrategia para la creación de fuentes de ingreso que mejoren las condiciones de vida de su población, en la base de dos factores importantes:

  • El interés y voluntad de la población de la CSI, de proteger y aprovechar el potencial de sus recursos culturales, naturales y humanos.
  • La necesidad que existe de contar con aliados en los territorios que sean nuestros ojos y nuestra voz en situaciones que pongan en peligro la integridad de los sitios arqueológicos.

 

Se espera así que sea la comunidad misma (bajo el monitoreo de la Secretaría de Cultura de la Presidencia) la que retome en sus manos la protección y gestión del patrimonio cultural arqueológico a fin de generar procesos de empoderamiento y dinamización de la comunidad, teniendo presente que los gobiernos central y local no tienen actualmente la capacidad económica, humana, logística, etc. de dar mantenimiento a la gran cantidad de bienes muebles e inmuebles que constituyen el patrimonio cultural del país.

El trabajo iniciado en la CSI puede considerarse pionero en el país al ser un esfuerzo nacido desde el campo de la arqueología, en un proyecto que aglutina investigación arqueológica, aplicando arqueología pública en el proceso, así como lineamientos de desarrollo económico local dentro de un proyecto de turismo cultural, concebido para el crecimiento de un territorio concreto desde una visión endógena, que entre sus fortalezas tiene el hecho de que la comunidad, que cuenta con personería jurídica, es la dueña de los terrenos en que se ubican los sitios arqueológicos.

Los avances logrados hasta el momento desde la arqueología pública son importantes, ya que están sentando las bases para un proyecto de desarrollo en el que la comunidad de la CSI pueda verse beneficiada por las ventajas que representa el uso adecuado del patrimonio cultural y natural con el que cuenta su territorio. Llegar a identificar esos potenciales y poder generar en la población el deseo de protegerlos, divulgarlos y utilizarlos en pro de las generaciones presentes y futuras, será el mayor logro que pueda obtenerse desde este esfuerzo.

 

Referencias

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2005 Archaeology, the key concepts. Publicado en Taylor y Francis e-library. Disponible en http://www.ebookstore.tandf.co.uk/

 

Salerno, Virginia

2013    Arqueología pública: reflexiones sobre la construcción de un objeto de estudio. En Revista Chilena de Antropología 27:7-37. Chile.

 

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Fig. 1: Imagen satelital mostrando la ubicación de la Cooperativa San Isidro, municipio de Tamanique, departamento de La Libertad (tomado de Google Earth 2013).

 

Fig. 2: Arriba a la izquierda, imagen satelital mostrando con el círculo en negro, la ubicación de la Cooperativa San Isidro. Abajo a la derecha, acercamiento del municipio de Tamanique en el que se ubica la Cooperativa San Isidro y los sitios arqueológicos registrados (tomado de Google Earth 2016).

 

Fig. 3: Desarrollo del taller con algunos miembros de la Cooperativa San Isidro, que tuvo  como fin la identificación de su entorno a partir de la elaboración de un mapa FODA.

 

Fig. 4: Inicio de los trabajos de excavación y levantamiento topográfico en el sitio arqueológico El Panteoncito. Los trabajadores involucrados en los trabajos son de la Cooperativa San Isidro.

 

Fig. 5: Charla explicativa al final de los trabajos de excavación en el sitio arqueológico El Zapote.

 

Fig. 6: Arriba a la izquierda, el área en que se ubican las estructuras intervenidas con los trabajos de conservación en el sitio arqueológico El Panteoncito. Abajo a la derecha, detalle de las estructuras intervenidas.

 

Fig. 7: Los jóvenes de la Cooperativa que participaron en los trabajos de conservación en El Panteoncito, junto a sus familias que llegaron a conocer los trabajos que se estaban llevando a cabo.

 

Fig. 8: Donación de arbolitos injertados de Ojushte a la Cooperativa San Isidro por parte de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de El Salvador.

 

Fig. 9: Taller sobre el uso de la semilla de Ojushte en diferentes preparaciones. Dicho taller estuvo a cargo del proyecto Mana-Ojushte de Izalco, Sonsonate.

 

Fig. 10: Grupo de trabajo (miembros de la Cooperativa y personal del Ministerio de Turismo) para la propuesta de sala interpretativa que estaría instalada en el casco de la Cooperativa San Isidro (en el espacio al fondo de la imagen).