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Avances del Proyecto Arqueológico Anillo Regional en San Juan
Sacatepéquez, Guatemala
Reconocimiento y mapeos
El anillo metropolitano continuó su trazo para agilizar la construcción del mismo uniendo una sección al oeste de San Juan Sacatepéquez con el norte de Santo Domingo Xenacoj. En este trazo se realizó el monitoreo que inicia a partir de la progresiva 11+840 y finaliza en la 13+760 en el trazo. Este trazo incluyó un total tres kilómetros de la construcción. A lo largo de la misma se consideraron la evaluación del terreno, el trazo de la vía, el área de amortiguamiento y ciertas áreas de actividades complementarias. El trabajo arqueológico se realizó tomando en cuenta el lugar donde diariamente se ubicaba la maquinaria industrial, es decir, se seguía el trazo identificando y registrando las evidencias que levantaba la maquinaria (Fig.1).
Excavación y laboratorio
Los diferentes cortes mostraron diversos depósitos estratigráficos que contuvieron material cultural. Se recolectaron muestras de cerámica, lítica, hueso y otros. La recolección de datos de las excavaciones se hizo detalladamente por contexto individual en el menor tiempo posible. Durante este proceso se obtuvieron interesantes resultados, totalizando 27 salvamentos arqueológicos (Figs.2 a 5) integrados con 43 excavaciones. Los restos de los materiales arqueológicos recuperados durante las excavaciones fueron trasladados al laboratorio para su análisis y así se logro identificar una secuencia de ocupación para el área de San Juan Sacatepéquez.
Hallazgos y avances del trabajo de campo y laboratorio
Durante los monitoreos se identificaron evidencias que posteriormente permitieron el estudio y la interpretación, las cuales son de suma importancia para conocer los diferentes rasgos que pasaron desapercibidos por siglos. Los hallazgos identificados durante las excavaciones incluyeron restos de actividades domésticas tales como: pisos de viviendas, fogones, cocinas comunales, depósitos con diferentes funciones; entre estas, botellones utilizados como basureros, depósitos rituales, depósitos ceremoniales y un depósito para enterramiento en muy mal estado de conservación.
Restos de pisos de viviendas
Estos fueron registrados e identificados por los diferentes rasgos constructivos los cuales integran las áreas de actividad, como: espacios para descanso y/o reproducción, preparación de alimentos y su consumo, la producción de artefactos y desecho. Algunos de los rasgos descubiertos en estas evidencias fueron los pisos y agujeros para colocar postes para el sostenimiento de techos.
Las formas de las viviendas fueron generalmente rectangulares y sus dimensiones variadas, en uno de los hallazgos se recuperó evidencia de una estructura de forma circular. En general los pisos estaban constituidos por fragmentos de cerámica en grandes cantidades, apisonados con barro cocido de entre 0.25 m y 0.40 m de promedio de grosor. Las evidencias recuperadas nos dan un indicador que los antiguos habitantes del lugar elaboraban sus propias herramientas, por la alta concentración de desechos de obsidiana localizados en los depósitos asociados a los restos de las viviendas.
En el Salvamento 4 se localizó una ofrenda representada por dos vasijas de la Vajilla Molina Rojo del Clásico Temprano (200-550 DC).
Los restos de vasijas rescatadas demuestran que estuvieron realizando actividades de cocción para la preparación de alimentos, esto por las huellas de quemado en su parte externa, indicando que llevaron a cabo el consumo de alimentos en un área específica de las viviendas.
Cada dato recuperado nos permitió determinar cómo vivían los antiguos habitantes, a que se dedicaban, en que época del pasado habitaron esta área y según el análisis de sus materiales cerámicos y líticos, se determinó una ocupación desde el Preclásico Medio (700-400 AC), Preclásico Tardío (400 AC-200 DC), Clásico Temprano (200-550 DC) y Clásico Tardío (550-900 DC).
Canal hidráulico
Otro dato interesante es la recuperación de restos de una estructura hidráulica en uno de los sectores estudiados asociados a las viviendas, la cual probablemente permitió drenar el agua de los patios de una o varias viviendas en tiempo de lluvia para evitar las inundaciones. Otra idea es que posiblemente pudo tratarse de un canal cuya función fue la conducción de agua del río para irrigación de campos agrícolas. La evidencia fue fechada para el Clásico Temprano (200-550 DC) y Clásico Tardío (550-900 DC).
Fogones
Los fogones generalmente tienen en su interior carbón, tierra quemada y ceniza, dentro de ellos se observaron fragmentos de lítica que sufrieron fracturas por altas temperaturas y cerámica con marcas de quemado. Mediante el estudio se recuperaron cántaros, platos y cuencos que han llevado a inferir que ahí se preparaban alimentos para el consumo diario de una determinada familia. En el proceso de la recuperación se observaron en su relleno fragmentos quemados por la exposición al fuego, piedras en el interior para ayudar a mantener la temperatura en el momento de la cocción. Así como la recuperación de herramientas talladas en piedra posiblemente para destazar y preparar animales para consumo, entre ellos, manos de piedras para moler, percutores, herramientas de obsidiana como navajas, cuchillos y raspadores. En el análisis de estos hallazgos se determinó una ocupación desde el 700 AC en el Preclásico Medio hasta el 900 después de Cristo durante el Clásico Tardío.
Cocinas comunales
Cuando hablamos de Cocinas comunales: “su presencia se considera un indicativo de la existencia de cierto grado de especialización” (Stark 1985:172). El descubrimiento de esta evidencia nos indica que en este lugar existió un asentamiento con división de clases sociales.
Durante las excavaciones se evidenciaron dos cocinas comunales de grandes dimensiones y con alta concentración de materiales arqueológicos, éstas posiblemente fueron construidas para la preparación de alimentos en grandes cantidades para actividades sociales.
Estas cocinas fueron construidas con piedras pequeñas y recubiertas con barro en su lado interior como amarre de las mismas. Se identificaron piedras en el relleno, en una de ellas 1,120 y en otra un total de 1,105 piedras que eran utilizadas para guardar el calor al momento del cocimiento de los alimentos.
En ambas cocinas, según resultados de fechamiento, se estableció una ocupación para la época del Preclásico Medio (700-400 AC), Preclásico Tardío (400 AC-200 DC), Clásico Temprano (200-550 DC) y Clásico Tardío (550-900 DC).
Botellones
“Los botellones son depósitos culturales subterráneos tallados en matrices consistentes en diversos suelos estériles, durante épocas muy tempranas en lugares de las Tierras Altas de Mesoamérica y su ubicación cronológica, es característica del Periodo Preclásico Medio, asociados posiblemente con propósitos relacionados con la subsistencia de los grupos humanos, pero cuyo uso fue restringido al ser llenados, posteriormente con deshechos culturales” (Marroquín 2006).
Botellones para colocar desechos líticos
Por la evidencia recuperada posiblemente este botellón haya sido utilizado durante la manufactura de la industria lítica; ya se recuperó una muestra total de 2,322 herramientas de obsidiana y desechos de talla.
Otro indicador observado en el relleno fueron desechos de prácticas domésticas por las evidencias de herramientas para moler, tallar y trabajar piedras. Esto indica que en este lugar hubo actividades de desecho, consumo, talla de herramientas, lo cual indica un trabajo especializado, como un probable taller por la alta concentración de desechos de talla.
Según análisis este botellón fue fechado para el Preclásico Tardío (400 AC-200 DC), Clásico Temprano (200-550 DC) y (Clásico Tardío 550-900 DC).
Depósitos o botellones para basureros
Durante las excavaciones se evidenciaron restos de botellones utilizados como depósito para basura, con alta concentración de materiales arqueológicos cerámicos. Se recuperaron restos de comales, cántaros, cuencos, platos y vasos entre otros y herramientas de lítica, a través de los cuales se pueden inferir las actividades productivas de quienes los utilizaban. Es importante mencionar que varios de los basureros fueron similares por su cercanía y relación con restos de viviendas, los salvamentos que presentaron este rasgo fueron: Salvamentos 8, 6, 15, 16, 20, 21, 22, 23, 24. Durante la exploración de los botellones se obtuvo alta densidad de cerámica con señales de uso, con marcas de exposición al fuego, además fragmentos de lítica, generalmente desechos de obsidiana lo cual revela que existió una área de producción.
Una de las evidencias de relevancia es el salvamento 19, un basurero con una profundidad de 3 m, siendo uno de los más profundos de esta área hasta este momento excavado, este presentó una alta concentración de restos cerámicos y herramientas de obsidiana, por la calidad de los materiales recuperados es probable que este depósito de desechos estuvo asociado a una o varias viviendas de personas de un alto rango. Estos hallazgos han sido fechados según análisis del laboratorio desde el Preclásico Medio (700-400 AC) hasta el Clásico Tardío (550-900 DC), obteniendo datos de una larga ocupación en el área.
Depósito para enterramiento
Se identificaron restos de un posible enteramiento identificado como 5AR, una de las características observadas fue la colocación de piedras delimitando un espacio funerario de 1.10 m por 1 m. Lamentablemente no fue posible recuperar los restos por la alta erosión que presentaban, se logró recuperar evidencia cerámica que acompañaba al individuo, permitiendo fechar el entierro para el Clásico Temprano (200-550 DC).
Depósitos o botellones para colocar ofrendas
En referencia a los depósitos para colocar ofrendas, se considera que estos juegan un papel muy importante en las prácticas rituales. Entre las evidencias se recuperó un incensario en el piso de un botellón, según los resultados de análisis probablemente se trata de una época muy temprana, representando a un personaje de un alto nivel social, fechado para el Clásico Temprano (200-550 DC) a una profundidad de 1.50 m. Este incensario representa un rostro antropomorfo, con aditamentos en forma de picos en la parte superior del mismo.
Depósitos para almacenaje
La función de los depósitos para almacenaje probablemente fue para colocar algún tipo de semillas, sin embargo fue escasa la muestra de materiales arqueológicos, pero por la asociación con elementos cercanos se considera que este tipo de depósitos fueron importantes en las actividades humanas, construidos con el propósito de resguardar algún tipo de comestibles perecederos.
Esta evidencia fue fechada para el Preclásico Tardío (400 AC- 200 DC), Clásico Temprano (200-550 DC) y Clásico Tardío (550-900 DC).
Consideraciones finales
Se considera que estos pueblos desarrollaron trabajos especializados como producción de herramientas y vasijas para las actividades domésticas y rituales. Este proceso de investigación incluyó un total de 43 excavaciones arqueológicas realizadas en el Tramo 5 de San Juan Sacatepéquez, recuperándose 35,061 fragmentos de material arqueológico como cerámica y lítica entre otros. Los rasgos descubiertos como los depósitos para basura, para almacenaje de semillas y para enterramientos demuestran que un grupo de personas se asentó en este lugar y realizaban diferentes actividades para sobrevivir.
En este proyecto de construcción vial, la remoción de suelo se ha hecho horizontal, debido a esto la evidencia arqueológica se incrementa y es necesario continuar con los estudios en busca de la integración de información con la ya existente.
El objetivo principal de estas exploraciones es salvar el remanente arqueológico que permita ampliar datos que son importantes para la reconstrucción de la historia del lugar. Durante este estudio se han obtenido datos interesantes, no solo por la cantidad de vestigios arqueológicos localizados, sino también por los rasgos característicos de los mismos, que nos permiten determinar si existió un asentamiento y si es probable que las viviendas fueron de familias numerosas quienes estuvieron utilizando esta área de desecho y cocción, las dimensiones de las cocinas comunales es un indicador para considerar que cocinaban grandes cantidades de comida. La evidencia recuperada muestra una gran variedad de artefactos para diferentes usos en actividades domésticas, agrícolas y de cacería.
En resumen vemos, que gracias a estas intervenciones en las construcciones viales, sobre todo ha permitido que las evaluaciones arqueológicas lleguen a lugares de difícil acceso, recuperando valiosa información, siendo un aporte a la arqueología guatemalteca y cumpliendo con la misión de proteger el patrimonio cultural de Guatemala.
Está en nosotros apoyar la ejecución de proyectos productivos sin descuidar el rico legado cultural que hemos heredado de nuestros antepasados.
Considerando de mucha importancia las investigaciones arqueológicas en los proyectos de construcción vial, ya que hacen posible la recuperación de la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, y así poder rescatar la historia de cada pueblo.
Apoyo del proyecto a la comunidad
Este proyecto ha tenido la oportunidad de apoyar a la comunidad dentro del aspecto social, el proyecto arqueológico ha generado empleo a varios padres de familias, quienes han sido capacitados en lo arqueológico tanto en campo, como en laboratorio, convirtiéndose así en personas interesadas en proteger el patrimonio de su comunidad.
Se está promoviendo la conciencia social-cultural, integrándose así, a la misión que tenemos los arqueólogos de proteger el patrimonio, parte de ello es impartir charlas semanales a los nuevos trabajadores que ingresan al proyecto de construcción, para que conozcan el patrimonio cultural y las leyes que le protegen.
Agradecimientos
Se agradece al Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales, a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural del Ministerio de Cultura y Deportes. Un agradecimiento especial a las empresas que han apoyado la investigación arqueológica directa o indirectamente, quienes hacen posible la realización de este proyecto; Ministerio de Comunicaciones, Dirección General de Caminos, Constructora Nacional, S. A. y a la empresa donante para la realización de la investigación arqueológica.
Muy especialmente al Proyecto Anillo Regional, a todo su personal profesional y técnico, en especial al equipo de excavadores que siempre nos han brindado su ayuda y gran apoyo durante la fase de campo y laboratorio, siendo ellos elementos importantes para esta investigación.
Referencias
Marroquín, Luz Midilia
2006 Los botellones en el Valle Central de Guatemala: Rasgos y contextos. Tesis de Licenciatura en arqueología Universidad de San Carlos de Guatemala Escuela de Historia área de Arqueología
Stark, B. L.
1985 Archaeological Identification of Pottery-Production Locations: Ethnoarchaeological and Archaeological Data in Mesoamerica. En Decoding Prehistoric Ceramics (editado por B.A. Nelson), pp.158-194. Southern Illinois University Press, Carbondale and Edwardsville.
Fig. 1: Tramo 5 de la construcción vial en el Proyecto Anillo Regional en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Evidencia arqueológicas recuperadas por S. Carrillo y J. Carrillo, datos recolectados con Estación total por E. Quej y digitalizado por J. Car, CONASA 2016).
Fig. 2: Evidencias arqueológicas en el área de excavación –A-, en el Tramo 5 de la construcción vial en el Proyecto Anillo Regional. (Salvamentos recuperadas por S. Carrillo y J. Carrillo, datos recolectados con Estación total por E. Quej y digitalizado por J. Car, CONASA 2016).
Fig. 3: Área de excavación arqueológica –B-, en el Tramo 5 de la construcción vial en el Proyecto Anillo Regional. (Salvamentos recuperadas por S. Carrillo y J. Carrillo, datos recolectados con Estación total por E. Quej y digitalizado por J. Car, CONASA 2016).
Fig. 4: Área de excavación arqueológica –C-, en el Tramo 5 de la construcción vial en el Proyecto Anillo Regional. (Salvamentos recuperadas por S. Carrillo y J. Carrillo, datos recolectados con Estación total por E. Quej y digitalizado por J. Car, CONASA 2016).
Fig. 5: Área de excavación arqueológica –D-, en el Tramo 5 de la construcción vial en el Proyecto Anillo Regional. (Salvamentos recuperadas por S. Carrillo y J. Carrillo, datos recolectados con Estación total por E. Quej y digitalizado por J. Car, CONASA 2016).
Fig. 6: Estructura hidráulica fechada para el Clásico Temprano (200 – 550 d. C.) al Clásico Tardío (550 – 900 d. C.) (Carrillo, 2016).
Fig. 7: Evidencia de un fogón fechado desde el Preclásico Medio (700 – 400 a. C.) hasta el Clásico Tardío (550 – 900 d. C.) (Carrillo, 2016).
Fig. 8: Cocina Comunal fechada para el Preclásico Medio (700 – 400 a. C.) hasta al Clásico Tardío (550 – 900 d. C.), localizada en San Juan Sacatepéquez, Guatemala (Carrillo, 2016).
Fig. 9: Botellones localizados en San Juan Sacatepéquez fechados para el Preclásico Medio (700 – 400 a. C.) al Clásico Tardío (550 – 900 d. C.) (Carrillo, 2016).
Fig. 10: Incensario fechado para el Clásico Temprano (200 – 550 d. C.), localizado en un depósito en San Juan Sacatepéquez, Guatemala (Carrillo, 2016).