061. El sonido de los dioses: música, transformación y divinidad entre los mayas prehispánicos

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El sonido de los dioses: música, transformación y divinidad entre los mayas prehispánicos
Introducción

En los rituales de los mayas prehispánicos el uso de las drogas y bebidas alcohólicas funcionaba para alterar la conciencia. El objetivo era abandonar el mundo terrenal y tener comunicación con un mundo sobrenatural en donde se podían comunicar con los dioses. Igual que las sustancias alucinógenas, el sonido y la danza servían como manera de entrar en contacto con los ancestros. Mediante excavaciones arqueológicas, estudios de iconografía y arqueoacústica han podido demostrar que el uso de los artefactos sonoros y danza han servido en distintos acontecimientos desde tiempos primigenios que involucran narrativas mitológicas muy extensas.

Transformación y divinidad

Los reyes mayas fueron personificaciones de los dioses por excelencia, su poder provenía de una potestad divina para gobernar. Ejemplos de ello lo podemos encontrar representado tanto en la iconografía plasmada en los monumentos, estelas y altares, como en las vasijas prehispánicas. Evidencia de esta transformación es encontrada por ejemplo en los antropónimos de los reyes, quienes al ser inaugurados en el poder incluían muchas veces en su frase nominal el nombre de uno de los dioses del panteón maya. De esta forma los reyes se convertían en una personificación de los dioses, muchas veces ejerciendo alguna acción celestial, con lo que ostentaban y legitimaban su derecho divino a gobernar.

El nombre de Jasaw Chan K’awiil, del señorío de Mutu’l, famoso por tener uno de los ajuares funerarios más ricos en el área maya, se puede traducir como “El dios K’awiil que despeja el cielo”, o por ejemplo Yax Mayuy Chan Chaahk, del reino de Sa’al, lo traducimos como “El dios Chaahk es la primer neblina en el cielo”. Aunque los nombres propios muchas veces no son traducidos en las investigaciones epigráficas, debemos de tener claro que representan una forma inherente en que los gobernantes plasmaron su divinidad, dentro de un discurso político que servía de forma gráfica para legitimar su poder ante el pueblo, por supuesto seguidos de con el título real por excelencia K’uhul Ajaw “Divino Señor” (Fig.1).

Esta transformación divina es plausible no solamente en las cláusulas nominales de los reyes mayas, también la encontramos directamente en los atuendos y atributos que los gobernantes portaban en sus retratos.

Uno de los rasgos representativos de dichas transformaciones, en donde los atributos sobrenaturales de dioses u otras seres mitológicos se entrelazan con la figura humana de los reyes, lo constituye la llamada “Máscara de Rayos X”, que fue identificada por Michael D. Coe en su libro Lords of The Underworld publicado en 1978. Coe resaltó en la vasija ahora conocida como K533 (Fig.2a) los peculiares disfraces con los que varios personajes eran representados en la superficie de la vasija y quienes participaban en un ritual de transformación, resaltando a la vista el singular corte transversal en la máscara del traje, dejando ver tanto los rasgos humanos como los sobrenaturales en los participantes.

Escenas similares son encontradas en algunas estelas, por ejemplo en la estela 16 de Tikal (Fig.2b), se logra ver al gobernante portando una de estas máscaras, aunque mucho más estilizada que en el vaso K533 proveniente del señorío de ’Ik’a’ “Motul de San José”. Como han señalado autores como Stephen Houston, David Stuart y Karl Taube, muchas veces esta relación entre el personaje humano y transformación sobrenatural plasmada con la “Máscara de Rayos X”, es marcada por la frase ub’aahaanil “es la personificación de, es la imagen de” (Houston et al. 2006:271).

Las transfiguraciones representadas en el arte maya del periodo Clásico también abarcan una categoría de entidades sobrenaturales que pueden ser externadas a voluntad y que son inherentes a los diferentes señoríos pero también a los dioses. Conocidos como entidades wahy representan probablemente una fuerza anímica que podría categorizarse como un espíritu familiar. Los espíritus wahyis del Periodo Clásico se refieren a una entidad anímica especial y de carácter sobrenatural. Puede ser un animal, entidad, objeto, fenómenos meteorológicos o astronómicos que se externaban a voluntad. Se trata de una tercera entidad anímica distinta del O’hlis y del B’aahis. Puede adquirirse al nacer o durante la vida, puede ser heredada o adquirida por medio de ritos de petición a los dioses y señores del inframundo quienes suelen concederla durante los sueños. Los espíritus wahyis podían manifestarse en rituales acompañados de, música y sustancias alucinógenas (Fig.3).

Reyes danzantes

Muchos de los rituales en donde se representan seres sobrenaturales o en los que personifican dioses los reyes mayas, debieron haber estado acompañados por la música. Aunque muchas veces en las escenas plasmadas sobre los vasos y estelas, los músicos están ausentes, debemos tener en cuenta que tenemos muchos ejemplos paralelos en donde sí se encuentran presentes. Pionero en este campo fue Peter Mathews en los años 80, quien identificó por primera vez el logograma para bailar (Fig.4a). Los textos jeroglíficos asociados con la danza también mencionan muchas veces los objetos usados y lugares donde posiblemente se realizaron dichos bailes (Looper 2009:16).

Según el texto en la Estela 11 de Pa’ Chan (Yaxchilán), una danza llamada jasaw chan, realizada por Itzamnaaj B’ahlam II (Looper 2009:30) (Fig.4b). En el Panel 3 de Piedras Negras (Fig.4c) es representada una escena cortesana en donde participan muchos personajes. El rey entronizado al centro recibe a una comitiva extranjera que involucra al gobernante de Pa’ Chan. El texto jeroglífico principal, menciona que durante la celebración, se realizaron rituales que involucraron danzas e ingestión de bebidas fermentadas.

Música y el nacimiento de los dioses

En varias escenas pintadas en vasijas estilo códice (K6754, K1081, K4485, K1382, K1645) encontramos a un dios anciano tocando a una doncella de cuya cópula nacen varios dioses (Fig.5a y b). El texto jeroglífico asociado menciona la fecha y el verbo SIH “nacer”. La acción se desarrolla en un palacio, en donde se observan restos de bancas, columnas y cortinas, estando involucrado en algunas escenas el dios Kawiil como conducto de transformación.

El tema principal en estas escenas lo constituye el nacimiento de varios dioses, entre ellos Chaahk y Pax, que paulatinamente involucra a personajes humanos presenciando la acción, con semblanza de estar totalmente extasiados, en trance o en un estado alterado de conciencia.

En el vaso K1645 (Fig.5c) ya no aparece ni el dios anciano ni la doncella, pasan a segundo plano, pero persiste la imagen de los dioses recién nacidos, envueltos en mantas de piel de jaguar de la misma forma en que actualmente las madres de pueblos indígenas cargan a sus niños. Además, ahora aparecen dos personajes presenciando la escena, siempre destacando sus expresiones faciales en estado de trance. Un plato puesto sobre un incensario al centro de la escena, probablemente contiene un sacrificado que es ofrecido a los dioses recién nacidos, o bien puede tratarse del nacimiento de otro dios. Al fondo de la escena, sobre una banca o grada, se logran observar una caparazón de tortuga y un tambor con cubierta de piel de jaguar, con lo que el artista resalta la presencia de la música como medio para llegar a ciertos estados de trance en donde los personajes sobrenaturales, en este caso los dioses, podían manifestarse en el plano terrenal.

Cabe anotar que investigadores como Karl Taube y Francis Robicsek han analizado la misma escena llegando a conclusiones similares. Taube (1994:669-671) cree que el personaje diminuto sobre el plato, al centro del vaso, representa a un bebé sacrificado, ritual que conduce al nacimiento de los dioses, mientras que Robicsek (1981:119) cree que el infante sobre el plato es el fruto de la relación entre el dios anciano y la doncella.

Música, danza y los dioses

En el arte maya, no es raro encontrar a los dioses ligados con la música y la danza. El dios del Maíz muchas veces es representado como un experto bailarín, como en la famosa vasija K4464 (Fig.6a), conocida como “Danzantes de Holmul”. Acá lo observamos vestido con su característica falda fabricada de cuentas tubulares de jade y cargando en su espalda a un jaguar y un cocodrilo. Es común en las escenas de Holmul/Naranjo encontrar al dios joven del maíz danzando en compañía de enanos. Probablemente esto responde a ciertas creencias mitológicas locales.

Por otra parte, el Dios H (el dios del Viento y Música) tocaba tambores (Fig.6b). A través de las imágenes del Dios H y sus símbolos florales es posible encontrar la conexión entre música y fragancias; los sentidos tenían una conexión cercana a sonido y olor. La música y las flores han tenido su asociación a las prácticas rituales y trance con uso de sustancias psicoterapéuticas para alterar el estado de conciencia (Looper 2009).

Uno de los huesos del entierro 116 de Tikal (Fig.6c), que sirvió como mango de Chinchín, contiene un texto jeroglífico con el apelativo del dios del viento y de la música, asociado a un lugar o un título identificado como “el lugar de la primer sonaja”.

Otro dios que personifica a los mismos músicos es Chaahk, el Dios B. En el vaso K530 (Fig.7a) se encuentra plasmada una escena palaciega en donde el Dios B preside una ceremonia que involucra varios ancianos suministrándose sustancias alucinógenas por medio de enemas. Dichos dioses seniles interactúan con las doncellas probablemente con una connotación sexual. A la derecha de la escena se pueden ver a tres dioses Chaahk con instrumentos musicales, uno sostiene dos chinchines, mientras que los otros sostienen instrumentos de percusión.

El vaso de la transformación

En la vasija K3007 (Fig.7b) se encuentran representados al menos 18 personajes interactuando en una ceremonia sumamente compleja. Toda la escena está enmarcada por una banda celestial dándole a ésta forma un contexto mitológico y divino. El dios Pax, uno de los dioses que encontramos en las escenas de nacimiento analizadas anteriormente, preside la escena. Él se encuentra sentado haciendo un ademán con la mano denotando la elocuencia del discurso que profesa. Está sentado en un trono de piedra cubierto de piel de jaguar dentro de un palacio, con cortinas y columnas. Los cuerpos de la estructura en forma de gradas están marcados con el signo MUYAL “nube”, lo que también resalta los rasgos celestiales de la escena.

En la antesala del palacio, observamos cuatro músicos tocando varios instrumentos, entre ellos un tun, unos chinchines y un tambor. En la parte inferior se logra ver un personaje encorvado disfrazado como jaguar, quemando algo en un cuenco, probablemente alguna resina o semilla aromática. Sobre él, tres personajes sentados interactúan mientras se administran por medio de enemas sustancias alucinógenas. Al centro de la escena identificamos a los dioses S y CH, parados alrededor de un altar de piedra. Ellos también se administran sustancias alucinógenas al beber de los recipientes que sostienen entre las manos.

A la derecha de la escena se logran observar dos árboles. En uno de ellos, dos personajes humanos trepan las ramas como si fueran monos. Asociados con cada uno de los personajes antropomorfos se manifiestan seres sobrenaturales identificados como espíritus wahyis. La escena en su totalidad representa una ceremonia que involucra el ingerir sustancias alucinógenas y música, para lograr entrar en estados alterados de conciencia o trance, que es donde se puede lograr una transfiguración sobrenatural representada en este caso por los wahyis.

Conclusiones

Como hemos visto a lo largo de esta ponencia, la música y danza han desempeñado un papel importante en distintos rituales realizados por los mayas prehispánicos. Varias de las vasijas incluyen escenas enigmáticas los cuales no han sido analizado por los fenómenos sonoros y danzantes. Esto nos trae muchas posibilidades continuar con este tema, lo cual ha quedado demasiadas veces en el fondo de las investigaciones iconográficas.

Las vasijas relacionadas con el nacimiento de los dioses son parte de un mito mucho más amplio, y creemos la narrativa de ésta se encuentra relacionada con otras vasijas estilo códice, por ejemplo las escenas de la muerte del señor de los venados o de los animales, en donde aparece también la doncella a veces montando un venado.

En estudios posteriores se podrán comprender poco a poco estas escenas tan complejas que involucran muchos aspectos de la vida ritual y cosmovisión de los pueblos prehispánicos. Conforme nuevos hallazgos se van recuperando gracias a las excavaciones arqueológicas algunos de los vacíos históricos y mitológicos se van rellenando, aunque siempre el reto del investigador radica en tratar de armar este rompecabezas muchas veces con escenas aisladas que debieron formar parte, como dije hace un momento, de narrativas mucho más extensas y complejas.

Referencias

Coe, Michael D.

1978   Lords of The Underworld. Princeton. New Jersey The art museum. Princeton University.

 

Houston, Stephen; Stuart, David y Taube, Karl

2006   The Memory of Bones: Body, being and Experience among the Classic Maya. University of Texas Press, Austin.

 

Looper, Matthew G.

2009   To Be Like Gods: Dance in Ancient Maya Civilization. University of Texas Press.

 

Robicsek, Francis

1981   The Maya book of the dead: The ceramic codex; the corpus of codex style ceramics of the late classic period. University of Oaklahoma Press.

 

Taube, A. Karl

1994   The Birth Vase: Natal imagenary in Ancient Maya Myth and Ritual. En Maya Vase Book: A Corpus of Rollout Photographs of maya vases. Vol.4 (editado por J. Kerr.) New York.

 

Fig. 1: Apelativos reales que incluyen un Teónimo como parte de su nominal. (a) Jasaw Chan K’awiil “El dios K’awiil que Despeja el Cielo”. Tikal, Estela 16. Dibujo W. Coe; (b) Yax Mayuy Chan Chaahk “El dios Chaahk es la Primera Neblina en el Cielo”. Tikal, Dintel 2. Dibujo S. Martin.

Fig. 2: Ejemplos de la “Máscara de Rayos X” en el arte maya del periodo Clásico. (a) Vasija policroma proveniente de Motul de San José. Fotografía Rollout por J. Kerr, K533. Tomado de www.mayavase.com; (b) Detalle de la Estela 11 de Yaxchilan. Dibujo de I. Graham; (c) Detalle de la Estela 16 de Tikal. Dibujo W. Coe.

Fig. 3: Vaso de Altar de Sacrificios. Museo Nacional de Arqueología y Etnología de Guatemala.
Fotografía Rollout por I. Calvin.

Fig. 4: Ejemplos de danzas rituales en los textos jeroglíficos e iconografía. (a) La Pasadita, Dintel 4. Dibujo de S. Teufel; (b) Detalle de la Estela 11 de  Yaxchilan. Dibujo M. Looper; (c) Detalle del Panel 3 de Piedras Negras. Museo Nacional de Arqueología y Etnología. Dibujo A. Safronov.

Fig. 5: Escenas mitológicas en donde se observa el nacimiento de los dioses. (a) y (b) Un dios anciano sostiene una cópula con una doncella voluptuosa. (c) Dos personaje en estado alterado de conciencia presencian el nacimiento de los dioses Pax y Chaahk. Al fondo se pueden observar instrumentos musicales. Fotografías Rollout por J. Kerr. Tomadas de www.mayavase.com.

Fig. 6: Dioses relacionados con la música y danza. (a) Vaso de Buenavista, El Cayo. Fotografía Rollout por J. Kerr. Tomado de www.mayavase.com; (b) Página 21a del Códice Madrid. Tomado de www.famsi.org; (c) Uno de los huesos del entierro 116 de Tikal que sirvió como mango de Chinchín. Fotografía cortesía del Proyecto Atlas Epigráfico de Petén. Dibujo por W. Coe.

Figura 7. Escenas mitológicas que involucran a los dioses, música y transformación. (a) Chaahk preside la corte celestial y también personifica a los músicos; (b) El dios Pax entronizado, observa el desarrollo de un ritual que involucra a otros dioses y músicos consumiendo sustancias alucinógenas. Cada personaje es acompañado por su espíritu wahyis. Fotografías Rollouts por J. Kerr. Tomado de www.mayavase.com