Descarga este artículo en formato pdf
La producción e intercambio de mercancías en el Siglo Octavo en las Tierras Bajas Mayas: nuevos datos, conceptos e interpretaciones
Antecedentes
Este trabajo se desarrolló a partir de colaboraciones recientes entre los arqueólogos del Proyecto Cancuén, economistas y antropólogos quienes son especialistas en la producción de mercancías y en los sistemas de intercambio a todos los niveles. Las colaboraciones reportadas aquí con los economistas, sobre el aspecto específico del estudio de la economía, desplazaron nuestro debate de una dialéctica interna y coloquial que es en realidad más sobre la historia de los estudios Mayas de economía, a estudios que analizan las economías Mayas antiguas en términos contemporáneos significativos y con mayor especificidad. Algunos economistas han notado que en muchas cuestiones económicas los Mayistas están solamente comparando con “lo que muchos Mayistas habían pensado antes” y las declaraciones son a menudo incorrectas afuera de ese contexto de mira estrecha. En un sentido similar en cuanto al sistema general, en una síntesis excelente y crítica por Isaac (2013) en relación con las economías de mercado mesoamericanas, él señala que en realidad estamos tratando de evaluar el grado de “comercialización” o “el tamaño del sector comercial” de las economías precolombinas y que en general las sociedades Mesoamericanas tenían economías que eran limitadas en su nivel de complejidad y sector comercial.
También, el economista Bart Víctor ha señalado, que la mayor parte de la discusión sobre la naturaleza de la antigua economía Maya fue incorrectamente “invertida” en la metodología interpretativa, en que hemos estado tratando de saltar a caracterizaciones generales de la economía o grandes partes de ella con un lenguaje vago, y sin construir primero sobre estudios e hipótesis específicas de los elementos dentro de esa economía. Por lo tanto, nuestras conclusiones son prematuras para los Mayas, y se necesita trabajo para obtener una mejor comprensión de por lo menos algunos de los elementos individuales de la economía Maya ante los eruditos que discuten sobre caracterizaciones globales vagas, o simplemente notan la variabilidad económica de los antiguos Mayas.
Como una contribución hacia la construcción de los elementos individuales de la economía Maya y el cambio económico, Cancuén proporciona evidencia detallada y cronológicamente muy bien controlada sobre un aspecto específico de la economía Maya: el intercambio a larga distancia de mercancías y las redes de mercancías de los Mayas Clásicos y sus implicaciones para otros aspectos de la economía política del Clásico Maya. El progreso hacia la “maximización del valor” de la evidencia Maya requiere la colaboración de verdaderos economistas profesionales y antropólogos economistas, que sean expertos específicamente en el procesamiento de mercancías de larga distancia y sistemas de intercambio en sistemas económicos occidentales y no occidentales.
Historia de la economía de Cancuén y el surgimiento de su poder económico
Diecisiete años de trabajo en Cancuén y en los sitios y fuentes a lo largo de sus rutas de comercio internacional también tiene mucho que decirnos sobre otros aspectos de la economía política Maya, su definición, los agentes, las rutas cambiantes de los sistemas de intercambio, la legitimación ideológica, y el papel de cambio económico en el colapso de las Tierras Bajas del Sur (p.e. Andrieu et al. 2012; Andrieu et al. 2014; Demarest 2013; Demarest et al. 2009, 2013, 2014; Torres et al. 2013, 2015).
Un elemento para el cual Cancuén tiene una evidencia excelente es la creciente importancia de una clase noble/comerciante y de segmentos relacionados de la economía. Mientras que arqueólogos como McAnany y otros, y varios epigrafistas han discutido esto, sus hipótesis se han basado en gran medida en la iconografía, paralelos etnohistóricos, un poco de epigrafía y arquitectura y arqueología que es del siglo noveno o posterior. En Cancuén ese cambio en el aspecto comercial de la economía y de los agentes está trazado muy claramente en el sitio con una amplia evidencia arqueológica dura, la mayoría muy bien fechada a periodos cortos bien fechados en el siglo octavo.
En Cancuén la delegación del poder económico a una clase mercantil ascendente de élite se ve en toda su iconografía, epigrafía, etc., pero también con el análisis de la naturaleza y las fuentes geográficas de materiales, tratamiento de los artefactos y el trazado de sus distribuciones respecto a la arquitectura y los puertos (p.e. Demarest et al. 2014). El enorme y profundamente investigado “palacio” de Cancuén se habría desarrollado, para el año 760 DC, en un gigante complejo creciente de docenas de audiencias hermosas, pero pequeñas, con retratos de estuco individualizadas de las élites por encima de las puertas de un número de ellos y teniendo sólo dos áreas residenciales muy pequeñas de realeza (Barrientos 2014). También hubo estructuras político-administrativas de élite y más importaciones en cada uno de los puertos bien definidos y los patrones de distribución de las mercancías indican un control del intercambio por parte de comerciantes de élite (véase abajo).
El cambio radical en todos estos elementos está fechado con gran precisión, dividiendo el siglo octavo en cuatro periodos y con periodos de veinte o diez años, del 760 al 800 DC, y a partir de una serie de fuentes de fechamiento absolutas y relativas. Esa secuencia muestra cambios hacia una economía más compleja, con más poder económico y político dividido cambiante, y en cada uno de los cuatro periodos cada vez más rutas comerciales extensas (Fig.1). Hay también un cambio claro de Petén hacia rutas y materiales de las Tierras Altas y el pie de monte de la Transversal del Norte, y cada vez más socios comerciales distantes y fuentes de artefactos, del 740 al 760 DC, luego del 760 al 780, luego del 780 al 790, y luego del 790 al 800 DC. Como se indica en la tabla de la Fig.2, estos periodos fueron bien fechados y también corresponden a cambios en la secuencia del tratamiento de mercancías. Entre el 657 al 735/740 DC el rol inicial para Cancuén fue como un puesto fluvial de avanzada estratégico, ubicado en la cabeza de navegación del Río La Pasión, para el control del acceso fluvial a bienes de las Tierras Altas por parte de la hegemonía de Calakmul. Luego comenzó a florecer del 735 al 760 DC como un centro económico del transporte creciente, como parte de la hegemonía de Dos Pilas-Petexbatun.
Posteriormente Cancuén cambió radicalmente en 755/760 DC, a un centro muy rico y de auge rápido de importación/exportación y en 760 a 780 movió sus rutas lejos de Petén y del colapso y el caos río abajo en río La Pasión y las rutas se desplazaron hacia las rutas del altiplano y la Transversal, y ampliaron su red de importación/exportación en la ruta de la Transversal hasta Tabasco. En este periodo se construyó más arquitectura de puertos y las primeras etapas del cambio del palacio de una residencia de realeza a un enorme complejo administrativo/ritual. También se inició una importación/exportación de obsidiana de escala mucho más masiva, y se añadió a sus actividades económicas de la obsidiana el procesamiento preliminar y final, por lo tanto, añadiendo dos etapas de diferenciación de mercancías en los términos discutidos abajo. Luego, desde 780 a 790, la red de intercambio más lejos como a Veracruz al noroeste y a Honduras y, posiblemente, Belice, al este y sureste.
Por último, de nuevo muy bien fechado en su periodo del 790 a 800 DC, se produjo un cambio hacia el aumento de las importaciones de Veracruz/Tabasco, una extensión aparente de la influencia ideológica y política de Cancuén a lo largo de la Transversal, y una adición a las actividades de Cancuén de un gran taller que llevaba a cabo una etapa inicial del procesamiento de jade. Esta solo fue la producción de preformas para exportación, la segunda mayor etapa de la “diferenciación de la mercancía” del jade (p. ej. una etapa significativa del mejoramiento del valor). Hay que notar que el taller de proceso de preforma del jade solo existe en el periodo del 790 al 800 DC. La datación de estas etapas y actividades es clara, y ampliamente aplicable a la mayoría de los contextos en el epicentro peninsular y las afueras.
De este modo, para 786/790 Cancuén era un sitio rico, poderoso económicamente, con riqueza e importancia económica expresada en la arquitectura, concha, monumentos, uno de los mayores “palacios” en el mundo Maya (aunque en realidad sea un palacio administrativo estilo “Clásico Terminal”), un enorme corpus de retratos de estuco y otras esculturas, múltiples palacios de élite (¿comerciantes/nobles?), la evidencia de mayor escala de importación/exportación y procesamiento de obsidiana en las Tierras Bajas Mayas, y muy grandes cantidades de importaciones procedentes de todas partes de Mesoamérica oriental.
Intercambio de importación/exportación y la diferenciación del valor de la mercancía
Volviendo a la cuestión de las mercancías y los sistemas de intercambio de la mercancía utilizando la inusualmente rica evidencia de Cancuén, en la (Fig.2) hay una síntesis preliminar y especulativa muy simple sobre obsidiana y jade, algunas de las mercancías de Cancuén, con sus fuentes, rutas, agentes y redes de importación y exportación. En este artículo el enfoque es analizar las etapas en términos de la economía del intercambio de mercancías y específicamente sistemas de diferenciación y revaluación de mercancías y el posicionamiento de Cancuén en las secuencias de etapa de la mercancía hechas por economistas.
Lo que es más importante a entender es que la naturaleza y el valor de estas mercancías no pueden ser definidas o identificadas en términos de materiales, por su valor inherente o significado simbólico o incluso por sus funciones, sino sólo como un punto en el proceso de valoración de la mercancía. Su significado, identidad y valor en Cancuén es específico de Cancuén en sí y no parte de algún valor o significado establecido imaginado –ni sagrado, profano, inalienable, precioso, etc. En ese sentido, el extenso trabajo de la co-autora Andrieu, iniciado en 2009 y que sigue en la actualidad, sobre el jade y en especial el jade de Cancuén, abrió una puerta que llevó a interpretaciones más complejas de las economías de las mercancías de Cancuén (p.e. Andrieu et al. 2012, 2014). Su trabajo, combinado con nuestras excavaciones completas de los lugares implicados, dio lugar a interpretaciones en Cancuén que identifican una “mercantilización” de su jade. En Cancuén el jade fue tratado como una mercancía, y no como un bien sagrado, ni propiedad inalienable, sino como una mercancía que alcanzó un valor bastante alto. Hay que tomar en cuenta que incluso la hipótesis temprana de David Freidel y Kent Reilly (2011) de que las celtas de jade o preformas podrían utilizarse como “capital almacenado” va de la mano con estas mismas líneas, al menos en términos de hacer una hipótesis sobre su función puramente comercial para el jade en algunos puntos de su gama de funciones. Pero en Cancuén toda la evidencia demuestra que este tratamiento del jade fue en términos comerciales, especialmente en el periodo del 790-800 DC.
Sin embargo, este tipo de pensamiento aquí es replanteado y reconceptualizado en el contexto del análisis económico contemporáneo del intercambio. En este caso, la visión de Andrieu sobre la mercantilización del jade (Andrieu et al. 2014) sigue siendo, sin embargo, un tanto “alrevesada”. La altamente valorada y a menudo sagrada sustancia del jade no debe ser conceptualizada como “mercantilizada” en Cancuén, ni tampoco debemos pensar en el jade siendo “convertido en” capital almacenado como indica la hipótesis de David y de Reilly. Más bien, como los diamantes, el lapislázuli, y otras piedras preciosas y la mayoría de otras sustancias intercambiadas, el jade comienza el proceso económico como una mercancía modestamente valorada o de gran valor (dependiendo del conocimiento de quienes lo extraen). A continuación pasa a través de varias etapas, conscientes en inconscientes, de diferenciación de la mercancía o diferenciación del valor en sus diferentes fases de transporte y procesamiento. Como parte de este proceso, el valor es a menudo manipulado en gran medida por la agencia de conciencia de los agentes a lo largo del camino, sobre todo en los principales puntos de diferenciación como Cancuén.
Por lo tanto, las mercancías, incluso el jade, adquieren mayor valor comercial, y a veces ideológico, para los actores/clientes, mientras se mueven a través de la red de sus fuentes a sus consumidores finales. Mercancías no tienen ningún valor intrínseco sino mercancías de bajo valor, mercancías de valor modesto, mercancías de alto valor, o mercancías controladas por las normas suntuarias, e incluso mercancías altamente valoradas ideológicamente, “bienes sagrados” y/o “propiedad inalienable” designan diferentes puntos en una cadena procesual –aunque algunos bienes (por lo general de valor rebajado) experimentan dentro de una secuencia de diferenciación de la mercancía, mucho menos cambio en el valor económico y definición cultural que otros.
La secuencia de diferenciación, revaluación del jade como mercancía
El jade de Cancuén, en la jerga económica, es una “mercancía de alto valor” bastante típica, incluso en su contexto Maya antiguo. A la luz de su valor económico e ideológico cambia a cada fase de su proceso de diferenciación y revaluación: 1) Comienza como una mercancía con valor significativo, pero aun modesto, en los muy abundantes afloramientos de la Verapaz en el altiplano, que han sido físicamente localizados por Andrieu et al., donde poco o ningún trabajo está involucrado en su recolección. 2) Aumenta su valor a medida que llega a Cancuén en forma de trozos o pedruscos de jade, donde es tratado como mercancía con un valor un poco más alto, pero en realidad las partes menos brillantes y menos translúcidas de las rocas, que podrían tener un valor significativo en otras partes, son simplemente basura en Cancuén. Desde Cancuén, antes del 786/790 DC, era solamente transportado probablemente. 3) Pero después de 790 DC pasó a través de un estado significativo, u “ola”, en la revalorización, a través de lo que es de hecho, una muy típica diferenciación de la mercancía. Esa etapa está claramente identificada por el único taller de jade en Cancuén, alrededor del 790 al 800 DC, donde no se llevó a cabo un trabajo “artesanal”, si no que los pedruscos de materia prima fueron quebrados y luego las vetas de jade verde de alta calidad, muy brillante y semi- traslúcido, eran extraídas y quebradas o molidas para hacer preformas burdas de jade o cuentas, casi exclusivamente para exportación.
Mientras que la revalorización de las mercancías se produce a través del movimiento que pasa por los sistemas de intercambio, hay etapas notables o puntos críticos de mayor, y a menudo organizada, en su diferenciación y revaluación, y Cancuén es claramente una. Las preformas de jade de alta calidad exportadas por Cancuén tendrían un valor mucho más alto, pero siguen siendo una mercancía cuya diferenciación en cualquiera de los bienes de mercado de alto valor está limitada por normas suntuarias, control de mercado o dioses patrones, o en bienes sagrados y/o la propiedad inalienable, todo lo que ocurrió más tarde en la cadena en o cerca de su centro de distribución final. Es en esos centros “consumidores” de las Tierras Bajas de Petén donde la fase final que el muy difícil proceso del tallado del jade crea una variedad de artefactos, produce por mucho, la mayor diferenciación de la mercancía, dividiendo el jade en las diversas categorías traslapadas de alienable o inalienable, sagrado o simplemente precioso, estado o mecenazgo, o bien de mercado restringido.
Ejemplos para comparación: la secuencia de revaluación de diamantes
Hay muchos estudios realizados por nuestros colaboradores, economistas y antropólogos economistas, así como otros, no sólo sobre los sistemas de mercancías, sino específicamente de los sistemas no occidentales, y especialmente de la participación y la agencia de las comunidades indígenas y las familias individuales en tales sistemas. En el caso del jade, una mercancía de alto valor al final de su proceso de diferenciación era notablemente parecido al de los diamantes, o por lo menos igual que el sistema de mercancía africano de antes de 1940. Este ejemplo paralelo esta presentado en la tabla de la Fig.5. Como acotación, las etapas de la red de intercambio del cacao eran muy parecidas a las actuales de los granos de café arábica Maya de alta calidad (Fig. 6).
En Sudáfrica por ejemplo, se extraían trozos burdos con contenido de diamante por mano de obra poco calificada y poco valorada, como una mercancía de alto valor puramente comercial. Entonces los comerciantes de Johannesburgo los dividían en los componentes más puros, una diferenciación de la mercancía para la exportación que aumentaba considerablemente su valor comercial, y luego los transportaban especialmente a Bélgica, incrementando más el valor a través de la distancia.
En Bélgica eran (y muchos siguen siendo) procesados por verdaderos artesanos, a menudo linajes de especialistas judíos, con una fuerte identidad de artesano a partir de su oficio, y ahí los diamantes en bruto se sometían a un segundo gran salto (“fase” u “ola”) en la diferenciación y la revaluación tanto en términos comerciales como ideológicas, en los que se clasificaban dentro de categorías más específicas y luego se transformaban en diferentes (y diferentemente valoradas) formas facetadas.
Entonces otra etapa importante en la diferenciación, la revaluación y la redefinición se produce cuando los diamantes llegaban a Londres o Nueva York, donde otros artesanos, también con una fuerte identidad relacionada a su oficio, los combinaban con metales preciosos (que llegan a través de sus propias cadenas de diferenciación de mercancía).
Finalmente ellos los transformaban en anillos, collares, etcétera, que son objetos aún más valorados, diferenciados, e identificados, y que muchos de los cuales eran comercialmente adquiridos pero luego obsequiados a personas amadas y, con los anillos de compromiso por ejemplo, es sólo entonces que se sometían a una nueva etapa conceptual, ya que se convertían en “propiedad inalienable” de prometidos (o esposas o amantes), con una serie de valores ideológicos poderosos. Todo esto es parecido a lo que, probablemente, pasó son el jade y sus transformaciones, y después de 790 DC. Cancuén estaba en una etapa del sistema más temprana y más comercial, donde se eliminaba la corteza del jade y las porciones de alta calidad se extraían, en este caso diferenciadas literalmente en segmentos puros, algunos transformados en preformas.
Cancuén no es como Bruselas, con sus artesanos con un estatus e identidad especial, ya que en el sitio definitivamente no hay talleres de artesanos identificados, y solo un taller de cualquier tipo. Muchos datos y estudios de Andrieu, Torres, Forne, y otros (p.e. Andrieu et al. 2012, 2014; Torres et al. 2015) interpretaciones anteriores de Cancuén como una ciudad de “artesanos” las cuales reiteran una y otra vez las hipótesis sobre otros talleres citando muy parcial, incorrecta y contradictoriamente reportada información solamente de datos de 1999 a 2003 y sin ningún control cronológico (e.g. Kovacevich 2007, 2013).
Por lo tanto, en este paralelo simplificado Cancuén es como el Johannesburgo de antes, procesando el jade como una empresa puramente comercial con mano de obra no calificada para la diferenciación inicial antes de la exportación, un proceso que parece estar controlado por los comerciantes, dada la evidencia de la distribución (véase más adelante). Hay que tomar en cuenta que esta etapa dominada por comerciantes en Cancuén, de alto valor de diferenciación de la mercancía, y su taller de preforma no estuvo presente en Cancuén hasta después del 786/790 DC. Antes de 786/790 Cancuén probablemente estuvo sólo involucrada en la importación, y luego transporte de exportación del jade en bruto sin procesar desde sus puertos, dado que no hay pruebas de procesamiento temprano de jade en Cancuén. Sistemas similares de mercancías pueden ser postulados para otras importaciones especiales como las plumas de quetzal o pieles de jaguar, basado primordialmente en evidencias circunstanciales como se explica en la tabla de la Fig.2, y un poco en evidencia dura.
Pero la revaluación de la mercancía también se pueden identificar claramente en el masivo “negocio” de importación lítica de la obsidiana, por mucho el más grande de cualquier centro Maya clásico, pero ese es el tema de otra ponencia y, como se puede ver en la Fig.2, el intercambio de la obsidiana en Cancuén es mucho más complejo porque incluye la exportación de núcleos preparados y de navajas terminadas. Así, en Cancuén varias etapas de diferenciación de la mercancía están presentes y también, a diferencia de jade, hay mucho consumo local, pero sólo en el epicentro y eso parece suceder a través de la redistribución estatal, mientras que la mayor porción de la obsidiana exportada fue probablemente controlada por comerciantes, dada su distribución.
Distribución y control
Con los diamantes, metales preciosos en minerales metalíferos, e incluso las exportaciones de mercancías comestibles de alto valor (como el té más fino, café arábica del altiplano guatemalteco, o brócoli orgánico, etc.) en las zonas de origen y/o los puntos principales de diferenciación, un patrón común de distribución es uno de grandes cantidades en la elaboración y/o exportación, pero muy poco, a veces virtualmente inexistente de consumo local. Los arqueólogos de Cancuén han estado muy confundidos en gran medida en que en el sitio, en el periodo del taller de preforma que va del 790 al 800 DC, con sus miles de piezas de jade y restos de talla, hay menos consumo de jade en artefactos tallados en sus contextos que en cualquier otro sitio de su tamaño. Esto no es solo cierto para las sepulturas no de élite o de clase media, sino para todos los contextos incluyendo 120 sepulturas, un entierro real, y los ricos depósitos de bienes muy finos encontrados en las tres sepulturas cisternas sacrificiales masivas de nobles y realeza. En Cancuén la gente era “pobre de jade” realmente. [Hay que notar que los jades finamente tallados de Cancuén, ilustrados en una serie de artículos confusos no pertenecientes al proyecto, como se mencionó arriba (p. ej. Kovacevich 2007, 2013), son de hecho fechados con seguridad cerca de 50 años antes que el taller incluso existiera].
En países pre-capitalistas o modernos menos desarrollados este patrón es común, cuando el procesamiento inicial del producto y la exportación está controlada por “comerciantes de élite” con muy poca distribución local en sus regiones. En contraste, en general con el control estatal, hubo mucha más distribución local pero a élites a través del mecenazgo. En casos de mercado “libre” o de control artesanal hay mucha más distribución local a varios niveles. Así que como otra evidencia, esta sugiere de nuevo el control del taller de preformas en Cancuén por parte de los comerciantes y, que el jade fue una mercancía no para consumo local, sino para exportación.
Obsidiana y otras mercancías
Hay que notar que el patrón en la diferenciación de la obsidiana y la distribución local es muy diferente y más complejo. Es un patrón bimodal con 1) amplia obsidiana en el epicentro peninsular, pero 2) en contraste es casi ausente en el área mayor del sitio. Lo último es verdaderamente remarcable dada la evidencia ya revisada de la producción y exportación de más de 100,000 navajas y cientos de núcleos preparados en el periodo del 760 al 800 DC, realmente más probable del 780 al 800 DC. Victor y los colaboradores economistas afirman que ello sugiere un probable control del estado y mecenazgo, o redistribución “salarial” en la península, coincidiendo con la hipótesis de Andrieu sobre el control del estado basado en depósitos de núcleos en contextos élites o reales (Andrieu et al. 2014). Sin embargo, el control y exportación de las tres formas de productos diferenciados (navajas, núcleos medio trabajados, núcleos no usados), fue probablemente bajo el control de los comerciantes nobles. Esto no sorprende, dada la presencia de estructuras político-administrativas y cerámica de pasta fina de tipo más común en los puertos.
Hay que tomar en cuenta que estas hipótesis sobre la identificación de los agentes podrían aplicarse a otros materiales que probablemente pasaron en el periodo del 760 al 800 DC, tales como el cacao de alta calidad (como se registra para los tiempo del contacto, y detallado por Caso, Aliphat, y Van Akkeren) que estaba en gran medida sin procesar. Y posiblemente también al algodón, sal, pirita, y quizás plumas de ave y pieles de jaguar.
Todas estas hipótesis que interpretan los patrones de distribución están apoyadas por la revaluación de la mercancía y los marcos de diferenciación. Sin embargo, la mayoría aun son hipótesis que requieren más evidencia, pero para la obsidiana y el jade pueden analizarse posteriormente, mediante el análisis estadístico de los miles de artefactos ya recuperados, pero necesariamente subdivididos por periodos para tales aplicaciones.
Conclusiones
El trabajo de Andrieu et al. y los estudios de contextos y artefactos por Torres et al. han demostrado, como se ha publicado por los últimos años, que Cancuén estaba involucrado en el “negocio” de la exportación de jade, es decir el jade como una mercancía “alienable”, no un bien “super-sagrado” o inalienable. Es esta visión la que nos ha llevado a estas colaboraciones que tratan de definir más específicamente la importación de mercancías, la exportación, y el procesamiento parcial en Cancuén, y por extensión a la importación/exportación de sus otras mercancías, y todo esto solamente se puede comprender con los conceptos formales de cadenas de diferenciación y revaluación de mercancías. Se puede ver como en la tabla de Fig.2 se ven los cambios sobre tiempo en esos sistemas.
Con ayuda de los economistas se puede ver en este caso que es un error común caer en el pensamiento esencialista sobre conceptos como “mercancía”, “precioso”, “común o artesanal”, “comercial”, “bien sagrado”, “propiedad inalienable” en incluso “mercado” versus “redistribución”, etc. Estos suenan como sustantivos diferenciados, pero en realidad son evaluaciones relativistas sobre posicionamientos en una secuencia cambiante del valor. Bienes como jade u obsidiana u otros son todos elementos cambiantes en un proceso de sistemas de diferenciación de mercancías. Es necesario identificar e interpretar cada etapa específica, o punto en la secuencia de diferenciación de la mercancía que está más pronunciada en la evidencia de los sistemas de intercambio de larga distancia.
Cancuén es muy útil para esto, precisamente porque es un sitio con una función muy específica: el comercio de mercancías. A partir del periodo subdividido de su historia que va del 760 al 800 DC., tuvo una función específica involucrando muchos materiales: el intercambio de importación/exportación de larga distancia. Eso fue lo que ellos hicieron, eso es lo único que hicieron, y en este caso (y contrario a mi perspectiva general) incluso los sistemas ideológicos y los escenarios rituales del sitio fueron destinados específicamente a socios comerciales particulares en materiales de fuente específica para importación, exportación, y diferenciación de la mercancía (p.e. Demarest 2013). También en Cancuén la ventaja de tener una amplia cronología muy refinada es que se puede detectar cambios en sus actividades económicas.
Por lo tanto, los estudios de Cancuén y los estudios regionales ahora son ricos, pero específicos en tiempo, espacio, y temática. Estos estudios en curso no revelan “la naturaleza de la economía Maya”, pero ojalá que ellos puedan elucidar la naturaleza cambiante de estos elementos específicos de comercio de los Maya Clásicos y sus implicaciones.
Referencias
Andrieu, Chloé; Melanie Forné y Arthur Demarest
2012 El Valor del jade: Producción y distribución del jade en el sitio de Cancuén. En El Jade y Otras Piedras Verdes: Perspectivas Interdisciplinarias e Interculturales (editado por W. Wiesheu y G. Guzzy), pp.145-180. Colección Científica, Instituto Nacional de Arqueología e Historia, México.
Andrieu, Chloé, Edna Rodas y Luis F. Luin
2014 The Values of Classic Maya Jade: A Reanalysis of the Cancuén’s Jade Workshop. Ancient Mesoamerica 25:141-164.
Barrientos, Tomás
2014 The Royal Palace of Cancuén: The Structure of Lowland Maya Architecture and Politics at the End of the Late Classic Period. Ph.D. dissertation, Department of Anthropology, Vanderbilt University, Nashville.
Demarest, Arthur
2013 Ideological Pathways to Economic Exchange: Religion, Economy, and Legitimation at the Classic Maya Royal Capital of Cancuén. Latin American Antiquity 24:371-402.
Demarest, Arthur A.; Chloé Andrieu, Paola Torres, Mélanie Forné, Tomás Barrientos y Marc Wolf
2014 Economy, Exchange, and Power: New Evidence from The Late Classic Maya Port City of Cancuén. Ancient Mesoamerica 25:187-219.
Demarest, Arthur; Horacio Martínez, Paola Torres, Monica Urquizu, Matt O’Mansky, Marc Wolf, Miryam Saravia, Yasmin Cifuentes, Iyaxel Cojti, Chloé Andrieu, Juan Francisco Saravia, Luis F. Luin, Carlos Fidel Tuyuc y Justin Bracken
2013 Las dinámicas de interacción de tierras bajas con el altiplano: Descubrimientos en Cancuén y la Alta Verapaz. En XXVII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala 2013 (editado B. Arroyo, L. Méndez Salinas, y L. Paiz Aragón). Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
Demarest, Arthur; Horacio Martínez, Marc Wolf, Paola Torres, WaleskaBelches, ChloéAndrieu, Luis F. Luin, MattO’Mansky y Claudia Quintanilla
2009 Economía interna relaciones internacionales de Cancuén y de sitios de su reinado. En XXII Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2008 (editado por J. P. Laporte, B. Arroyo, y H. E. Mejía), pp.655-674. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.
Freidel, David y F. Kent Reilly III
2010 The Flesh of God: Cosmology, Food, and the Origins of Political Power in Ancient Southeastern Mesoamerica. En Pre-Columbian Foodways. Interdisciplinary Approaches to Food, Culture, and Markets in Ancient Mesoamerica (editado por J. Staller y M. Carrasco), pp.635-680. Springer Press, New York.
Isaac, Barry L.
2013 Discussion: Merchants, Markets, and Exchange in the Pre-Columbian World. En Merchants, Markets, and Exchange in the Pre-Columbian World (editado por K. Hirth y J. Pillsbury), pp.435-448, Dumbarton Oaks: Washington D.C.
Kovacevich, Brigitte
2007 Ritual, Crafting, and Agency at the Classic Maya Kingdom of Cancuén. En Mesoamerican Ritual Economy, Archaeological and Ethnological Perspectives (editado por E. Christian Wells y Karla L. Davis-Salazar), pp.67-114. University Press of Colorado, Boulder.
2013 Craft Production in the Maya Lowlands: A Jade Case Study. En Merchants, Markets, and Exchange in the Pre-Columbian World (editado por K. G. Hirth y J. Pillsbury), pp.255-282. Dumbarton Oaks, Washington, DC.
Torres, Paola; Miryam I. Saravia Orantes, Juan Francisco Saravia y Carlos Fidel Tuyuc
2013 Resultados cerámicos del sitio de Cancuén y Raxruha Viejo: Perspectivas generales. En Proyecto Arqueológico Cancuén: Informe Final No. 13, Temporada 2013 (editado por A. Demarest y H. Martínez), pp.187-239. Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural, Guatemala.
2015 Análisis y Re-Análisis de Contextos Especiales Asociados a Pastas Finas Dentro del Sitio Arqueológico Cancuén. En Proyecto Arqueológico Cancuén. Informe Final No. 15, Temporada 2015 (editado por Arthur Demarest y Horacio Martínez), pp.293-376. Ministerio de Cultura, Guatemala.
Fig. 1: Las rutas de intercambio de Cancuen por vía terrestre, ríos, y la Transversal del Norte.
Fig. 2: Los cambios sobre tiempo en las secuencias de diferenciación y revaluación de las mercancías de Cancuen.
Fig. 3: La naturaleza del comercio y producción de jade de Cancuen.
Fig. 4: Lineamientos del comercio y producción de obsidiana de Cancuen.
Fig. 5: Un ejemplo comparativo: El comercio de diamantes del siglo XIX.
Fig. 6: Un ejemplo de cambios en sistemas de diferenciación y revaluación: El café en Guatemala.