33. Avances del Proyecto Arqueológico Anillo Regional en Santo Domingo, Xenacoj, Sacatepéquez, Guatemala

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Avances del Proyecto Arqueológico Anillo Regional en Santo Domingo, Xenacoj, Sacatepéquez, Guatemala

 

Reconocimiento y mapeos

 

Esta evaluación fue integrada por dos etapas: 1) Estudio de la superficie del área por medio del reconocimiento arqueológico. 2) Monitoreos periódicos por recorridos en el derecho de vía, así como las áreas de amortiguamiento, tomando como punto de interés el lugar donde cada día se ubica la maquinaria industrial que hace remoción de suelo, para establecer la localización exacta, identificación y registro de la evidencia, para proceder a su salvamento.

 

Excavación

 

Por tratarse de un acompañamiento arqueológico, todas las excavaciones se realizaron con el objetivo de salvamentos por ser intervenciones de emergencia; se investigaron 30 evidencias en total, estos revelaron diversos depósitos culturales. Se recolectaron muestras de cerámica, lítica, hueso y otros. La recolección de datos de las excavaciones es detallada por contexto individual, dibujos de perfiles y plantas de excavación, así como por fotografías digitales.

 

Laboratorio

 

El material obtenido en los monitoreos y las excavaciones se trasladó al laboratorio y fue analizado. Se siguieron los métodos clásicos para el estudio de la cerámica y lítica (lavado, selección, marcado, dibujo, fotografía y análisis de las muestras) y se complementó con los registros de campo.

Un dato importante de mencionar es que llama la atención, el excelente estado de conservación de los materiales recuperados.

 

Antecedentes de investigación y secuencia de ocupación

 

En los reportes de evidencias ya existentes en el área, realizados por investigadores en el campo. Quienes reportan sitios arqueológicos cercanos como Chuyá, Planicie Chuyá, Severino (Robinson 1990) San Roberto (Shook 1952) y Severino El Alto (S. Carrillo y J. Carrillo 2014). Con una secuencia de ocupación desde el Preclásico Tardío, Clásico y Posclásico.

En base a las interpretaciones de Borhegyi (1965) y posteriores investigadores, podemos decir que durante el Preclásico Temprano (1200 – 900 AC) y el inicio del Preclásico Medio (900 – 600 AC), surgen los primeros asentamientos de las Tierras Altas (Borhegyi 1965), en lugares propicios para la siembra y el abastecimiento de agua, en terrenos planos cerca de ríos y lagos, o en valles intermontanos y planicies altas.

Según resultados de reciente investigación de reconocimiento realizado en esta área en el 2013, arroja datos interesantes en cuanto al fechamiento de cerámica recolectada, lo cual contribuye y permite pensar en una larga ocupación para “ Santo Domingo Xenacoj según resultados de análisis cerámicos en lo que corresponde a los tramos 1 y 2 son áreas con más concentración de fragmentos cerámicos, lo cual se considera que existieron asentamientos humanos desde épocas muy tempranas como el Preclásico Medio (700 – 400 AC) y Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC), así como durante el Clásico Temprano (200 – 500 DC) y Clásico Tardío (650 – 900 DC). En referencia al Posclásico se necesita más información, ya que la muestra es escasa para considerar esta ocupación, en cuanto a la época Colonial es casi nula la evidencia de materiales” (S. Carrillo y J. Carrillo, 2014).

 

Avances de trabajo de campo y laboratorio

 

Durante los monitoreos se identificaron evidencias que posteriormente permitieron el estudio y la interpretación, las cuales son de suma importancia, para conocer los diferentes rasgos que pueden haber pasado desapercibidos por siglos. El área que integra esta investigación es identificada como los tramos 1, 2 y 3 del trazo de vía de la futura carretera, lo cual incluye monitoreo en una distancia de 9 km lineales.

Los hallazgos registrados durante las excavaciones incluyeron restos de actividades domésticas, como restos de pisos de viviendas, fogones, depósitos con diferentes funciones; entre estas se han identificado botellones utilizados como basureros, botellones rituales, depósitos para almacenaje de agua y depósitos para enterramientos así como la identificación de un horno, posiblemente para la cocción de vasijas.

 

Fogones: Generalmente constituidos por carbones, tierra quemada y ceniza, restos de materiales para la combustión, donde se observaron manchas de ceniza en fragmentos líticos producidos por la fractura por altas temperaturas, piedras ahumadas y fragmentos de cerámica con marcas de quemado (Fig.1).

Todos con función doméstica, para preparación de alimentos, fechados para el Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC), Clásico Temprano (200 – 550 DC) y Clásico Tardío (550 – 900 DC).

 

Depósitos o botellones para basureros: “Los botellones son depósitos culturales subterráneos tallados en matrices consistentes en diversos suelos estériles, durante épocas muy tempranas en lugares de las Tierras Altas de Mesoamérica y su ubicación cronológica, es característica del Periodo Preclásico Medio, asociados posiblemente con propósitos relacionados con la subsistencia de los grupos humanos, pero cuyo uso fue restringido al ser llenados, posteriormente con deshechos culturales” (Marroquín 2006).

Entre los restos recuperados se evidenciaron botellones utilizados como depósitos para basureros, con alta concentración de materiales arqueológicos. Es relevante mencionar el Salvamento 2 en el que se logró recuperar un total de 12,903 fragmentos (Figs.2 y 3).

Se rescataron restos de comales, cántaros, cuencos entre otros y artefactos de lítica, a través de los cuales se pueden inferir las actividades productivas de quienes las utilizaban.

En referencia al Salvamento 2, es considerado como un basurero del cual se obtuvo alta densidad de cerámica con señales de uso, con marcas de haber estado expuestas al fuego, esto indica que provenían de una área doméstica, además fragmentos de lítica, generalmente desechos de obsidiana lo cual indica que existió una área de producción de herramientas, otros artefactos de obsidiana utilizados tal vez como instrumentos para el corte de diversos materiales empleados probablemente en la preparación de alimentos u otros.

Este hallazgo fue fechado según resultado de análisis, desde el Preclásico Medio (700 – 400 AC), Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC), Clásico Temprano (200 – 550 DC) hasta el Clásico Tardío (550 – 900 DC).

Depósitos o botellones para enterramientos: Estos son importantes para reconstruir las actividades humanas antiguas y su estructura social.

Las características de estos botellones asociados a otras evidencias con el mismo fin, fueron utilizados como espacios funerarios, en el caso del entierro 1AR localizado en el Botellón 3 es visible la importancia del personaje enterrado en este lugar por los restos de su atavío funerario, como las vasijas colocadas acompañando al individuo, así como una cuenta de jade. Con esta evidencia se puede pensar que los elementos anteriores son indicativos de prácticas rituales complejas. En este hallazgo se registró una alta concentración de muestras cerámicas, ubicadas en un área muy limitada.

En el caso del entierro 2AR se recuperaron vasijas completas y semicompletas, por lo que se puede inferir que esta concentración es importante dentro del relleno del botellón. Es posible que durante este enterramiento se haya llevado a cabo algún tipo de ritual por los restos de tierra quemada y carbón. Este mismo estaba acompañado por una ofrenda que comprendía restos de un cráneo y tres vasijas, esto probablemente indica la diferencia de rango social del individuo o grado de importancia (Fig.4).

Estos enterramientos fueron fechados para el Clásico Temprano (200 – 550 DC).

 

Depósitos o botellones para colocar ofrendas: Asociado a los botellones con función funeraria se localizó un botellón y un quemador, ambos fueron probablemente importantes en la realización de rituales dedicados a los enterramientos (Fig.5).

Se considera que por la cercanía y su relación, esta construcción fue utilizada para colocar las ofrendas después haber sido quemadas en el quemador asociado, ofreciendo algún elemento aromático; luego los restos probablemente eran depositados. Durante el proceso de excavación se recuperó una vasija en el piso del botellón, según los resultados de análisis de los materiales recuperados, las evidencias están fechadas para el Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC), Clásico Temprano (200 – 550 DC) y Clásico Tardío (550 – 900 DC).

 

Depósitos para agua: Los Mayas aprovecharon la topografía y las depresiones del terreno, donde se acumulaba naturalmente el agua en épocas de lluvias; hacían cortes para transformar el suelo compacto y construían depósitos en el subsuelo natural.

Este probablemente proporcionaba el suministro de agua durante época lluviosa. Su función se consideró por las características, una de ellas importante para el almacenamiento de agua: su pared compacta; esto se obtuvo con la técnica de quemar su interior obteniendo así como resultado la impermeabilidad. Esto posiblemente se logró por los componentes de arcilla. Siendo un claro ejemplo de como las sociedades prehispánicas aprovecharon las ventajas naturales de su entorno para el desarrollo de tecnologías hidráulicas. Estos depósitos fueron fechados para el Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC), Clásico Temprano (200 – 550 DC) y Clásico Tardío (550 – 900 DC).

 

Horno: Como parte de los trabajos de acompañamiento se encontró un horno que posiblemente funcionó para la cocción de piezas cerámicas. Según (Rice, 1987:162) “Todas estas estructuras permiten temperaturas más altas y mejor controladas, un control de la atmósfera y una utilización más eficaz del combustible en la etapa más peligrosa en la fabricación cerámica”.

A decir del horno “su presencia se considera un indicativo de la existencia de cierto grado de especialización” (Stark 1985:172). El descubrimiento de esta evidencia nos indica que en este lugar existió un asentamiento con división de clases sociales. Entre los cuales se puede mencionar los alfareros.

Según resultados de excavación se identificó la construcción de un horno, el cual fue construido con barro y recubierto en su lado interior con piedras pequeñas un total de 1425, las cuales se utilizaban para guardar el calor (Fig.6).

Por su forma y contextos excavados se cree que este horno fue utilizado durante el Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC) y Clásico Temprano (200 al 550 DC).

 

Espacios funerarios: Se localizaron en uno de los casos restos óseos acompañados de vasijas y cuentas de jade, lo cual probablemente sea parte de una ofrenda dedicada a la estructura 14-2, está asociada a un botellón, fechado para el Clásico Temprano (200 – 550 DC) y Clásico Tardío (550 – 900 DC) (Figs.7 y 8).

Otro ejemplo es el hallazgo de una urna cineraria identificada como Salvamento 27 fechada para el Clásico Temprano (200 – 550 DC), asociada a restos de un piso de vivienda y tres escondites, uno de los escondites con navajas de obsidiana y otros con restos cerámica. Evidencia fechada Preclásico Tardío (400 AC – 200 DC), Clásico Temprano (200 – 550 DC) y Clásico Tardío (550 – 900 DC) (Fig.9).

 

Pisos de viviendas: Esta evidencia reveló que muy cerca de los restos de las viviendas se observaron botellones con alta concentración de restos arqueológicos, lo cual determina que las viviendas estaban ubicadas muy cerca de los depósitos. Otros hallazgos asociados que se identificaron fueron fogones como centro laboral y social de la vivienda, por los restos de materiales cerámicos con huellas de quemado en su exterior, determinando así que se trataba de viviendas con función doméstica, (Fig.10).

Los pisos de viviendas están fechadas para el Preclásico Tardío (400 AC al 200 DC) y otras fechados para Clásico Temprano del (200 – 550 DC).

 

Conclusiones

 

Por varios años esta región careció de investigación formal. Este proyecto de salvamentos arqueológicos se interesa por conocer más a fondo esta sociedad prehispánica. Con base en los datos obtenidos hasta el momento, se conoce que el área presenta ocupación desde el Preclásico Medio (700 AC) hasta el Clásico Tardío (900 DC), por la cantidad de vestigios arqueológicos localizados como se menciona con anterioridad, con presencia de pisos, fogón, botellones, entierros y otros de depósitos con funciones diferentes.

Si existió un asentamiento es probable que las viviendas fueron de familias numerosas quienes estuvieron utilizando esta área de desecho y cocción, cocinaban grandes cantidades de comida, y por eso los restos de vasijas son de mayores dimensiones.

Es importante mencionar que 29,426 es la cantidad de restos de cerámica y lítica recuperados en los salvamentos, entre los cuales habían variedad de artefactos para diferentes usos, esto se puede definir por los fragmentos recuperados de las vasijas y marcas de quemado en su exterior, así como gran cantidad de desechos de talla de obsidiana, esto determina que en algún momento existió un taller donde se estuvieron elaborando diferentes herramientas para la caza y preparación de alimentos.

Una actividad doméstica conlleva múltiples funciones como sería la utilización de un fogón y un basurero, lo cual integran gran cantidad de acciones como por ejemplo:

 

  • Transformación
  • Preparación
  • Almacenaje
  • Procesos manufactureros especializados
  • Uso o consumo
  • Producción
  • Evacuación

 

Es probable que se realizaran otras actividades separadas de las domésticas, debieron de ser mucho más, pero la más evidente es la alimentación y su desecho. Los datos obtenidos ayudarán en el futuro a complementar más la función de estos hallazgos.

De los principales elementos que conforman las unidades domésticas, Winter (Ibíd. 1986:329) destaca los “pozos subterráneos de formas troncocónicas, indicando que su función inicial era para almacenar maíz y posiblemente, otros alimentos y bienes, al ser abandonados se rellenaron solos o fueron utilizados como basureros o para enterrar a los muertos”.

Evidencias en otros enterramientos en botellones según “Hall, Haswell y Oxley (1965) han probado con experimentos que si tales pozos eran sellados con arcilla, podrían preservar maíz por años. Los pozos campana fueron utilizados también para almacenar vasijas, piedras y otras herramientas. En la mayoría de los casos los pozos fueron reutilizados después como basureros o para entierros”.

En general en base a resultados, se puede mencionar que se ha identificado evidencia de ocupaciones humanas del Periodo Prehispánico del Preclásico Medio desde el 700 AC hasta el 800 DC durante el Clásico Tardío.

Los resultados obtenidos hasta el momento permiten dar una primera interpretación: Las asociaciones de materiales y las áreas de actividad hablan de un movimiento de ocupación. Eso nos permite elaborar las respectivas hipótesis que darán cuenta del desarrollo de la cultura que habitó este territorio y los procesos sociales.

En resumen vemos, que gracias a estas intervenciones de construcción podemos recuperar valiosa información sobre todo en áreas donde son escasos los proyectos de investigación arqueológica, siendo de suma importancia la Arqueología de Salvamento.

El crecimiento de las poblaciones y el desarrollo económico, social y turístico han dado paso a la necesidad de obras de infraestructura que ponen en peligro la conservación del patrimonio cultural. Por esa razón es importante que exista una coordinación entre las distintas instituciones que llevan a cabo obras de gran magnitud con la Dirección General de Patrimonio Cultural y Natural, el Instituto de Antropología e Historia –IDAEH–, entidades a cargo de salvaguardar los sitios arqueológicos, autorizar y supervisar todo tipo de investigación destinada a la recuperación de evidencias arqueológicas.

Se considera de mucha importancia la Arqueología de Salvamento, haciendo posible la recuperación de la mayor cantidad de información en el menor tiempo posible, ya que los vestigios prehispánicos se ven amenazados por la destrucción ocasionada por el desarrollo, así como por las condiciones naturales y el paso del tiempo.

 

Apoyo del proyecto a la comunidad

 

Dentro del aspecto social, el proyecto arqueológico ha generado empleo a varios padres de familias, quienes han sido capacitados en lo arqueológico tanto en campo, como en laboratorio, convirtiéndose así en personas interesadas en proteger el patrimonio de su comunidad.

Así este proyecto está promoviendo la conciencia social – cultural, integrándose así, a la misión que tenemos los arqueólogos de proteger el patrimonio, parte de ello es impartir charlas semanales a los trabajadores del proyecto de construcción, para que conozcan el patrimonio cultural y las leyes que le protegen.

 

Agradecimientos

 

Se agradece al Departamento de Monumentos Prehispánicos y Coloniales, a la Dirección General del Patrimonio Cultural y Natural del Ministerio de Cultura y Deportes y al supervisor del IDAEH.

Un agradecimiento especial a las empresas que han apoyado la investigación arqueológica directa o indirectamente, quienes hacen posible la realización de este proyecto; Ministerio de Comunicaciones, Dirección General de Caminos y Constructora Nacional, S. A.

Muy especialmente al Proyecto Anillo Regional, a todo su personal profesional y técnico, en especial al equipo de excavadores que siempre nos han brindado su ayuda y gran apoyo durante la fase de campo y laboratorio, siendo ellos elementos importantes para esta investigación.

 

 

Referencias

 

Borhegyi, Stephan

1965   Archaeological Synthesis of the Guatemala Highlands. En Willey Gordon, Archaeology of Southern Mesoamérica. Handbook of Middle American lndians, Vol. 2. University of Texas Press, Austin.

 

Carrillo, Sandra y Juddy Carrillo

2014   Proyecto de Reconocimiento Arqueológico en Anillo Regional Tramo Interconexión CA-1 Occidente (km 38.5) RN 5 (Km 34) en tramos I, II y III, Santo Domingo Xenacoj, en Sacatepéquez, Guatemala.

 

Constructora Nacional, S. A. – CONASA

2014   Mapa de ubicación de salvamentos. Proyecto Anillo Regional Tramo Interconexión CA-1 Occidente (km 38.5) RN 5 (Km 34), Santo Domingo Xenacoj, en Sacatepéquez, Guatemala.

 

Hall, David W.; G. A. Haswell y Thomas A. Oxley

1965   Underground Storage of Grain. British Colonial Office, Department of Scientific and Industrial Research, London.

 

Marroquín, Luz Midilia

2006   Los botellones en el Valle Central de Guatemala: Rasgos y contextos. Tesis de Licenciatura en Arqueología, Universidad de San Carlos de Guatemala, Escuela de Historia área de Arqueología

 

Rice, Prudence M.

1987   Pottery Analysis A. Sourbook, University of Chicago, Chicago

 

Robinson, Eugenia J.

1990   Encuesta Arqueológica Kaqchikel. CIRMA, Guatemala, (Informe). Pp 6-16

 

Shook, E.

1952   Lugares arqueológicos del Altiplano Meridional Central de Guatemala, IDAEH, Guatemala.

 

Stark, B.L. 1985

1985   Archaeological Identification of Pottery-Production Locations: Ethnoarchaeological and Archaeological Data in Mesoamerica. En Decoding Prehistoric Ceramics (editado por B.A. Nelson), pp.158-194. Southern Illinois University Press, Carbondale and Edwardsville.

 

Winter, Marcus C.

1986             Unidades Habitacionales. En Unidades Habitacionales Mesoamericanas y sus Áreas de Actividad. Linda Manzanilla Editora, Universidad Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Antropológicas. pp. 325-374.

 

Fig. 1: Restos de fogón prehispánico (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 2: Botellón con función de basurero (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 3: Botellón con función de basurero (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 4: Botellón con función de recinto funerario  (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 5: Botellón con función de ceremonial (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 6: Horno prehispánico (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 7: Enterramiento en botellón (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 8: Enterramiento en espacio funerario (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 9: Urna cineraria en el Salvamento 27 (Tomado de Carrillo, 2015).

Fig. 10: Piso de vivienda en el Salvamento 14-2 (Tomado de Carrillo, 2015).