74. Cronología y tipología cerámica preliminar del sitio arqueológico Chaculá, Huehuetenango

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Cronología y tipología cerámica preliminar del sitio arqueológico Chaculá, Huehuetenango

 

Introducción

 

La temporada de campo 2014 del Proyecto Arqueológico Regional de Chaculá, presentó una serie de problemáticas y de retos, uno de ellos el primer acercamiento al estudio de la cerámica de la región, en base a los materiales obtenidos mediante excavaciones arqueológicas controladas desde las publicaciones de Seler (1901) y Navarrete (1979), cuyas investigaciones son la base para conocer una parte del esplendor de este sitio del altiplano noroeste de Guatemala.

Algunos datos preliminares del área se obtuvieron en base a materiales recolectados de superficie y muestras que los pobladores conservan en la finca (Castillo y Wölfel 2013), por lo cual uno de los principales enfoques de esta investigación fue lograr el fechamiento de los grupos excavados, así como la identificación de los tipos cerámicos que puedan ayudar a vislumbrar posibles filiaciones culturales, relación o pertenencia del sitio, en la configuración política, económica y cultural de esta área arqueológica poco conocida. Para ello se realizó una revisión de las cronologías y tipologías ya establecidas en sitios cercanos, como entes de referencia a nivel comparativo, el primero de ellos los estudios realizados en los sitios tributarios superiores del río Grijalva (Clark et al. 2001; Bryant et al. 2005) y del sitio arqueológico Chinkultic (Ball 1980), entre otros. Además se realizó una revisión de los muestrarios de la Ceramoteca del DEMOPRE, el laboratorio del sitio Cancuen y Salinas de los Nueve Cerros.

 

Metodología: sistema de análisis Tipo-Variedad

 

Para el análisis de los materiales se utilizó el ampliamente conocido sistema Tipo-Variedad, el cual permite clasificar los materiales a partir de categorías tipológicas establecidas y con un orden jerárquico (clases, tipos, grupos y variedades) (Laporte 2007; Smith et al. 1960; Sabloff y Smith 1969), es decir una estructura con varios niveles definidos, que basa sus estudios en el acabado de superficie y decoración como herramienta interpretativa de procesos culturales inferidos mediante la identificación de tipos y variedades (Rivera 2009). Además de la identificación y combinación de ciertos atributos, que también pueden incluir modos de forma y pasta, es posible el registro de aquellos cambios estilísticos temporales (Ford, Woodman y Lucero 1992 citados en Laporte 2007) que permiten una comparación con secuencias cerámicas de otras áreas.

Para el registro de formas cerámicas se siguieron los criterios de Hatch y Castillo (1984:80), a partir de una nomenclatura de formas básicas y algunas formas especiales, cada forma presenta variantes en la morfología de su cuerpo, paredes, base cuellos, etc., y distintos tipos de decoración indicadores importantes de características temporales y de ocupación.

Al ser este el primer acercamiento al establecimiento de una cronología cerámica para este sitio, es importante la identificación de los tipos y su filiación cultural, para poder definir así “conjuntos cerámicos”, es decir “la agrupación de unidades tipológicas características de una región específica, ya sea porque provienen directamente de una determinada región, o por la reproducción local de estilos decorativos, morfológicos o técnicos” (Forné et al. 2011).

Siguiendo esta definición cada grupo y tipo fue nombrado de acuerdo a lo ya establecido en cada región cultural. Este primer acercamiento a los conjuntos cerámicos de Chaculá dio como resultado la identificación de tipos correspondientes a tres áreas: Cuenca Superior del Río Grijalva, Tierras Bajas y Tierras Altas, a partir de una muestra de más de 2000 tiestos, con la dificultad siempre presente de su erosión y tamaño pequeño de las muestras.

 

Revisión histórica

 

Además de los datos arqueológicos y cerámicos, es importante resaltar algunas referencias históricas que se entrelazan con la riqueza arqueológica de una región que cobra importancia a mediados del Siglo XIX (Castillo 2013), con el establecimiento de la frontera entre Guatemala y Chiapas, México. Esta inicia a fines de 1523 cuando Alvarado envía una expedición a cargo de su hermano Jorge en 1525 con el fin de someter al pueblo Mam (Tejada et al. 2002). Entre 1525 y 1535 continúan los recorridos en Los Cuchumatanes y zonas cercanas, aunque los territorios hacia el norte no fueron sometidos por completo, un área habitada por los Chuj y Q’anjobales, al no encontrar las riquezas que esperaban, su mercancía fueron los prisioneros y comunidades sometidas a los tributos, arrebatando sus tierras para ser repartidas entre los que serían los primeros hacendados de la región.

Chaculá es mencionado por Gall (1961), haciendo la referencia de la reducción de su población indígena y control de la orden dominica antes de 1553, ignorando el nombre original del área. En este mismo año y en ocasión de la fundación del convento dominico en Sacapulas, la Real Audiencia de Guatemala emite una real provisión a cargo de su Presidente López de Cerrato, en la cual refiere la siguiente mención de Chaculá “A los honrados caciques de Zacapula, e demás pueblos de esa comarca, e Zacabahá, Huil e Ylon, e Chocoá”, con ruego y encargo “que con toda diligencia y buena voluntad recibais a los dichos religiosos, é les ayudeis, e favorezcais, como es justo que se haga” (Gall 1961). Aunque estos escritos hacen referencia a la existencia del lugar, no mencionan los restos arqueológicos que Seler reporta a su llegada.

Posteriormente Chaculá pasa a formar parte del municipio de Nentón, establecido en 1877 en territorios Chuj y Jakalteco (Falla, citado por Castillo 2013), que anteriormente era parte de Jacaltenango y San Mateo Ixtatán, registros de 1886 hacen referencia a problemas de títulos de tierras entre indígenas de San Mateo con las autoridades de Nentón “…en estos terrenos existe algunos pequeños caseríos habitados por indígenas de San Mateo de quienes toman parte los reclamantes, como por el derecho que asiste a los actuales poseedores…” (Archivo General de CA, Exp. 2 Folio 10) Luego de este proceso, el territorio norte de Huehuetenango fue dividido entre los militares y Gustavo Kanter quien fue dueño de varias fincas y terrenos adjudicados en 1900, en lo que hoy es la región de Chaculá.

Fue Kanter quien logró obtener una colección de piezas entre vasijas, figurillas, así como esculturas de la región, lamentablemente la colección y hacienda de Kanter fueron destruidas en 1915 por el ejército que tenía orden de capturarlo, saliendo exiliado a Comitán México, “…el señor Kantter, buen arqueólogo sin duda, inmediatamente comprendió la gran riqueza arqueológica que yacía en sus propiedades y lugares aledaños, entregándose de lleno a la tarea de desenterrar lo mejor que encontró, para formar un museo,…Personas que trataron de cerca al señor Kantter, nos refieren, que de Alemania, su patria, le hacían tentadoras propuestas por esas reliquias precolombinas, pero que jamás aceptó; todo lo contrario, día a día enriquecía más dicho museo, con nuevos y extraños ídolos que, a última hora, sólo él sabía de dónde los sacaba. Cuando las fuerzas de Estrada Cabrera se retiraron de ese lugar, nos cuenta, sólo dejaron las figuras más grandes, que por su enorme peso no pudieron llevarse.” (El Imparcial, 5 de mayo de 1932, Pp. 3.). Fue hasta 1979 que Navarrete registra y publica en su libro “Las esculturas de Chaculá, parte de la colección que aún quedó resguardada en la finca.

Posteriormente las tierras de este hacendado se dividieron en propiedades más pequeñas con otros dueños, la finca Chaculá fue propiedad de Walter Widman en 1994, quién la vendió posteriormente a la Cooperativa Los Pinos, conformada por las personas retornadas del conflicto armado interno en Guatemala, con el nuevo nombre de Nueva Esperanza Chaculá. Las otras propiedades son en la actualidad las aldeas de: Guaxacaná, La Trinidad, El Aguacate y Yalambojoch. Si bien los habitantes de esta finca han logrado un desarrollo comunitario gradual, la fractura cultural y social aún persiste, remanentes del conflicto armado manteniendo el temor a la guerra, a la persecución y a la represión del gobierno.

 

Revisión cronológica

 

Las evidencias e investigación hasta el momento indican una rápida y única ocupación durante el Clásico Tardío, sin embargo para poder afirmar o negar esta propuesta es necesario ampliar mucho más la muestra de cerámica analizada de diferentes contextos, así como comparaciones regionales (Fig.1). En este sentido con el objetivo de sustentar dicha propuesta se realizó una revisión cronológica y tipológica de la región, en la cual una de las principales investigaciones consultadas para la realización de comparaciones, fue la cronología establecida por Bryant et al. (2005), de los sitios de la Cuenca Superior del río Grijalva (Tenam Rosario, Guajilar, Ojo de Agua, Guajillo, Los Encuentros, Lagartero), debido a su cercanía geográfica y características que refieren similitudes con Chaculá, especialmente en el Clásico Tardío, donde se hace una constante relación a un aumento de población en la región, que pudo ser causada por movimientos de grupos Mayas que abandonaron las Tierras Bajas Mayas durante este periodo (Bryant et al. 2005).

Si bien estas posibles migraciones hacen pensar en la adopción de nuevos elementos culturales, esto no fue así del todo, por ejemplo se preservaron algunas de las técnicas constructivas, características arquitectónicas e inventario de artefactos de producción local. En cuanto a la cerámica se comparte un corpus consistente de tipos compartidos entre todos los sitios, con algunas diferencias en cuanto a materiales finos que pudieron ser comercializados (cerámica polícroma), y la abundancia de cerámica doméstica (Bryant, et al. 2005), cuyo estudio refleja poca variabilidad y más bien se refleja una producción en serie, predominando el engobe rojo.

En Lagartero los estudios de Rivero y Chávez (2007), resaltan la ocupación del Clásico Tardío, reportando tipos característicos como Lagarto Sin Engobe (Cambio Sin Engobe), Nutria (Incensarios), Chachalaca, Tasajo Rojo, entre otros. Por otra parte el estudio de elementos que evidencien la transición del Clásico Tardío hacia el Posclásico (Clásico Terminal), no son suficientes, reportando pocos cambios y la presencia de tipos característicos como el Plomizo. Otro sitio importante cercano a la región es Chinkultic, Chiapas, México, donde Ball (1980) establece la secuencia cerámica partiendo desde el Preclásico (200 AC) hasta el Posclásico (1300 DC), sin embargo en el análisis de Chaculá solamente se identificaron tipos del Clásico Tardío.

Por otra parte hacia el área del occidente de Huehuetenango, Guatemala, específicamente en los estudios realizados en Ixquisis, San Mateo Ixtatán (Garrido López 2012a, 2012b), se confirma la relación de esta zona con la región de la Cuenca Superior del Grijalva, a partir de la identificación de algunos tipos y variedades. Un aspecto importante es la relación entre Tierras Altas de Guatemala y Tierras Bajas Mayas, es decir una fusión de características evidenciado en la presencia de cerámica de Tierras Bajas con formas y decoraciones de Tierras Altas (por ejemplo Amatle).

Garrido (2012b), sigue la secuencia cronológica de Clark et al. (2001), situando la ocupación de Ixquisis para la fase Huehue IX, Complejo K (600-900 DC) del Clásico Tardío, con cerámica de producción local que es evidente por la abundancia de materias primas del área en colores de engobes naranjas y rojos, al igual que en Chaculá. Tipos como Lagarto Sin Engobe (Cambio Sin Engobe) de Tierras Bajas y Tasajo Rojo de la Cuenca del río Grijalva, con alta frecuencia en este sitio muestran nuevamente la integración de estos sitios con la región del Grijalva.

En esta línea para Garrido (2012a, 2012b), un determinante importante para el desarrollo del área, es su posición geográfica y las cuencas principales tanto del Grijalva y el Usumacinta, con afluentes de agua que provienen de los Cuchumatanes. Ixquisis al igual que Chaculá se identifica con una zona habitada por los Chuj en épocas tardías, la variación de otras poblaciones se atribuye a las migraciones, relaciones comerciales, sociales y políticas que pudieron desarrollarse.

Geográficamente la región de la cuenca del río Grijalva, fuera de los límites territoriales actuales, abarca parte del territorio de Huehuetenango, zona donde aún son pocas las investigaciones realizadas. Clark et al. (2001), a través de amplios reconocimientos integra los datos de Chiapas tanto arqueológicos como geográficos y etnohistóricos, con el objetivo de obtener así una visión más amplia. Una característica importante de la cerámica del Clásico Tardío, lo son las vasijas policromas con engobes naranjas pulidos de pasta fina y compacta.

La problemática del estudio de las Tierras Altas Occidentales ha sido abordada en otros sitios de la región, Agua Tibia en Totonicapán, presenta una zona con amplios cambios en la tradición cerámica del Clásico Tardío con rasgos de otras regiones: del Altiplano Norte (Xibal Negro), Costa Sur (Tiquisate, Plomizo San Juan) y Tierras Bajas (Saxché Naranja Polícromo) (Ciudad e Iglesias, 1995), rasgos que muestran la relación entre regiones culturales, a este propósito Tejada et al. (2000) hace énfasis en las rutas de comercio de las Tierras Altas y Tierras Bajas de Guatemala, con la región de la Cuenca del Río Grijalva y mucho más allá con el área Olmeca.

Cerámica fina del Clásico Tardío (550-810 DC) Gris Fino y Naranja Fino, características de este periodo y ampliamente comercializadas, entre la región del Grijalva, en la Sierra del Lacandón, así como en los sitios cercanos a Yaxchilán y Piedras Negras de la cuenca del Usumacinta, que tuvieron un amplio desarrollo durante este periodo (Arroyave 2010), con la presencia además de cerámica con decoración rojo y naranja sobre crema (Santa Rosa Crema Polícromo para Piedras Negras), y durante el Clásico Terminal (810-1000 DC) se importó cerámica de pasta fina de color naranja (Grupo Altar, Tipo Pabellón Moldeado), gris (Tres Naciones) y pasta fina café de engobe negro con incisiones. Según Ball (1980), durante el Clásico Terminal la región del Usumacinta, tuvo relaciones con el sitio arqueológico de Chinkultic, cuya mención es importante precisamente por la presencia de tipos compartidos entre estas regiones durante el Clásico Tardío-Terminal.

Un punto clave de análisis del periodo que corresponde al colapso Maya, surge de los estudios de la región Huista-Akateko, donde la cerámica naranja, roja y polícromos con características de Tierras Bajas es abundante, además de tipos utilitarios de engobe rojo y café burdo, en cántaros y cuencos grandes (Borgstede y Romero 2007). Arquitectónicamente los sitios se componen de pirámides, plataformas y juegos de pelota a base de piedra careada y material perecedero, estas y otras características son atribuidas a migraciones de la Cuenca Superior del río Grijalva, hasta la región Huista durante el Clásico Tardío-Terminal periodo donde se da una ruptura y cambio hacia el Posclásico.

En comparación, durante el Clásico Terminal la región de Chaculá comparte ciertos aspectos en patrón de asentamiento, arquitectura y relaciones en tipos cerámicos principalmente con la región del Grijalva, la región Huista y el Usumacinta. Propuestas sobre posibles migraciones, relaciones comerciales, políticas, y/o intercambios y adopción de formas culturales y poblacionales, son algunos de los puntos de análisis que se han abordado en distintas investigaciones mencionadas en esta revisión cronológica, cuyos datos son fundamentales para la interpretación de los resultados obtenidos en este primer acercamiento a la cerámica de Chaculá.

 

Tipología cerámica preliminar y algunas filiaciones culturales

 

Los datos del análisis, aunque preliminares, representan la primera muestra recuperada en contextos controlados provenientes del primer grupo habitacional excavado (Grupo A), así como un grupo ceremonial y de élite dentro del sitio (Grupo B), cuyos materiales aportan evidencia de la existencia de por lo menos tres conjuntos cerámicos de filiación a distintas regiones culturales, que obviando los límites territoriales actuales, es fuente de importantes datos para la realización de un análisis comparativo con la finalidad de determinar el papel de Chaculá en la región.

Siguiendo esta línea de investigación, los tipos y variedades se definieron a partir de las tipologías ya establecidas, cuyos resultados se presentan a continuación. La mayor muestra del material obtenido proviene del Grupo A, donde se realizaron la mayoría de excavaciones con 14 unidades en contraste con el Grupo B en donde solamente se realizaron 6 unidades.

 

Conjunto Cuenca Superior del río Grijalva

 

La base tipológica para el establecimiento de este conjunto cerámico, es la secuencia cerámica de la Cuenca Superior del río Grijalva (Bryant et al. 2005) con una fuerte presencia de cerámica de tipo doméstico. Uno de los grupos cerámicos abundantes es Chachalaca Rojo: V. Chachalaca, en su forma de cuencos grandes e impresiones en distintos diseños con un característico engobe rojo anaranjado pulido que se presenta únicamente en el interior. (Fig.2). A nivel comparativo se identificó un tipo con engobe rojo ceroso y pasta anaranjada rojiza porosa en el muestras de cerámica de Cancuen (se encuentra en la categoría de Rojo por Identificar), que corresponde al grupo Chachalaca Rojo en el Grijalva, hecho que es interesante para futuras comparaciones con este sitio del Clásico Tardío (Fig.3).Cancuen

Un segundo tipo representativo es el Tasajo Rojo, que corresponden a la típica cerámica doméstica y de servicio para el Clásico Tardío de la zona y en Chinkultic (Bryant et al. 2005), con algunas similitudes con el tipo Tinaja Rojo y Camenac Rojo (este último perteneciente a los tipos locales del sitio de Salinas de los Nueve Cerros), en tanto la variedad impresa es parecida al Chaquiste Impreso. Muchas más variedades en cuanto a formas de cántaros, cuencos y platos, están presentes en el grupo Tasajo Rojo conformando así una vajilla más de servicio, que según Bryant et al. (2005), fue de producción local en distintos centros, comprobado a partir del estudio de las pastas en las cuales se reconocieron distintas fuentes, tanto en los sitios de la Cuenca del Grijalva como en Chinkultic; posiblemente Chaculá también pudo ser productor de su propia cerámica de este tipo.

Algunos tipos como Cuatzi reportan formas como comales y coladores del Clásico Tardío, en las Tierras Altas de Guatemala, sin embargo en la colección de Chaculá solamente se identificó la forma de cuenco. Tipos menos frecuentes fueron Santa Cruz y Santa Cruz estriado, que son interesantes por su similitud con la cerámica del Grupo Cambio sin Engobe de Tierras Bajas. El acabado de superficie del tipo Batzi, es muy similar al denominado Chipilín Rojo: V. Chipilín de Alta Verapaz (Arnauld 1986), por el rojo especular de su superficie, aunque a nivel cronológico Chipilín Rojo pertenece a una esfera más temprana (esfera Cobán 1), sin embargo en sitios como Cancuen (Forné y Torres 2011) y El Soch (Ortiz comunicación personal 2015) ha sido reportado para fases más tardías. Este engobe rojo especular es característico de las Tierras Altas, no solo de Guatemala sino de Chiapas.

El tipo Chascal Impreso aparece tanto en la región del Grijalva como en Chinkultic, denominado como la categoría “filete impreso compuesto B” (Ball 1980). Otros tipos cerámicos fueron identificados en menor frecuencia, principalmente con función utilitaria tales como Cuatzi, Hamiltic Rojo, Patal, Musaraña Rojo/Anaranjado, entre otros. Patal es un tipo ampliamente distribuido durante todo el Clásico Tardío, que especialmente a finales de este periodo destaca como el principal tipo de cerámica doméstica diagnóstica que parece haber desaparecido para el Posclásico (Bryant et al. 2005).

Con respecto a la cerámica fina, esta aparece con menor frecuencia dentro de la muestra, tipos de pasta fina con engobe rojo anaranjado y negro pulido, además de diseños excisos típicos de los platos del Clásico Tardío en la región del Grijalva, principalmente representada por el grupo Nichel, Sasben y Chat rojo inciso. Mico Blanco Naranja Inciso es un tipo reportado en el sitio Lagartero, el cual posee como desgrasante mica y biotita siendo probablemente su zona de producción la región del Soconusco (Costa de Chiapas), donde se ubica la fuente de estos minerales (Bryant et al. 2005). Fueron identificados también los tipos Chanal Modelado Tallado que presenta similitudes con el tipo Pabellón Modelado, y el tipo Sasben Negro Café Gubiado (Fig.4), reportado en los sitios Ojo de Agua y Lagartero.

Los ejemplares identificados como fragmentos de incensarios estuvieron presentes tanto en el Grupo A como en el grupo B, en el primer contexto se determinaron los tipos Nutria y Tartaleta y en el segundo únicamente el tipo Tartaleta. Aunque presentes en ambos grupos, estos se encuentran relacionados a contextos ceremoniales, tal es el caso del mango de un posible sahumerio encontrado en la unidad TP-A-15 (complejo arquitectónico mayor del Grupo A), asociado a la plataforma al pie de la piedra parada, donde también fueron encontrados restos de carbón que reflejan parte de las actividades rituales públicas llevadas a cabo en este grupo habitacional. El estilo de estos fragmentos alude a los típicos incensarios, platos y cuencos, con mangos decorados, en donde se encuentran aplicaciones antropomorfas y zoomorfas del Clásico Tardío–Terminal hasta el Posclásico en las Tierras Altas de Guatemala.

El tipo Tartaleta Compuesto: V. Tartaleta fue identificado en Chinkultic, con la forma de cilindros y decoración de aplicaciones modeladas, incisas, pintadas y de efigie, con tapadera al estilo de los incensarios de Palenque. Estos incensarios son reportados durante la fase Murciélagos (690–770 DC), para principios del Clásico Tardío en Chinkultic, y representan la posible influencia de Palenque en esta zona y que también se encuentran presentes en las Tierras Altas y Bajas con la misma forma de cilindros y cuencos con representaciones antropomorfas (Laporte 2008; Ichon 1992; Arnauld 1986).

Es importante notar la mayor presencia de estos ejemplares de incensarios asociados a áreas ceremoniales durante el Clásico Tardío–Terminal, de igual forma, los ejemplares obtenidos de las excavaciones en ambos grupos en Chaculá corresponden a este tipo de contextos (tal y como fue referido anteriormente) y se encuentran asociadas a las denominadas “Piedras Paradas”, tanto en el Grupo A como en el B, pero mucho más frecuente en el grupo B, indicando la función del grupo hacia fines de carácter más ritual/ceremonial.

Un número representativo de tapaderas de incensarios del grupo Nutria, fueron identificadas en las posibles áreas ceremoniales, tanto del grupo A y B, con pastas del grupo Chachalaca y superficies alisadas con restos de engobe rojizo-anaranjado, algunas presentan nubes de color negro posiblemente como un rasgo de su uso. Estas son sólidas, incisas y de bordes engrosados de ambos lados o bien solo en el exterior, presentan en algunos casos aplicaciones de pequeños discos, espigas o bien pueden ser lisas sin elementos decorativos. Laporte (2008) reporta en su clasificación de incensarios en las Tierras Bajas la presencia de este tipo de tapaderas con mayor frecuencia durante el Clásico Terminal, observando el diseño de sus formas.

Un tipo interesante es el plomizo identificado en la región del Grijalva para el Posclásico (Ball 1980; Bryant et al. 2005), aunque en el caso de Chaculá aparece relacionado con tipos del Clásico Tardío. Su evidencia en contextos de relleno no aseguran una ocupación Posclásica, como son reportados en la Cuenca del Grijalva, futuras investigaciones podrían dilucidar mejor este punto.

 

Conjunto Tierras Bajas

 

Un segundo conjunto cerámico para el sitio Chaculá corresponde a los tipos identificados y establecidos en Tierras Bajas, con la presencia dentro de los tipos característicos del Clásico Tardío, en donde predominan los grupos Saxché Palmar y Cambio, con los mayores porcentajes dentro del conjunto para ambos grupos. Otros tipos identificados son Máquina Café, Infierno Negro, Tinaja Rojo, Chaquiste Impreso, Azote y Zacatal Crema Polícromo.

En cuanto a frecuencias de estos tipos, el Grupo A tiene mayor presencia del grupo Saxché-Palmar, incluida una ofrenda de dos vasijas encontradas de forma invertida al pie de la escalinata de la Estructura 21 (TP-A-8), mientras en el Grupo B aparece mayor cantidad del tipo Cambio Sin Engobe y Máquina Café. Tipos más utilitarios como Cambio sin Engobe y Encanto Estriado aparecen con más frecuencia en el Grupo A.

Aunque por sus características estos tipos son identificados en las Tierras Bajas, sus pastas pudieron ser de producción local, debido a lo consistente de color y desgrasantes de la cerámica en general, lo que es prematuro afirmar, esperando pueda ser confirmado o descartado con otros estudios. En general, es necesario realizar un estudio más detallado de los tipos de filiación hacia las Tierras Bajas, que permitan establecer relaciones entre algunos tipos muy parecidos de la tipología de la Cuenca del Grijalva y que parecieran estar imitando ciertos tipos como Encanto Estriado (Fig.5) y Cambio Sin Engobe que corresponden al grupo Lagarto Sin Engobe.

 

Conjunto Tierras Altas

 

Fueron pocos los tipos que se pudieron identificar dentro del conjunto de Tierras Altas, sin embargo fue elevada la frecuencia tanto en el Grupo A como en el B, del tipo Mostaza rojo sobre natural, reportado por Arnauld (1986) en Baja Verapaz, para el Clásico Tardío (Complejo Cobán II) (Fig.6). Un estudio más detallado de sus pastas podría verificar si se trata de una producción local imitando a este tipo cerámico de la región de Alta Verapaz o son importados directamente del área. Otro caso de comparación es el tipo identificado como Café Negro, ya que al realizar la consulta con muestrarios de Cancuen, un sitio transicional con cerámica de varias regiones, presenta las mismas características del tipo Chichicaste Café, igualmente son necesarias más muestras para afirmarlo con seguridad.

Los tipos micáceos presentes en menor frecuencia en la muestra, son ampliamente reportados en las Tierras Altas de Guatemala desde el Clásico Tardío-Terminal, así como la decoración impresa (Ichon 1992), característica presente en el tipo definido como Crema Micáceo Impreso para Chaculá. Un único ejemplar de cerámica identificada como Tiquisate, se encontró en el Grupo A, tipo característico de la Costa Sur durante el Clásico Tardío y denominado con el nombre Tekor en la región del Grijalva, sin embargo al igual que el tipo Plomizo y Chichicaste Café, su presencia en Chaculá debe ser investigada en un futuro a partir de muestras más representativas.

 

Resultados del análisis cerámico

 

Como ha sido mencionado a lo largo de este artículo, en la región arqueológica de Chaculá no existían antecedentes de una cronología y tipología cerámica, reportes anteriores en la zona y de sitios cercanos fechaban el área para el Clásico Tardío–Terminal (Navarrete 1979; Clark et al. 2001; Borgstede 2004; Garrido López 2012a, 2012b), sin embargo con las excavaciones realizadas y el análisis de los materiales recuperados en esta temporada de campo evidencian y confirman una ocupación para el Clásico Tardío, aunque es necesario continuar con investigaciones más intensivas que permitan obtener más materiales de los diferentes grupos del sitio y poder así identificar otras posibles ocupaciones.

A nivel general, el conjunto de tipos del Grijalva poseen el porcentaje más alto (68%) seguido del conjunto de Tierras Bajas (20%) y con menor presencia el conjunto de Tierras Altas (12%). Asimismo una pequeña parte de la colección está aún pendiente de identificar, ya que por el momento solamente fueron clasificados estos tiestos dentro de categorías provisionales mientras se logran obtener más ejemplares que permitan definirlos. Se espera con el incremento de la muestra total del sitio para lograr definir la producción local en la región, con un estudio más intensivo enfocado en pastas y formas, para evidenciar así también la evolución de algunos tipos importantes. Finalmente, se puede inferir que el sitio de Chaculá presenta características típicas de un área transicional y en donde aún queda por definirse, cuál fue su papel dentro de la historia de la región.

 

Cronología, estratigrafía y hallazgos importantes

 

En conclusión y de acuerdo a los resultados del análisis realizado de la cerámica de Chaculá, se evidencia una sola ocupación corta durante el Clásico Tardío, lo cual se complementa con las características arquitectónicas y excavaciones realizadas con evidencia de materiales a una profundidad máxima de 0.60 m. Fueron definidos cuatro estratos identificados como el humus, un nivel de piso, el relleno constructivo y el suelo estéril. En este sentido la cronología es la misma tanto para el nivel de piso y rellenos, con material más abundante en el nivel de relleno con muestras mejor conservadas.

En cuanto a contextos especiales, se tuvo el hallazgo de un basurero entre las estructuras A-40 y A-41, que a pesar de ser abundante, debido a la erosión de la mayoría de la cerámica, no brindó muchos ejemplares clasificables. El análisis de las muestras incluye tiestos reutilizados, un malacate y fragmentos de obsidiana y hueso. En el Grupo A en la unidad TP-A-15 de la “Piedra Parada”, ubicada en la planada frente a la Estructura A-24 y A-25, se encontró abundante material en el nivel de piso y en un relleno de barro negro duro y compacto con restos de carbón, estrato en el cual se encontró un mango de sahumerio del tipo Nutria, sobre la plataforma (Fig.7).

Otro hallazgo importante en esta misma área del Grupo A, fue la ofrenda de dos vasijas invertidas del grupo Saxché-Palmar, al pie de la escalinata de la Estructura A-21, encontradas también en un estrato de barro café oscuro, asociadas con algunos restos óseos (Fig.8). En el caso de la “Piedra Parada” del Grupo B, Estructura B-13 (unidad excavada TPB- 4), frente al Templo del Oeste, los materiales cerámicos representativos se encontraron en el relleno constructivo de piedra grande en la plataforma. Otros artefactos identificados y que denotan una carga ritual, son las tapaderas de incensarios (grupo Chachalaca, tipo Nutria), sólidas con decoración modelada y aplicaciones, frecuentes durante el Clásico Terminal (Laporte 2008) (Fig.9). Algunas figurillas fueron encontradas en el nivel de piso, donde destaca una figurilla modelada que representa un tocado y en el relleno de la plataforma A-34 (TP-A-12), se localizó una figurilla zoomorfa.

 

Reconocimiento y acercamiento etnográfico

 

Las actividades de reconocimiento permitieron conocer las características e identificar algunos tipos de cerámica de los sitios de La Trinidad, Uaxac Canal, Yalambojoch y Siete Cuerdas (Chaculá). Se pudo establecer la consistencia en presencia de pastas rojizo-anaranjado, y acabado de superficie con engobes rojo, anaranjado, negro, asimismo muestras sin engobe erosionadas, indicando la relación de todos estos sitios como parte de la misma esfera cultural. Al igual que en la cerámica de las excavaciones de Chaculá, los tipos predominantes son Chachalaca Rojo e Impreso, y Tasajo Rojo, se identificaron también con menor presencia los tipos como Nutria, Tartaleta y Musaraña, todos pertenecientes a la Cuenca Superior del Grijalva, indicando que estos sitios también mantuvieron nexos con la zona del Grijalva (Chiapas), durante el Clásico Tardío.

Parte del reconocimiento y observación de cerámica de superficie no fue condicionado únicamente a lo prehispánico, se realizó el acercamiento a técnicas de elaboración de cerámica actual, como una ventana al conocimiento de culturas vivas en la región. Fue posible efectuar la comparación de las pastas de la cerámica, perteneciente tanto de reconocimiento como de las excavaciones de Chaculá, con el barro utilizado por la artesana de origen Chuj de la aldea El Aguacate (Fig.10). Las observaciones brindaron fuertes similitudes en consistencia del color, textura y desgrasantes del barro que utiliza la artesana visitada para la elaboración de su cerámica, lo que puede representar la evidencia del uso de las mismas fuentes de materia prima en la época prehispánica y actual, además de algunas formas características tanto de Tierras Altas de Guatemala y Chiapas del Clásico Tardío, que se sigue reproduciendo hoy en día como muestra de los procesos culturales, económicos, sociales y religiosos que vislumbran cómo distintos sitios, regiones y poblaciones pudieron relacionarse, aprovechando siempre las fuentes de recursos y materias primas, en este caso es el barro, que amasan las manos artesanas para la producción de cerámica, que más que objetos son la evidencia de la historia y desarrollo en su elaboración desde tiempos ancestrales.

 

Chaculá ¿un sitio prehispánico del Clásico Tardío?

 

Aunque los sitios de la Cuenca Superior del Grijalva evidencian un desarrollo amplio desde el Preclásico Medio (Bryant et al. 2005), la cronología preliminar de Chaculá corresponde únicamente al periodo Clásico Tardío, época del auge y florecimiento de los sitios de la Cuenca y que se puede asociar a la presencia de grandes y numerosos grupos habitacionales, que durante las actividades de mapeo fueron descubiertos, y que evidencian el asentamiento de un grupo bastante elevado en Chaculá.

El aumento de población en esta región puede estar relacionado con el periodo del colapso en las Tierras Bajas, ocasionando que sus habitantes emigraran a otras zonas, en este caso la Cuenca del Grijalva, trayendo consigo su cultura propia, entre ella su tradición cerámica, hecho que explicaría la presencia de tipos cerámicos y similitudes arquitectónicas presentes en Chaculá. Sin embargo, la abundancia de cerámica doméstica Chachalaca y Tasajo Rojo, entre otros, además de la evidencia de fuentes de materia prima locales utilizadas hasta la fecha, hacen pensar en una producción local del corpus tipológico del Grijalva, y quizás imitaciones de Tierras Bajas. La evidencia en Chaculá muestra tipos identificados de la Cuenca Grijalva, de producción local con similitudes en formas y superficies a las de Tierras Bajas (Santa Cruz, Sasben); tipos característicos de Tierras Bajas, que pueden ser imitaciones (Saxché-Palmar, Máquina Café, Cambio sin Engobe): tipos de Tierras Altas que evidencian posiblemente intercambio (Mostaza, Chichicaste Café, micáceos). La cerámica no local es reflejo de posibles intercambios culturales, provocados por eventos migratorios o bien por vías de comercio.

A este propósito es importante recordar que Borgstede y Romero (2007) atribuyen la introducción de tipos cerámicos y características arquitectónicas a la región Huista en Guatemala, como parte de las migraciones de poblaciones de la Cuenca del Grijalva durante el Clásico Terminal, terminando en una ruptura para el Posclásico. En este sentido si consideramos nuevamente el aumento de población en la región del Grijalva, por habitantes de Tierras Bajas, es posible que en este proceso ciertos grupos no sólo hayan emigrado hacia la región Huista sino también a la región de Chaculá, bajo el poder económico y político del Grijalva, lo que explicaría las similitudes en algunas características arquitectónicas y tipos cerámicos. Clark et al. (2001), reportan en esta región del lado guatemalteco cerámica micácea, engobes naranjas, e incensarios, que pueden ser los mismos tipos presentes en Chaculá (Naranja Pulido, Micáceos, Nutria y Tartaleta), para la misma temporalidad.

Como fue mencionado anteriormente, otra posibilidad sería la comercialización de tipos finos de las Tierras Bajas, como los polícromos aún no identificados (erosionados), que se adquirieron paralelamente a la producción de su propia cerámica doméstica. De cualquier forma la posición geográfica transicional de Chaculá entre Tierras Bajas, Tierras Altas, y las cuencas del Grijalva y el Usumacinta, permite plantear relaciones comerciales, políticas, culturales así como migraciones. Estas posibilidades hacen pensar que se está ante el estudio de un fenómeno de fusión de regiones culturales durante el Clásico Tardío (Garrido López 2012a, 2012b; Ciudad Ruiz e Iglesias Ponce de León 1995), frente a las posibles rutas de comercio entre estas (Tejada et al. 2000; Arroyave 2010) que deben continuar su investigación y que han sido identificadas en otros sitios transicionales dentro del área Maya. En cuanto a las rutas comerciales reportadas en esta zona, la cerámica Gris Fino y Naranja Fino fueron intercambiadas de la Cuenca del Usumacinta (Yaxchilán y Piedras Negras) hacia la Cuenca del Grijalva, también en su periodo de mayor auge (Arroyave 2010), dichas redes de intercambio también incluyen a Chinkultic (Ball 1980) más tardíamente para el Clásico Terminal, lo que puede reflejar la posibilidad de intercambio del Usumacinta o del Grijalva hacia Chaculá.

Aún es necesario refinar la tipología y cronología a partir de futuros análisis no sólo cerámicos, sino químicos para establecer la secuencia de Chaculá durante aproximadamente 350 años de desarrollo, en relación a las fases ya establecidas para otros sitios, y conocer su papel en la configuración social, política y económica de la región. Preliminarmente pudo ser una región controlada por los sitios tributarios de la Cuenca del Grijalva que, a partir de sus relaciones comerciales y aumento de población, acrecentaron su poder tanto económico como político. Así, los habitantes que llegaron a Chaculá durante el Clásico Tardío a poblar la zona, pudieron ser originarios de la región del Grijalva, manteniendo y reproduciendo la misma tradición cerámica, y reflejando también las relaciones culturales y económicas, que la Cuenca estableció con otras regiones, así como la posibilidad de migraciones. En cuanto a Tierras Altas, la poca frecuencia de tipos de esta zona refiere relaciones esporádicas (Tipos micáceos y Mostaza), cuya naturaleza debe ser investigada y podría estar relacionada a eventos específicos tales como intrusiones, inmigración de pequeños grupos, casamientos, entre otros (M. Hatch, comunicación personal 2015).

 

Agradecimientos

 

La realización de la temporada de campo 2014 del Proyecto Arqueológico de la Región de Chaculá (PARCHA) y el análisis cerámico fue posible gracias a la Fundación Alemana de América Antigua (Deutsche Altamerikastiftung), al Dr. Nikolai Grube, Dr. Markus Eberl, y especialmente a la comunidad Nueva Esperanza Chaculá. Se agradece a los laboratorios de Cancuen y Salinas de los Nueve Cerros, y a la historiadora Licda. Lorena Coronado por su valiosa colaboración.

 

Referencias

 

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Fig. 1: Cuadro cronológico comparativo.

Fig. 2: Chachalaca Rojo.

Fig. 3; Chachalaca Impreso.

Fig. 4: Sasben Negro Gubiado.

Fig. 5: Encanto Estriado.

Fig. 6: Mostaza Rojo sobre Natural.

Fig. 7: Mango de incensario in situ.

Fig. 8: Vasija semicompleta fragmentada.

Fig. 9: Tapaderas.

Fig. 10: Elaboración de cerámica artesanal