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En busca del Clásico Temprano: la temporada 2015 del Proyecto Naachtun (2015-2018)
Después de una primera fase de cinco años de investigación (2010-2014) en la que nos dedicamos a entender la organización social, política y económica de Naachtun en el periodo Clásico Tardío y Terminal, dos momentos que consideramos al principio como la fase de apogeo en el sitio, la temporada 2015 del Proyecto Naachtun inicia un nuevo ciclo de trabajos de cuatro años más (2015-2018) en el que replanteamos nuestros objetivos y nuestra problemática. A partir del 2015, la investigación se enfocó en la comprensión de los mecanismos que participaron en la formación de Naachtun como capital regional en el Clásico Temprano, otro momento de apogeo en el sitio. En otros términos se concentró ahora en la fundación de la ciudad, en el proceso de instalación de su dinastía real y en los fenómenos de crecimiento demográfico por captación y absorción de nuevas poblaciones que proporcionaron la mano de obra necesaria para las nuevas construcciones. Este cambio de perspectiva y de época se acompaña también de un cambio espacial ya que paulatinamente el interés se centra en los Grupos C y A, fundados y principalmente ocupados en el Clásico Temprano, en vez del Grupo B esencialmente del Clásico Tardío y Terminal.
En esta temporada participaron 28 investigadores y estudiantes repartidos entre trabajos de campo y de gabinete que se distribuyeron en diferentes disciplinas: de la arqueología, la epigrafía, la iconografía, la antropología física, la arqueo-zoología, hasta temas paleo-ambientales como la hidrología del cival de Naachtun o la antracología.
El Grupo C
Los primeros trabajos en el Grupos C comprendieron dos operaciones principales y dos segundarias. En primer lugar se realizó un levantamiento topográfico con estación total de los dos complejos más importantes de este grupo, el Complejo Tríadico y la Acrópolis V (Fig.1), a cargo de C. Gillot y D. Michelet, esta operación permitió definir los principales rasgos arquitectónicos de ambos complejos a partir de una toma de puntos y estaciones. En el caso del tríadico se tomaron más de 1275 puntos a partir de 14 estaciones, mientras que en la Acrópolis V se tomaron más de 2438 puntos a partir de una treintena de estaciones. Ambos levantamientos, en proceso de tratamiento, deberán desembocar en restituciones 3D que nos permitirán visualizar mejor estos complejos.
Los trabajos en el Complejo Tríadico comprendieron tres operaciones distintas: el registro de los elementos arquitectónicos para el levantamiento, el estudio de las trincheras de saqueo y la realización de excavaciones preliminares. Este complejo es el único de esta configuración en el sitio; mide en su base menos de 50 m E-O por menos de 40 m S-N. Inicialmente se erigían tres templos sobre el basamento, ocupando sus costados oeste, sur y este. Pero, en una época posterior, se agregó del lado norte una cuarta superestructura que rompe de cierta manera la organización tríadica. Es dentro de esta última construcción que fue “enterrada” la estela 26. Cada uno de los tres templos consta de dos cuartos en crujía, siendo el cuarto trasero más largo y más angosto (55cm) que el anterior (115 cm de ancho).
De los doce túneles de saqueo investigados, que dañaron tanto el basamento como las superestructuras, el del costado este del basamento indicó que el complejo había sido construido en una sola etapa sin recubrir cualquier construcción-sub. El de la esquina SO, por su parte, reveló que la capa de sedimento arcilloso que niveló la roca natural antes de la edificación propia del complejo se fechaba de la fase Balam I. Contenía mucho material, entre otros huesos animales, carbones y, sobretodo, numerosos tiestos grandes de cerámica. Las excavaciones realizadas en el 2015 al pie del templo este (I-c) indicaron que la plaza triadica sólo contenía un piso encima de los rellenos constructivos de la plataforma general. La escalera de acceso al templo fue construida encima del piso y mide 30 cm de alto en promedio y de 30 a 40 cm de huella. La otra trinchera colocada al pie del basamento en su costado norte localizó la base de la escalera de acceso con sus tres gradas inferiores y el piso de plaza asociado. Éste recubría directamente el relleno encima de la roca natural, sin que se identifique etapas anteriores como en otros sectores de este costado norte. En el relleno mencionado se localizó, entre el abundante material, un soporte prismático calado con canica de “influencia” claramente teotihuacana.
De especial interés en este complejo tríadico es la Estela 26, un importante monumento descubierto a finales de 2004 por el Proyecto canadiense anterior yexcavado en el 2005 (Rangel y Alonso 2013) y dibujado por P. Mathews a partir de fotografías (Mathews 2013). La estela fue liberada de nuevo este año y estudiada por A. Lacadena con la ayuda de A. Garay para completar algunos detalles del dibujo y terminar su documentación, dado que sólo se había registrado el frente del monumento. En el tocado del personaje se aprecia ahora el cuello doblado de un ave que sujeta en el pico una sarta de cuentas formando un pez estilizado. La presencia del ave con pez en el pico refuerza –y a nuestro juicio resuelve– la identificación del tocado del personaje como la representación del dios GI, evocada también con la insignia cuatripartita parcialmente conservada en la parte superior, un aspecto ya apuntado por Mathews (2013:92), quien también había señalado la semejanza entre el tocado de la Estela 26 de Naachtun con la Estela 2 de Tikal. La asociación se hace ahora más estrecha –la Estela 2 de Tikal lleva también el ave con el pez en el pico–, más aún si consideramos que la Estela 2 de Tikal también presenta sobre los hombros del individuo representado las dos expresiones jeroglíficas pareadas compuestas con 7 y 9 que en la Estela 26 de Naachtun aparecen sobre las manos extendidas del personaje. En el del lado izquierdo del monumento, se pudo leer el nominal UNEN-BALAM, siguiendo a la expresión ?-NAL-la, quizá relacionado con el título Naahb’nal (K’inich), frecuente en las cláusulas nominales de los gobernantes de Tikal. Lo deteriorado del contexto y el no haber podido comprobar si la espalda del monumento conserva aún signos legibles nos impide determinar si el personaje mencionado es Unen B’ahlam, el enigmático gobernante de género incierto de Tikal, que gobernó hacia el 317 DC (Martin 2003; Martin y Grube 2008:26-27; Stuart 2011), o constituye una referencia a la deidad Unen B’ahlam, que aparece mencionada en textos tempranos de Tikal. Sea como fuera, en todo caso la iconografía y la epigrafía de la Estela 26 sugiere una fuerte conexión de Naachtun con Tikal en esta época de Clásico Temprano.
Por su parte, los trabajos en la Acrópolis V comprendieron dos operaciones distintas: el registro de los elementos arquitectónicos para el levantamiento topográfico y el registro de las numerosas trincheras y túneles de saqueos que dañaron irremediablemente el complejo. Se trata de una gran plataforma orientada N–S de alrededor de 55 m de largo por 33 m de ancho y 5.5 m de alto. Está rematada por un edificio piramidal del lado sur, tres templos del lado este y cinco templetes del lado oeste. La inspección preliminar de los 38 saqueos por P. Nondédéo y el estudio detallado de cuatro de ellos permitieron disponer de importantes datos acerca de este conjunto. Se trata de una acrópolis, principalmente ocupada en el Clásico Temprano, en particular de la fase Balam II, que se formó por la construcción/ampliación/superposición/destrucción/ recubrimiento de numerosas plataformas y basamentos sucesivos de los que los templos actualmente visibles representan la última etapa. Estos basamentos y plataformas están asociados con al menos catorce cámaras abovedadas de las que doce son indudablemente de carácter funerario. Todas sin excepción se encuentran saqueadas y fueron localizadas al limpiar y destapar los túneles. Siete de ellas se encuentran de sentido E-O y las demás N-S. Las que no se encuentran debajo de los pisos de los templetes superiores buscaron de preferencia la roca natural para acomodarse. Esto concierne al menos a cinco cámaras. El trabajo sistemático de registro y levantamiento de estos túneles permitió localizar de tres a cinco etapas por túnel indicando que la sucesión inicial de plataformas superpuestas se encuentra del lado oeste de la acrópolis mientras que del lado este se localizan solamente contrafuertes y muros de contención de la gran plataforma final.
Entre las diferentes estructuras-sub del lado oeste, cabe mencionar varias plataformas ataludadas y estucadas, otras decoradas con molduras en delantal y una última en especial que lleva una decoración en talud-tablero que alcanza 1.02 m de alto (Fig.2). La localización de esta plataforma, en gran parte desmantelada, muy periférica en relación a las etapas iniciales, sugiere una construcción tardía en la secuencia. La puesta en secuencia de todas estas plataformas junto con las sepulturas asociadas permitirá en el futuro reconstituir la historia constructiva de lo que parece ser el lugar privilegiado de inhumación de la familia real de Naachtun durante el Clásico Temprano.
En paralelo a estos dos primeros trabajos, una nueva operación consiste en delimitar precisamente los espacios de plaza relacionados con este Grupo C. A este fin, dos sondeos y una trinchera fueron realizados por L. Garrido al oeste de la estructura V. La trinchera realizada entre las dos estructuras paralelas al suroeste de la V indicó que ambas no formaron parte de una cancha de juego de pelota y reveló la presencia, en la parte central del patio, debajo de los dos pisos estucados, un chultun esculpido en la roca y rellenado por un sedimento negruzco arcilloso, encima del cual se localizaron numerosos fragmentos óseos, dispersos y sin orden aparente, mezclados con tiestos del Preclásico Tardío. Un sondeo preliminar por I. Barrientos indicó que los huesos se encontraban únicamente en la superficie. Casi al llegar a la roca madre se encontraron los fragmentos de una olla doméstica. Excavaciones sistemáticas el año entrante permitirán mejor entender este contexto y la razón de la presencia de estos huesos.
Entre las nuevas operaciones de la segunda fase del proyecto, cabe mencionar el análisis cerámico por A. Patiño enfocado en la mejor definición del Complejo Balam del Clásico Temprano. Las excavaciones de 2015 incrementaron la muestra de materiales de la faceta Balam I, del inicio del Clásico Temprano, lo que permitió corroborar caracterizaciones previas de esta faceta. Asimismo, el inventario de cerámicas lustrosas se extendió a partir del hallazgo de clases adicionales de materiales dicromos. En segundo lugar, el trabajo sobre las facetas intermedia (Balam II) y tardía (Balam III) del Clásico Temprano confirmó observaciones y caracterizaciones anteriores (Patiño 2013) gracias al incremento en el número de contextos con estos materiales. Adicionalmente, se recuperaron fragmentos de una vasija y una cabecita de cerámica Anaranjada Delgada, ambas asociadas con materiales Balam III. Cerámicas Anaranjadas Delgadas fueron producidas en Puebla (Rattray 1990) y distribuidas por Teotihuacan en sus áreas de influencia (Cowgill 2015). La presencia de estos materiales en Naachtun señala algún tipo de vinculaciones entre los habitantes de Naachtun y redes de interacción asociadas directa o indirectamente a Teotihuacán.
Zona residencial sur
El estudio del patrón de asentamiento y de la dinámica demográfica en la zona residencial sur del sitio proporcionó varios de los contextos que permitieron mejor definir las facetas de Balam. En 2015, esta operación conducida por J. Hiquet tenía dos objetivos: definir los límites de la ocupación Clásico Temprano en el sector noroeste y caracterizar la ocupación de las unidades pequeñas del extremo sur. Un total de 26 sondeos fueron realizados en 19 unidades distintas, 13 de las esas unidades sondeadas revelaron ocupaciones del Clásico Temprano. Las unidades situadas al norte del Grupo C revelaron secuencias de ocupación que abarcan todo el Clásico Temprano mientras que las del sur datan sobre todo de la fase Balam II. Uno de los resultados de esta temporada viene del hecho de que el tamaño de las unidades no predetermina la duración de la ocupación ya que en varios casos, unidades modestas mostraron una ocupación dilatada y dinámica a lo largo del Clásico Temprano y Tardío. Señalaremos también el hallazgo del primer contexto Preclásico Tardío (UH 6M64), mientras que el complejo 6l13, posiblemente ocupado durante este mismo periodo, reveló nuevos indicios de vínculos con Teotihuacan mediante la presencia de cerámica Anaranjada Delgada y numerosos fragmentos de obsidiana verde. Por su parte, la ocupación del Clásico Tardío es muy difundida ya que casi todas las unidades muestran huellas de actividad, a diferencia del Clásico Terminal sobre todo representado en unidades de gran tamaño (6L13 y 5L1). Finalmente, esta operación localizó seis sepulturas, cuatro de las cuales se fechan para el Clásico Temprano, así como cinco depósitos de fundación fechados de la fase Balam II del Clásico Temprano, periodo de intensa actividad constructiva en la zona habitacional.
En complemento a los trabajos de sondeos en la zona habitacional, este año inició una operación de registro sistemático de los saqueos en el Complejo 6L13, uno de los complejos más importantes de la zona habitacional, compuesto de 24 estructuras distribuidas en 10 patios. A cargo de P. Estrada, esta operación ofreció una serie de nuevos datos acerca de las prácticas funerarias y de los sistemas constructivos, poniendo a la luz más artefactos en relación con Teotihuacan (soportes calados con almenas y obsidiana verde). Un total de 30 saqueos fue registrado en 2015, revelando la presencia de 14 sepulturas del Clásico Temprano y Tardío, entre ellas la de la estructura 28, que consiste en una cista de grandes dimensiones, que imita las cámaras funerarias. Este trabajo estableció que las sepulturas se localizaban más bien en estructuras alargadas, tal es el caso de la estructura 25 con sus seis cistas.
Finalmente, la última operación en la zona habitacional concierne la excavación intensiva de la unidad 5N6 iniciada en 2014, cuya meta consiste en estudiar la relación entre modificaciones arquitectónicas y deposición de entierros. A cargo de H. Goudiaby, esta operación comprendió 17 sondeos y seis trincheras que permitieron mejor definir el plano general del patio al liberar más estructuras, fechar de manera más finas las etapas constructivas y encontrar nuevas inhumaciones. Las excavaciones concernieron sobre todo la estructura 5N9bis que cierra el patio al sureste y que fue construida con materiales burdos de recuperación, y la estructura 5N7 al noreste que se adosa contra la principal 5N6 (Fig.3). El inicio de la ocupación en esta unidad se presenta bajo la forma de una estructura-sub fechada de Balam II y desmantelada debajo de 5N6 y de la que se conservan restos de un muro de plataforma con hoyos de poste. Esta primera construcción fue destruida en Balam III al depositar una gran capa de cenizas y tiestos en un posible acto ritual. La construcción del patio actual interviene entre Ma’ax I y II (600-750 DC), siendo la estructura 5N8 una de las más tempranas edificadas con su sepultura 53 fechada de la transición Balam III-Ma’ax I. La estructura 5N9bis es la más tardía de la unidad y cierra el patio al sureste al recortar parte de la estructura 5N9, acomodando ahí una entrada en ángulo.
Un total de 4 sepulturas más fue encontrado en 2015, lo que enriquece la muestra que comprende ahora sepulturas de fundación, ocupación, transición y de abandono. De las cuatro mencionaremos la sepultura 61, la de una mujer con una extrema deformación tabular oblicua, la cual se encuentra colocada en decúbito dorsal con otro individuo en posición sedente entre sus piernas mirando hacia el oeste. Éste aún no ha sido excavado. Otro caso interesante es la sepultura 54, colocada al pie de la banqueta oeste de 5N9, la cual corresponde a una sepultura de fundación que fue reabierta tal vez al final de la ocupación para extraer del esqueleto unos huesos largos de la extremidad inferior izquierda para realizar algún ritual de abandono en el transcurso de Ma’ax III cuando se abandonó el patio. En otro renglón, los contextos sellados de este Patio 5N6 permitieron lograr una mejor definición tipológica de las fases Ma’ax I (600-640 DC) y Ma’ax II (640-750 DC) siendo éstas caracterizadas por analogías importantes con cerámicas del Petén central y norte y con importaciones del Usumacinta (Moro Naranja Policromo y Mataculebra Crema Policromo).
Grupo A
En el Grupo A los trabajos del 2015 atañeron únicamente al Grupo tipo E, cuyo estudio sistemático inició en 2014 con la estructura sur (XIX). Este año se empezó el estudio de la pirámide XX, la principal del sitio, con sus 33 m de altura con la realización de un corte este-oeste, la documentación de los saqueos y la realización de sondeos estuvieron a cargo de J. Cotom. Esta operación permitió determinar que el basamento en su estado final tenía cuatro cuerpos rematados por un edificio piramidal de dos cuerpos más. En el tercer cuerpo del basamento se pudo identificar, al menos en la fachada este, los restos de mascarones muy alterados. La inspección de los saqueos logró establecer que la primera versión del basamento correspondía a una plataforma de 1.6 m de alto de la que no se conoce sus otras dimensiones. Un sondeo realizado en ella nos permitirá en el futuro fechar su construcción dentro del Clásico Temprano. La extensión de esta plataforma hacia el sur mediante un piso de estuco corresponde a la segunda etapa, la cual fue también sondeada de manera a poder relacionar en el futuro las fases constructivas de esta pirámide con las de la estructura XIX al sur.
Grupo B, Complejo Oeste
En el Grupo B las distintas operaciones representan la continuación de las investigaciones de la fase anterior del Proyecto y abarcaron los complejos Oeste y Central. En el Complejo Oeste, J. Quiñones siguió su recolección de datos acerca de las estructuras alargadas que delimitan la Plaza Este investigando las estructuras 5O22 y 23 que delimitan el lado este de dicha plaza en relación al Patio 1. Estas fueron mapeadas en 2013 como dos estructuras distintas separadas por un pasillo. Las excavaciones permitieron determinar que se trataba en realidad de una sola estructura alargada N-S de dos crujías de 16 m de largo por 7.93 m de ancho, con un acceso central y un lateral de ambos lados del central que daban tanto a la Plaza Este como al Patio 1. El acceso central, de 2.44 m de ancho, corresponde a la interrupción en el mapa entre los dos montículos. En el transcurso de su uso este edificio-filtro sufrió dos alteraciones que implican cambios a nivel funcional. Primero se clausuró la crujía este en su lado sur a nivel del acceso central, y se condenó el acceso principal desde la plaza mediante la construcción de un muro bajo y burdo de dos hileras.
En el Patio 6, cuyas investigaciones empezaron en el 2014, se siguió con la liberación del edificio sur (5O-51) y se inició la de la estructura oeste (5O-69). D. Perla estudió en particular el sistema de acceso al Patio 6 en su esquina suroeste el cual consiste en una entrada restringida por la construcción de la gran plataforma de acceso a la estructura oeste, la cual se eleva más de un metro encima del nivel del Patio 3. Al liberar el acceso lateral oeste de 5O-51, el único acceso al patio de este lado, se localizaron, al pie de las gradas, un depósito de abandono compuesto por un cráneo, un fragmento de fémur con huellas de cortes y varios huesos largos. El sondeo realizado ahí indicó la presencia de seis pisos de patio construidos entre la fase Balam y Ma’ax II mientras que el sondeo en la plataforma de la estructura oeste indicó que existieron dos pisos de patio antes de la construcción de la superestructura, verosímilmente en la fase Ma’ax II. Por su parte, la estructura oeste (5O-69), excavada por J. Cotom, consiste en un montículo de 27 m de largo por 5 m de ancho. Se trata de una sola crujía N-S de tres cuartos alineados. En 2015, sólo el cuarto central se excavó liberando una amplia banqueta central de 5.2 m de largo por 1.8 m de ancho y 0.4 m de alto parecida a la del cuarto central del edifico sur, con sus dos respaldos laterales. El estudio de los saqueos indicó la presencia de una estructura-sub recubierta y en parte destruida por la construcción de la última versión de la superestructura. Este edificio constituye el segundo contexto en todo el sitio en el que se encontró tiestos de estilo Códice, lo que refuerza según A. Patiño nuestra percepción de que la baja cantidad de esta clase de cerámicas sugiere que los habitantes de Naachtun participaron de manera muy marginal en los circuitos de distribución de este material, producido y consumido dentro de la Región de Mirador y en el sitio de Calakmul (Boucher y Palomo 2011; Hansen et al. 1991).
Grupo B, Complejo Central
Las excavaciones en el Complejo Central giraron principalmente sobre el Patio 22, cuya investigación inició en 2013 (Fig.4). Se terminaron las excavaciones del edificio norte (5O-131), del que se liberó el cuarto central, que cuenta con dos banquetas laterales, lo que atestigua su carácter residencial, y un gran nicho en posición axial, acomodado en el muro trasero. Mide más de 50 cm de profundidad por un ancho superior a 0.60 m. Al pie de este nicho, C. Gillot encontró una espesa capa de ceniza que podría corroborar el carácter ritual-ceremonial de este elemento. De las dos banquetas, sólo se excavó la del oeste, la cual fue construida encima de una sepultura (Sep. 57) que no fue sellada al instalarla, lo que implica una concomitancia entre el depósito del individuo y la construcción de la banqueta. Eso difiere de la Sep.49, adyacente, excavada este año, cuyo parche fue sellado por una reparación de piso, el cual preceda la construcción de la banqueta que la recubre.
El trabajo en la estructura oeste (5O-120), iniciado en 2014, fue concluido este año mediante excavaciones complementarias llevadas a cabo por A. Díaz en el cuarto sur y la excavación de sepulturas por I. Barrientos. Con sus tres pisos sucesivos de estuco, testigos de una larga ocupación, el cuarto sur es el más antiguo y el primer construido de esta ala oeste del patio. Indicios de rituales de abandono fueron observados mediante la perforación de pisos y el depósito de cenizas en varias partes del lado sur, así como en el depósito, encima de la banqueta norte, de conchas, tiestos grandes, astas de venado, el todo en una concentración de cenizas. Estos rituales fueron realizados antes de condenar completamente el vano de acceso al cuarto. Las dos cistas encontradas en este cuarto, colocadas en distintos momentos, marcan dos etapas constructivas distintas (Fig.5): La primera (Sep. 55) fue colocada adentro del piso inferior y recubierta por un nuevos piso. Al final de la ocupación de este segundo piso, se reingresó a la sepultura para extraer el fémur izquierdo. Paralelamente, se acondicionó otra sepultura al norte de la primera, la 56, la cual recortó parcialmente la fosa de la anterior. Ambas sepulturas recubiertas por el piso final del cuarto, muestran una diferencia temporal de medio siglo según lo que indica el material cerámico. La excavación de los diferentes contextos funerarios ubicados en las estructuras del Patio 22 han permitido generar datos relevantes no solamente del tratamiento funerario en este sector en el periodo Clásico Tardío-Terminal, sino también de las manifestaciones que evidencian el culto a los antepasados y la participación de estos mismos en la configuración de los diferentes espacios que conforman el patio.
Finalmente, la excavación del edificio sur (5O-136) tenía como meta entender la relación entre el Patio 22 y la Plaza Río Bec al sur. Se liberaron el cuarto oeste y central y se pudo comprobar que ninguno de ellos conectaba ambos espacios: el cuarto oeste daba al Patio 22 mientras que el cuarto central abría hacia la plaza. Ambos mostraron varias etapas constructivas con la edificación de banquetas, posteriormente recubiertas por pisos sobre-elevados que indican posibles cambios en el uso de los espacios internos. El cuarto central muestra un caso interesante de cista axial acomodada en el pio sobre-elevado, que fue posteriormente integralmente vaciada de su ocupante al condenar el vano de acceso. Lo interesante de este caso es que las tapas de bóveda de la cista rebasaban el nivel del piso sobre elevado.
Entre los demás estudios, mencionaremos la documentación in situ y el análisis iconográfico preliminar de las estelas a cargo de J. Patrois, lo cual permitió observar dos tendencias en la iconografía: por un lado una primera tendencia que se inscribe dentro de la tradición de las imágenes totalmente “maya clásica”, y por el otro, una tendencia que muestra una imagen no clásica y original, desarrollando el sitio modos de representación propios, lo que atestigua de su autonomía política al desarrollar su propio estilo. Las estelas 18 y 19 de Naachtun se inscriben dentro de la primera tendencia con el rey y la reina formando un par al igual que en Calakmul (Est. 33-34) o en el Perú-Waka (Est. 28-29). Al igual que en ambos casos, la reina lleva un traje de red. Se trata en este caso de una moda en la representación, característica de un periodo dado. La otra tendencia muestra rasgos muy peculiares: el esfuerzo puesto en la talla del bloque es de mucho superior a la calidad de la iconografía, somera hasta tosca. Eso se traduce en algunos ejemplos por monumentos de forma no canónica con el ancho de los laterales casi equivalentes al ancho de la parte frontal como es el caso de la estela 17 (3.5m de alto por 0.90m de ancho en el frente y 0.83 m de ancho en los laterales), se traduce también por la ausencia de motivos iconográficos que caracterizan la fase a que estos monumentos pertenecen (imagen simple, somera, en vez de llevar numerosos detalles ornamentales).
El estudio del medio-ambiente comprendió este año dos operaciones: el estudio del cival de Naachtun con el fin de entender, entre otros, las dinámicas hidrológicas de los tres últimos milenarios, y el análisis antracológico de los carbones con fines de restituir el uso y gestión del bosque en el Clásico. El estudio del cival, a cargo de C. Castanet, se hizo mediante dos transectos de 450 y 900 m de largo que incluyen la extracción sistemática de muestras con nucleadora cada 50 m y la realización de tres trincheras profundas para comprobar los resultados de los pozos. La puesta en secuencia de todos estos pozos permitió observar una gran variabilidad vertical y horizontal de las facies sedimentarias lo que refleja una gran variabilidad temporal y espacial de los ecosistemas en la zona húmeda. Los sedimentos recolectados así como la calidad de las secuencias registradas dejan entrever un enorme potencial de reconstitución del paleo-medioambiente en relación con el cival y la ocupación del sitio. Entre los resultados muy prometedores mencionaremos la presencia de un nivel de depósitos carbonatados que fue encontrado en una gran superficie y que podría resultar de una deposición lenta en un contexto acuático permanente, eso probablemente durante varios siglos (Fig.6). Según las primeras fechas de radiocarbono, este fenómeno ocurriría durante el periodo Clásico. Por otra parte, varios paleosuelos aluviales y estratificados fueron identificados y seguidos sobre más de150 m; parecen ser suelos favorables a prácticas agrícolas y a campos de cultivo adentro del bajo mismo. Los análisis multi-proxi de las muestras recolectadas deberán permitir reconstituir las dinámicas hidrológicas geomorfologías y paleo-ecológicas locales, en particular del cival, así como las condiciones hydro-climáticas y el impacto humano sobre este entorno natural.
Finalmente, en lo que se refiere al estudio antracológico, la estrategia de muestreo se enfocó en 2015 en los contextos menos representados en el corpus, es decir los contextos rituales, funerarios y en relación con las ocupaciones tempranas. En total 587 litros de sedimentos fueron tamizados, procedentes de 77 contextos. Uno de los resultados de los análisis en curso es la identificación de un patrón en las concentraciones de cenizas que permite diferenciar las que corresponden a basureros, con un amplio espectro de taxones presentes, de las que denotan los restos de incendios puntuales de construcciones hechas con madera, con pocos taxones representados, en general el chicozapote y las lauráceas, dos familias de madera utilizadas en las construcciones.
Conclusión
A manera de conclusión, la temporada 2015 constituye una buena introducción a la segunda fase del proyecto con sus nuevos enfoques y objetivos. A través en particular de los avances en la comprensión de los diferentes componentes del Grupo C y de los avances en el estudio de la zona habitacional sur en el Clásico Temprano, el refinamiento de la cronología, en particular para la fase Balam II, aparece con más fuerza fundamental para la comprensión de fenómenos político-sociales complejos en relación con la formación de un centro mayor. Sólo un control cronológico fino, con pasos inferiores al siglo, nos permitirá reconstituir los mecanismos que concurrieron para el auge del sito.
Referencias
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Fig.1: Plano parcial del sitio de Naachtun centrado en los Grupos A y C (Mapa de E. Lemonnier después de Ruppert y Denison, 1943).
Fig.2: Basamento con talud-tablero en una estructura-sub de la Acrópolis V del Grupo C (Fotografía de Philippe Nondédéo).
Fig. 3: Plano de la unidad 5N6 (Levantamiento y dibujo de H. Goudiaby).
Fig. 4: Plano parcial del Patio 22 del Complejo Central (Levantamiento y dibujo de C. Gillot y A. Díaz).
Fig. 5: Sepulturas 55 y 56 del edificio 5O 120 (Fotografía de Isaac Barrientos).
Fig.6: Perfil de trinchera sedimentológica en el cival ilustrando la alternancia entre niveles orgánico-minerales
y niveles carbonatados (Fotografía de C. Castanet).