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32 El mito de Santa Isabel: Análisis de un mito Mam en el estudio del patrón de asentamiento en Arqueología – Rolando Rubio – Simposio 6, Año 1992

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Rubio, Rolando

1993        El mito de Santa Isabel: Análisis de un mito Mam en el estudio del patrón de asentamiento en Arqueología. En VI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 1992 (editado por J.P. Laporte, H. Escobedo y S. Villagrán de Brady), pp.388-391. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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EL MITO DE SANTA ISABEL:

ANÁLISIS DE UN MITO MAM EN EL ESTUDIO DEL

PATRÓN DE ASENTAMIENTO EN ARQUEOLOGÍA

Rolando Rubio

Durante el desarrollo de proyectos arqueológicos normalmente se establece un contacto entre los investigadores y vecinos del lugar, quienes de una u otra forma tienen un conocimiento de las diferentes manifestaciones de la tradición oral que forma parte de la riqueza cultural propia de la comunidad.

Este tipo de contacto puede ser aprovechado por los investigadores para conocer, dentro del conjunto de valores culturales comunitarios, información relacionada con la tradición oral, la cual como se propone en este trabajo, puede brindar información de importancia y de beneficio para el desarrollo del proyecto.

El caso que se presenta en esta oportunidad se relaciona con la población de Tajumulco, cabecera del municipio del mismo nombre, del departamento de San Marcos. La población se localiza en las faldas al oeste del volcán Tajumulco, a una altura aproximada de 2050 m SNM. El municipio tiene una extensión aproximada de 300 km² y colinda al norte con los municipios de Sibinal e Ixchiguan (San Marcos); al este, con Tejutla y San Pedro Sacatepéquez (San Marcos); al oeste, con México, con el río Suchiate de por medio. El municipio cuenta con un pueblo, 20 aldeas y 109 caseríos (Diccionario Geográfico de Guatemala 1962, tomo II: 313-315). Las aldeas con mayor relación a la historia de Santa Isabel son las de Tojquian Chico, Chana y Tunima.

El trabajo se desarrolla alrededor de la historia de Santa Isabel, patrona y fundadora del pueblo. La versión del mito proviene de don Pedro Pérez, quien en el año 1979 contaba con 69 años de edad. Algunas versiones fragmentadas recolectadas posteriormente han sido utilizadas para verificación de datos.

Deseo agradecer a todas las personas que de una u otra forma colaboraron en el desarrollo de este trabajo, así como la confianza brindada por los habitantes de Tajumulco. En la presentación se mantiene el estilo original del mito.

La Virgen Santa Isabel, patrona y fundadora del pueblo de Tajumulco, era la reina de Portugal o de Hungría, no sé de dónde exactamente, pero se vino huyendo de Huixtla, allá del otro lado. Santa Isabel venía con sus animalitos, o sea, palomas, gallinas, patos. También dicen que Santa Isabel venía acompañada con Santiago, San Pedro, San Marcos, San Andrés. Entonces, cuando la Virgen Santa Isabel llegó a Tojquian Chico, dicen que les dijo a Santiago, San Pedro, San Marcos y San Andrés que ella ya no aguantaba más, que mejor se quedaba ahí. Está bien, dicen que le contestaron y entonces la dejaron en Tojquian Chico; sólo San Andrés dijo que se quedaría un tiempecito allí con ella para ayudarla a hacer el pueblo.

Entonces dicen que Santiago, San Marcos y San Pedro se fueron. Santiago, dicen que se quedó en Tejutla porque le gustó el lugar, pero San Marcos y San Pedro siguieron más adelante

Entonces dicen que San Marcos le dijo a San Pedro que ya no quería seguir más y fundó San Marcos, donde está la cabecera departamental ahora y dicen que San Pedro le dijo que estaba bueno pues y entonces se quedó al lado de San Marcos y también fundó su pueblo, lo que es ahora San Pedro Sacatepéquez (San Marcos).

Si pues, entonces dicen que la Virgen Santa Isabel hizo una pocita así con sus manos en una piedra, pero como el agua es muy escasa allí, entonces, no se hallaron los animalitos y que se le empezaron a morir las palomitas y los patos. Entonces dicen que mejor dispuso Santa Isabel salir de Tojquian Chico y se fue para donde está ahora la aldea Chana. Allí, en Chana también hizo una pilita en una piedra pero como el agua también era escasa, entonces no duró mucho tiempo y se fue allá arribita a Tuinima. Cuando llegó, dicen que también hizo un pilita en una piedra, pero también el agua escaseaba en verano y no se hallaron los animalitos. Entonces Santa Isabel dijo que mejor iba a buscar otro lado.

Pero San Andrés ya estaba enojado porque a Santa Isabel no le gustaba ningún lugar y dicen que le dijo que él ya estaba cansado de estar de un lado para otro y que mejor se quedaba allí y entonces fundó San Andrés.

Entonces dicen que la Virgen Santa Isabel se vino buscando dónde poner el pueblo otra vez y de repente vio que sus palomitas encontraron un lugar donde había mucha agua y entonces dijo que mejor se quedaba allí. Sí, esa poza es por allí donde está la planta de la luz. Entonces, desde entonces está el pueblo de Tajumulco aquí. Y allí en el río hay muchas cosas que dejó Santa Isabel, hay una piedrona bien grande que se llama el lavadero de Santa Isabel y dicen que allí ella lavaba su ropa. Por eso cuando es época de feria sólo los cofrades van a quemar sus candelas y pom a ese lugar. Sí, sólo lo hacen una vez al año y en la parte de arriba de la piedra hay marcado el piecito de la Virgen Santa Isabel.

Al momento de analizar la información geográfica que se brinda a través del mito es interesante notar que se hace referencia a un origen muy distante o desconocido del inicio de la migración, al asociarse a Portugal, Hungría, Huixtla o allá del otro lado.

Los siguientes puntos geográficos mencionados son Tojquian Chico, Chana y Tuinima, encontrándose en cada uno de ellos evidencia de material cultural prehispánico, asociándose cada uno de estos centros habitacionales menores al centro habitacional mayor que se localiza al norte de la actual población de Tajumulco y que fuera estudiado por Dutton y Hobbs en 1940.

Al principio de la investigación, la mención de estos centros arqueológicos dentro de la historia parecían una coincidencia, razón por la cual se procedió únicamente a desarrollar análisis histórico, etnológico y antropológico para el establecimiento de un modelo que permitiera una mejor comprensión de la cosmología y cosmovisión de la comunidad.

Sin embargo, dentro del análisis comparativo propio de la metodología antropológica, se logró establecer que en la población de San Andrés Larraizar, comunidad Tzotzil que se localiza en el Altiplano Central de Chiapas (Ochiai 1985), existe el mito de San Andrés y que estructuralmente es similar al mito de Santa Isabel.

Es interesante hacer la observación de que si bien en el mito de Santa Isabel se menciona que San Andrés fundó un pueblo, en los alrededores de la población de Tajumulco no existe San Andrés como patrono de población alguna, sino hasta en la región de los Altos de Chiapas y en esta narración se hace referencia a la existencia de evidencia de asentamientos prehispánicos en los alrededores de la población, explicando también los vecinos la existencia de tal evidencia cultural precolombina a través de su mitología.

En este mito, tampoco San Andrés establece su pueblo formalmente debido a los problemas que tiene con sus animales, pero en este caso son ovejas. También San Andrés se encuentra acompañado dentro de la narración de dos hermanas, Santa Marta y María Magdalena, así como de un hermano, San Miguel, quienes en forma similar al mito de Santa Isabel, establecen sus poblados en los alrededores del protagonista de la narración. La primera parte de este mito Tzotzil es como sigue (Ochiai 1985:55-57):

Bien, dicen que hubo una vez en el que el apóstol (San Andrés) vivió en una cueva. Un día abandonó ese lugar en busca de otro lugar para vivir y pasó por la parte baja de Simojovel. Se dice que vivió en la parte baja de Simojovel. Pero le pareció difícil vivir ahí, de manera que nuevamente regresó. Llegó a Bach’en, regresó a Bach’en. Desde la cima de la montaña observó el apóstol detenidamente si la tierra era suficientemente grande. Luego de haberla examinado pensó que sería muy agradable vivir ahí. Pero el terreno era muy estrecho y la meseta no era grande. No era suficientemente espacioso. En un lado era rocoso y en el otro muy pendiente.

Bach’en estaba rodeado de barrancas y la colina era muy alta. Por fin, el apóstol ya no vivió ahí. Bach’en era un lugar cálido. El apóstol tenía cinco o seis ovejas. En una tarde como ésta, las ovejas del apóstol eran picadas por los jejenes y sacudían sin cesar sus orejas. El apóstol dijo «¿qué les pasa a nuestras ovejas?». «Creo que es debido a los muchos insectos». Así que después de todo ya no vivió ahí, no permaneció por mucho tiempo. El apóstol sintió que ahí era caliente. «Bien, busquemos otro lugar» dijo el apóstol.

Abandonó Bach’en y subió por las montañas. Se vino a Stzelejilo, llegó a Stzelejilo. Como traía una campana, llegó cargándola en sus brazos. Entonces se regresó a Stzelejilo. Había un roble, así que ahí colgó la campana, entonces la campana empezó a repicar. Bien, ellos llegaron de regreso ahí, empezaron a vivir ahí. El decidió construir una casa y trajo piedras.

Recolectó piedras, pues ya había empezado la construcción. Sin embargo, dos o tres días después, el apóstol no pudo continuar pues vio que el terreno era demasiado escarpado. El lugar era totalmente montañoso y todo escabroso. Entonces el apóstol reflexionó. Dijo, «yo no viviré aquí para nada». «Mis hijos (los andreseros) no caminarían aquí, no celebrarían fiestas». «Puesto que está muy estrecho» dijo el apóstol, «es escarpado y lleno de piedras». «Bien, deberé buscar un mejor lugar, algún otro donde pueda vivir cómodamente» dijo el apóstol. Ignoro si él se lo dijo a si mismo o solamente lo pensó. Lo ignoro, nadie lo sabe con exactitud. Entonces ocurrió que el apóstol vino a dar un paseo a este lugar. En ese entonces este lugar era muy arbolado, era como un bosque. El vino aquí a dar un paseo. Encontró que en este lugar no había piedras, era bueno, muy plano y nada rocoso. Dijo, «sería confortable vivir aquí».

El apóstol encontró un río profundo donde ahora se localiza la iglesia. El río era tan profundo y ancho que parecía como si hubiera sido un lago. Dijo el apóstol, «Humm, después de todo sería agradable vivir aquí». Entonces habló con el dueño del río. Sin embargo, el dueño no pudo hablar. Se dice que no podía hablar puesto que era Brazo Velludo. Luego de un tiempo, el dueño del río tuvo sueño y se durmió. Dormía de esta manera. Dijo el apóstol «¿Qué castigo he de darle?» Le vamos a inflingir un castigo. Cavó un hoyo detrás del actual edificio del ayuntamiento cerca del actual centro de salud. El preparó un hoyo de este tamaño; cavó un gran hoyo. Cuando se durmió Brazo Velludo ellos fueron a buscarlo y regresaron cargando en sus brazos a Brazo Velludo.

Hicieron que Brazo Velludo se sentara en el hoyo. No fue sino hasta que Brazo Velludo despertó que se dio cuenta que lo habían dejado caer en el hoyo. «Bueno, ahora quédate donde estás» le dijo el apóstol. Eso fue todo, ahí permaneció Brazo Velludo. Cuando se retiraron de ahí, el río se había secado. Brazo Velludo había abandonado el lugar con su río. Ahí quedó buena tierra. «!Ah, qué contento estoy! finalmente se ha ido Brazo Velludo. Ahora podré vivir aquí,» dijo el apóstol. El apóstol empezó a trabajar y a buscar piedras. Trajo todo aquello que necesitaba. No estoy seguro si la leyenda es cierta, pero se dice que la piedra vino sola al lugar. Vino por si misma y permaneció en el camino. Ahora, el apóstol empezó a construir la casa, se puso a trabajar.

En resumen, estructuralmente se presentan bastantes similitudes entre los dos mitos, ambos comparten el número de migraciones y la necesidad del agua abundante para poder establecer un poblado formal.

Si bien estos aún son resultados preliminares, se continúa con la investigación con el fin de incrementar la frecuencia de casos, por lo que si alguno de los presentes conoce algún caso similar, mucho le agradecería su colaboración en el desarrollo de este proyecto.

REFERENCIAS

Dutton, Bertha P. y Hulda R. Hobbs

1943        Excavations at Tajumulco, Guatemala. School of American Research, Monograph No. 9, University of New México Press, Santa Fe.

Ochiai, Kazuyasu

1985        Cuando los Santos Vienen Marchando.         Universidad Autónoma de Chiapas, México.

 

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