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56 La cerámica del Clásico Tardío de la Cuenca Mirador – Donald W. Forsyth – Simposio 16, Año 2002

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Forsyth, Donald W.

2003        La cerámica del Clásico Tardío de la Cuenca Mirador. En XVI Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2002 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo, H. Escobedo y H. Mejía), pp.657-671. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala.

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LA CERÁMICA DEL CLÁSICO TARDÍO

DE LA CUENCA MIRADOR

Donald W. Forsyth

La cerámica constituye un tipo de evidencia por medio de la cual se han establecido ciertos aspectos de la ocupación prehispánica de la Cuenca Mirador. Lo anterior es particularmente importante con respecto a establecer un control cronológico, tanto dentro del sitio o región, y con relación a otros sitios o regiones, como para establecer el grado de similitud de la cerámica entre tales regiones. Pero la cerámica también puede ser utilizada para investigar áreas de integración cerámica dentro de la Cuenca – dado que PRIANPEG fue diseñado más como un proyecto de investigación regional – y por tanto para tratar de definir el grado de variabilidad o similitud de la industria cerámica dentro de una gran región geográfica. Esto pareció muy prometedor ya que, desde 1981, el autor llevó a cabo el análisis de tipo-variedad de la cerámica recuperada por el proyecto El Mirador en el área nor-central de Guatemala, investigado por Ray Matheny y Bruce Dahlin entre 1979 y 1982 (Forsyth 1989; Matheny 1980; 1986a, b). Consecuentemente, desde 1989 hasta la actualidad el autor se ha ocupado del análisis de la cerámica de Nakbe (Forsyth 1993), recuperada por el Proyecto PRIANPEG, bajo la dirección de Richard Hansen de la Universidad de California. La cercanía de estos dos sitios sugirió una alta probabilidad de que serían muy similares en el ámbito de su cerámica, así como también en otros aspectos. Esto ha resultado ser el caso, pero Nakbe también presentó una serie de sorpresas que aportaron nuevos datos sobre la ocupación de la Cuenca. La meta original del proyecto era investigar sistemáticamente una gran variedad de sitios en la Cuenca, que podrían proveernos de un amplio aspecto comparativo en el análisis de cerámica.

Por varias razones, solamente los sitios de El Mirador, Nakbe y La Florida han proporcionado la gran cantidad de evidencia cerámica que, hasta la fecha, ha sido recuperada en la Cuenca (Figura 1).

Existen otras fuentes de información cerámica de la Cuenca, aunque son mucho más limitadas en cuanto al tamaño de la muestra y al número de contextos diferentes dentro de los cuales ha sido recuperada la cerámica. Entre estas otras fuentes son muestras pequeñas de los sitios de Tintal (Hansen 1990, 1993:119-120), Naranjal, y La Muerta (Hansen 1996:6ff). Adicionalmente hay un gran número de vasijas recobradas de varios sitios entre Zacatal y Güiro (Forsyth, Bachand y Helton 1998). Estos artefactos, dejados por los saqueadores, constituyen, en su mayoría, las vasijas completas o fragmentadas recuperadas de los entierros, las cuales, por su poco valor económico fueron abandonadas en el lugar. Dichas vasijas abandonadas también constituyen la mayoría de la colección de La Muralla, al noreste de Nakbe (Hansen et al. 1995). Finalmente, una pequeña cantidad de vasijas completas se recuperó de una tumba saqueada en Wakna, al sureste de Nakbe. Sin embargo, sólo en los tres sitios investigados intensivamente, se tiene indicios de una larga secuencia cerámica, la cual claramente evidencia una ocupación prolongada. Es casi seguro que Tintal y Wakna llegaron a tener tal ocupación, pero aún se carece de evidencia pues los sitios no han sido investigados.

Esta ponencia presenta un resumen de la evidencia cerámica que documenta lo que sabemos sobre la cerámica del periodo Clásico Tardío en la Cuenca Mirador hasta la fecha. De ninguna manera está finalizada, ya que existen otros sitios, algunos de ellos de gran tamaño, de los cuales se tiene poca o ninguna evidencia. También se intenta evaluar la naturaleza de la producción cerámica en la Cuenca en comparación con otras regiones de Petén de las cuales, sí existe una sólida evidencia cerámica.

Figura 1  Sitios arqueológicos en Petén

        Las investigaciones en la Cuenca Mirador a lo largo de los últimos veinte años, han demostrado que la región tuvo una ocupación intensiva a través de un considerable periodo de tiempo, extendiéndose desde el periodo Preclásico hasta el Clásico. Sin embargo, basados en la evidencia existente, la ocupación de la Cuenca no fue continua en el sentido de que hubo periodos de intensa ocupación y actividad cultural en contraposición a otros de descenso de población y actividad constructiva.

Sin duda, el periodo Preclásico representó el apogeo del desarrollo cultural dentro de la Cuenca. De acuerdo a los resultados arqueológicos, al final del Preclásico Tardío ocurrió un descenso masivo de la actividad, especialmente con respecto a la cerámica. Materiales cerámicos del periodo Protoclásico o del Clásico Temprano son muy escasos. Se recuperó una cantidad considerable de cerámica del periodo Clásico Temprano en El Mirador, pero dentro de dos contextos muy restringidos. La falta de materiales del Clásico Temprano es aún más evidente en Nakbe que en El Mirador.

Todo esto nos lleva a la conclusión que la Cuenca Mirador tuvo una ocupación bastante escasa después del declive del desarrollo que sucedió durante el Preclásico. Esto representó un largo periodo con un relativo abandono y estancamiento, careciendo de cualquier evidencia clara sobre las ceremonias de la élite Maya, tal como se les conoce en otras áreas de las Tierras Bajas Mayas. No es sino hasta después de 550-600 DC que la Cuenca parece haber experimentado un incremento poblacional bastante sustancial, tanto dentro como fuera de los antiguos centros Preclásicos.

Existe alguna evidencia de la ocupación en la Cuenca durante la época Tepeu 1 (ca. 550-625 o 650 DC), pero ésta es bastante escasa y a menudo se encuentra mezclada con contextos Tepeu 2. Más bien, los indicios de una población y actividad constructiva bastante sustancial durante el Clásico Tardío, según nuestros datos, han sido un fenómeno principalmente de Tepeu 2. Es decir, más de 600 años después del colapso de la cultura Preclásica, la región pareció haber vuelto otra vez a la vida. Esta ocupación nunca alcanzó la magnitud que tuvo durante el desarrollo del Preclásico, pero tampoco fue una ocupación insignificante. Sin embargo, se puede aseverar que la ocupación del Clásico Tardío en la Cuenca, al menos sobre la base de lo que hemos encontrado hasta ahora, fue bastante anómala.

Muchas de las manifestaciones arqueológicas que generalmente asociamos con el periodo Clásico, y particularmente con el periodo Clásico Tardío, son muy escasas o totalmente inexistentes en la Cuenca (Hansen 1996). Por ejemplo, las grandes pirámides coronadas con templos, así como los extensos palacios y plazas, tan característicos del periodo Preclásico en la zona, y del periodo Clásico Tardío en otras regiones, son prácticamente inexistentes en la Cuenca Mirador. De la misma forma, la erección de estelas y la colocación de dinteles grabados y otras formas de escultura en piedra no suceden aquí. En El Mirador se ha encontrado una pequeña cantidad de estelas lisas y parece que únicamente en Naachtun, a las orillas de la Cuenca, se manifestó el culto de las estelas en una manera importante (Ruppert y Denison 1943).

Igualmente, la construcción de canchas del Juego de Pelota, llevada a cabo en el Preclásico, no continuó durante el Clásico Tardío, sino que solamente utilizaron una cancha construida en el Preclásico. Estos patrones, tan cercanamente relacionados con el culto a los gobernantes y otros nobles y tan generalizado a través de las Tierras Bajas del Sur en otras regiones durante el Clásico Tardío, parecen no haberse manifestado en la Cuenca Mirador, a pesar del hecho de que existía una población sustancial durante ésta época. Dada la escasez de escultura y estelas, no sorprende que no se hayan encontrado tampoco evidencias de inscripciones o fechas jeroglíficas, excepto, por supuesto, en la cerámica policroma.

Más bien, los habitantes del Clásico Tardío en la Cuenca construyeron grupos residenciales de modesta dimensión consistentes de 4 a 10 (ocasionalmente más) estructuras. Este es precisamente el patrón de los sitios pequeños localizados en las áreas entre los grandes sitios del Preclásico. Pero lo importante es que igualmente es el mismo patrón que se encuentra en los grandes sitios Preclásicos durante este periodo. Es como si el mismo patrón de asentamiento encontrado en las áreas rurales fuera simplemente replicado en lo que fueran los grandes centros del Preclásico. Así, los asentamientos del Clásico Tardío dentro de El Mirador y Nakbe no forman el tipo de estructura de comunidad integrada que esperaríamos en los sitios del Clásico, o aún del Preclásico. Más bien, parecen ser conjuntos de estructuras residenciales dispersos a través de lo que en tiempos más tempranos fueron sitios integrados (Hansen 1996).

La falta de construcciones de la escala encontrada en las regiones del Preclásico, o aún del Clásico Tardío en otras regiones, no significa que las estructuras construidas por la población de la Cuenca carecieron de sofisticación. Por el contrario, tanto en los grandes centros como El Mirador y Nakbe, así como dentro de los pequeños sitios localizados entre ellos, los habitantes de la Cuenca construyeron grupos de pequeña y mediana escala con piedra cortada, muchas de ellas con bóvedas, que contenían cantidades considerables de cerámica. Más aún, los pisos de estuco de estas estructuras estaban generalmente bien hechos con paredes cubiertas con estuco. Su forma y contenido sugieren una función residencial y doméstica. Estas construcciones y su distribución indican una situación económica, una organización de producción y un nivel de vida que va más allá de simples pobladores con actividades puramente de subsistencia. Además, la Cuenca Mirador fue el centro de producción y distribución de la cerámica estilo Códice, lo que refleja una especialización que incluyó artesanos y escribas excepcionales. Esta cerámica estilo Códice sugiere que algunos de los habitantes tenían un estatus relativamente alto ya que las inscripciones en algunas de estas vasijas incluyen títulos generalmente asociados con la élite (López y Fahsen 1994; Hansen, Bishop y Fahsen 1991).

La mayoría de la cerámica del Clásico Tardío recuperada en la Cuenca proviene de estos grupos residenciales, ya sea como resultado de la rescatada en las trincheras dejadas por los saqueadores o de las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en los complejos. Igualmente, se conocen otros contextos. Por ejemplo, se recuperó una muestra significativa de cerámica fragmentada del Clásico Tardío alrededor de la base de la Estela 1 en el Grupo Este, en donde parece que fueron depositadas como parte de algún tipo de actividad ritual. Depósitos similares se han encontrado en Tintal y Pedernal.

La cerámica de este periodo, proveniente de todos los lugares que hemos registrado, es bastante similar en términos de la forma de la vasija, acabado de la superficie, técnicas decorativas y características de la pasta, lo que indica que toda la producción de estos sitios constituyó un solo sistema de producción. Con esto no afirmo que fueron producidas en un solo lugar o taller, o por un grupo único de alfareros, sino que fue manufacturada con estándares e ideas bastante uniformes. Según esto, se podría inferir que la Cuenca, o al menos la parte que hemos investigado, integraba un solo mercado de cerámica. El hecho es que, hasta para un ceramista especializado sería difícil determinar de qué sitio provine una vasija o unos tiestos, a través de un análisis macroscópico. Es posible distinguir algunas formas cerámicas novedosas dentro de las vasijas recuperadas en La Muralla pero el volumen de información sugiere la participación en el mismo sistema de El Mirador, Nakbe, La Florida, Tintal y del recorrido Zacatal-Güiro. Aunque por razones técnicas se le asignaron diferentes nombres a los complejos cerámicos de El Mirador y Nakbe (Lac Na y Uuc, respectivamente, véase Figura 2), todo el material recuperado de esta época es tan similar que actualmente constituye un solo complejo cerámico dentro de la Cuenca.

Mientras que la cerámica del Clásico Tardío en la Cuenca es parte inequívoca de la esfera cerámica Tepeu, hay importantes diferencias en otros sitios y otras áreas, lo cual refleja quizá, el proceso de regionalización de la producción de vasijas, muy evidente durante este periodo (Willey, Culbert y Adams 1967:310). Esto significa que hay elementos que lo relacionan, en el ámbito de cerámica, al área de Petén, pero también los hay que parecen ser limitados a la Cuenca misma.

La cerámica sin engobe de este periodo se restringe a un rango muy pequeño de formas y acabados de superficie. La abrumadora forma dominante es una olla grande que pertenece al grupo cerámico Encanto (Forsyth 1989:10,79). El cuello de la olla es fuertemente divergente, de medio a gran altura, y con boca amplia, usualmente con el borde robustamente reforzado. Dicha forma de borde o labio se produjo a lo largo de una gran extensión de Petén durante este periodo. Una de las características de las ollas es que el diámetro del borde es bastante grande con relación a su cuerpo globular. Las bases son planas o ligeramente cóncavas. Normalmente las vasijas presentan estrías en la parte externa del cuerpo, pero no así en los cuellos y bordes (Encanto Estriado); no obstante, también aparece un tipo sin estrías (Cambio Sin Engobe). Otras formas son extremadamente raras. La forma y acabado de superficie de la olla sin engobe, constituye un vínculo fuerte entre la Cuenca Mirador y la mayor parte de Petén al sur, y al norte en Calakmul (Domínguez 1994:245-249; 261-265).

Figura 2  Cuadro cronológico

        Estas vasijas varían en tamaño, como habría de esperarse, pero en general son bastante grandes, tanto que no se pueden manejar fácilmente con una sola mano, aún estando vacías. El diámetro del borde varía entre 20 y 32 cm, pero el promedio está probablemente entre el rango de los 23 y 26 cm. Aunque no hemos recuperado una vasija intacta, la evidencia que tenemos indica que los cuerpos globulares eran bastante grandes. Su gran tamaño, y la virtual ausencia de asas o agarraderas de cualquier tipo, hace poco probable que hubieran sido utilizadas frecuentemente para transportar su contenido, aunque los ejemplares de menor tamaño pudieron haber sido utilizados para este propósito. La pasta de estas vasijas es generalmente gruesa, con un desgrasante de calcita muy tosca.

Dichas ollas estriadas sin engobe representan la culminación de una de las tradiciones cerámicas más largas en la región. Se puede detectar un desarrollo continuo de ollas sin engobe a lo largo de toda la secuencia, desde el inicio hasta el final de la ocupación más importante en el área. El estriado en las vasijas sin engobe se inició hacia el final del Preclásico Medio y continuó ininterrumpidamente hasta el final del Clásico Tardío. Únicamente a través de las diferencias del borde y cuello, tamaño promedio de la vasija, y algunas veces, pequeñas diferencias en el patrón de estriado, se puede notar las transiciones en esta larga tradición cerámica. Durante esta secuencia completa, se encuentran vasijas sin engobe, principal y abundantemente en forma de ollas o cántaros, con otras formas que constituyen casos menores. Durante todos los periodos, pero especialmente durante el Clásico Tardío, los tiestos de las vasijas sin engobe casi siempre constituyen una considerable proporción de los complejos cerámicos. La extensión real de estas características cerámicas locales es indeterminada debido a la falta de información, tanto dentro de otras zonas de la Cuenca como más allá de ella. La evidencia preliminar indica que estos patrones únicos no se extendieron hasta Río Azul, que aunque pertenece claramente a la esfera Tepeu, posee su propia variante regional.

De la cerámica con engobe, predominan los monocromos, principalmente los grupos cerámicos Tinaja (engobe rojo) e Infierno (engobe negro) – el primero considerablemente más frecuente que éste. Cabe enfatizar que las diferencias entre los dos grupos monocromos se deben principalmente a la cocción, con los rojos producidos por la oxidación de las superficies y los negros producidos por el tiznado.

Los tipos del grupo cerámico Tinaja presentan un engobe oscuro, rojo y brillante. Tinaja Rojo: Variedad Nanzal (Forsyth 1989:8, 79-86; 1993:44, figs. 13i, 14f, l, k; 15a) es la principal. Las formas dominantes son fuentes con paredes recto-divergentes y, con o sin soportes trípodes, platos o fuentes poco profundos con desviaciones interiores y el exterior sin engobe, cántaros o tinajas con cuellos restringidos, cuencos profundos con bases planas, y cuencos hemisféricos, a menudo con bordes ligeramente engrosados. Ocasionalmente aparece en este tipo el cuenco grande o cazuela con base plana, paredes convexas y el borde fuertemente invertido como las vasijas características de Chinja Impreso (ver abajo). La forma de cántaro es de interés ya que aparece a lo largo de una extensa área de Petén durante esta época. Esta forma es idéntica a la que caracteriza a Pantano Impreso. A diferencia de los cántaros ú ollas sin engobe, el cuello está bastante restringido y presenta un quiebre pronunciado con el hombro globular. Estas vasijas son de un tamaño moderado en comparación con las ollas sin engobe y sus cuellos restringidos sugieren que pudieron haberse utilizado como recipientes para agua o algún otro líquido. Todas carecen de cualquier tipo de asa.

Las fuentes y los cuencos con base plana, paredes divergentes, y bordes directos o ligeramente engrosados, son característicos de la cerámica monocroma y policroma del Clásico Tardío en Petén. La Cuenca Mirador no se desvía de este patrón, ya que estas son las formas más comunes en el tipo Tinaja Rojo. Sin embargo, la forma no se parece a la mayoría de áreas debido al hecho que la forma en la Cuenca a menudo aparece con sólidos soportes trípodes (Forsyth 1989: figs.32EF, LL; 33B, D; 1993: figs.14f, i, k), en lugar de los soportes trípodes huecos en forma de horno (Smith 1955: figs.51a, c). Estos últimos tienden a predominar en otras regiones; pero los pequeños soportes trípodes sólidos son más comunes en la Cuenca y conforman un distintivo marcador cerámico para las fuentes y los cuencos del Clásico Tardío en la zona. De igual forma, las mismas fuentes, pero sin soportes, son comunes en la Cuenca Mirador (Forsyth 1989: figs.32OO; 33A; 1993: figs.14g; 15a).

Una forma que parece encontrarse únicamente en la Cuenca es un plato o fuente con una ligera desviación interior (Forsyth 1989: figs.31D-KK; 1993: figs.13i). Se ha notado que existen formas un poco similares en los sitios de Nohmul (observación personal, Universidad de Boston, 2000), y Melhado (Willey y Bullard 1956: fig.5s) en Belice. La región del borde está generalmente engrosada y la desviación se localiza usualmente entre 4 y 5 cm del labio, aunque existen excepciones. El exterior usualmente carece de engobe. Muy raramente el exterior presenta una banda circunferencial de impresiones digitales, tal como aquellas realizadas en las cazuelas de Chinja Impreso. Esta forma es también un producto distintivo dentro del inventario cerámico de la Cuenca y la misma, o una muy similar, también se ha encontrado en Calakmul (Domínguez 1994: figs.82-84; 106), a aproximadamente 50 km al norte de la Cuenca. Esto era de esperarse, ya que Calakmul comparte un número de características cerámicas en cuanto a las formas y a los patrones decorativos con la cerámica de la Cuenca durante su complejo cerámico Ku.

Otro tipo de este grupo, particularmente prominente en la época Clásico Tardío es Chinja Impreso (Forsyth 1989; 86-89; 1993:44, figs.13a-d), que se distingue por la aplicación de una banda de impresiones digitales sobre el exterior de la superficie de las vasijas a una corta distancia por debajo del borde (ca. 1-7 cm). Este efecto decorativo es una característica de la gran mayoría de las cazuelas y cuencos grandes, pero también se observa raramente en el exterior sin engobe de platos y fuentes poco profundos. Este tipo constituye un diagnóstico virtual para este periodo y fue producido en grandes cantidades en El Mirador, Nakbe y La Florida, así como en una pequeña muestra de Tintal. También se pueden encontrar en lo recolectado dentro de las trincheras dejadas por los saqueadores en otros sitios en la Cuenca, pero es mucho menos común en estos contextos que en los sitios que hemos investigado exhaustivamente. Esto ciertamente refleja el hecho que la cerámica de las trincheras abandonadas por los saqueadores corresponden a contextos mortuorios y que estos no contienen grandes cantidades de este tipo claramente doméstico. Existe una gran variación en la forma del borde y en la manera de colocar las impresiones digitales. Los bordes están usualmente engrosados o reforzados en varias maneras, y algunos ejemplares presentan un marcado cambio en el ángulo de la pared cerca al borde. Los interiores de las vasijas, y sus exteriores hasta el nivel de la banda de impresión digital o a veces un poco debajo de ella, presentan un engobe rojo, mientras que las dos terceras partes inferiores del exterior no presentan engobe y a menudo son ásperas. Mientras que esta forma común se difundió extremadamente durante el Clásico Tardío y el Clásico Terminal, los ejemplos de la Cuenca Mirador conforman un patrón bastante localizado. La banda impresa nunca aparece combinada con ranuras o incisiones, como es el caso de Uaxactun (véase Smith 1955: fig.48) y de Tikal, y las tiras de pastillaje que llevan la impresión digital son casi inexistentes (p.e., Chaquiste Impreso). De la misma forma, no hay ejemplos de cazuelas con una ranura o una incisión que circule el exterior cercano al borde, común en la región Uaxactun-Tikal. Así, mientras que la Cuenca Mirador parece relacionarse más cercanamente con esta última región durante el Clásico Tardío, también presenta su propio carácter regional, que consiste esencialmente de un solo tipo con un único y monótono esquema decorativo. Dentro de la Cuenca son totalmente inexistentes los tipos Subin Rojo y Chaquiste Impreso, encontrados en muchos sitios alrededor de la Cuenca. Foias (1996:642-644) ha rebautizado este tipo, más apropiadamente, creo, como Tinaja Rojo: Variedad Subin. Estas vasijas varían en tamaño, pero generalmente son bastante grandes, en que el diámetro del borde tiene un promedio de más o menos 35 cm, y una altura en un rango casi igual. Generalmente, las bases son planas.

Considerablemente menos común, pero presente en todos los sitios investigados a la fecha es el tipo Pantano Impreso (cf. Sabloff 1975: figs.315-320; Forsyth 1989:90-91; 1993: fig.15b). Sin duda alguna este tipo se produjo en la Cuenca durante la época Tepeu 2. Aparece en una sola forma de vasija, una tinaja globular con un cuello restringido, idéntico a los producidos en Tinaja Rojo, pero decorado con una zona de impresiones exteriores localizadas en la unión del cuello y hombro. Estas impresiones se hicieron utilizando una herramienta. Toman la forma de una a cuatro filas de pequeños triángulos impresos, líneas verticales espaciadas, punzonados redondos y algunas veces, impresiones dentadas. Algunas veces los punzonados de una clase u otra están combinados con triángulos impresos. El efecto decorativo es bastante diagnóstico debido al exacto rango de diseños de impresiones y a la limitada localización en el hombro de la vasija. Si ésta área de la vasija no estuviera presente, entonces no sería posible distinguirla de una tinaja del tipo Tinaja Rojo con la misma forma. La Variedad Sellada también se ha encontrado en la Cuenca, pero es mucho menos frecuente que la Variedad Pantano.

La incisión en la cerámica con engobe rojo es muy rara (Corozal Inciso) aunque se han encontrado en por los menos un par de técnicas distintas, siempre realizadas antes de la aplicación del engobe. Notablemente inexistente en la Cuenca es el tipo Cameron Inciso, tan común en otras áreas durante el horizonte Tepeu 3. Laporte y Gómez (2001:828, 847) han sugerido rebautizar este tipo como Corozal Inciso: Variedad Cameron [en realidad, variedad Camarón suponiendo que camarón fue lo que Smith y Gifford (1965) quisieron decir, pero lo escribieron incorrectamente (véase Forsyth 1993:34)]

El principal tipo negro monocromo, Infierno Negro, que ocasionalmente varía hacia un tono café, o con manchas de color café, es menos común que el Tinaja Rojo. Sin embargo, conforma una parte significativa de la cerámica monocroma. Las formas más importantes son similares a las de Tinaja Rojo, especialmente los cuencos y las fuentes con paredes divergentes y de base plana con los bordes directos o ligeramente engrosados. Pero la mayoría de las otras formas del Grupo Tinaja también se presentan en el Grupo Infierno. Sin embargo, las tinajas o cántaros son casi inexistentes en este grupo cerámico. En contraste, son más numerosas las fuentes y los platos con desviaciones interiores, bordes engrosados y exteriores usualmente sin engobe (Forsyth 1989:93-97; 1993:44), que en la cerámica con engobe rojo.

También se ha encontrado una variedad incisa de este tipo, Carmelita Inciso (Forsyth 1989:97-103; 1993:44). Los diseños incisos generalmente representan motivos geométricos y normalmente se conforman por bandas basales, o en el borde, o en los dos. Sin embargo, la vasija de silueta compuesta es una forma única y abundante de la cerámica negra en la Cuenca Mirador (Forsyth 1989: figs.40S-KK, 41, 42A; 1993: figs.13e-h), la cual puede presentar los diseños geométricos ya mencionados o, aunque con menor frecuencia, monos incisos (Forsyth 1989: figs.40S-T; 41U, AA; 1993: fig.13f). Estas vasijas incisas se encuentran en cantidades considerables en todos los sitios y áreas de la Cuenca. Ocasionalmente esta forma aparece sin decoración incisa, pero siempre con engobe negro (Infierno Negro). Es interesante que la ejecución de los monos incisos se limite exclusivamente a la cerámica con engobe negro y a esta forma particular de cerámica. Se han encontrado monos incisos en una manera similar en algunos otros sitios de las Tierras Bajas Mayas (véase Forsyth 1989:99,103), pero los ejemplos de la Cuenca Mirador son más parecidos a los tipos del grupo Chablekal. De hecho, un par de vasijas Gris Fino con monos incisos, claramente importadas hacia la Cuenca, se recuperaron dentro de contextos funerarios de varios sitios, incluyendo trincheras abandonadas por saqueadores en La Florida.

Adicionalmente, aparecen pequeñas cantidades de la vajilla Gris Fino, Grupo Chablekal, en Nakbe, Tintal, en el recorrido Zacatal-Güiro y El Porvenir (Forsyth 1980:79), entre El Mirador y Tintal. La silueta compuesta de las vasijas Carmelita Inciso de la Cuenca es similar a estas vasijas Gris Fino en cuanto a diseño y forma, aunque la base de las vasijas Carmelita es distinta. Pero algunas de éstas últimas presentan soportes con forma de espiga de maíz tal como las vasijas Chablekal, lo cual sugiere que las vasijas Gris Fino constituyeran la inspiración detrás de los ejemplos locales con engobe negro de la Cuenca Mirador, o tal vez al revés (véase Forsyth 1993: figs.13h, 14e). Las vasijas de silueta compuesta parecen, limitarse exclusivamente a la Cuenca, aunque es factible que se presenten en Calakmul. Otros sitios a veces, tienen formas que recuerdan vagamente a las vasijas de silueta compuesta de la Cuenca Mirador, pero no son del todo similares. De todos los sitios conocidos afuera de la Cuenca, probablemente Calakmul posee los más similares. El estilo y los motivos de la decoración incisa (Forsyth 1989: figs.41C-E,G,I,OQ-S;42A), parecen estar limitados al grupo cerámico Infierno y no se observan en la cerámica roja. Una tercera variante de Carmelita Inciso, presenta una única y profunda línea incisa sobre o cerca de la unión basal (Forsyth 1993: figs.14c,h,j), tanto independiente como en conjunción con otros diseños incisos. La vasija de silueta compuesta ocasionalmente presenta una pestaña exactamente en la unión basal (Forsyth 1989: figs.40U, KK; 41V; 1993: figs.14c,j,l).

Otro tipo, Tres Micos Impreso, es esencialmente idéntico al Chinja Impreso excepto que el engobe aplicado al interior y en la parte baja del exterior es en color negro (Forsyth 1989: figs.42DD-LL; 43A-BB). Este tipo no es tan numeroso como la versión roja de la cazuela impresa, que es muy frecuente en el complejo cerámico Uuc. Muy escaso es el tipo Carro Modelado, pero aparece consistentemente en El Mirador y Nakbe y en entierros encontrados en el recorrido Zacatal-Güiro (Forsyth 1989: figs.43CC-II; 44A-B; 1993: fig.15d). Definitivamente, el tipo se produjo en la Cuenca durante el horizonte Tepeu 2.

En resumen, con respecto a las vasijas monocromas, puede decirse que la cerámica del Clásico Tardío en la Cuenca Mirador sigue tipológicamente a la de Petén este-central; pero hay diferencias significativas. En una ponencia anterior (Forsyth 1999) indiqué que la cerámica monocroma de Petén durante el Clásico Tardío, formó un patrón uniforme con respecto al acabado de la superficie, forma y decoración (compartiendo muchos de los mismos tipos y patrones decorativos sobre una extensa área). El argumento original era sobre similitudes y diferencias en la cerámica monocroma de Petén durante el Clásico Terminal. Pero lo mismo se puede aseverar con respecto a esta cerámica durante el Clásico Tardío, ya que, tal como apunté en una ponencia anterior, existió una gran continuidad entre los periodos Clásico Tardío y Terminal con respecto a la cerámica monocroma sin engobe. A las similitudes compartidas a lo largo de Petén, consistentes esencialmente de los tipos de los Grupos Tinaja e Infierno las llamé Sub-complejo Petén (ahora “Súper-complejo”), pues virtualmente cada sitio del Clásico Tardío presenta la mayoría de estos tipos en cantidades considerables. Rice (en Forsyth y Rice s.f.) sugirió que en virtud que el término “Sub-complejo” tenía un significado distinto, el concepto debiera quizás llamarse “Súper-complejo”. Sin embargo, también indiqué que había algunas variaciones regionales dentro de este Súper-complejo. Llamé Grupo Oeste a la variante del Súper-complejo Petén que incluye tazones o cuencos de los tipos Subin Rojo y Chaquiste Impreso, y que ahora sabemos fueron producidos en gran parte o en casi todo el Petén. Sin embargo, la región Tikal-Uaxactun careció de estos tipos, pero posee tipos que corresponden, particularmente los tazones o cuencos Tinaja Rojo y Chinja Impreso. A esta variante la llamé Grupo Este. Las diferencias entre los grupos se basó principalmente en las variaciones decorativas de estas vasijas. Pero debido a que tales vasijas fueron producidas en grandes cantidades en la mayoría de los sitios, se pueden utilizar como una señal clave para identificar las dos regiones.

La Cuenca Mirador cae totalmente dentro del Grupo Oeste, siendo la forma dominante el Chinja Impreso, con una relativamente pequeña cantidad de formas Tinaja Rojo, mientras que son inexistentes Subin Rojo y Chaquiste Impreso. Esto también parece ser el caso de Calakmul al norte de la Cuenca, al menos durante el Clásico Tardío (Domínguez 1994; Boucher y Dzul 1998). Estos tipos pudieron haber ingresado en pequeñas cantidades a la región central del norte de Petén y regiones correspondientes de México durante el Clásico Terminal. Al menos su presencia en Calakmul al norte durante la fase Halibe (Tepeu 3; Domínguez 1994:190,205; Boucher y Dzul 1998: Tabla) puede sugerir tal posibilidad. Pero esto no puede verificarse, pues no hemos recuperado evidencia sustancial de cerámica del Clásico Terminal en la Cuenca.

Al compartir sus tipos, formas y patrones decorativos, la Cuenca claramente forma parte del Súper-complejo Petén, aunque existen dentro de estos mismos grupos cerámicos otras diferencias que separan a la Cuenca. Por ejemplo, los platos y fuentes de base plana y pestañas laterales con soportes trípodes huecos como los ilustrados por Smith (1955: fig.51), y tan comunes en otros sitios de Petén, no son tan comunes en la Cuenca, aunque no inexistentes, como las formas similares con soportes sólidos. Otra forma común en la Cuenca, que no se encuentra en otras áreas de Petén, es la fuente de paredes ligeramente curvo-divergentes con desviaciones interiores, y el exterior sin engobe. Esta forma, o una muy similar aparece en Calakmul (Domínguez 1994: figs.82-84;106). También existen formas similares en los sitios Nohmul (observación personal, Universidad de Boston, 2000), y Melhado (Willey y Bullard 1956: fig.5s) en Belice. Esta última forma es bastante común dentro de la cerámica con engobe rojo y negro. Otra forma dominante es el cuenco de silueta compuesta, escaso o inexistente en otros sitios al sur. Los motivos de monos incisos, tan comunes en El Mirador, son, de la misma forma, escasos o inexistentes en otros lugares. Por otro lado, los cuencos o cazuelas con borde invertido, las tinajas, la cerámica sin engobe y los tipos policromos, relacionan más cercanamente a El Mirador con los complejos más sureños.

La cerámica pintada del Clásico Tardío, proveniente de la Cuenca, consiste principalmente de tres grupos cerámicos: Palmar, Zacatal y Códice. Forsyth (1993:34) cambió el nombre del tipo original, Zacatel, asignado por Smith y Gifford (1996:164, 172), para escribir correctamente la palabra. Aunque se han encontrado algunas vasijas policromas del horizonte Tepeu 1 en todos los sitios investigados hasta la fecha, la muestra más grande de esta cerámica corresponde al horizonte Tepeu 2.

La cerámica policroma más común en la Cuenca pertenece al grupo cerámico Palmar. Este grupo se conforma exacta e inequívocamente al patrón de la esfera Tepeu y es una excelente muestra representativa de esta esfera. La variedad Palmar, que es la variedad dominante, aparece en un número de formas, las más importantes de las cuales son las fuentes o cuencos con quiebre basal, cuencos con paredes divergentes, base plana, y sin soportes, vasos, y fuentes trípodes con paredes divergentes y base plana. Por las razones explicadas en Forsyth (1989:5-7, 9), asevero que la distinción Saxche-Palmar a nivel tipológico, es irreal. Como resultado, se ha modificado la clasificación de manera que Saxche y Palmar son variedades de Palmar Naranja Policromo. Sea cual sea la tipología que el lector prefiera, la distinción que hago aquí en el ámbito de variedad corresponde a lo que previamente ha sido definido como tipos distintos.

La variedad Saxche, aunque escasa, es la más encontrada en los platos con ceja lateral, cuencos hemisféricos y ocasionalmente, vasos. El patrón básico para estas dos variedades es un engobe primario de color naranja, a menudo con un baño preliminar de color crema a rosa; sobre el engobe se pintó diseños geométricos, abstractos, naturalistas o combinados, hechos con pintura en los colores rojo y negro, este último casi siempre pero no exclusivamente, utilizado para delinear o enmarcar. Sin embargo, en realidad existen grandes variantes en la forma que estos colores son utilizados, haciendo posible obtener muchas combinaciones de color distintas, así como patrones particulares que ocuparon porciones específicas de una forma de vasija particular. Más aún, ahora parece que la adición de pinturas post-cocción a las superficies de las vasijas policromas fue una práctica mucho más común de lo que se había pensado anteriormente, lo cual le agrega mucha más diversidad a estas vasijas. Tal diversidad, por ende, no puede ser fácilmente analizada bajo categorías generales, como son las variedades cerámicas, y parece necesario crearse otros mecanismos para hacerlo (véase la discusión del concepto de Sub Variedad en Helton (1997:12, 140-158) y sus análisis sobre campos de diseño). Desdichadamente, la cerámica naranja policroma de la Cuenca Mirador se encuentra generalmente en mal estado de conservación, al punto que se dificultan los análisis más detallados. También se han encontrado algunos ejemplos de naranja bicromos, así como ocasionalmente un rojo policromo, pero no son frecuentes.

Otra clase importante de cerámica pintada es la que presenta diseños sobre un engobe crema brillante, principalmente Zacatal Crema Policromo. Esta cerámica se produjo aplicando pintura roja y negra a un engobe primario de color crema. Al igual que las vasijas Palmar, existe una considerable variación en la manera en que se combinaron los colores, dando como resultado vasijas que pueden variar considerablemente en su apariencia total. Algunos ejemplos presentan un engobe naranja en el interior de la vasija, idéntico al engobe de los naranja-policromos, mientras que el exterior lleva un engobe crema. Las principales formas de vasijas son similares a las del grupo cerámico Palmar. De la misma forma, los diseños son similares a los descritos para los naranjas-policromos. Sin embargo, en un par de cuencos con engobe crema se observan monos pintados, los cuales son estilísticamente muy parecidos a los monos incisos en la cerámica monocroma negra.

Una tercera categoría de vasijas policromas, Códice Policromo, hasta el momento exclusiva a la Cuenca Mirador, se han recuperado en Nakbe y El Mirador, aunque el mayor volumen de tiestos proviene de Nakbe. Es frecuente encontrar vasijas estilo Códice (Coe 1973, 1978; Robicsek y Hales 1981; Hansen, Bishop y Fahsen 1991) dentro de las colecciones privadas que probablemente fueron saqueadas de contextos funerarios. Se ha comprobado a través del análisis de neutrones en varios ejemplos de colecciones privadas, que estas fueron producidas dentro de la Cuenca. Pero los ejemplares de la Cuenca se han recuperado exclusivamente en contextos residenciales. Principalmente se encuentran formas como fuentes, cuencos, platos y vasijas. El término estilo Códice se deriva de su similitud con el estilo de pintura que se observa en los códices Mayas (Hansen, Bishop y Fahsen 1991:225; Reents y Bishop 1987:775). Reents y Bishop (1987:778-9) definen el estilo de la manera siguiente: “…pintura “positiva” de finas líneas negras sobre una superficie crema. El borde y banda basal rojos definen los límites superior e inferior del área pictórica en el exterior de las formas, a excepción de los platos cuyos interiores representan el área pictórica principal, aunque sus bordes también presentan pintura roja. Ocasionalmente se utiliza una pintura ligeramente más diluida para afinar o enfatizar los jeroglíficos y algunas pocas veces la imagen pictórica”. Ellos también enfatizan el hecho que el contenido de la imagen es abrumadoramente pictórico.

El color del engobe de las vasijas estilo Códice es diferente del engobe crema encontrado en Zacatal Crema Policromo, en que el engobe de las vasijas estilo Códice tienden a ser de color café amarillo o café claro en muchos ejemplos; en otros casos presenta un tinte rosa a anaranjado. Las escenas pictóricas se realizaron con pintura que va de negro a un café oscuro sobre la superficie crema o café amarilla, creando una escena bicroma; la pintura roja, abundante pero variable, se limitó a los bordes o a las bandas basales. Sin embargo, el interior de las figuras o de otros elementos se realizó a menudo con un tono más diluido del color negro o café utilizado para delinear la escena, y el uso de esta gama de diluciones distintas produce un efecto aún más variado que una simple pintura negro sobre crema.

Estas vasijas han sido previamente definidas como parte del tipo Zacatal Crema Policromo (Hansen, Bishop y Fahsen 1991:225; Ball 1994:316, 324-326, 328). En mi opinión, las vasijas estilo Códice de la Cuenca no coinciden tipológicamente con esta categoría. Más bien, constituyen un tipo distinto, con muchas variedades, que se diferencian de Zacatal Crema-Policromo en más términos que los estilísticos.

Hasta la fecha, la mayor parte de la cerámica estilo Códice de la Cuenca de nuestra colección se recuperó en Nakbe, con algunas muestras encontradas en El Mirador, La Florida y La Muerta (Hansen 1988; 1996; s.f.). Incluso en Nakbe la cerámica Códice posee una distribución interesante. Hasta ahora se ha encontrado únicamente en los Grupos Códice y Cimi, al norte del centro del sitio, mientras que en las investigaciones en el Grupo Coral y la Plaza Benson del Clásico Tardío, al sur del sitio, no se recuperó un solo tiesto estilo Códice. Esto podría sugerir que los residentes de los Grupos Códice y Cimi representaran domicilios de la élite del Clásico Tardío en el sitio, mientras los residentes del Grupo Coral fueran de una condición social inferior.

Adicionalmente, aparecen pequeñas cantidades de otros tipos policromos en los depósitos del Clásico Tardío. En particular, son notorios los ejemplos de Chimés Naranja Policromo y Tich’ Crema Policromo (Boucher y Palomo 1989:502-510). Aunque no numerosos, estos tipos se encontraron consistentemente en varios sitios diferentes dentro de la Cuenca. Se sabe poco acerca de estos tipos, pero su forma y sus esquemas de diseño y color son muy distintos al resto de la cerámica policroma de la cuenca. Chimés Naranja Policromo presenta pintura roja y negra sobre un engobe naranja-café que posee un tinte más café que las vasijas Palmar. Los diseños pintados son sencillos y geométricos, y consisten de líneas y triángulos achurados. Todas estas vasijas tienen base anular. Tich’ Crema Policromo aparece en formas similares, siempre con una base anular, pero los diseños son más complejos, a menudo figurativos. Finalmente, se han recuperado pequeñas cantidades de Benque Viejo Policromo y tipos relacionados. Claramente, estos fueron importados de la región de Belice.

En resumen, puede decirse que la Cuenca Mirador, durante el Clásico Tardío, parece haber sido una región cerámica que, totalmente partícipe de la Esfera Tepeu, constituyó una variación regional de esta esfera que hasta ahora no puede extenderse más allá de los confines de la Cuenca misma. Tanto la cerámica, como las clases de contextos en los que se han encontrado hasta ahora, son similares en todos los lugares de donde contamos con información.

Es particularmente llamativo que carecemos de evidencia para una ocupación significativa durante el Clásico Terminal en la Cuenca. Indicios de una ocupación sistemática o extensa durante el periodo Tepeu 3 no se ha recuperado hasta la fecha. Parecería, por ende, que la cerámica Uuc del periodo Tepeu 2 marca el final de una ocupación importante dentro de la Cuenca. Hay unos cuantos ejemplos de cerámica perteneciente al Clásico Terminal, pero no proporciona evidencia de una ocupación importante. En El Mirador, dos entierros colocados en suelos que aparentemente se habían acumulado en cima del exterior de una estructura del Clásico Tardío, contenían una vasijas del tipo Azote Negro y una de Tinaja Rojo, ambas en formas típicas del Clásico Terminal, así como dos vasijas del grupo Altar Naranja Fino (Howell 1989:99-106; Forsyth 1989; 119-124). De todos los otros contextos, en El Mirador se han recuperado 30 tiestos reconocidos como del Clásico Terminal. Se ha recuperado aún menos en Nakbe y no se ha encontrado nada en el recorrido Zacatal-Güiro, aunque en algunos restos dejados por los saqueadores en Tintal se recuperaron dos tiestos que imitan el Naranja Fino y en formas del Clásico Terminal. Adicionalmente, en Pacaya, un sitio localizado entre Tintal y El Mirador (Forsyth 1980:65), se recuperaron varios tiestos de los grupos Altar y Tres Naciones. Toda la evidencia recuperada a la fecha apoya la teoría de que la porción explorada de la Cuenca no tuvo una ocupación significativa para el Clásico Terminal. De la misma forma, existe muy poca evidencia de la utilización subsiguiente de este sitio para el Postclásico. Se han encontrado algunos ejemplos de incensarios Postclásicos en contextos superficiales, pero nada aparte de esto. El horizonte Clásico Tardío, Tepeu 2, marca efectivamente el final de una producción y uso de la cerámica a gran escala en la Cuenca.

Todo esto sugiere que los dramáticos cambios de población, actividad constructiva y de producción cerámica al final del Preclásico parecen haber sido revertidos únicamente durante un corto intervalo de probablemente 150 a 200 años durante la época Tepeu 2. Durante este tiempo la Cuenca fue de nuevo un área con población sustancial, aunque con una peculiar configuración cultural. A partir de entonces sufrió el mismo destino de tantos otros sitios y regiones de las Tierras Bajas del Sur algún tiempo después.

Es posible, por supuesto, que estos sitios de la Cuenca pudieran haber sido comunidades rurales satélites de algún centro Clásico Tardío de la Cuenca, aún desconocido, quizá Tintal o Naachtun, que presentaban todas las características ceremoniales de la élite del Clásico Tardío. Pero, sobre la base de lo que sabemos hasta ahora, la ocupación del Clásico Tardío en la Cuenca, como lo indica la producción y el uso de la cerámica, así como lo indican otros datos, constituyó una configuración más bien única durante un horizonte de tiempo restringido. Los factores que llevaron a un colapso cultural y demográfico en la Cuenca, aún son desconocidos. Pero la evidencia actual indica que aquí el horizonte Tepeu 2 constituyó el periodo Clásico Terminal, no en el sentido cronológico, sino en un sentido cultural, sobre gran parte o posiblemente la totalidad de la Cuenca. Aunque es altamente especulativo, se podría conjeturar que la Cuenca Mirador, que constituye una comunidad satélite especializada, sucumbió ante las presiones que crecieron en la sociedad del Clásico Tardío, mucho antes que en los sitios localizados afuera o en los límites de la Cuenca.

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