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86 – TRABAJOS NO DIVULGADOS DEL PROYECTO NACIONAL TIKAL, PARTE 4: RESCATE EN EL ZOTZ, SAN JOSÉ, PETÉN – Juan Pedro Laporte – Simposio 19, Año 2005

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Laporte, Juan Pedro

2006        Trabajos no divulgados del Proyecto Nacional Tikal, Parte 4: Rescate en El Zotz, San José, Petén. En XIX Simposio de Investigaciones Arqueológicas en Guatemala, 2005 (editado por J.P. Laporte, B. Arroyo y H. Mejía), pp.949-971. Museo Nacional de Arqueología y Etnología, Guatemala (versión digital).

86

TRABAJOS NO DIVULGADOS DEL

PROYECTO NACIONAL TIKAL, PARTE 4:

RESCATE EN EL ZOTZ, SAN JOSÉ, PETÉN

Juan Pedro Laporte

Palabras clave

Arqueología Maya, Tierras Bajas, Guatemala, Petén, El Zotz, arquitectura, ofrendas, excéntricos de pedernal

UNREVEALED WORK IN THE NATIONAL TIKAL PROJECT, PART 4: RESCUE IN EL ZOTZ, SAN JOSÉ, PETEN

In 1986, George F. Andrews published in the journal Mexicon, the first report to appear in press on the site called El Zotz, in which he included observations taken during a short visit carried out in March 1978 that is eight years before its publication. Nevertheless, some additional information on this Maya city was known beforehand, as well as other data was generated after Andrews’s report. Among this documentation is the National Tikal Project whose brief stint in El Zotz in May 1983 remains in the inkwell after 20 years. Now is the time to document it given that there is talk of a future project in El Zotz.

En 1986, George F. Andrews publicó en la revista Mexicon el primer reporte aparecido en prensa sobre el sitio llamado El Zotz, en donde incluyó las observaciones tomadas durante una corta visita efectuada en marzo de 1978, es decir, ocho años antes de su publicación.

Sin embargo, desde antes ya se conocía alguna información adicional sobre esta ciudad Maya, así como también algunos otros datos fueron generados luego del reporte de Andrews. Entre esta documentación se encuentra la del Proyecto Nacional Tikal, cuya breve actuación en El Zotz en mayo de 1983, sigue aún en el tintero después de 20 años. Ahora es el momento de documentarla dado que se habla de un futuro proyecto en El Zotz.

Debido a la total ausencia de fotografía sobre las incursiones hacia El Zotz, hay que apoyarse en cualquier material gráfico que pueda referir al área, aunque algunas veces sea de poca calidad. Es el momento de agradecer el apoyo de varios colegas en la recopilación de la información, en especial a Claudia Valenzuela, Oswaldo Gómez, Rodolfo Yaquian y María Elena Ruiz.

Aunque para entonces la ubicación de El Zotz era imprecisa, se le estimó por la referencia de 23 km al oeste-noroeste de Tikal y otros tantos al oeste de Uaxactun (Figura 1). Ahora, ya se cuenta con lecturas de GPS tomadas en 1999 tanto por Karl-Herbert Mayer (17.1420 y 89.4918), como por CONAP (17.24687 y 89.78963).

El paisaje contiene bajas serranías que corren de suroeste a noreste, alcanzando hacia el norte al biotopo Dos Lagunas y al bloque del parque nacional Río Azul (Figura 2). Los cerros alcanzan 400 m sobre el nivel del mar como máximo. Por otra parte, hacia el este están las tierras más bajas que alcanzan altitudes de solamente 150 m (Figura 3).

Esta zona es parte del biotopo San Miguel La Palotada, una de las áreas núcleo de la Reserva de Biosfera Maya en el municipio de San José, rodeado al este por el Parque Nacional Tikal y, en el resto, por la zona de usos múltiples de aquella reserva mayor (Oxlaj 1992; CECON 1999; Parks Watch 2002).

La Palotada cubre un área de 34,934 hectáreas, en la cual no hay escorrentía. El biotopo fue creado desde 1987 y es parte de la biosfera desde 1990. En el territorio se encuentran las lagunas El Guineo al sureste, y El Palmar al este. Los sitios arqueológicos que allí se encuentran son El Zotz, El Palmar y El Bejucal.

Existen dos aguadas de importancia: La Cumbre al este y El Pucte al noreste. El nombre Dos Aguadas sigue siendo vigente en la zona para referir al paraje propiamente dicho, un antiguo campamento para la explotación de chicle y palma de xate, nombrado por la presencia de los dos estanques que son cruciales en esta área desprovista de mantos de agua superficial. Así, el nombre de El Zotz es solamente aplicado al sector ocupado por la antigua ciudad Maya.

Figura 1  Posición del área de estudio en Petén

Ahora bien, ¿por qué el Proyecto Nacional Tikal efectuó esta acción en 1983, cuando se llevaban a cabo los intensos trabajos tanto en Tikal como en Uaxactun? Antes que nada, debe aclararse que para entonces el arqueólogo Marco Antonio Bailey era sub-director del proyecto. Algunos años antes –en 1977–  como  parte del recién fundado Departamento de Monumentos Prehispánicos, Bailey realizó la primera de las visitas oficiales a El Zotz, quizá aun participando en la selección del nombre del sitio.

De hecho, aunque no se conserva ningún informe escrito de esa visita, sí se cuenta con el importante plano del área central que Bailey produjo entonces (Figura 4). En este plano el sitio ya está identificado como “El Zotz”. Es muy probable que se eligiera cambiar el nombre original de este paraje, conocido anteriormente como “Dos Aguadas”, por existir también otros parajes ya denominados así, como por ejemplo el sitio publicado años antes por William Bullard (1960), situado hacia el noreste de Tikal, tal vez asociado con el bajo La Justa.

Figura 2  Posición del área de estudio en Petén

Por lo tanto, aunque no se conoce directamente una referencia al descubrimiento de El Zotz, puede asegurarse que la primera noticia del sitio procede de la visita hecha por Marco Antonio Bailey en diciembre de 1977 para Monumentos Prehispánicos del IDAEH, seguido algunos meses después por Ian Graham, y por George Andrews menos de un año más tarde. Sin duda, fueron las noticias del implacable saqueo que se llevaba a cabo en este sitio lo que condujo a estas primeras visitas.

Posteriormente, en 1995 fue esquematizado otro plano por el Demopre. En 1997 el Programa de Arqueología Regional del Proyecto Nacional Tikal, a cargo de Vilma Fialko (2000), efectuó algunos sondeos –de los cuales no se cuenta aún con información–, y en 1999 y 2000 se actualizó aquel plano esquemático, siendo publicado en el 2001 por Quintana y Wurster (Figura 5).

Por lo tanto, resalta el esfuerzo hecho por cada grupo de investigadores para levantar la sección central de El Zotz. Es claro que son planos complementarios y que de la combinación de ambos es que se logra comprender el emplazamiento. Se espera que pronto se cuente con una tercera versión del levantamiento, es decir, de un plano definitivo. Por lo pronto, cuando sea posible se usan ambos planos para exponer el emplazamiento.

Figura 3  Posición del área de estudio en Petén

Figura 4  Plano del área central de El Zotz, según Marco Antonio Bailey en 1977

Figura 5 Plano de El Zotz según Quintana y Wurster (2001)

DESCRIPCIÓN DEL SITIO: SECTOR “EL DIABLO”

Por los reportes con los que se cuenta, es evidente que El Zotz se compone de cuando menos dos sectores ceremoniales mayores.

Uno de ellos es la zona conocida también  como “El Diablo”, en donde se encuentra la cueva cuya abundancia de murciélagos  han dado el nombre al sitio (coordenadas 17.1390 y 89.5024 de K-H. Mayer). Esta es una zona más elevada que el resto del sitio al tratarse de una peña de tamaño mayor. Este es el sector que tradicionalmente ha sido visto desde la parte superior lateral y posterior del Templo IV de Tikal.

De esta sección no se contaba con un plano, pues no fue levantado en la incursión de Bailey, pero ya existe un plano elaborado por el Programa de Rescate del Proyecto Nacional Tikal en 1987 a cargo de Raúl Noriega y Óscar Quintana (2002), corregido diez años después (Figura 6; Quintana y Wurster 2001). El cerro de El Diablo fue acomodado mediante terrazas y sobre ellas se dispuso una acrópolis compuesta por al menos dos patios rodeados por altas estructuras.

Figura 6  Plano de la Acrópolis de El Diablo (según Quintana y Wurster 2001)

En “El Diablo” fueron tomadas las anotaciones de Andrews en 1978, quien también le considera como una acrópolis. En el edificio más alto del conjunto reporta sectores decorados en las varias sub-estructuras expuestas en los túneles de saqueo (Andrews 1986), las cuales estima que corresponden al Clásico Temprano en base a la estratigrafía arquitectónica. Por ahora no se cuenta con otros datos adicionales pues los rescates del Proyecto Nacional Tikal no incluyeron al sector de “El Diablo”.

DESCRIPCIÓN DEL SITIO: SECTOR CENTRAL

Por otra parte, se encuentra la otra sección de El Zotz, es decir, el sector principal que está en la zona plana del terreno, asociada con el área de las dos aguadas. Esta es claramente la sección central de la ciudad. Este es el sector en donde se llevó a cabo la serie de rescates programados por el Proyecto Nacional Tikal en 1983.

El sitio se desarrolla en un marcado eje norte-sur, con una extensión hacia el este (Figura 7). Un talud nivela el área de varias de las plazas, prácticamente de todas las que forman la zona central de El Zotz. Hay abundantes restos de canteras en distintos sectores del sitio, así como cuando menos ocho chultunes en las varias plazas del área central.

La Acrópolis se compone de dos patios dispuestos en posición paralela con estructuras de variada dimensión, con una extensión hacia el oeste (Figuras 4 y 5).

Otra sección del área central se encuentra al oeste de la Plaza Central; es la Plaza de los Cinco Templos, uno de los conjuntos más interesantes de El Zotz, cuya complejidad sitúa al sitio como un innovador en cuanto al diseño urbanístico (Figuras 4 y 5). Se trata de un amplio espacio alrededor del cual se colocan dos estructuras piramidales enfrentadas una al sur y otra al norte del patio, tal vez de altura similar. Por el carácter preliminar del plano de Bailey no se conoce si cuentan con alguna edificación en la parte superior. Son los cinco templos que están en el lado este los que mejor definen este espacio. Esta disposición recuerda de alguna forma al patrón de los Siete Templos de Tikal o a algún otro conjunto de Yaxha. También en esta plaza se definen otros monumentos lisos: dos estelas se encuentran al centro de la plaza, mientras que hay otras tres al frente de sendos templos en el lado este, así como un altar.

Otra sección importante del área central es el Grupo Sur, hacia donde se accede mediante la Calzada Sur, la cual inicia en el extremo sureste de la Plaza de los Cinco Templos (Figuras 4 y 5). El Grupo Sur podría ser un Conjunto de tipo Acrópolis, con altas estructuras en los cuatro lados.

Figura 7  Área central de El Zotz: ejes norte-sur y este-oeste

Por otra parte, existe una extensión hacia el oriente del área central. Ésta da inicio mediante la Calzada Este, la cual inicia junto al elevado Templo 1 de la Plaza Central. Esta vía conduce hacia otro grupo arquitectónico elevado considerado como Grupo Este, con algunas estructuras que delimitan un amplio espacio (Figuras 4 y 5). Entre estas edificaciones hay una alta estructura piramidal en el lado norte, aunque no se sabe si existe un templo abovedado sobre ella.

Al centro del sitio está la Plaza Principal delimitada por el basamento de la Acrópolis en su lado norte, varias plataformas y pirámides de menor altura en el lado oeste y un Juego de Pelota en el extremo sur (Figura 8).

Figura 8  Plaza Principal de El Zotz

De manera especial está el Templo 1, un alto edificio piramidal abovedado en el extremo noreste. Esta es la estructura principal del asentamiento. Tiene una desviación de difícil interpretación por ahora, al ser diferente entre los planos de 1977 y del 2001. Debido a la avanzada y destructiva depredación, el Proyecto Nacional Tikal realizó en 1989 algunos trabajos de protección en este templo (Quintana y Wurster 2001), instalando dinteles nuevos, cerrando algunos sectores de las cámaras y sellando los saqueos más peligrosos (Figuras 9 y 10).

De este templo procede el controvertido dintel de madera que fuera cortado en algún momento entre 1966 y 1968, y luego adquirido en 1973 por el Museo de Arte de Denver, Colorado, en los Estados Unidos (Figura 11; Villaverde 1989). Su aparición en el mercado de arte internacional impulsó las primeras visitas para descubrir El Zotz. El dintel fue repatriado en 1998.

El dintel es de madera de chico zapote, consiste de cinco tablones y mide como máximo 180.3 cm de largo y 73.7 cm de ancho. Aunque incompleto, el diseño muestra una figura humana de pie que porta una barra ceremonial en posición diagonal y una vara decorada en posición vertical. Además, hay columnas glíficas arriba, al frente y detrás del individuo (la inscripción frente al gobernante refiere al origen noble de su madre); a su vez, los glifos que refieren al padre también aparecen en alguna vasija de Tikal (Reents-Budet, en Schuster 1999).

La presencia en el arte Maya de esta peculiar vara dispuesta en varias secciones se asigna a un periodo entre 9.0.0.0.0 y 9.6.0.0.0 (435 a 555 DC; Proskouriakoff 1950:fig.34), es decir entre los mediados de los siglos V y VI DC. Asimismo, las sandalias y tobilleras que porta el personaje corresponden a un estilo que –a pesar de tener una profundidad temporal aún mayor– alcanza tal vez a 9.8.0.0.0 (595 DC), o sea al final del siglo VI, fecha que se favorece como se trata más adelante.

Figura 9  Planta del edificio superior del Templo 1

Figura 10  Corte del edificio superior del Templo 1

Figura 11  Dintel de madera del Templo 1 (foto del Museo de Denver, Colorado)

Por lo tanto, parte de la importancia del dintel es su afiliación al Clásico Temprano, como un claro antecesor de este tipo de arte que resulta ser tan característico en los grandes templos de Tikal durante el posterior Clásico Tardío.

Ahora bien, el problema que se observa entre la relativamente temprana fecha del dintel y el diseño arquitectónico del Templo 1 de El Zotz, radica solamente en el modelo de templo-pirámide del tipo Clásico Tardío de Tikal concebido en la perspectiva de Quintana y Wurster (2001). Para la etapa que indica el dintel, el modelo a elegir viene a ser más bien aquel de los edificios de la Zona Norte del propio Tikal, en donde las amplias cámaras forman templos (o palacios) dispuestos sobre basamentos de menor altura que no persiguen el concepto de verticalidad que surgiría poco tiempo después con la construcción del primero de los templos-pirámide, es decir, del Templo V (Gómez 2003). El tipo de templo que se considera incluye dinteles de madera en los vanos de cada uno de los accesos hacia las distintas cámaras, muchos de ellos con tres cuartos como es el caso del templo de El Zotz.

Se cree que resolver el modelo arquitectónico del Templo 1 será una de las prioridades del futuro proyecto en El Zotz.

En la Plaza Principal hay registradas seis estelas y un altar, en su mayor parte son monumentos lisos. Ocupan dos ejes distintos en el área del patio (cuatro de ellas en uno y otras dos aparte; Figura 12). Estos monumentos fueron el objeto de otra visita a El Zotz, la de Karl-Herbert Mayer en 1988, con el fin de documentar varias de las estelas que estaban aún en el sitio o ya afuera (Mayer 1993), aunque por ahora las fotografías no son claras.

Figura 12  Posición de monumentos en la Plaza Principal (Bailey 1977)

El único monumento tallado que se conoce por ahora en el sitio es la Estela 1, un bloque de caliza que se encuentra en la Plaza Principal, al sur de la escalinata del Templo 1. Está esculpido en el frente, posterior y en los lados. Al frente hay una figura humana en vista lateral viendo hacia la izquierda, mientras que la sección posterior tiene un contenido glífico con más de 39 bloques.

El otro fragmento con inscripción corresponde a un trozo de caliza ahora erosionado (numerado como E-16 en el Proyecto Nacional Tikal; de 42.5 cm de alto, 25 cm de ancho y 16 cm de grosor), con un relieve profundo, tal vez parte de alguna estela que se encontraba en la Acrópolis (Estructura 8, aunque no se sabe cuál es esa edificación en el plano). El fragmento tiene en la parte superior un bloque glífico que recuerda a T-764, una cabeza de serpiente en perfil. No hay forma de datarles, pero Mayer (1993) les considera para el Clásico Temprano.

En el plano de Bailey se incluye la presencia de algún otro conjunto arquitectónico ubicado en el extremo sureste del emplazamiento, por ahora solamente sugerido, compuesto cuando menos por una plataforma rectangular de 56 m de largo y 22 m de ancho, con una alta construcción piramidal en el centro (Figura 13). ¿Podría ser esta plaza algún Conjunto de tipo Grupo E?

Solamente podrá saberse cuando se cuente con un plano más completo y preciso de esta sección del sitio, dada la importancia de estos conjuntos arquitectónicos en la planificación de las ciudades Mayas, especialmente en aquellas que pueden corresponder a periodos anteriores al Clásico Tardío.

Figura 13  Estructuras al este del Grupo Sur (Bailey 1977)

LOS RESCATES DEL PROYECTO NACIONAL TIKAL

El trabajo de rescate del Proyecto Nacional Tikal se llevó a cabo en los seis días entre el 15 y el 20 de mayo de 1983 (aunque en los lotes hay una curiosa mención para el 18 de junio de 1984, que pudiera representar un retorno al sitio para recolectar el material de un nuevo saqueo en la Estructura 1 (el Registro 2). La actividad estuvo a cargo del técnico del Proyecto Nacional Tikal Felipe Cruz García, asistido en breves visitas por Juan Antonio Valdés y Juan Pedro Laporte.

Como es de esperar, en la recolección y limpieza de saqueos –que fue la misión principal de este trabajo– es poca la información que se extrae del material cerámico, el cual suele estar mezclado. Todavía peor resulta la confusión de la numeración de las estructuras y sus depredaciones, dado que la mayor parte de edificios están saqueados, en especial todos aquellos de cierta dimensión o importancia.

De esta manera, la mayor parte de la información recabada no puede asignarse ahora a edificios específicos, aunque la mejor conjetura es que corresponden a la Acrópolis. De ser así, las Estructuras 4, 5A, 6 y 8 de la Acrópolis tienen evidencia de recintos funerarios saqueados, algunos aún con restos óseos (como el Entierro 2). En los materiales cerámicos hay mezcla de tradición Tzakol y del inicio de Tepeu, es decir, que refiere a acciones de la esfera Tepeu 1, con tiestos de los grupos Águila, Balanza, Tinaja (Aduana), y Saxche.

Por otra parte, la alta edificación del lado oriental del Grupo Este –entonces denominada como Estructura 10– incluye un recinto orientado norte-sur, con 2.80 m de largo, 0.80 m de ancho y 1.75 m de alto.

Se recuperan cinco platos fragmentados del tipo Águila Naranja (F-249 a 253), aunque de pasta más delgada de lo usual, claramente los restos de la tumba o tal vez de un posible escondite en donde este tipo de plato es usual.

Frente a la Estela 1 asociada con el Templo 1, como restos de acciones rituales, hay fragmentos de incensario con espigas (tipo Miseria Aplicado: Cedral Aplicado), y de cuenco policromado (Palmar Naranja Policromo), ambos del Clásico Tardío.

Aunque no deja de haber confusión en las notas, al fondo del túnel (a 6.50 m adentro), se reporta una estela lisa en posición vertical (1 m de alto, 0.90 m de ancho y 0.33 m de grosor). La depredación se internó bajo la estela.

En el saqueo del Templo 1 se incluyen los fragmentos de dos ollas estriadas del grupo Triunfo (tipo Triunfo Estriado; F-255), pero también los fragmentos de algún vaso cilíndrico de color rojo con incisiones en el borde (tipo Camarón Inciso), tal vez restos de hallazgos distintos por estar semi-completos y corresponder tanto al Clásico Temprano como al Tardío.

En el escondite supuestamente “relacionado con la estela”, aunque al parecer se encuentra a 1.80 m antes de alcanzar la estela– se determinó un escondite que cuenta con cuatro vasos con tapadera (Figura 14), sólo dos con las tapaderas en posición (promedian 16.3 cm de alto, 12.8 cm de diámetro y tapaderas de 4.4 cm de altura; A-864 a 867). Está depositado sobre tierra negra de 25 cm de espesor.

Los cuatro vasos son similares en forma, con la base plana. Las paredes son rectas, ligeramente convergentes, con el borde trabajado para dar  lugar al ingreso de la tapadera, con el labio redondeado. El color varía de naranja a rojo o café por la acción parcial de quemado, tal vez alguna sustancia vegetal o copal que fue quemada al momento del depósito.

La datación de la ofrenda se torna compleja al considerar que es la clasificación tipológica de estos vasos lo que permite la datación. Los cilindros tienen un engobe de color naranja delgado que les tipifica tanto como Águila Naranja para quienes prefieren una acción del Clásico Temprano, como Azote Naranja para aquellos que se inclinan –como este trabajo– hacia una más probable del primer siglo del Clásico Tardío, es decir, para el siglo VII (esfera Tepeu 1).

Como apoyo directo a esta preferencia existe una quinta vasija en el escondite, un plato de pared alta, del tipo Tinaja Rojo: Tinaja (35 cm de diámetro y 10 cm de altura; A-868; Figura 15).

Algunos aspectos comparativos de otros sitios surgen al considerar estos peculiares ejemplares que se sitúan en la primera parte del siglo VII (600 a 650 DC).

Tikal también utilizó este tipo de cilindros para contener ofrendas específicas. Los hallazgos son relativamente abundantes en este sentido y refieren a distintas etapas, pero son más frecuentes durante el Clásico Temprano y el Clásico Tardío. Muestra de estos son dos escondites que proceden del conjunto arquitectónico Zona Norte, ambos dentro de la importante Estructura 3D-43 (Laporte 2001; Laporte y Herman 2003).

El primero de ellos es el Escondite 64, compuesto por un contenedor en cuyo interior estaban artefactos de obsidiana y partes de mosaicos de concha y piedra verde. El cilindro es del tipo Balanza Negro (A-400).

Al mismo tipo cerámico corresponde el cilindro del Escondite 99, el cual contuvo abundantes artefactos de concha, piedra verde, pedernal y obsidiana (A-550). Solamente el primer contenedor presenta tapadera, pero en ningún caso existe la especial “muesca” modelada para insertar la tapadera que tienen las vasijas de El Zotz.

Otras vasijas particulares incluyen también la peculiar muesca, proceden tanto de un entierro en Mundo Perdido y de otro escondite en Acrópolis Central. Ambos tienen una profusa y compleja decoración gubiada.

No obstante, tampoco puede considerarse que esta muesca represente un rasgo de afinidad tardía, puesto que existen ejemplares de contenedores –aunque de mucho mayor tamaño– en colecciones que son del final del Preclásico Tardío, como las que proceden de una cueva de Ixkun en el municipio de Dolores, una notoria serie de vasijas del grupo cerámico Ixobel.

Figura 14  Vasos con tapadera que conforman el escondite

Figura 15  Vasija A-868 del escondite de la estela

Además de estos ejemplos que se exponen, otros cilindros con tapadera han sido reportados en Palenque. Proceden del Templo de la Cruz y presentan la muesca de aquellos de El Zotz (González Cruz 1994; Cuevas 2001). Sin embargo, la datación para la cerámica de Palenque aún no alcanza el detalle alcanzado ya para otras zonas de Petén, por lo que se considera aquí que estas vasijas corresponden asimismo a las primeras décadas del siglo VII en el Clásico Tardío.

Por otra parte, dentro de los cilindros los objetos están relacionados, aunque en cantidad distinta, pero algunos pudieron caer de los cilindros destapados. Se suman huesos tubulares perforados, cuentas y conchas univalvas, bivalvas y caracoles sin trabajar. De obsidiana hay navajas, cuchillos y excéntricos de pedernal y obsidiana. Uno de ellos (A-867) no tenía objetos en su interior. En el exterior de los cilindros hubo una concentración de artefactos de piedra.

2 huesos tubulares con una perforación (dentro de A-864)

2 cuentas con perforación (dentro de A-865 y A-866)

6 gasterópodos sin trabajar (dentro de A-864, A-865 y A-867)

2 pelecípodos sin trabajar (dentro de A-865 y A-867)

3 conchas sin perforación

2 caracoles pequeños sin perforación

3 navajas de obsidiana

2 raspadores de obsidiana

4 cuchillos de obsidiana

1 núcleo de obsidiana

3 excéntricos de pedernal (fitomorfo, antropomorfo y serpentiforme)

4 excéntricos de obsidiana (dos núcleos con muesca y dos serpentiformes)

Catálogo

Familia

Especie

454

1

concha bivalva sin perforación

Pholadidae

Cyrtopleura costata

449

1

concha univalva sin perforación

Marginellidae

Prunum apicinum

450

1

caracol sin perforación

Fasciolarridae

Latirus cariniferus

452

1

concha bivalva sin perforación

Chamidae

Chama congregata

453

1

concha bivalva sin perforación

Lucinidae

Codakia orbicularis

448

2

concha univalva sin perforación

Indeterminada

Indeterminada

451

1

concha univalva sin perforación

Dentaliidae

Dentalium eboreum

La colección de artefactos líticos fue analizada poco después del hallazgo por María Elena Ruiz Aguilar de la Universidad de México (I.I.A., UNAM), de cuyo estudio se extraen las siguientes generalidades (Ruiz 2004).

Se trata de 1508 ejemplares; salvo por 42 objetos de pedernal se trata de artefactos de obsidiana de color gris: hay núcleos, lascas, navajas, raspadores, puntas de proyectil, buriles, cuchillos, excéntricos y artefactos compuestos (Figuras 16 a 20).

Figuras 16 y 17  Artefactos de piedra en el escondite

Figuras 18 y 19  Excéntricos de piedra en el escondite

Figura 20  Excéntricos de piedra en el escondite

Los instrumentos más significativos por su presencia numérica son las navajas con más del 70.2% de la colección, seguido por las lascas con el 20%; el resto está escasamente representado. Es decir, la mayor parte del material está constituida por instrumentos terminados de uso común como son navajas y lascas.

Navajas: esta categoría la integran 1059 elementos de obsidiana gris, de los cuales 887 son prismáticas, 164 son sub-prismáticas y 8 son casuales o accidentales, siendo más frecuentes los fragmentos mediales.

Lascas: esta categoría la constituyen 288 ejemplares de obsidiana gris, divididos en dos grupos, es decir, en lascas con presencia de talón y fragmentos.

En la categoría de excéntricos se incluyen 40 especimenes en total. Ocho son de obsidiana (cuatro son núcleos con muescas y cuatro son serpentiformes), y 32 son de pedernal: Dos son zoomorfos, tres fitomorfos, uno es antropomorfo, nueve serpentiformes, dos escorpiones, tres tortugas, un disco, cinco crecientes, dos asteriscos, un tridente, dos bastones y un fragmento). Así, sobresalen los serpentiformes, seguido por figuras geométricas y zoomorfas.

Esta acumulación de material lítico en un escondite es una práctica relativamente usual en las acciones rituales tanto del Clásico Temprano como del Clásico Tardío (como se  indica en los Escondites 64 y 99 de la Zona Norte de Tikal, referida a una etapa similar o parecida a la del hallazgo de El Zotz, es decir, al término de la esfera Tzakol o al inicio de Tepeu en el siglo VII DC).

Además de la colección de esa ofrenda del Templo 1, hay otras piezas semi-completas (F-204, 205, 206, 209, 256 y 257), las cuales reflejan la mezcla temporal de los materiales cerámicos incluidos dentro de una concentración de desechos que procede de un drenaje en la plaza de la Acrópolis.

El abundante material en el interior del drenaje fue arrastrado allí por la escorrentía, evidenciando que el espacio de la plaza fue ocupado entonces y no solamente las estructuras en sí, una situación similar a la reportada en tantos otros sitios de la región durante el Clásico Terminal (Laporte y Fialko 1995).

La presencia en el material de superficie de fragmentos de ollas con asas de dos apoyos que pueden ser muy tardías y algunas con borde incurvado e incisión, indica una ocupación del Clásico Terminal. También indica lo mismo el material que procede de un drenaje que atraviesa la plaza de la Acrópolis, con 31.25 m este-oeste, con más de 0.50 m de ancho, con un desnivel general “de 35 cm” en esa distancia. En la construcción hay más de algún remetido, así como también se le adjunta alguna extensión que procede desde el sur.

Con abundante material en el interior arrastrado allí por la escorrentía, la muestra recolectada consiste de 398 tiestos. En su mayor parte se trata de fragmentos de ollas y cántaros, muchos de ellos de los tipos Tinaja Rojo y Camarón Inciso. También hay material de tipos decorados de grupos café y negro con diseños incisos, así como otros que representan a tipos bicromos y policromos, algunos con zonas de “reserva”.

Los diagnósticos que refieren la muestra al Clásico Terminal son la presencia de bordes de cántaros “alto convergentes”, y las copias locales decoradas con gubiado del tipo Sahcaba Moldeado-Tallado, con algún verdadero Pabellón Moldeado-Tallado.

Este material –al considerársele de arrastre– evidencia que el espacio de la plaza fue ocupado entonces y no solamente las estructuras en sí, una situación similar a la reportada en tantos otros sitios de la región durante el Clásico Terminal (Laporte y Fialko 1995).

Como es de esperar en este tipo de ocupación hay artefactos cerámicos tales como 15 fragmentos de figurillas huecas, generalmente silbatos; 10 discos perforados completos y fragmentados; tres vasijas miniatura y el fragmento de un posible tambor del tipo Tinaja Rojo.

Como artefactos de piedra están cuatro fragmentos de manos de moler y seis de piedras de moler; tres percutores esféricos de caliza y pedernal; una lasca de obsidiana; y abundantes instrumentos de pedernal como son 72 lascas con corteza, ocho hachas, un nódulo, una punta de proyectil y una navaja.

Por lo tanto, una de las aportaciones del sondeo de 1983 ha sido determinar una estable ocupación del Clásico Terminal, aunque por ahora limitada al campo cerámico y –debido al carácter del sondeo– no de carácter constructivo.

GENERALIDADES

En síntesis, hay que considerar que la evidencia recuperada en el rescate efectuado en 1983 es muy fragmentaria y por ahora su utilidad está limitada a dar a conocer algunos pocos detalles de esta ciudad Maya con el fin de que programas futuros conozcan sobre esta breve incursión.

Asimismo, los dos planos de El Zotz con que se cuenta también son de carácter preliminar, enfocados a un solo sector de la ciudad  (Figuras 4 y 5). En el plano de 1977 elaborado por Marco Antonio Bailey están marcadas algunas zonas en donde se vieron estructuras mayores que entonces no pudieron ser levantadas, con lo cual es evidente que aun en el área central existe una mayor complejidad que la conocida hasta ahora.

Con este faltante en mente, solo hay que imaginar las zonas residenciales que deben estar asociadas con un emplazamiento como el de El Zotz, de las cuales ninguno de los reconocimientos ha intentado integrar. Considerable trabajo espera a cualquier futuro proyecto que quiera actuar aquí.

Por otra parte, en cuanto a cronología, aunque la ausencia de material cerámico del Preclásico pareciera ser significativa, la recolección de material del saqueo está limitada al sector oriental y central del sitio como para sugerir que alguna parte de la gran ciudad no existía ya en la época temprana.

Con lo poco que se conoce por ahora, el surgimiento de El Zotz parece corresponder al final del siglo VI (es decir, entre 550 y 600 DC), tal vez derivado del cercano Tikal, como parece apuntar el estilo constructivo y el propio emplazamiento. Por supuesto, esto no es más que una mera especulación.

Sin embargo, como periodo el Clásico Temprano abarca los casi cuatro siglos entre 250 y 600 DC. Lo conocido hasta ahora en El Zotz no representa precisamente a los siglos iniciales de este periodo. Con un poco de experiencia en el fenómeno del Clásico Temprano, se prefiere situar estas primeras construcciones y acciones rituales hacia el final de la etapa, es decir en las últimas décadas del siglo VI DC.

Si en realidad la dependencia con Tikal es correcta, viene a ser el tiempo de los reinados menos documentados del siglo VI (Martin y Grube 2000), seguramente posterior al gobernante Chak Tok Ich’aak II (Cráneo Garra de Jaguar; c.488-508 DC).

Con la información actual es más probable que esté relacionado con las acciones de engrandecimiento y renovación del esplendor arquitectónico de Tikal emprendidas por el gobernante Cráneo de Animal (ca.?-628 DC), tal vez al inicio de su reinado.

Durante el Clásico Tardío es evidente la prosperidad de El Zotz. Todos los conjuntos arquitectónicos debieron ser construidos o remodelados para entonces. Dos siglos de grandeza están seguramente impresos en el ingenio y búsqueda de formas arquitectónicas siempre interesantes.

Las relaciones de El Zotz seguramente fueron amplias en esta etapa y –además de Tikal– debió tener cercanos enlaces con ciudades como Uaxactun al este, Motul de San José al suroeste, El Tintal al noroeste, y otras más que seguramente falta determinar en esta zona de Petén. Aun centros menores cercanos a El Zotz no son conocidos, como es el caso de El Palmar, tan estratégicamente situado entre esta ciudad y Tikal (Figura 21).

Algo se ha referido antes sobre la ocupación del Clásico Terminal que indica la densa ocupación en el espacio de algunas de las plazas del área central. Debió darse asimismo en los distintos sectores residenciales que estaban aún en pie y que permitían acoger a un número abundante de personas.

Para terminar, se espera que las nuevas exploraciones en El Zotz complementen las acciones que con tanto esfuerzo dieron inicio desde 1977 con la incursión del arqueólogo Marco Antonio Bailey.

Figura 21  El Zotz y sus vecinos

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