14. Vecinos fronterizos: resultados recientes del Proyecto Arqueológico Busiljá-Chocoljá, Chiapas, México 

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Vecinos fronterizos: resultados recientes del Proyecto Arqueológico Busiljá-Chocoljá, Chiapas, México

El Proyecto Arqueológico Busiljá-Chocoljá ubicado en Chiapas, México investiga los sitios menores y asentamiento en la cuenca alta del río Usumacinta para entender mejor la organización de esta región fronteriza entre Piedras Negras, Yaxchilan y otros señoríos del periodo Clásico Tardío. Esta región presenta oportunidades para estudiar las entidades políticas de los reinos Mayas desde la perspectiva de los gobernantes locales y los grupos rurales, combinando la evidencia de la arqueología con el registro impresionante de epigrafía (Golden y Scherer 2013). Además, junto con otros proyectos de excavación contemporáneos en Piedras Negras y otros sitios al lado guatemalteco del Usumacinta como parte del Proyecto Paisaje Piedras Negras-Yaxchilan, es posible reconstruir una imagen más completa de la organización del señorío y sus cambios durante el periodo Clásico. En este artículo se resumen los datos nuevos de las excavaciones, reconocimiento, y el análisis de cerámica del proyecto para examinar las relaciones entre los habitantes de los centros cívicos de la zona y sus vecinos fronterizos del Alto Usumacinta (Figura 1).

Excavaciones en El Infiernito

El sitio El Infiernito está ubicado en el ejido actual de La Selva, Ocosingo, en un rancho de 35 hectáreas con una diversidad de terreno, vegetación, y usos múltiples. La mayoría del terreno consiste en varios cerros de una altura promedio de 100 metros arriba del valle, cubierto en selva de media altura. Hay varias zonas de asentamiento alrededor y encima de los cerros, pero el asentamiento más grande se ubica encima de una escarpa en forma de una media luna o una letra “C” orientada con su abertura al suroeste (Figura 2). Esta formación geológica es común en la región por ser parte de un paisaje kárstico, y probablemente representa un gran cenote seco y erosionado (Aliphat Fernández 1994:57; 1996:24). Imágenes satelitales alrededor de El Infiernito indican que hay varios cerros en la región que corresponden a esa forma y orientación, aunque el cerro de El Infiernito parece ser el más grande. Desde el año 2015, El Infiernito ha sido el enfoque de las investigaciones del proyecto por 1) su asentamiento expansivo representando un sitio terciario en la región de Piedras Negras, 2) varias estructuras monumentales, 3) la presencia de una gran cantidad de cerámica del periodo Clásico Terminal, 4) su ubicación inaccesible y defensiva, y 5) el interés de varios miembros del ejido, incluyendo el terrateniente de la parcela, en excavar el sitio (Schroder et al. 2015; Schroder y Roddy 2016).

Aunque hay asentamiento disperso por toda la región de El Infiernito, hay tres concentraciones de estructuras que hemos documentado (Figura 3). El grupo más grande, y probablemente el centro del sitio durante el Clásico Tardío está ubicado en la cima del cerro que tiene forma de letra “C,” en su lado más largo. En realidad, esta parte del cerro tiene varias cimas locales, y cada uno tiene un grupo patio o una estructura monumental construida arriba de la roca madre. Hemos documentado cuatro cimas locales con grupos arquitectónicos distintos. Entre algunas de estas cimas encontramos plazas amplias y aniveladas. Estas cuatro cimas y grupos arquitectónicos están rodeados por dos terrazas grandes que probablemente sirvieron para delimitar el centro del sitio, pero es posible que tuvieran varios usos, incluyendo uso agrícola. Otra posibilidad es que tenían la función de proveer acceso a varias cuevas ubicadas en la peña natural que fue modificada para construir las terrazas. Adentro de esas cuevas, hemos encontrado restos de ollas, platos, y huesos humanos indicando su uso ritual por lo menos durante el periodo Clásico Tardío.

Durante el reconocimiento de 2017 se documentó otro grupo en el punto del cerro más al oeste de la letra “C.” La arquitectura es similar a las estructuras del centro del sitio, pero más pequeña, consistiendo en grupos patios de plataformas construidos encima de afloramientos de roca naturales. Aunque el grupo oeste está construido encima de una terraza arquitectónica, este rasgo no está tan monumental como el grupo central y no rodea todo el grupo oeste. La cima local de este cerro tiene también una plataforma que mide entre 1 y 2 m de altura, aunque está muy saqueada. En este pozo de saqueo encontramos una mezcla de cerámica de los periodos Preclásico Tardío y Clásico Tardío, y un fragmento de húmero humano, representando el Entierro 1 que será investigado en el futuro. Otra característica del grupo oeste es la orientación variable de las estructuras. Aunque adentro de los grupos patios las estructuras tienen la misma orientación, entre varios grupos patios, la orientación varía entre 30° y 50°. Por ahora no es posible atribuir esa discrepancia a una diferencia cronológica entre los grupos patios o a la forma natural del cerro.

Las estructuras más monumentales del sitio se localizan en medio de la subida a la cima del cerro, más cerca del valle, en el centro del posible cenote seco. Este grupo es interesante por ser la única concentración de estructuras formales en la parte baja del sitio. Aunque el grupo está ubicado en tierra baja, el lugar todavía está protegido por estar rodeado casi completamente por el cerro. Además, al suroeste del grupo bajo, en la abertura natural del cerro, hay un muro monumental de 4 m de altura posiblemente bloqueando acceso. No hemos concluido si este muro tenía una función defensiva o para la gestión de agua por la presencia de un arroyo y un manantial. De hecho, estas dos funciones no son mutuamente excluyentes. La mayoría de la arquitectura del grupo bajo consiste en terrazas en la base del cerro, uno que mide 8 m de altura y 30 m de largo. En general, las estructuras de esta zona no parecen ser tan formales en sus orientaciones como las plataformas de los grupos altos.

Para entender mejor los usos de varios de estos grupos y para ver si tenían una diferencia cronológica, empezamos excavaciones en 2015, continuando hasta la temporada de 2017. Estas investigaciones se enfocaron en pozos de sondeo en los patios del sitio, la limpieza de pozos de saqueo, y excavaciones horizontales más amplias en las plataformas habitacionales. Una hipótesis del proyecto era que había un movimiento del centro del sitio desde el grupo bajo hasta el grupo alto correspondiendo con el abandonamiento del sitio en el periodo Preclásico Tardío y su repoblación durante el periodo Clásico Tardío. Esta repoblación del sitio posiblemente ocurrió para defender esta zona en discordia entre Piedras Negras, Palenque, y Tonina durante los Siglos VII y VIII (Anaya Hernández 2001; Nelson 2005). Por la evidencia de cerámica del periodo Clásico Terminal en la superficie del grupo alto, también investigamos la posibilidad de una población resiliente que sobrevivió el colapso político de los señoríos al principio del Siglo IX (Demarest 2013).

En 2016 ubicamos nueve operaciones en el sitio, las operaciones 1-5 en el grupo alto y las operaciones 6-9 en el grupo bajo. Las operaciones en el grupo alto revelaron que algunas partes del sitio fueron construidas en una sola fase encima de la roca madre, mientras otras partes tienen evidencia de al menos tres fases de relleno, de por lo menos 2 m de profundidad. El análisis preliminar de cerámica sugiere que había un evento grande de construcción en el periodo Preclásico Tardío, en las operaciones 4 y 5, seguido por dos fases del Clásico Tardío. Las operaciones 1, 2 y 3 parecen ser de una fase del Clásico Tardío, aunque hay restos de cerámica Preclásico Tardío mezclado en el relleno Clásico Tardío.

Cada plataforma habitacional excavada en el grupo alto tenía evidencia de un asentamiento Clásico Terminal y posiblemente Postclásico Temprano. En particular, en la Operación 5A recuperamos evidencia de este asentamiento. Esta operación fue puesta encima de la estructura E2-5, una plataforma baja en el lado suroeste de un patio de tres estructuras en forma de letra “U.” La plataforma fue construida en dos hiladas de piedras, formando una escalera que rodea la estructura en todos lados. Seguramente esta mampostería soportaba paredes de bajareque y una superestructura perecedera. Después de limpiar el nivel de humus, encontramos una serie de muros interiores que dividía el espacio interior de la habitación. Obviamente no era derrumbe de los muros exteriores, porque el muro exterior era de la misma altura alrededor de la estructura, y las piedras trabajadas eran puestas a propósito en su lugar. Había evidencia de cuatro muros interiores, pero solo excavamos tres de ellos. Por la evidencia de cerámica del Clásico Terminal, incluyendo varios ejemplos de pasta fina como Altar o Silho, y tiestos de imitación plomiza, asociados con grises finos de “estilo tardío” concluimos que había una ocupación muy tardía de esta plataforma, relacionada con tradiciones cerámicas en boga propias de la época a todo lo largo de la cuenca del río Usumacinta de Chiapas, Guatemala, y otras regiones del área Maya. Los muros interiores probablemente representaron una remodelación de la estructura del periodo Clásico Terminal para dividir la estructura en cuartos para una familia grande. La presencia de varios pedazos de piedras de moler de basalto y ollas es consistente con la conclusión de la función de la plataforma. Estos materiales también sugieren el mantenimiento de intercambio de grandes distancias en este periodo de crisis.

Decidimos continuar con excavaciones verticales en tres pozos, la unidad 1, en el patio adyacente, la unidad 12 atrás de la estructura, y la unidad 6 en el centro de uno de los cuartos en la mitad sureste de la estructura E2-5. Bajando en la mitad sureste de la unidad 6, había poco estuco mal preservado representando el último piso de la estructura. Debajo de este piso había relleno del periodo Clásico Tardío, y en la esquina sur del pozo empezamos a encontrar evidencia de un piso anterior, representando la estructura E2-5 sub 1. En el perfil noroeste había evidencia de un escondite formado por el relleno de la última fase de la estructura E2-5. Desafortunadamente, las raíces de un árbol perturbaron el escondite, pero se documentó conchas del mar y conchas talladas en el lugar, representando una ofrenda puesta encima del piso de la subestructura E2-5 sub 1 antes de construir la última fase de relleno. También se encontraron herramientas de hueso, incluyendo una aguja, posiblemente usada para atar un bulto lleno de conchas. Alrededor del escondite, encima del piso de la subestructura E2-5 sub 1, había una concentración de artefactos quebrados, incluyendo cerámica, figurillas, y cuentas de concha y piedra, posiblemente representando un ritual de construcción. El piso de esta subestructura estaba mejor preservado, tal vez por estar protegido bajo el relleno o quizás por otra tecnología usada para producir estuco.

Después de continuar excavando otro nivel de relleno, se encontró un piso aún mejor preservado, hecho de bloques gruesos de estuco, correspondientes a la subestructura E2-5 sub 2. La cantidad de material disminuyó mucho, pero incluyó cerámica Sierra Rojo del periodo Preclásico Tardío. En la unidad 1, en el patio adyacente a la estructura E2-5, también se hallaron tres fases de construcción y cerámica del mismo periodo. Debajo del segundo piso se localizó una línea de siete piedras pequeñas de entre 10 y 20 cm de largo. En total la línea, medía 95 cm de largo con una orientación distinta de 350°, mientras la estructura E2-5 tenía una orientación de 50°. La función de este rasgo no es concluyente, pero no parece representar un entierro ni un escondite. Posiblemente represente parte de un drenaje u otro rasgo asociado con estructuras más antiguas. La orientación distinta y la cerámica sugieren que fuera un rasgo del periodo Preclásico Tardío. Por la ausencia de otros rasgos o estructuras del Preclásico, es probable que las construcciones del periodo Clásico Tardío destruyeran la mayoría de esa evidencia.

Los trabajos en el grupo bajo, sí documentaron más evidencia del periodo Preclásico Tardío. De hecho, las operaciones 6-9 casi no recuperaron evidencia de cerámica Clásico Tardío. Por eso, parece que el grupo bajo fue construido en el periodo Preclásico Tardío y casi no fue usado en periodos más tardíos. Además, el grupo bajo del sitio tiene una densidad muy pequeña de material, y aunque hemos excavado muy pocas estructuras del Preclásico en el grupo alto, hay más evidencia de cerámica del Preclásico en esa zona. Posiblemente, el grupo alto era la zona de asentamiento durante el periodo Preclásico Tardío, mientras el grupo bajo tenía otras funciones que no producían tanta basura.

Se ha empezado el reconocimiento de los cerros adyacentes a El Infiernito, pero no se han documentado grupos formales como el grupo central, el grupo noroeste, ni el grupo bajo. Hay evidencia de terrazas y áreas aniveladas cubriendo el cerro largo al sur de El Infiernito. Además, hay montículos pequeños en

cada cima local. Sin embargo, no hay evidencia de muros defensivos y el asentamiento probablemente era mínimo en esta zona. Quedan muchas oportunidades para reconocimiento al noreste, y esperamos conseguir el permiso del ejido adyacente de Margarita Masa de Juárez para continuar el registro de sitios arqueológicos en esta zona montañosa del proyecto.

Reconocimiento Regional

Otra meta importante del proyecto es el registro de sitios en la región de la cuenca alta del Usumacinta, incluyendo sitios no conocidos y zonas arqueológicas anteriormente documentadas por Teoberto Maler (1903). La región actualmente investigada incluye el área del río Busiljá, un tributario del río Usumacinta, y el río Santo Domingo que forma un valle al suroeste del Usumacinta. Estas regiones nos interesan por el paisaje político complicado durante el periodo Clásico Tardío, y formaron una frontera entre varias entidades incluyendo Piedras Negras, Palenque, Toniná, Yaxchilan, y Sak Tz’i’ (Anaya Hernández 2001; Golden et al. 2015; Liendo Stuardo 2003).

En la temporada de 2016 se documentó uno de los sitios secundarios más grandes de esa zona. Todavía no le hemos puesto un nombre al sitio, pero queda en el terreno de don Arturo García Pablo de Nuevo Francisco León, rumbo a Nuevo Jerusalén (Schroder 2016). El sitio está centrado en una pirámide o por lo menos un cerro piramidal modificado con una altura de 15 m con una huella de 50 x 50 m. Esta estructura principal es enorme y tiene construcción hasta la base donde hay un muro de contención de 1.50 m de altura. En los alrededores se ven otros cerros, posiblemente pirámides también que no hemos investigado hasta la fecha. Examinando unas imágenes aéreas de la milpa, la estructura principal parece estar ubicada al lado suroeste de una plaza grande. Al lado noroeste y noreste de esta plaza, la cantidad de monte sugiere que hay dos estructuras grandes más, aunque no examinamos estos lugares al nivel del terreno. Según el dueño, hay varias estructuras en su terreno.

Encima de la pirámide, hay un conjunto arquitectónico en forma de un grupo patio. Esta parte del sitio está muy arruinada con pozos de saqueo, uno que tiene una profundidad hasta de 2 m. Al lado noroeste del grupo patio se encuentra la base de una superestructura derrumbada. Hace 20 años, dijo el terrateniente, una pared de la superestructura de 4 m de altura estaba preservada pero por el saqueo ahora solo permanece la base del muro con roca de dos cursos, pero muy bien labrada. Esta base forma un cuadrado de 1 x 1 m, y anteriormente probablemente fue una columna que sostenía un techo con otra columna ahora destruido. El resto de esta arquitectura está visible entre raíces de árboles caídos al otro lado de la plataforma. Al sureste de esta plataforma, al otro lado del patio, hay un montículo de tamaño similar, pero más bajo con evidencia de una superestructura casi completamente derrumbada. Al lado este del patio hay una plataforma de rango también saqueado.

Desde la base oriental de la pirámide, una plataforma extiende al noreste. Se encontró bastante material en este lugar, incluyendo un fragmento de borde de una olla de paredes delgadas, fragmentos de cerámica no diagnóstica, lítica y piedras de moler. La función de esta plataforma posiblemente era habitacional, pero tiene un tamaño grande y parece formar un muro para restringir acceso a la plaza principal del sitio. De hecho, estos rasgos son comunes en los sitios de los valles Lacanjá y Santo Domingo, por ejemplo en Plan de Ayutla.

La ruina de Arturo García Pablo es un sitio muy importante en la región para entender el patrón de asentamiento entre El Cayo y el señorío de Sak Tz’i’, que según la epigrafía tenían una relación política durante el periodo Clásico Tardío (Biró 2005:19; Martin y Grube 2008). Este sitio también es importante por ser uno de los sitios secundarios más grandes y monumentales de la región. Su diseño es similar a Laguna Oscura, documentado en 2011, con un cerro piramidal y varias estructuras en la vecindad (Scherer y Golden 2012:23). El sitio posiblemente está relacionado con El Cayo, que queda a 6 km al noreste. También, la orientación de las estructuras, aproximadamente 50° están en la dirección de El Cayo.

Otro sitio en la zona, por ahora llamado El Pozo/Tumbalá, tiene evidencia de asentamiento extensivo y arquitectura monumental (Schroder 2016). Desafortunadamente, el sitio está muy saqueado, y según el dueño, mucha piedra fue usada en la comunidad cercana de Nuevo Tumbalá para construir un puente. Sin embargo, hay un grupo pequeño y mejor preservado encima de un cerro muy inaccesible. Al lado de este grupo unos ejidatarios limpiaron un pozo de agua antiguo construido de piedra labrada. El sitio tiene algunas semejanzas con El Infiernito, por el patrón de asentamiento en valle y cerro alto. El cerro en El Pozo es aún más inaccesible que el cerro de El Infiernito, pero por ahora no hay evidencia de muros defensivos. Además, la cisterna en El Pozo también es similar a unos rasgos excavados en unos grupos patios encima de cerros alrededor de El Tecolote, Guatemala (Scherer y Golden 2009).

En un encuentro fortuito, uno de nuestros contactos en Nuevo Guerrero nos mostró el fragmento de una estela quebrada con procedencia desconocida (Schroder 2016) (Figura 4). Según el señor, su padre la compró de un ejidatario de la comunidad de Nuevo Mariscal. El fragmento parece ser quebrado naturalmente y sus dimensiones son 74 cm (lado derecha), 60 cm (lado izquierdo), 55 cm (parte de arriba), y 49 cm (parte de abajo). La caliza mide entre 5 y 9 cm de grosor. La estela está labrada en una sola cara, mostrando parte del rostro de un hombre en perfil en la esquina baja derecha, viendo hasta la izquierda, parte del tocado en la esquina arriba derecha, y una lanza al lado izquierdo. La lanza parece ser decorada con tela amarrada para formar banderas en ambos lados del palo. Encima hay una punta de lanza, probablemente de obsidiana saliendo de la boca de un ciempiés. Alguna visera está atada a la cabeza del hombre y una borla cae en frente de su cara desde un botón con decoración cuadrifolio. El hombre también lleva un protector de cabeza que sigue la forma de su mandíbula y forma un protector bucal. Según Stephen Houston, posiblemente el nombre del hombre está escrito en glifos en su frente, pero no está claro.

La iconografía está representada en otros monumentos de la región del Usumacinta. Figuras en perfil con lanza son comunes al fin del periodo Clásico Tardío. El estilo de lanza en esta estela también está representado en la Estela 1 de Bonampak. Esta estela fue erigida en 780 DC y muestra el ajaw Chaan Muwan con una lanza similar (Mathews 1980). Otro monumento similar es la Estela 4 de La Mar, que muestra una figura con lanza y protector de cabeza similar, y hay ejemplos similares en Campeche sureño y Petén.

Posiblemente la estela de Nuevo Mariscal es un fragmento de la Estela 3 de El Cayo, que fue dibujado por Teoberto Maler al final del Siglo XIX (Maler 1903:88). La Estela 3 fue descubierta en el templo medio de la estructura principal de El Cayo y muestra una figura en perfil con bastón y tocado. El dibujo puede ser inexacto, pero el bastón y el tocado no parecen como aquellos en la estela de Mariscal. Además, Maler escribió que el tocado no tenía detalle de plumaje, pero esa decoración está clara en la estela de Mariscal. Finalmente, Maler describió que el grosor de la escultura era 45 cm mientras la estela de Mariscal mide 55 cm y seguramente cuando era entera midió más. Sin saber mejor la procedencia, no es posible decir con certeza si es la Estela 3 de El Cayo o un monumento de otro sitio documentado o desconocido. Hay varios sitios documentados alrededor de Mariscal, incluyendo Anaite II, Santa Clara, y más retirado quedan El Chicozapote, El Chile, y Anaite I.

Análisis de la cerámica

Por las excavaciones de varios sitios en la región, hemos colectado una muestra grande de cerámica que se sigue analizando. La clasificación múltiple de la cerámica de El Infiernito y La Selva relativo a los análisis de pasta, forma, acabado de superficie (Schroder y Jiménez Álvarez 2016) se agrega con el análisis modal de la policromía de Budsilhá realizado por Borges Barrientos (2017). Su análisis demuestra que en Budsilhá, un sitio seguramente relacionado con La Mar y Piedras Negras, las decoraciones de la policromía tienen similitudes con Piedras Negras pero la variedad de sus modos era restringida. Por ejemplo, el grupo Santa Rosa, caracterizado por diseños de engobes rojos, negros, y anaranjados encima de color crema con decoración resistente y espacio reservado, aparece en cuencos y platos de la fase Yaxché (650-750 DC) en Piedras Negras y sus sitios secundarios (Golden et al. 2008; Holley 1983; Muñoz 2006). Sin embargo, en Budsilhá solo salió un ejemplo de un tiesto con decoración resistente con espacio reservado, la técnica negativa más sofisticada desarrollada en Piedras Negras. Al contrario, se identificaron otros tipos de decoración negativa, pero sin evidencia de la combinación de técnicas de espacio reservado evidente en la muestra de Piedras Negras (Borges Barrientos 2017:99).

Posiblemente la ausencia de esa técnica sofisticada puede ser atribuida a mala preservación, pero según Borges Barrientos, la combinación de esas técnicas se dependía en un conjunto de habilidades artesanales limitados a mercados centrales. Los sitios periféricos, como Budsilhá, probablemente tenían menos acceso a esos mercados y dependían en una circulación restringida para adquirir ejemplos de esa técnica. En contraste, la aplicación de la técnica falso negativo no necesitaba la intervención de alguna platilla o sustancia resinosa, quizás una especialización artesanal no conocida afuera de Piedras Negras.

Finalmente, el contexto histórico de la policromía de Budsilhá sugiere que los habitantes del sitio tenían acceso a policromía por un tiempo definido del Clásico Tardío, entre la segunda mitad de del Siglo VII y el fin del Siglo VIII. Claro, la policromía solo representa un 2.41% de la colección de cerámica de Budsilhá, pero junto con el análisis de la decoración, Borges Barrientos concluye que es evidencia de una fuerte relación de dependencia con Piedras Negras. Además, el análisis de la cerámica doméstica de Budsilhá demuestra poca evidencia de cerámica del horizonte Tepeu 3 (850 DC–) y una ausencia de pastas finas (Jiménez et al. 2012; 2013; 2014). De hecho, propone un auge y declive rápido vinculado con los éxitos y las crisis del corte real.

Conclusiones

En esta ponencia hemos presentado nuevos datos del Proyecto Arqueológico Busiljá-Chocoljá y unas observaciones del material arqueológico. De hecho, la temporada de 2017 no ha acabado, y todavía se está compilando datos, analizando material, y mapeando el paisaje. Sin embargo, podemos formar unas conclusiones tentativas que requieren más investigación en trabajos futuros.

Las excavaciones de El Infiernito probablemente finalicen esta temporada. Aunque hemos establecido una cronología para los varios grupos del sitio, queremos entender mejor la variedad entre y adentro de estos grupos. Por eso, estamos expandiendo nuestras excavaciones a incluir otros grupos patios y estructuras en el centro del sitio y la periferia. Seguramente El Infiernito ocupaba un lugar defensivo, pero la evidencia de las excavaciones sugiere que soportaba una población permanente y expansiva que fue involucrada en actividades diversas, incluyendo actividades agrícolas, rituales, y la producción de tela y herramientas de lítica. En el análisis futuro, hay que investigar cómo cambian esas actividades durante las crisis al fin del periodo Clásico. Además, hay que comparar los datos del análisis de cerámica de El Infiernito con los de Budsilhá, especialmente desde la perspectiva de la policromía que sugiere una relación corta pero intensa con Piedras Negras. Hasta esta fecha, no tenemos evidencia similar en El Infiernito, y posiblemente podemos atribuir su asentamiento tardío a una autosuficiencia durante el periodo Clásico Tardío.

El reconocimiento de la región continuará, especialmente en la zona sur del proyecto y en el valle Santo Domingo. Sabemos que hay asentamiento extensivo entre El Cayo y El Chicozapote, alrededor de la laguna Santa Clara, y la epigrafía muestra que fue controlado a veces por Palenque, Piedras Negras, o Yaxchilán. Un entendimiento del poder de esos reinos depende en una investigación de los sitios menores en esa región. Además, el valle Santo Domingo, forma una región clave entre el Alto Usumacinta y los sitios más retirados de las Tierras Bajas Occidentales, como Toniná. Con más reconocimiento hay la posibilidad de abordar la pregunta de la organización de los señoríos Mayas y la gestión de sus fronteras durante el periodo Clásico Tardío.

Agradecimientos

Los fondos para la temporada del PABC de 2016 vinieron de la Fundación Rust, la Fundación Kolb, Sigma Xi, y el programa de Estudios Latinoamericanos y Latinos de la Universidad de Pensilvania. Gracias al Consejo de Arqueología del INAH y las comunidades de La Selva, Nueva Esperanza Progresista, Margaritas Masa de Juárez, Nuevo Francisco León, y Nuevo Guerrero por apoyarnos.

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Figura 1. Mapa de la región con sitios mencionados en el texto.

Figura 2. Modelo del cerro y los grupos del sitio El Infiernito.

Figura 3. Mapa de El Infiernito.

Figura 4. Estela sin procedencia de la región de Nuevo Mariscal, Ocosingo.